Teatro Principal, GTO. Viernes 7 DE juLio 20:00 h
VÍCTOR IBARRA (1978)
Silensis (2010)
“Obra ganadora del 1er premio del II Concurso Internacional de Composición Auditorio Nacional de Música - Fundación BBVA”
15´
BÉLA BARTÓK (1881 - 1945) 38’
Concierto para orquesta (1943)
I. Introduzione. Andante non troppo – Allegro vivace
II. Giuoco delle coppie. Allegro scherzando
III. Elegia. Andante non troppo
IV. Intermezzo interroto. Allegretto
V. Finale: Pesante – Presto
INTERMEDIO
SERGEI RACHMANINOV 35´ (1873 - 1943)
Danzas sinfónicas, op. 45 (1940)
I. Non Allegro – Lento – Tempo I
II. Andante con moto (Tempo di valse)
III. Lento assai – Allegro vivace – Tempo I – Allegro vivace
*Estreno en América
**En ocasión del 150 Aniversario de su nacimiento
PROGRAMA 14
A LA VUELTA DE UN SIGLO
Roberto Beltrán Zavala director titular
ORQUESTA SINFÓNICA DE LA UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO
Tradición y vanguardia
La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) ocupa un lugar privilegiado en el panorama musical de México como uno de los ensambles orquestales de mayor prestigio en el país y con una sólida proyección internacional. Desde su fundación, importantes solistas y directores han participado en los programas de la orquesta, entre ellos Francesca Dego, Yuja Wang, Brodsky Quartet, Shlomo Mintz, Dmitri Hvorostovsky, Neeme Järvi, Cyprien Katsaris Christian Lindberg, Eduardo Mata, Jorge Federico Osorio, Leif Segerstam, y el Trío Altenberg.
En razón de su alta calidad interpretativa, la OSUG es la orquesta residente del Festival Internacional Cervantino, el festival dedicado a las artes escénicas más importante de América Latina, mismo en el que ha participado con programas de gran trascendencia como el estreno en México de la Sinfonía no. 4 de Lutoslawski, las Sinfonías no. 4 y 7 de Shostakovich, Das Lied von der Erde de Mahler y decenas de estrenos y ejecuciones de obras de compositores tales como Mario Lavista, Joaquín Gutiérrez Heras, Phillip Manoury, Igor Stravinsky, Anton Bruckner, Silvestre Revueltas. Gracias a su enorme repertorio, dinamismo y personalidad, la OSUG ha sido invitada a diversos festivales nacionales y ha realizado múltiples giras internacionales.
Esta orquesta es testimonio vivo de la larga tradición cultural del estado de Guanajuato y es la primera orquesta profesional permanente de una universidad mexicana. Su concierto inaugural ocurrió el 25 de abril de 1952 bajo la batuta del maestro José Rodríguez Frausto, quien estuvo al frente de ella por 34 años. En 1986 asumió la dirección el maestro Mario Rodríguez Taboada y para 1992 la OSUG se fusionó con la Filarmónica del Bajío para crear un solo organismo, del cual
asumió la titularidad Héctor Quintanar. Durante este periodo, la orquesta desarrolló un valioso proyecto de difusión de la música nacional con la grabación de seis discos compactos de la colección Compositores Mexicanos, integrada por 32 obras inéditas de 23 autores.
En 1997 José Luis Castillo asumió el cargo de director titular y expandió notablemente el repertorio de la orquesta, recorriendo todas las etapas del vasto espectro musical con un acento particular en lo contemporáneo. De 2005 a 2011 Enrique Bátiz asumió el cargo de director invitado y asesor musical, con quien la OSUG realizó giras por China y Egipto.
En 2012, año en que la OSUG cumplió sesenta años de existencia, se designó como director titular al maestro Juan Trigos, quien continuó la idea de difusión de la música nacional impulsada en la OSUG por Héctor Quintanar. Entre 2012 y 2014 se efectuaron giras por México, Estados Unidos e Italia.
En junio de 2015 Roberto Beltrán Zavala fue nombrado director titular de la OSUG. Con una sólida carrera internacional y una nutrida agenda de conciertos su enfoque en el sonido Orquestal y en el repertorio post-romántico ha dado a la OSUG una profunda personalidad como ente artístico..
En mayo y junio de 2017, con motivo de sus 65 años de fundación, la OSUG realiza exitosamente una gira por Europa, donde compartió escenario con, el Cuarteto Brodsky, Francesca Dego y Shlomo Mintz, en importantes salas de conciertos y teatros de España, Francia e Italia donde se culminó con un exitoso concierto en la prestigiada sala Verdi en Milán.
VÍCTOR IBARRA (1978)
Silensis
A reserva de explorar el asunto más a fondo en otro momento y en otro espacio, comienzo a esta nota comentando que el compositor tapatío Víctor Ibarra siente una cercanía especial con la obra del artista plástico catalán Antoni Tàpies (1923-2012). Lo afirmo porque así lo ha manifestado el propio Ibarra y porque, casualmente, unas semanas antes de iniciar la labor de poner en orden los materiales que me envía el compositor sobre su obra orquestal Silensis, he estado involucrado en redactar otro texto para otra obra suya, Grande Équerre: Ensayo sobre la negación (2014), escrita para el cuarteto español de saxofones SIGMA Project, y grabada por ellos en un CD que aparece en el otoño de 2022. Esta obra está inspirada, al igual que Silensis, en el trabajo de Tàpies.
Escribe Ibarra sobre Silensis:
La obra del artista Antoni Tàpies ha funcionado como punto de partida para la presente partitura. He tenido la oportunidad de convivir con algunas de sus pinturas y podría decir que, en lo particular, me siento muy identificado con su trabajo creativo: la fuerza en la expresión casi brutal, el contexto
físico de sus materiales, la aversión al color, su preferencia por la acromía, y por supuesto, dentro de todo lo anterior, la sobriedad. Existen ciertos conceptos que quise mantener casi obligatoriamente en común: la evidencia del diseño, desde la brutalidad de su condición táctil hasta la “torpeza” no menos brutal de los objetos, la exhibición de la materia, gastada y espesa y, en un contexto generalizado, el simbolismo y la negación, características que, desde mi óptica personal, remiten la obra de Tapiès al universo de los lenguajes establecidos. Silensis está estructurada en tres secciones principales, dentro de las cuales intento trabajar tanto materiales como colores orquestales diferentes. Mi interés, sin embargo, no se centra fundamentalmente en dichos materiales protagónicos de cada sección sino en los elementos derivados de éstos. El ideal de las consecuencias que de ellos surgen y que permiten, en todo caso, conectar, interpolar y llevar una sección a la otra; para esto comienzo por justificar, cuestionar y negar (principalmente) dichos materiales protagónicos. Me interesa la idea de los símbolos, entendido con esto el trabajo con objetos sonoros muy característicos, que sufren una modificación mínima y que se ubican repetidamente en la obra a lo largo de una sección.
La primera sección está trabajada con base en la idea del bloque sonoro y la brutalidad, la orquestación amplia y elaborada con usos frecuentes del pedal orquestal, desplazando a los procesos armónicos a un segundo plano.
El material contrapuntístico y el trabajo armónico toman el papel
predominante en la segunda sección, hacia cuyo final, y quizá en negación de toda técnica contrapuntística, el desapego a los materiales juega un papel importante, con un entorno que funciona básicamente por campos armónicos. El trabajo se centra entonces en tomar poco a poco el control para conectar con la sección siguiente.
La obra culmina con una última sección enérgica con puntos muy claros de articulación. Trabajé sobre la idea del relieve y la perspectiva haciendo desprender planos yuxtapuestos que pareciera fueron concebidos desde universos distintos en donde se privilegia una línea melódica casi desafiante de los principios lógicos.
Respecto a la última línea de lo arriba citado, va el dato de que cuando escribió Silensis (2010), el compositor se hallaba en Lyon, Francia terminando su maestría. El título de la obra guarda una relación cercana con el título de una exposición pictórica que incluyó obras de Antoni Tàpies y otros artistas, realizada entre 2008 y 2009 en la Abadía de Santo Domingo de Silos en Burgos. Silos… de ahí, Silensis.
Al escuchar Silensis, el oyente se encuentra con una música rica, compleja y profunda, llena de cualidades entre las que destaco, principalmente, dos: una vasta paleta de colores sonoros usada y expandida con mano experta, y un discurso de alto contraste, siempre poderoso, siempre energético, y de una expresividad que nunca decae. Detalle fundamental en ese discurso, la disolución final del sonido orquestal en la nada… ¿quizá la negación de todo lo escuchado anteriormente?
Silensis fue la obra ganadora del Segundo Concurso Internacional de Composición Auditorio Nacional de Música-Fun-
dación BBVA en enero de 2011 y recibió su estreno absoluto el 1 de febrero de 2013 en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, con la Orquesta Nacional de España dirigida por Oleg Caetani. El estreno en México de la obra se lleva a cabo el 7 de julio de 2023, con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, bajo la batuta de Roberto Beltrán Zavala.
Al momento del estreno mexicano de Silensis, Víctor Ibarra está instalado en Guanajuato, componiendo, y enseñando composición en la Universidad de Guanajuato. Es, además, coordinador del Festival Callejón del Ruido de la propia universidad.
BÉLA BARTÓK (1881-1945)
Concierto para orquesta
Introducción
Juego de los pares
Elegía
Intermezzo interrumpido
Final
Se sabe que Béla Bartók pasó los últimos años de su vida en un triste estado de salud, y un peor estado financiero. Sobre lo que existen versiones contradictorias es sobre la reacción de la comunidad musical ante su situación. Hay quienes afirman que, además de la enfermedad y la privación, Bartók tuvo que soportar la indiferencia de sus colegas. Otras versiones, sin embargo, apuntan a que muchos músicos notables hicieron todo lo posible por aliviar las penurias del compositor húngaro, quien aun en situaciones extremas se resistía a aceptar favores.
Así pues, hacia 1943 Bartók se hallaba en Nueva York, enfermo y sin dinero. Para aliviar un poco su precaria situación, Serge Koussevitzki le encargó una obra nueva, por la cual habría de pagarle mil dólares. Este encargo fue hecho a sugerencia del violinista Joseph Szigeti y el director de orquesta Fritz Reiner (ambos paisanos de Bartók), y la idea era que Bartók compusiera una pieza a la memoria de Natalie Koussevitzki, la recientemente fallecida esposa del afamado director de orquesta. Resulta claro que el encargo surtió efecto casi inmediato: Bartók fue
dado de alta del hospital en el que estaba internado y su salud mejoró notablemente. Entonces, revitalizado por el encargo, compuso el Concierto para orquesta entre el 15 de agosto y el 8 de octubre de 1943. Sobre algunas cuestiones de forma, contenido y sonoridad del Concierto para orquesta, he aquí las palabras del propio compositor: “El ambiente general del Concierto representa, aparte del jocoso segundo movimiento, una transición gradual entre la seriedad del primer movimiento y lo lúgubre del tercero, hasta la afirmación vital del último”.
En este breve párrafo es posible detectar, quizá, la convicción de Bartók en el sentido de que el encargo de esta obra hizo mucho por prolongar su vida. En otra parte, el compositor comenta lo siguiente sobre su Concierto para orquesta:
El título de esta obra orquestal cuasi-sinfónica se explica por la tendencia a tratar instrumentos individuales o grupos de instrumentos en una forma solista o concertante. El tratamiento virtuosístico aparece, por ejemplo, en las secciones fugadas del desarrollo del primer movimiento (en los metales) o en los pasajes a modo de perpetuum mobile del tema principal del último movimiento y, especialmente, en el segundo movimiento, en el que parejas de instrumentos aparecen consecutivamente con brillantes pasajes.
Sin duda, Bartók hizo bien en destacar el asunto de las parejas del segundo movimiento, cuyo título original es Giuoco delle coppie, y que representa el mayor atractivo sonoro de la obra. En este movimiento el compositor plantea la entrada sucesiva de pares de fagotes, oboes, clarinetes, flautas y trompetas con sordinas, que tejen interesan-
tes melodías en movimientos paralelos; lo más llamativo del asunto es que cada pareja de instrumentos trabaja ese discurso melódico paralelo en un intervalo distinto, con lo que Bartók logra efectos armónicos muy interesantes. En el cuarto movimiento, además de la afirmación vital a la que Bartók se refiere, se esconde un interesante asunto musicológico, que tiene que ver con el origen del tema principal. Algunos analistas dicen que el tema en cuestión es muy similar a uno de los temas de la Séptima sinfonía, Leningrado (1941), de Dmitri Shostakovich (1906-1975). Otros, sin embargo, afirman que el tema es una vieja tonada vienesa de cabaret que aparece citada en la partitura de la opereta La viuda alegre de Franz Léhar (1870-1948). Con la intención de aclarar este punto, Peter Bartók, hijo del compositor, afirmó que en realidad todo aquello era cierto: que el tema sí era una canción de cantina, que sí aparecía en la obra de Léhar, que sí había sido citada por Shostakovich, y que su padre conocía bien toda la historia musical de la melodía. Sea como fuere, si la intención de la cita fue la de homenajear a Shostakovich, esto no haría más que aumentar la estatura musical y humana de Bartók, a través de su reconocimiento a la grandeza de uno de sus más importantes contemporáneos.
El estreno del Concierto para orquesta estuvo a cargo de la Orquesta Sinfónica de Boston, dirigida por Koussevitzki, y se realizó el primero de diciembre de 1944 con un éxito completo. Poco después del triunfo de su Concierto para orquesta, Bartók recibió varios encargos más, pero la leucemia pudo más que el impulso creativo: el compositor murió el 26 de septiembre de 1945, menos de un año después del estreno de esta popular obra suya y sin poder terminar las obras que le habían sido encomendadas.
SERGEI RACHMANINOV (1873-1943)
Danzas sinfónicas, op. 45
Non allegro
Andante con moto (Tempo di valse)
Lento assai-Allegro vivace
En una carta fechada el 21 de agosto de 1940, Sergei Rachmaninov escribía, con destino a un joven director de orquesta llamado Jeno Blau, lo siguiente: “La semana pasada terminé una nueva pieza sinfónica, que naturalmente quiero ofrecer primero a usted y a su orquesta. Me encantaría que pasara por mi casa para poder tocarla para usted”.
La pieza a la que Rachmaninov se refería en esta carta es su Opus 45, las conocidas Danzas sinfónicas, y el fragmento epistolar no tendría tanta importancia histórica si no fuera porque Jeno Blau era el verdadero nombre de Eugene Ormandy, el gran director de orquesta que cimentó y desarrolló el hermoso sonido de la Orquesta de Filadelfia.
Como en el caso de tantas otras piezas sinfónicas del repertorio, las Danzas sinfónicas de Rachmaninov fueron concebidas primero en versión para dos pianos, y orquestadas después. Como suele ser tradicional en estos casos, la primera versión en estrenarse fue precisamente la de dos pianos. Este estreno ocurrió en casa de Rachmaninov, quien
sin problema alguno tocó la parte del primer piano como buen virtuoso que era. Y para que el estreno no fuera deslucido, el compositor invitó a un colega suyo a tocar la parte del segundo piano. Ese colega era nada menos que Vladimir Horowitz, de modo que las Danzas sinfónicas fueron estrenadas, en su versión para dos pianos, por los dos pianistas más notables de su tiempo.
En su muy completa biografía de Rachmaninov, el camarada Víctor Seroff afirma que en un principio el compositor tuvo la intención de poner títulos descriptivos a las tres Danzas sinfónicas. Tales títulos iban a ser Mañana, Tarde y Noche y, según el compositor, debían representar además las tres etapas de la vida del hombre. En una parte de la biografía, Seroff afirma lo siguiente:
Hay indicios de que las Danzas sinfónicas podían ser interpretadas como una especie de Danza macabra, por el empleo del coral Dies irae que había fascinado al compositor desde su juventud. La libertad del ritmo impide que uno se imagine ningún plan coreográfico definido, y la vaga influencia del jazz nos hace preguntarnos si el compositor no estaba experimentando más allá con este nuevo estilo.
Sobre este párrafo del libro de Seroff pueden hacerse dos observaciones. La primera se refiere al uso de la secuencia del Dies irae de la misa de difuntos del canto llano. Este muy famoso tema ha sido utilizado por innumerables compositores cuando de lo macabro o siniestro se trata, y en particular, tal y como lo apunta Seroff, Rachmaninov tenía cierta obsesión con el tema, al grado de utilizarlo en varias de sus composiciones, incluyendo la Rapsodia sobre un tema de Paganini (1934) y la Sinfonía no. 3 (1937). La segunda observación sirve para recordar que, desde un principio, Rachmaninov pensó en esta partitura como música para ballet; sin embargo, las complejidades rítmicas de las Danzas sinfó-
nicas han impedido que tenga mucho éxito en los escenarios de danza.
Una descripción rápida de las tres piezas indica que la primera se inicia con una especie de marcha grotesca y finaliza con una cita del tema principal de la Sinfonía no. 1 (1895) del propio Rachmaninov. El segundo movimiento es un vals de contornos más o menos siniestros, y en el tercero aparece la cita del Dies irae, además de una reminiscencia de la obra coral Vigilia nocturna (1915) en la que Rachmaninov utiliza un canto litúrgico ruso. Todo esto conduce a una coda robusta y exuberante que cierra categóricamente una obra que por su estructura quizá pudiera considerarse como una especie de sinfonía, y en la que Rachmaninov hace gala de un buen manejo de contrastes y de un inteligente desarrollo de las texturas sonoras.
Las Danzas sinfónicas, en su versión orquestal, se estrenaron el 3 de enero de 1941 por la Orquesta de Filadelfia, bajo la batuta del señor Jeno Blau, alias Eugene Ormandy. A juzgar por lo que cuenta Seroff en su biografía de Rachmaninov, a los músicos de Ormandy no les gustaron estas Danzas sinfónicas, puesto que, según el biógrafo, a diferencia de lo que había hecho con varias otras obras del compositor, no las grabaron en disco. Pero mejor es no creer lo que dice Seroff; una rápida revisión de los catálogos discográficos demuestra que sí existe una grabación de las Danzas sinfónicas de Rachmaninov con Ormandy al frente de la Orquesta de Filadelfia. Para más señas, se trata de un viejo disco de la marca Odyssey que contiene además de las Danzas sinfónicas de Rachmaninov, la Paganiniana de Alfredo Casella (1883-1947).
Dato curioso: la primera de las Danzas sinfónicas está designada con una inusual indicación de tempo, que les dice a los músicos cómo NO tocar la pieza: Non allegro
Juan Arturo Brennan
Roberto Beltrán Zavala Director titular
Considerado unánimemente por orquestas, público y prensa especializada como uno de los directores más interesantes de su generación, Roberto Beltrán-Zavala ha desarrollado en los últimos años una sólida reputación internacional como artista del más alto nivel: Excepcional comunicador y músico altamente calificado, Beltrán-Zavala establece relaciones sólidas e intensas con las orquestas con las que trabaja y es muy respetado por su compromiso entusiasta y devoto con las obras que dirige.
En sus últimas temporadas, la actividad del maestro Beltrán-Zavala incluyó debuts exitosos con orquestas en Holanda, Bélgica, Italia, Alemania, Suiza, Francia, Rumanía, Polonia, Malta, Argentina y México, dirigiendo piedras angulares del repertorio como los ciclos integrales de las sinfonías de Dmitri Shostakovich y Gustav Mahler, así como obras capitales del siglo XX de compositores como Stravinsky, Varese, Boulez, Messiaen, Bartok y Ligetti.
Director titular de la emblemática Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG) desde 2015, Beltrán-Zavala es también director artístico de la re:orchestra de Rotterdam, considerada por la prensa especializada como una de las mejores orquestas de cámara de Europa, y recientemente ha sido nombrado director musical del prestigioso Festival Internacional Palermo Classica en Italia.
Ha dirigido, entre otras a la Orquesta del Siglo XVIII, Orquesta Sinfónica Nacional de México, Orchestre d’Auvergne, Filarmónica de Silesia, Holland Sinfonia, Orquesta Nacional de la Radio Rumana, Orquesta de Cámara de Bélgica, Opera de Bremerhaven, Sinfonica di Sanremo, Orquesta Real de Valonia y Orquesta Filarmónica de Malta.
En el otoño de 2016, BIS Records lanzó su album debut europeo como parte de una serie llamada Essential Music. La grabación recibió un reconocimiento extraordinario por parte de la crítica especializada (The Strad, Gramophone, Klassik Heute, Amadeus, etc.), así como una excelente acogida por parte del público. Asimismo, en diciembre de 2019 la OSUG lanzó su grabación en vivo de la Tercera Sinfonía de Gustav Mahler y en Junio del 2022 un album con la décima sinfonía de Dmitri Shostakovich para el sello francés Evidence Classics.
En octubre del 2022 el Maestro Beltrán-Zavala recibió el prestigiado ‘Mahler Award”, otorgado por la “Mahler Foundation”, por sus servicios a la música del compositor Gustav Mahler.
Roberto Beltrán Zavala tiene nacionalidad mexicana y holandesa y vive en Rotterdam, Países Bajos.
ORQUESTA SINFÓNICA DE LA UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO
Director titular
Roberto Beltrán Zavala
Violines Primeros
Dmitry Kiselev - Concertino
Héctor Hernández Pérez –Asistente de concertino
Maksim Smakkev
Jorge Luis Torres Martinez
Luis Enrique Palomino
Katherine Giovanna Ramírez
Urpi Dainzú Holguin González
Yessica Melgar
David Jesús Viña
Pedro Zayas Aleman
David Pérez Patlan***
Israel Lugo López ***
Violines Segundos
Sergio Andrés González * (-)
Claudia Valeria Blanco Mota ** (-)
Elizabeth Martínez Ramírez
Maria Camila Florez
Andrés Idelfonso Gallegos
Rodríguez
Carlos Alberto López García
Moab Alberto González López
Fidel Berrones Goo
Oscar González
Abraham Quintanilla***
Andrés Tovar Gómez***
Sandra Solís Gaona***
Violas
Alexander Applegate *
Lydia Bunn **
Augusto Antonio Mirón Pleitez
Betsabé Jiménez Valencia
Carlos Reyes Hernández
Anayantzi Oropeza Silva
Víctor Manuel Rufino Figueroa
Oscar Pinedo Nava
Miguel Alonso Alcántara
Ortigoza***
David Gutiérrez Escalante***
Violonchelos
Michael Severens *
Bruno Mente ** (-)
Luis Gerardo Barajas Bermejo
Fernando Melchor Ascencio
Fortunato Rojas Francisco
Omar Barrientos
Omar Sánchez ***
Isaac Quintanilla Melgar***
Contrabajos
Russell Brown *
Óscar Argumedo González *
Jorge Preza Garduño
Rodrigo Mata Álvarez
Pedro Álvarez Vigil
Guillermo Caminos López
Andrés Peredo Plascencia
Flautas
Cuauhtémoc Trejo *
Laura Gracia ** (-)
Marcela Reyes Colon***
Oboes
Héctor Fernández *
Jorge Arturo García Villegas
Miguel Ángel Ramos Olvera***
Clarinetes
Hugo Manzanilla *
Heather Millette ** - Clarinete
Piccolo
Luis Alfonso Mora Vázquez***
Fagotes
Katherine Snelling *
Ariel Rodríguez Samaniego
Alan Monahan***
Andrés Félix Granados***
Cornos
Claire Hellweg *
Darío Bojórquez **
Michelle Pettit
Daniel Norman
Apolinar Alavez Salas
Francisco Javier Santoyo
López***
Trompetas
Macedonio Pérez Matías *
Juan Cruz Torres Díaz **
José Cayetano Hernández
Díaz
Vicente de Jesús García
Vizcaya ***
Trombones
Louis Olenick *
Gil Martínez Herrera
Trombón bajo
John Swadley
Tuba
Salvador Pérez Galaviz *
Timbales
Óscar Samuel Esqueda
Velázquez *
Percusiones
Mario Alonso Gómez Sosa **
Alan Sánchez Sánchez
Ulises Hernández
Marco Aurelio Martínez***
Katheryne Yarely Cruz Martinez***
Arpa Betuel Ramírez Velasco***
Amalinalli López Pichardo***
Piano
Iván Hugo Figueroa **
Alejandra Monroy Ojeda***
Personal Administrativo
OSUG
Alejandro Guzmán Rojas
Gerente
Carolina de la Luz Pérez
Cortés Coordinadora de personal
Lilian Bello Suazo
Coordinadora de producción
Diseñadora
Juan Carlos Urdapilleta Muñoz
Coordinador de Biblioteca
Atziri Joaquin Ramos
Coordinadora de relaciones
públicas
Zugehy Alejandra Soto
Vázquez
Administradora
Paulina Torres Ordaz
Servicio profesional
Cuauhtémoc Vega
Gustavo Emilio Espinosa
Manuel Gutiérrez
Auxiliares técnicos
Programa de mano
Notas al programa:
Juan Arturo Brennan
Corrección de notas:
Jonathan Mirrus
Fabiola Correa
*Principal | **Co-principal ***Invitado | (-) Temporal
DR. LUIS FELIPE GUERRERO AGRIPINO Rector General
DRA. CECILIA RAMOS ESTRADA Secretaria General
DR. SERGIO ANTONIO SILVA MUÑOZ Secretario Académico
DR. SALVADOR HERNÁNDEZ CASTRO Secretario de Gestión y Desarrollo
DR. JOSÉ OSVALDO CHÁVEZ RODRÍGUEZ Director de Extensión Cultural