Digámoslo claro: Mariana Rodríguez ha reconfigurado las reglas de ese juego que llamamos política. Lo hace desde un terreno, hasta antes de ella, inexplorado de formas concretas: las redes sociales. Algunos dicen que fue ella la clave del triunfo de su esposo Samuel, actual gobernador del estado de Nuevo León; otros más intentan minimizar su impacto. Lo cierto es que no pasa inadvertida ante la opinión pública. No puede. Parece que cada uno de sus pasos es susceptible de comentarios. Esa es la razón por la que decidimos hablar con ella, visitarla en su casa en Monterrey y escucharla. Qué opina de los haters, cómo se visualiza en el panorama político nacional, cómo es su vida junto al gobernador, qué planes tiene como primera dama regiomontana y, sobre todo, saber cómo es cuando no hay un móvil frente a ella.