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Para Atelier Biagetti la Flower Tower es como un tótem en una instalación.

Las colección de muebles y objetos que son parte de este proyecto para el que la firma invita a diferentes diseñadores consolidados, nos tiene a la expectativa cada año.

Para su segunda colaboración con Louis Vuitton en el aplaudido proyecto de Objets Nomades, el estudio italiano de diseño Atelier Biagetti buscó dar continuidad a la primera. Si la mesa Anémona, que presentaron hace un año, representaba una especie de destino (ya sea para conocer gente, platicar o disfrutar de la familia), la Flower Tower es un tipo de tótem.

El trabajo del arquitecto y diseñador Alberto Biagetti y la artista Laura Baldassari logra un equilibrio perfecto. Todo lo que hacen bajo el nombre de Atelier Biagetti culmina en objetos que son como esculturas funcionales diseñadas para ser parte de un proyecto de interiorismo o de una instalación que está viva. Pues para ellos, los objetos por sí mismos no son tan interesantes sin una historia, además, lo que sucede alrededor de los objetos también es importante. Y esa es precisamente la idea de Objets Nomades, se trata de una serie de piezas creadas con la intención de que tengan una historia que lleve a las personas a pensar en nuevas experiencias y lugares, a despertarles nuevas ideas.

El nombre de la pieza que crearon para esta edición, y que se presentó durante la semana de diseño en Milán, lo dice todo: Flower Tower. La lámpara es una columna de luz infinita hecha de “burbujas” de vidrio soplado en forma de flor, que hacen referencia al monograma de Louis Vuitton. El diseño se basa en la metáfora de “nuestra luz interior” y esperando que el resultado final remitiera a una especie de tótem. “Debe colocarse en un lugar donde el espacio sea infinito y no existan fronteras”, dicen sus diseñadores sobre el escenario ideal para esta pieza. A lo lejos parece una serie de anillos iluminados que gracias a un regulador pueden ser tan intensos o suaves como cada quien quiera.

“Los objetos que creamos no son estáticos, exigen acción e interacción, una relación emocional. Antes, al diseñar objetos se tenía que ‘resolver un problema funcional’, pero ahora creemos que casi todos estos problemas se han resuelto, lo que deja al diseño (y a los diseñadores) libres para abordar problemas mucho más complejos o incluso crear problemas o generar cuestionamientos”, cuentan. Y sí, mediante esta obra de arte, sus creadores nos hacen pensar en un escenario imaginario, una especie de paraíso futurista en el que permean la sensación de libertad y equilibrio.

Una vez al año, por una semana entera en abril, la ciudad de Milán se transforma en el evento de diseño más importante para todo interiorista, artista, coleccionista o curioso que quiera ver, comer y oler diseño 24/7. Esto es lo que nosotros destacamos del Salone del Mobile 2023.

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