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METROPOLITANA

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SIMON HAMUI

SIMON HAMUI

La congruencia es la clave de este estudio. A partir de ella han definido su estética, han crecido durante 15 años y, sobre todo, han decidido mejorar la vida de quienes colaboran con ellos. Más de 100 personas trabajan en esta organización y los maestros carpinteros son uno de los pilares más importantes. Con la noción de que México es un país de migrantes, los fundadores Mauricio Guerrero, Rodrigo Escobedo, Mauricio y Alejandro Gutiérrez crearon Metta, el proyecto de responsabilidad social con el que están evitando que los artesanos y carpinteros en zonas rurales se desplacen a la Ciudad de México para trabajar. “Los migrantes están en una de los posiciones más desfavorecidas. Tienen que salir de sus pueblos y dejar a sus familias para buscar trabajo”, cuenta Mauricio. “Y cuando llegan a la Ciudad de México, tienen que pasar cinco horas de trayecto para llegar al taller, y no es vida. Es horrible y no queremos ser ese tipo de empresa”, explica el creativo.

Metta consiste en instalar talleres satelitales en distintas partes del país, descentralizando las oportunidades y el trabajo. En marzo de 2020 abrieron el primer taller en Xoxotla, Veracruz. Para ello capacitaron a 30 carpinteros quienes producen la mayoría de las sillas de La Metropolitana, sin tener que renunciar a su núcleo familiar, ni a su lugar de origen. Ya está funcionando el segundo taller de Acambay, en el Estado de México, y están desarrollando tres talleres más en el Edomex, Oaxaca y Chiapas. En La Metropolitana los muebles son la excusa para hacer muchas más cosas, explica Guerrero. “Para ayudar a la gente que trabaja con nosotros, para generar mejor calidad de vida, para cambiar las formas”.

Para PPAA la naturaleza y la actividad humana pueden coexistir en equilibrio. Y de eso se trata su diseño.

Un despacho de arquitectura e interiorismo cuyo núcleo es la naturaleza. En cada obra, Pablo Pérez-Palacios practica lo que predica sobre la sostenibilidad y replantea la forma en que habitamos este mundo. Para él, la ciudad no debe comerse la naturaleza y, en ese sentido, sus proyectos reducen la huella de carbono al mínimo y hacen de la geografía y el paisaje elementos de la obra. Por ejemplo, en Casa Toronjos el uso de materiales locales crea un sistema sostenible de captación de agua de lluvia y energía. Para el arquitecto no hay inspiración más grande que la naturaleza. Es la línea que une sus proyectos, entre los cuales resalta Infinite Openness, la casa en medio del bosque que hizo para el Crystal Bridges Museum of American Art en Arkansas. Con ella hace un llamado a que toda edificación debe utilizar los recursos locales de construcción para dar un sentido de pertenencia.

Allí es cuando entra en juego el interiorismo de cada espacio. “El interiorismo es parte de la misma arquitectura; es sólo un tema de escala. El interiorismo llega a una escala de mayor detalle, pero con la misma fuerza que una escala más arquitectónica”, comenta Pérez-Palacios. “Al igual que en el caso de la arquitectura, basamos el interiorismo en la propuesta conceptual y espacial”, continúa. Quiere mantener en su estudio una influencia local fuerte y aunque México vive un gran momento en el extranjero, está decidido a que sus proyectos mantengan la esencia, la capacidad de ingenio y propuesta de nuestra cultura muy mexicana, artesanal y local.

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