El gobierno plantea una solución de infraestructura, el Tren Maya, frente al rezago económico del sureste. “La vemos como si fuese una mesa de cuatro patas”, explica Rogelio Jiménez Pons, director de Fonatur, el organismo responsable del proyecto. “La primera es la economía, la segunda es el aspecto ambiental, la tercera el aspecto social y la cuarta el aspecto cultural, y estamos obligados a que ninguna de las cuatro predomine sobre las otras, para que no haya un desequilibrio”. Es decir, el tren pretende impulsar el turismo, ordenar el desarrollo inmobiliario a su alrededor, atraer la inversión privada y mejorar la calidad de vida de la zona. ¿Demasiado bueno para ser verdad? Te lo contamos en este reportaje exclusivo que Obras te envía hoy.