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EDITORIAL

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TEMA MONOGRÁFICO DISCURSO Y COMUNICACIÓN 7

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El discurso del miedo apocalíptico y sus representaciones cinematográficas durante la Guerra Fría Ricardo del Molino García La semántica del discurso y la teoría de la gestión de la información. Análisis del discurso poético en la obra de Silvio Rodríguez Vivian Leticia Romeu Aldaya Jóvenes violentos o identidades violentadas. La construcción discursiva del que delinque en El Diario de la República Claudio Tomás Lobo y Claudia Paola García Discursos de la guerra en Colombia 1997-2005 Victoria Elena González Mantilla Representaciones sobre el aborto en la prensa argentina. Análisis crítico del discurso de los medios masivos de comunicación Yanel Mogaburo Societal Approach for Interpersonal Communication and Social Interaction Analyses. Critical Discourse Analyses in Political Practice Katrin Aava PhD y Kaja Tampere PhD

OTRAS VOCES 76 Las voces de la red: la invisible dinámica del fandoblaje en América Latina Daniela Jaramillo y Camilo Suárez 92 El tango en Bogotá: las dinámicas en la resignificación de una expresión cultural desde las construcciones individuales y colectivas locales Alba Fajardo y Guillermo Murillo 102 Proceso de autoidentificación y autorreconocimiento en la población afro de Bogotá a través de la vida de Martha Lucía Rentería Barreiro, líder afro de la comunidad de Bosa Nibeth Duarte y Diana Zúñiga 110 La conciliación en el sistema normativo wayúu como expresión del poder de la palabra y la retórica mediada por el pütchipu o palabrero Cris Velásquez y Edward Quintero 116

RESEÑAS

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CONVOCATORIA

COLABORAN EN ESTE NÚMERO: DIRECTORA: Luz Amalia Camacho Velásquez EDITORA GENERAL: Victoria E. González M. COMITÉ EDITORIAL

Katrin Aava (Estonia) Ricardo del Molino García (España) Lennie Aryete Dias Pereira (Brasil) Nibeth Duarte (Colombia) Alba Fajardo (Colombia) Claudia Paola García (Argentina) Victoria Elena González Mantilla (Colombia) Daniela Jaramillo (Colombia) Patricia Kolling (Brasil) Claudio Tomás Lobo (Argentina) Yanel Mogaburo (Argentina) Guillermo Murillo (Colombia) Edward Quintero (Colombia) Vivian Leticia Romeu Aldaya (Cuba) Camilo Suárez (Colombia) Kaja Tampere (Estonia) Cris Velásquez (Colombia) Diana Zúñiga (Colombia)

Jorge Iván Jaramillo Neyla Pardo Abril María Teresa Suárez

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Orlando Valencia S.

ILUSTRACIÓN

Víctor Manuel Barrera

Sergio Caggiano CORRECCIÓN DE ESTILO Instituto de Altos Estudios Sociales IDAES (Argentina) Departamento de Publicaciones Emilssen De Cancino Universidad Externado de Colombia Universidad Externado de Colombia (Colombia) Carol O`flynn Marcelo Gómez Roanita Dalpiaz Universidad de Quilmes (Argentina) Alejandro Grimson IMPRESIÓN Instituto de Altos Estudios Sociales IDAES (Argentina) Nomos Impresores Guillermo Orozco G. Asociación Latinoanericana de Investigadores FECHA DE RECEPCIÓN DE ARTÍCULOS de la Comunicación (México) 3 de septiembre de 2012 Enrique Pastor COMITÉ DE ÁRBITROS Universidad de Murcia (España) Diego Alejandro Aristizábal FECHA DE ENTREGA Vanina Papalini Ricardo del Molino DE ARTÍCULOS ARBITRADOS CONICET – Centro de Estudios Avanzados Victoria González 5 de septiembre de 2012 Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) Aleyda Gutiérrez Rossana Reguillo Universidad Jesuita de Guadalajara ITESO (México) Facultad de Comunicación Social - Periodismo Jairo Rivera Calle 12 N° 1-17 Este Universidad Externado de Colombia (Colombia) Tels.: 341-9900, 342-0288, ext. 1455 Juan Camilo Rodríguez web: www.uexternado.edu.co/comunicacionyciudadania Universidad Externado de Colombia (Colombia) e-mail: comyciudadania@uexternado.edu.co Hernando Rojas Bogotá, D.C., Colombia Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) © Enero-Julio 2013. Homero Gil de Zúñiga © Prohibida la reproducción parcial o total de los materiales Universidad de Austin (Estados Unidos) de esta revista sin autorización escrita de los editores. Carlos Valderrama Las opiniones expresadas por los articulistas son de su responsabilidad y no corresponden necesariamente IESCO Universidad Central (Colombia) al pensamiento de la revista Comunicación & Ciudadanía ni a los principios de la Universidad Externado Lucero Zamudio de Colombia. Universidad Externado de Colombia (Colombia)


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Revista Comunicaci贸n y Ciudadan铆a 6

Editorial

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l número 6 de la Revista Comunicación y Ciudadanía tiene como título monográfico Discurso y Comunicación. Con un tema tan vasto recibimos por parte de nuestros colaboradores múltiples trabajos con variados abordajes, que queremos compartir hoy con nuestros lectores. En primer término encontramos El discurso del miedo apocalíptico y sus representaciones cinematográficas durante la Guerra, de Ricardo del Molino, en donde el autor explora al discurso del miedo apocalíptico vigente en la cultura de masas durante la Guerra Fría en Occidente. A continuación tenemos La semántica del discurso y la teoría de la gestión de la información. Análisis del discurso poético en la obra de Silvio Rodríguez de Vivian Leticia Romeu Aldaya. Aquí la autora realiza un análisis de dos canciones del cantante Silvio Rodríguez, con el objetivo de discutir sobre los procedimientos de análisis del discurso poético para develar la organización estructural del mismo. El tercer artículo se titula Jóvenes violentos o identidades violentadas. La construcción discursiva del que delinque en El Diario de la República, de Claudio Tomás Lobo. En él, el autor realiza una exploración de la discursividad mediática como lugar privilegiado de construcción de identidades desde la perspectiva sociosemiótica que postula el semiólogo argentino Eliseo Verón, en la prensa gráfica de la provincia de San Luis, Argentina. El cuarto trabajo se denomina Discursos de la Guerra en Colombia 1998-2005, de Victoria González Mantilla. El texto analiza una muestra de los discursos de las AUC, las Farc y los correspondientes gobiernos de turno durante la etapa comprendida entre 1998 y 2005 signada por dos procesos de paz con grupos armados de derecha e izquierda. El quinto trabajo se titula Representaciones sobre el aborto en la prensa argentina. Análisis crítico del discurso de los medios masivos, de Yael Mogaburo. Enmarcada en la corriente del Análisis Crítico del Discurso, la autora centra su investigación en la cobertura que realizaron distintos medios gráficos argentinos sobre tres casos emblemáticos de aborto no punible. El siguiente artículo es Societal Approach for Interpersonal

Communication and Social Interaction Analyses. Critical Discourse Analyses in Political Practice y está escrito por las autoras Katrin Aava y Kaja Tampere. En este trabajo se comparan, mediante el análisis crítico del discurso, la narrativa dominante durante el periodo del régimen totalitario en la Unión Soviética y durante el período en el que la misma nación consigue la independencia democrática hasta la primera década del siglo xxi. En la sección Otras voces encontramos en primer término, el artículo Las voces de la red: la invisible dinámica del fandoblaje en América Latina, de Daniela Jaramillo y Camilo Suárez, que nos habla de la preponderancia actual de la red como espacio potenciador para la producción independiente de contenidos. En segundo lugar, el texto El tango en Bogotá: las dinámicas en la resignificación de una expresión cultural desde las construcciones individuales y colectivas locales, de Alba Fajardo y Guillermo Murillo, en el que se da cuenta de las dinámicas del tango en Bogotá en diferentes espacios como Milongas, eventos, espectáculos y talleres. Continuamos con el artículo Proceso de autoidentificación y autorreconocimiento en la población afro de Bogotá a través de la vida de Martha Lucía Rentería Barreiro, líder afro de la comunidad de Bosa, de las autoras Nibeth Duarte y Diana Zúñiga. Este artículo nos muestra que la situación de las negritudes aún no se ha superado como problema social, todo visto desde los ojos de Martha Lucía Rentería Barreiro, una líder afro que ha vivido el problema y que ahora quiere crear conciencia por medio de su trabajo en la fundación Semilleros de Libertad. Finalmente tenemos el trabajo de Cris Velásquez y Edward Quintero, denominado La conciliación en el sistema normativo wayúu como expresión del poder de la palabra y la retórica mediada por el pütchipu o palabrero, texto en el que se confronta la situación del sistema normativo wayúu y el sistema ordinario colombiano en la aplicación de las leyes. Cerramos nuestro número, como es habitual, con las reseñas de los libros más destacados publicados por nuestra universidad.

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El discurso del miedo apocalíptico y sus representaciones cinematográficas durante la Guerra Fría

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RICARDO DEL MOLINO GARCÍA

Doctor y licenciado en Humanidades por la Universidad Carlos iii de Madrid. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid. Docente investigador del Programa de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Externado de Colombia.

RESUMEN El presente artículo pretende acercarse al discurso del miedo apocalíptico vigente en la cultura de masas durante la Guerra Fría en Occidente. Con tal fin, se tratará de ordenar las numerosas producciones cinematográficas con argumentos relacionados con la nueva energía nuclear que, por primera vez en la historia, posibilitó la destrucción real de la humanidad. Se agruparán las películas en fases históricas para intentar comprender la presencia del miedo apocalíptico en la cotidianidad de las sociedades estadounidense y europea. Tras caracterizar brevemente la iconografía del discurso de miedo, el artículo concluirá con una hipótesis personal explicativa. Palabras clave: Discurso del miedo; Apocalipsis; Iconografía; Cultura de masas; Guerra Fría.

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ABSTRACT This article aims to approach the apocalyptic discourse of fear in the culture of masses in the Cold War in the West Civilitation. For this purpose, it will be order the numerous film productions with arguments related to the nuclear power energy. Movies will be grouped in historical periods in trying to understand the presence of apocalyptic fear in the ordinariness of American and European societies. After briefly characterizing the iconography of the discourse of fear,the article will conclude with a personal explanatory hypothesis. Keywords: Discourse of fear; Apocalypse; Iconography; Mass Culture; Cold War.

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lo largo de la historia de la humanidad han existido numerosos y variados miedos compartidos por los individuos de una misma cultura. Desde la antigüedad, todas las sociedades han padecido en su intimidad miedos colectivos provocados bien por fenómenos naturales, enfermedades y hambrunas, o por los enfrentamientos con otros grupos humanos. Dichos miedos han generado particulares discursos con características específicas. En todas las culturas el principal miedo colectivo ha sido, y es, la desaparición del grupo. Sin embargo, no en todas ellas el discurso generado ha sido el mismo ni ha sido construido con la misma complejidad y profundidad. De hecho, hay quien defiende que el discurso más sofisticado del miedo a la desaparición de la comunidad se ha producido en la civilización judeocristiana en tanto que “solo el pueblo judío ha elaborado el género apocalíptico, transmitiéndolo a su vez al cristianismo” (Duque, 2000: 144). Sea cuestionada o no la anterior afirmación, lo cierto es que existe una estructura de pensamiento colectiva en la tradición judeocristiana occidental que asegura un final seguro de la humanidad compendiada en la idea del Apocalipsis1. Esta idea consciente, o inconsciente, de un fin indudable de los hombres ha generado sucesivas narraciones o discursos de miedo en el imaginario cultural de Occidente que aún deben ser analizados y estudiados en profundidad2. Sin embargo, como bien enuncia Jean Delumeau (1989: 10), la historia del miedo, y por ende sus discursos, no ha sido examinada por el hombre en su justa medida porque es una parte vergonzosa para él y su sociedad, quedando relegado el estudio a la intimidad de la colectividad. El presente artículo pretende acercarse al discurso del miedo apocalíptico presente en la segunda mitad del siglo xx en Occidente a través de su iconografía. Durante este período, ee.uu. y Europa occidental vivieron sumidos y dominados

por el miedo real a que la nueva energía contenida en el átomo provocara un apocalipsis nuclear que borrase completamente del planeta toda posibilidad de vida. Por primera vez en la historia la idea de la autodestrucción era una realidad y, en consecuencia, el discurso del miedo apocalíptico se revitalizó y se sublimó en diferentes productos culturales. Uno de ellos, propio de la cultura de masas y característico de la sociedad mediática occidental de posguerra, será el cine de ciencia ficción. Por tanto, este texto trata de acercarse a la iconografía del desastre, producto del discurso apocalíptico, contenida en el discurso cinematográfico de ciencia ficción en Occidente durante la Guerra Fría3, partiendo de la convicción de que este género expresa la cosmovisión de la sociedad tecnológica de la segunda mitad del siglo xx, vehicula sus obsesiones cotidianas y articula sus ansiedades culturales (Teotte, 2002: 116).

1. El Apocalipsis o Apocalipsis de San Juan es el último libro del Nuevo Testamento.

3. La mayoría de las películas reseñadas en este artículo son estadounidenses y británicas -no obstante, también serán citadas algunas producciones francesas- en tanto que el cine anglosajón fue el que más presencia tuvo en la cultura de masas de la segunda mitad del siglo XX en Occidente.

2. Una buena compilación de estudios en torno a la presencia del Apocalipsis en Occidente y sus interpretaciones (Bull, 1995).

LOS ORÍGENES DEL DISCURSO APOCALÍPTICO NUCLEAR: DEL MIEDO PRIVADO DE LOS CIENTÍFICOS A LA CONFUSIÓN DE LA OPINIÓN PÚBLICA (1939-1945) Antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, hacia 1939, las bases positivas para el descubrimiento de la energía atómica ya estaban establecidas en la comunidad científica. No obstante, es evidente que el contexto bélico provocó la aceleración del progreso de investigación. Hay quien propone que fue la advertencia de los físicos Albert Einstein y Leo Szilard, ambos huidos de la Alemania nazi, lo que llevó a los ee.uu. a la fabricación urgente de la bomba atómica. Sea ésta o no la razón, lo cierto es que durante el desarrollo del conflicto mundial el presidente estadounidense Franklin Roosevelt dio el visto bueno a la posibilidad atómica y en 1940 se inició el Proyecto Manhattan. Bajo la dirección de Robert

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Desde principios de la década de los cincuenta, una parte de la comunidad científica elevó su voz contra el átomo como un nuevo jinete apocalíptico.

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Oppenheimer y la coordinación del ingeniero militar Leslie R. Groves, sirviéndose de los descubrimientos previos realizados en Francia por los esposos Joliot-Curie, en el Reino Unido por Frisch y en Alemania por L. Meitner, O. Han y F. Strassmann, el proyecto adquirió máxima prioridad a partir de 1943 y concluyó exitosamente el 16 de julio de 1945 cuando se lanzó en el estado de Nuevo México, en Alamogordo, la primera bomba nuclear de la historia. Una vez comprobados los efectos devastadores de la bomba, el nuevo presidente de los ee.uu., H. S. Truman, decidió utilizarla contra Japón, ya que Alemania había sido derrotada. De este modo, el 6 de agosto de 1945 fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima una primera bomba de uranio que destruyó prácticamente la totalidad de la ciudad y dejó más de 100.000 muertos. Tres días más tarde, el 9 de agosto de 1945, se lanzó una segunda bomba atómica, esta vez de plutonio, sobre Nagasaki, causando más de 50.000 muertos. El poder destructor del átomo hizo su aparición en la historia de la humanidad. La posición de los científicos que intervinieron en el proyecto Manhattan es discutida. Algunos autores, entre ellos Montserrat Huguet, hablan de una “resistencia de los científicos al uso de la nueva bomba” (Huguet, en Pereira, 2001: 382), mientras que otros simplemente hablan de una cierta denuncia. No obstante, fuese una resistencia activa o una simple denuncia, lo que interesa destacar es que se desata el miedo al átomo en la comunidad científica. De hecho parece que el propio Robert Oppenheimer rechazó cualquier responsabilidad ética sobre las consecuencias de la energía liberada por el átomo un mes y medio antes de los bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki. En lo que respecta a la opinión pública occidental, una vez lanzadas las bombas sobre Japón en agosto de 1945, sus efectos devastadores quedaron, por el momento, al margen de la sociedad occidental en tanto que los estadounidenses y los europeos se encontraban sumidos en la celebración de la victoria. Sin embargo, los primeros

signos de miedo colectivo hacia la nueva forma de energía surgieron al año siguiente cuando se produjo el primer ensayo nuclear en un atolón de las islas Marshall; incluso, antes de producirse el ensayo atómico corrió por la confusa opinión pública occidental el rumor de que la energía liberada por el experimento sería incontrolable debido al fenómeno de la reacción en cadena.

EL DISCURSO APOCALÍPTICO EN LOS AÑOS CINCUENTA (19491959): SERES MUTANTES CONTRA LA HUMANIDAD Un año después del lanzamiento de las bombas sobre Japón, ee.uu. presentó ante la comisión de energía atómica una propuesta de control de armamento nuclear que fue vetada por la urss. La razón de tal negativa era obvia. El régimen comunista soviético, enfrentado desde el fin de la contienda mundial con el régimen capitalista estadounidense, no estaba dispuesto a vivir bajo las directrices y la hegemonía americana impuestas por la superioridad atómica. De hecho, la reacción soviética no se hizo esperar y en 1949 se hizo poseedor de su primera bomba nuclear. La carrera de armamento atómico entre las dos potencias instauró un nuevo sistema internacional basado en el equilibrio del terror nuclear. Una vez poseída el arma atómica por la urss, el presidente H. S. Truman ordenó la creación de la Bomba H y, más tarde, a mediados de la década de los cincuenta, en la era Eisenhower, el miedo fue teorizado, convirtiéndose en el punto central de la política exterior estadounidense alrededor del concepto de la doctrina de represalia masiva fundamentada en el arma termonuclear. En ese contexto, durante la década de los cincuenta, el discurso del miedo atómico se insertó en la opinión pública occidental gracias a que, por un lado, el miedo privado de los científicos se hizo público y, por otro, los gobiernos occidentales, en particular el estadounidense, publicitaron la amenaza nuclear soviética con el fin de legitimar buena parte de sus políticas exterior e interior4. Desde principios de la década de los cincuenta, una parte de la comunidad científica elevó su voz contra el átomo como un nuevo jinete apocalíptico. Robert Oppenheimer, que había 4. No debe olvidarse que a la vez, contradictoriamente, se mantuvo en Occidente, y en particular en los ee.uu., una fuerte campaña de publicidad de las bondades de la nueva energía. Un buen ejemplo de las campañas sobre la opinión pública y al ciudadanía estadounidense es el documental de Atomic Cafe dirigido por J. Loader, K. Rafferty, P. Rafferty en 1982.


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abandonado el proyecto para la bomba de fusión5, y el celebérrimo Albert Einstein apoyaron la campaña a favor de un control internacional de las armas nucleares a la vez que criticaron duramente la carrera armamentística iniciada en 1949 por las dos potencias mundiales6. Algunos autores destacan que Einstein se sentía responsable del desarrollo de la energía nuclear ya que su famosa relación entre masa y energía es una de las claves para entender la fusión nuclear7. A las denuncias de R. Oppenheimer y A. Einstein se sumaron las del Nobel de Química Frederick Soddy, en octubre de 1954, quien responsabilizó a las pruebas atómicas de los cambios climáticos mundiales, y las del químico Linus Pauling, quien investigó sobre la contaminación radiactiva en la atmósfera resultante de las pruebas atómicas en Nevada en 1957. El miedo privado de los científicos se hacía finalmente público desatando una intensa campaña mundial en contra de las pruebas nucleares. El segundo de los factores que favorece la instalación del discurso del miedo apocalíptico en las sociedades estadounidense e europea de los años cincuenta fueron los propios gobiernos occidentales como consecuencia de la lógica de la Guerra Fría basada en el enfrentamiento de Bloques. En el caso particular de los ee.uu., el ejecutivo es consciente de que el miedo apocalíptico en su sociedad predispone a la opinión pública a posiciones favorables a aceptar una política interior y exterior anticomunistas que facilitan el gasto desbordado necesario para la carrera armamentística, así como las intervenciones militares dentro y fuera del continente americano8. Como consecuencia de los dos factores comentados –la pública denuncia científica y, principalmente, del nuevo sistema internacional de Guerra Fría–, el ancestral discurso judeocristiano del miedo apocalíptico se revitalizó en las sociedades estadounidense y europea alimentado 5. La oposición de Robert Oppenheimer al uso de la energía nuclear con efectos militares en manos de los estadounidenses hizo que en 1954 se iniciase un proyecto contra él, en el que fue acusado de filocomunista. 6. Es de sobra conocida la supuesta frase de Einstein: “No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero en la Cuarta Guerra Mundial usarán palos y piedras”. 7. E=mc2. Si la energía no es otra cosa sino materia vertiginosamente acelerada, solo faltaba acelerarla físicamente para transmutarla en energía. Es lo que hicieron Rutherford, en Cambridge, y Fermi, en Chicago. 8. Además de necesidades presupuestarias parece que la Guerra del Sinaí en 1956 supuso un cierto riesgo de enfrentamiento real nuclear en el momento en el que la urss amenazó con intervenir al lado de Egipto contra Francia, Reino Unido e Israel.

por masivas políticas informativas que, por un lado, comunicaban y alertaban de una potencial amenaza del bloque soviético y, al mismo tiempo, permitían implantar estrategias políticas y económicas internas. Por ende, el miedo apocalíptico contaminó los mensajes culturales y de entretenimiento de la década de los cincuenta al adaptarlos al contexto de una amenaza constante9. La puesta en escena de la inseguridad apocalíptica atómica tuvo diversos escenarios en la sociedad mediática occidental de la posguerra y buena parte de los medios de comunicación masiva –la radio, la prensa, la televisión, el cine, la novela, el cómic, etc.–, generaron una verdadera iconografía del desastre nuclear. En esa construcción cultural del miedo apocalíptico el cine tuvo un papel relevante en la creación de la cotidianidad del desastre nuclear en tanto que era el medio de comunicación de masas más popular. A partir de los años cincuenta la cinematografía estadounidense se nutrió de numerosas películas que imaginaron la mutación sufrida por diferentes seres vivos expuestos a la radiación de las pruebas nucleares realizadas por el ser humano convirtiéndolos en un peligro para la humanidad. Entre todas ellas cabe destacar The Beast from 20.00 Fathoms (El Monstruo de Tiempos Remotos, Eugène Lourié, 1953) donde una prueba nuclear derrite un glaciar y despierta al dinosaurio que allá se encontraba hibernando; Them! (La Humanidad en Peligro, Gordon Douglas, 1954) narra cómo gracias a una mutación causada por un ensayo atómico las diminutas hormigas de un desierto del sur de los ee.uu. mutan y se convierten en gigantes monstruos que atacan ciudades enteras; The Day the World Ended (El Día del Fin del Mundo, Roger Corman, 1955), donde se cuenta cómo siete supervivientes de una guerra nuclear, además de enfrentarse con todo tipo de seres vivos, incluidas plantas, que han mutado por los efectos de la radiación, deben tratar de convivir en la soledad postapocalítica10, y, finalmente, cabe destacar The Incredible Shrinking Man (El Increíble Hombre Menguante, Jack Arnold, 1957), magnífica película, adaptación de una novela, narra cómo un hombre comienza a menguar progresivamente después de haber estado expuesto en mar abierto a una extraña nube, posiblemente radioactiva, y cómo se acomoda a su nueva realidad. 9. En relación con la connivencia de la cultura con políticas nacionales e internacionales estadounidense puede consultarse el libro de Stonor (2001). 10. En 1951 se estrenó en los ee.uu. una particular película titulada Five, dirigida por Arch Oboler con argumento parecido. EL largometraje narraba las peripecias de únicos cinco supervivientes tras una hecatombe nuclear.

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La industria cinematográfica de Ciencia Ficción se hizo eco del discurso del miedo atómico y la amenaza de holocausto nuclear que supone la política de paridad nuclear llevada a cabo por las dos superpotencias mundiales Con estas producciones cinematográficas se inició todo un imaginario y bestiario colectivo apocalíptico, que Susan Sontag enuncia como “imaginación del desastre” (Sontag, 1984), consecuencia directa del miedo surgido por los ensayos nucleares necesarios en la carrera de armamentos de los dos bloques enfrentados, que va a ser absolutamente popular en la cultura de masas en Occidente hasta la actualidad11.

EL DISCURSO APOCALÍPTICO EN LOS AÑOS SESENTA (1960-1972): EL HOLOCAUSTO NUCLEAR Al inicio de los años sesenta, como consecuencia de la reformulación de la Guerra Fría, la doctrina estadounidense de la represalia masiva fue sustituida por la doctrina de respuesta flexible o doctrina McNamara, basada igualmente en el uso del jinete atómico como disuador. Las crisis de Berlín y, sobre todo, de Cuba en 1961 y 1962, respectivamente, plantearon la posibilidad real de un enfrentamiento atómico entre ee.uu. y la urss, por lo que el discurso apocalíptico del miedo atómico en la sociedad occidental llegó a un momento supremo. El terror al desastre atómico no desapareció una vez solucionada la crisis en la isla caribeña con la retirada de los misiles soviéticos de la isla, ya que la urss comprendió que para lograr una determinada estabilidad política y militar con los ee.uu., en el plano estratégico, era indispensable alcanzar la paridad nuclear con la consiguiente aceleración de la carrera armamentística. El equilibrio atómico solo se alcanzó a mediados de la década y reforzó el discurso del miedo apocalíptico en occidente ya que en caso de enfrenamiento bélico entre las dos superpotencias el resultado sería, ya sin ninguna duda, la destrucción mutua asegurada12. Pero la escalada en el enfrentamiento entre los ee.uu. y la urss no fue el único factor que llevó al discurso del miedo apocalíptico a su auge en la 11. Estos títulos son solo una muestra de las numerosas películas, muchas de serie B, que recrean la mutación de seres vivos por efectos radioactivos. En el cine japonés los largometrajes son también muy numerosos, destacando la serie de Godzilla.

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12. Es interesante destacar que en el bloque soviético no se produjeron películas que alimentaran una iconografía del desastre. Hubo que esperar hasta 1986 cuando el largometraje Cartas de un hombre muerto, de Konstantin Lopushansky, trató el tema del apoclipsis nuclear.

década de los sesenta. Cabe destacar que el aumento del club de países nucleares, es decir, Estados en posesión o en condiciones de posesión, se amplió y, por tanto, la amenaza de un apocalipsis nuclear dejaba de ser responsabilidad exclusiva de la urss y de los ee.uu., para derramarse por otros estados del planeta13. Ante esta nueva realidad, en 1968, apareció el Tratado de No proliferación suscrito por los principales Estados nucleares, excepto por Francia e India. Sin embargo, como Juan Carlos Pereira (2001: 438) afirma, “a pesar de la aparición de signos alentadores de coexistencia, tanto en forma de Tratados –cuyo símbolo puede ser el firmado el 1 de julio de 1968, Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares–, o por medio de encuentros multilaterales, el enfrentamiento bipolar propio de la Guerra Fría en ese período no desapareció”. Al igual que en la década precedente, la industria cinematográfica de Ciencia Ficción se hizo eco del discurso del miedo atómico y la amenaza de holocausto nuclear que supone la política de paridad nuclear llevada a cabo por las dos superpotencias mundiales y desarrolló una iconografía del holocausto nuclear, sin abandonar las producciones de seres vivos mutantes, retratando la vida en el planeta inmediatamente después de una guerra con armas atómicas. La iconografía del discurso del miedo apocalíptico nuclear se inició con una película de importante repercusión social, On The Beach (La Hora final, Stanley Kramer, 1959). Exhibida en 1960, se sitúa en 1964, una vez producida la hecatombe nuclear que ha acabado con la vida de casi todo el planeta salvo en Australia donde sus habitantes esperan la llegada de la nube radioactiva que acabará irremediablemente con ellos. La película refleja por primera vez un futuro aterrador realmente cercano, acorde con las potencialidades destructivas de las relaciones internacionales vigentes en la Guerra Fría. Especialmente impactantes para los espectadores del momento fueron las imágenes de la ciudad de Los Ángeles completamente desierta. En el mismo año de exhibición de On The Beach se estrenó The Time Machine (El tiempo en sus manos, George Pal, 1960) basada en la novela de H.G. Wells, cuyo argumento trata sobre la posibi13. En 1960 Francia hizo explotar su primera bomba atómica y cuatro años más tarde lo hizo China.


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lidad de viajar en el tiempo. Lo que interesa destacar es que el protagonista salta en el tiempo desde principios del siglo xx hasta 1966, justo en el momento en el que se inicia una Guerra Mundial Nuclear y la consiguiente destrucción total planetaria. Cabe destacar que, al igual que en On The Beach, nos encontramos que el holocausto nuclear se imagina solo a unos años del momento en el que se produce y estrena la película, indicando la existencia de un miedo real a un conflicto nuclear en la sociedad del momento. Un año después se estrenó la ocurrente The Day the Earth Caught Fire (El día en el que la Tierra se incendió, Val Guest, 1961) donde se narra cómo la tierra pierde su órbita como consecuencia de dos pruebas nucleares realizadas en los polos del planeta. En oposición a la superficialidad de la mayoría de las películas estrenadas hasta el momento en Occidente con temática apocalíptica, en 1963 un cortometraje francés titulado La Jetée, dirigido por Chris Markerras, narra a través de fotogramas fijos los avatares de unos científicos tras una guerra nuclear. Un año más tarde, de nuevo en el ámbito anglosajón, aparecieron dos interesantes formulaciones del miedo nuclear. La primera de ella se encuentra en la película de política-ficción Fail Safe (Punto Límite, Sidney Lumet, 1964) donde el presidente de los ee.uu., debido a un error de un avión estadounidense que vuela hacia Moscú con carga atómica, ofrece a su homólogo soviético destruir la ciudad de Nueva York y de esta forma seguir manteniendo el equilibrio mundial. Es obvio que en esta película es un fiel reflejo de la política de contención nuclear entre las dos grandes potencias. Por el contrario, el magnífico largometraje Dr. Strangelove, or How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb (¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, Stanley Kubrick, 1964) colabora en popularizar el discurso del miedo apocalíptico con la innovación del humor y la sátira política. A mediados de la década, la bbc produjo el falso documental The War Game (El Juego de la Guerra, Peter Watkins, 1965) que retrata las consecuencias inmediatas de un ataque nuclear en Rochester. La crudeza de los efectos imaginados sobre la ciudad inglesa hizo que finalmente la cadena pública británica decidiera no emitir el largometraje por televisión y fue estrenado en salas de cine. El impacto social de este falso documental no quedó reducido a la sociedad británica y en 1965 ganó el Óscar al mejor documental. Finalizando la década de los sesenta fue exhibida una nueva película clave en la iconografía del miedo apocalíptico, titulada Planet of the

Apes (El Planeta de los Simios, Frankilin J. Schaffner, 1968), donde se narra cómo varios astronautas viajan en el espacio y aterrizan en un planeta donde los hombres se encuentran en un estado de bestialidad similar al de los animales y se encuentran dominados por simios. El impactante final se convirtió en el principal icono del miedo, pánico y psicosis vivida por la sociedad de los sesenta y setenta, ya que el espectador descubre que el astronauta protagonista nunca salió de la Tierra sino que simplemente viajó en el tiempo. En el futuro de nuestro planeta todo rastro de civilización ha desaparecido y automáticamente en la mente del espectador se asocia el fin de la humanidad con el apocalipsis nuclear, cuando al final del largometraje aparece la estatua de la Libertad semihundida en una playa. Esta escena final se convirtió en una de las más potentes imágenes del discurso del miedo atómico a partir de ese momento. La película, por tanto, recoge lo que puede ser la mayor transformación del hombre por medio de su tecnología y ciencia sin necesidad de una mutación genética. El hombre ha llevado al hombre a un estado de absoluta bestialidad por debajo incluso de los simios que han evolucionado hasta convertirse en los seres inteligentes que hoy somos nosotros14. Ya en la década de los setenta, un nuevo hito cinematográfico de ciencia ficción que construye la iconografía del discurso apocalíptico en Occidente durante la Guerra Fría se estrenó bajo el título de The Omega Man (El último Hombre… Vivo, Boris Sagal, 1971). Como novedad en el discurso del miedo, esta película muestra el principal efecto de una guerra bacteriológica, y no nuclear, a través de la soledad de un único hombre que ha sobrevivido15. De esta representación cinematográfica del mundo postapocalíptico cabe destacar una de las escenas del largometraje en la que el protagonista de la película se encierra en un cine a contemplar lo que fueron los últimos días de fraternidad y paz en ee.uu. simbolizados en el concierto de Woodstock.

EL DISCURSO APOCALÍPTICO EN UN MUNDO EN TREGUA (1972 A 1979): EL MIEDO AL USO CIVIL DEL ÁTOMO En 1972 apareció el primer instrumento bilateral entre los ee.uu. y la urss, que limitó la posesión de armas nucleares, conocido como Con14. No es fortuito que el símbolo masculino de los sesenta y setenta en ee.uu., el actor Charlton Heston, aparezca desvirilizado por los propios monos, como bien señalan Bou y Pérez (2000: 71). 15. El largometraje está basado en la novela I am Legend (Soy Leyenda), de Richard Matheson, publicada en 1958.

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versaciones para limitación de Armas Nucleares (salt i) y siete años después, en 1979, ambos países nucleares acordaron por vez primera la reducción específica de las cabezas nucleares y sus medios portadores. En el período de distensión comprendido entre estos dos acuerdos, a pesar de todas las reservas posibles, el discurso apocalíptico bélico nuclear se debilitó pero, sin embargo, el discurso del miedo al átomo se mantuvo en escena ya no como una amenaza del enfrentamiento militar sino por sus consecuencias, también nefastas, en su uso civil como nueva fuente de energía. El uso civil de la energía atómica se inició el 21 de diciembre de 1951, cuando el reactor de pruebas ebr i de Arco Valley, en Idaho (ee. uu.), suministró por primera vez electricidad. Dos años más tarde, en 1953, el presidente de los ee.uu. D. E. Eisenhower presentó a las Naciones Unidas su programa “Átomos para la paz”, que reflejaba las grandes posibilidades de aprovechamiento pacífico de la energía nuclear. A pesar del primer accidente nuclear importante en Windscale, en Inglaterra, en 1957, el optimismo energético civil nuclear se mantuvo y los símbolos de la primera Exposición Universal celebrada tras la ii Guerra Mundial, en 1958, fueron la energía atómica y la tecnología espacial. Durante los años sesenta el uso civil de la energía nuclear inició un vertiginoso ascenso que fue reforzado con la Crisis del Petróleo de 1973. En paralelo a este avance en el uso civil del átomo, y a medida que proliferaban las centrales nucleares en Occidente, surgieron voces que denunciaban su uso. De este modo, el discurso del miedo apocalíptico al átomo se transformó poco a poco en un discurso del miedo al desastre por un mal uso de la energía nuclear civil. Prueba ello es la alerta acerca de los problemas de las centrales nucleares estadounidenses que Carl Hovecar, coautor de los métodos de análisis de los reactores nucleares en la aec (Comisión Americana de la Energía Atómica), trasladó a la opinión pública estadounidense en 197516. El miedo al uso civil del átomo se reforzó cuando cuatro años más tarde, en 1979, se produjeron dos accidentes importantes en los ee.uu., una fuga de uranio de la planta combustible secreta de Erwin, en Tennesse, y la fuga de una nube radioactiva al romperse una bomba de agua en la isla de Three Mille, en Pennsylvania, que reforzaron el discurso del miedo al átomo con uso civil. No es casual que al disminuir el discurso del miedo al enfrentamiento bélico también disminuyeran la iconografía y las representaciones

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16. La aec ordenó el cierre de 15 de los 51 reactores nucleares productores de electricidad.

cinematográficas apocalípticas. En este período de distensión tan solo cabe destacar dos películas. Por un lado, una nueva manifestación del hipotético apocalipsis atómico mostrado en 1974 en la película Zardoz, de John Boorman, donde el protagonista, Sean Connery, y el resto de la especie humana se encuentran en un estado intermedio entre la barbarie y la tecnología. Por otro lado, cabe recordar The Ultimate Warrior (Nueva York, Año 2012, Robert Clouse, 1975) donde el espectador vuelve a experimentar la soledad posnuclear sin ninguna innovación iconográfica notable. Por el contrario, frente a la disminución de largometrajes con temática apocalíptica atómica, consecuentemente al nuevo contexto político y energético internacional, se estrenaron algunas películas que trataron de mostrar desastres nucleares de la energía atómica con uso civil. Es destacable The China Syndrome (El Síndrome de China, James Bridges, 1975) donde se narran los riesgos de una central nuclear sobre Los Ángeles en Estados Unidos17.

EL DISCURSO APOCALÍPTICO EN LOS AÑOS OCHENTA (1980-1989): LA ÚLTIMA ICONOGRAFÍA DEL DESASTRE En la conocida Era Reagan (dos mandatos presidenciales entre 1980 y 1988), el miedo volvió a adueñarse de la opinión pública occidental en tanto que los métodos y lenguajes de la Guerra Fría se actualizaron como consecuencia del nuevo programa de rearme estadounidense denominado La Iniciativa de Defensa Estratégica (dsi), popularmente conocida en los medios como la Guerra de las Galaxias. Por lo tanto, el discurso del miedo apocalíptico resurgió en la cultura de masas y en el imaginario colectivo occidental iniciándose una nueva etapa iconográfica del desastre nuclear apoyada por los avances informáticos y tecnológicos de efectos especiales en la industria cinematográfica. La película que inició esta época, coetánea a los primeros discursos del miedo en la era Reagan, es Mad Max 2, dirigida en 1981 por George Miller. Esta producción australiana muestra un futuro postapocalíptico no muy lejano, desértico, sin casi población, dominado por la violencia y en continua competición por el escaso petróleo. Sin embargo, la producción que más conmocionó a la opinión pública estadounidense y europea fue el telefilm The Day After (El Día Después, Nicholas Meyer, 1982). El largometraje se estrenó por te17. Este largometraje se considera el mejor dentro del discurso del miedo a la energía nuclear con uso civil. En la década siguiente encontramos la película Silkwood, dirigida por Mike Nichols en 1983.


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levisión en el momento más álgido del debate en ee.uu. en torno al programa de defensa estratégica de la administración Reagan, consiguiendo un amplio eco en la opinión pública estadounidense. En Europa, el telefilm llegó precedido por una fuerte publicidad en los medios de comunicación y se exhibió en salas comerciales. The Day After narra los efectos de una guerra nuclear en la piel de ciudadanos estadounidenses sin ningún tipo de sentimentalismo y con toda la crudeza. Desde una perspectiva que recuerda al documental, pero

sin llegar a los límites de la producción británica The War Game (El Juego de la Guerra, Peter Watkins, 1965), el punto de vista narrativo es intimista y, en consecuencia, narra el sufrimiento de las personas corrientes afectadas por el desastre nuclear. Ese tono intimista se mantuvo un año más tarde en la película Testament (Testamento final, Lynne Littman, 1983) que, del mismo modo, acerca al espectador a los efectos del desastre nuclear desde el punto de vista de ciudadanos de a pie de un pequeño pueblo de los ee.uu.

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Durante la Guerra Fría, por primera vez en la historia, la idea de la autodestrucción se hizo realidad y, en consecuencia, el discurso del miedo apocalíptico se revitalizó y se sublimó en diferentes productos culturales, entre los que se destacó el cine. Muchos de los textos cinematográficos estrenados en este período reforzaron la tradición cultural judeocristiana del miedo apocalíptico y reformularon su iconografía.

El año 1983 es clave para el discurso del miedo apocalíptico en Occidente. El 23 de marzo el presidente de los ee.uu., Ronald Reagan, anunció por televisión en un discurso premeditadamente teatralizado, ante la opinión pública estadounidense e internacional, La Iniciativa de Defensa Estratégica (dsi), denominada por los medios como Guerra de las Galaxias. Este nuevo sistema de defensa suponía el regreso a la tensión entre los bloques soviético y occidental, la vuelta a la carrera armamentística nuclear pero bajo unos parámetros diferentes a la disuasión nuclear y equilibrio del terror precedentes y el retorno del discurso del miedo apocalíptico en la cultura de masas de Occidente. Coincidentemente, ese mismo año, junto con Testament (Testamento final, Lynne Littman, 1983), se estrenó en las salas de ee.uu. y Europa occidental la popular War Games (Juegos de Guerra, John Badham, 1983). La película narra como un joven pirata informático entra involuntariamente en el sistema de defensa nuclear del Departamento de Defensa y está a punto de desencadenar un conflicto nuclear a escala mundial. La película fue muy popular entre la juventud occidental de los años ochenta atrapada ya por los primeros pasos de la informática y educada en el nuevo repunte de la Guerra Fría. Pero la iconografía del desastre nuclear en este nuevo reinado del discurso apocalíptico, iniciado en 1983, no se limita al ámbito anglosajón y cabe destacar una producción francesa, Le Dernier Combat (Kamikaze 1999, Luc Besson, 198318), donde los supervivientes al holocausto nuclear compiten violentamente por la comida en un mundo desolado en el que todos los supervivientes han perdido el don de hablar. Un año después de la estratégica alocución televisada de Ronald Reagan, en 1984 se estrenaron varias producciones cinematográficas que recogían el discurso del miedo apocalíptico y re-

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18. La película fue estrenada en el ámbito anglosajón bajo el título The Lasta Battle. Cabe destacar que fue la ópera prima de Luc Besson.

forzaban su iconografía. En el Reino Unido la bbc proyectó por televisión la producción Threads, dirigida por Mick Jackson, acerca de los efectos de un ataque nuclear sobre la ciudad inglesa de Sheffield, y en Canadá, Paul Donovan filmó Def-Con 4 en clara referencia al código de alerta estadounidense en caso de amenaza nuclear. Este largometraje canadiense narra la única supervivencia de unos astronautas que regresan a la Tierra tras una guerra nuclear. Pero de las películas estrenadas en 1984, la más impactante fue sin duda Red Dawn (Amanecer Rojo, John Milius, 1984) en tanto que, si bien no narra un holocausto nuclear, cuenta cómo tropas soviéticas y cubanas invaden un pueblo de Colorado iniciando la iii Guerra Mundial. Los protagonistas en esta ocasión son jóvenes estadounidenses que tras seguir el llamado patriótico defienden los valores de su país. Por último, en la construcción de la iconografía del discurso del miedo apocalíptico cabe destacar dos producciones animadas. La primera de ellas, un cortometraje canadiense, titulado The Big Snit, Richard Condie, de 1985 que narra la cotidianeidad de una pareja mientras ocurre una guerra nuclear, y el largometraje titulado When the Winds Blows (Cuando el Viento Sopla, Jimmy T. Murakami, 1987), basado en un cómic previo, donde se muestra la crudeza de una hipotética guerra nuclear en dos entrañables y optimistas ancianos ingleses que se enfrentan a su muerte segura, a pesar de seguir todas las recomendaciones de supervivencia oficial, tras una guerra nuclear.

1989, ¿EL FIN DEL DISCURSO DEL MIEDO APOCALÍPTICO? El 9 de noviembre de 1989 el símbolo del enfrentamiento entre el bloque soviético y Occidente, el muro de Berlín, era derruido por los ciudadanos alemanes poniéndose fin a la Guerra Fría. ¿Terminó entonces el discurso apocalíptico del miedo? ¿Finalizó la construcción simbólica e imaginaria de la iconografía del desastre propia de la tradición apocalíptica occidental judeocris-


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tiana? Los sucesos del 11 de septiembre de 2011 nos responden con una contundente negación. Independientemente de los acontecimientos en Nueva York, no deben obviarse dos factores que operan tanto inconsciente como conscientemente en Occidente. Por un lado, la tradición judeocristiana sobre la que se fundamenta buena parte del imaginario cultural y algunas estructuras de pensamiento colectivas, arraigadas en nuestro inconsciente colectivo, mantienen la idea de un necesario advenimiento de un apocalipsis; y por otro lado, nos consta que a lo largo de la historia occidental el discurso del miedo ha sido una herramienta política consciente del poder para someter sociedades o manipular la opinión pública. Por tanto, puede augurarse que el discurso del miedo apocalíptico no abandonará fácilmente la cultura de masas en Occidente e, incluso, no es arriesgado afirmar que nos encontramos sumidos en una nueva reformulación del discurso y de su iconografía en connivencia, de nuevo, con los intereses de Occidente. Sea como sea, lo cierto es que el contexto de la Guerra Fría impuso una nueva iconografía al discurso del miedo apocalíptico como consecuencia de la carrera de armamentos y la proliferación en las armas nucleares de destrucción masiva. Las políticas de equilibrio de terror hicieron resurgir la tradición judeocristiana, planteada sobre la linealidad de la historia. Durante la Guerra Fría, por primera vez en la historia, la idea de la autodestrucción se hizo realidad y, en consecuencia, el discurso del miedo apocalíptico se revitalizó y se sublimó en diferentes productos culturales, entre los que se destacó el cine. Muchos de los textos cinematográficos estrenados en este período, algunos de ellos destacados en este artículo, reforzaron la tradición cultural judeocristiana del miedo apocalíptico y reformularon su iconografía, haciéndola absolutamente notoria en tanto que el cine es el medio más popular en la cultura de masas propia de la segunda mitad del siglo xx. Las representaciones cinematográficas del desastre nuclear no son más que nuevas imágenes que enriquecen una iconografía occidental bajo la cual se encuentra una común estructura escatológica basada en el inevitable corolario de la muerte, pues como bien indica Delumeau (1989: 39), el apocalipsis es una “obsesión que ha estado omnipresente en las imágenes y las palabras de los europeos (a los que habría que añadir, occidentales en general) en el inicio de los tiempos modernos”, e incluso antes. Entonces, tal vez no sea arriesgado suponer que los largometrajes citados en este artículo no fueron solo un producto cultural de una realidad his-

tórica excepcional como la Guerra Fría sino la nueva representación de una misma estructura subyacente de pensamiento escatológico en la tradición occidental. Si aceptamos esta premisa, entonces, podemos afirmar, siguiendo a Félix Duque (2000: 136-137), que el discurso del miedo apocalíptico continuará en Occidente y que su iconografía encontrará nuevas imágenes que alimenten el miedo colectivo a un seguro e inevitable final. 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bou, Núria y Xavier Pérez (2000). El Tiempo del Héroe. Épica y masculinidad en el cine de Hollywood. Barcelona: Paidós. Bull, M. (comp.). (1995). La Teoría del Apocalipsis y los fines del Mundo. México: Fondo de Cultura Económica. Delumeau, J. (1989). El miedo en Occidente (siglos xiv-xviii). Madrid: Taurus. Duque, F. (2000). Filosofía para el fin de los tiempos. Tecnología y apocalipsis. Madrid: Akal. Pereira, J. C. (coord.) (2001). Historia de las Relaciones internacionales contemporáneas. Barcelona: Ariel. Puiseux, H. (1987). L’Apocalipse nucléaire et son cinema. París: Editions du Cerf. Sontag, S. (1984). “La imaginación del desastre”, en Contra la Interpretación y otros ensayos. Barcelona: Seix Barral. Stonor, F. (2001). La cia y la Guerra Fría Cultural. Madrid: Debate. Teotte, J.P. (2002). El cine de Ciencia Ficción. Madrid: Cambridge University Press.

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La semántica del discurso y la teoría de la gestión de la información. Análisis del discurso poético en la obra de Silvio Rodríguez ENERO-JUNIO 2013

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VIVIAN LETICIA ROMEU ALDAYA

La Habana, Cuba, 1970. Doctora en Comunicación Social por la Universidad de La Habana, Cuba. Profesora-investigadora de la Academia de Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Correo-e: vromeu.romeu@gmail.com

RESUMEN Partiendo de la semántica del discurso, en este texto se realiza un análisis de dos canciones de Silvio Rodríguez, con el objetivo de discutir sobre los procedimientos de análisis del discurso poético para develar la organización estructural del mismo. Nos interesa conocer qué núcleos retórico-estéticos articulan este discurso y cómo opera a nivel de sentido el tratamiento simbólico de dichos núcleos para lectores ideales. Para ello utilizaremos la semántica del discurso, específicamente la propuesta de la gestión de la información de Wallace Chafe (1994) y el modelo teórico del hablante de Willem Levelt (1989), pero nuestro análisis solo se ocupará del enunciado desde una perspectiva pragmática que nos permitirá revelar cómo se configuran los sentidos en un texto poético en función de un lector ideal. Ello obedece a la consideración de que si bien los textos adquieren su actualización en los procesos de lectura, éstos deberán estar necesariamente limitados por la estructura del discurso del cual parten.

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Palabras clave: Discurso poético; Semántica; Gestión de la información; Silvio Rodríguez.


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ABSTRACT Starting off of the semantics of the speech, in this text we made an analysis of 2 songs of Silvio Rodriguez with the objective to discuss on the procedures of analysis of the poetic speech to reveal its structural organization. It interests to us to know what rhetorical-aesthetic nuclei articulate this speech and how it operates at sense level the symbolic treatment of these nuclei for ideal readers. For it we will use to the semantics of the speech, specifically the proposal of the management of the information of Wallace Chafe (1994) and the theoretical model of the speaker of Willem Levelt (1989), but our analysis will only take care of the statement from a pragmatic perspective that will allow us to reveal how the senses in a poetic text based on an ideal reader are formed. It obeys to the consideration of which although texts acquire his update in the reading processes, these will have to be necessarily limited by the structure of the speech of which they part. Keywords: Poetic Speech; Semantics; Management of Information; Silvio Rodríguez.

INTRODUCCIÓN

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ilvio Rodríguez es una de las figuras representativas de la ya no tan nueva canción cubana. Su obra se conoce en casi todo el mundo de habla hispana y es especialmente acogida en Latinoamérica y España. Sus canciones versan sobre diversos temas, pero éstos bien pueden resumirse en dos: los de índole sociopolítica y los relacionados con las problemáticas del ser humano, desde las éticas que son casi un estilo en su obra hasta las amorosas, más comunes en la poesía universal. Desde el punto de vista poético, sus canciones resultan emblemáticas por el alto nivel metafórico que las configura (Romeu, 2010), lo que implica su embellecimiento pero sobre todo la convocatoria que hace para una lectura imaginativa y estética1; precisamente por ello el abordaje del discurso poético resulta pertinente para los estudios sobre el discurso en tanto ha sido un área de análisis explotada más como tratamiento literario y retórico que como discurso en sí y también porque ello justamente plantea retos metodológicos y teóricos que se deben atender. Desde la perspectiva de los estudios del discurso literario, según Adriana Rodríguez (2008), éstos pueden ser divididos en tres grandes tendencias: la formal-estructuralista, enfocada al funcionamiento sintáctico de los textos; la tipologicista, centrada en la realización de tipologías de los gé-

1. Nos referimos a una lectura estética, desde el paradigma estético de la estesis como condición de la existencia del ser propuesto hace unos años por Katya Mandoki, que hemos abordado desde el punto de vista semiótico y cognitivo en el reciente texto “Recursos epistémicos y conceptuales para comprender el fundamento comunicativo del arte”. Por publicarse a fines de este año en la revista digital Avatares, de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, número 4, en el dossier Comunicaciones en el arte / El arte en la comunicación (en proceso).

neros discursivos, en específico aquella enfocada en el aspecto no diferencial del discurso literario, y la crítica, que se aglutina en torno a la dimensión social de la literatura y su impacto en los individuos y grupos socioculturales. Como bien afirma la autora, todas ellas comulgan y se contraponen simultáneamente en función del tratamiento dado a los aspectos centrales de todo discurso: autor, texto/obra, lector y contexto, aunque hay que señalar que por lo general los dos primeros se abordan desde un enfoque estructural, y las dos últimas desde uno pragmático, división que la mayor parte de las veces conlleva a una polarización del tratamiento analítico del discurso literario que no logra reunirse para dar cuenta de su naturaleza singular, lo que plantea una necesidad insoslayable en este campo de estudios. Como afirma Prada Oropeza en Literatura y realidad (1999), el discurso literario posee un carácter sui géneris determinado en primer lugar por la naturaleza estética y autorreferente de la obra de arte, lo que aunado a la pretensión textual de verdad que intenta recrear a partir de la organización y configuración de sus códigos internos, posibilita la gestación de un proceso de lectura que se erige en función de una interpretación siempre posible, nunca real. Ante esta restricción, el análisis del discurso se ve socavado en las mismas bases teóricas y metodológicas que le dan existencia, ya que desde la perspectiva del filósofo boliviano, precisa de un acercamiento tanto estructural como pragmático. Lo anterior se afirma si tenemos en cuenta, como plantea Nancy Spivey (1997), que el proceso de construcción de la identidad del autor se lleva a cabo no solo en función de las conexiones que éste pueda establecer con otros autores y textos (dimensión individual de la voz autoral, por ejemplo), sino también en función del uso e interpretación que los lectores les dan a los textos del

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autor en cuestión, por lo que soslayar el papel del lector en los procesos de creación y enunciación resulta a todas luces un rotundo absurdo. Esa es la razón por la que en este trabajo pretendemos abordar la reflexión teórica sobre el discurso literario a partir de la investigación aplicada que supone nuestro posicionamiento al interior de la semántica del discurso, aunque debemos acotar desde el inicio que se trata más bien de realizar dicho análisis solo teniendo en cuenta al texto poético como texto inmanente pero en su necesaria relación con el lector ideal, tal y como lo señala acertadamente Prada Oropeza (1999). Ello resulta pertinente porque consideramos que la semántica del discurso, en tanto se enfoca en el análisis de la estructura del discurso para desde ahí analizar la capacidad de los lectores en aras de integrar el conocimiento obtenido, permite vincular desde el análisis de la estructura discursiva, la configuración de los sentidos que un texto despliega en función de ese lector ideal. Por ello, en el entendido de que todo discurso se gesta y enuncia dentro del amplio marco de los procesos contextualizados de recepción e interpretación, es lógico pensar que el discurso literario o poético también se halla estrechamente relacionado con los contextos simbólicos que funcionan como marcos que limitan tanto las posibilidades expresivas de los autores como las posibilidades interpretativas de los lectores; así, las estrategias discursivas que manejan la eficacia comunicativa en los discursos poéticos deben anunciar posiciones que van más allá de la comprensión y aceptación de lo que se dice, atendiendo más bien al cómo se dice. Justo ello es lo que consideramos pertinente en tanto aspecto para comprender el tipo de estrategias discursivas que despliega un autor para construir un enunciado eficaz al margen de las proposiciones per se.

LA SEMÁNTICA DEL DISCURSO Y SU LUGAR EN LAS TEORÍAS DEL DISCURSO

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La semántica del discurso se encuentra inscrita en la perspectiva pragmática de las teorías sobre el discurso. Dicha perspectiva postula la relación discurso-lector como la única relación posible en el estudio del discurso en el entendido de que si bien la organización de un discurso está determinada por la sintaxis, esto no resulta suficiente toda vez que se soslaya la actividad interpretativa de los hablantes que desempeña un papel central en el procesamiento mismo de la información que el discurso provee. Lo anterior

obedece a la centralidad que ha adquirido en los estudios del discurso, en particular en los estudios literarios, la figura del lector u oyente, así como la naturaleza dinámica del discurso. Se afirma que el carácter social de todo discurso, incluyendo a la literatura, se halla estrechamente vinculado con la interpretación del lector, toda vez que es éste quien actualiza o concreta el texto durante el proceso de lectura (autores como Jauss, Maurer, Iser, entre otros, postulan esta premisa). Pero precisamente, debido a ello, la relación discurso-lector que la corriente pragmática de los estudios del discurso ha impuesto como necesaria e insoslayable, como programa general de investigación ha sido mayormente comprendida desde la perspectiva del lector más que de la relación misma entre discurso y lector. Al centrarse en el lector enfoques diversos, como la teoría de la comunicabilidad propuesta por la Escuela Lingüística de Valparaíso, en Chile, o los enfoques cognitivos que en su conjunto enfatizan el papel de la comprensión del discurso por parte de los lectores a la manera como lo hace el análisis del discurso emocional, se olvidan de desarrollar un aspecto fundamental que ciertamente no está muy de moda en estos días, a saber, que el poder del lector o intérprete se encuentra siempre limitado, al igual que el del autor, por la forma u organización estructural del texto en cuestión. Esta condición fundamental –básicamente demeritada a raíz del auge de los estudios de recepción, el principio de democracia semiótica y el giro culturalista en las ciencias sociales– se ha visto reducida en buena parte de los estudios del discurso como si se diera por hecho, erróneamente a nuestro juicio, que el problema de la significación está circunscrito solo a la recepción y el de la comprensión únicamente al de la lectura. En ese sentido, el enfoque teórico-metodológico de la semántica del discurso se erige como una opción viable para garantizar un análisis que tenga en cuenta las restricciones a las que son sometidos tanto autor como lector durante la construcción de la significación de un discurso. Es así como anclada en las coordenadas de la semiótica, la semántica del discurso instala como premisas fundamentales de su propuesta el hecho de que la significación resulta un proceso de producción de sentidos más que de reproducción de significados, pero al mismo tiempo señala que dicho proceso, al ser activado por medio de signos cuya emergencia es situada, es constitutivamente un proceso semiótico restringido que hace depender sus resultados de los recursos interpretativos disponibles del intérprete, de manera que éste la integre a modo de conocimiento.


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En el caso particular del discurso poético hay que tener en cuenta que como la función comunicativa está poderosamente relacionada con la función estética, las estrategias discursivas que se emplean parten de un manejo de la información que no está dado solo por el contenido sino también por la forma como dicho contenido se informa. En ese sentido, podemos afirmar que la semántica del discurso se ocupa de “cómo las proposiciones individuales en un texto o discurso se integran [en la mente del lector]2 para reflejar apropiadamente la representación conceptual del hablante y para optimizar la creación de una representación conceptual apropiada en el oyente (Tomlin et al, 2008: 162), a partir de lo cual se posibilita la integración de la información gestionada a modo de conocimiento. En el caso particular del discurso poético hay que tener en cuenta que como la función comunicativa está poderosamente relacionada con la función estética3, las estrategias discursivas que se emplean parten de un manejo de la información que no está dado solo por el contenido sino también por la forma como dicho contenido se informa (por ejemplo la manera de decir las cosas metafóricamente); de ahí la necesidad no solo de abordar la retórica como instrumental decorativo de un texto, sino también como estructura de organización del sentido en función de una concepción amplia de eficacia. Ello implica tener en cuenta al mismo tiempo la gestión de la información lingüística y extralingüística en los textos, de manera que ambas configuren el repositorio del que el autor se vale para generar sus estrategias de comunicabilidad en función del umbral de comprensión de los lectores. A pesar de ello, y debido a que en este trabajo solo nos enfocaremos en el análisis de un discurso verbal (letras de las canciones seleccionadas), es este último posicionamiento metodológico en torno a la relación entre estructura del significado en el texto y el significado percibido por el lector u oyente lo que nos hace recurrir a la semántica del discurso para el abordaje analítico que aquí se propone. Como lo afirman los especialistas, la integración del conocimiento requie2. El añadido es nuestro. 3. Entendemos la función estética, como lo señala Mukarovsky, como una función esencialmente enfocada a la reacción emocional a través del estímulo sensorial. Para mayor información consultar Jan Mukarovsky (1977).

re de una gestión efectiva de la información por parte del oyente/lector, pero esto no es condición suficiente para lograrla (Tomlin et al, 2008: 110), pues a nuestro juicio se precisa también de atender a la manera como desde el discurso el hablante o autor organiza la información para el oyente/ lector. Esta última parte es la menos desarrollada por la semántica del discurso –y es precisamente de la que daremos cuenta en este trabajo– pues los investigadores han volcado sus esfuerzos más hacia el procesamiento cognitivo de la información que hacia las coordenadas de producción del discurso en cuestión. Para desarrollar analíticamente cómo se gestiona la información desde el punto de vista del autor, el modelo de la arquitectura del hablante formulado por Levelt (1989) resulta interesante en tanto permite explicar la manera como un hablante o autor organiza la información con vistas a proporcionársela de manera útil al oyente o lector. Dicho modelo se halla estrechamente relacionado con la teoría de la gestión de la información de Wallace Chafe, que funciona tanto para explicar la dimensión de producción de un discurso como para explicar los procesos de apropiación y cognición que tienen lugar en el lector. Ambos soportes fungen de base teórica y metodológica del análisis que pretendemos realizar.

EL MODELO DE LA ARQUITECTURA DEL HABLANTE DE WILLEM LEVELT Y EL ENFOQUE TEÓRICO DE LA GESTIÓN DE LA INFORMACIÓN DE WALLACE CHAFE Como ya hemos comentado, el modelo de la arquitectura del hablante de Levelt (1989) señala que todo enunciado debe su ser a una serie de procesos que tienen lugar dentro de la mente de un autor. Dichos procesos pueden dividirse en tres grandes momentos: el primero es el de la conceptualización de la representación conceptual de su discurso a través del cual el autor inscribe su intención, su tema, los referentes a utilizar para generar comunicabilidad y su punto de vista; el segundo es

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el de la formulación o codificación del enunciado desde el punto de vista gramatical, lexical y fonológico, y, por último, el resultado de los dos momentos anteriores, la articulación por medio del lenguaje en función del oyente, o sea, la emisión concreta o articulación motora de los sonidos que producen el habla (Levelt, 1989, 1999) que en nuestro caso sería la puesta en escena de las canciones. Como se puede notar, para Levelt la producción de lenguaje se concreta a partir de un plan intencional que, consciente o no por parte del autor o hablante, configura un paquete de información cuyo contenido es esencialmente comunicativo, es decir, se instala como un texto o mensaje para el otro, lo que a su vez tiene implicaciones no solo narrativas sino también retóricas en el entendido de que toda movilización de sentido por parte del autor o hablante de un texto proviene de una representación conceptual funcional en términos cognitivos que le permite al autor comunicar el contenido de su mensaje con un grado de eficacia más o menos aceptable para que el lector lo interprete. Es justo aquí donde viene a nuestro auxilio el enfoqueoteórico-metodológico de la gestión de la información propuesto por Chafe (1994), en el que señala que el flujo de la información en el discurso depende del control efectivo de cuatro tipos de in-

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formación: la información retórica que da cuenta del contenido proposicional del discurso, la información referencial que activa los referentes que permiten el establecimiento de una comunicación adecuada entre los interlocutores, la información temática que brinda información sobre los temas desarrollados en el discurso y la información de foco que focaliza la atención sobre algunos referentes para mantener la comunicabilidad. A continuación, una reflexión más detallada de la manera como operan dichas variables en la producción de un discurso.

La gestión retórica del discurso se ocupa a grandes rasgos de la acción que a través del discurso se convoca; por lo general se relaciona con la intención del texto y en ese sentido la acción convocada permite al autor o hablante dirigir también las cuestiones pragmáticas de su discurso, tales como el énfasis, la entonación, el ritmo, etc., y al lector u oyente, orientar su interpretación y restringirla ganando en comprensión textual, a la vez que da paso a la eficacia comunicativa. Lo anterior, además, tiene como función integrar el conocimiento de la información contenida en el texto a partir de consideraciones de orden superior que son provistas justamente por la información retórica (Tomlin et al, 2008: 125). La gestión referencial activa información conceptual que puede o no ser compartida por los interlocutores. Cuando se comparte la información nos referimos a la información dada o conocida; en el caso contrario, se trata de información nueva o no conocida. Sin embargo, la simpleza de definiciones como las anteriores nos lleva a preguntarnos en qué circunstancias se da la información nueva o la vieja. Algunos autores consideran (Halliday, 1967, citado en Tomilin) que la información vieja o compartida es la que el autor prevé que el lector comparte; otros piensan (Prince, 1981, citado en Tomilin) que solo se puede hablar de información dada o nueva en la medida en que se haya mencionado o no en el texto con anterioridad. Para nosotros, estas distinciones no son esencialmente opuestas por lo que en nuestro análisis utilizaremos ambas de forma indistinta. En cuanto a la gestión temática del discurso podemos decir que se trata de ubicar o localizar los conceptos o proposiciones que resultan centrales para el desarrollo del discurso. Para ello también hay varias definiciones, por ejemplo: un tema es elemento clave del discurso cuando resulta el referente sobre el que el resto del discurso predica, o cuando constituye el concepto o suceso principal de un discurso (Tomlin et al, 2008); ambas definiciones tratan el tema como asunto.


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Otros enfoques más complejos, como el de Chafe (1994), por ejemplo, se centran en el problema de la localización del tema en la oración o discurso: específicamente lo conceptualizan como el punto inicial de una emisión, de manera que el tema permita al hablante planear su emisión en función de la progresión de su mensaje yendo desde el aspecto más compartido entre hablante y oyente hasta el menos compartido, lo que no solo enfatiza el carácter dinámico del discurso sino que lo ubica desde la perspectiva instrumentalista de la argumentación (aspecto nada despreciable a los objetivos de este trabajo) y su relación con los procesos cognitivos propios de la comprensión. Por último, la gestión de foco se encarga de manejar lo que Beaugrande (1997) define como informatividad. Como lo afirma Dik (citado en Tomlin et al, 2008: 146) en la gestión de foco “ciertos conceptos y proposiciones parecen ser más novedosos e inexplorados desde el punto de vista del oyente”, lo que implica que lo novedoso no solo es lo que destaca de forma prominente en un discurso, sino lo que de alguna manera (ya sea por nuevo o por inesperado) resulta nuevo para el oyente. Según Chafe (1976), el foco tiene que ver con el modo como el mensaje es empaquetado desde el punto de vista del hablante a partir de la evaluación que realiza sobre el estado mental y cognitivo del oyente, que en nuestro caso, por la naturaleza estético-discursiva de los textos poéticos, resulta ser la valoración del estado del lector ideal4. En ese sentido, Dik et al (1981) postulan una tipología de focos basado en un modelo que tiene en cuenta los usos que se le dan. Veamos.

● Foco de reemplazo: es un foco contrastivo también pero, a diferencia del anterior, a través de éste el hablante intenta remover alguna información incorrecta de la representación mental del oyente y reemplazarla por otra que sea correcta (Dik citado en Tomlin, 2008: 152). ● Foco restrictivo: enfatiza la restricción de un valor dado en la información en el entendido de que el oyente no ha sido lo suficientemente restrictivo o acotado en su interpretación. ● Foco de expansión: añade información a la que el hablante posee. No es un foco contrastivo porque el foco de expansión se da generalmente cuando el oyente posee información correcta, pero incompleta.

● Foco completivo o de completamiento: mediante éste se completa la información en el entendido de que hay vacíos en la información del oyente que le impedirán comprender lo que se dice. Está por ello destinado a enfatizar la información faltante. ● Foco contrastivo: enfatiza la información faltante pero oponiendo un elemento a otro. ● Foco paralelo: es un foco de contraste que se utiliza para oponer dos tipos de información existentes en un mismo discurso. ● Foco selectivo: es un foco de contraste que selecciona un elemento del discurso y lo enfatiza con respecto a una gama de posibles elementos.

EL ANÁLISIS

4. Para abundar respecto a la configuración estético-discursiva del discurso del arte, recomendamos consultar el texto de la autora “La esteticidad como condición de existencia de los discursos poéticos. Una propuesta teórica-metodológica”, en Juan Ruiz (2011: 451-486).

Como se puede observar, del desarrollo de estos cuatro tipos de información (de gestión retórica, temática, referencial y de foco) se desprende que los mismos deben ser gestionados o manejados por el autor o hablante en aras de procurar que se garantice, hasta donde le sea posible, una interacción discursiva eficaz con su interlocutor. Sin embargo, debido a la dificultad que en nuestro caso entraña llevar a cabo el análisis de este tipo de variables desde el punto de vista experimental (en tanto se trata de un texto poético y no de una conversación), recurriremos al análisis del discurso plasmado en el texto de dos canciones del cantautor cubano Silvio Rodríguez que, como ya comentamos, compondrán nuestro corpus, dejando entrever mediante el mismo el matiz de las reflexiones conceptuales y metodológicas que de él se desprendan.

Como ya hemos mencionado, para el análisis semántico que realizaremos, apoyado en la teoría de la gestión de la información de Wallace Chafe, tomaremos dos canciones cortas de Silvio Rodríguez, Esta Primavera (1999) y Pedacito de papel al viento (2002), que han sido seleccionadas teniendo en cuenta el grado de dificultad interpretativo al que un lector potencialmente podría enfrentarse. En el primer caso se trata de una canción cuyo contenido proposicional es accesible debido a que consideramos que desde el título se ejerce una especie de anclaje referencial que, en una primera aproximación, hace que se comprenda el sentido del texto sin dificultad; en la segunda canción, en cambio, el título no ofrece tal privilegio, y el contenido de la canción funciona como obstáculo más que como facilitador del sentido debido a la opacidad del significado que encierra. En conse-

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cuencia, como se verá a continuación, las letras de ambas canciones se contraponen en cuanto al grado de accesibilidad a su significado. Partiendo con Levelt (1989) de que el paquete informativo que expresa un autor a través de sus enunciados es esencialmente comunicativo, intentaremos analizar cómo, desde el punto de vista del autor, se gestiona la información textual para que el lector pueda interpretarla eficaz y exitosamente. Lo anterior parte de la necesidad de hacer visible que la inteligibilidad o ininteligibilidad de un texto se debe en gran parte a la gestión de la información que realiza un autor en tanto ésta trae como resultado que el texto quede eficazmente configurado en términos comunicativos mediante la organización de sus significados en paquetes informativos que operan, como afirma la semántica del discurso, para integrar las representaciones conceptuales del hablante en las representaciones mentales del lector, lo que al mismo tiempo permite corregir la interpretación por parte de los lectores. Veamos cómo opera la gestión de dichas representaciones a través del análisis de la gestión de la información en las canciones mencionadas. En la primera canción, desde el punto de vista del manejo de la información retórica, solo se percibe una intención: la caracterización de la primavera y dicha percepción se soporta en la acción que moviliza el discurso que es meramente descriptiva y calificadora de la primavera. Como se puede notar, ello se vincula al análisis de operaciones de orden superior que no están vinculadas con el contenido en sí, sino más bien con la estructura del texto y los recursos estilísticos que emplea. Como lo plantean Ascrombe y Ducrot (1994) en la organización estructural de todo discurso subyace el sentido retórico; de ahí que en este caso, el texto organizado en cuatro estrofas, dos de las cuales, la primera y la última, a manera de apertura y cierre, hablan directamente de la primavera, configurando una especie de envoltura conceptual donde las estrofas centrales (segunda y tercera) hablan del narrador (se desplaza el sujeto del texto de la primavera al narrador), y las periféricas (primera y última) refieren a la primavera. No obstante, es en la última estrofa donde a nuestro juicio el autor pone todo su énfasis caracterizador pues en una sola oración condensa sobre el narrador el sentido que pretende dar a la primavera (“esta primavera puede hacerme enloquecer”). En consecuencia, es desde ahí desde donde se movilizan la gestión referencial y temática de la canción, las cuales apoyan la gestión retórica ya que el autor ha previsto que hasta el final de la canción el lector pueda entender que se trata

de una primavera enloquecedora, que es una metáfora empleada para hablar del modo como le afecta la primavera al narrador. Pero, una primavera enloquecedora funciona referencialmente como una antiprimavera, ya que el referente primavera articula nociones como calidez, armonía, paz, inicio, siembra, cosecha, vida, además de otros referentes concretos, como el nacimiento de las flores, las mariposas y los pajaritos, por lo que cuando Silvio Rodríguez formula la sentencia “esta primavera puede hacerme enloquecer”, el lector necesariamente debe reajustar su interpretación sobre la primavera en aras de comprender cómo es que algo tan agradable y lindo como la primavera pueda causar locura. He aquí que creemos que la gestión de la información retórica tiende a organizar el sentido que luego será subvertido. Como primero se habla de la primavera (primera estrofa), luego del narrador (segunda y tercera estrofas) y finalmente de lo que le hace la primavera al narrador (cuarta estrofa), es evidente que la información retórica nos da paso a una información temática que tiene que ser necesariamente resignificada. Si entendemos con Tomlin (2008) que el tema constituye el referente sobre el que el discurso predica, tenemos que el tema de esta canción no es la primavera per se, sino un estado otro de la primavera que guarda una estrecha relación con el narrador. De hecho, la gestión del referente, que crea consecuentemente un estado de alerta para la gestión del tema, constituye el aspecto informativo del discurso ya que en la gestión de un foco temático que, en este caso, resulta ser un foco paralelo en tanto la información referencial de la primavera (dada a través de la evocación de palabras como “árbol” “florecer” y “trino”) contrasta con, aunque no excluye, la información de una primavera enloquecedora. Así, el autor intenta manejar un paquete informativo que aunque en una primera instancia pueda ser coherente con las representaciones del lector en torno a la primavera, posibilita al mismo tiempo su decepción, lo que obliga al lector a resignificar no solo el sentido de la primavera, sino también la relación del narrador con ella, que es el verdadero núcleo temático de la canción. En consecuencia con esto, solo una vez que el lector ha “descubierto” este nuevo tema, es capaz de gestionar la información para hacerse un mapa mental de las representaciones conceptuales del autor, sus sentimientos y emociones en torno a la primavera. La gestión de la información por parte del autor ha actuado aquí restrictivamente a favor de una interpretación orientada que solo un lector atento podría percibir.


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Sin embargo, un análisis más severo nos revela que a diferencia de lo que sucede con la primavera, no existe elección focal alguna en el discurso sobre el narrador (lo mismo se describe olvidadizo que amante ferviente, ignorante y confuso, trágico y feliz), de manera que esta ausencia de foco obstaculiza y hasta puede llegar a impedir la eficacia comunicativa del discurso en cuestión ya que el narrador es un personaje central e insoslayable en esta historia. Lo anterior, a nuestro entender, constituye en ejemplo claro de la forma como el discurso poético se organiza en aras de gestar una lectura medianamente posible, pero nunca dada del todo; de ahí que podamos afirmar que el autor, consciente o no, ha construido una estrategia discursiva que restringe el acceso interpretativo a la misma en tanto obstaculiza tanto la reproducción de sentidos como la producción o creación eficaz de otros nuevos. Desde la perspectiva de la semántica del discurso, esta conclusión insiste en proponer al texto como un elemento restrictivo de la interpretación, de manera que si bien podemos decir que la estrategia textual permite orientar el discurso, en el caso del discurso poético se enfoca a la emergencia de sentidos nuevos toda vez que gestiona la información de una forma tal que obliga al lector a participar imaginativamente como intérprete, conminándolo más a la producción de sentidos que a la reproducción de significados5. En consecuencia, a partir de ello podemos afirmar que, con fines absolutamente cognitivos, el autor ha movilizado funcionalmente la representación conceptual de la primavera a través de la puesta en marcha de lo que podríamos denominar una estrategia textual que se articula en el modo como gestiona la información para hacerla asequible en términos comunicativos y medianamente interpretables por un lector. Es a esto a lo que hemos llamado en otros textos “pistas” (Romeu, 2007a; 2007b; 2010b; 2010c; 2011), tomando prestado el término de la semióloga belga Nicole Everaert. En el caso de la segunda canción, estas pistas aparecen menos definidas ya que desde una primera aproximación a la gestión de su información temática se presentan dificultades pues el texto no permite un acceso cómodo ni inmediato a su contenido proposicional; aunque es mayormente narrativo, el modo como están acomodados los términos en los versos y estrofas dificulta saber si se habla de la mariposa o del narrador ya 5. Esto, está de más decir, abre la posibilidad a múltiples interpretaciones ya sea por la diversidad de intérpretes o por el valor diferencial del contexto de recepción e interpretación incluso por parte de un mismo lector.

El autor intenta manejar un paquete informativo que aunque en una primera instancia pueda ser coherente con las representaciones del lector en torno a la primavera, posibilita al mismo tiempo su decepción, lo que obliga al lector a resignificar no solo el sentido de la primavera, sino también la relación del narrador con ella, que es el verdadero núcleo temático de la canción.

que mientras se describe el vuelo de la mariposa como “danza embrujadora”, se menciona lo que dicha danza hace al narrador (“danza que te gira embrujadora, enjugando negros pensamientos”). En ese sentido, no saber de qué se habla impide, como lo planteara Chafe (1994), la posibilidad de entender cómo progresa un mensaje por lo que la ausencia deliberada o no de una gestión eficaz de la información temática conlleva indefectiblemente al fracaso de la gestión referencial, aun cuando ésta pueda ser activada mediante procesos atomizados de referenciación de los términos individuales. Un ejemplo de ello tiene lugar en la segunda estrofa donde si bien se narran dos acciones referencialmente cómodas de entender (”ido a sus colores”, “tomo asiento”), el hecho de que dichas acciones incorporen información nueva sobre el narrador y la mariposa, al no explicitar claramente la referencia sobre a quién o a qué se le adjudica la voz pasiva “ido” como el sustantivo “colores”, hace poca exitosa o casi nula la estrategia referencial del autor. Si además se tiene en cuenta que la inversión del sujeto tácito u omitido (Yo) complica el entendimiento pues el lector para comprender lo que dice el autor debe reconstruir la frase de la siguiente manera, “Ido yo a sus colores, tomo asiento…”, y que el verbo ir conjugado como un participio (ido) por ser de infrecuente uso sobre todo como emisión inicial coopera con la confusión, podemos plantear, al menos desde una primera hipótesis para el análisis que la ineficacia de gestión de la información referencial supone consecuentemente ineficacia también en la gestión de la información temática.

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Se puede pensar entonces que el autor ha jugado con la organización de sus términos, como lo hace por ejemplo la poesía barroca, generando una distancia física entre ellos que sea de difícil articulación e interpretación; aspecto que no resulta menor si nos percatamos de que la canción, además escrita como soneto, está organizada a partir de un principio de desarticulación semántica que se apoya justamente en una ineficaz gestión de la información referencial, lo que nos lleva a afirmar que quizá asistimos con claridad al nacimiento de una estrategia textual por parte del autor que, insistimos, sea consciente o no, en la medida en que ofrece pocas pistas para una adecuada interpretación, obliga al lector a participar activa e imaginativamente en la interpretación en aras de establecer vínculos semánticos, referenciales, contextuales y estructurales entre un término y otro para otorgar sentido a los términos, los referentes y al tema en cuestión. A nuestro juicio, se trata de un manejo deliberado de la información no referencial a través de la gestión de una información temática y también retórica que descoloca, esta última, las acciones del narrador y sus proposiciones, tornándolas aparentemente inconexas. En ese sentido, como la gestión referencial es una gestión básica para la localización y valoración del tema, queda supeditada en este caso a vagos resortes de entendimiento que no resultan del todo legítimos pues no encuentra certezas mínimas en lo social-cultural. Por ejemplo, el lector de esta canción bien puede hallar una conexión referencial entre el hecho de que el vuelo

de la mariposa haga al narrador enjugar “negros pensamientos” y el hecho de que la mariposa desde “hace ya mucho” yazca en su “camisa oscura”; ello le permitiría connotar un significado que si bien no se refiera a la maldad, al menos pueda aproximarse al pesimismo; también entre “tomo asiento” y “la vida se demora” se podría connotar un sentido de paciencia, autoobservación, reflexión, aunque en honor a la verdad, otras relaciones semánticas puedan gestarse en tanto el criterio de semejanza empleado es bastante objetable. Siguiendo este mismo razonamiento, desde la gestión de la información retórica del texto, un lector deseoso de seguirle la pista al sentido de la canción puede conectar conceptualmente el vuelo de la mariposa, que es caracterizado por el autor como “danza embrujadora”, con un estado de hechizo o encantamiento que lleva a la reflexión introspectiva del narrador; solo que para llegar a esta conclusión el autor ha previsto, al parecer, que el lector deba articular antes las referencias evocadas mediante un ejercicio de producción de sentidos que precisa de su esfuerzo. Este esfuerzo, al igual que la participación activa e imaginativa que hemos señalado más arriba, es lo que creemos que constituye parte de la estrategia textual del discurso poético en general, y el de Silvio en particular. Si volvemos sobre la hipótesis de que el discurso poético está determinado por la naturaleza estética y autorreferente de la obra de arte, hemos de concluir que la estrategia textual de todo discurso poético es sabotear la referencia, pues justamente solo así el


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lector se ve obligado a indagar imaginativamente en los significados que construye la obra. Lo anterior guarda estrecha relación con el empleo casi frecuente de la información nueva en esta canción, ya que observamos que existe una relación proporcional entre información nueva y sabotaje referencial. Nuevamente, en el caso de la frase “ido a sus colores” se invita al lector a asumir que existe un referente anterior que el autor supone que el lector debe asociar para comprender de qué se habla. Dicha asociación está soportada en la relación tema-rema que, como ya comentamos, en esta canción se descoloca al presentar como tema en la primera estrofa, por ejemplo, la primera persona del narrador (además de hacerlo de una manera poco clara), y el rema de ese tema en la segunda estrofa, también de una forma ambigua y confusa. En el caso de los colores de la mariposa que se ofrecen como tema secundario en la segunda estrofa, el rema aparece en la tercera refiriéndose a ellos por asociación conceptual como “luz multicolor”. Como se puede apreciar, la organización discursiva a nivel sintáctico, que no es otra cosa que la acción subyacente en la información retórica del texto, juega también un papel fundamental en este sabotaje, ya que aunque parezca que hay un acercamiento a la referencia, en realidad lo que se da es un acercamiento a información nueva que constantemente está poniendo a prueba la atención el lector. ¿Forma parte ello de una estrategia consciente por parte del autor? No lo sabemos, pero lo que sí podemos afirmar con certeza es que se debe a un manejo de la información

referencial que si bien puede no ser intencional, lo cierto es que si seguimos las pistas gramaticales y las pocas pistas temáticas, podemos construir significados que encajan y dan sentido a la canción. Por ello, si tenemos en cuenta que en las estrofas finales el autor nos hace asociar el sentido cromático a la mariposa y no a su vuelo –que es el tema del texto en cuestión ya que según Chafe (1994), un tema se localiza en el punto inicial de una emisión y esta emisión comienza diciendo “pedacito de papel al viento, es la mariposa bailadora”–, debemos aceptar que hay aquí otra articulación temática y retórica algo rebuscada, pero que difícilmente podría no ser intencional. Presta a confundir al lector y a la vez conminarlo a prestar más atención a lo que se le dice, el descubrimiento de esta subyacente acción textual orienta la manera como un lector deberá llevar su interpretación porque de lo contrario no podrían representarse mentalmente las concepciones del autor sobre la mariposa, su vuelo y lo que significan ambos para el narrador. Veamos esto con más detenimiento. Si el tema de la canción es la danza de la mariposa, más que la mariposa misma, la frase “ido a sus colores”, al vincularlo con “danza embrujadora”, permite afirmar que el autor pretende que el lector interprete el estado del narrador como asido al (o llevado por el) embrujo de la mariposa, por lo que resulta tentador afirmar que esto ha sido parte de una estrategia textual que ha gestionado la información temática y retórica de la canción en aras de exigir un tratamiento interpretativo muy cuidadoso.

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Evidentemente, hablamos aquí de un lector ideal en los términos en los que Eco (1993) refiere, o sea, de un lector para el cual se ha operado ese concreto manejo de la información. Dice Eco al respecto: el lector modelo debe ser “capaz de cooperar en la actualización textual de la manera prevista por él [el texto]6 y moverse interpretativamente igual que él se ha movido generativamente (Eco, 1993: 80); de ahí que el lector modelo realice las condiciones de felicidad de un texto en el sentido en que acepta sus significados, los actualiza conforme el postulado textual lo ha previsto, gestando una interpretación orientada –y regulada– por el texto en cuestión. Así entendido, el texto prevé a su lector y lo postula, demandando del autor un manejo ad hoc de la información de modo tal que posibilite al lector esa posible interpretación y no otra. Justamente por ello es que creemos que en esta segunda canción el autor ha imbricado la gestión de la información temática, con la de la información retórica y referencial, configurando referencial y retóricamente el tema en dos niveles, lo que precisa de la cooperación de un lector modelo para actualizar dicha referencia de la forma como se ha creado. Un primer nivel lo constituye el vuelo de la mariposa como embrujo (primera estrofa) que, si interpretamos correctamente, es el lugar de la autorreflexión del narrador (en un grado profundo de tematización que se manifiesta en la segunda estrofa). Un segundo nivel es el del amor que aparece articulado en la primera estrofa, pero percibido por la gestión del foco sobre ella en la tercera y cuarta estrofas. El amor, como tema de segundo orden, está anclado en la mariposa como símbolo del renacer, la alegría y la esperanza (dados referencialmente por las “maripositas” en el estómago), por lo que podemos decir que, a la manera de un foco de tipo completivo, o sea, de un foco que corrige nuestra atención hacia el tema, el autor enfatiza a la autorreflexión como el lugar desde donde el narrador observa al amor que a su vez está simbolizado por la mariposa. Después de todo lo dicho, no es difícil deducir que el texto ha tenido prevista esta operación, sea parte o no de una gestión consciente de la información por parte del autor; lo cierto es que el texto demanda que centremos nuestra atención en este foco porque de lo contrario desviaríamos el sentido hacia otro lugar ya que el hecho de que haya dos focos selectivos (amor y autorreflexión en función del amor) tiende a confundir enormemente al lector –o al menos

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6. Los corchetes son nuestros.

a dejar fuera una de ambas lecturas, cerrando la posibilidad de juntarlas que es lo que el texto intencionalmente demanda–, sobre todo cuando debe gestionar la información que ofrecen las dos últimas estrofas que son sumamente difíciles de interpretar en tanto destruye la lógica argumentativa que, en tanto historia, debe vincularlas con las dos primeras. Previendo esto, creemos, el autor ofrece pistas sobre ambos focos, o en otras palabras: el autor se ingenia una estrategia textual a través del manejo de la información retórica, la que si bien en un inicio parece que pretendiera desactivar las informaciones temáticas y referenciales, desde una segunda lectura cobra entero sentido al servicio de una nueva intención. Esta segunda lectura se impone como necesaria en lo que creemos que constituye otra movilización temática en torno a la mariposa y su vuelo; en ambos casos el autor indica subrepticiamente al lector que debe hacerlo pues al leer al final de la canción que “Vuela la mariposa muerta”, es claro que sin un análisis de foco esta frase perdería sentido. Para entender lo anterior baste referirnos al modo como el autor empaqueta su mensaje a partir de la evaluación (siempre supuesta en este trabajo) de las competencias interpretativas, cognitivas y referenciales del lector. En la canción se pretende que el lector entienda a qué se refiere el autor con “ocaso”, “camisa oscura”, “luz multicolor abierta”, o sea, esta información referencial se ha gestionado para que el lector la interprete en un sentido concreto que a su vez dista mucho de ser un sentido literal, si no ¿de qué manera se puede comprender la idea de que la mariposa muerta vuele? Pero ello empeora al constatar que “abierta” no tiene un referente directo porque es información nueva, tanto en el sentido en que lo maneja Chafe (1994), como en el sentido que lo maneja Beaugrande (1997) por lo que el significado que podemos construir de ello se enfoca más hacia el papel orientador de la luz (la luz en medio de la camisa oscura) que hacia el hecho de la muerte que aparece vinculado al verbo “yacer”. Evidentemente, esta canción, a diferencia de la primera, nos ofrece un paquete informativo mucho más complejo cuyo difícil acceso se ancla tanto en los términos que ha elegido el autor para comunicar su mensaje como en la manera en la que dichos términos aparecen organizados al interior de una estructura textual como la que presenta. La tematización del amor (mariposa) a partir del simbolismo de esta historia contada mediante saltos narrativos (“hacia el ocaso, ya hace mucho…” “si hubo un dolor…”) forma parte de


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la intrincada manera como Silvio Rodríguez ha gestionado ineficazmente sobre todo, la información referencial al interior del propio texto. A través de ello se hace evidente que dicha gestión no es otra cosa que el soporte de una estructura arquitectónica –para hablar en términos de Levelt– construida por el autor con el fin de que el lector lo interprete adecuadamente, aunque –como en este caso– deba esforzarse mucho para ello. Claro está, como ya hemos comentado, esto apunta a entender al lector como Lector Ideal, lo que deja un amplio margen para la especulación acerca de si el lector ideal en las obras de arte, debido a la naturaleza metafórica de las mismas, no constituye una figura teórica legítimamente anclada a una estrategia imposible, o al menos sensiblemente disminuida en su dimensión comunicativa. Sin duda alguna, el análisis de esta arquitectura del mensaje autoral en estas dos canciones nos da cuenta de ello al permitirnos constatar cómo opera la producción del discurso poético, a partir de la disección que desde el punto de vista de la gestión de la información, hicimos de sus estrategias de construcción de sentido.

CONCLUSIONES Como se habrá podido notar, el análisis de la gestión de la información no es un enfoque metodológico aplicable a las estrategias cognitivas del lector solamente, sino también a las del autor. Ello supone entender que, al tomar de la realidad los elementos informativos que le permiten “armar” su paquete de información para formularlo, lo que el autor ha hecho en realidad es barajar las posibilidades que tendría su texto de ser entendido, por lo que en la medida que hemos podido aplicar el modelo de la gestión de la información a los textos seleccionados hemos recorrido el camino hacia atrás en aras de dar cuenta de cómo se configuran los sentidos en un texto poético en función de un lector ideal. Esto nos ha permitido un acercamiento analítico al texto desde dos posiciones diferenciadas: la estructural y lo que en otros textos (Romeu, 2010d) hemos denominado, basándonos en el modelo de interpretación que Eco desarrollara en Lector in Fabula, el enfoque sincrético-pragmático. Desde el punto de vista estructural nos hemos dado a la tarea de observar la relación de la gestión de la información desde el punto de vista textual, y desde el punto de vista sincrético-pragmático, en estrecha relación con el estructural, nos hemos centrado en la relación interpretativa del lector en relación con el texto.

Bajo esta metodología, que nos pone en jaque como intérpretes-analistas al ser juez y parte en todo momento, podemos decir que los núcleos retóricos operan en ambas canciones como estructuras que complican el sentido, obligando a los lectores a resignificar los referentes y temas en función de la manera como están concebidos en el texto, o en los términos de focalización que el propio tema construye. Esto, en ambas canciones, resulta una tarea difícil (mucho más difícil en la segunda que en la primera), lo que obstaculizaría a nuestro juicio el proceso de integración del conocimiento por parte del lector, que es lo que posibilita su gestión efectiva de la información, además de poner en solfa la dimensión comunicativa del discurso en cuestión, aunque esto último es característico del lenguaje del arte en lo general. En ese sentido, la configuración autorreferente y opaca propia de todo discurso poético construye una representación cognitiva disfuncional que obstaculiza el intercambio de información y significación entre autor y lector vía el texto, lo cual se debe al carácter simbólico del discurso poético que es precisamente lo que lo convierte, como dijera Lotman (1994), en un texto altamente valioso para la resignificación; de ahí que afirmemos que la gestión de la información en los discursos poéticos requiere del despliegue de una habilidad para gestar posibilidades de resignificación tanto desde el punto de vista del autor como desde el punto de vista de lector, lo que en ambos casos, consciente o no por parte del autor, está presente en las canciones analizadas. Para concluir, no debemos dejar de mencionar que como comentamos al inicio de este texto, la semántica del discurso nos ha permitido demostrar empíricamente cómo el problema de la significación se halla inscrito también en la construcción textual, tanto al nivel del contenido semántico de los elementos que componen un texto como al nivel de la organización de los mismos, lo que da cuenta de las restricciones a las que debe atender el autor al construirlo tanto como el lector al interpretarlo. En consecuencia, mediante el análisis realizado, hemos podido evidenciar que, al menos en los textos poéticos, la gestión de la información textual por parte del autor orienta mas no garantiza que la interpretación del lector sea la prevista por el autor. En todo caso, como tuvimos el cuidado de indicar en este trabajo, se trata más bien de una estrategia enfocada a un lector ideal, que dista mucho de ser real. Es por ello que aunque el ejercicio analítico haya pretendido ser objetivo, no puede tomar completa distancia de lo que nosotros, como analistas-intérpretes, hayamos podido y decidido interpretar. Si

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comprendemos que la gestión de la información por parte de un autor no tiene más sentido que reflejar adecuadamente su propia representación conceptual de lo que dice (en este caso, Silvio Rodríguez a través de sus canciones) para lograr generar óptimamente una representación apropiada en el lector, no es descabellado afirmar que la lógica de este ejercicio es una lógica estratégica con fines comunicativos que es lo que, entre otras cosas, hace de la semántica del discurso un enfoque teórico eficaz en el análisis de los procesos de producción de cualquier discurso, y a la teoría de la gestión de la información un instrumento efectivo para llevarlo a cabo. 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Jóvenes violentos o identidades violentadas. La construcción discursiva del que delinque en El Diario de la República CLAUDIO TOMÁS LOBO

Periodista universitario, Licenciado en Comunicación Social, Especialista en Investigación de la Comunicación, Doctorando en Semiótica. Institución de pertenencia: Universidad Nacional de San Luis, San Luis, Argentina. Profesor Responsable de las asignaturas Semiótica i y iii de la Licenciatura en Comunicación Social. Director del Proyecto de investigación proico 4-1312 “La Comunicación en las sociedades mediatizadas: prácticas y discursos en la construcción de identidades”. Correo-e: claudio.t.lobo@gmail.com

CLAUDIA PAOLA GARCÍA

Periodista universitaria y Licenciada en Comunicación Social, Doctorando en Semiótica. Institución de pertenencia: Universidad Nacional de San Luis, San Luis, Argentina. Docente auxiliar de las asignaturas Semiótica i y ii y de Comunicación Cultural de la Licenciatura en Comunicación Social. Investigadora integrante del Proyecto de investigación proico 4-1312 “La Comunicación en las sociedades mediatizadas: prácticas y discursos en la construcción de identidades”. Correo-e: cleupgarcia@gmail.com

RESUMEN

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En el presente trabajo, proponemos realizar una exploración de la discursividad mediática como lugar privilegiado de construcción de identidades desde la perspectiva sociosemiótica que postula el semiólogo argentino Eliseo Verón. Más precisamente, indagaremos acerca de los particulares regímenes de visibilidad que la prensa gráfica de la provincia de San Luis, Argentina, puso a funcionar en torno a la categoría de ‘joven’. Noción que, en tanto sujeto lógico, se fue ‘cargando’ de predicados emergentes de la confluencia de las narrativas políticas y mediáticas o más específicamente, de la irrupción de la primera en la segunda, a partir de la construcción de una predicación en torno al joven como aquel que delinque y transfigura el espacio público. Intertextualidad por medio de la cual se fue demarcando simbólicamente un ‘mapa’ discursivo de las fronteras entre lo seguro/inseguro en el espacio público local en el cual, los jóvenes emergen como actores fundamentales. Como sostiene Escudero Chauvel, el problema de la representación y de la proyección de identidades se da en gran medida en los medios. El presente análisis emerge de observar, en el espacio público mediático, una visibilización de la problemática de la inseguridad y la violencia que operarían como constructores de marcos interpretativos y cognitivos de la sociedad sanluiseña. Palabras clave: Discurso; Identidad; Prensa gráfica; Violencia/Inseguridad; Jóvenes.


Discurso y Comunicación

ABSTRACT In the present work, we propose an exploration of the discursivity media as a privileged place for the construction of identities from sociosemiotica perspective which postulates the semiologist argentine Eliseo Verón. More precisely, we will investigate about the particular visibility systems that the graphic press of the province of San Luis, Argentina set to work concerning the category of ‘young man‘. Notion, which as(as well as) logical subject, was ‘loaded’ with emergent predicates of the confluence of the political narratives and mediáticas or more specially, with the irruption of the first one in the second one, from the construction of a preaching concerning the young man like that one who commits an offense and transfigures the public space. Intertextuality by means of which a discursive ‘map’ of the borders was demarcated symbolically between the sure/insecure(uncertain,timid) thing in the local public space in which, the young people emerges like fundamental actors. As Escudero Chauvel supports, the problem of the representation and of the projection of identities happens(exists) to a great extentin the means. The present analysis emerges of observing, in the public space mediático, a visibilización of the problems of the insecurity and the violence that would operate like builders of interpretive and cognitive frames of the society sanluiseña. Keywords: Discourse; Identity; Graphic Press; Violence / insecurity; Young People.

INTRODUCCIÓN

E

l presente análisis se desprende de una investigación presentada en el XI Congreso Latinoamericano de Investigadores de La Comunicación, realizado en Montevideo, Uruguay, en el mes de mayo de 2012. Más puntualmente este trabajo fue socializado en el gt Discurso y Comunicación de dicho congreso latinoamericano. En esta investigación nos proponemos realizar una exploración de la discursividad mediática como lugar privilegiado de construcción de identidades desde la perspectiva sociosemiótica que postula el semiólogo argentino Eliseo Verón. Más precisamente, indagaremos acerca de los particulares regímenes de visibilidad que la prensa gráfica de la provincia de San Luis, Argentina, puso a funcionar en torno a la categoría de ‘joven’ como aquel que delinque y transfigura el espacio público. Como interrogante inicial nos planteamos de qué manera en esta construcción confluyen las narrativas políticas y mediáticas; intertextualidad por medio de la cual se fue demarcando simbólicamente un ‘mapa’ discursivo de las fronteras entre lo seguro/inseguro en el espacio público local donde los jóvenes emergerían como actores fundamentales. Como sostiene Escudero Chauvel, debemos tener en cuenta que el problema de la representación y de la proyección de identidades se da en gran medida en los medios. Tal como lo plantea Charaudeau (2003), todo medio de comunicación supone una puesta en escena del acontecimiento a priori diferente. En esta dirección no se pueden afirmar las siguientes cuestiones: que el acontecimiento exista antes de la construcción que de él hacen los medios de comunicación, que el sentido que pone en circulación el medio es una semiosis primera y despojada de

particulares condiciones de producción y que las estrategias puestas en funcionamiento son neutras. Con esto queremos señalar que no hay sentidos inmanentes en las palabras ni tampoco ‘un’ sentido. El mismo se define en la articulación de la materia significante con lo social, con un contexto situacional (Charaudeau, 2003), determinadas condiciones de producción (Verón, 1987, 2004) o, como plantea Angenot (2010), como parte de un estado del discurso social. Estas articulaciones son planteadas desde diferentes presupuestos teóricos aunque atravesados por la misma preocupación: la dimensión social del sentido. Precisando algunos presupuestos teóricos que guiaron este análisis desde los cuales asumimos la concepción de ‘discurso’ no como una mera disposición de una materia lingüística sino como configuración espacio-temporal del sentido (Verón, 1987), sentido articulado de manera compleja con particulares condiciones sociales. El discurso que abordaremos lo enmarcamos como un discurso mediático en el que se inscriben marcas de ciertas condiciones de producción y particulares regulaciones discursivas que tienen que ver con la industria de la información (Verón, 1987; Charaudeau, 2003). La construcción de la actualidad, eso que Verón define como un objeto cultural supone un cambio epistemológico, ya no representación, sino construcción: “los medios no copian nada… producen realidad social” (Verón, 1987: iii). Lo discursivo se posiciona así como una dimensión posible de construcción de lo real, tal como lo plantea Escudero Chauvel (1996: 32): “la verdad es un efecto del discurso”. El presente análisis surge de observar, en el espacio público mediático local, una visibilización de la problemática de la inseguridad y la violencia

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que operarían como constructores de marcos interpretativos y cognitivos de la sociedad sanluiseña. En esta construcción se (re)presentaría a los jóvenes en la agenda mediática como responsables de acciones violentas y designados consecuentemente, como sujetos violentos. Al respecto, Saintout (2009: 46) señala que “los medios cristalizan discursos históricamente construidos como sentido común hegemónico”, es decir, las maneras como la relación juventud/violencia se objetiva en el lenguaje mediático. Los jóvenes emergerían, por lo tanto, como esas identidades violentas que volverían inseguro el espacio público. Precisando la hipótesis inicial que vertebra la presente investigación podemos señalar que la discursividad política local fue irrumpiendo gradual, pero sostenidamente, en la mediática con el propósito de construir una hegemonía discursiva que “consolidara” un terreno social sin fisuras: “San Luis, un lugar seguro”. En este sentido compartimos ciertos presupuestos planteados en otras investigaciones recientes y que nos permiten afirmar que esta migración se enmarca en un proceso más amplio y complejo. Podemos afirmar, en este sentido, que este fenómeno, en su dimensión significante, asumió características particulares ya que desde la restauración del sistema democrático en la Argentina, la provincia ha sido gobernada por los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá de manera casi ininterrumpida, lo que ha generado que una particularidad discursiva haya ido migrando gradualmente a otros campos de la discursividad local (véase también Lobo, 2011a, 2011b, y Trocello, 1997, 1998, 2001). Como claramente lo plantea Angenot (2010: 61), una “hegemonía que puede percibirse como un proceso que tiene efecto de ‘bola de nieve’, que extiende su campo de temáticas y de saberes aceptables imponiendo ‘ideas de moda’ y parámetros narrativos y argumentativos, de modo que los desacuerdos, los cuestionamientos, las búsqueda de originalidad y las paradojas se inscriben también en referencia a los elementos dominantes, confirmando esa dominación aun cuando traten de disociarse u oponerse a ella”. Sin embargo, aquí se nos plantea una dificultad y es en relación a cómo pensar la articulación/encuentro entre las narrativas políticas y mediáticas en este contexto. Ya que podemos advertir que por medio de factores de cohesión de recurrencias retóricas y tópicas, la discursividad mediática estaría construyendo una noción de joven que se escindiría de la noción de ciudadano: no cualquier joven podría ser ciudadano. Identidades escotomizadas o construidas ancladas en una territorialidad periférica y como amenaza.

A la hipótesis inicial le sumaríamos el siguiente interrogante: cómo conjuga, el diario, ambas narrativas al tiempo que resuelve dicha tensión: “San Luis, un lugar seguro / Tematización de la violencia en la agenda mediática”. No podemos desconocer que el contexto particular de San Luis no puede escindirse del escenario mayor de lo nacional. Retomando planteos realizados, especialmente, por Martínez (2011) y en alguna medida por Dalmasso (2010), podemos advertir que estamos frente a una lógica de fuertes antagonismos sociales que en el mapa discursivo emerge con más claridad. Como sostiene Martínez (2011: 115) respecto a la ajenidad del discurso periodístico en relación con los acontecimientos políticos, “se vio visiblemente transformada en el nivel de la enunciación, provocando una situación inédita de ‘confusión/hibridez/ contaminación de los juegos: el discurso periodístico operó como un discurso político más (…) lo que provocó una transformación relevante en las estrategias de construcción del acontecimiento”1. Sin embargo, y más allá de compartir esta hipótesis de la autora, en este caso particular, no encontramos marcas de esa función adversativa, propia de la discursividad política. Más bien, lo que creemos ver aquí, y eso lo ampliaremos más adelante, es una estrategia discursiva llevada adelante por el diario, de (con) fundirse con la narrativa política local, pero sin asumir la dimensión pasional, característica del discurso político, que le haría perder toda verosimilitud en su enunciación periodística. Más que las estrategias de una enunciación adversativa, el discurso del diario parecería asumir, por medio de un proceso de intertextualidad, aquellos conjuntos de tópicas e ideologemas con predicados ‘naturalizados’ en la doxa. Al respecto, Verón (2011) sostiene que los medios se encuentran frente a una encrucijada en el contexto actual de tensión entre el campo de la política (instituciones y actores) y los medios. Para el autor, la pretendida objetividad periodística mantiene a los medios en desventaja frente a la dimensión pasional de los discursos políticos y de los actores sociales. Los medios se encontrarían, para el autor, ante el desafío de hacer frente a este nuevo escenario: no posicionarse desde el terreno de objetividad, sino fundar un espacio polifónico (ídem). Con el propósito de abordar con ciertos recaudos el eje “medios-discursos-realidad”, creemos conveniente advertir, como sostiene Angenot (2010), el riesgo de confundir el “mapa” con el “terreno”. Este presupuesto angenotiano no es solo epistemológico/teórico, sino también metodo1. Para ahondar en esta hipótesis de la autora véase Martínez, F. (2011).


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lógico dado que nos proporciona las herramientas para delimitar los paquetes significantes investidos de sentido en términos de corpus. Es decir, no podemos suponer que el “mapa” discursivo transpone fielmente los accidentes del “terreno”. En el ámbito más restringido del discurso de la información señalamos, junto con Escudero Chauvel (1996), que este último tiene el poder de pertenecer a lo real enunciado aunque presente hechos ficcionales. En este sentido, la autora afirma que el contrato mediático refuerza este poder en la disolución del mundo factual (terreno) en el mundo discursivo (mapa). Es así como este mapa discursivo pudimos reconocer dos narrativas fuertes: la política y la mediática. Estas configuraciones de sentido, en las que confluyen ambas narrativas, no son azarosas sino que se enmarcan en una discursividad más amplia y compleja. En esta dirección, Charaudeau (2003) sostiene que cada diario supone una puesta en escena del acontecimiento a priori diferente y en las que la materia significante se articula con un contexto situacional. Lo discursivo se posiciona así como una dimensión posible de construcción de lo real, tal como lo plantea Escudero Chauvel (1996: 32): “la verdad es un efecto del discurso”. Desde este análisis semiótico del discurso consideramos pertinente precisar las categorías metodológicas/analíticasotransversales desde las cuales interpelar el corpus consignado.oNos valdremos de las nociones de intertextualidad, ideologema, doxa y tópicos que emanan de la teoría del Discurso Social de Marc Angenot

(2010). También de las nociones de multiacentualidad sígnica propuesta por Mijail Bajtín (1970) y la noción de “redes semánticas” (Vasilachis, 1998) entre otras categorías metodológicas que iremos explicitando a medida que emerjan en el desarrollo del presente análisis.

APROXIMACIONES A LOS SENTIDOS CONSTRUIDOS EN LA DISCURSIVIDAD MEDIÁTICA Como afirmábamos más arriba, no podemos desconocer que los sentidos que los medios locales ponen a circular se (con)funden con otras narrativas que operan también como condiciones de producción de sus propios discursos. Con esto queremos señalar que la cuestión de la inseguridad y la violencia no son privativos de una territorialidad particular, en este caso la provincia de San Luis. Como sostiene Martínez (2005: 1): “el análisis de los discursos se enmarca en una problemática más amplia, referida a la constitución paulatina de una especie de mapa social en el que nítidamente vemos configurarse dos posiciones de sujeto: la del ‘ciudadano’/‘vecino decente”’ que se constituye en el mismo reclamo por una ‘ciudad segura’, y la de un adversario, construido como Otro radicalmente peligroso (el ‘que delinque’), que se expande luego por una serie de equivalencias semánticas (los ‘menores imputables’, los ‘que protestan’, los ‘desocupados’, etc.)…”. En este sentido, y para ver qué operaciones discusivas puso en marcha el diario, delimitamos nuestro corpus a las noticias de la sección policiales, prestando especial atención a aquellas referidas a los tópicos: robos, secuestros y asesinatos en el período junio-agosto de 2011. Inicialmente consideramos necesario precisar cómo vamos a entender las nociones de delito y delincuente. La doctrina penal, tradicionalmente, define el delito como una “acción típica, antijurídica, culpable y punible”. Esta noción es compartida por diferentes autores dentro del campo jurídico. En este sentido, el jurista argentino Zaffaroni (1991) sostiene que el delito es una conducta humana, que de acuerdo con lo que se establece en el Código Penal, será señalada como conducta prohibida siempre que esté asociada con una pena. Consecuentemente y a partir de lo que la ley fija o entiende por delito, surge la figura de aquel que lo comete: el sujeto que delinque. Por otro lado, en el sistema jurídico argentino se define al delito civil como “todos aquellos en los que se causa daño a un tercero”. Sin embargo, y más

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Cada hecho policial construido en la agenda mediática aparece con una resolución, emergiendo aquí la justicia como otro actor necesario y que tiene la capacidad de ejecutar, normalizar y restablecer un cierto orden social, corrigiendo aquello que aparece como disruptivo.

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allá del campo jurídico, la discursividad mediática narra los hechos policiales configurando también la figura del delincuente potencial. En este sentido, los jóvenes no están “fuera” de lo social, sus representaciones se construyen y se configuran en las “zonas de contacto” con una sociedad de la que también forman parte (Reguillo, 2009). De esta manera, podemos dar cuenta de una discursividad desde la cual se fue estigmatizando la pobreza y configurando a los jóvenes como los nuevos “sujetos peligrosos” que aparecen como causa de todos los males. En relación con el escenario sanluiseño, debemos advertir (nuevamente, pero con mayores precisiones) que la discursividad mediática se encuentra fuertemente (con)fundida con la discursividad política. Articulación que podemos reconocer a partir de la emergencia de una hegemonía discursiva, que desde el año 1983 fue consolidando el proyecto político rodriguezsaaísta. A los fines de precisar al lector acerca de esta particularidad, decimos que desde la restauración del sistema democrático en la Argentina, la provincia de San Luis ha sido gobernada por los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá de manera casi ininterrumpida hasta el año 2011, lo que ha generado que una particularidad discursiva haya migrando gradualmente a otros campos de la discursividad local (véase Trocello, 1997, 1998, 2001). Estos discursos de la esfera de lo político “irrumpieron” en la discursividad social puntana cuando la restitución de la institucionalidad política y el sistema democrático en el año 1983 (Lobo, 2011a). La emergencia/construcción de esta hegemonía local podemos entenderla siguiendo a Angenot (2010: 61), quien sostiene que una “hegemonía que puede percibirse como un proceso que tiene efecto de ‘bola de nieve’, que extiende su campo de temáticas y de saberes aceptables imponiendo ‘ideas de moda’ y parámetros narrativos y argumentativos, de modo que los desacuerdos, los cuestionamientos, la búsqueda de originalidad y las paradojas se inscriben también en referencia a los elementos dominantes, confirmando esa dominación aun cuando traten de disociarse u oponerse a ella”.

Para analizar este caso particular de articulación de las narrativas mediáticas y políticas, consideramos productivo los aportes teóricos que realiza Charaudeau. El concepto de este autor de “máquina mediática” nos permite abordar el complejo espacio de los medios en tanto articulados a condiciones socioeconómicas particulares y que constituyen restricciones al momento del tratamiento de la actualidad. Uno de los puntos nodales en la comprensión del proceso de producción social de sentido es la articulación entre los discursos y las instancias en las cuales éstos se producen y se interpretan. Estas condiciones, en el caso de El Diario de la República (de ahora más citado edr) se resumen, por un lado, en su carácter de miembro del Multimedio Payné s.a, conformado además por la Radio fm Lafinur y la empresa de diseño gráfico e imprenta Payné. Este multimedio es propiedad en su mayor parte, del ex gobernador Alberto Rodríguez Saá y su adquisición forma parte del proceso de concentración de los medios gráficos de la provincia, que se produce desde 1983 hasta la actualidad, y como resultante de este proceso de concentración, edr es el único diario de circulación provincial (Ver Robles, Navarrete y Lobo, 2007). Consecuentemente, el mayor anunciante publicitario lo constituye el gobierno provincial, so pretexto legal de ser el diario de mayor tirada de alcance provincial. A partir de estas condiciones, la puesta en discurso resulta el lugar donde se instituyen, bajo el efecto de las restricciones de la situación, las diferentes maneras de decir más o menos codificadas. Es decir, estas restricciones van a condicionar la construcción del contrato comunicativo de edr, por lo que la transformación de un acontecimiento bruto en acontecimiento mediático no va a estar ajeno a esta concomitancia o proximidad de las narrativas política y mediática. En este sentido, los criterios de actualidad, expectativa y socialidad a partir de los cuales el diario construye las noticias (en este caso las policiales) van a estar condicionados por las dominancias tópicas del discurso político. Los objetos “inseguridad”, “criminalidad” y “violencia” surgirían, en este sentido, en el marco de particulares regímenes


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de visibilidad y enunciabilidad condensados en una discursividad anclada en una territorialidad provincial. Como sostiene Arfuch (2001: 15): “los mecanismos que puede asumir esa construcción, la distancia que va de un hecho a un acontecimiento, de ‘lo que ocurrió’ a su puesta en escena en el discurso de la información, reviste cada vez mayor complejidad”. Por otra parte, para Escudero Chauvel (1997), “el discurso de la información escrita pareciera llenar una función referencial que tiene por objeto ‘hacer-saber’ sobre la actualidad. Este objeto es la construcción de la actualidad (ilusión referencial). Esta ilusión de referencialidad parece ocultar sus condiciones de producción, presentando al producto discursivo como una superficie lisa y neutra”. Retomando los planteos de Arfuch, diremos que no podemos desconocer que los medios de comunicación están sometidos a lógicas y racionalidades económicas que definen tendencias temáticas y estilísticas; sin embargo, estos condicionamientos no impiden analizar las particularidades de cada problemática, en este caso, la construcción de las identidades de quienes son visibilizados como los que delinquen: los jóvenes, y las maneras como las víctimas son puestas en escena. La pregunta que nos hicimos más arriba la ampliamos aquí: ¿cómo se conjuga en la narrativa mediática de edr la performatividad de un discurso político que construye a San Luis como otro país seguro con las estrategias del medio de tematizar la violencia de manera regular en su agenda? Respecto a las identidades de quien comete el delito de robo, mayormente emerge como un sujeto “joven” (menores y adolescentes). Sin embargo, no observamos una axiologización negativa de esos sujetos, sino más bien que su condición de delincuente aparece “atenuada” por condicionamientos sociales, como adicciones a las drogas, por ejemplo. Por otra parte, edr traza una clara frontera geográfica cuando hace referencia a la procedencia de estos sujetos: quienes delinquen viven en los barrios periféricos o provienen de otras provincias. En contraposición, las víctimas son designadas como “ciudadanos comunes”, “damnificados”, aunque la ubicación espacial de estos otros sujetos violentados es más difusa. Sin embargo, la mayoría de los robos son caracterizados como a comercios que están ubicados en zonas céntricas. Pero esta “atenuación aparente” es posible ser leída desde otro lugar bien diferente y consecuentemente con sentidos también diferentes. En esta dirección, Arfuch (2001: 73) plantea que estas cuantificaciones, en relación con las estadísticas de procedencias,

condiciones sociales, etc. funcionan como “atribución causal: a mayor desocupación, mayor drogadicción, mayor miseria, mayor desamparo, mayor cantidad de crímenes”. La autora va a señalar que con esto lo que se pone en evidencia es una amplificación de la discriminación social por medio de acumulaciones simbólicas que trazan un eje axiológico de negatividad respecto a la identidad de estos jóvenes que delinquen. En el caso que analizamos, observamos que por medio de la adjetivación subjetiva, evaluativa y axiológica, las acciones asignadas a estos sujetos son desplazadas del eje de la violencia. Las acciones de “robo”, “hurto” y “asalto” aparecen desustancializadas de lo truculento o lo sensacionalista. Sin embargo, esta producción de sentido que lleva a cabo edr es muy diferente a la que reconoce Arfuch (2001) respecto a la construcción mediática del joven que delinque. Al respecto, la autora señala que el tratamiento que los jóvenes inculpados de delitos reciben en la prensa gráfica “casi el mismo que los adultos… pero con el ‘plus’ que deriva de la condición de “menor”… que trae una doble carga amenazadora” (35) reforzando lo que autora señala se construye en el sentido común: “si ya es criminal precoz, ¿qué podrá esperarse para la madurez?” (ídem). En nuestro caso esta mirada sustentada en el sentido común es obturada en la construcción que hace edr. Del análisis surge que los sujetos que delinquen “irrumpen”, “entran”, “aparecen”, la dimensión violenta de estas acciones es minimizada, al tiempo que los sujetos afectados no son construidos casi nunca como víctimas, sino como damnificados o llamados por sus nombres propios. La capacidad de hacer de estos últimos actantes se circunscribe a generar la intervención de otro actor social: la policía. En todos los casos analizados, el sujeto policía está presente y es construido por edr como un sujeto de hacer que tiene las competencias para llevar a cabo un programa: brindar seguridad a la sociedad. Las acciones designadas a la policía van en este sentido, reforzando un claro programa narrativo: “patrullan”, “encuentran”, “persiguen”, “capturan” y “restituyen el orden”. La axiologización, en este caso, es marcadamente positiva. Cada hecho policial construido en la agenda mediática aparece con una resolución, emergiendo aquí la justicia como otro actor necesario y que tiene la capacidad de ejecutar, normalizar y restablecer un cierto orden social, corrigiendo aquello que aparece como disruptivo. Vemos de esta manera que en la narrativa mediática, el discurso judicial se articula con el policial, constituyendo ambas instituciones como garantes de

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ese orden. En esta dirección, en edr se visibiliza la institución “prisión” como el lugar de encierro para aquel que lo transgredió. A los actores de ambas instituciones se los nombra con los cargos que revisten o las dependencias en las que se inscriben fortaleciendo la dimensión institucional del resguardo del cuerpo social. Respecto a las noticias en las que se tematiza la muerte (delitos de asesinatos), los victimarios se construyen como sospechosos del delito, potenciales culpables, y no emerge en torno a esas identidades una axiologización negativa o violenta. Observamos además como dato significativo que en los casos de asesinato analizados se acentúa la relación entre víctima y victimario. Por medio de esta estrategia, parecería que edr desplaza la figura del asesinato del espacio público al espacio de lo íntimo, familiar y doméstico. Estos casos son muy escasos y siempre se circunscriben a hechos de índole privada, y se enfatiza en ese carácter. Sin embargo, de una exploración concomitante de la manera como el delito es (re)presentado en otras provincias, en la sección policiales de edr, es posible diferenciar claramente la manera como los delitos seguidos de muertes son construidos en la esfera del espacio público, acentuando el tópico de la inseguridad como cuestión que atañe al colectivo social e institucional.

CONCLUSIONES PRELIMINARES Partimos acá de la premisa de Escudero Chauvel (1997), desde la cual la autora afirma que “en la construcción de esta ilusión referencial, el elemento descriptivo organiza la dimensión deíctica o demostrativa del discurso, donde la citación de los lugares, las fechas o las horas es presentada como un efecto de objetividad. En

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la producción del discurso de la información encontramos la utilización de anclajes testimoniales, que se vuelven una de las formas de estructuración del relato mediático: el medio ‘escucha’, como el historiador, un ‘afuera’ y lo repite: es la posición del medio como reflejo de lo social”. En esta dirección adquieren un nuevo sentido los efectos de estas estrategias narrativas mediáticas. Más allá de ubicarnos espacial y temporalmente en el marco de lo que Verón define como “sociedades mediatizadas”, el imaginario que sigue operando con mayor efectividad performativa, en aquellos que consumen los discursos informativos, es el imaginario representacional. Este lugar de interpretación del discurso mediático “habilita/posibilita” al medio analizado a proponer un contrato con una fuerte pregnancia referencial en términos de efectos de sentido. La pregunta formulada a lo largo de este trabajo y que vertebró al mismo acerca de cómo se conjuga en la narrativa mediática de edr la performatividad de un discurso político que construye a San Luis como otro país seguro con las estrategias del medio de tematizar la violencia de manera regular en su agenda puede ser respondida/problematizada aquí con un poco más de precisión. De esta primera aproximación al corpus, pudimos observar cómo el espacio público construido mediáticamente por el edr no emerge como un territorio inseguro ni violento. Los hechos del ámbito local que se visibilizan con mayor frecuencia son robos, hurtos, a los cuales no se los construye con un carácter truculento o sensacionalista, sino que se atenúan los hechos en el modo de nombrar el delito, los actores y sus acciones: el foco es desplazado de manera constante, evitando lo anómalo y restituyendo un orden (Trew, 1983).


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En particular, el joven que delinque no es visto como radicalmente peligroso para la sociedad. Sí se construye su identidad como siempre proveniente de lugares periféricos de la ciudad trazando, de este modo, fronteras geográficas. Decimos identidades violentadas, en tanto que la figura del que delinque es inscripta en una periferia social, tanto espacial como simbólica. Y es (hablada) narrada en (y por) el discurso mediático por otras voces que no son las de los jóvenes. Opera aquí una figura retórica: la metonimia. En este caso, el efecto: el joven que delinque; la causa: marginalidad y la periferia social; el todo: la espacialidad periférica, y la parte: el que delinque. Sin dudas, las semiosis puesta a circular por el medio analizado, en términos de Escudero Chauvel funcionan como sistemas narrativos. Un mundo posible objetivado en textos y lenguajes que, como sostiene Angenot (2010), asumen la representación de la realidad y contribuyen en buena medida a hacer la realidad… y la historia. Como conclusiones preliminares del análisis del corpus, observamos que una dominancia discursiva (ciertas temáticas y visiones del mundo) de una zona de la discursividad social, en este caso, la política, ha ido migrando a la discursividad mediática por medio de un proceso de intertextualidad. Como habíamos planteado más arriba, en relación con esta sospecha compartida con otras investigaciones (Lobo, 2011a), podemos agregar que la definición (y caracterización del funcionamiento) de la noción de hegemonía discursiva propuesta por Angenot nos permitió dimensionar cómo una discursividad local, caracterizada en los últimos veintisiete años por una marcada hegemonía rodriguezsaaista, puso a circular discursos que configuraron una fuerte pregnancia instituyente. Y cómo esa discursividad fue sedimentando sentidos en torno a los tópicos planteados más arriba, irrumpiendo desde la esfera de lo político institucional hacia otras zonas de la discursividad social puntana. Sin embargo, como sostiene Angenot, no debemos confundir el mapa (el discurso, en este caso de edr) con el terreno (lo que pasa, lo que está dado por las otras prácticas no discursivas). Hacemos esta advertencia final porque es en el mapa donde edr construye una cierta dominancia de pathos asociada a un territorio particular: en San Luis se vive con mayor seguridad que en el resto del país. De esta manera, la narrativa mediática parecería resolver la tensión entre ambas narrativas y se encontraría en clara concordancia con el discurso político local que sostiene: San Luis es otro país. 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Angenot, M. (2010). El Discurso Social. Los límites históricos de lo pensable y lo decible. Buenos Aires: Siglo xxi Editores. Arfuch, L (1997), Crímenes y pecados: de los jóvenes en la crónica policial. Unicef Argentina. Charaudeau, P. (2003), El discurso de la información. Barcelona: Gedisa. Escudero Chauvel, L. (1996). Malvinas, el gran relato. Barcelona: Gedisa. Escudero Chauvel, L. (1997). “¿Quién es el autor de las noticias? Acerca del contrato mediático de la información”,en Revista Sociedad, nro. 11, agosto de 1997. Kerbrat-Orecchioni, C. (1997). La enunciación. De la subjetividad en el lenguaje. Buenos Aires: Edicial. Lobo, C. (2011a). “Las culturas originarias como tópico disruptivo en la construcción de la identidad puntana en el siglo xxi”, en Revista Metavoces. Nº 11. Pags 91 a 102. Nueva Editorial Universitaria. Universidad Nacional de San Luis. Lobo, C. (2011b). “Cronotopías e identidades. El retorno de lo olvidado. Las Culturas originarias en la construcción del pueblo puntano”, en Revista Pacarina del Sur. Revista Cultural de Pensamiento Crítico. Con referato. México. Martínez, F. (2005). “Sujetos y Sujetados: la Construcción del Otro y la Gestión Penal de la Pobreza En Los Discursos Gráficos”, en Actas Digitales de las ix Jornadas Nacionales de Investigadores en Comunicación. Nro. 9. cd-rom. Universidad Nacional de Villa María. Villa María. Martínez, F. (2011). “Enunciación transfigurada en el discurso periodístico durante el debate de la ‘Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual”, en Martínez, F (compiladora) Lecturas del presente. Discurso, política y sociedad. 1º Ed. Editorial Eduvim. Villa María. Robles, J., Navarrete, M. y Lobo, C. (2007). “La construcción discursiva en la prensa escrita local de la renuncia de Daniel Pérsico a la candidatura a gobernador de la provincia de San Luis”, en Actas Digitales de las xi Jornadas de Investigadores en Comunicación. Tramas de la comunicación en América latina contemporánea. Tensiones sociales, políticas y económicas. cd-rom. Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza. Trew, T. (1983). “Teoría e ideología en acción”, en Fowler, R. Lenguaje y control. México: fce. Verón, E (1987) Construir el acontecimiento. Barcelona: Gedisa. Verón, E. (2011) Papeles en el tiempo. Argentina: Editorial Paidós.

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Discursos de la guerra en Colombia 1998-2005 VICTORIA ELENA GONZÁLEZ MANTILLA Comunicadora social-periodista de la Universidad Externado de Colombia. Especialista en Comunicación-educación de la Universidad Central. Con estudios de maestría en Literatura Latinoamericana. Candidata a doctora en Ciencias sociales de la Universidad Nacional de General Sarmiento / ides. Coordinadora del énfasis de periodismo de la Facultad de Comunicación social y periodismo de la Universidad Externado de Colombia. Correo-e: victoria.gonzalez@uexternado.edu.co

RESUMEN El presente artículo hace parte de la investigación de tesis Discursos de la guerra en Colombia 19972005 realizada en el marco del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de General Sarmiento/ides, Buenos Aires. Palabras clave: Guerra posmoderna; Discurso; Colombia.

ABSTRACT

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This article is part of the thesis research Speeches 1997-2005 war in Colombia conducted under the PhD in Social Sciences at the National University of General Sarmiento / ides, Buenos Aires. Keywords: War Postmodern; Discourse; Colombia.


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L

a excepcional duración en el tiempo, las peculiaridades de su desarrollo y la metamorfosis que ha tenido, tanto en los accionares internos como en el contexto internacional, son algunas de las características de la guerra colombiana que la han convertido en un fenómeno de alta complejidad en el que se entrelazan múltiples elementos. En muchas oportunidades, las acciones violentas contra la población civil, las disputas territoriales, los enfrentamientos entre grupos armados y el desplazamiento interno se asumen como los únicos componentes que desempeñan un papel importante en un conflicto. Esto se debe quizá al carácter tangible que poseen y que les permite hacer parte de las estadísticas en los bancos de datos o alimentar las noticias que presentan a diario los medios de comunicación. Pero, ¿qué sucede con otros elementos igualmente significativos como son los discursos de los actores del conflicto difundidos en comunicados, declaraciones y cartas que circulan permanentemente? ¿Qué importancia tienen dentro de la estrategia de acción política utilizada por parte de los diferentes actores involucrados? ¿Cuáles son los mensajes y sentidos que los actores hacen circular en sus discursos? Para esta investigación elegimos un corpus de 28 registros producidos entre 1998 y 2005 por tres actores discursivos: las auc, las farc y representantes del gobierno de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe Vélez, incluidos los dos mandatarios. Con esos registros elaboramos una especie de tejido procesado con los patrones de la historicidad en el análisis crítico del discurso liderado por la investigadora austriaca Ruth Wodak. De esta manera, pudimos leer en la muestra dos etapas históricas del país. Dos procesos de paz con dos grupos armados distintos y la perspectiva mediática frente a acontecimientos que atravesaron esas prácticas discursivas producidas en esas dos etapas. El resultado es un análisis que nos permite ver la guerra en Colombia no solo desde cifras o desde el testimonio de víctimas y victimarios, sino desde los discursos de los actores que en ella intervienen en un gran marco que nos brinda múltiples elementos para comprender la guerra más allá de las palabras. La construcción del estado del arte de esta investigación se hizo mediante una exploración de más de cincuenta años de literatura que se organizó cronológicamente. Tomamos además en un aparte especial las producciones relacionadas con medios de comunicación, discurso y conflicto.

LOS EJES TEMÁTICOS Consideramos que un trabajo investigativo que pretenda dar cuenta de los Discursos de la guerra en Colombia entre 1997 y 2005 debe mirar dos ejes temáticos: el que atiende a los diferentes conceptos que existen alrededor de lo que significa discurso y el que explica categorías como guerra civil, conflicto armado, violencia y terrorismo, entre otros. Sobre el eje discurso –mirando en particular el análisis crítico del discurso y dentro de esta línea, la historicidad– encontramos puntos en común entre los autores que nos permiten pensar el discurso, tal como lo expone Foucault, teniendo en cuenta los ámbitos institucionales desde los que se produce y las posiciones del sujeto; también, tal como lo propone Teun van Dijk, desde varios niveles de estructura como la sintaxis, la semántica, la estilística y la retórica. Igualmente, desde el estudio de géneros como la argumentación y la narración de historias, y desde los procesos cognitivos concretos de su producción y comprensión por parte de los usuarios del lenguaje. Del mismo modo, creemos fundamental entender el discurso como práctica social y cultural, teniendo en cuenta los planteamientos de Ruth Wodak, quien afirma que las determinaciones situacionales, institucionales y sociales configuran los discursos y los afectan, y los discursos influyen en las acciones y los procesos sociales y políticos de carácter discursivo y de carácter no discursivo. Con respecto al segundo eje en el cual buscamos definir violencia, conflicto armado, guerra, etc., nos apartamos de las teorías deterministas que asumen la condición del colombiano como un sujeto proclive a la violencia. Igualmente, nos oponemos radicalmente a quienes niegan la existencia de una guerra en Colombia e incluso de un conflicto armado y que denominan la situación más bien como una “guerra contra el terror”. Tampoco compartimos la idea de quienes reducen la situación colombiana a la existencia de grupos armados ilegales que operan en el territorio nacional, ya que el accionar de estos grupos va mucho más allá de las confrontaciones armadas periódicas. Consideramos que la situación colombiana tiene las características propias de una guerra posmoderna o postclausewitziana, propuesta por el analista Jorge Giraldo (2009) quien en su libro Guerra Civil posmoderna, luego de hacer un extenso recorrido por los autores que han trabajado los conceptos de guerra, guerra civil, conflicto armado, etc., define guerra posmoderna como:

Forma de guerra en la que el Estado deja de ser el único decisor respecto de la enemistad y el objetivo político, y aparecen otras unidades políticas como

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competidoras suyas; la separación moderna de las funciones en la guerra atribuidas al gobierno, al ejército y al pueblo, se pierde y se crea una nueva unidad política, militar y pasional, en la figura del partisano; por consiguiente, las distinciones entre regular e irregular, militar y civil, público y privado, dentro y fuera, se hacen borrosas y, así, la capacidad reguladora del derecho o, probablemente, de una moral compartida, pierde eficacia. En relación con el conflicto armado, al autor explica que:

…la pretensión normativa de regular la guerra, se ahoga cuando se empieza por definir qué hechos y agentes reúnen los elementos necesarios para la categoría conflicto armado, confundiendo de nuevo los hechos empíricos con las instituciones modernas y aceptando como casos marginales de instituciones aquellos que se justifican a partir de valores modernos como la nación o la ciudadanía (ídem). A esta guerra posmoderna o postclausewitziana se han ido sumando, tal como lo expone Münkler (2005), nuevos actores y perversas modalidades propias de los tiempos que vivimos. En lo relativo a modalidades, reconocemos en esa guerra moderna actos de genocidio, representados en decenas de masacres acaecidas en varios lugares del país producidos por grupos armados de derecha; actos terroristas, realizados principalmente por grupos armados de izquierda, y actos de terror, propiciados por parte del Estado, que en los últimos años han cobrado la vida de varios ciudadanos utilizando estrategias como la denominada “falsos positivos”1. Consideramos que la guerra posmoderna en Colombia ha tenido transformaciones a lo largo de cinco décadas, producto de la introducción de nuevas acciones, nuevos escenarios y nuevos actores, como el narcotráfico y el paramilitarismo. Del mismo modo, ha tenido fluctuaciones o picos propios de momentos políticos, sociales y económicos particulares, lo cual no significa que debamos negar el carácter de un fenómeno que aún no termina ni permite vislumbrar una solución definitiva.

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1. Aunque la práctica es anterior, el término “falsos positivos” se usó por primera vez en febrero de 2007 cuando los oficiales del Ejército Javier Efrén Hermida y Luis Barrero fingieron haber evitado atentados explosivos con bombas en Bogotá, con el fin de obtener sendas recompensas por sus acciones, maniobra que fue descubierta posteriormente. En adelante se denominó de la misma manera a la desaparición y muerte de varios civiles ocurrida en distintos lugares del país, que posteriormente fueron reportados por el Ejército como muertos en combate sin que hubiese pruebas de que pertenecían a grupos armados.

DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN La construcción del minucioso marco histórico que hizo parte de esta investigación (19471997) obedeció principalmente a las exigencias de la opción interpretativa elegida para este trabajo: la historicidad del análisis crítico del discurso. Con respecto al corpus elegido, denominamos corpus a una serie de textos provenientes de diversas fuentes determinadas por el objeto de la investigación, que presume una posición del investigador y unos intereses particulares. La interpretación de esos datos implica la identificación de unas categorías y de unos recursos analíticos. Para la elección del corpus tenemos una primera pauta de delimitación que apunta a los discursos de tres actores dentro de la guerra (gobierno, auc y farc). Una segunda pauta es la delimitación temporal que nos circunscribe al lapso comprendido entre 1998 y 2005. Sobre la elección de los actores, definimos actor dentro de la guerra mediante dos acepciones que Medios para la paz (2005) le da a actor del conflicto armado:

Combatiente de una de las partes o también, quien en un conflicto tiene la capacidad de cambiar sustancialmente su curso. Esta nominación se inscribe en la categoría actor, entendido como un agente-sujeto que cuenta con un conjunto de recursos materiales, capaz de una acción individual o colectiva. Las acciones, entre tanto, brindan los argumentos más importantes para caracterizar a los actores. La acción tiene tres aspectos, el físico, el cognitivo y el cultural, productos de formas de relación, ideologías o acumulados socioculturales de los individuos o comunidades, que permiten reconocer sus orígenes y propósitos. De lo anterior podemos deducir que la acción desempeña un importante papel en la categorización de los actores y en la construcción social de la realidad. De la interacción entre acción y actor social, que es la voz del discurso, surge la tercera categoría, denominada actor discursivo, que se entiende como:

Un ser cognitivo y social, que construye y reconstruye la realidad, generador de formas de representación del contexto en el que actúa y de sí mismo, con lo cual crea, con los actores que lo rodean, formas de entender la realidad en el marco de un discurso con perspectivas histórica, social, política y cognitiva. El actor discursivo entonces es un sujeto que desempeña roles discursivos y que en su calidad de sujeto social construye una imagen de sí mismo, del otro y de la realidad (Pardo, 2007).


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La elección del lapso 1998-2005 se justifica por la necesidad de dar relevancia a una etapa atravesada por dos procesos de paz con dos grupos armados confrontados militarmente. En dicha etapa se dan las transformaciones en las relaciones del gobierno del presidente Andrés Pastrana Arango con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –farc–, a partir de las conversaciones previas al inicio de un proceso de paz fallido (1998) y la propuesta de ese proceso de paz con este grupo armado al inicio de la gestión de este mandatario en 1999. También se presenta el ascenso al poder del presidente Álvaro Uribe en 2002 y sus acuerdos con los grupos paramilitares mediante la Ley 975 de 2005. En relación con la elección específica de las variedades discursivas objeto de análisis, se escogen dentro de un universo de hechos ocurridos en la etapa de la guerra colombiana comprendida entre 1998 y 2005, a los que hemos denominado acontecimientos. Justificamos la elección de unos acontecimientos, en menoscabo de otros, partiendo del reconocimiento de que todo trabajo que tiene una perspectiva histórica descompone el tiempo pasado y escoge entre sus realidades cronológicas, según preferencias más o menos conscientes del investigador. En el marco de cada acontecimiento elegido, hemos seleccionado los siguientes tipos de

variedades discursivas: comunicados, acuerdos y discursos políticos. Estas variedades discursivas que constituyen los Discursos de la guerra en Colombia producidos durante una época determinada (1998-2005) se analizaron tomando como base un amplio marco teórico que nos brindó las herramientas para poder, desde el análisis cualitativo: ● Mirar la incidencia del trasfondo histórico en la constitución de las variedades discursivas de los diferentes actores teniendo en cuenta más de 60 años de guerra en el país. ● Considerando la información periodística producida alrededor del registro o del acontecimiento del que se habla en el mismo. ● Contemplando las teorías de rango medio, o variables extralingüísticas sociales o sociológicas y los marcos institucionales de un contexto de situación específico (Wodak, 2005). ● Incorporando las macroteorías, o amplios contextos sociopolíticos e históricos en los que están ubicadas las prácticas discursivas. ● Mirando la relación intertextual e interdiscursiva, entre las variedades discursivas elegidas en el corpus. Si quisiéramos expresar de manera gráfica la forma como hemos concebido este análisis podríamos utilizar el siguiente esquema:

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

(discurso, comunicado, carta abierta, etc.)

MACROTEORÍAS

TEORÍAS DE RANGO MEDIO

VARIEDAD DISCURSIVA

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La matriz elaborada para hacer el análisis de este corpus se conformó de la siguiente manera: Fecha

9 de julio de 1998

Acontecimiento

Documento(s) que lo(s) registra

Andrés Pastrana y Manuel Marulanda Vélez, “Tirofijo” se entrevistan en algún lugar de las montañas de Colombia

Comunicado público a extranjeros y colombianos

Ejemplo de análisis El Estado Mayor del Bloque Oriental de las farc-ep, informa a la opinión pública nacional e internacional: 1. El Comandante Gildardo, del 10 Frente de las farc-ep andaba en una comisión de reconocimiento de terreno, con 3 unidades más; al enterarse que habían entrado en la región de los indígenas U’was, unas personas desconocidas y sin autorización de la guerrilla; improvisó una comisión de investigación. Al encontrarlos, los capturó y ajustició sin consultar a los organismos superiores de dirección. 2. Dejamos claro que no es política de las farc-ep, desaparecer colombianos o gente de otras nacionalidades. 3. Solicitamos, que cuando alguien vaya a penetrar a zonas de las farc-ep, primero se identifique y pida autorización para evitar cualquier incidente a lamentar. 4. A ningún Estado entregaremos a nuestros combatientes. Al Comandante Gildardo, lo juzgamos y sancionamos de acuerdo a las leyes de las farc-ep, consagradas en el reglamento de régimen disciplinario de la organización guerrillera. Por el Estado Mayor del Bloque Oriental de las farc-ep Jorge Suárez Briceño. Montañas de Colombia, marzo 10 de 1999

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El 25 de febrero de 1999, los indigenistas Ingrid Washinawatok, Laheenae Gae y Terence Freitas fueron abordados saliendo del caserío El Chuscal, ubicado en el Departamento de Boyacá. Allí fueron interceptados por las farc. Sus cuer-

Fecha de registro

12 de julio de 1998

Variedad discursiva

Comunicado

Actor discursivo

Las farc

pos baleados fueron encontrados días después en Venezuela en el sector denominado Los Pájaros, cerca a la frontera con Colombia. Los indigenistas se encontraban viviendo con la comunidad indígena colombiana U’wa2. El comunicado está firmado por el Bloque Oriental de las farc o “Bloque Comandante Jorge Briceño”, una subdivisión de las farc3. En el momento de emitir este comunicado este bloque estaba considerado como la facción militar más fuerte del este grupo guerrillero. Opera en las diferentes áreas de Colombia del oriente y centro del país. También se llama Jorge Briceño, debido a que estaba comandado por este dirigente guerrillero que murió en combate en 2010. Está dirigido a la “opinión pública nacional e internacional”. Se dirige no solo a la comunidad nacional sino también a la internacional, debido a las connotaciones diplomáticas que tuvo este acontecimiento. Está dividido en cinco puntos. 2. Los indígenas U´wa o Tunebos hacen parte de la macrofamilia lingüística Chibcha, una de las comunidades más grandes que se encontraba asentada en los Andes al arribo de los españoles. La comunidad estaba conformada por ocho clanes ubicados en la Sierra Nevada del CocuyGüicán, los cuales estaban subdivididos de acuerdo con su lugar de asiento en tierras altas, medias y bajas. Los primeros clanes desaparecieron al contacto directo con los españoles. Quienes sobrevivieron, fueron adscritos a instituciones coloniales como la encomienda, en las cuales se vieron sometidos a malos tratos, exceso de trabajo y escasa alimentación. Posterior al dominio español, los U´wa vivieron innumerables oleadas de colonización por parte de distintos grupos que quisieron apropiarse de sus tierras y de sus riquezas. Huyendo de esta situación llegaron incluso a ocultarse en montañas que bordean los 3.600 metros sobre el nivel del mar. De este modo, sobrevivieron durante varios años lejos del contacto con foráneos. Se calcula que en 1940 había unos veinte mil U’was quienes habitaban territorios que se extendían desde el sur de Venezuela hasta los departamentos de Arauca, Boyacá y Norte de Santander en el oriente colombiano. Hoy tan solo quedan cerca de cinco mil que ocupan prácticamente toda la vertiente nororiental de la Serranía del Cocuy. 3. Los bloques de las farc están constituidos militarmente por 5 o más frentes. En ellos se coordinan y se unifican de forma estratégica todas las actividades de los frentes en una zona específica del país. Quien coordina las áreas de dichos bloques es el Secretariado o el Estado Mayor Central.


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En el primero de ellos informa: “El Comandante Gildardo, del 10 Frente de las farc-ep andaba en una comisión de reconocimiento de terreno, con 3 unidades más; al enterarse que habían entrado en la región de los indígenas U´was, unas personas desconocidas y sin autorización de la guerrilla; improvisó una comisión de investigación. Al encontrarlos, los capturó y ajustició sin consultar a los organismos superiores de dirección”. Mencionan al comandante Gildardo, sin apellido, ya que es usual en la guerrilla dar nombres o alias a sus dirigentes que tan solo sirvan para una identificación interna. Sabemos que pertenece al Frente 10 de las farc, que también es conocido como el Frente Guadalupe Salcedo, en honor al guerrillero muerto en los años cincuenta. Este frente hace parte del Bloque Oriental, por ello dicho bloque dirige el comunicado en cabeza de Jorge Briceño. Expone que Gildardo “andaba en una comisión de reconocimiento”, es decir, en una labor militar en busca de explorar un territorio, y se entera de la incursión de “personas desconocidas en la región de los indígenas U’wa”. La mención: “Personas desconocidas y sin autorización de la guerrilla”, denota que el grupo armado tiene pleno dominio sobre esta región hasta el punto de reconocer a todos sus habitantes, pero además que quien ingrese al mismo territorio debe solicitar permiso, dado que las farc fungen en el mismo como autoridad. La autoridad del grupo armado les permite “capturar” y “ajusticiar” a quienes sin autorización entren en este territorio, y esto es justamente lo que hacen las farc, de acuerdo con el comunicado. Podemos ver acá la macroteoría de Münkler (2005), quien afirma que:

En las nuevas guerras, el uso de la violencia se traslada de las fuerzas enemigas a la población civil; además, el paso que se da en el campo de batalla de las acciones violentas a la violencia difusa, no está relacionado con la decadencia de la disciplina de los guerreros sino que es producto de una juiciosa planificación. Nos detenemos en el término “ajusticiar” para recordar que:

(…) la utilización de eufemismos no es patrimonio exclusivo de la oficialidad. De parte de los grupos armados también se usa este lenguaje metafórico por varias razones. La primera de ellas, por la necesidad de “normalizar” las acciones criminales para que no sean consideradas ilegales; la segunda, para lograr que a fuerza de reiteración estos vocablos se posicionen en el lenguaje

común sin que se explore sus verdaderos sentidos o procedencias. La tercera, está relacionada con lo que Kurt y Katis Spillman denominan el síndrome del enemigo, es decir, “la mirada estereotipada del otro que conlleva una polarización elemental entre buenos (nosotros) / malos (ellos) y que incentiva a la deshumanización del oponente. Por ello, quienes cometen un crimen no pueden creer que estén ocasionando un daño irreparable a un ser humano como ellos (Spillmann, 1991). Como ejemplo de lo anterior vemos que las guerrillas colombianas convierten un secuestro en una “retención”; un robo de armas el ejército en una “recuperación”; una extorsión en una “vacuna” o un asesinato de los enemigos en un “ajusticiamiento”. Del mismo modo, en sus “partes de guerra” se habla de “muertos en combate” o “dados de baja” (González, 2009). Finaliza el párrafo explicando que la decisión del comandante Gildardo se tomó motu proprio y sin consultar a sus superiores. De igual manera, se justifica que si hubiese sido una decisión de la cúpula del grupo armado, el acto sería correcto. A continuación el comunicado aclara que las farc “no tienen como política desaparecer colombianos o gente de otras nacionalidades”, lo cual indica que lo ocurrido con los indigenistas fue un hecho fortuito y no una “política de Estado”, es decir el Estado o más bien paraestado establecido por las farc en algunos territorios del país. Pero además no utilizar el término asesinar sino desaparecer para atenuar el impacto del mismo. En el punto número tres, el grupo armado solicita que aquellos que vayan a ingresar al territorio mencionado “pidan autorización”, con lo cual reiteran que son las farc las que ejercen el dominio, el control y la soberanía de este territorio y, por tanto, tienen potestad como autoridad para exigir la identificación de quienes se desplacen hasta allí. En caso de que se desconozca esta autoridad, advierten que puede ocurrir nuevamente un hecho como el que se presentó. Lo anterior muestra una contradicción, dado que en apartes anteriores se da a entender que el hecho fue accidental. En el punto cuatro, las farc manifiestan que “A ningún Estado entregaremos a nuestros combatientes. Al Comandante Gildardo, lo juzgamos y sancionamos de acuerdo a las leyes de las farc-ep, consagradas en el reglamento de régimen disciplinario de la organización guerrillera”. Las farc hablan de no entregar al combatiente Gildardo a ningún Estado, previendo que Estados Unidos se pronuncie por los asesinatos de sus nacionales y solicite a los culpables en extradición. Igualmente, hablan de juzgarlo y sancio-

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narlo de acuerdo con las leyes de las farc, lo que denota la existencia de un aparato no solo militar sino también jurídico, dentro de este grupo armado que ejerce leyes particulares distintas a las del Estado colombiano. La sanción impuesta al comandante Gildardo por este delito podía ir desde la prohibición de participar en algunos cargos de dirección de la guerrilla, hasta el fusilamiento, según lo manifestó a la agencia de noticias anncol el dirigente miembro del secretariado del grupo armado, Raúl Reyes el 9 de marzo de 19994. Posteriormente Olga Marín, compañera de Raúl Reyes, manifestó que el castigo para los culpables sería someterlos a trabajos comunitarios. La revista Semana publicó en su edición del 12 de abril de 1999 que el gobierno de Washington tenía como prueba la intercepción de dos conversaciones radiotelefónicas. La primera del 28 de febrero, entre la radio-operadora de ‘Grannobles’, hermano del guerrillero Jorge Briceño conocido con el alias de ‘Mono Jojoy’, y la operadora radiotelefónica de este último en la que ‘Grannobles’ informa a su hermano que tiene en su poder a “tres gringos” que están haciendo daño a la comunidad U’wa y que, por tanto, lo mejor es matarlos. Y la segunda, sostenida dos días después, entre ‘Grannobles’ y ‘Rafael’, comandantes del décimo frente de las farc, en la que ‘Grannobles’ dice:

Cuadren la vaina que el patrón autorizó lo de los gringos. Pero que debe hacerse eso al otro lado para no dejar rastros, porque el señor ordenó matar a los gringos en el lado venezolano (Semana, abril de 1999). La trascendencia de este hecho se refleja en el contexto inmediato que produjo. En el plano internacional, por ejemplo, se da el pronunciamiento del presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de los Estados Unidos, Benjamin Gilman, representante del partido Republicano, quien le pidió al presi-

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4. De acuerdo con informaciones de la Cadena Radial Caracol de Colombia emitidas el 14 de septiembre de 2002: “el Ejército abatió al autor material del asesinato de los tres indigenistas norteamericanos. En combates sostenidos en zona rural de Arauca, el ejército dio muerte a Gustavo Samanei Díaz, de 55 años, creador del frente 45 de las farc, y a quien el Ejército responsabiliza de ser el autor de la muerte de los tres ciudadanos norteamericanos, Terence Freitas, Ingrid Washinawatoik y Larry Gai. Los operativos se registraron en zona rural de Fortul, donde murieron otros dos guerrilleros. Según el comandante de la segunda división, general Martín Orlando Carreño, dijo que Samanei Díaz recibió la orden directa de Germán Briceño, Alias Grannobles, para ejecutar a los tres extranjeros”.

dente Andrés Pastrana terminar las negociaciones de paz con las farc. Del mismo modo lo hizo el presidente de la Comisión de Apropiaciones de la Cámara, el también republicano Dan Burton, quien afirmó que:

Estados Unidos debería concentrarse en suministrar las herramientas, tanto a la Policía como al Ejército, para que puedan derrotar a la guerrilla (El Tiempo, 15 de abril de 1999). Por su parte, el Departamento de Estado de los Estados Unidos explicó que:

…la idea de trabajar en la construcción de carreteras a cambio de un asesinato es completamente inadecuada frente a un crimen tan serio como este. Lo rechazamos, pues no llega ni siquiera a estar cerca de lo que pedimos. Insistimos en que las farc tienen que cooperar con las autoridades en la investigación de este acto de terrorismo internacional y entregar a los responsables. Nada diferente a esto satisface nuestras demandas de justicia (El Tiempo, 29 de mayo de 1999). En el plano nacional, los pronunciamientos del gobierno estadounidense contribuyeron a arreciar las críticas locales contra la decisión del gobierno de Pastrana de mantener los diálogos con las farc, a pesar del grave hecho cometido por el grupo armado. En este comunicado vemos la macroteoría planteada por Max Weber (2005), quien afirma:

Una asociación se llama asociación de dominación cuando sus miembros están sometidos a relaciones de dominación en virtud del orden vigente. (…) En el pasado, las asociaciones más diversas –empezando por la familia– emplearon la coacción física como medio perfectamente normal. Hoy, en cambio, habremos de decir: el Estado es aquella comunidad humana que en el interior de un determinado territorio –el concepto del “territorio” es esencial a la definición– reclama para sí (con éxito) el monopolio de la coacción física legítima. Porque lo específico de la actualidad es que a las demás asociaciones o personas individuales solo se les concede el derecho de la coacción física en la medida en que el Estado lo permita. Este se considera, pues, como fuente única del Derecho de Coacción.

CONCLUSIONES GENERALES El análisis de 28 registros desde la historicidad del análisis crítico del discurso en la investigación Discursos de la guerra en Colombia 19972005, nos permite concluir que:


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● No hay un acuerdo para denominar el fenómeno que vive el país desde hace más de 50 años, dado que se habla de violencia, de Violencia con mayúscula, de conflicto, de guerra, e incluso en muchos textos se utilizan todas las categorías anteriormente mencionadas a manera de sinónimo. Esto explica que no haya claridad a la hora de definir lo que está sucediendo en Colombia. En el caso colombiano, el Estado no ha logrado ejercer el monopolio estable de la violencia física ni el dominio sobre el territorio durante los últimos 50 años. La guerra no ha sido un fenómeno transitorio que por momentos afecte a los colombianos sino, por el contrario, ha sido un problema endémico sin perspectiva de una solución rápida para el futuro que ha tenido picos propios del momento político que se esté viviendo. ● Si bien la aparición de guerrillas y de otros grupos armados y su paulatino crecimiento dentro del territorio nacional son otra muestra de la falta de monopolio de la violencia por parte del Estado colombiano, la prueba más grande es quizá la subsistencia durante más de medio siglo de estos movimientos en condición de paraestados en muchas regiones del país. En el caso particular de las farc, desde sus discursos se ve un reconocimiento de la legitimidad del Estado, pero no del monopolio de la fuerza coercitiva de ese Estado. Por esta razón, las farc no tienen inconveniente en reconocer en sus comunicados como algo natural que deben aplicar sus propias leyes en los territorios que son de “su jurisdicción”. Las auc, por su parte, consideran que es el Estado el que debe llenar los vacíos de autoridad que las auc dejarían con una eventual desmovilización. Esto implica el auto reconocimiento de las auc como un estamento incluso con mayor legitimidad y poder que el mismo Estado en algunas regiones. Más que arrogancia, demuestra el grado de poder que las auc lograron tener en varios sectores país. Poder no solo militar, sino también político. ● Resulta paradójico que los gobiernos conservadores, como los de Belisario Betancur y Andrés Pastrana, que suponemos son más cercanos a las Fuerzas Armadas, sean los más proclives a diálogos con las guerrillas y los que se han alejado más de las Fuerzas Armadas en sus decisiones a la hora de firmar sus acuerdos.

Durante los ocho años del mandato de Álvaro Uribe, las relaciones con la guerrilla fueron en algunos momentos turbulentas y en otros, inexistentes. Con los grupos paramilitares fue totalmente distinto. Desde un primer momento se planteó la posibilidad de negociaciones que se fueron desarrollando paulatinamente. De esto dan cuenta, varios comunicados y acuerdos en los cual reiteradamente se expresa confianza en el éxito del proceso. ● En el proceso de paz entre las farc y el gobierno del presidente Pastrana, y entre el gobierno de Uribe y las auc, tanto los representantes de los dos gobiernos como los grupos armados demostraron en sus actitudes que el éxito o fracaso del proceso dependía de contingencias. Lo anterior muestra la fragilidad con la que desde un principio se plantearon dichos procesos, fragilidad que los llevó a sendos fracasos. Las evidencias de resquebrajamiento

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de los Procesos de paz con las farc y con las auc se ven por ejemplo en los comunicados y acuerdos que circulan públicamente y que difieren de los hechos que se dan alrededor del proceso. ● La “Zona de Distensión” para las farc y la promesa de una base jurídica favorable para la desmovilización para las auc se convierten en una especie de “estímulo” con el cual se premia a estos dos grupos armados. Tanto la “Zona de Distensión” como la promesa de una base jurídica favorable se tornan en armas de doble filo para los gobiernos de Pastrana y de Uribe. Por una parte, sirven como elementos negociadores, pero por otra, debilitan la imagen de soberanía ante los ojos nacionales e internacionales. Para las farc, el mantenimiento de la “Zona de Distensión” es el pilar de las negociaciones por la necesidad de mantener la autonomía del grupo armado en lo local. Esta autonomía permite por ejemplo el control sobre el cultivo y la comercialización de cultivos ilícitos. Para las auc, el marco legal para la desmovilización es pilar de las negociaciones por el temor de enfrentar la extradición a Estados Unidos y por la negativa a purgar cárcel. ● Desde el punto de vista internacional, es claro que la caída de las Torres Gemelas es un antecedente que concita a todos los actores discursivos (farc, auc, gobierno) a hablar en otro lenguaje. Esto se demuestra por ejemplo en la nominación de la farc como grupo terrorista por parte de la comunidad internacional que infiltra el discurso del presidente Uribe y de las auc. El mandatario hace mención constante al terrorismo como fenómeno y a los terroristas como enemigos de la nación. Esta última mención la usa como un argumento para negar cualquier condición política de las guerrillas y, de este modo, justificar la no negociación con las mismas. Las auc la usan para hacer diferencia entre sus propósitos y los propósitos de las farc. ● A la hora de analizar el proceso de paz de las farc y el gobierno de Andrés Pastrana, las auc ponen al gobierno y a las farc en un mismo nivel en la balanza en cuanto a sus intenciones de engañar a la población con un proceso de paz que no es viable. Lo mismo ocurre cuando las farc se refieren al proceso de las auc con el gobierno de Álvaro Uribe. Sin embargo, tanto el presidente Pastrana como el presidente Uribe creen, o quieren creer que la imagen de sus respectivos gobiernos salen indemnes luego de los procesos de

paz fallidos (el tiempo demostraría que no fue de esa manera) y que la única imagen que se deteriora es la de las farc y las de las auc. De hecho, Álvaro Uribe nunca admite su fracaso en el proceso con las auc. En la coyuntura electoral posterior a la finalización del proceso de paz entre Pastrana y las farc hay un cambio de actitud de gran parte de la población frente a la guerra. Los que votaron por Pastrana, porque prometió paz y diálogos, apoyan a Uribe porque promete confrontación directa con las farc. Desde el primer discurso de posesión de Álvaro Uribe, comienza a mostrar rasgos de neopopulismo: critica a las instituciones porque a su parecer son inoperantes; su discurso está confeccionado con palabras cargadas de emotividad, como patria, patriotas, montaña, etc., que buscan tocar los sentimientos de su auditorio y crear la ilusión de una relación más directa y diáfana con la ciudadanía. El discurso de posesión de Álvaro Uribe no permite pensar en ningún momento en el advenimiento de un proceso de negociación con las auc. El presidente tampoco menciona a este grupo al margen de la ley en ningún momento. Aquí cabría hacerse una pregunta: ¿Cuándo comenzó a gestarse este proceso de negociación? La propuesta de las auc de cese al fuego durante las negociaciones con el gobierno de Uribe busca sin duda marca una distancia grande con las farc en el proceso de paz con Pastrana y generar confianza en la población sobre sus intenciones sinceras. Las auc convenientemente se muestran en algunos momentos como un ejército fuerte y unificado y en otros como un grupo dividido. En el primero de los casos, por ejemplo, cuando firman como bloques, hacen gala de su poder de movilización de hombres. En el segundo de los casos, por ejemplo cuando firman como individuos o hablan en nombre propio –como es el caso de Castaño o Mancuso–, quieren eludir la responsabilidad como organización por los actos que algunas facciones puedan cometer. La mención permanente de entes de prestigio y poder, como la iglesia y de entidades supranacionales, buscó siempre blindar los procesos de negociación con las farc y las auc y darles legitimidad a dichos procesos. El estilo de los comunicados de las auc cambia a partir de la ausencia de Carlos Castaño. Se percibe un tono menos beligerante y se deja de lado el cambio indistinto de primera


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persona del singular a primera persona del plural. Lo anterior nos puede hacer pensar en que las decisiones entre las auc se empiezan a tomar de manera más concertada luego de la muerte de Castaño. ● En varios de sus comunicados, las auc reconocen su cercanía ideológica con Álvaro Uribe Vélez y se autorreferencian como héroes salvadores que suplen la falta de presencia del Estado. Entre tanto, las farc se autorreferencian como opositores al Estado, sin importar cual sea el gobierno que esté en el poder. 

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Revista semestral de los estudiantes de la Facultad de Comunicaci贸n Social y Periodismo de la Universidad Externado de Colombia Distribuci贸n gratuita

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Representaciones sobre el aborto en la prensa argentina.

Análisis crítico del discurso de los medios masivos de comunicación YANEL MOGABURO

Licenciada en Comunicación Social. Universidad Nacional de Quilmes. Investigadora en formación del Proyecto de Investigación: “Discurso político, esfera pública y género: una propuesta teórico-metodológica para el estudio desde el análisis del discurso multimodal”, dirigido por la Dra. Sara Isabel Pérez. Docente del Área de Lengua. Correo-e: yanelmogaburo@gmail.com

RESUMEN

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El trabajo busca contribuir al conocimiento del proceso discursivo de construcción de las representaciones e identidades genéricas en torno a la problemática del aborto en el espacio público durante los primeros años del siglo xxi, a partir del análisis del discurso de los medios masivos de comunicación. El análisis, enmarcado en la corriente del Análisis Crítico del Discurso, se centra en la cobertura que realizaron distintos medios gráficos de circulación nacional y local sobre tres casos emblemáticos de aborto no punible. Tiene como objetivo dar cuenta de las posturas de valor que adoptan los medios masivos de comunicación sobre la práctica social “aborto” y como, al mismo tiempo, negocian dichas posiciones con sus interlocutores reales o potenciales. Este análisis encuentra sus fundamentos teóricos en la Teoría de la Valoración, que tiene como propósito principal presentar una reorganización comprehensiva y sistemática de los recursos lingüísticos que pueden ser usados para valorar la experiencia social. Las conclusiones a las que llegamos a través del análisis de las voces y las valoraciones (appraisal theory) aparecidas en el corpus antes descripto, confirman nuestra hipótesis de que los medios masivos (como locutores) despliegan recursos que permiten el alineamiento o distanciamiento de las voces a favor y en contra del aborto, al mismo tiempo que reproducen las representaciones e identidades genéricas hegemónicas. Del análisis se desprende también que el aborto no punible en Argentina termina siendo criminalizado y la violencia que se ejerce sobre la mujer que aborta o desea abortar invisibilizada por los medios de comunicación. Palabras clave: Análisis crítico del Discurso; Aborto; Valoración; Medios; Representaciones.


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ABSTRACT The aim of this article is to show the discursive construction of gender identities and representation in the public sphere, during the first years of this century, from the analysis of the discourse of the news s about the ”problem of abortion”. in three national newspapers and on national television. The analysis, framed in femnist critical discourse analysis, focuses on the different media coverage on three emblematic cases of legal abortion. It aims to account for the value positions that adopt the mass media about social practice “abortion” and at the same time, to analyse the negotiation of those positions with their actual or potential readers/viewers. This analysis finds its theoretical foundations in the Appraisal Theory, which has as main purpose to present a comprehensive and systematic reorganization of language resources that can be used to evaluate the social experience. The conclusions arrived at by analyzing the voices and valuations (appraisal theory) appeared in the corpus described above, confirm our hypothesis that the mass media (as speakers) deploy resources that enable the alignment or distance of the voices for and against abortion, while reproducing the hegemonic representations and gender identities. The analysis shows that even in cases where the abortion is not punishable in Argentina, ends up being criminalized by the media that ignore or inflict violence on women who want to abort. Keywords: Critical Discourse Analysis; Abortion; Appraisal; Medias; Representations

INTRODUCCIÓN

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l artículo que aquí presentamos es resultado de una investigación que ha tenido como objeto el análisis del discurso de los medios masivos, en particular de la prensa gráfica, sobre el aborto legal en Argentina. La investigación puso el foco en las representaciones genéricas que se (re) producen en el discurso de los medios a partir de una práctica concreta y cotidiana, como es la del aborto. Por otro lado, nos hemos centrado en el análisis de los casos de aborto no punible, ya que son los únicos que son abordados por los medios de comunicación. A partir del análisis del discurso generado por distintos diarios de circulación nacional sobre tres casos emblemáticos que se corresponden con la figura de aborto no punible contemplada en el Código Penal Argentino (cpa)1, identificamos que el reclamo de la mujer o la familia de la mujer que exige el derecho al aborto legal genera controversia. El objetivo de este estudio fue mostrar cómo el discurso periodístico es usado para la producción y la reproducción de representaciones e identidades genéricas hegemónicas que emergen en distintas coyunturas, como lo es el reclamo por parte de una mujer o de su familia para acceder al aborto legal de acuerdo con el artículo 86 inciso 2° del cpa. 1. Art. 86 Código Penal Argentino: El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible: Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios; 2°. Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.

HISTORIA DEL ABORTO NO PUNIBLE (LEGAL) EN ARGENTINA El aborto es una práctica cotidiana en Argentina. Según cifras no oficiales cada año en nuestro país se realizan entre 500 mil y 700 mil abortos (aa.vv, 2005: 175). Esta práctica, realizada en la clandestinidad, provoca daños irreversibles en miles de mujeres, al mismo tiempo que representa la segunda causa de muerte materna en nuestro país (ídem: 184). El aborto está penado en Argentina, pero hay casos contemplados en el Código Penal, como los que se detallan en el ya mencionado artículo 86, en los cuales está permitido. El artículo generó y genera discusión y desacuerdo desde su sanción en el año 1922 hasta nuestros días. En el año 1968 esos desacuerdos se materializaron con la modificación de los incisos del artículo en cuestión. Fue así como mediante el Decreto 17.567 se introdujo el requisito de gravedad del peligro en el inciso 1 y se eliminó la frase “o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente”, del inciso 2. La reforma incorporó la exigencia de que la acción judicial por el delito de violación haya sido iniciada y el requisito de que “cuando la víctima fuere una menor o una mujer idiota o demente” sería necesario “el consentimiento de su representante legal”. Con esas modificaciones se aclaraban las dudas sobre el alcance de la despenalización del inciso 2: toda mujer violada tenía derecho al aborto y solo en el caso de violación de la mujer “idiota o demente” o menor de edad era necesaria la representación legal. Pero estas modificaciones fueron dejadas sin efecto en 1973 por la Ley 20.509, sancionada con el objetivo de derogar la legislación

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penal del gobierno militar. Así, la redacción original de 1922 volvió a tener vigencia, hasta que, en 1976, el nuevo gobierno dictatorial, mediante el Decreto Ley 21.338, derogó la Ley 20.509 y reincorporó la versión del artículo 86 establecida por la Ley 17.567. Es decir que, durante la dictadura militar, el Código Penal consideraba “no punible” el aborto en todos los casos de violación. Posteriormente, en 1984, el nuevo gobierno democrático dictó la Ley 23.077, una “ley ómnibus” que dejó sin efecto, en forma general, las reformas introducidas al cpa por la dictadura. De esta manera, el artículo 86 volvió a su versión original. Recientemente, el 13 de marzo de 2012, un fallo de la Corte Suprema de Justicia estableció que aquellas mujeres embarazadas producto de un ataque sexual se encuentran constitucionalmente protegidas para realizar abortos en los términos del artículo 86 del Código Penal de la Nación. El fallo se pronunció a favor de una interpretación amplia del artículo 86 de cpa, estableciendo que en todo caso de violación no son necesarias la denuncia penal, la intervención de más de un profesional de la salud ni la autorización judicial de un magistrado. Por otra parte se deja en claro que obstaculizar la práctica de los abortos no punibles es un acto ilegal porque implica una barrera al acceso a servicios de salud, y por lo tanto acarrea responsabilidad tanto para los médicos como para los magistrados que se excedan en sus funciones y debe ser sancionado por el Estado argentino.

CUÁNDO Y CÓMO LOS MEDIOS HABLAN DE ABORTO EN ARGENTINA En 1994, en el marco del debate de la Convención Constituyente, el aborto ocupa un lugar relevante en el debate en torno a las políticas de género en la esfera pública. Los medios de comunicación, y en particular la prensa, se han constituido como la arena discursiva privilegiada para estos debates, poniendo en escena las distintas

los medios de comunicación, como recursos del poder simbólico, reestructuran las formas como los discursos se producen e intercambian en la esfera pública, y las maneras como los individuos se relacionan unos con otros y consigo mismos.

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voces y posicionamientos ideológicos en torno a la interrupción del embarazo. El tema emerge, desde entonces, periódicamente ante acontecimientos puntuales como discusiones parlamentarias en torno a leyes relacionadas con la salud, los derechos sexuales y reproductivos; cuando se discute alguna iniciativa de política pública relacionada con el tema, o a partir de casos que salen a la luz, exclusivamente, como los de aborto no punible. De lo anterior se desprende que la discusión pública sobre el aborto en Argentina se da, principalmente, de manera colateral. El aborto es noticia solo cuando se conoce algún caso de aborto no punible que genera controversia. Dentro de las demás coyunturas descriptas, el tema aborto aparece solapado en la discusión2. Hasta aquí el cuándo. La pregunta acerca de cómo los medios hablan de aborto es lo que nos permitió, en el marco de nuestra investigación, pasar de un nivel descriptivo a un nivel de análisis más preciso. Lo primero que encontramos es que los diarios analizados abordan el tema del aborto desde el “caso” puntual. Hablar de los casos y no de los miles de abortos practicados anualmente en nuestro país, es un recurso utilizado por los medios que, de hecho, permite cerrar el debate sobre la práctica social “aborto” y sus consecuencias, y restringirlo a los casos excepcionales que contempla el artículo 86 del cpa. Por eso es que para nuestra investigación resultó central, no solamente poder llegar a precisar cuándo los medios hablan de aborto, sino también de qué manera lo hacen. El análisis de los textos producidos por los periódicos que formaron parte de nuestro corpus de investigación nos permitió profundizar en el cómo dicen los medios cuando hablan de aborto, pero, principalmente, en el qué y quién dice en los medios sobre el aborto. Este análisis se realizó a partir de las herramientas teórico- metodológicas brindadas por la Teoría de la Valoración (appraisal theory).

ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS En este trabajo, estudiaremos las representaciones e identidades sociales (Fairclough, 1992; Chouliaraki y Fairclough, 1999) y, particularmente, genéricas, que confluyen en la esfera pública donde se ponen en cuestionamiento y se negocian las representaciones e identidades hegemónicas. La esfera pública entendida como la arena interdiscursiva (Fraser, 1990) en la que convergen un conjunto heterogéneo de voces (textos y discursos) que evidencian la diversidad de posicionamiento acerca de temas de interés público. 2. Un ejemplo de esto fue el debate parlamentario que derivó en la sanción de la Ley 26. 673 que en 2003 creó el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.


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La construcción de la opinión pública es una práctica social que por sus condiciones de producción y circulación (Martín Rojo, 1997) queda a cargo, mayormente, de especialistas en el tema. Sin embargo, a lo largo de la historia encontramos numerosos temas que han desbordado estas condiciones de producción y de circulación, dando lugar al cuestionamiento y negociación de la temática en la que emergen una gran variedad de voces.

Estos momentos pueden, por consiguiente, tener un valor diagnóstico importante. Hacen visibles de manera escueta las estructuras de desigualdad y las prácticas de poder que deforman el proceso de fabricación de la opinión pública en tiempos normales, de manera menos evidente pero más sistemática (Fraser, 1997: 134). Es por esta razón, que en este trabajo abordaremos la esfera pública y, particularmente el discurso periodístico, producto de los medios masivos de comunicación, que activamente han sido (re)productores de posiciones y representaciones en una coyuntura determinada. Por esto nos centraremos en una coyuntura particular para estudiar las distintas estrategias discursivas que se despliegan para cuestionar y negociar sobre aborto no punible, derecho de las mujeres y derechos humanos. Los medios masivos de comunicación, entendidos como recursos de poder simbólico (Thompson, 2007) –aquí incluimos al discurso periodístico–, han tomado una postura respecto al tema “aborto”, la cual socializan en cada cobertura de un caso. Al mismo tiempo, los medios de comunicación hacen circular otras voces y discursos que integran la esfera pública, independientemente de si éstas se alinean o no con la postura adoptada por el medio. Estos posicionamientos se materializan en el discurso y, el análisis desde una perspectiva crítica, tal como lo plantea el Análisis Crítico del Discurso (acd), nos ha ayudado a identificarlos. A partir de la década del setenta surge una nueva perspectiva de análisis del discurso que reconoce el papel del lenguaje en la estructuración de las relaciones de poder en la sociedad. Fueron los trabajos de Kress y Hodge (1976), Fowler (1979), y Wodak (1989), los que retomaron para explicar los principales principios y procedimientos de lo que ya había llegado a conocerse por entonces como Lingüística Crítica. En la década de los noventa, los trabajos de Fairclough (1995); Chouliaraki y Fairclough (1999) van a sostener la posibilidad de descubrir la naturaleza discursiva de gran parte de los cambios sociales y culturales contemporáneos.

Estos autores proponen como unidad de análisis los eventos discursivos, que conciben como una entidad tridimensional, cuyo centro es un texto –como un producto, oral o textual–, que emerge y es producto de una práctica discursiva específica, pensada ésta, a su vez, como práctica social enmarcada en una coyuntura socio-histórica determinada. Así, los discursos estructuran áreas de conocimiento, expresan y despliegan identidades y relaciones, al tiempo que las constituyen y las configuran (Fairclough y Wodak, 1999). Mientras los medios de comunicación, como recursos del poder simbólico, reestructuran las formas como los discursos se producen e intercambian en la esfera pública, y las maneras como los individuos se relacionan unos con otros y consigo mismos (Thompson 1997; Fairclough 1995). El análisis de los medios masivos de comunicación como recursos del poder simbólico desde la perspectiva de género, pretende dar cuenta de cómo las representaciones e identidades de género se reproducen en los medios, legitimando la desigualdad entre sujetos (Lazar, 2005). El género, como elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos, es el elemento primario por medio del cual se articula el poder. Establecidos como conjunto objetivo de referencias, los conceptos de género estructuran la percepción y la organización, concreta y simbólica de toda la vida social (Scott, 1996). Son estas bases teóricas las que nos permitieron formular las hipótesis parcialmente corroboradas a lo largo de nuestra investigación. Una de ellas es la que sostiene que los medios masivos de prensa despliegan y articulan las voces de los actores sociales como estrategia para la reproducción de representaciones genéricas y la legitimación de los estereotipos de género. Los debates en torno al aborto ponen de manifiesto las representaciones sobre identidades y roles de género hegemónicas y éstas son puestas en tensión y negociadas en cada coyuntura. Entendemos que el aborto como derecho de las mujeres pone en cuestión todo un sistema de ideas hegemónicas acerca del rol de la mujer en nuestra sociedad.

CÓMO ESTUDIAR LAS VOCES EN EL DISCURSO El análisis textual acerca de cómo discursivamente se disputan y negocian representaciones e identidades sociales será realizado desde la Teoría de la Valoración –Appraisal theory– (Martin y White, 2005; Kaplan, 2004), que es producto de una recategorización y reorganización de la Lingüística Sistémica Funcional. Esta teoría está estrechamente relacionada con el acd no solo en

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los términos de uso de esta herramienta de análisis, sino que teóricamente ambos enfoques cuestionan la relación entre la semiótica y el cambio social (Fairclough y Chouliaraki, 1999). Esta teoría propone evidenciar los posicionamientos actitudinales que construyen los sujetos respecto de determinados sujetos, objetos y fenómenos del mundo, como también manifiesta la relación que construye el autor con sus interlocutores, sean estos reales o hipotéticos. Esta teoría se organiza en tres niveles o dimensiones de significación: actitud, gradación y compromiso, los cuales se corresponden con tres dominios semánticos. El campo de la actitud sistematiza los significados ideacionales, es decir la expresión de emociones, juicios, valoraciones sobre aspectos emotivos, éticos y estéticos. Mientras la gradación es el ámbito semántico donde los significados pueden tener cierta prominencia o debilidad mediante la intensificación o atenuación, y la focalización o desplazamiento de los significados que se configuran en el texto. La relación interpersonal, en particular, la evaluación de la palabra del otro y de la orientación del otro hacia el autor constituyen el campo de funcionamiento del compromiso. El compromiso privilegia la dimensión intersubjetividad, es decir estudia los recursos lingüísticos para expresar tanto la actitud hacia las palabras de otros interlocutores o actores, como hacia sus propios dichos. Así, el compromiso atiende a la heteroglosia a partir de la contracción dialógica y la expansión dialógica (White, 2003, 2004). En la expansión dialógica, el hablante o autor da lugar a otras voces o enunciados –potenciales o reales– y se alinea o distancia de ellos explícita o implícitamente. Por el contrario, la contracción dialógica refiere aquellos casos en los que la palabra del otro tiene un lugar muy limitado o nulo, siendo estos recursos los que evidencia explícitamente la actitud del hablante, al restringir las posibilidades de cuestionar o confrontar. La expansión dialógica se organiza en dos sub-sistemas: la consideración y la atribución. La consideración propone reconocer los enunciados potenciales o hipotéticos que están implícitos en un enunciado. Mientras la atribución reconoce la palabra del otro, que es reproducida explícitamente, es decir, se introduce un enunciado que es presentado como ajeno por medio de verbos de decir: “dicen”, “afirman”, “sostiene”, “reclama”, entre otros. Aquí distinguimos el reconocimiento, la simple reproducción textual de la palabra de otro, por medio de verbos del decir, y el distan-


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ciamiento mediante el cual el hablante se distancia del enunciado recuperado, por ejemplo a partir del parafraseo. La contracción dialógica supone la referencia o alusión a la palabra del otro (real, hipotética), recurso para negarla o cuestionarla. Aquí también encontramos distintos recursos. Por un lado, la refutación, aquellos casos en los que el hablante manifiesta su expreso rechazo a la palabra ajena. Este rechazo puede ocurrir mediante la negación o rechazo explícito de la palabra del otro o bien lo que denominan contraexpectativa. También la proclamación funciona como recurso de contracción dialógica, donde el autor manifiesta claramente su postura. Aquí encontramos tres tipos o grupos de recursos que Martin y White denominan coincidencia, pronunciamiento y respaldo. La coincidencia incluye aquellos significados con los que el hablante muestra su acuerdo, de manera implícita, o bien, aquellos que da por compartidos, de manera explícita, como algunas de las presuposiciones. En el caso del pronunciamiento, el hablante refuerza su propia afirmación, se compromete de manera enfática con sus propias afirmaciones (o negaciones). El respaldo es quizás uno de los recursos más conocidos, como discurso directo; es uno de los casos de intertextualidad manifiesta, en términos de Fairclough (1992). El locutor recupera explícitamente un enunciado ajeno, con el que coincide pero además es un enunciatario autorizado que legitima la postura que el locutor sostiene.

SOBRE LOS DIARIOS Y EL CORPUS SELECCIONADO Cada uno de los casos que conforman nuestro corpus refiriere a cada una de las circunstancias en las que las mujeres tienen derecho a solicitar el aborto legal teniendo en cuenta la interpretación más amplia

El compromiso privilegia la dimensión intersubjetividad, es decir estudia los recursos lingüísticos para expresar tanto la actitud hacia las palabras de otros interlocutores o actores, como hacia sus propios dichos. del inciso 2° del artículo 86 del cpa: el caso de una adolescente con discapacidad mental de la localidad bonaerense de Guernica (La Plata, Buenos Aires) que en agosto de 2006 reclamó la interrupción legal del embarazo producto de un abuso sexual; el caso de Ana María Acevedo, una joven santafesina que en abril de 2007 murió de cáncer luego de que los médicos se negaran a realizarle un aborto terapéutico para poder someterla a quimioterapia, y el caso de una nena mendocina de doce años, violada por su padrastro, a la que en septiembre de 2008 los jueces le negaron el acceso al aborto legal. La elección de los casos se debe a que los tres encuadran dentro del aborto legal y que, además, tuvieron una amplia repercusión mediática. El corpus general lo conforman 31 notas aparecidas sobre el caso Ana María Acevedo; 54 sobre el caso de la nena mendocina; y 59 sobre el caso lmr. Para el análisis que aquí presentamos hemos seleccionado 16 notas de ese corpus. Las notas que integran nuestro corpus fueron publicadas en tres diarios de circulación nacional: Clarín, La Nación y Página 12. Clarín es, en la actualidad, el diario con mayor tirada de la Argentina, con un promedio de 300.000 ejemplares diarios. Ideológicamente, el periódico expresa las ideas de un sector monopólico de las clases dominantes. La posición de este diario con respecto al aborto ha ido variando a lo largo del tiempo pero, en general, se podría decir que adopta una postura a favor del aborto, solo en casos excepcionales. La Nación es un diario conservador que expresa las ideas de la derecha argentina. Se ubica en segundo lugar, luego de Clarín, en cuanto a la tira diaria (promedia 160 mil ejemplares diarios) y siempre se ha posicionado claramente en contra del aborto expresando en sus notas sobre el tema las voces más reaccionarias y ultraconservadoras como la de la cúpula de la iglesia católica argentina y los grupos “Pro vida” (o anti-derechos). Pagina 12 es, de los tres diarios analizados, el de menor tirada (con un promedio de 17 mil ejemplares diarios) y, a diferencia de los otros dos, su orientación edilmr,

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torial es claramente progresista. Fue creado por un sector de la social democracia progresista que mantuvo durante varios años una postura crítica sobre la política nacional, principalmente en la década de los noventa. A partir del año 2003, con la asunción de Néstor Kirchner como presidente, comenzó a expresarse claramente en apoyo al gobierno nacional. Con respecto al tema del aborto, el diario siempre mantuvo una postura claramente a favor de la despenalización y la legalización, dándole lugar a las voces de las organizaciones sociales que luchan por los derechos de las mujeres.

VOCES: QUÉ DIARIO Y QUÉ VOCES SE ARTICULAN EN TORNO AL ABORTO

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En un primer nivel de análisis o de entrada al corpus sistematizamos todos los actores que convocan los distintos diarios para realizar la cobertura de los casos. En este nivel, que tiene un carácter más descriptivo que analítico, encontramos que, en todos los casos y en todos los diarios, predomina un diálogo con voces jurídicas, ya sean jueces, fiscales, abogados y camaristas. Seguido aparecen voces de la sociedad civil y voces institucionales, entendiendo por estas últimas a los funcionarios y funcionarias públicas que integran el gobierno provincial o nacional, ministerios y hospitales públicos. En el caso de las voces de la sociedad civil, mayormente aparecen familiares de la víctima y ong. En cambio, la iglesia católica o los distintos representantes de esta institución son considerados en muy pocos casos e incluso es llamativo que en el caso lmr. el único diario que retomó la voz de la Iglesia fue Página 12, al reproducir dichos del rector de la Universidad Católica de La Plata. En este primer análisis podemos identificar que el debate sobre aborto en la esfera pública actualmente cuenta con determinadas condiciones de producción, entre las cuales registramos que las voces más legitimadas son mayormente ligadas a la justicia. Cabe aclarar que en los tres casos la justicia tiene gran importancia porque es la institución que define si se autoriza o no la realización de la interrupción del embarazo. Por otro lado, identificamos que la negociación que se abre con cada caso o en cada oportunidad que se propone discutir sobre el aborto, está marcada por las posiciones de médicos y directivos de servicios de ginecología y obstetricia de los hospitales. En este trabajo de sistematización de las voces, hallamos que de acuerdo con cada caso y con las particularidades de las provincias en las que estos se dan, la esfera pública se ve conformada o desbordada por otras voces que quizás tengan que ver con la presencia que tengan so-

cialmente las instituciones a las que pertenecen o representan. De este modo, en el caso de la nena de Mendoza encontramos que los representantes de la iglesia católica tienen una activa participación, en cambio en el caso lmr solo registramos la participación del rector de la Universidad Católica de La Plata y, en el caso de Ana María Acevedo no identificamos el pronunciamiento de la iglesia respecto a la decisión tomada por la justicia y los comités de Bioética. Principalmente, encontramos que la discusión sobre el aborto que se da a partir de la aparición de la problemática en la prensa gráfica, estará enmarcada conceptualmente desde el Derecho y la Medicina. Esto nos ayuda a delimitar cómo se organiza en la esfera pública el debate. A partir de esto podríamos preguntarnos si es que socialmente se entiende el aborto como un problema del Derecho y de salud, y de qué manera cada marco conceptual percibe este problema. Esto último quizás encuentre una respuesta en el siguiente nivel de análisis.

Segundo nivel de análisis En un segundo nivel nos interesó, particularmente, centrarnos en lo que los distintos diarios eligen decir en relación con: ● La interpretación del Código Penal en los casos de abortos no punibles. ● La violencia a la que son sometidas las mujeres ante la solicitud del derecho al aborto legal. ● La concepción de “Derecho” que se manifiesta en estos casos. ● La caracterización que los medios realizan del feto. A partir del análisis, pudimos observar cómo la interpretación del Código Penal a la hora de posicionarse respecto a si un caso debe o no ser considerado como aborto no punible es diferente en cada diario y cómo cada interpretación es sustentada por las voces que el medio legitima como autorizadas para respaldar su interpretación. En este punto vimos cómo el diario Página 12, desde el primer momento en que los casos salen a la luz, a partir de las voces que trae a su discurso realiza una interpretación amplia del artículo 86 inciso 2° del cpa y, en todo momento, refuerza la postura de los que consideran que toda mujer que haya sido violada y que, producto de esa violación, haya quedado embarazada, tiene derecho al aborto legal. El gobierno nacional, a través del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo –inadi–, dio su opinión:


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En las notas de Página 12, se mencionan explícitamente los ataques sexuales de los que resultaron víctimas las dos menores, y evoca que la judicialización y la negación ante el pedido de interrumpir el embarazo en los tres casos es una violación a los derechos que tienen las mujeres. Es un claro caso de aborto no punible. No debió judicializarse. La ley tampoco exige que se expida ningún comité. Cualquier dilación en la autorización pone en riesgo la salud de la niña. La violaron, quieren violar la ley y el violador todavía está suelto”, advirtió a este diario Karina Ferrari, delegada del inadi en Mendoza. (Página 12, 6 de septiembre de 2008). A partir de esta interpretación del cpa el diario va reforzando, al mismo tiempo que construye, la idea de que los derechos de las mujeres son los que están siendo violados al negarle la interrupción del embarazo que contempla el artículo 86 del cpa. En las notas de Página 12, se mencionan explícitamente los ataques sexuales de los que resultaron víctimas las dos menores, y evoca que la judicialización y la negación ante el pedido de interrumpir el embarazo en los tres casos es una violación a los derechos que tienen las mujeres. El diario invoca que la autorización para interrumpir el embarazo debe hacerse efectiva ante el pedido de la mujer.

Para evitar una segunda violación. (Página 12, 3 de septiembre de 2008). Son entonces los derechos de las mujeres que ya fueron violados una vez, los que no deben ser violados nuevamente al impedir que se realicen el aborto. Se entiende entonces que la violencia física ejercida por el violador no debe repetirse por parte de la justicia que debe autorizar el aborto para que las mujeres no sigan siendo violentadas. Se reconoce como violencia la violación al cuerpo de la niña y, también, la violación al derecho del acceso al aborto.

No autorizar este aborto es una clara violación a los derechos humanos de la niña”, consideró la presidenta Del inadi, María José Lubertino, en diálogo con Página/12. Y agregó: “Este esquema se repite en distintas provincias, una y otra vez, donde se criminaliza a las mujeres y se les impide que aborten cuando la ley y la Constitución las amparan. Aquí se van la salud y la vida de una nena. (Página 12, 10 de septiembre de 2008).

El diario Clarín elige, en los tres casos, como enunciadores principales a los jueces que entiende en la causa y a los ministros de Salud de las provincias (Mendoza, Buenos Aires, Santa Fe). Del análisis se desprende que, a través de los dichos por los Ministros de Salud que son introducidos en el discurso mediante el recurso de Atribución/ Reconocimiento, el diario se alinea con la interpretación restrictiva del Código Penal. Ni los argumentos de los jueces ni las interpretaciones de los ministros son puestas en cuestión por el diario. La voz de la familia de las menores no aparece en el discurso de Clarín, en cambio sí se recupera la voz de la madre de Ana María Acevedo. Tampoco aparecen las voces en defensa de los derechos de las mujeres. Tampoco Clarín trae a su discurso las voces de la iglesia católica. Pero es interesante ver cómo el diario, sin la necesidad de invocar las voces más radicales con respecto al tema, se alinea claramente con los argumentos esgrimidos por los jueces para no autorizar el aborto a la menor con recursos de Pronunciamiento/Respaldo y de Atribución/Reconocimiento.

Al respecto sostuvo que “la ley, es bien clara” y que permite el aborto solo cuando “hay riesgo de vida o en el caso de violación, cuando es débil mental o hay alguna afección de ese tipo. Si no está encuadrado ahí y la Justicia no lo entiende así, nosotros no podemos realizar ningún procedimiento”, concluyó tajante (Ministro de Salud de Mendoza) (Clarín, 3 de septiembre de 2008). (...) los camaristas Juan Carlos Rezzónico y Ana María Bourimborde ratificaron esta postura con nuevos argumentos: citaron el artículo 4 de la convención Americana de los Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) que establece: “toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido a partir del momento de la concepción”. (Clarín, 26 de julio de 2006). No existe a lo largo de las coberturas del diario una refutación o un distanciamiento claro a estas posturas. Si bien en un pasaje se menciona que existen discusiones sobre la interpretación

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que debe hacerse del Art. 86 inc. 2° del cpa, no aparecen otras voces que efectivamente den cuenta de esa discusión. La interpretación del cpa es a través de la voz de la justicia que, de acuerdo al caso, considera que el aborto solo debe autorizarse cuando se trate de una violación a una mujer que “es débil mental o hay alguna afección de ese tipo” o cuando el bebé será portador de una enfermedad hereditaria que no tiene cura. Esta postura es reforzada en el momento en el que el Juez decide no autorizar el aborto a la menor mendocina: Un factor determinante fue el de priorizar la voluntad de la niña por encima del vetusto código civil. Hace 2 años, el juez Ferrer adoptó una decisión distinta en otro caso resonante: autorizó el aborto de una chica de 25 años, discapacitada mental, que había sido violada por su cuñado. (Clarín, 17 de septiembre de 2008). Clarín, lejos de cuestionar los argumentos esgrimidos por los jueces, contextualiza las decisiones diferenciándolas de otros casos en los que la justicia sí autorizó el aborto. Aparece nuevamente la interpretación restrictiva del cpa, y en este caso es el periódico el que a través de la “contextualización” de las decisiones marca la diferencia entre la violación a una mujer con discapacidad mental y la violación a una menor de edad. Sin embargo, encontramos que en el caso de la mujer con cáncer el diario se alinea con una interpretación amplia del art.86 del cpa: .

El pedido de interrupción del embarazo estaba amparado en lo que marca la ley: el artículo 86 del Código Penal dice que no será punible el aborto practicado a una mujer cuando corriera riesgo la salud o la vida de la madre. (Clarín, 20 de mayo de 2007).

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Con respecto a La Nación y el caso de la nena de Mendoza podemos decir que es el que mayor lugar le da a las voces de la iglesia católica (a través de las declaraciones del Arzobispo de Mendoza) y a las ong que se expresan en contra del aborto (principalmente los grupos Pro Vida y Pro Familia). También se aparecen con regularidad a lo largo de las coberturas

de los casos de lmr y la menor mendocina autoridades del Comité de Bioética, quienes se expresan abiertamente en contra de la interrupción del embarazo. Las voces en contra del aborto, ya sea que pertenezcan a la sociedad civil, a la iglesia, a jueces o abogados son introducidas en el discurso de La Nación, principalmente, a partir del recurso de Atribución/Reconocimiento sin ponerlas en cuestión en ningún momento. No aparecen, en las notas de este diario, voces a favor de la interrupción del embarazo de las menores violadas. Son escasas las ocasiones en que el medio introduce la voz de familiares de las menores, y cuando lo hace es a través del recurso de Atribución /Distanciamiento. Las declaraciones de las abogadas defensoras no fueron reproducidas en La Nación, así como tampoco fueron retomadas las voces de las ong que se expresaron a favor del derecho de la menor a interrumpir el embarazo. La Nación, por medio de las voces que introduce en su discurso a lo largo de la cobertura del caso, toma una postura clara en contra del aborto. El periódico no da lugar a la discusión con respecto a la no punibilidad del aborto, ni siquiera se plantea la posibilidad de una discusión sobre el cpa.

Por su lado, el arzobispo de Mendoza, monseñor José María Arancibia, sostuvo en un documento que “la ley o la jurisprudencia podrán ampliar los márgenes de la no imputabilidad del aborto para algunos casos. Lo que nunca podrán hacer es anular su carácter de acto gravemente desordenado: un mal objetivo. Siempre constituirá una injusticia que lesiona profundamente a la sociedad”. (La Nación, 9 de septiembre de 2008). Entendemos que esta es una postura que se encuentra íntimamente relacionada con la valoración del derecho a la vida del niño por nacer, por sobre otros derechos. En el discurso de La Nación es claro que existen derechos que son más derechos que otros:

…el derecho a la vida es el derecho humano fundamental, presupuesto además de todos los demás derechos. No existe, por tanto un derecho al aborto o, en este caso, un presunto derecho a decidir sobre el propio cuerpo. (Dichos de Arzobispo de Mendoza) (La Nación, 9 de septiembre de 2008). En este punto es interesante analizar cómo el diario, a través de distintas voces va construyendo una representación del feto, necesaria para sos-


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tener que aquello que está en proceso de gestación es un sujeto de derecho. La representación debe, necesariamente, separar al feto en formación del cuerpo gestante, al menos discursivamente:

El niño por nacer es un sujeto personal, distinto de los demás, incluida la mujer que lo ha concebido (Dichos de Arzobispo de Mendoza) (La Nación, 9 de septiembre de 2008). Cualquier intervención que se hubiera hecho para interrumpir el embarazo de la joven discapacitada que fue violada “no sería un aborto” sino “un parto”. (La Nación, 2 de agosto de 2006). Por medio de estos dichos no solo se busca invisibilizar el cuerpo de la mujer y su condición de “imprescindible” para que el feto se desarrolle, sino que al mismo tiempo se invisibiliza el acto de violación que sufrieron las menores, ya que se habla de la mujer que ha concebido. El contexto de concepción es invisibilizado, por lo que La Nación elige introducir declaraciones que no hagan referencia específica al caso particular sino, más bien, aquellas que hacen referencia a una postura general con respecto a la práctica “aborto”. La violación cometida contra las niñas es una violencia “menor” en relación con aquella que cause la destrucción de una vida. Esta es una de las posturas sostenidas por el diario en el transcurso de la cobertura de los casos, donde la violencia contra las menores es atenuada por ser puesta en relación con algo que es considerado “mucho peor” o “más violento”. ..

(...) cuando la madre de la muchacha concurrió al Hospital San Martín para asegurar que su hija, de 19 años, (con una edad de madurez de unos 8 años) estaba embarazada, que habría sido abusada y que quería que le hicieran un aborto. (La Nación, 2 de agosto de 2006). Al opinar sobre el caso, Rafael Pineda, director del Departamento de Bioética y profesor de Ginecología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universida d Austral, dijo: “Una violencia, como el abuso sexual, no se soluciona con otra violencia mayor, que implica la destrucción de una vida”. (La Nación, 4 de septiembre de 2008).

CONCLUSIONES A lo largo del proceso de investigación y análisis sintetizado en este artículo, pudimos corroborar algunas de las hipótesis que motivaron este trabajo. Por ejemplo, que el medio, en nuestro caso

El compromiso privilegia la dimensión intersubjetividad, es decir estudia los recursos lingüísticos para expresar tanto la actitud hacia las palabras de otros interlocutores o actores, como hacia sus propios dichos.

los diarios analizados, se constituye en el discurso como una voz más que puede ser diferenciada de las distintas voces que se despliegan y organizan en las noticias. Pudimos comprobar que, más allá de que aún existan medios que se presentan como imparciales o como meros transmisores de la realidad, los medios se posicionan respecto a los temas que abordan (re)produciendo representaciones e identidades sociales hegemónicas. En el caso de la problemática del aborto, encontramos un silencio generalizado en los medios sobre el tema. Silencio que logra romperse completamente solo a través de casos excepcionales y noticiables. En Argentina mueren aproximadamente 600 mujeres por año debido a las consecuencias que provocan los abortos clandestinos. Pero el aborto solo es noticia cuando son casos relacionados con el aborto legal en Argentina que, en la mayoría de los casos, es un derecho negado para las mujeres que lo solicitan. La judicialización de los casos de aborto legal es moneda corriente en nuestro país. Detrás de cada rechazo a los pedidos de aborto no punibles contemplados en el Código Penal, se actualizan los mandatos sociales impuestos al género femenino, poniendo por delante los roles y las identidades de género hegemónicas, invisibilizando la situación de violencia que lleva a las mujeres a solicitar un aborto y la violencia a la que se ven sometidas las mujeres que solicitan esta intervención por el solo hecho de exigir algo que es un derecho de las mujeres. Los medios, al tratar el tema de manera aislada y colateral, aportan a ese ocultamiento y silenciamiento. Al analizar los discursos producidos desde la prensa sobre el tema pudimos ver cómo la violación y el maltrato quedan en un segundo plano cuando lo que se discute es el pedido de una mujer a abortar. Las circunstancias que llevaron a la mujer o a su familia (en el caso de ser menor) a solicitar el aborto no fueron puestas en debate en la mayoría de los diarios analizados. Existe una naturalización tanto de la violencia física como de la institucional.

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Cuando hay que hablar de aborto, vimos cómo los diarios y el debate en la televisón pública eligen a las voces “autorizadas” para hacerlo y, cómo los diarios a través del distanciamiento o alineamiento con esas voces configuran un determinado posicionamiento ideológico, muchas veces ocultando la magnitud del tema y restringiendo las discusiones a los casos que salen a la luz que, por supuesto, no son representativos de la problemática del aborto en Argentina. 

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Revista semestral de los estudiantes del Énfasis de Periodismo Distribución gratuita

www.uexternado.edu.co/comunicacionsocial


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Societal Approach for Interpersonal Communication and Social Interaction Analyses. Critical Discourse Analyses in Political Practice

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KATRIN AAVA PHD

Profesora de la cátedra Imposición social de la argumentación a la demagogia. Institute of Fine Arts, Universidad de Tallin, Estonia. Correo-e:katrinAava@hotmail.com

KAJA TAMPERE PHD

Doctora en Relaciones Públicas y Comunicacionales Estratégicas de la Universidad de Jyväskylä, Filandia. Directora del Instituto de Comunicaciones de la Universidad de Tallin, Estonia. Correo-e: katampere@tlu.ee

ABSTRACT

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The article analyzes how hostility is legalized in different societies and which narratives and discourses are used to make the dominant state ideologies acceptable for citizens. The authors use critical discourse analysis methodology to compare the main narratives of (a) the establishment of communism that was dominant in the Soviet Union and (b) the anti-terrorism movement in the first decade of the 21st century, used in the spread of democratic ideology and justification of the actions of different countries. The Cold War rhetoric in the Soviet Union meant the linguistic militarisation of life: war rhetoric interdiscursively invaded everyday life though the language of the media and thus became the language of describing everyday life. After the events of September 11, 2001, a new global confrontation was constructed. During the Soviet Union period we fought against international imperialism; now we fight against international terrorism. Both main narratives, the one of the Soviet Union and the one formulated by George Bush (Jnr), are phrased by the political elite and made legitimate through mass media. Both narratives are characterized by euphemistic use of language, because military activity is justified by the need to defend democratic values. Keywords: Critical Discourse Analysis; War Discourse; Anti-Terrorism War; Ideology.


Discurso y Comunicación

INTRODUCTION

T

he aim of the present article is to show the linguistic and communicative mechanisms of the relationship between citizens and the state, which help to maintain governmental ideological standards, and to observe how these mechanisms alter in the specific societal conditions of the changing world. In this context the article studies how military activity is made legitimate in different societies as an example of different governmental ideologies of different countries. The article also analyzes which narratives and discourses are used to make the dominant governmental ideologies acceptable to citizens. The authors use the method of critical discourse analysis to compare the change of the dominant narrative and discourses during the totalitarian Soviet Union period, as well as during the democratic independence period. They observe the main narrative of building communism, which was dominant during the Soviet Union period, as the basic concept of communication between the citizen and the state, and the main narrative of the anti-terrorism movement in the first decade of the 21st century, which was used to spread democratic ideology and justify the activities of different countries. The research question of the present article lies in the fact that the heads of state, by using rhetorical means and constructive attitudes, manipulate the will and the values of citizens. The actual content of the presented text is concealed as discourse in text that is heard and read, and thus the real content of the message is transformed. This results in the evolution of the so-called “half-true / half-false” syndrome. The construction of war discourse in different societies is observed, as well as the linguistic choices that help to maintain it, how people are mobilized and how military activity is justified. Estonian society has lived in the linguistic environment of the Cold War military rhetoric; Estonians have participated in military activity in Afghanistan when we belonged to the Soviet Union (1979 – 1982), and also as an independent country as part of nato. Consequently, Estonia has made a political-ideological transfer from one Cold War era to another, the cold war era of anti-terrorism. The present work analyzes how society, with the help of communication, was mobilized for military activity in the totalitarian Soviet Union and also as an independent democratic country, after the events of September 11, 2001. The Soviet Union ideology, that became the foundation for all the rhetoric practiced with

people everywhere in that country, was developed from the ideologies of Marxism-Leninism- Stalinism, which within the discourse analysis of the Soviet society have been characterized as one large meta narrative. The discursive changes that followed the annexation of Estonia have been called a cultural revolution for almost half a century. It was certainly a break, but not so much at the level of ideas, because socialism as an ideal was not an unknown ideology for Estonians. According to Rein Ruutsoo (2000: 40), what happened was something more – the common denominator of the bolshevist innovations was a discursive shock not only to the intellectuals but to all society. Estonians had to acquire not a new ideology but first and foremost, the discursive competence of the Stalinist period, and later of the stagnation period, as well as the specific rhetoric that accompanied it and what was subsequently called the ‘deep language’ (Radzhinski 2000; Tampere 2003). The Cold War rhetoric lost its meaning after the Fall of the Berlin Wall on November 9, 1989. The new global contradiction was formulated into rhetoric in 2001, after the fall of the twin-towers. Also the anti-terrorism narrative is observed as one of the central narratives in the paper, because it has developed into one of the most powerful global narratives in the new millennium and the world´s field lines are divided by it and military activity is organized according to it. The present paper observes the development of the new war discourse into one of the mainstream discourses mobilizing society. The discourse of anti-terrorism has become the centre of the political rhetoric of the present century, although the terrorist attacks are more marginal compared to, for instance, the problems of aids or organized crime. About 500 million crimes a year are registered on the globe

The Cold War rhetoric lost its meaning after the Fall of the Berlin Wall on November 9, 1989. The new global contradiction was formulated into rhetoric in 2001, after the fall of the twin-towers. Also the anti-terrorism narrative is observed as one of the central narratives in the paper, because it has developed into one of the most powerful global narratives in the new millennium.

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and it is believed that their real number is twice as big. At the same time the battle against terrorism has become the main discourse of countries’ foreign policy. According to Markku Kangaspuro (2004), there is a danger that the rhetoric of anti-terrorism enables speakers to hide their real objectives and obscure the real content. Because of that, the deep language, which began in a totalitarian society with the experience of the Soviet Union and was later successfully practiced, has transferred over to the spoken language of democratic societies. Therefore, the analysis of war discourse presented in the article is important, as is the comparison of how war discourse is used in totalitarian and democratic societies to mobilize people and shape public opinion in order to support war activity. The means are similar in fact, even though the governmental political ideologies are fundamentally different.

CRITICAL LINGUISTIC ANALYSIS OF TEXTS

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According to Michel Foucault (1992/1977: 48-49), every society has its own regime of truth, its own discourses, which are accepted and which are made to function as truthful; there are mechanisms and instances, which allow the separation of true and false slogans; there is status for those who are allowed to say things that function as truthful. The political economy is characterized by five traits.(i) “The truth” has been focused around the form of the discourse and the institutions producing it, (ii) it is subjected to a continuous economical and political pressure, because both economic production, as well as political power, need the truth (iii) it is an object of ‘spreading and consuming’ - it circles in the educational system and communication channels, (iv) it is developed and spread under the influence of large political or economic institutions (university, army, media) and (v) it is re-produced within ideological debates. Discursive power relations are established in society by different methods. People accept these beliefs (or truths), that seem authoritative to them and are presented through prestigious channels. Therefore, through the media the public is influenced by scholars, experts, professionals, opinion leaders, different social agents. (Teun Van Dijk 1998: 9.) The study focuses on the analyses of narrative, argumentation and vocabulary in different social practices, in societal context. Discourse, according to Norman Fairclough (1999), is a social

behaviour, that appears in language, and by which social reality is created. The reality is interpreted and fixed through words within the process of creation. The analysis of discourse concentrates on the construction of a social reality. The aim of the discourse analysis is to prove general suppositions on natural matters hidden in the language. Through text analysis, discourse analysis tries to find contradictory components, hidden in the text, that are not directly revealed, but still exist. Fairclough’s (1999) attempt at drawing together language analysis and social theory focuses upon a combination of this more social-theoretical sense of ‘discourse’ with the ‘text-and-interaction’ sense in linguistically-oriented discourse analyses. This concept of discourse analysis is three-dimensional. The discursive ‘event’ is seen as being simultaneously a piece of text, an instance of discursive practice, and an instance of social practice. The ‘text’ dimension attends to language analysis of texts. The ‘discursive practice’ dimension, such as ‘interaction’ in the ‘textand-interaction’ view of discourse, specifies the nature of processes of text production and interpretation. For example, which types of discourse (including ‘discourses’ in the more social-theoretical sense) are drawn upon and how they are combined. The ‘social practice’ dimension addresses issues of concern in social analysis such as the institutional and organisational circumstances of the discursive event and how this shapes the nature of the discursive practice, and the constitutive/constructive effects of discourse referred to above. This approach is effective for the analysis of communication in the new social and cultural situation, because much more conservative and traditional combinations of methods are not as exhaustive and do not provide the possibility of seeing social and cultural influences as deeply


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and specifically as required by the present authors. Discourse analysis is also a good method for studying ‘deep language’ (Tampere 2003), and the syndrome of ‘lies’, because this technique makes it possible to read ‘between the lines’ of texts and meta-texts. Discourses and narratives “simplify” (“translate”) economic and political relations. Narratives are discourse-relative i.e. narratives are the “stories” of crisis associated with particular discourses. Which competing discourses (narratives, imaginaries) and which strategies, succeed in establishing themselves depends upon a number of factors: ● “Structural selectivity’s”: structures are more open to some strategies than to others; ● The scope and “reach” of the discourse (narrative); ● The differential capacities and power of the social agents whose strategies are “to get their message across”, e.g. their access to and control over mass media and other channels and networks for diffusion; ● The “resonance” of discourses, their capacity to mobilize people, not only in the institutions but also in the lifeworld. (Fairclough 2005a: 55-56.) Fairclough´s (2005: 61) interdiscursive analysis is used in the text analysis of the present article. Interdiscursive analysis of text is an analysis of the specific articulations of different discourses and styles that characterize a particular text. It also takes a profoundly relational view of change – for instance, changes in discourses are characteristically not simply the substitutions of one discourse for another, but changes in relations between discourses, a new articulation of discourses, which includes prior discourse. Fairclough has been active in sociolinguistic research, studying text vocabulary, grammar and semantics. If linguistic analysis is done at the micro level and social analysis at the macro level, then critical discourse analysis grasps both of these. Firstly, the authors of the present study ask, what dominant narratives and future strategies are

used to maintain ideological beliefs and keep people mobilized, in which institutions these narratives are created, how they are developed into dominant discourses through media. If we analyze the way discourse turns into a dominant strategy, we need to observe the following issues. In which research centres and institutions is the dominant narrative phrased? How and where did these receive a hegemonic status? How is the order of discourse maintained? (Fairclough 2005b: 5-6.) Which are the social agents who enforce their message and how are these messages spread in media channels? Secondly, linguistic analysis is observed. How does the use of language make the dominant narratives legitimate? What is the dominant discourse that linguistically and interdiscursively enters other spheres of life? Fairclough’s (1992, 1999, 2001, 2005a) analysis structure has been used in the work. Fairclough recommends studying the experiential value included in words: ● Which classification schemes are relied on? ● How does the construction of us/them take place linguistically? ● Are there keywords (which have cultural importance; which have different/changing meanings; which have significant potential)? ● Are there neologisms? ● Are there euphemisms? ● How is the word “democracy” used as a euphemism to legitimize the existing ideology? Critical discourse analysis is used as a method to study narratives and language use. It is a comparative analysis, which studies the comparison of the main narrative dominating in the Soviet Union and in anti-terrorism activity. The authors of the article rely on different discourse analyses in the context of the societal usage of language; as a result conclusions are partly selective, but at the same time characteristic in relation to contexts.

CONSTRUCTION OF WAR-DISCOURSE IN THE SOVIET UNION In the Soviet Union, Marxism-LeninismStalinism became one of the most influential systems/ideologies of the century, which in studying the discourse, has been characterized as a metanarrative, which includes the theories of truth and historical progress, and treatments of future (David Horwarth 1995: 118). When we observe which institutions of the Soviet Union phrase the dominant main discourses and maintain the order of discourse, then

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in the Soviet Union the right to change and rephrase ideologically important constructions of thought belonged to the political elite who acted through the system of the communist party and who owned the monopoly of truth. Only the party congress could change the established national standard; in this respect the generally recognized standpoint, that the evolving treatment of society and philosophy which was formulated mainly at the party congress level, was absolutely adequate at the time. The principal task of the communist party congresses during the stagnation period was mainly to ensure that nothing had changed significantly. (Ruutsoo 2000: 29.) Maarja Lõhmus (1999: 68) claims that the ruling ideology of the Soviet Union included eight principal myths: ● the myth of the October Revolution victory and the new era, ● the myth of the creator Lenin and the party, ● the myth of the uniform family of the Soviet countries as a society without contradictions, which has many enemies “outside”, ● the myth of the Great Patriotic War and the invincibility of the Soviet Union, ● the myth of the development of socialism and the future of communism, ● the myth of the liberated and happy Soviet man, ● the myth of work and the working class as the ruling force, ● the myth of the flourishing of the Soviet economy.

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Thus the dominant narrative was related to building communism. All media at that time had to create and support these myths. Creating and upholding the discourse of a successful winner, manipulating texts, editing purposefully and censoring, gave an opportunity to construct reality in the spirit of the dominant ideology. The order of the discourse was upheld in the following way. Ceremonial party events took place with certain regularity and were broadcast in the media according to a very specific scheme. A regular institutionalized, continuous, signal repeated after short intervals was suitable as news forwarded to media – a specific repeated message. An event had to be chosen that was not specific from the viewpoint of the established

ideology, that its interpretation codes were existing. An unexpected event was not an event, no problems of societal organisation and ideology existed. A model example of the ordinary was a working class hero, who at the same time was one of many. (Lõhmus 1999: 74-75.) The party principle governing journalism was absolute. The party principle was also acknowledged as the underlying principle of activity for all cultural and social institutions (Høyer, Lauk, Vihalemm 1993: 177). Considering Marju Lauristin’s and Peeter Vihalemm’s research (Vihalemm & Lauristin 2001) on media and communications in the Soviet Union, it is possible to say that journalism served public relations and communication management functions in the Soviet Union: there was no free media in communist society. This action was a one-way asymmetrical communication – an ideological, political struggle for an abstract ‘better communist future’. In this process the roots were holy and ideological. After a few years, developments changed the ideology: it separated from Marx’s concept and started to serve the ‘Nomenclature’. (Høyer, Lauk, Vihalemm 1993: 176.) The treatment of communism based on Lenin’s doctrine looked upon journalism as a major part of the political system. To quote a well-known saying by Lenin, journalism had to be and in fact was, ‘Not only a collective propagandist and a collective agitator, but also a collective organiser’ (V. Lenin, The Tasks of the Soviet Power Next in Turn). Lenin drew a parallel between journalism and the scaffolding around a building; journalism should serve as a means of communication between different groups of the Party and the people, thus fostering joint construction of the edifice of communism. The Russian Bolshevik Party under Lenin’s guidance, and dozens of other communist parties, viewed culture and communication pragmatically, discerning in them a Machiavellian means of gaining power. In its treatment of journalism, LeninistCommunist doctrine rested upon the following logic (Høyer, Lauk, Vihalemm 1993: 177): ● history is the struggle between classes ● every person must inevitably take sides with one of the classes in society ● spontaneous movement and the natural evolution of events can only lead to the domination of bourgeois ideology


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En las notas de Página 12, se mencionan explícitamente los ataques sexuales de los que resultaron víctimas las dos menores, y evoca que la judicialización y la negación ante el pedido de interrumpir el embarazo en los tres casos es una violación a los derechos que tienen las mujeres. ● in order to defeat bourgeois ideology, it is necessary to arouse the workers’ class-consciousness, to organise and discipline them, thus changing them from a class in itself to a class for itself ● the above goals can be realised by the Party that uses journalism for this purpose. Ideology persisted as an explanatory model of society presented in standard ideological language, which compelled the following the ruling conventions (Ruutsoo 2000: 29). It was text creation that included specific linguistic play. Text had to include certain specific expressions and reflect previously agreed attitudes. Thus a particular tradition emerged that in order to get permission to publish a book, the linguistic “play” and obligatory citations were placed in the introduction. Text editing meant sticking to the ideological discourse, because it was believed that even the smallest change in this discourse could be dangerous and harmful and give some clue to a potential enemy. Soviet journalism had to keep people passive and in an undefined state, the real imaginary discussion through the media took place with possible ideological enemies, who were taken into consideration more than the local people. (Lõhmus 1999: 79.) Communist ideology created its own communication style, referred to as ‘deep language’ (Radzinski 2000, Tampere 2003). This refers to a style of utterances, both orally and in written texts. Lenin initiated its use during the revolution. The whole process was clandestine and people were called to violent resistance with sentences such as ‘We hope that it will be a peaceful demonstration’ – in fact, an appeal for a very bloody demonstration. ‘Deep language’ was also systematically developed by Stalin. For example, Stalin’s statement announcing the promotion of a comrade in reality was his/her death sentence. ‘Deep language’ was preserved in the language use of subsequent state leaders in different forms, depending on the activity of the Party and the personality of the leader. Over time it was ingrained in all of society because people understood that it was safer and more beneficial to use the same

style as the leaders. This style was characterised by a ‘syndrome of lies’, which meant that in order to understand the actual content of information one had to read ‘between the lines’ and have a critical attitude towards texts. This style was born at the same time as the practice of communist ideology and it was typical of the whole period in many respects. It was one of the instruments of the Communist Party for controlling and influencing people. According to Daniel Weiss (2005: 255) Soviet propaganda constituted a well-organized, semantic whole which affected the very heart of sentence semantics. As for universal and existential quantifiers, their assignment to their own or another group, respectively, is well justified in a collectivist ideology. The we-group is characterized by total harmony and consensus. It dedicates itself totally to the building of socialism, it unites in the total hatred against the Fascist enemy, it mourns over the loss of its beloved leaders with total sadness etc. During Stalinism the name of the enemies in Soviet Union were spies, traitors, pests, parasites, spongers, loafers, shirkers, not to speak of the old enemies inherited from the revolution, who were later eliminated in the homeland of socialism, such as capitalists, imperialists, landowners, the clergy, etc. This holds in particular for the most popular ones, e.g. kulak (a wealthy peasant) and vrag naroda (people’s enemy). To these one may add formalist, which specialized in denigrating representatives of art, music and literature. The Soviet enemy was more often not portrayed because he was conceived of as hidden and masked. (Weiss 2005: 264.) The Post-Stalinist rhetoric became a separate discourse in the Soviet Union: society was mobilized to fight against the enemy, international imperialism. The construction of cultural-linguistic closeness took place under the name of Homeland-discourse, which functioned as an ideological icon of shaping the collective consciousness (Borisov 2009: 125). The Cold War rhetoric was supported by the Soviet Union mass culture, where war films, mainly of World War II, played an important part. The field of sports was also harnessed in front of the ideological propagan-

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da carriage and related to defending the homeland and was placed under the rhetorical slogan “ready to work and to protect the homeland”. One of the main problems of Soviet journalism was the fight with an imaginary enemy. An example of a model text ie. canon (based on L. Brezhnev nlkp xxv congress speech) is the following: “There is no place for neutrality or compromise where two worldviews clash. This demands political alertness, active, operative and convincing propaganda work and timely counter-attack against hostile ideological diversions.” (Lõhmus 1999.) The signs of power discourse can be seen in the pervasive hinting about war sufferings and achieved victory as a consolidative discourse and construction of the leader cult. The Hungarian disturbances were described as a rebirth of the Fascist fireplace. (Anu Mõistlik 88-114.) Totalitarian systems are characterized by the emergence of the so called new man through new vocabulary. The post-occupational Estonian vocabulary changed significantly. Such new discourse keywords appeared in the language as Soviet Empire, Soviet republic, krai, oblast, city council, district committee, people´s court, security organs, party committee, comsomol, pioneer organisation, assemblyman, active voice of the party. The ideological work and its forms characteristic of the Soviet Union are represented by such words as communism builder, restoration, idealism, revolutionary, self-criticism, party membership, principality, ideological-political, political education, speed meeting, Sunday event, agitation brigade, propaganda work, party education network, political circle, election campaign, October celebration, the turn of June, democratize (Aava 2003: 113.) The Soviet lifestyle was considered a new form of societal relations between people. It included such traits as free work, creativity, collectivism, creative independence, power of people, friendship of nations, the Soviet people´s certainty about tomorrow, communist target, of a party, optimism, loyalty to the revolutionary ideals, socialist humanism, Soviet patriotism, internationalism, moral purity (Lõhmus 1999: 70).

The signs of power discourse can be seen in the pervasive hinting about war sufferings and achieved victory as a consolidative discourse and construction of the leader cult.

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The demonstrative will for peace of the Soviet people, demonstratively opposed to the alleged aggressiveness of the capitalist world, was reflected by such words as peace holder, peace fighter, peace event. During the armament race period, these words were used as euphemisms. Words and terms were used with a meaning that had shifted from the original; a phenomenon was often replaced by its antonym. For example, “deterioration of economy” was called “economic development”, “deterioration of national culture” was called “flourishing of national culture”. All totalitarianism produces linguistic play where words mean the opposite: the Soviet Union was called “democratic” and its politics were a “policy of peace”, the country was engaged in active “defensive armament”. The above examples are also characteristic as examples of communication on a deep language principle – new texts and contexts developed together with life and history, into which ideological message was encoded and which in a way fooled the receivers of messages, because reality and constructions within government rhetoric were increasingly difficult to separate (Aava, 2003; Lõhmus, 1999). Depicting the Soviet man was totally canonized in journalism at that time, because this was one of the foundation myths. Work (for the benefit of communism) was considered to be the most important necessity of life for the Soviet man. Media discourse prescribed relating work to an heroic deed. The hero-theme was important; a hero always fought, either in war for the homeland or with difficulties at the work front. Specific styles developed for depicting the Soviet myths and outlook. For example, the “nobleman” depicted in high style was the worker (fighter), his attribute was hammer (weapon), his environment factory (battlefield) (Lõhmus, 1999: 71). Whereas people are motivated to work for remuneration in a capitalist society, in a totalitarian society, people are motivated to work in the name of heroic fame. A pervasive topic in the media was the socialist fight, work victories as a specific form of patriotism and construction of democratic elections in the media. Permanent constructions dominated in media texts: the Soviet Union was “the land of victorious socialism and democracy” where “the ruling forces were really national in character” , “true democracy” governed the Soviet Union, and a permanent construction “roaring applause” accompanied the leader cult. (Mõistlik, 2007: 83-84). Stalinist colonial and cultural imperialism didn´t leave any room for Estonian national and cultural identity. The citation-language also ob-


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structed such floating markers as freedom, dignity, democracy etc., which usually can also be discursively mobilized under the control of authoritarian regimes (Ruutsoo, 2000: 41). Based on interdiscursive analysis it can be said that the worldview was constructed in media through the discourse of war and fighting, politicizing and militarizing of everyday life took place, man was depicted through heroic struggle. Thus military vocabulary entered everyday life. The Great Patriotic War victory narrative was revived through rendering work as heroic via keywords and permanent constructions such as: victories at work front, working hero, socialist fight, victory of work, army of workers. The great bolshevist narrative exhausted itself with perestroika and lost its importance in the eyes of the rulers. Within the widening discursive practices, new discursive collectives had developed (Ruutsoo 2000: 58-59).

DISCOURSE OF ANTI-TERRORISM When the Cold War rhetoric lost its actuality, a new ideological opposition developed after the events of September 11, 2001. The phrasing of the new opposition was adopted from Samuel Huntington´s (1996) book “The Clash of Civilizations”. Huntington solidified his contentious diagnosis that the world was entering a new phase of geopolitical dynamics, characterized by a clash of primordial civilizations. Academically, his thesis drew scathing criticism. At a more popular level, the image he drew of a globe divided along clear civilizational lines, with Islam and the West representing two of the major opponents, has attained a mythic quality. Since the attack on the World Trade Center in September 2001, the media has played a crucial role in the developing discourse on contemporary terrorism. The new narrative, which has been formulated by the president of the USA and his administration, has very quickly become one of the most influential global narratives. As the president of the world´s most authoritative country, George Bush was able to rapidly find audience for the new narrative in global media and to describe the new world order in his wording. The vocabulary of the new discourse has been adopted in the media. According to Ulrich Beck (2002: 39) September 11th stands for the complete collapse of language. According to Phil Graham, Thomas Keenan, Anne-Maree Dowd (2004), the speech given by George W. Bush five days after the September 11 terrorist attacks, demonstrated the continued

dominance of the nation-state as the primary source of legitimate political power at the turn of the twenty first century. The Bush speech, aimed at encouraging American citizens to support his impending “war on terror”, appealed to nationalistic sentiments. Bush conflated a millennium of external sources of legitimacy: by drawing on discourses of nationalism, heroism, and national work ethic; by drawing on the authority and support of God with the nation-state; by announcing a national crusade against a new kind of evil. Bush had a very elastic definition of an “evil”. Others: evil-doers, terrorists, suicide bombers; barbaric, evil people who burrow their way into society and lurk in order to kill innocent people. According to Michel Ryan (2004) Americans struggled after September 11, 2001 to create universal meaning within a symbolic system in which many traditional meanings were shattered. Languages that Americans used before the attacks to help them to cope with and to understand (or to frame) reality did not serve them well after attacks. Americans were no longer sure about the meaning of such words as safety, security, terrorism, peace, progress, war and American. Political and religous leaders, citizens and the media seek during crises to create narratives that explain and assign meaning to events or issues. Federicia Ferrari (2007: 606-619) investigated George Bush’s political discourse of ‘preventive war’. Fear strategy by Americans was established to justify the need for “homeland protection”. The opposing logic, with which post 9/11 has been treated, recalls that bipolar ideological cliché typical of Cold War discourse. Editorial writers for the 10 largest newspapers in the US, created a singular symbolic narrative about possible military strikes in that new kind of war. The creation of the war narrative was according to M. Ryan (2004: 377) an exercise of power. The symbolic codes were interpreted to suggest the terrorist attacks were acts of war, and the American response must include military intervention. This war frame was not seriously challenged in the 104 editorials.

The new narrative, which has been formulated by the president of the USA and his administration, has very quickly become one of the most influential global narratives.

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According to Douglas Kellner (2005) the mainstream media priviledged the “clash of civilization“ model, established a binary dualism between Islamic terrorism and civilization, and largely circulated war fever and discourses that called for and supported a form of military intervention. Kellner also shows how corporate media ownership, linked with a rightward shift of establishment media, has come to dominate news coverage and distract the public from the substance of real public issues. Exploring the role of media spectacle in the 9/11 attacks and subsequent Terror Wars in Afghanistan and Iraq, Kellner documents the centrality of media politics in advancing foreign policy agendas and militarism. The Bush Administration was unambiguous in its definition of the 9/11 situations: the U.S. had been invaded by evil people who hated “the American way of life.” Who caused the 9/11 attacks is an empirical question in the intellectual, rational, and legal modes of discourse; the answer requires resource-consuming investigations. In a religious mode of discourse, one can answer such questions immediately with a statement such as “evil caused the attacks” (Chang, Mehan, 2006: 18). The Bush administration with help from many world leaders was framing its own narrative; they successfully framed the world as polar opposites (Ryan, 2004: 378). One ideologically important keyword, that is adopted in political rhetoric and which is used to mobilize the opposition, is the crusade metaphor. The notion of a crusade is used by Bush (2001) in his speech, where he states, “This crusade, this war on terrorism, is going to take a while”. George Bush (2001) gives a very elastic definition of an evil. Other words he used: evil-doers, terrorists, suicide bombers; barbaric, evil people. They can’t stand freedom and hate what America stands for. The crusade narrative became the marker of a great opposition, which was also widely used in the international media. “This is a pure Zionist crusade,” claimed Muammar al-Gaddafi, using Al-Qaeda rhetoric, after French air force missiles had hit their first targets in Manghaz. In any case, the newly emerged contemporary interest towards the history of the crusades is directly connected to international relations. After the collapse of the WTC twin towers, western bookstores were filled with general treatments of the crusades; previously such publishing was unthinkable for publishing houses. (Tiit Aleksejev 2011.)

Ulrich Beck (2002: 44-45) asks: Who defines the identity of a trans-national terrorist? Neither judges, nor international courts, but powerful governments and states. Terrorist enemy images are de-territorialized, de-nationalized and flexible state constructions that legitimize the global intervention of military power as self-defence. Bush insisted that permanent mobilization of the American nation was required, that the military budget be vastly increased, that civil liberties be restricted and that critics be chided as unpatriotic. The terrorist threat was reproduced by the global media. War propaganda is also connected to mass culture and computer games, where the player can fight against Islam terrorism. The movie “Black Hawk Down”, based on the events in Somalia in 1992 and a computer game also based on it, can be cited as an example of this. In turn Hezbolla has created war games, where one can fight against “the new western colonialism.” (Machin, Van Leewen, 2007.) Already familiar rhetoric from the Cold War period is used to justify new war activity. Larry Diamond (2002: 16), “Winning the New Cold War on Terrorism: The Democratic-Governance Imperative“: One of the main sources of terrorism is chronically bad governance. The international campaign against terrorism can thus be characterized as a new Cold War: a strategy for victory requires the creation of regimes that can achieve the universal goals of freedom and development.” According to Jules Lobel (2001: 24) the end of the Cold War did lead to some relaxation of the feeling of perpetual crisis that had pervaded post World War II America. The 1990s witnessed the United States defense against various threats – Saddam Hussein, drugs, illegal immigrants, terrorists, rogue states, dictators who abused human rights – but without the overriding sense of fear and national crisis of the prior four decades. The post September 11 war against terrorism has taken on frighteningly similar aspects to the Cold War against Communism. The anti-terrorism war discourse after September 11, has been adopted in the western information sphere, including in Estonia. For instance, according to Tiit Hennoste (2008:139) labelling a Muslim as a terrorist is widespread in the Estonian media. Defence of democratic values has become the general leading principle of Estonian defence policy. Estonia´s leading principle in conducting foreign and security policy is the principle of undivided security, the importance of international cooperation and the defence of democratic values (Eesti Riigikaitse 2011).


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An anti-terrorism war has now replaced the Cold War rhetoric and increasing military activity is justified by the defence of democratic values.

DISCOURSE OF DEFENDING DEMOCRATIC VALUES The present paper observes how the great opposition narrative was constructed in the Soviet Union and in the world after September 11, 2011 and which linguistic choices were used to discursively maintain this, how people were mobilized and military activity justified. Discursive oppositions are constructed both in the totalitarian Soviet society, as well as in the modern democratic western society in order to justify governmental aggressiveness and political interests. The Marxism-Leninism-Stalinism ideology became absolute in the Soviet Union. It was formulated through the main narrative of communism building. Interdiscursively the discourse of war and fighting dominated. The discourse was upheld by reviving the narratives of the Great Socialist October Revolution and the victory of the Great Patriotic War. The order of discourse was upheld through speeches of leaders, party congresses and clearly regulated media broadcasts, because in the Soviet Union, media was clearly censored. The hegemonic status of the main narrative was ensured because in the Soviet Union there was no opportunity to formulate an alternative narrative. The Cold War rhetoric in the Soviet Union meant linguistic militarization of life: interdiscursively war rhetoric penetrated as the language of describing everyday life in the media and as a means of mobilizing people. Linguistically, this meant giving heroic status to work through the following keywords and permanent constructions: victories at work front, working hero, socialist competition, victory of work, army of workers, etc. Markers of us in language were: peace holders, peace fighters. They were signified as fascists, people’s enemies, international imperialism, etc. Use of language was euphemistic: the Soviet Society was described as a democratic society, its politics were one of peace and defensive armament. For 10 years after the collapse of the Berlin Wall, we lived in a period free of enemies; then a new global opposition was constructed. During the Soviet period we fought against international imperialism: now we fight against international terrorism. Both main narratives, the one of the Soviet Union and the one phrased by George Bush, are formulated by the political elite and made legitimate through mass media. Both narratives take place under the auspices of defending democratic values.

Our-discourse was constructed linguistically in both societies from the need to defend democracy and in the world after 11 September, from the need to defend Christian values as well. The difference lies in the fact that the border of anti-terrorism war relies on the border of culture and perhaps also religions. Instead of military and offensive activity, euphemisms are used. Linguistically military activity is legitimized by the need to defend democratic values. If we generalize, we can state that both the Soviet and the post-September 11 media followed the Soviet propaganda principles of designing and presenting media texts: ● The important aspects in presenting the material are self-confidence and, in some topics, aggressiveness as well. Self-confidence gives an impression of being infallible and nips non-conformity in the bud. ● In order to achieve wide-spread acceptance, emotional and fear provoking rhetoric was used. ● It was attempted to create an “us” against “them”, by making the recipient of the message choose the “right side”. ● Lies were presented with unaffected self-confidence. ● Tendentious and fabricated single examples were presented as general norm. ● Opposition and different opinions were ignored. ● Emotional influencing was used in order to exclude rational analysis. ● Falsifications were used, as long as the receiver of information could not control what was presented. ● Comments and evaluations were stressed. Presenting a fact without comments has a short-term effect, but an attitude towards the presented facts is remembered for a long time. (Lõhmus, 1999: 78.) After 9/11, there was strong manipulation of public opinion in order to dramatically raise military spending, legitimize military intervention and pass legislation that imposed severe restrictions on civil rights and freedoms. Citizens were manipulated into believing that such measures were taken in order to protect them (van Dijk, 2006: 370). There are many books and articles on manipulating public opinion after the events of September 11 (Nafeez Mosadeddeq Ahmed, 2005; Noam Chomsky, 2004; Bradley S. Greenberg, 2002; Fred Halliday, 2002; Nancy Palmer, 2003; Slavoj Žižek, 2002; Hodge, Adam and Nilep, Chad, 2006, etc.). According to Richard Jackson (2007), the term ‘Islamic terrorism’ has become a ubiquitous

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feature of Western political and academic counterterrorism discourse. Examining over 300 political and academic texts and employing a discourse analytic approach, Jackson described and dissected the central terms, assumptions, labels, narratives and genealogical roots of the language and knowledge of ‘Islamic terrorism’ and reflected on its practical and normative consequences. Jackson concluded that for the most part, political and academic discourses of ‘Islamic terrorism’ are unhelpful, not least because they are highly politicized, intellectually contestable, damaging to community relations and practically counter-productive. The examples of immigration, political violence and anti-terrorist ideologies involve strong opinions, attitudes and ideologies, and are textbook examples of governments and media manipulating the population at large, as they also were manipulated by the ‘Red scare’ of anti-communist ideologies in the Cold War (Van Dijk, 2006: 370). The rationale of political discourse is intrinsically rooted in the consent of its audience, all the more so within a political system that defines and frames itself as democratic. The crucial historical moment represented by post 9/11, which saw the United States as the principal agent and operator on the international scene, is responsible for the hardering of American political rhetoric as one of the distinctive feature of a ‘securitization’ and preventive war programme. (Ferrari, 2007: 606-607). The war on terrorism script maintains its primacy in guiding u.s. foreign policy. It allows the United States – the most military powerful nation in human history – to legitimize and wage future wars without the need to justify actions with specific empirical evidence. (Chang, Mehan, 2006: 19). Noam Chomski (2002: 74) defines terrorism as something that “they use against us” and where “we and our allies are the main victims of terrorism”. Such justification is used to legitimize military activity to protect society, an attack is justified euphemistically with the need for preventive defence. In every society military activity, first and foremost, serves the cause of increasing political and economic influence; social agents justify it with noble causes such as the need for preventive defensive activity and the need to defend democratic values. 

LITERATURE Aava, Katrin (2003). Veenmiskunst.Tallinn: Avita.

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Las voces de la red: la invisible dinámica del fandoblaje en América Latina DANIELA JARAMILLO CAMILO SUÁREZ

Estudiantes Facultad de Comunicación Social y Periodismo Universidad Externado de Colombia.

RESUMEN

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La red hoy no solo tiene una preponderancia como fuente y medio de transmisión de información, sino también como espacio potenciador para la producción independiente de contenidos. El fandoblaje o fandub es uno de esos miles de ejemplos que potencialmente podrían explicar cómo internet se vuelve una herramienta funcional para todo tipo de acciones e interacciones de la comunidad de usuarios. En la búsqueda de patrones que expliquen cómo afecta a los individuos de la sociedad esa nueva forma de hacer, producir y relacionarse comúnmente suele afirmarse que internet transforma o determina la identidad de las personas. Pero, sin llegar a ese extremo, lo que queremos analizar aquí son los procesos de identificación que se dan a partir de los usos, de la tecnología para producir y del internet como acceso a los contenidos y protocolos implicados en el fandoblaje y que redefinen constantemente los gustos y las formas de consumo de quienes practican esta actividad.


Otras voces

ABSTRACT The web today not only conveys an important preponderance as source and media in the transmission of information, but also as an empowering space for the independent production of content. Fandubbing is one of the thousands of examples that could potentially explain how the internet becomes a functional tool for all kind of actions and interactions in a web user community. In the search of patterns that explain how society’s individuals are affected by this new fashion of making, producing and relating to one another, it is commonly stated that the internet transforms or determines people’s identity. However, without reaching that extreme, what we set out to analyze here are the processes of identification that occur at the hand of the uses, the technology used to produce and the internet as access to content and protocols implied in fandubbing and that constantly redefine the tastes and forms of consumption of those who engage in this activity.

RESUMO A rede hoje não tem só uma preponderância importante como fonte e meio de transmisão de informação, senão também como espaço potenciador para a produção independente de conteúdos. A fandoblagem ou fandub é um dessed miles de essemplos que potencialmente poderiam explicar como o internet se volta uma ferramenta funcional para todo tipo de ações e interações da comunidade de usuários Na pesquisa de patrões que expliquem como afeita aos indivíduos da sociedade aquela nova forma de fazer, produzir e se-relacionar geralmente sole se-affirmar que o internet transforma ou determina a identidade das pessoas. Mas, sem chegar para esse extremo, o que queremos analizar aqui são os processos de identificacão que se dão à partir dos usos, da tecnologia para produzir e do internet como acesso aos conteúdos e protocolos implicados na fandoblagem e que redefinem constantemente os gostos e as formas de consumo de aqueles que praticam esta atividade.

INTRODUCCIÓN

E

n el mundo de hoy el plano físico ya no es el único espacio con el que cuentan los individuos y comunidades para desenvolverse. Internet1, en toda su omnipresencia y aparente infinidad, abre un nuevo plano de proporciones inmensas donde el espacio no es un factor determinante y el encuentro de individuos en tiempo real puede llegar a cantidades sin precedentes en el plano físico. El grupo social como siempre se le ha conocido perdura, pero a su vez se proyecta y migra a la red de distintas maneras. La cultura está en camino de ser condicionada constantemente por el mundo digital y el orden está en un proceso de reestructuración constante. En “un mundo de flujos de riqueza, poder e imágenes, la búsqueda de la identidad, colectiva o individual, atribuida o construida, se convierte en la fuente fundamental de significado social” (Castells, 2005). Todo esto de la mano de las nuevas tecnologías digitales. La Era de la Información ha significado la aparición de las masas en el plano

1. Consideramos necesario diferenciar entre ‘internet’ y ‘la red’ o ‘la web’, refiriéndose el primero al conjunto de redes de comunicación que conforman una red lógica única de alcance mundial y el segundo, al sistema de distribución de información World Wide Web basado en enlaces o una estructura hipertextual y al que se accede a través de internet.

social global a través de internet, que ha empoderado a ya varias generaciones con las herramientas virtuales para moldear su realidad a partir de contenido creado por ellas mismas o con información que administran a su voluntad. En Latinoamérica esto ha tenido una repercusión única. En esta región, donde la infraestructura desde hace relativamente poco ha permitido el acceso a esa red global de comunicación, la población ha estado sujeta a dinámicas globales ajenas a ella misma. La generación que hoy ronda los 20 años de edad ha crecido expuesta a nuevas dinámicas de la información que la ha diferenciado notablemente de las anteriores en esta región del mundo. Productos culturales extranjeros, como música, películas o series de televisión, inundaron las pantallas de millares de jóvenes latinoamericanos que crecieron y crecen todavía disfrutando y acogiendo personajes, historias y melodías que fueron concebidos y producidos en circunstancias completamente ajenas a ellos. Estamos hablando sobre todo de la producción asiática (japonesa y koreana) de series animadas, un género que se conoce como anime. Durante mucho tiempo, desde finales de los años ochenta hasta comienzos de la década del 2000, muchos de estos productos llegaban fácilmente a través de la televisión por suscripción y estaban ya en el idioma local; luego, conforme

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se hicieron más populares también entraron a la programación en los canales nacionales de cada país. Sin embargo, en muchos casos las series de anime no fueron transmitidas en su totalidad porque, siendo tan largas como eran, agotaban rápidamente la atención de las audiencias y dejaban de ser dobladas al español y desaparecían de la programación local. La llegada de internet a las casas de los adolescentes fue entonces una opción para la búsqueda de esas series que no pudieron terminar de ver en la televisión y eventualmente para el acceso a otras series que jamás serían dobladas al español ni transmitidas localmente. Pero claro, la mayoría de estos productos en línea estaban en el idioma original o, en el mejor de los casos, en inglés. Esa inquietud de las audiencias jóvenes en internet que ansiaban consumir aquellos productos que en los medios locales no se podían encontrar o estaban incompletos fue el factor que llevó a que comenzara la actividad del fandub.

¿QUÉ ES, MÁS O MENOS, FANDUB? Obtener una definición expresa de fandoblaje o fandub es algo muy difícil. Lo mejor es navegar por los foros que los mismos usuarios tienen sobre el tema desde hace años en internet2 o ver la mayor cantidad de ejemplos en plataformas como YouTube. Así se podría llegar a un mejor conocimiento de la práctica como lo que en realidad es: un fenómeno de producción de contenido en internet que evoluciona al ritmo de ciertas tendencias en el consumo cultural y de las posibilidades que brindan las cambiantes herramientas tecnológicas. Pero para llegar a una conceptualización más corta se puede desglosar el término en las dos partes que lo componen: fan (de fanático) y doblaje. El doblaje es la técnica con la que se cambia el idioma original de los diálogos hablados de una pieza audiovisual ya terminada (canción, vídeo, película, serie, comercial). Este trabajo lo realizan actores de voz profesionales en estudios y laboratorios de doblaje que son contratados por las productoras para adaptar a otros idiomas esas piezas audiovisuales. No es una práctica muy conocida por los consumidores de los productos culturales que son susceptibles de ser doblados, pero es sin duda una parte vital en la producción para la comercialización de los mismos.

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2. Pueden encontrarse explicaciones hechas por los mismos usuarios y productores de fandubs, poco académicas pero muy ilustrativas, como la que se encuentra en http:// frikiloid.jimdo.com/que-es-fandub/

La parte fan de la palabra hace referencia a que es una actividad en la que admiradores o fanáticos que no son profesionales en la actuación de voz doblan una película, serie o canción a su lengua materna3. Claro, además de eso comparten el resultado con otros usuarios subiendo el contenido a diferentes plataformas en internet. Todo sin ningún tipo de lucro en el proceso, lo cual es bastante importante a la hora de considerar si una pieza es producto de un fandoblaje o no, como explicaremos más adelante. Incluso, si tenemos en cuenta las regulaciones que existen frente a los derechos de autor, podríamos decir que el fandoblaje es una práctica ilegal pues implica apropiarse del contenido modificándolo y exponiéndolo al público sin ningún tipo de permiso. Así, sabiendo que son muchos los riesgos y cero las retribuciones al hacer fandoblaje, es lógico que surja la pregunta básica: ¿por qué hacerlo? Y la respuesta también es muy básica: es una cuestión de ocio, de gusto, una actividad más de tiempo libre. El fandoblaje es sin duda un hobby. Pero detrás de esta práctica de admiradoresproductores hay todo un proceso de identificación relacionado directamente con la capacidad de internet como medio de comunicación y de la tecnología como herramienta de producción. Y eso es lo que queremos tratar en este trabajo.

EL FAN EN LÍNEA COMO OBJETO DE ESTUDIO Encontrar investigaciones y artículos sobre el fandub como práctica no es una tarea fácil: no hemos tenido éxito en la búsqueda de alguna investigación teórica rigurosa que nos sirva como antecedente específico en el tema. Hay varios trabajos relacionados con doblaje profesional y subtitulación, pero están sobre todo orientados a analizar la industria del cine y de la televisión y no la migración de esas prácticas a la red en manos de individuos amateur. Más bien, como estamos hablando de individuos no profesionales del doblaje que están determinados en su práctica por la condición de fans frente a los productos culturales que consumen, podemos exponer una serie de trabajos que sirven no de antecedente específico pero sí de contexto para la aproximación al tema. Comenzando por el gran clásico de Jenkins (1992) Textual poachers: television fans & participatory 3. También existe una práctica conocida como fansub, que es la subtitulación de productos audiovisuales en un idioma diferente al original, también hecha por no profesionales. De hecho, el fandoblaje suele hacerse a partir de trabajos de fansub.


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culture, que toma por primera vez como a la comunidad de aficionados de los productos culturales en medios, con todas sus prácticas, instituciones sociales y formas de interpretación que terminan afectando con sus procesos de consumo y participación a la misma producción en el medio. Y también en esa línea se encuentra Fandom: identities and communities in a mediated world (Sandvoss, Harrington, 2007), un libro que explica la naturaleza de la afición abarcando un gran espectro de textos de consumo: desde Marx a Paris Hilton pasando por los juegos de computador y la lucha libre. El aficionado parece ser una ficha importante si se pretende entender a la sociedad que se mueve en un mundo globalizado. Refiriéndose a ese trabajo de Jenkins pero con una aplicación de casos más contemporánea encontramos el artículo de Héctor Gómez Vargas (2011), quien hace una interesante recopilación de investigaciones posteriores relacionadas con la participación de esa audiencia admiradora que se convierte en modificadora de esos productos de consumo. Hablando de ese tipo de producción también encontramos este contemporáneo del libro de Jenkins: The Adoring audience: fan culture and popular media, de Lisa Lewis, que en el capítulo The cultural economy of fandom, escrito por John Fiske explica un poco acerca de las “producciones textuales” (Fiske, 1991: 39) que desarrollan los fanáticos, categoría que le da sentido al fandub como producción por una razón que explicaremos más adelante. Los trabajos presentados en Fan Fiction and Fan Communities in the Age of the Internet: New Essays (Hellekson, Busse, 2006) también tratan de analizar históricamente esa producción que forma comunidad alrededor del consumo y se vuelve una forma de comunicación, una comunidad que se ve transformada en cuanto internet permite la conexión de millones de individuos sin ningún tipo de restricción o discriminación. Otro libro que nos ubica con claridad frente a esas producciones espontáneas por parte de los consumidores es Mashup Cultures (Sonvilla-Weiss, 2010), una completa revisión y recopilación teórica y de investigación en lo que se refiere a las prácticas creativas y las técnicas de producción y consumo tanto dentro como fuera de la red. Los trabajos que incluye identifican algunos factores que influyen directamente en la participación y compromiso del usuario al remezclar el contenido digital cultural que encuentra en línea. Y el trabajo más específico que podemos encontrar alrededor de nuestro tema es YouTube: Online Video and Participatory Culture (Burgess,

El doblaje es la técnica con la que se cambia el idioma original de los diálogos hablados de una pieza audiovisual ya terminada (canción, vídeo, película, serie, comercial). Este trabajo lo realizan actores de voz profesionales en estudios y laboratorios de doblaje que son contratados por las productoras para adaptar a otros idiomas esas piezas audiovisuales.

Green, 2009), que analiza la diversidad de usuarios que llegan a esta plataforma y todas las prácticas de consumo y producción que permite desarrollar recogiendo tanto teoría sobre el uso de este tipo de espacios de comunicación en un contexto social, cultural, político e histórico, como datos específicos que dan cuenta de lo socialmente activo del sitio, que es sin duda la red social de una comunidad de individuos con intereses específicos, entre ellos el desarrollo de su afición mediante la producción. Ahora, si quisiéramos guiarnos por algún trabajo que trate a las comunidades de aficionados en línea podríamos destacar el artículo Gamers telling stories, understanding narrative practices in an online community, de Anne-Mette Albrechtslund (2010), que hace un acercamiento a la forma como se construyen las narrativas de las comunidades de aficionados en línea con base en sus producciones. Claro que el estudio se centra en analizar específicamente a los jugadores de World of Warcraft, pero la conceptualización de los textos producidos y la construcción de identidad en línea es algo similar a lo que pretendemos con este trabajo.

TRABAJO DE CAMPO EN LA GRANJA QUE ES YOUTUBE La aproximación metodológica para el análisis del fandub es determinada por ciertos factores. Las limitaciones que hemos encontrado facilitan pero al mismo tiempo obstaculizan la adquisición de la información que hará parte de nuestro argumento etnográfico. Como hemos comentado en instancias previas, el objeto de estudio implica un desafío en cuanto no encontramos antecedentes con investigaciones rigurosas que incluyeran la conversación con sujetos involucrados en el fandub.

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Esa categoría de sujetos aplica a una miríada de personas en cientos de países que están determinadas como usuarios por las prácticas en línea fuertemente arraigadas por la afición. Pero dado el fuerte carácter social y cultural de esas prácticas podríamos afirmar que en la realidad física, fuera de la red, estos sujetos son versiones parciales de sí mismos, sin la totalidad de sus formas de consumo y producción. Con esto lo que queremos decir es que estudiamos a los sujetos en el espacio en el que son aficionados consumidores y productores, por lo que el trabajo etnográfico se vuelve un poco más complejo que en el caso de otros estudios. Esa complejidad se da cuando vemos a la comunidad como un grupo de personas que se reúne por x razón en determinado lugar y nos damos cuenta de que sencillamente eso no existe en el caso del fandub, o al menos no es identificable como tal. Decidimos entender el fandub como un fenómeno que se manifiesta con la producción de contenido en el mundo físico y tangible mediante instancias únicas e individuales, pero que tiene sentido social y cultural solamente en línea a partir del consumo y de la comunicación de esa producción. El problema de la comunidad al respecto es un aspecto que trataremos en un apartado del trabajo. Lo que hicimos fue entrevistar a cinco practicantes de fandub, originarios de diversos países de Latinoamérica y que nos dan cuenta de una totalidad en prácticas y desarrollo de las producciones de aficionados en línea. Si juntamos el número de suscriptores que tiene cada uno en YouTube llegamos a una cifra de más de 17 mil personas, así que podemos considerar a cada uno de los entrevistados como sujetos relevantes en el análisis del fandub como práctica. Las entrevistas tendrían que ser todas dirigidas por aquel parámetro de “no directividad” que describe Guber en La etnografía, pero la cosa realmente no es tan sencilla y tan dada a la subjetividad cuando la entrevista es por un medio de mensajería instantánea o videoconferencia. Sin embargo, como nuestro objetivo es precisamente tratar su rol de aficionados, consumidores en línea y productores, es interesante hablar con ellos en un espacio virtual que los deja seguir actuando como usuarios.

Además, y sin quererlo, somos conscientes de que abordamos el tema desde nuestra propia visión que es muy similar a la de ellos: pertenecemos a la misma generación y durante nuestra vida hemos consumido cultura de la misma forma, además de que no somos ajenos al uso de internet como medio de consumo y comunicación. Es por eso que de cierta manera la entrevista virtual resultó ser una dinámica que permite la continuidad en términos de comunicación (similar a como ellos se comunican siempre como fandubbers) y presentación de los sujetos como usuarios. Los siguientes son los datos sobre los fandubbers usuarios de YouTube que entrevistamos, todos latinoamericanos de diferentes países:

Nombre en línea: Millofandub. País: Argentina. Suscriptores: 2.288. Edad: 21. Activo desde: 12 de mayo de 2009. – Fandoblajes de series web, entre otros proyectos. Cuenta alterna: MilloAF. Disponible en : http://www. YouTube.com/ user/Millofandubs Estudiante de Diseño de Imagen y Sonido, desea ser director de cine en un futuro determinado; considera que su carrera lo ha ayudado a hacer del fandoblaje un hobby más grato y accesible, el cual comenzó en forma en 2006, pero su cuenta de aquella vez fue suspendida y borrada, por asuntos de derechos de autor; aun así es bastante considerado con el creador original del material, y no duda en ejercer prudencia al preguntar si puede o no doblar a un creador independiente. No tanto con grupos o empresas creativos de mayor tamaño comercial. Afirma que el fandoblaje puede ser una práctica de descubrimiento en la cual si se intenta doblar toda clase y género de material o participar en proyectos conjuntos, se puede conocer más de las preferencias y habilidades propias, haciendo de la práctica un ejercicio mucho más grato y trascendente. Aun así, para Millofandub el fandoblaje no implica una inversión de tiempo y dinero substancial: es más bien algo que puedes disfrutar sin mucho o nulo riesgo financiero.


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Nombre en línea: EmmanuKing. País: Chile. Suscriptores: 2.404 Edad: 21. Activo desde: 20 de enero de 2010. – Descripción de Perfil: Muchas gracias por visitar mi canal, las adaptaciones que he hecho pueden usarlas sin la necesidad de preguntarme, pero les recuerdo que hay algunas excepciones debido a que regalé dichas letras o.o y ellas son: Just Be Friends (nea906090), Sunset (MagikalFa) y Kimi ni Todoke... (LucySakura). Disponible en: http://www.YouTube.com/ user/EmmanuKing Oriundo de Iquique, una ciudad en el norte de Chile y alejada de la céntrica Santiago, EmmanuKing es un estudiante que debido al estado de orden público y educativo en su país, no ha podido continuar en forma su carrera de psicología, por lo que decidió, al momento de la entrevista que le hicimos, retirarse de su universidad. Aun así desea continuar el próximo año. Está intentando conseguir un puesto en un establecimiento comercial, pues desea no quedarse en casa sin hacer nada, además de conseguir dinero, pues, según él, necesita comprar ropa, ir al dermatólogo y ayudar a su familia. Dice que estudió psicología para “ayudar a los demás”, pero que a la larga fue por un proceso personal que tuvo desde pequeño. Sin dudarlo afirma que el fandub ocupa más del 50% de sus pensamiento a lo largo de un día normal. Le encantaría trabajar en algo relacionado con la naturaleza del fandub. Tampoco ha invertido mucho dinero en su actividad de fandoblaje.

Nombre en línea: nea906090. País: México. Suscriptores: 8.729. Edad: 20. Activo desde: 4 de septiembre de 2007. – Descripción en perfil: “[…] Ok, pues emm como ya lo mencione, pues en mis tiempos libres me dedico al fandub ^^ con el cual no gano ni un centavo ni planeo hacerlo, asi que si te gusta lo que subo ^^ yo no tengo problema en que lo compartas con los demas :3 en todos mis videos o en la gran mayoria pongo el link de descarga, asi que mil gracias por tomarse el tiempo de descargarlo (sic)”. Disponible en: http://www. YouTube.com/user/nea906090 Poblana, estudiante de tercer año de Ciencias de la Comunicación, le gustaría prepararse haciendo alguna maestría en comunicación política y especializarse en investigación periodística. Le gustaría aprender más de doblaje en el sentido

profesional, en especial en el Distrito Federal, pues afirma haber hecho ya ejercicios de locución radial y disfruta de crear piezas y contenidos radiales. Considera que el fandoblaje es una ayuda para la preparación que desea obtener, además de ayudarla a identificar en lo que quería desempeñarse. No considera el fandoblaje como una actividad que precise de la existencia de una comunidad a su alrededor, pero que sí existen protocolos para ejercerlo, en especial en los medios que se utilizan para hacer fandoblaje. Observa que hay una distancia respetuosa entre el fandubber y el actor profesional.

Nombre en línea: KTimer. País: Colombia. Suscriptores: 2,208. Edad: 19. Activo desde: 12 de marzo de 2010. Descripción en perfil: “Soy Timer Covers En Español Kpop/Kpop Spanish Covers. Trato de subir un Cover Cada Semana Gracias por su apoyo :) Para Descargas de MP3:” Disponible en: http://www.YouTube.com/user/ KTimer Bogotano de 19 años, estudia dos carreras: Producción musical y administración. Afirma haber terminado ya la primera, pero que la verá más a fondo en la Escuela Fernando Sor. Termina Administración en diciembre del próximo año. Quiere hacer una especialización en Negocios Internacionales antes de comenzar a trabajar. Es uno de los casos en que ejerce el fandoblaje en instancias grupales, además de eso ha tenido la fortuna de involucrarse en un proyecto de doblaje musical profesional pagado. Considera que el campo profesional del doblaje no tiene nada que ver con el fandoblaje en cuanto a planeación y organización, pues en lo profesional el rigor que se usa con equipos superiores y libretos técnicos se sale de lo casual. Para él también el fandoblaje es una inversión a futuro.

Nombre en línea: Naneku. País: Colombia. Suscriptores: 2.029. Edad: 19. Activo desde: 5 de mayo de 2008. Descripción en perfil: “Ya tengo micrófono, no tengo audífonos”. Disponible en: http://www.YouTube. com/user/naneku02 Una de las fandubbers más casuales que ha hecho doblajes musicales solo por ocio, según ella. Ha sido testigo de la creciente actividad en YouTube en la que algunos fandubbers cogen fama por sus ejercicios. A través del fandoblaje considera que la aproximación a otras culturas es natural y productiva en cuanto se aprende más de las mismas. Cuando

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comenzó la universidad dejó de cantar para dedicarse solamente al estudio; sin embargo, sigue viendo videos en YouTube, como siempre lo ha hecho.

¿QUÉ ES, EXACTAMENTE,EL FANDUB? El fandub es voz grabada sincronizada con imagen o música de creación externa, así de sencillo. El proceso técnico y práctico para hacer fandoblaje es, naturalmente, uno de amplia accesibilidad en el mundo de hoy. Para que una persona por su cuenta y propia iniciativa pueda ser fandubber necesita como mínimo de lo siguiente: ● Un computador personal con conexión a internet: en Latinoamérica la proporción de computadores por hogar nunca ha sido la más alta, menos si se tiene en cuenta el acceso a internet. Sin embargo, ha sido la suficiente para que un movimiento visible de fandoblaje haya surgido en esta última generación. ● Un micrófono: integrado al computador o externo. No suelen ser de calidad tecnológica de punta, especialmente si son internos, pero el que quiera ser fandubber de rigor tiene con obligatoriedad que obtener un micrófono externo de gama media-baja para ser medianamente reconocido. ● Software de edición de audio y/o video: este software viene en muchas presentaciones y no siempre es obtenido de manera legítima, es decir, no siempre es pagada y suele ser descargada de la red, gratis o “pirateado”. En principio se pueden usar programas sencillos que solo procesan sonido y en ocasiones imagen, pero hay quienes utilizan software de alta gama para darles toques técnicos y refinatorios a sus doblajes, hasta el punto de parecer semi-profesionales. ● Un texto o libreto para declamar: a veces, puede ser material original derivado del original anterior, traducciones que no siempre son producto de los dubbers mismos o interpretaciones personales con el mismo parlamento del producto cultural.

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Solo esto hace falta para crear fandoblaje. Algo importante a la hora de su realización y que nos sirve para entender la dinámica cultural y de consumo es el medio de publicación. Por regla general hablamos de páginas web como YouTube, pero en la red hay multitudes de servicios para colgar videos o audio en línea para llevarlos a una audiencia determinada. Si el contenido es bien recibido, la web se encargará de cerciorarse de que se expanda viralmente.

Aunque el fandub tuvo un momento fuerte al comienzo de su irrupción en la cultura digital latinoamericana en que connotaba exclusivamente a doblaje de productos japoneses o coreanos, hoy es posible encontrar fandub de todo tipo de contenidos. Pero la distinción básica cuando hablamos de tipos de fandub es la que remite a dos vertientes de producción: la musical y la narrativa. La musical es claramente el utilizar la música o melodía original de algún producto cultural y doblar o cambiar la voz que canta y participa en la misma por la del fandubber. Ha tenido variaciones, pero la versión primordial es usuarios haciendo covers de las letras de canciones en el idioma original, luego también canciones con las letras traducidas (algunas con más rigor que otras) e interpretaciones o usos varios de melodías, como las abundantes Literal Versions de canciones en YouTube, que son usuarios doblando una canción pero describiendo en palabras cantadas lo que sucede en el video musical, tal como se puede ver en una versión de Total Eclispe of the Heart (Bonnie Tyler, 1983 ) que circula en YouTube4, u otra de Take on me (A-HA, 1985)5. La narrativa es cuando se dobla un producto en el que hay un personaje o personajes desenvolviéndose en una acción discursiva o dramática, doblar películas o series de televisión o cortos animados, etc. Los han hecho tanto de pequeños sketchs de internet (animaciones independientes, por ejemplo) como de películas de Hollywood. A diferencia de la música, la instancia primordial es la traducción, sea propia del fandubber o de otro origen. La vertiente progresa con variaciones que implican esfuerzos creativos más originales, como la adaptación de la dinámica narrativa a circunstancias precisas, como puede ser todo lo que han hecho los Hétores aquí en Colombia con memorables videos como poya (Troya, 2004)6, Sjaiderman (Spider Man, 2002)7, o Rápido y Ocioso (2 Fast 2 Furious, 2003)8. Otra corriente conocida es la del 4. “Total Eclipse of the Heart: Literal Video Version (reframed)” subido por dascottjr http://www.YouTube.com/ watch?v=ovEDhFfgdOo (Recuperado el 14/11/11). 5. “Take On Me: Literal Video Version”, subido por DustoMcNeato http://www.YouTube.com/ watch?v=8HE9OQ4FnkQ (Recuperado el 14/11/11). 6. “POYA” subido por chiko10 http://www.YouTube.com/ watch?v=bx01WCZGGFA (Recuperado el 14/11/11). 7. “HETORES - Sjaiderman” subido por bombillo http:// www.YouTube.com/watch?v=xfm_rEJPR-8 (Recuperado el 14/11/11). 8. “Rapido y Ocioso” subido por vidalberto http://www. YouTube.com/watch?v=OqPtI__3Ovo (Recuperado el 14/11/11).


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Abridging, principalmente entre círculos de fandubbers anglosajones, que consiste en tomar una serie o película alterando la dinámica dramática y narrativa de las mismas sin cambiar sustancialmente el argumento o la trama central, con un objetivo y efecto cómico. Ha aparecido principalmente con series de animé, pero no es una regla general. Las más populares son Yu-Gi-Oh the Abridged Series9, de LittleKuriboh, y Dragon Ball Z Abridged10, del grupo colaborador TeamFourStar. La condición general de todo esto es que tiene que ser producto del esfuerzo de una persona particular o un grupo de las mismas, que no buscan remuneración alguna y que se basan en sus propios medios y dinero. La frontera del fandub se dibuja cuando hay dinero de por medio; la existencia de pago formal por doblar socava la esencia cultural del fandub. El hábitat cultural del fandubber es por excelencia la red, fuera de ella no hay campo para hacer fandub, pues es en la libertad y anonimato parcial del internet donde los fandoblajes florecen y se consumen. En este caso estamos hablando únicamente de las producciones de fandub que tienen que ver con producciones culturales asiáticas, anime japonés y algunos géneros musicales populares como el j-pop o la música coreana hecha con Vocaloid.

EL FANDUB, FENÓMENO SOCIAL EN INTERNET Según Manuel Castells (2005), la tecnología es sin duda una fuerza que afecta los modos de vida de la sociedad cuando desata cambios en la acción social. Y la Tecnología de la Información, a partir de la cual se puede entender y analizar internet como herramienta y medio de comunicación, permite una reorganización basada en la flexibilidad de la producción que para bien o para mal (él advierte sobre los juicios de valor en este caso) permite el surgimiento de nuevas formas y procesos sociales. Hay un factor de integración que es muy importante, que aplica tanto a los objetos como a los actores que hacen parte de los procesos potenciados por la tecnología, y que determina esa característica de diversidad articulada en los procesos relacionados con información. Es decir, en la integración entre acción y objeto que supone la tecnología se afectan irremediablemente las estructuras sociales (ídem). Aquí podríamos afirmar o desde el punto 9. “CardGamesFTW” http://www.YouTube.com/user/CardGamesFTW (Recuperado el 14/11/11). 10. “TeamFourStar” http://www.YouTube.com/user/TeamFourStar (Recuperado el 14/11/11).

de vista teórico, basados solo en Castells, que el fandub hace parte de un proceso humano estructurado en dos tipos de relaciones principalmente. Primero, la experiencia que implica participar e interactuar con el propio entorno a través de la identidad (que en este caso es cultural) donde entra a jugar el consumo como una respuesta a una necesidad. Y segundo, la producción que implica una apropiación y transformación de un objeto material a partir del cual se obtiene otro producto de consumo. Tomando eso como punto de partida los aspectos susceptibles de análisis que querríamos considerar en el fandub son cinco: el consumo, la construcción de identidad a partir del fandub, la motivación de los sujetos, el proceso de apropiación de contenidos mediante la producción y la existencia u organización de comunidades alrededor de esta práctica.

TODO COMIENZA CON UNA ADICCIÓN A YOUTUBE Bueno, eso de la adicción es exagerado. Pero sí, en el proceso estructurado dentro del que se puede entender el fandub como actividad hay que destacar que el consumo es el primer paso siempre. Consumo principalmente de anime, como ya expusimos. Quienes hacen fandub primero consumen una gran cantidad de productos culturales (aquella relación de experiencia que aquí se puede aterrizar) y luego se atreven a modificarlos en un proceso de producción propia. Para ellos Internet, más específicamente YouTube, es el espacio portador del contenido que pueden consumir según sus preferencias particulares. Luego se convierte en el medio que utilizan para comunicar aquello que producen a partir de dicho contenido, pero en principio se trata del consumo. Como explicamos antes, el consumo de anime y otros productos culturales, que dejaron de ser importados para ser incluidos en la programación local de televisión latinoamericana, migró a la red por medio de plataformas de video en línea. Si bien la historia de la cultura participativa de los fanáticos viene de mucho más atrás, como lo expone Jenkins en el texto What Happened before YouTube? que hace parte del libro de Green y Burgess

En la integración entre acción y objeto que supone la tecnología se afectan irremediablemente las estructuras sociales.

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(2009), esta plataforma brindó un espacio popular para la exposición de esos textos producidos por los mismos usuarios, antiguos consumidores de televisión. Claramente, se trata de una generación que cambió el televisor por la pantalla “sintonizada” en sitios web, como YouTube, porque en la programación local se recortaba, llegaba demasiado tarde o no existía lo que quería consumir. Yo comencé a bajar las series que ya no pasaban por Cartoon Network porque no habían doblado a español latino las últimas temporadas. Obviamente estaban en japonés pero con subtítulos, en español o en inglés. Todo depende de qué tan populares fueran. Y cuando tú empezabas a buscar encontrabas fácil una cantidad de series muy buenas que aquí no pasaban ni pasarían nunca, y cuando vas a ver ya no prendes el televisor si no que estás sentado frente al compu todo el día. No hay horarios ni hay límite de capítulos, a veces era un problema con el colegio porque no hacías tareas ni estudiabas para las evaluaciones por andar viendo series en internet (Naneku, en referencia a la pregunta de cómo comenzó a ver las series en internet). Esta parte es común, y cada vez más, a todos los usuarios de internet que navegan por la web y consumen contenidos, no solo a los fandubbers. Sin embargo el detonador en este caso tiene que ver con el impulso de la contribución, lo que convierte a un chico que consume series de anime u otros productos en línea a un chico que hace fandub.

APROPIACIÓN DE CONTENIDO Y PRODUCCIÓN

Yo veía más anime en ese entonces y me gustaban mucho las secuencias del principio, buscaba mucho de eso en internet. Y había una de un anime cantada en español y decía que la canción original estaba en japonés, y pues se me hizo raro porque no había doblaje en Latinoamérica de ese anime, porque era reciente. Lo vi y pues ahí decía en los comentarios que tal persona lo había cantado, y me puse a averiguar más el tema porque el mismo video decía que era fandub. Y ahí supe que había gente que cantaba y utilizaba los instrumentales y eso, y ahí fue como empecé (Naneku). Estaba en internet buscando una versión del opening11 de naruto en español y encontré a un cha-

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11. Se refiere al video corto de introducción que aparece al comienzo de cada capítulo en las series animadas. En el caso del anime se trata de una secuencia de imágenes con una canción original que suele cambiar en cada temporada de la serie. De igual forma el ending, que es la canción con secuencia de imágenes dedicada a la parte final de los créditos en cada capítulo y que también cambia cada temporada.

vón12 que la cantó. Como en ese entonces no sabía nada de técnica vocal ni métodos de captación sonora me grabé con un grabador de mi mamá y lo subí a la red (KTimer). Empecé cuando conocí una serie que se llama Tsubasa Chronicles. Entonces buscando sus canciones por YouTube me topé con dos fandubs, el primero de la canción You are my love y luego el dueto de la canción Yume no tsubasa. Las dos eran fandubs, pero ahí yo no tenía idea de que eran interpretadas por fans, por lo bien que se escuchaban. Luego escuchando más canciones me di cuenta de que eran fanáticos los que cantaban y después cuando me compré una serie llamada DNAngel que venía en japonés y subtitulada en inglés, me dio la curiosidad por hacer una letra para el ending que encajara con lo que interpretaba la cantante japonesa y también con la traducción de los subtítulos, entonces ahí hice una de mis primeras adaptaciones (EmmanuKing). Comencé porque escuché una canción en voz de Olinca Hidalgo13 y me fascinó, yo pensaba que era una canción propia de una artista, pues la calidad me pareció impresionante pero ya al ir investigando bien me enteré que había sido obra de una chica que era fan y decidió hacer su versión al español (Nea906090). Eso sustenta que se comienza consumiendo. Pero ya no solo series originales y subtituladas, antes de empezar a hacer fandub también se consumen ejemplos de él. Salvo en el extraño o primigenio caso en el que por iniciativa propia y sin ningún tipo de conocimiento sobre antecedentes se decida doblar al idioma local una serie o canción, el conducto regular suele pasar primero por una etapa, que bien puede ser corta, como en el caso de KTimer, en la que el chico consume sin darse cuenta de lo que quiere ver pero que ha sido transformado por otro usuario como él. En este caso, cuando cae en cuenta de que puede hacer lo mismo y averigua más sobre cómo hacerlo es cuando pasa de ser simplemente un consumidor a ser otro productor. Pero los casos extraños siempre existen. Y pudimos conocer uno de ellos en la experiencia de Millofandub en el fandub: “Entré en él sin saber que existía. Cuando estaba editando mi primer fandub no tenía idea de que hubiera una comu12. Muchacho. 13. Fandubber muy popular en YouTube, conocida por doblar al español canciones en inglés de música pop corriente además de doblar openings y endings de series de anime.


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nidad o que fuera un hobby para muchos (…) Mi idea original era doblar el primer corto de “Charlie el unicornio” y nada más, no tenía intenciones de seguir o de que se conviertiera en hobby”. Charlie el unicornio es un video realizado por el animador independiente Jason Steele que fue visto por millones de personas gracias a su viralización en la red desde 2006, convirtiéndose para 2010 en uno de los videos más populares de YouTube en su historia14. En este caso el fandub se dio solamente por el deseo de pasar ese video tan popular al idioma local, para que pudiera ser disfrutado por la comunidad en línea que aún no puede consumir videos en idiomas extranjeros y disfrutarlos de igual forma. Aquello de la apropiación del contenido es más fácil de entender en este caso. Según Pisani y Piotet (2009: 239), la conexión permanente y veloz a internet ha llevado a que el usuario comience a adjuntarle aportes personales al contenido que normalmente consume en la red; las personas empiezan a modificar la construcción de la información desde su participación como audiencia. Al hablar de participación nos referimos a esa intervención que se da cuando el usuario siente que tiene la capacidad de incluir algo valioso de su propia subjetividad y lo hace subiéndolo a la red en forma de comentario, respuesta en video, etc. En el caso del fandub la cosa va más allá de la simple contribución. Hay una apropiación del contenido que mediante la manipulación y modificación vuelve productora a la clase consumidora. Pero no es cualquier producción: es una todavía más interactiva que cualquier caso de vídeo como respuesta. Lo decimos porque no solo es una participación activa del usuario frente al producto que consume (la serie de anime que ve, la canción que escucha, etc.) mediante un comentario, un like o algo parecido. La calidad de la interactividad15 en el fandub se da en la reapropiación que se completa con el uso de la voz del usuario en su propio idioma. El fandubber baja los archivos, los modifica cambiándolos de idioma y usando su propia

voz para la interpretación y, sin poner nunca una imagen de sí mismo, los sube de nuevo a la red poniendo a todos los que lo vean en contacto con una versión más cercana del producto a partir de su subjetividad, que es local. Esa implicación directa con el mensaje a través de la utilización de la voz propia nos hace pensar en otro elemento importante: no hay dos respuestas iguales, la unicidad es característica principal del fandub. Es altamente probable que entre los miles de comentarios bajo un video en YouTube del opening16 de alguna serie haya varios que sean idénticos, pero es imposible que haya en toda la red dos fandub iguales en interpretación de ese mismo opening cuando están hechos por personas diferentes. Ahora, queremos aclarar la naturaleza de esta producción. Si hablamos de los fandubbers como los consideraría Jenkins, podríamos decir que son productores activos y manipuladores de significados a través de la re lectura (Gómez, 2011) o apropiación y modificación de los textos. Es fundamental para el desarrollo de la actividad del fan, pues le permite convertirse en productor de cultura. Ese es el primer paso para sentir cercanía y pertenencia frente a los textos, el tomar el control frente a ellos y duplicar la experiencia de la creación. 16. Así se le llama a la canción de apertura en una serie animada, sobre todo de anime.

14. Mashable, el medio independiente más importante del mundo dedicado a la cultura digital, tecnología y social media, considera el video de “Charlie el unicornio” como uno de los videos virales más importantes de YouTube. Más información en http://mashable.com/2009/05/25/ YouTube-video-memes/?dsq=9965653 (Consultado el 14 de noviembre de 2011). 15. Tomamos el concepto interactividad de Pierre Levy (2007: 65), quien lo expone refiriéndose a “la participación activa del beneficiario de una transacción de información”. La presencia del cuerpo a través de la voz es un factor que permite todavía más interactividad durante la comunicación, en este caso virtual.

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Es necesario que los medios de comunicación pongan en la mesa entre sus propios miembros los entes de autorregulación que tienen, y que por supuesto va de la mano de las leyes locales e internacionales. Esto lo hacen a través del conocimiento y desarrollo empírico de la técnica, experimentando con las herramientas y aprendiendo a producir sin ningún tipo de academia en el medio:

Audio aprendí a editar sola. Inicialmente el programa con el que comencé no era el que más usaban los fandubbers. Pero con ese aprendí. Cuando yo empecé buscando en google no encontré absolutamente nada, ni siquiera en inglés, de hecho creo que en ese entonces yo era como la única colombiana en eso (Naneku). En entender el fandub me demoré lo que me demoré en descubrir cómo funcionaba YouTube y el sistema de suscripciones que tiene. YouTube maneja un sistema de suscripciones, si a la gente le gustan tus subidas se suscriben para estar pendientes de cuándo vuelves a subir algo. Entre más número de suscriptores tengas, más populares van a ser los videos que subas después (KTimer). Al principio por ejemplo simplemente juntaba la voz de quien cantaba con el karaoke en el windows movie maker y ya, luego alguien me hizo saber acerca del Adobe Audition que es el programa para mezclar audios y así sucesivamente... entonces por lo mismo las formas de hacerlo sí que han cambiado y de alguna forma he intentado, aunque con más pereza últimamente, jugar con los efectos cuando edito las canciones (EmmanuKing). Fui probando con diferentes técnicas y distintos softwares de edición y video, y con el tiempo cambió mi forma de grabar, antes lo hacía línea por línea y ahora tengo más facilidad para hacerlo todo de una y rehaciendo tomas si es necesario (Millofandub).

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Sin duda el acceso a la red en el fandub determina que los usuarios puedan desarrollar las capacidades de producción necesarias para incluirse dentro de la dinámica de la participación, eso es algo que sucede no solo con este tipo de producción cultural, sino también con casi todas las producciones culturales que surgen gracias a internet.

PERO, ¿POR QUÉ LO HACEN? Siguiendo esa línea podemos explicar la competencia natural que surge entre los diferentes fandubs que puedan existir de una misma canción, serie, etc. Y entre los diferentes intérpretes que los producen. Como si se tratara de creaciones originales, aquí el talento parece ser aquella medida de calificación que otros consumidores usan para catalogar a un fandub como una buena exposición propia de aquel producto que todos quisieran tener más cerca.

Como hobbie y para practicar doblo canciones. Pero lo que quiero hacer a futuro y de forma digamos seria es música original (KTimer). Pues siempre me ha gustado cantar y el anime siempre me ha gustado y mi voz ni siquiera da para cantar canciones normales porque tengo un tono muy chillón. Solamente lo hice por puro ocio, de hecho en ese entonces no tenía ni idea que había una comunidad. Creía que todos lo hacían por separado (Naneku). Una vez que ya esté trabajando y todo, estudiar algo relacionado con el doblaje, ya sea traducción de idiomas extranjeros como el japonés y el inglés, edición de audio, video, etc., porque a pesar de que lo considere un hobby me parece muy emocionante el doblaje y me encanta esto de llegar a las personas a través de letras adaptadas (…) También me he puesto más exigente con las adaptaciones, ya que me preocupo mucho de la coherencia que tienen cuando las hago, ahora uso más mi creatividad y mi imaginación también, les pongo de mi capacidad y ya no me limito a ser obsesivamente fiel a las traducciones literales (EmmanuKing). Para mí el fandub es el mejor hobbie del mundo. Conoces mucha gente y también aprendes sobre la cultura de otro país (a mí me encanta Japón y ahora también Corea). Y también puedes soñar con ser profesional o con que te conozca gente que comparta los mismos gustos y que disfrute de lo que haces (Nea906090). Los fandubbers explican las razones de su actividad diciendo que es una cuestión de ocio, de gusto y utilización del tiempo libre con algo más interesante que solo consumir. Sin embargo, en esta época en la que internet es el medio que permite que lo que hacemos y queremos exponer sea observado, criticado o admirado (Jarvis, 2010) todas las manifestaciones de ocio que los usuarios suben a la red no son otra cosa que exposiciones


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de muchos tipos de talento que ahora pueden ser considerados en igualdad de condiciones. En realidad, nos atrevemos a decir que lo que un fandubber quiere es exponer su talento para que sea reconocido por las personas que pueden valorarlo. Pero, ¿talento para qué?, ¿para cantar?, ¿traducir? No, si el fandub existe es porque no hay una distribución oficial de muchos productos culturales, en este caso de producciones televisivas animadas asiáticas, como el anime, que haga una modificación en el producto para el consumo local en muchos lugares. Gracias a internet, a las herramientas tecnológicas y a la web, los usuarios, aficionados y consumidores pueden convertirse en esos distribuidores locales no oficiales. Así volvemos al principio: aquí lo importante es el salto que da el fandubber al dejar de comentar lo mucho que le gusta una canción de una serie en japonés para conseguir cómo traducirla y luego interpretarla él mismo con su voz y en su propio idioma, armar con esa pista un video y subirlo a la red seguro de que está compartiendo una buena alternativa local del producto original. Ahí se convierte en un distribuidor de contenido que entretiene y además busca la aprobación de esa comunidad que conoce el producto original pero que desearía verlo a través de ese elemento de la subjetividad que se da gracias a la interactividad: la voz con idioma local. Esto aplica incluso cuando no se trata de productos de consumo masivo japoneses que aquí no se encuentran sino de producciones independientes pero populares en línea, como en el caso de Millofandub: “En general me limito a este autor17 y cuando trato con otros autores siempre pregunto primero, si aceptan entonces lo hago con gusto. Eso es por principio ya que casi siempre los autores que doblo son animadores independientes que no tienen muchos recursos y que tienen reglas con sus creaciones. Cuando intento algo diferente, como una serie o película, que pertenece a grandes estudios18 no consulto porque ellos no dudan en borrar cualquiera que resuba su material, aun si es sin fines de lucro”. Si tenemos en cuenta que no buscan lucrarse haciendo ese trabajo, podríamos decir que le están haciendo un favor a la industria cultural llevando gratis las producciones a muchos lugares del mundo en su propio idioma. Pero claramente esto

no es ninguna excusa frente a los procesos legales y las censuras que se dan todos los días en plataformas de contenido como YouTube, que por ejemplo han llevado al cierre de las cuentas de nuestros fandubbers entrevistados, en repetidas ocasiones. “La verdad es que hay una regla implícita en el fandub y es que tú no puedes lucrar con lo que estás haciendo”19. Eso hace que la aprobación del público sea la única retribución final del fandub. Es por esa característica de no lucro que el fandub encaja dentro de esa categoría productiva por la cual se obtienen productos de consumo local, en nichos de comunidades específicas en este caso. Esa es una característica importante dentro de las “producciones textuales” (Fiske, 1991) que son propias de los grupos de aficionados.

COMUNIDAD DE FANDUB

17. Se refiere a Jason Steele, el autor de los videos de la serie de “Charlie el unicornio” que trabaja a través de su productora de animación Independiente, FilmCow, con la que Millofandub ha llegado a un acuerdo para doblar libremente los contenidos de los videos al español.

Podemos interpretar la existencia de una comunidad alrededor del fandub desde varios frentes. En primer lugar, el que implica un consumo en la misma plataforma y de preferencias similares (ya vimos que quienes hacen fandub también lo consumen), luego el que implica la producción colaborativa y luego el que nos deja ver que existen (o existían) fuertes comunidades delimitables y reconocibles dentro de la red que actuaban como centro de la producción, consumo y conexión social a partir del fandub. Comencemos por el primero. Lo más lógico sería hablar de que alrededor del fandub existe una comunidad o grupo consolidado a través de gustos e intereses, algo así como un focus group. Está claro que no son individuos aislados, todos hacen parte de esa comunidad subcultural que señala Jenkins (1992) como aquella compuesta por aficionados con una forma particular de recepción, que tienen diversas prácticas críticas e interpretativas, que consumen activamente, que cuentan no solo con formas de producción si no también con prácticas estéticas, etc. Luego podemos identificar las relaciones que hay entre los fandubbers a la hora de construir productos en conjunto. No es una regla general, muchos trabajan solos al producir sus fandoblajes. Pero también se da mucho que hay conexiones de trabajo en las que la relación entre ellos se da por lo que pueden aportar para el producto final. En la entrevista con Nea906090 pudimos verlo claramente: “Casi siempre me dedico a cantar, pero también adapto. Adaptar me gusta incluso más que cantar, hacer guiones también me encanta, aunque por falta de tiempo no puedo adaptar como quisiera. Casi siempre canto las

18. No se refiere a producciones de Hollywood sino a series o películas animadas o de anime.

19. Entrevista a ‘Naneku’.

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adaptaciones de un chico chileno que es demasiado talentoso. Aunque sé un poco de edición la verdad no es mi fuerte, entonces este mismo chico chileno se encarga de la edición tanto de audio como de video”. Se está refiriendo a nuestro otro entrevistado, EmmanuKing. Él, por su parte, también deja ver un poco de su relación de colaboración: “yo soy adaptador y editor solamente, y las personas que se han ido incorporando estos años son más que nada intérpretes, entonces la mayoría de ellos o ellas utiliza adaptaciones de otras personas (…) Lo que más influye en los fandubs que adapto son mis gustos, a pesar de que en ocasiones sean las chicas fandubbers, quienes me pidan alguna adaptación en especial. Suelo adaptar canciones de cantantes japonesas, en especial porque me gustan mucho las voces femeninas, sobre todo en el J-pop o J-rock”. Es así como funciona para ellos, como arman las colaboraciones. Uno puede tener el talento para cantar, otro para editar, otro para montar el video, etc. Se ponen de acuerdo por medio de la misma cuenta de YouTube. Cuando KTimer cuenta sobre los trabajos que ha realizado a través de YouTube con otros fandubbers, dice: “ellos me contactaron, me mandaron un mensaje a la cuenta de YouTube. Por lo general uno se comunica así cuando necesita algo de otro fandubber. Estamos pendientes del inbox de YouTube casi tanto como estamos pendientes del celular”. Incluso si no participan normalmente de colaboraciones, como en el caso de Millofandub con sus doblajes en su mayoría de producciones independientes como “Charlie el unicornio”, hay una relación de él con el público (que ya sabemos es en gran mayoría practicantes de fandub) que lo hace sentir parte de una comunidad: “En cierta forma sí, porque a todos nos gusta lo mismo. Tengo buena relación con todos, una de las mejores cosas de esto es poder tratar con mucha gente, de cualquier país de habla hispana. A veces incluso de otros lugares también, ya que en ocasiones he platicado con los autores de las animaciones e incluso gente de otros países que ven estos videos,

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aunque no entienden el idioma ni lo que dicen, dejan comentarios positivos. Porque escuchando la voz sienten si es correcta, si la personalidad es la misma, etc.”. Otra posibilidad para considerarlos como comunidad serían los espacios específicos en línea que comparten o compartieron en algún momento, y en los que se comunican para distribuir información específica relacionada con lo que hacen. Estos espacios son por lo general foros, en su etapa más básica, o páginas web de comunidades de fandub. Cuando esta práctica comenzó a ser popular en Latinoamérica no había mucha información disponible sobre qué era o cómo se podía practicar. Los foros nacieron como respuesta a las necesidades de conocer herramientas y compartir información sobre temas específicos en línea, no solo fandoblaje sino sobre muchos temas más relacionados con contenido digital, uso de herramientas y tecnología. La experiencia de Naneku nos deja ver esto claro: “cuando yo empecé buscando en google no encontré absolutamente nada, ni siquiera en inglés, de hecho creo que en ese entonces yo era la única colombiana en eso. Ahora hay muchísima más gente, muchos colombianos incluso, ya no los conozco porque hace muchísimo que no canto. Pero fácilmente pones ‘fandub’ en google y te salen comunidades. Eso sí, no hay tanta organización como podría parecer, porque el fandub dejó de ser solamente para cosas de anime y se volvió algo múcho más grande. Por ejemplo, si yo quiero hacer doblaje de canciones coreanas tengo que buscar otra comunidad y así”. Con comunidad ella se está refiriendo a páginas y foros que agrupan a productores y contenido de diferentes tipos dentro del fandub. Hay espacios en la red que son punto de encuentro y acumulación de textos que comparten características similares y es en esos espacios donde los usuarios que practican fandub se comportan como esa comunidad que típicamente comenta, replica y comparte conocimiento sobre el tema en línea.

Cuando esta práctica comenzó a ser popular en Latinoamérica no había mucha información disponible sobre qué era o cómo se podía practicar. Los foros nacieron como respuesta a las necesidades de conocer herramientas y compartir información sobre temas específicos en línea, no solo fandoblaje sino sobre muchos temas más relacionados con contenido digital, uso de herramientas y tecnología.


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Pero eso, como ella misma lo dice, es algo más reciente. “Cuando empecé me inspiré por las personas que hacían fandub y que yo veía que habían prosperado mucho. Yo no tenía ni idea que había una comunidad detrás de todo eso, yo dije como “ellos deben estar solos cantando, entonces yo puedo hacer lo mismo”. Averigüé, recuerdo que puse ‘fandoblaje’ en Google y vi un foro que ni siquiera tenía nada que ver con fandoblaje donde explicaban cómo se podía grabar y eso. Luego ya vi que sí existían páginas con grupos y ahí conocí gente, pero en realidad no es necesario pertenecer a una comunidad para hacer fandub, en ese momento no era necesario y tampoco es necesario ahora”. En un principio no era ni siquiera reconocible una comunidad o blog colectivo (al menos no local, en español) que compartiera información sobre fandub o agrupara producciones, todo estaba conectado en las plataformas de video gracias a esa característica innata de la red que es la hipertextualidad. A través del canal de un fandubber llegabas al de otro y así sucesivamente. En el imaginario son muchos sujetos actuando aislados, sin ningún tipo de nexo salvo el que los une por los tags de sus producciones en línea. Luego aparecieron páginas para las comunidades en línea de fandub donde se encontraban los usuarios que querían compartir sus producciones, justo como le sucedía a EmmanuKing: “en los tiempos que conocí el fandoblaje las personas que subían fandubs a sus canales, promocionaban bastante una página de fandub llamada fandubmx, entonces me integré a esa comunidad y comencé a postear mis adaptaciones. Me empecé a hacer popular de a poquito, en la medida que iba reclutando chicas para que interpretaran mis adaptaciones, así fue como conocí a Milla, Lucy, Naneku, Kathou, y otras”. Sin embargo, esas comunidades más delimitadas que se encontraban ya en direcciones web concretas y que tenían ese espacio para comunicar específicamente sus intereses de producción, fueron desapareciendo. Emmanuking fue uno de los que vivió esa transformación: “Al principio estaba bastante activo pero estos últimos dos o tres años la he ido dejando de lado porque la verdad me da pereza actualizar mi post de adaptaciones, prefiero compartir directamente por YouTube y facebook. Además en un principio me metía más al foro para promocionar más lo que hacía, pero ahora no lo veo tan necesario. Hay ya mucha gente viendo fandub y no te toca estar buscando público como antes”. Podríamos afirmar que la transformación de la comunicación en línea con las redes sociales

afectó y cambió las dinámicas del fandub, pero no estamos seguros. Sobre todo porque esos sitios de encuentro todavía existen y suelen ser los referentes de inicio para aquellos que navegan buscando información sobre el fandoblaje. Lo que sí es cierto es que cada vez son más de tipo foro y blog aislado que de páginas oficiales de comunidades. En el caso de FandubMX, era una página hecha por fandubbers y en la que participaban todos los aficionados a esta práctica reconocibles como latinos, principalmente mexicanos. A través de la página se organizaban eventos de fandoblaje en México, se permitía insertar los videos producidos por cada fandubber de la comunidad, se hacían programas de radio online y todo tipo de actividades que harían reconocibles a los usuarios de esa página web como “toda una comunidad”20 Con base en Colombia existió una página similar llamada Proseiyuu que surgió como una comunidad de fandoblaje en la que participaban fandubbers, editores y adaptadores de Chile, México, Argentina, España y Colombia. La idea de la página era servir de plataforma para “potenciar los talentos de doblaje y canto amateur”21. En esos casos que están casi extintos las comunidades de fandubbers se armaban mediante lo que Pierre Levy (2007: 78) llama “comunicación por el mundo virtual compartido”, que en este caso tiene que ver con la participación de todos en una base de datos articulada dentro de una página web y en la cual todos los participantes pueden realizar modificaciones para que los otros perciban los cambios. La interacción entre todos se da gracias a que están en el mismo lugar virtual. Esas formas de reconocer a la comunidad alrededor del fandoblaje quedan un poco cojas si no ponemos una aclaración central que las determina: el objetivo que tienen los fandubbers con su práctica. Como ya lo explicamos, no es el lucro ni la popularidad extrema y viral lo que ellos buscan en un principio. Lo que realmente los diferencia como comunidad es la forma como circulan los productos: como no están hechos para generar lucro de ningún tipo no necesitan ser expuestos como productos de consumo masivo, así que a diferencia de las producciones originales de las cuales son modificación, estos productos de la cultura aficionada tienen un nicho claro en el cual circu20. Entrevista con Millofandub, quien descubrió esa página mucho después de comenzar a hacer fandoblaje. 21. La página web desapareció pero todavía queda información sobre las características de la organización en algunos foros de afición a la cultura japonesa y anime, como por ejemplo Cemzoo: http://foro.cemzoo.com/ group.php?do=discuss&gmid=889557

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lan. Incluso cuando ya no se hace uso de páginas oficiales de comunidad, son un grupo de sujetos que ya se sabe encontrar y reconocer en la red sin necesidad de ubicarse todos en la misma url.

¿IDENTIDAD O IDENTIFICACIÓN EN EL FANDUB?

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A partir de todo lo anterior, de ese análisis exhaustivo de los usos, las prácticas, los protocolos y las interacciones entre individuos en el fandoblaje, queda un último asunto por resolver. Quisiéramos argumentar brevemente sobre la naturaleza de los procesos que determinan el yo, como lo diría Castells (2005), de los sujetos en el fandub. ¿Se trata de un proceso de identificación o de identidad? Se podría fácilmente hablar de identidad y dejarlo ahí. Pero el asunto es que consideramos mucho más pertinente hablar de identificación cuando se trata de los sujetos en línea que producen y se reconocen tal y como lo hacen los fandubbers. Queremos basarnos en las teorizaciones de Stuart Hall (1996: 42), quien afirma que la identidad es “una proyección crítica de lo que se demanda o se busca con respecto a lo que es o una afirmación indirecta de la inadecuación o el carácter inconcluso de lo que es”, lo que quiere decir que la identidad está basada en la diferencia, aquello que aparta del otro en un proceso fragmentado y afectado por diferentes discursos y prácticas que se cruzan en la concepción del sujeto. Esas pequeñas intersecciones son las que componen la identidad y son las que consideramos parte del proceso de identificación, el punto de encuentro entre discursos y prácticas que componen aquellas producciones de subjetividad. El yo en este caso está compuesto por varios ideales o construcciones culturales, lo que hace que la identificación no sea en absoluto un desarrollo armonioso del sujeto (Hall, 1996): el fandubber cuando está fuera de la red puede ser una persona totalmente ajena a la cultura de la producción de anime, puede solamente limitarse a consumir y no tener aspiraciones a profesionalizar o, si lo ponemos en estos términos, construir su identidad a partir de su condición de productor aficionado. Reforcemos un poco la idea viéndola desde Castells (2005), la identidad es un proceso mediante el cual un actor social se reconoce y construye a sí mismo a través de sus atributos culturales. Sin embargo, con lo complejo que es el fandoblaje como práctica que genera o deja expresar la subjetividad de los sujetos, la identificación es un concepto que nos permite entenderlo mucho mejor.

La razón de esto está en que la identidad, como el concepto irreductible que es, no habla específicamente de la relación entre sujetos y prácticas discursivas. La identificación sí, refiriéndose a los procesos diversos que son construcciones basadas en recursos materiales y simbólicos y que son parte de la articulación identitaria fragmentada y cambiante constantemente del sujeto. Si tenemos en cuenta entonces que el fandub es una construcción parcial en la vida del sujeto, que no lo junta irremediablemente con otros pero tampoco lo separa absolutamente de quienes comparten en ciertos espacios sus prácticas culturales, la identificación será el mejor medio para definir los procesos de construcción del sujeto.

AL FINAL Podemos exponer resumidamente cuáles son los puntos clave en la práctica del fandub si lo vemos a partir de un grupo de sujetos latinoamericanos que consumen y producen este tipo de textos en la red. En primer lugar sabemos que el consumo es el factor que los pone en la misma página, primero como consumidores en línea que han migrado buscando el contenido perdido en otros medios como la televisión; luego, como admiradores de los productos culturales y directamente manipuladores de textos para la producción propia en aras de la localidad (o también consumidores de fandoblaje que se inspiran y comienzan a trabajar en sus propias re-reaciones). Esa etapa de producción es la que los diferencia de cualquier otra comunidad de aficionados, el querer interpretar e imprimir una modificación a partir del cuerpo mediante la voz es lo que los determina como actores realmente participativos en la red. Podemos entender también que no necesariamente han desaparecido las comunidades de fandoblaje, sino que se han convertido en una especie protocolo común a partir del encuentro de los dubbers como iguales. Si bien no se reúnen como lo hacían en algún momento, sí se contactan y comunican entre ellos por medios específicos y con intenciones de colaboración. El que el fandoblaje sea un fenómeno tan reciente implica que las corrientes de creación, los métodos y las convenciones respecto a cómo hacer fandub han venido fluctuando desde el comienzo, no solo por el que parece ser el proceso natural de cada fandubber, el de curiosear en un comienzo para después rigorosamente trabajar en un material de 3 minutos, sino porque las herramientas y plataformas que sirven de apoyo cambian constantemente, como también los con-


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tenidos originales y los estilos. Los fandubbers son así conducidos por factores ajenos a ellos, pues el contenido base no es de su creación, lo que evita que las mismas personas sean las que demarquen el camino que ha de seguir el fandoblaje. Con los testimonios confirmamos la premisa de que para estos individuos el fandoblaje es una instancia de ocio que sin embargo es capaz de mantener un proceso al cual se le dedica tiempo, dinero y/o rigor casi profesional. Para alguien que no posee todos los recursos y encuentra un espacio de esparcimiento que disfrute particularmente, la dedicación encontrada dentro de su “trabajo” es impresionante, y por ende, rica en contenido cultural. El fandoblaje no requiere muchas cosas: un computador, un micrófono de buena calidad, software de edición y tiempo libre. 

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Las dinámicas en la resignificación de una expresión cultural desde las construcciones individuales y colectivas locales ALBA FAJARDO GUILLERMO MURILLO

Estudiantes Facultad de Comunicación Social y Periodismo Universidad Externado de Colombia.

RESUMEN

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El artículo busca dar cuenta de las dinámicas del tango en Bogotá a partir de lo observado durante el semestre del año en curso, en diferentes espacios como Milongas, eventos, espectáculos y talleres. Su eje temático está enfocado hacia aquello que se configura alrededor de la danza Palabras clave: Tango; Milonga; Abrazo; Identidad; Identificaciones.


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É

l se acercó al baile del tango en Bogotá, desconociendo totalmente ese campo. Conocía el tango como cualquier aficionado a la música. Había escuchado a Gardel, a Piazzola y a Gotan Project. Pero sobre el baile no sabía nada… lo primero que encontró fue la diferencia que hace la gente que baila, entre el tango de salón y el tango show. De ahí en adelante descubriría cosas nuevas que no estaban en las melodías que escuchaba. Ella, que desde pequeña había estado en contacto con la danza, se enamoró del tango cuando descubrió que podía bailarlo con los ojos cerrados si aprendía a dejarse llevar. Entró con sus zapatos de tango puestos, a ver –a aprender a ver– lo que para ella parecía evidente, frente a lo que él tendría más de una pregunta… Desde los anteriores dos lugares de enunciación, está realizado este ejercicio de investigación que nos exigió un respeto por la diferencia, un compromiso de reflexión y unificación de ideas, enfrentándonos a un juego del “mirar desde adentro” y el “mirar desde afuera”. El objeto del presente escrito es abordar las dinámicas alrededor del tango en Bogotá; conocer las personas, los lugares, las exigencias y las características particulares de la danza; descifrar las nociones de identidad e identificaciones, dar luces sobre la existencia o no de una “comunidad” de tangueros. Es el resultado de la observación, durante el segundo semestre del presente año, una observación participante (Guber, 2001) que implicó: asistencia a milongas, eventos de tango, talleres de formación; entrevistas a diferentes personas involucradas: bailarines, profesores, comerciantes. No se incluirá análisis sobre las letras de los tangos, la estructura musical ni un contexto amplio sobre la historia del tango, por ser las dinámicas sociales alrededor del baile (lo que está tejido alrededor de lo práctico) de mayor interés para nosotros.

TEJIENDO EL TANGO EN BOGOTÁ “Parece una cosa clandestina, que se esconde y hay que salir a buscar. Rueda por entre esta ciudad donde vive la ira de los desarraigados y ciertos sueños íntimos de libertad, de fundirse y de encontrarse con el otro”. (Mejía, Bedoya, Martínez, 2005).

Respecto a Bogotá, no hay fechas precisas, pero para tener un contexto general sobre el tango, se puede tener en cuenta que se origina en las últimas décadas del siglo xix en Argentina, que es un género tanto de la música como de la danza, con raíces de ritmos europeos, africanos y latinoamericanos son varias las apuestas hacia qué lo originó en Colombia. En Ritmos y tradiciones po-

pulares (Mejía et al, 2005) se dan a conocer varias hipótesis: una de ellas es que fue gracias a la llegada de los antioqueños, al gremio de los zapateros y emboladores que escuchaban tango, que esta música llegó a Medellín “de contrabando” y era escuchada en las cantinas, bares de mala muerte y también habitaba la casa de los coleccionistas. Algunos eventos confirman el desarrollo del tango en Colombia, como el concurso Nacional de Baile y Coreografía Argentina en el que participan de 15 a 20 parejas, concurso realizado dentro de la Feria de Manizales y que ha perdurado más de 18 años. También el espectáculo “Tiempo de tango” de Piazzola Escuela de tango que, desde 1994, reúne a 80 artistas entre bailarines, músicos y actores. Y los festivales de tango organizados por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo desde 1996, entre los que se destaca el Festival Internacional de Tango. También está el Campeonato Mundial de Tango del que Colombia ha sido sede. El proceso llevado en Bogotá se puede reconocer a través del registro de algunos documentos y la memoria de los bailarines que tienen presente a Piazolla Escuela de tango dirigida por Martha Mejía y su hijo Leonardo Alba Mejía; la escuela Alma de tango, dirigida por Iván Ovalle y Gina Medina; y más recientemente los aportes de Marisol Rivas y su escuela Tangoesencias. Estos bailarines parecen estar de acuerdo en que al principio la oferta era reducida, había pocas escuelas, que poco a poco fueron ganando y generando espacios, y produciendo generaciones de bailarines. A propósito de la oferta actual, y tomando como referencia el boletín informativo Milongueros del mes de septiembre (ver imagen 1) que circula por los bares, escuelas y espacios relacionados con el tango en Bogotá, se da cuenta de 13 actividades milongueras a las cuales asistir, 6 emisoras sobre tango, 7 restaurantes tangueros, y 22 posibilidades de formación entre profesores particulares y academias. Y aun así, con este panorama general, no sabemos lo que hay detrás de “milonguear” en Bogotá, así que dejemos que hablen quienes lo viven…

BAILADORES DE TANGO

“(…) El muchacho les decía: ¡les juro! Que tranquilo moriría, si bailando un tango un día, me fallara el corazón (…)”. Fragmento tango El cocherito, de Santiago Amadini.

Dentro de los sitios frecuentados, y más adelante descritos (vale la pena aclarar que se excluyen los centros de formación) encontramos que los bailarines de tango en Bogotá son en su mayoría

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Dentro de los sitios frecuentados encontramos que los bailarines de tango en Bogotá son en su mayoría jóvenes, con una actividad profesional distinta a la del baile.

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jóvenes, con una actividad profesional distinta a la del baile. A cada uno le llegó el baile, lo apropió y lo grabó en su memoria corporal en forma distinta. Comparten el tango aunque difieran en los enfoques y en las maneras de practicarlo. Fabián Córdoba es docente en un colegio distrital de la Candelaria donde dicta clases de matemáticas y sistemas. Tiene 30 años y hace cuatro entró al mundo del tango, aunque desde el colegio estuvo involucrado en grupos de danza folclórica. Hoy dice que el tango es su hobbie principal. En realidad el tango es un poco más que eso en su vida. En el colegio donde trabaja formó “Tangolaria”, un grupo de alumnos y alumnas con el que hace presentaciones, monta coreografías y practica el baile en las diferentes milongas que se organizan en la ciudad. Además de un gusto o una pasión, es su segundo trabajo. Fabián conoció el tango cuando se mudó a vivir frente a un local en el centro, llamado El Viejo Almacén, donde diariamente sonaba tango de arrabal, género que él consideraba más apropiado para tomar que para bailar (lo refiere como un tango viejo con énfasis en las letras tristes). Este género no le gustaba y estaba aburrido de escucharlo todos los días. El encuentro se dio un domingo en la tarde en el mismo local, cuando escuchó algo diferente: “fui ese domingo y ya era (otro) tango o sea, primero le subieron el volumen y ya era un tango más musical, yo sentía que se podía bailar, entonces para mí fue diferente, me acerqué a la ventana… yo veía mucha gente entrando sobre todo gente joven […] yo vi muchas parejas en la pista que se sacaban entre ellas y se sacaban… muchas preguntas se me generaron… ahí duré seis meses sentado en la barra, yo solamente iba a sentarme a ver, no era capaz de bailar un tango”. Después de esos seis meses Fabián decidió tomar clases; en cuanto él dice que pueden ser costosas pero afirma que valen la pena, que son una inversión y que aprecia el trabajo de alguien que está preparado, así que es justo pagarle lo que cobra. Para Fabián, el tango llegó por casualidad; para Violeta Mancera Murcia, graduada en Lite-

ratura de la Pontifica Universidad Javeriana, llegó a partir de una búsqueda. Ella practica desde pequeña la danza, inició con el ballet clásico, y cuando sintió que el ciclo estaba completo en este género, empezó a buscar otros géneros, se interesó por el tango, pero no sabía por dónde empezar. Hasta que un día vio a una pareja presentarse y decidió ingresar a su escuela. Al preguntarle sobre qué es lo que más le gusta del tango ella responde “me encanta el abrazo, como en 3 o 4 minutos que uno baila se puede entregar a una persona y esa conexión que puede haber con otro cuerpo o la falta de conexión también […] porque quizá de las cosas que más hablan de una persona es el cuerpo […] y en el tango es mágico cuando dos cuerpos se encuentran, es crear un mundo nuevo… es todo”. Violeta practica con más frecuencia el tango show y las creaciones de danza para el público, y cuenta que de las cosas más difíciles dentro del baile ha sido dejarse llevar, lo que implica, además de un trabajo técnico, despojarse de egos, pesos y disponerse a crear con el otro. Hablando de dificultades en el baile, Leonardo Chinchilla, estudiante de ingeniería ambiental de la Universidad Distrital, quien lleva alrededor de 3 años practicando tango, dice: “lo más complicado siempre ha sido enfrentarse a una orquesta nueva o a un tema desconocido. Porque tú vas a sacar a alguien y tienes cierta forma de medir la música… claro que lo nuevo es interesante porque [el baile] se vuelve exploratorio y uno se vuelve más instintivo”. Y agrega que también lo es “el primer tango de la tanda que se baila, […] porque en el primero es donde tú comienzas a explorar a la otra persona, entonces uno abraza… espera y espera… y cuando se arranca a caminar uno se da cuenta de muchas cosas: si la chica se deja llevar, si lo está acompañado a uno, si la chica le da toda la densidad que requiere el momento”. Leonardo conoció el tango por unos compañeros de colegio, quienes con los años empezaron a practicarlo profesionalmente. Él explica que la compenetración de la pareja es muy importante. Es necesario sentir la respiración de la pareja, sentir su energía, establecer un flujo energético entre los bailarines, alcanzar un ritmo y coordinación. Esto lo podemos relacionar con Le Bretón en Antropología del cuerpo y modernidad (2004), quien habla sobre la recepción del cuerpo sobre los estímulos y dice: “un fondo sonoro y visual acompaña los desplazamientos de los hombres, la piel registra toda las fluctuaciones, de temperatura, todo lo que la toca de manera estable” parece ser este el camino de los que bailan tango, un camino en el que el cuerpo se dispone a sentir, a leer, a recibir estímulos y generar respuestas en el plano de lo bailado.


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Una de las cosas más importantes para Fabián en el tango es la conexión; para Violeta, permitirse sentir, que implica sentir su propio cuerpo, la música y al otro; para Leonardo, la tranquilidad, suavidad y el manejo de la ansiedad por crear cosas: “El hombre tiene que olvidarse de hacer cosas, la mayor preocupación del hombre debe ser generarle estabilidad a la chica, no marcarle cosas que no quiere hacer o no puede”. Así, cada bailarín tiene su propia opinión sobre lo que es bailar, pero se puede deducir un lugar común en sus testimonios: el reconocimiento del otro en el desarrollo del tango, la importancia de comunicarse y de conectarse. Y esto lleva a que hablemos de las dinámicas internas del baile, del abrazo, del rol, de la técnica para que más allá de elaborar principios coreográficos descubramos qué pone en juego el individuo al bailar…

EL ABRAZO TANGUERO

“El tango, un pensamiento triste que se baila” Enrique Santos Discépolo.

El abrazo tanguero, una categoría inventada y reconocida por los bailarines, no implica o no traduce solo un abrazo. El tango no tiene dentro de su estructura solo una forma de abrazar, hay diferentes tipos. De hecho, Violeta opina que parte de la dificultad de la mujer está relacionada con la comprensión de los mismos. El abrazo en el tango funciona como puente de comunicación, y parece ser una forma propia de esta danza. Rodolfo Dinzel, reconocido por su trabajo en el tango en materia de danza, enseñanza, y producción textual en Buenos Aires, en su libro El tango - una danza; esa ansiosa búsqueda de libertad (1994) dice: “[el tango] Inaugura una manera de bailar inexistente antes de él, la danza de abrazo.” Un abrazo que para este autor hace parte del aparato dramático; en el apartado que lleva el mismo nombre explica los principios básicos del abrazo: la altura de los brazos para la mujer y el hombre, las direcciones posibles de fuerza, la ubicación de los brazos, el codo, la mano y la cabeza, entre otros aspectos. Este mismo autor hace referencia a que el abrazo es lo que permite el diálogo y reflexiona sobre el tango: “Los que interpretan a la danza

del tango, como un diálogo, conciben la comunión, la común unión de dos pares en un estado coloquial. Y ven el juego dancístico como un diálogo. Un diálogo igual que el que se produce al hablar. El tango quizás, es esa única otra actividad realmente improvisada, como el habla durante el coloquio”. Hay otros elementos que ponen en juego las subjetividades del individuo en el baile; no se trata solo del abrazo y su posibilidad de conexión y comunicación: se trata también de los roles en juego. Tradicionalmente se entienden como roles el de la mujer y el del hombre. El papel de la mujer en el baile es saber interpretar lo que el hombre le está marcando. ¿Qué es marcar? Es la acción mediante la cual el hombre a través del abrazo y el torso le transmite a la mujer la dirección, la velocidad, y la intención del paso y el paso a realizar. Siendo así, la marca hace la diferencia entre un voleo, un gancho, una sacada o una barrida. El papel del hombre está relacionado con trasmitir de la mejor forma la intención que tiene. Las mujeres se fijan si un hombre sabe llevarlas, si sabe marcar los pasos y si es capaz de entenderse con ellas. Frente a este tema, Violeta dice: “A veces los hombres se quedan muy parados en esa condición de que el hombre es el que lleva, creo que su ego como bailarines entre comillas, su ego como hombres se les crece mucho, y no permite que uno pueda entrar en comunicación… […] es un diálogo; si no, no funciona”. El hombre busca encontrar las formas de llegar a esa comunicación con la mujer. Leonardo, por ejemplo, acostumbra primero a llevar a su pareja por la pista, caminar un poco con ella y así tratar de comprender que le puede o no marcar. Claudio Fernández, argentino radicado en Colombia hace 21 años, dice respecto a los roles en el tango: “cuando uno ve bailar tango, es como si el hombre tuviera una flor entre las manos, lo que uno siempre mira es la flor y la flor es la mujer […] Como no puede haber dos líderes en el baile, porque o si no habría una confusión de cuando se baila, alguien tiene que tomar la decisión. Y ahí el rol de la mujer es muy hermoso, porque es dejarse llevar, es dejarse respetar, es dejarse amar […] la mujer no es un hecho secundario, es un hecho primario, un hecho protagónico”.

Hay otros elementos que ponen en juego las subjetividades del individuo en el baile; no se trata solo del abrazo y su posibilidad de conexión y comunicación: se trata también de los roles en juego. Tradicionalmente se entienden como roles el de la mujer y el del hombre.

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A partir de estos testimonios podemos ver como hay una diferenciación sobre los roles entre hombre y mujer; sin embargo, hay una tendencia actual a hablar de la conducción en el tango y en este sentido no hay hombre y mujer, sino conductor y conducido, dando lugar a parejas de hombres, mujeres, o inclusive a composiciones de tres personas para bailar. Respecto al rol de la mujer, y la posibilidad de creación del adorno (figuras realizadas por la mujer con sus pies y piernas para adornas en ciertos espacios musicales), Virginia Pandolfi, bailarina profesional de tango de Argentina, dice: “el adorno viene con el tiempo, el adorno es el resultado de aprender a escuchar la música, de la entrega al compañero y al trabajo en equipo, y de abrirle el cuerpo y el alma a los sonidos, para que ellos se encarguen de movernos los pies...”. No todas las posibilidades están cerradas para la mujer, ella también tiene su lugar creativo. Otro concepto que se rompe cuando nos acercamos al baile del tango, aparte de la cuestión de género y pasividad en el rol de la mujer, es la idea de que el tango implica una igualdad de edades en la conformación de la pareja. Siendo esta reunión de géneros y de edades lo que le da un valor especial, Fabián comenta: “de las cosas más hermosas que tiene el tango

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es que reúne todas las generaciones (…) y las reúne en un mismo sitio en un mismo ambiente”. Y agrega “Yo saco a la viejita y no voy a perder la sensibilidad, la música me transmite el tango como tal (…) igual yo estoy viviendo la canción, los instrumentos, todo, no importa con quien este bailando”. Un cuarto componente a parte del abrazo, los roles y las edades, es la forma como se baila. Rodolfo Dinzel responde a una entrevista sobre el sistema de movimiento en el tango, lo siguiente: “entonces uno empieza a entender que el tango se define más por la manera, por la forma más que por el diseño. Tiene que ver más con lo actitudinal, lo gestual, que no se puede poner en el músculo, se pone en la emoción y en la comunicación”. Esto se refleja en las milongas donde varias parejas pueden estar haciendo los mismos pasos, pero su manera de interpretarlos, la intención, la musicalidad, les da un toque especial. En este explorar la forma vale la pena aclarar las distinciones hechas al principio de este texto: el tango escenario (show) y el tango de salón. El tango de escenario, como su nombre lo indica, es creado para el escenario, establece una relación con el público en la dinámica de estar siendo observado. De ahí que tenga un componente más teatral y acrobático, y que haya una creación co-


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reográfica previa. El tango de salón tiene que ver más con un trabajo en pareja, de improvisación, y uno de grupo dentro de lo que es una milonga... y es aquí donde nos hemos metido un poco más… entonces ¡a milonguear!

MILONGUEANDO EN EL CAFETÍN Es el momento de explicar lo que se entiende por milonga en el círculo de bailarines. Se entiende por milonga tres cosas: el ritmo hermano del tango cuyo compás es más veloz; la estructura en la que se bailan que tiene unos códigos propios, y los lugares o eventos para ello. De este modo se puede escuchar decir: “A mí me gusta más la milonga que el tango”; “En la milonga el hombre va pendiente del camino que recorre con la mujer, del espacio del salón” y “vamos a ir a la milonga de Egocentro, o de pronto al cafetín”. A partir del artículo “Acercamiento del baile en la milonga” (2008) nos percatamos de la existencia de un gesto llamado el “cabeceo”, algo que en Bogotá no se da. El cabeceo es el gesto que le hace el hombre, desde lejos y normalmente de pie, a la mujer, para invitarla a bailar. Consiste en la búsqueda del hombre con su mirada a la mirada de la mujer, y en el movimiento rápido ladeando la cabeza que hace cuando la encuentra y que significa una invitación a bailar. En Argentina es común que una mujer esté sentada a la mesa hablando con alguien y sin aviso previo se ponga de pie y salga a bailar porque la han cabeceado. En Bogotá no existe esta práctica. Durante el trabajo de campo, se pudo conocer diferentes espacios de milongas, como el taller de la Universidad Nacional que se lleva a cabo los viernes de 4 de la tarde a 8 de la noche en el primer piso del edificio de Arquitectura, un espacio donde los bailarines toman clase, y luego practican a manera de milonga lo aprendido. El taller en el claustro de San Agustín, los sábados en la tarde 4 a 8, y el taller en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán; todos los anteriores funcionan bajo la misma dinámica taller-milonga y están bajo la coordinación del grupo de la Nacional y de Piazzolla Escuela de tango. Aparte de estos espacios, hay bares, restaurantes, como La esquina de tango, El Viejo Almacén y El cafetín de Buenos Aires, este último de gran aprecio para los bailarines, y al que conoceremos a continuación. El cafetín de Buenos aires es un local ubicado en Chapinero, en la calle 64 número 13-29. Está en una zona en la que en el día funcionan comercios de todo tipo y en la noche bares de stripers y las casas de empeño, que se mantienen abiertas las 24 horas. Al alzar vista vemos un letrero de “Motel” cruzando la calle. Y aunque el

ambiente parece hostil o peligroso, los milongueros asisten sin preocupación y no dan cuenta de hechos de inseguridad. Óscar Rivillos, su dueño, es un hombre de Envigado-Antioquia, que ronda los 40 años, y junto con su hermano administra “el cafetín”. Comenzó a interesarse por el tango desde pequeño, cuando su padre lo llevaba a hacer mercado a unos establecimientos llamados “granero mixto”, donde además de víveres se vendía trago. Allí, mientras mercaban, su padre tomaba 2 o 3 aguardientes y ponía tangos en la rockola que Óscar escuchaba. Desde allí empezó el interés por este género. Óscar comenzó a coleccionar tangos en casetes y acetatos y alcanzó a tener en su juventud mil canciones, aproximadamente. Se hizo profesional en dibujo técnico pero con el avance de las computadoras y los programas de dibujo, como Autocad, su labor fue poco a poco remplazada por la tecnología. La situación económica empeoró, no tuvo dinero ni tiempo para mejorar su capacidad técnica. Se quedó sin trabajo y viendo que tenía una buena cantidad de tangos decidió montar un negocio donde se escuchara esta música y así fue como empezó a concebir el negocio que tiene ahora. Respecto a la música, Óscar piensa que el tango no se puede reducir: a “triste” o “malevo” porque es un género que toca todo los aspectos de la vida: “lo que pasa es que el tango se mete en todo, para cualquier ocasión: está cumpliendo años, quiere dedicarle un disco a su mamá, a su hermano, se mete en todo”. Y considera que las fusiones actuales del tango con otros géneros, o la interpretación de artistas como Andrés Calamaro permiten que el tango pueda llegar a los jóvenes. En cuanto al baile, le parece “espectacular” y dice: “si usted ve a una persona que baile bien casi que usted puede expresar que casi son los bailarines los que están haciendo el disco”. El tango de arrabal es una clasificación, un estilo, que además hace parte de la época en la que se desarrolla y tiene relación con el origen malevo del tango, de canciones más para cantina, independientemente de si son tango, milonga o vals. De hecho, uno de los aspectos que llaman la atención cuando uno asiste a las milongas es que la mayoría de canciones son instrumentales o tienen poca letra, el énfasis es sobre la música y la mayoría son tocadas por orquestas y no por pequeños grupos de un cantante y un par de instrumentos al estilo que lo hacía Gardel. En este espectro musical se distinguen tres grandes generaciones: Tango antiguo, o de la edad de oro, cuyo exponente más reconocido es Gardel; Tango fusión, dado a partir de Piazzola, y Tango moderno, con

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Los tangueros en Bogotá se ven en un lugar y en otro, se saludan cuando llegan y cuando se van; claro, si hay la oportunidad. Tienen ideas sobre el trabajo de baile de los otros, comparten estilos, tienen diferencias, bailan entre sí. Al preguntarles si se sienten en una comunidad contestan afirmativamente, reconocen un intercambio, la cercanía, un interés en común. grupos como Otros Aires, Gotan Project, Tanghetto. Sobre estas posibilidades musicales cada persona tiene sus propias apreciaciones. Retomando otra milonga, en la Milonga de la Universidad Nacional encontramos un ambiente diferente, más relajado. Como se enunció antes, no es raro ver parejas conformadas solo por hombres, o parejas en las que hay una gran diferencia de edad, niñas de 15 a 20 años con señores que superan los 50 o 60, incluso tríos. En la Universidad el espacio del que se dispone para bailar es mucho más amplio. Tal vez estos elementos ayuden a que la milonga en sí sea más relajada y se preste a juegos y experimentación más libres, por fuera de los protocolos tradicionales de la milonga; en el que uno de los más importantes es el recorrido que las parejas hacen de la pista, en sentido contrario a las manecillas de reloj.

¿“COMUNIDAD” DE TANGUEROS? ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS

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Claudio: “no me gusta [la expresión] “el tango es así”. No, el tango no es así. El tango se da de la transformación del contenido, de la percepción de lo humano, del cambio que tiene el ser humano en el universo de la comprensión y liberación. Por lo tanto, el tango va cambiando porque el ser humano va comprendiendo cosas que hace cuarenta años no se comprendían”. Los tangueros en Bogotá se ven en un lugar y en otro, se saludan cuando llegan y cuando se van; claro, si hay la oportunidad. Tienen ideas sobre el trabajo de baile de los otros, comparten estilos, tienen diferencias, bailan entre sí. Al preguntarles si se sienten en una comunidad contestan afirmativamente, reconocen un intercambio, la cercanía, un interés en común. Sin embargo, hablar de comunidad es apelar a que existe identidad, entonces se hace necesario hacer algunas distinciones. Stuart Hall hace la distinción entre Identidad a identificaciones. Para él, la identidad es presentada como una “teoría de la práctica discursiva”, un “proceso de sujeción a las prácticas discursivas, y la política de exclusión que todas esas sujeciones parecen

entrañar, la cuestión de la identificación” (Hall, 1996). Cuando se habla de identidad se habla de una relación de pertenencia sólida y total, mucho más fuerte que la identificación. En cambio en la identificación “Siempre hay «demasiada» o «demasiado poca»: una sobredeterminación o una falta, pero nunca una proporción adecuada, una totalidad. Como todas las prácticas significantes, está sujeta al «juego» de la différance. […] Necesita lo que queda afuera, su exterior constitutivo, para consolidar el proceso” (ídem). Creemos que esta falta de proporción adecuada para sentirse dentro de la comunidad de tangueros, es la que se da principalmente en nuestro objeto de estudio. Sería interesante hacer una comparación entre el sentido de pertenencia de los argentinos en el tango y de este concepto en Bogotá. En Bogotá sienten los bailarines que el tango es un baile inacabado, una práctica llena de caminos, retos, incertidumbres. Una apuesta en la que siempre queda algo por mejorar. Ahora, favorece la consideración de sí mismo como parte de una comunidad el hecho de que estar involucrado en el baile de tango implica la existencia de códigos dados y reconocidos sin mayores dilaciones. Fabián dice: “Si ella sabe los códigos del tango y yo los conozco también entonces queda decir: ¿tú sabes bailar? (…) y comenzamos a bailar y uno empieza a descubrir qué tiene ella, qué lee ella, y qué no lee” Así que se sienten inmersos dentro de un lenguaje, con un dominio sobre algo que solo ellos entienden, o pueden entender… el baile. Un tanguero decía a modo de chiste “lo peor que le pueden decir a una mujer es: esa mujer es tan insensible que ni un ocho me entiende”… De acuerdo con Michel Agier y Pedro Quintín en Política, cultura y autopercepción: las identidades en cuestión (2003), “[…] la ritualización de las identidades, coloca en escena figuras simbólicas que permiten crear los momentos de reconocimiento colectivo, más o menos efímero, dentro de los contextos de ceremonias, fiestas, carnavales, etc. Dentro de aquellas situaciones fuera de lo ordinario, el reencuentro entre los individuos y una historia o un destino común, es simbolizado


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por algunas figuras o entidades reconocibles, de origen local o híbrido. Estas formas simbólicas permiten crear un sentimiento de identidad, y se multiplican desde el momento en que se deja libre curso a la imaginación”. Entonces las prácticas artísticas rituales, entre ellas las danzas, son momentos de comunión que funcionan como generadores de identidad y reconocimiento. Aunque aquí hay que hacer la salvedad de la interpretación dada por los autores se sitúa en un contexto de comunidades afrocolombianas ancestrales, que sufren cambios en su vida e historia comunitaria. Esto no impide que nosotros veamos las milongas como dinámicas similares por la función que cumplen en cuanto a rituales generadores de identificación, ya no de identidad. La brecha entre la identidad en las comunidades negras y la identificación entre bailarines de tango se da por el pasado común étnico, histórico y cultural que presentan los primeros y del que carecen los segundos. Siguiendo a Jean Paul Sartre en el prólogo del libro de Franz Fanon Los condenados de la tierra (1961) y de nuevo a Michel Agier y Pedro Quintín, Percepción de sí (y del otro) (2003) para la formación de identidades se necesita un reconocimiento del Yo, frente al Otro, debe haber una dinámica de enfrentamiento, de rechazo, no necesariamente agresivo pero sí una relación de exclusión frente a la cual se pueda primero marcar diferencias y luego formar pertenencia para pasar a generar identidad. O retomando a Stuart Hall (1996):

…una construcción, un proceso nunca terminado: siempre «en proceso». No está determinado, en el sentido de que siempre es posible «ganarlo» o «perderlo», sostenerlo o abandonarlo. Aunque no carece de condiciones determinadas de existencia, que incluyen los recursos materiales y simbólicos necesarios para sostenerla, la identificación es en definitiva condicional y se afinca en la contingencia. Una vez consolidada, no cancela la diferencia. Si vemos las prácticas del baile del tango en Bogotá no encontramos esos antagonismos, esa exclusión del tanguero frente al ambiente urbano. No se presenta un rechazo hacia ellos desde los otros, desde los no bailarines; tampoco lo encontramos a la inversa. Pero estas relaciones de exclusión sí son evidentes al interior de la misma comunidad de tangueros. Fabián Córdoba critica a quienes toman un par de cursos superficiales para poder de inmediato dictar clases particulares, siendo lo económico su principal motivación, no la pasión por el baile. En una línea similar, Violeta Mancera Murcia habla del tipo de tan-

guero que practica el baile con responsabilidad y quienes no, queriendo expresar con responsabilidad un sinónimo de conciencia en la calidad de la capacitación y la formación del bailarín. Aun en comunidades con identidad, como las afrocolombianas, podemos encontrar este tipo de antagonismo o diferenciaciones internas, el que los bailarines de tango tengan ese tipo de relaciones o categorías, y el que se juzgue y clasifiquen al interior de su comunidad, no podemos afirmar que hayan desarrollado, hasta el momento, una identidad en los términos de Stuart Hall. Regresamos a lo dicho por Michel Agier y Pedro Quintín (2003): “La correlación entre cultura y lugar debe ser también reexaminada. El debilitamiento de las fronteras (sociales y culturales), gracias a los nuevos medios de comunicación y de transporte vuelve caduca la idea que un lugar materialmente delimitado pueda ser la referencia identitaria única, o principal, de un individuo o de un colectivo”. Esto es válido en nuestro tema no solo en cuanto a delimitación de espacios, sino también, en cuanto estilos musicales. Podemos hacer un paralelo entre música y el lugar necesario para el baile del tango. Estos espacios mutan, cambian, no son estáticos. Hay discusiones entre bailarines y también entre aficionados al tango –no bailarines– sobre como en lo musical algo es válido y apreciado por unos y rechazado por otros. Fabián Córdoba aprecia el tango puro. Cuando habla de tango puro se refiere al tango clásico de orquesta para baile de salón dejando por fuera elementos de música electrónica como las fusiones hechas por grupos musicales Gotan Project o Bajo Fondo. Igualmente rechaza, o no aprecia tanto, las fusiones de tango con música clásica,

Entonces las prácticas artísticas rituales, entre ellas las danzas, son momentos de comunión que funcionan como generadores de identidad y reconocimiento. Aunque aquí hay que hacer la salvedad de la interpretación dada por los autores se sitúa en un contexto de comunidades afrocolombianas ancestrales, que sufren cambios en su vida e historia comunitaria.

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como las del reconocido músico Astor Piazzola. Fabián diferencia también entre el tango de arrabal, un tango, según él, más para escuchar las letras y sentarse a tomar, no para bailar. Esto refiriéndonos a variaciones, corrientes y fusiones en el tango sin tocar lo referente a géneros como milonga, vals y tango.

A MODO DE CONCLUSIÓN

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Tal como inició el presente artículo, inician sus conclusiones. El hecho de que existieran dos lugares de enunciación al contrario de lo que nos pareció al principio, nutrió el ejercicio de una buena combinación entre objetividad y sensibilidad y cercanía frente a las dinámicas alrededor del tango. Cada uno de los investigadores reguló en su medida al otro, cuestionando y validando y exigiéndole implícitamente argumentación a la hora de exponer sus observaciones. Poco a poco por la intención de entendernos, cada uno fue tomando más en cuenta la mirada del otro y esto nos permitió unificar con mayor facilidad las ideas y permitió que aquel que se sentía adentro de las dinámicas explorara el afuera de éstas y viceversa. En cuanto al tango, en Bogotá hay una resignificación en la medida en que no es un ritmo que se reconozca como propio de la cultura bogotana; de ahí también que varíe sus formas de apropiarlo y exponerlo. Los bailarines inician un proceso técnico, que poco a poco se va abriendo a momentos de flexibilidad y creación. Algunos, aquellos que deciden practicarlo de manera profesional, suelen viajar a Argentina a capacitarse, lo que parece ser parte de un proceso de validar la información. También hay que decir que algunos hablan de tango a la colombiana, otros no reconocen esas distinciones. Pero lo que se puede notar es que hay un flujo de formas y estilos dentro de la práctica del tango. Este contiene dinámicas que tienen que ver con la técnica propia del baile, sus diferencias en la forma de desarrollarlo, en el enfoque dado, sea escenario o salón. Y contiene algunos lugares comunes, como la necesidad de conexión y comunicación para desarrollarlo, como la idea de que es una cuestión que al contener directrices de un baile popular se reinventa con el tiempo. Ahora, no podríamos hablar de la existencia o no de una comunidad tanguera principalmente porque eso implicaría una observación de mayor tiempo y espacio.

Sin embargo, comprometidos a dar unas luces sobre ello diremos que hay algunas características que lo favorecen y otras que no. Por un lado está el hecho de que sea un grupo pequeño, y que existan movimientos u ofertantes que tienen varios espacios, lo que permite que si un bailarín asiste a uno de los eventos o actividades ofrecidas se pueda conectar con los otros. También favorece la idea de apoyarse en la consolidación de una expresión artística relativamente nueva. Por otro lado, el que no sea un género autóctono, haya diferenciaciones internas, y no haya un reconocimiento de ellos mismos, una lectura de ellos mismos como comunidad, como sujetos diferentes a los otros, hace que en los términos teóricos desarrollados hablemos de identificaciones y no de identidad como comunidad. 

BIBLIOGRAFÍA Alba Mejía, Leonardo; Gabriel Benavides Bedoya; Gilberto Martínez (2005). “Ritmos y tradiciones populares del mundo”, en colección Memorias de danza. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá: Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Dinzel, Rodolfo (1994). El tango-una danza: esa ansiosa búsqueda de libertad. Buenos Aires: Ediciones Corregidor. Fanon, Frantz (1963). Los condenados de la tierra: Prefacio de Jean Paul Sartre. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Guber, Rosana (2001). “La etnografía: método, campo y reflexividad”, en Enciclopedia latinoamericana de Sociocultura y comunicación, 11. Bogotá: Grupo Editorial Norma. Hall, Stuart (2003). Cuestiones de Identidad Cultural. Buenos Aires: Amorrortu editores. Le Breton, David (2004) Antropología del cuerpo y Modernidad. Argentina: Nueva Visión.

WEBGRAFÍA González, Manuel (2008). “Acercamiento a los códigos del baile en la milonga”. Revista Punto de tango. Disponible en http://www.puntotango.com.ar/acercamientoaloscodigosdelbaileenlamilonga1.htm Quintín, Pedro; Michel Agier (2005). Política, Cultura y autopercepción: las identidades en cuestión. Disponible en http://www. scielo.br/pdf/eaa/v25n1/ a03v25n1.pdf w w w . r a d i o d e ta n g o s . com


Publicaciones de la línea de investigación de Comunicación Política de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Externado de Colombia Centro de Investigación en Comunicación Política CICP

www.uexternado.edu.co/cicp


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Proceso de autoidentificación y autorreconocimiento en la población afro de Bogotá a través de la vida de Martha Lucía Rentería Barreiro, líder afro de la comunidad de Bosa

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NIBETH DUARTE DIANA ZÚÑIGA

Estudiantes Facultad de Comunicación Social y Periodismo Universidad Externado de Colombia.

“Mi abuela me decía que mi color de piel era bonito” Martha Lucía Rentería Barreiro

RESUMEN

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El artículo pretende dar cuenta de que la situación de las negritudes aún no se ha superado como problema social, ya que éstas siguen siendo víctimas del conflicto y hacen parte de los problemas de discriminación y segregación. Por ende es necesario preguntarnos sobre la identidad no solo desde el punto de vista afro, sino desde el punto de vista de la sociedad en general que sigue sin identificarse con ellos, todo visto desde los ojos de Martha Lucía Rentería Barreiro, una líder afro que ha vivido el problema en carne propia y que ahora quiere crear conciencia por medio de su trabajo en la fundación Semilleros de Libertad. Palabras clave: Líder; Afrocolombianidad; Autorreconocimiento; Identidad; Cultura.


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ara las personas ajenas a la cultura afro es casi imposible imaginar la clase de discriminación que en todas las esferas ha acompañado a esta comunidad a lo largo de la historia y así mismo es difícil hacerse una idea de como la identidad afrocolombiana se pierde, se reconstruye o se trasforma gracias a la ausencia estatal y a los procesos a los que hoy y siempre se han visto sometidas, como el desplazamiento. Es por eso que en Colombia, desde tiempos inmemoriales, ha “existido una escala de valor donde lo blanco se encuentra en la cúspide y lo negro en la base los estereotipos existentes” (Mara Viveros, 2000) y esto se refleja en las formas de vida y de apoyo ofrecidas por toda la comunidad a estos grupos que se encuentran olvidados y que poco a poco pierden sus tradiciones por falta de reconocimiento. Hay que decir que, al igual que las demás culturas, en “la población afrocolombiana, negra, palenquera y raizal el derecho de auto-reconocimiento es un pre-condición para la realización de todos los demás derechos” (Irís Marín, 2010). Por lo tanto, es necesario e incuestionable que la realización de estos derechos no solo sea visible en la Constitución y en las leyes colombianas para asegurar la protección de la identidad, integridad y costumbres de este grupo social sino que se haga concientización en todas las esferas tanto públicas como privadas para aportar al reconocimiento de las negritudes al Estado-nación. Para hablar de autorreconocimiento e identidad es mucha la multiplicidad de conceptos que están ligados a ésta y al constructo de lo que hoy se denomina como cultura y cultural, como a las nociones, percepciones y en general discursos y estereotipos. Para este caso, un tema fundamental para tratar será el problema de género y la relación que tiene con la identidad, ya que más que hablar del problema de las negritudes en Colombia se buscará mostrar las nociones de una mujer que se considera a sí misma cimarrona sin olvidar el uso histórico de este término que está relacionado con la subordinación, resistencia y reconstrucción. En cuanto a la identidad de las mujeres negras colombianas, está definida por el hecho de ser negras en una sociedad mestiza discriminadora, pobres en una sociedad de clases, y mujeres en una sociedad patriarcal, en donde cuentan de manera fundamental los rasgos de sus grupos étnicos particulares reconociendo que las comunidades negras no son homogéneas sino que tienen especificidades. Es por este motivo que el papel de las mujeres es tan importante ya que según Martha Lucía Rentería, ellas son las que defienden

Para hablar de autorreconocimiento e identidad es mucha la multiplicidad de conceptos que están ligados a ésta y al constructo de lo que hoy se denomina como cultura y cultural, como a las nociones, percepciones y en general discursos y estereotipos. su cultura y las que se encargan de que ésta sea transmitida y reconstruida. El objetivo de organizaciones como “Semilleros de libertad”, donde trabaja Martha Rentería, es el de ayudar a que todas las personas afro se reconozcan como tal, que aprendan y gocen de los mismos derechos y de las mismas oportunidades que las demás personas y sobre todo que valoren todos los ámbitos de su cultura reflejados en su música, vestimenta, formas de hablar y demás costumbres. A lo largo de todos los años la identidad se ha construido desde las realidades históricas y las construcciones simbólicas, en el caso de los afrocolombianos, desde las cosmovisiones afroamericanas. Este es el trabajo de Martha Rentería: ayudar a que los niños recuerden que son afro y que tienen una idea de identidad diferente a la que se brinda en la actualidad, lo cual se ha realizado por medio de mantener la tradición oral, “que es el fundamento de su identidad, la base de la reconstrucción de los valores y prácticas culturales que los diferencian del conjunto de la sociedad” (Libia Grueso, 2010). Asimismo, no se puede dejar de lado que la comunidad negra colombiana ha sido tipificada de acuerdo con sus características culturales como: etnicoterritoriales, urbanas, interandinas, caribeñas, colonizadoras y raizales del archipiélago de San Andrés y Providencia, lo cual crea baches y desigualdades entre la misma comunidad y lo que se conoce como endorracismo. Ahora, es necesario dejar de ver la discriminación solo como la forma de exclusión que se da verbal y físicamente y ampliar el campo para divisar todos los espacios en los cuales se ha excluido a esta comunidad de las oportunidades, el acceso a los medios, en las esferas económicas, administrativas, políticas, sociales y culturales. Llegar al encuentro con Martha Lucía Rentería es sentir un pie al otro lado de Bogotá, perderse en la inmensidad de una de las más grandes y complejas localidades de Bogotá y en-

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trar a hacer parte de los cerca de 500.000 habitantes que viven en este sitio de la ciudad, segundo en adopción de desplazados. Es difícil sentirse acogido en una urbe que recibe en medio de cemento, asfalto y ese gris que se extiende como el frío. Bosa es una de las localidades con mayor índice de desempleo, pobreza e inseguridad y este es el panorama en el que se desenvuelve esta mujer que odia cubrirse la piel, extraña estar entre las montañas, alimentarse de frutos que da la tierra, y sentirse siempre entre el calor del que es oriunda. Martha Barreiro es una mujer de 36 años, descendiente afro de Tumaco (Nariño), ha sufrido la violencia en carne propia, se considera rebelde desde el cimarronaje (término que se deriva de la lucha de los africanos y africanas contra el sistema esclavista), que ha heredado de su hogar que siempre estuvo inmerso en un contexto donde las mujeres eran el núcleo central de la familia y en el que se inculcaron valores de sublevación para lograr entender su posicionamiento como mujer y como negra:

Mi abuela fue la que me crió y me formó ya que mi papá era machista y no quería hijas mujeres y mi mamá le dio solo hijas mujeres, entonces mi mamá fue mamá y papá. Ella era la que trabajaba (Campo, 15 de septiembre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería Barreiro, Bogotá). Desde sus 13 años, Marta Lucía ha hecho parte de los movimientos que han tenido un papel relevante en la historia de Colombia como el M-19 (Movimiento 19 de Abril).Todo este contacto y relación con este grupo le significó la es-

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peranza y le brindó la posibilidad de llevarles a los pobres lo que el Estado no suplía. De ahí se encamina su vida política y su lucha social que no ha dejado hasta el momento.

Yo desde niña fui mostrando la rebeldía, el “cimarronaje”. Mi mamá es una mujer muy “cimarrona” igual que mi abuela. Yo estudié en el Rania Barón donde reclutaban niños y niñas para el M-19 y ahí ya estaban haciendo el acuerdo de paz, en el año 88. Yo repartía volantes, les tiraba piedras a los buses cuando subían el pasaje. Mi mamá pensaba que yo estaba metiendo marihuana o prostituyéndome cuando el problema mío no era de droga ni de sexo, mi problema era ideológico. En ese momento la insurgencia era la salvación de lo que nosotros vivíamos: yo vivía de un hogar donde aguantábamos hambre y en ese momento los de M-19 robaban leche, comida, zapatos y repartían al pueblo todo lo que se robaban, lo repartía, yo lo veía como una salvación a la pobreza (ídem). Actualmente trabaja en Semilleros de libertad, una organización que está enfocada a la alimentación, salud e identidad cultural de poblaciones desplazadas afro, inscritas dentro del ámbito de autorreconocimiento, más exactamente en el trabajo con los niños para que asuman su pertenencia y su rol como afrodescendientes. Ahora bien, la importancia del reconocimiento de esta población se encuentra enmarcada dentro de los ideales del Estado-nación, ya que uno de los medidores para analizar el desarrollo de un país está en el grado de integración, respeto y oportunidades que un Estado brinde a todas las esferas de la sociedad. El origen de la discriminación, aspecto relevante y significativo a la hora de pensar en la identidad negra, se halla en la escenario de esclavitud y represión que vivieron los negros traídos de África y continuó incluso después de su abolición ya que “una vez abolida la esclavitud en 1851 la población afrocolombiana se mantuvo en una situación desventajosa al que para referirse a ella, se usaba un lenguaje despectivo que se reprodujo en todos los ámbitos de la vida cotidiana” (Martín Hopenhayn; Álvaro Bello, 2001). Por lo tanto, solo hasta la Constitución de 1991 se mantuvo la invisibilidad y discriminación hacia esta población continuando con el uso de estereotipos racistas promovidos en el siglo xix. Sin embargo, cuando entra la modernidad (siglo xx) el discurso empieza a ser otro y se centra en el ¿quiénes somos? Recordemos que los años cincuenta son una década marcada por conceptos de


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identidad, patrimonio, cultura nacional y de visibilidad mundial donde todos los países estaban en esas construcciones nacionales de creación y afianzamiento de símbolos, como la bandera, el himno y los manuales de urbanidad, etc. Este momento es uno de los pilares en los que se construye la identidad, ya que muchas personas empiezan a llamarse a sí mismas y a identificarse como colombianas, indígenas y negras.

En Colombia, el descubrimiento y reconocimiento de los aportes afro-americanos a la cultura nacional se hizo, en los años cincuenta, a partir de cierta valorización positiva de la Costa del Caribe, inspirada a su vez por el éxito de las músicas y danzas negro-americanas y cubanas (Michel Agier y Pedro Quintín, 2003: 23). En consecuencia, hay que decir que identidad es un proceso de autorreconocimiento y de identificación que reúne en este caso los rasgos fenotípicos y esa mirada del otro que empieza a centrarse en los estereotipos ya mencionados que se acompañan por discursos:

A uno le duele saber que los afros no saben qué es etnia y dicen que no quieren ser afrodescendientes porque ellos dicen que no quieren ser de África porque no quieren ser de un país de pobreza de hambre como muestran los niños y a uno le duele porque nosotros somos de África, somos descendientes de allá… (Campo, 10 de octubre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). Al posicionarse como negro dentro de la sociedad hay que tener una mirada introspectiva y a la vez hacia afuera del quién soy. Para el caso del afrodescendiente, el primer paso se determina en mirarse y reconocerse como diferente o igual dentro de un contexto, una cultura y unos rasgos que la constituyen como su color de piel, y dentro de una estructura social, lo que se reconoce como sus comportamientos costumbres y formas de vida.

Como nosotros vivimos, en el territorio, allá somos muy dados de estar descalzos, bañarnos al lado de un río en calzones, comer en el andén, compartir la comida, en muchas regiones solo se come pescado, la gente no come carne, todo eso hace parte de la identidad de uno, de nuestra cultura (Campo, 15 de septiembre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). El estado del espejo de Lacan (autorreconocimiento) para Martha puede llegar a significar un proceso complejo si se piensa dentro de la dis-

criminación, ya que como reconoce ella misma, se empieza a aceptar como negra después de los 8 años y en este momento sí pasa a actuar dentro de lo que se conoce como la autoafirmación y el proceso de autodenominarse como tal:

En mis primeros años, hasta los 8, de niña yo lloraba y me miraba al espejo, qué pecado, la ignorancia es muy grande, porque eso lo hacía por física ignorancia. Yo decía que mi mamá me había hecho a mí negra porque no me quería, porque mis hermanos eran mestizos, porque nosotros somos un cruce. Mi tatarabuela era rubia y mi tatarabuelo era negro, yo salí a mi mamá y con ese pelo malo, ahora yo entiendo que mi pelo no es malo, mi pelo es ensortijado, decía “a mí me toca que me jalen porque no me querían. Tenía una presión muy grande, mis hermanos me decían negra cus-cus, negra chambimbe, cabezona, cabeza de murán, espagueti, carepiña”, ¡qué no me decían! (Campo, 10 de octubre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). Ahora bien, a esta mujer, más que marcarle estos atributos del afro la atraviesa el concepto de género, término que hace parte de una construcción social, histórica y cultural que no se puede desligar de las complejidades sociales, étnicas, ideológicas y económicas a las que obedecen (Ramos Escandón, 1995). Además, así existan discursos globales y hegemónicos, lo referente a la identidad y a la cultura siempre será un rasgo que es recreado y trasformado por grupos subalternos y en este caso por la mujer. El caso de Martha Lucía Rentería es bastante peculiar ya que se cría en un contexto familiar en el que la mujer empieza a prevalecer como sujeto, situación que básicamente es dada por un padre machista que abandona a su familia. Gracias a estos acontecimientos comienzan a surgir terminologías que son explícitamente utilizadas por Martha, como la de matrona y su conexión con la naturaleza. Visto desde este lugar se hace comprensible que ella se defina como una mujer “cimarrona” que hereda prácticamente el “cimarronaje” de su abuela y principalmente de su madre, que se hace cargo de la familia desde una posición de mamá y papá en la que era ella con su “rebeldía”, la se encargaba de los ingresos, del trabajo y de la manutención, y define así mismo a las mujeres negras como matronas, cuidadoras y machistas:

Es ser matrona, tener conocimiento de partería en el territorio ya que muchas paren solas a sus hijos, muchas son consejeras, liderezas, nosotras somos pueblos machistas porque la mujer afro no deja de

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ser cuidadora, yo no permito ver a una persona enferma, también somos educadoras. Siempre conservamos la cultura; ésta se pierde más por el hombre que por la mujer, la reivindicación de cultura se hace más por la mujer que por el hombre (ídem). Se dice entonces que más que ser atravesada por un concepto de identidad afro es necesario prescindir aquí de la lamentable diferenciación de la identidad como “mujer afro”. Por lo tanto, en este caso es necesario analizar su contexto que está atravesado por el desplazamiento, la pobreza, la insurgencia y la violencia, y tal como ella lo dice:

La identidad es tener conocimiento; en el caso mío, como mujer afro es tener toda la parte que identifica a los pueblos afrodescendientes y las culturas, los usos y las costumbres y las formas de vivir. Eso agrupa todo nuestro ser como personas afrodescendientes (ídem). El concepto de identidad y lo que ella denomina como usos y costumbres ha estado relacionado a una conexión que el negro tiene con la naturaleza y su conocimiento ancestral y natural:

Ahí había sembrado caña, café, coca; ahora es que yo veo que es penalizada, si es que con la coquita mi abuela nos hacía las bebidas para el dolor de estómago, nos purgaba, nos hacía cepillar los dientes; la coca no es mala, mi abuela tenía dos matas de marihuana y con eso curaba el reumatismo (Campo, 15 de septiembre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá).

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Aunque en muchas ocasiones este proceso de identidad se ve atravesado, para el caso de esta comunidad, por eventos como el desplazamiento y posteriormente por permanecer y empezar a identificarse dentro de la ciudad, la cultura afro no se pierde sino que empieza a integrarse con otros patrones que conllevan al vivir en la ciudad y permanecer en ésta. Es necesario decir que existe más de un elemento que construye la identidad afro: por un lado, una parte referente a la sexualidad, “la arrechera”, el erotismo y otro referente a las actividades dionisiacas que constituyen ese “sabor” negro; como también el lenguaje, los gestos y lo que acompaña las expresiones culturales, como la danza y la música. Anne-Marie Losonczy (1997) plantea que estos grupos se diferencian de los mestizos, indios y blancos que los rodean por sus actitudes corporales y una gestualidad que ellos mismos reconocen como su más potente marcador de identidad diferencial y

esto que queda en la memoria colectiva y persiste. Este último término está asociado a cómo ellos se ven y cómo se sienten en una sociedad que crea estereotipos como la asociación que hacen del negro y la relación que tiene éste con su cuerpo y con el sexo, que también juega un papel importante para la identificación y demás formas de estar en el mundo. Encontramos que a estos rasgos, en los que se eleva esa terminología y descripción de la que los negros hacen uso y se sienten orgullosos, se les denomina “la utilización de las homologías formales de inversión y de sobrenaturalización de la identidad”, término que fue utilizado por Varikas (1990), y hace referencia al atributo que es elevado como rasgo de superioridad, en este caso como el negro ve sus atributos para la música y el baile como un rasgo que lo caracteriza, lo hace diferente y lo eleva: “ellos tienen sabor y lo llevan en la sangre” (Varikas, 1990). Martha Rentería es una mujer que podría estar ligada a la concepción del negro afrocriollo, que son las “personas que mantienen en su totalidad rasgos fenotípicos de la población africana negra” (Álvaro Bellos y Rangel, 2001), lo cual también hace parte de su discurso de identidad, aunque puede ser peligroso, ya que lamentablemente dentro de la comunidad misma se da lo que se conoce como endorracismo, ya sea por los estereotipos que entre ellos mismos se tienen o por estos conceptos que subliman la identidad:

Los costeños de la costa Caribe, como la gente no sabe que tenemos culturas diferentes entonces nos echan a todos en el mismo costal. Los de la costa Caribe son más bullosos, tramposos, ellos son más frescos; los de la costa Pacífica tenemos otra forma de vivir. Aquí en Bosa es duro, a este lado hay pocos afros (Campo, 15 de septiembre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). En esta apreciación que hace Martha Lucía Rentería al mencionar las diferencias que tienen para ella los afro de la costa Caribe hace referencia a una problemática y es que en la sociedad colombiana la comunidad negra ha sido tipificada ya sea por su marco espacio temporal y o por su territorialidad tal como lo describe Betty Lozano en su libro Mujeres negras (sirvientas, putas, matronas): una aproximación a la mujer negra de Colombia, donde nos nombra que existen las “etnicoterritoriales, urbanas, interandinas, caribeñas, colonizadoras y raizales del archipiélago de San Andrés y Providencia” y donde hasta ellos mismos reconocen que para hablar de identidad es necesario subrayar esa diversidad interna.


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No obstante, cuando Martha hace referencia al endorracismo existente este es conducido por el lado de la mujer y de la sexualidad y de toda esta estructura social que anima a que los hombres prefieran a las negras en la cama:

Porque los hombres discriminan a las mujeres afro y más si son liderezas. Ellos las discriminan normalmente… las utilizan, sexualmente las utilizan , ellos no se casan con una mujer afro sino con una mujer mestiza y hasta indígena (Campo, 20 de octubre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). Bastide sugiere que los encuentros sexuales interraciales no se dan a menudo dentro del respeto y la igualdad de los sexos sino a partir de estereotipos sobre las mujeres negras como objetos de placer y presas fáciles para los hombres blancos y de los varones negros como virilmente superiores a los blancos. También puede existir el endorracismo dentro del núcleo familiar, tal como lo vivió Martha, ya que su mamá, como lo considera ella, no tenía arraigadas la cultura y las costumbres afro como su abuela, entonces promovía la discriminación:

Mi mamá decía que no consiguiera un hombre negro porque los hijos salían como un gorila. Ella decía que mejorar la raza era conseguir un mestizo y no dañarla con conseguir a un negro (Campo, 20 de septiembre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). La historia ha comprobado que el discurso de identidad también es peligroso y nos atrevemos a decir que es una causa del racismo, un racismo alimentado, como ya se ha dicho antes, por estereotipos e imaginarios colectivos. Se dice que en Colombia no solo se presenta el racismo como exclusión sino que se evidencia en niveles que están ligados a salud, vivienda, educación y empleo, y sobre todo a las pocas oportunidades de generación de ingresos.

Esa es la parte estatal: el que los pueblos afrodescendientes, indígenas y campesinos no tengan desarrollo hace parte de esa discriminación porque no invierten en infraestructura, no invierten en nada, para que los pueblos vivan más arruinados. Entre más pobre tengan a la gente más gente se va a salir de allá buscando oportunidades. El que no haya una universidad por ejemplo en Santander de Quilichao o en Puerto Tejada que son pueblos cercanos a Cali obligan a todo el pueblo que se vayan a Cali a vivir y que se vayan solos (ídem).

La invisibilidad política y cultural de las poblaciones negras, que es una de las formas de su inclusión marginal desde el punto de vista social y económico dentro de la nación colombiana (Friede mann y Wade, 1993), duró aproximadamente hasta finales de los años sesenta. En esos momentos, junto con algunos tímidos movimientos políticos contra la discriminación racial (por ejemplo, el movimiento Cimarrón), tuvo lugar el inicio –precedido ciertamente por unos pocos estudios de corte folklórico– de las investigaciones de las ciencias sociales sobre la población afrocolombiana. Dos grandes corrientes de interpretación se hicieron dominantes: por un lado, se pusieron de evidencia las “estrategias adaptativas” (Whitten, 1986), desarrolladas por las poblaciones negras dentro del Nuevo Mundo (Michel Aguier y Pedro Quintín); por otro, se resaltaron las “huellas de africanía” (Friedemann y Arocha, 1986) que sobrevirían funcional y expresivamente entre estas poblaciones en el desarrollo de su vida americana. Además que al hablar de identidad afro no se puede disociar al problema terminológico y de reconocimiento como negro, afrodescendiente o de otra índole, discusión que aún sigue sin terminar. Ya que aunque el término negro en muchas esferas se vea peyorativo, son muchos los afrodescendientes que hoy día se identifican de esta forma. En la Ley 70 de 1993 aún se habla de pueblos negros, palenqueros, raizales y la definición de afrodescendiencia realmente empieza a entrar en el año 2000. Se habla de esto porque en este punto también es importante ubicar la autoafirmación del pueblo negro y como mediante organizaciones y movilización se empiezan a denominar y a identificar. Un caso es el de organizaciones como el pcn o el pnu creadas para reivindicar y luchar por los derechos de los afrodescendientes. “El período 1991-1993 estuvo marcado por una movilización importante de los espacios y medios intelectuales y políticos negros y de los espacios académicos, desembocando en la implementación de la Ley 70 de 1993 y en los decretos de su aplicación de 1995 (Agier y Hoffmann, 1999). Cuando se empieza a dar toda esta discusión de como denominarse salen varios grupos, como cimarrones, afrorrenacientes, afrocolombianos, afrodescendientes, negros, etc.

Unos por ser descendientes de África, también otros porque no querían llamarse negros, porque el color negro ha sido peyorativo y con el color negro hemos sido discriminados, con el color negro nos han violado nuestro derecho y nos han violentado partiendo de los medios y del lenguaje, todo lo negro es malo. Los cimarrones dicen que si el color negro,

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nos esclavizó, y nos ha mantenido sumidos a la no reivindicación de derechos y nos ha mantenido como estamos, porque no es que hayamos evolucionado mucho, desde hace 500 años estamos en las mismas, esa palabra negro nos esclavizó, esa palabra negro nos tiene que reivindicar. Yo respeto eso, yo me acojo como negro sino que hay veces hasta a mí misma me desubican, cuando hablo de negro en público, se me vienen los hermanos mayores y si hablo de afro pasa lo mismo (Campo, 15 de octubre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). Esta discusión con la terminología, tal como lo dice Martha, es una cuestión política de reivindicación de derechos, realmente están los que se llaman a sí mismos como afrodescendientes, afrocolombianos, negros, y los que son afrorrenacientes, que son específicamente los jóvenes ya que después de los 35 años empiezan a ser históricos o históricas. Ahora bien, la importancia que tiene un medio de comunicación para el constructo de una sociedad es que aún se juega con el impacto y más para una población que todavía no han alcanzado los estándares para estar en web. Es por eso que la radio y la televisión siguen siendo escenarios en los que se invisibiliza o se visibiliza, dependiendo. Hoy en día el grado de participación de esta población dentro de estos medios sigue siendo reducido y no le han dado la importancia que tiene a la hora de pensar en integración.

Lo afrodescendientes, a los medios de comunicación no tienen acceso; el que dice que tienen acceso, miente. El salir en esa Señal Colombia no significa tener uno poder en los medios porque de hecho si no ya nos estarían reivindicando y, al contrario, los medios nos han servido mucho a cultivar esa discriminación contra las poblaciones (Campo, 15 de octubre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá). El último punto por tratar es la situación de desplazamiento que sufre el actor social de nuestro objeto de estudio, situación que enmarca la vida hoy día de muchos afrodescendientes que deciden desplazarse hacia las ciudades para escapar de la violencia y el conflicto. En este punto lamentablemente hay que decir que el desplazamiento llega incluso como un rasgo identitario de esta comunidad que hoy cambia su territorio, sus costumbres y sus formas de vida para asentarse en las ciudades.

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Yo salí desplazada de Jamundí en el año 2000, yo sufrí un atentado contra mi vida debido a ese

historial del narcotráfico en Jamundí, los alcaldes eran puestos por el narcotráfico. Y yo era veedora ciudadana (..) me tocó dejar la casa botada, entonces yo me había quedado con todos los papeles de la veeduría, una colchoneta y mi ropa, no más... Aquí ya llevo… 3 años, porque yo quiero mucho a Bogotá porque me ha acogido pero a mí este frío no me gusta porque esta mole de cemento me asfixia, porque yo estoy acostumbrada a vivir entre la madre naturaleza… Lo arrancan a uno como arrancar a un árbol y poner ahí y si se prende y se da bien y si no, pues paila. Mucha gente se ha muerto de pena moral, entonces nosotros somos víctimas ¿cómo tratan aquí a las víctimas? Como víctimas, como de tercera (Campo, 20 de septiembre de 2011, entrevista a Martha Lucía Rentería, Bogotá).

A MANERA DE CONCLUSIÓN Cuando llega Martha Lucía Rentería a Bogotá empieza a sobresalir por su liderazgo y empieza a luchar como lo venía haciendo por la comunidad y con el objetivo de expresarse como negra dentro de la ciudad y con la voz que acompaña toda una historia. Es por eso que entrar a su casa es como reconocer un espacio que involucra símbolos e instrumentos simbólicos, las gaitas, las tamboras, las negras de porcelana que decoran su casa nos invitan a reconocerla y aceptarla dentro de esta ciudad que representa un espacio ajeno pero también propicio para continuar con su lucha, su intención de mantener y difundir la cultura afro como coordinadora de etnias de la localidad de Bosa y fundadora de Semilleros de libertad. Allí ella no solo hace talleres y charlas a los jóvenes afrodescendientes para que fortalezcan su identidad sino al resto de la población para que aprenda a convivir en una ciudad y en un país que, estando en pleno siglo xxi, sigue discutiendo sobre discriminación cuando este debería ser un logro superado por el Estado. Hoy día existen 12 millones de afrocolombianos según las cifras arrojadas por el Plan Nacional de Desarrollo, y en los bajos índices de calidad de vida y de pobreza que arroja el dane aún lo está encabezando esta población. 

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA Agier, Michel; Pedro Quintín (2003). “Política, cultura y autopercepción: las identidades en cuestión”, en Estudios Afro-asiáticos, Año 25, Número 1, 2003, pp. 23/41. Casas, Andrés (2010). Reparación en Colombia: ¿qué quieren las víctimas? Retos, desafíos y alternativas para garantizar la integridad. Bogotá: Cooperación Técnica Alemana.


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Friedemann, N. S. y J. Arocha (1986). De sol a sol. Génesis, transformación y presencia de los grupos negros en Colombia. Bogotá: Planeta editorial. Grueso, Libia (2010). El papel de la memoria en la reconstrucción del sujeto colectivo de derechos. El caso de la comunidades negras del Pacífico en Colombia. Losonozy, Anne-Marie (1997). La trama interétnica. Ritual, sociedad y figuras de intercambio entre los grupos negros y emberá del Chocó. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Lozano Lerma, Betty Ruth (2008). Mujeres negras (Sirvientas, putas, matronas): una aproximación a la mujer negra de Colombia. Santiago de Cali. Marín Ortiz, Iris (2010). Memorias: Diplomado comunidades afro-colombianas y memoria histórica en el marco de justicia y paz. Bogotá: Unión Colombo-Alemana. Patarroyo, Nelson Santiago (2009). Derecho, interculturalidad y resistencia étnica. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Restrepo, Eduardo (2005). “Notas sobre algunos aportes de los estudios culturales al campo de los

estudios afrocolombianos”, en Revista Sigma. Vélez Rivas, Marta Lucía (2010). Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. Viveros Vigoy, Mara (2000). “Dionisios negros: Sexualidad, corporalidad y orden racial en Colombia”, en ¿Mestizo yo? Editorial ces-Facultad de Ciencias Humanas Universidad Nacional de Colombia.

OTRAS FUENTES Fundación Arte y Cultura del Pacífico (en línea) consultado el 22 de agosto. Disponible en http://www.amdae.org/documentos/semillas_ de_libetad_comedor.pdf Conflicto Armado, Niñez y juventud. Consultado el 20 de agosto. Disponible en http://www. bdigital.unal.edu.co/1492/2/01PREL01.pdf Procesos de socialización y conflicto armado. Consultado el 21 de agosto. Disponible en http:// www.bdigital.unal.edu.co/1492/3/02CAPI01.pdf

ANEXOS Ley 70 artículo 1. La presente ley tiene por objeto reconocer a las comunidades negras que han venido ocupando tierras baldías en las zonas rurales ribereñas de los ríos de la Cuenca del Pacífico, de acuerdo con sus prácticas tradicionales de producción, el derecho a la propiedad colectiva, de conformidad con lo dispuesto en los artículos siguientes. Así mismo tiene como propósito establecer mecanismos para la protección de la identidad cultural y de los derechos de las comunidades negras de Colombia como grupo étnico, y el fomento de su desarrollo económico y social, con el fin de garantizar que estas comunidades obtengan condiciones reales de igualdad de oportunidades frente al resto de la sociedad colombiana.

Tabla de Índice de condiciones de vida (icv) según caracterización étnicorracial ecv 2003: Nacional (cabecera y resto) Grupo étnico Afrocolombianos Indígenas/gitanos No étnicos Total nacional

Cabecera 76,2 72,6 82 81,6

ICV para hogares Resto 51,2 55,1 59,8 54,5

Total 68,7 64,2 76,7 74,9

Tabla de tasas de población pobre e indigente para hogares según caracterización étnicorracial ecv 2003: Nacional (cabecera y resto) Población nacional Afrocolombianos Indígenas/gitanos No étnicos Total nacional

Población bajo Lp (dos dólares diarios) Cabecera Resto 43 76,8 52,6 81 36,6 72,6 37,3 73,2

Población bajo LI (un dólar diario) Cabecera Resto 16,7 46,9 22 44,2 13,6 39,2 13,9 40,1

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La conciliación en el sistema normativo wayúu como expresión del poder de la palabra y la retórica mediada por el pütchipu o palabrero

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CRIS VELÁSQUEZ EDWARD QUINTERO

Estudiantes Facultad de Comunicación Social y Periodismo Universidad Externado de Colombia.

“El gobierno propio sirve para mantener unida a la comunidad, para resolver los problemas, castigar a los que cometen faltas, organizar los trabajos humanitarios defender los territorios y negociar con el gobierno, las instituciones y costumbres.” Pueblos Indígenas. Trama y Urdimbre. 2010

RESUMEN

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El presente trabajo explora el significado y la función del sistema normativo wayúu, y cómo este sistema de derechos consuetudinario es una forma de resolver conflictos dentro de una comunidad, por medio de la conciliación en la que la clave está en la mediación a través de la retórica y la palabra, encargada por el palabrero o pütchipu. Además se contrasta la situación del sistema normativo wayúu frente al sistema ordinario colombiano. Palabras clave: Conciliación; Compensación; Derecho consuetudinario; Pluralismo jurídico; Retórica; Palabra; Palabrero o pütchipu.


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E

l siguiente ejercicio de investigación tiene como objetivo indagar sobre el sistema normativo wayúu en cuanto a su función, los elementos que la componen, las dinámicas de ejecución y el papel relevante del palabrero. Queremos explorar sobre el pütchipu (palabrero) en cuanto a su preparación, su elección y cómo va ganando status en la comunidad, ya que en la sociedad wayúu el señor de la palabra es quien posee el don del conocimiento y tiene habilidades para persuadir, convencer, comprender y mediar en procura de la paz y la armonía social. Específicamente, las herramientas metodológicas que usamos en la investigación se basan en la recolección de datos a partir de vivencias, como entrevistas, relatos de vida y la interacción con personas de la comunidad investigada. Todo esto, enfocado a tener una visión profunda de las diferentes dinámicas utilizadas por esta etnia para conservar su legado cultural. Hasta antes de la Constitución de 1991 en Colombia no era reconocida la jurisdicción especial indígena, no existía, porque para empezar no era reconocido ese estado de diversidad étnica y pluricultural de la nación colombiana. Hasta que mediante la sentencia T-254 de 1994 se estableció y configuró el pluralismo jurídico. En ella estaba contenido que “las comunidades indígenas son verdaderas organizaciones, sujetos de derechos y obligaciones que, por medio de sus autoridades, ejercen poder sobre los miembros que las integran hasta el extremo de adoptar su propia modalidad de gobierno y de ejercer control social”, reconociendo de esta forma que algunas comunidades tenían construido un sistema normativo mediante el cual se regían. Una de estas comunidades con un sistema de normas propio es la wayúu, que goza del pluralismo jurídico definido como “la co-existencia de varios sistemas normativos, estén o no reconocidos legalmente dentro del Estado o espacio geopolítico donde existan” (Fajardo, 1999). En este grupo étnico evidenciamos que las leyes contempladas en el sistema jurídico han sido construidas dentro del marco de la cultura que según la definición del antropólogo Tylor (2003, citado en Vizcaíno, 2008), “es el conjunto complejo que incluye conocimientos, creencias, arte moral, ley, costumbres y otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad” y cómo esta aplicación se convierte a su vez en manifestación de este constructo. Las personas de esta comunidad aceptan esta cimentación de normativas desde que nacen. Gracias a la tradición oral y el aprendizaje por observación, se adaptan a esta cultura y la arraigan

con el objetivo de sentirse pertenecientes como miembros activos de ésta. Así como se aprende un lenguaje determinado también se aprende cómo solucionar los conflictos, acatando condicionamientos, para mantener un bienestar dentro de la comunidad en cuanto a la sana convivencia e interacción con el otro. Cuando hablamos con los pertenecientes a este grupo indígena lo que más resaltan es como ellos respetan y se sienten identificados con el legado cultural de sus antepasados y como les fue transmitido. Por ejemplo: Yo te puedo hablar concretamente de mí, te cuento que yo ya he pagado tres muertes cometidas por miembros de mi familia y no porque yo sea estudiado o en algún lugar me hayan capacitado sobre leyes, sino que simplemente desde muy pequeño entendí el valor de la vida, la necesidad de la armonía como garante de permanencia. Cuando tenía alrededor de unos 10 años cuando mi abuelo me estaba adiestrando en el oficio del pastoreo, recuerdo que siempre me decía, cuida mucho tus animales porque ellos son con lo que vas a responder cuando te pases de tragos y hagas estupideces y tengas que pagar o cuando necesites mantener a tu familia. Tengo que decir que los Wayúu pagamos porque es una forma de mantener el orden, es la posibilidad de regirnos desde lo que conocemos, porque necesitamos preservar el mundo que nos pertenece, porque la paz es una riqueza incomparable que vale la pena que ofrezcamos nuestros animales para mantenerla (Beto Epiayú, comunicación personal, 7 de septiembre de 2011). El derecho consuetudinario, según Martínez y Hernández (2005), es cuando se aplica el refrán “la costumbre se convierte en ley”, es decir que las leyes que se establecen dentro de una comunidad se construyen bajo una tradición dentro de la historia de la cultura de esta comunidad. El derecho consuetudinario o costumbre jurídica, para otros, no es más que un conjunto de normas de tipo tradicional con valor cultural, no escritas ni codificadas, que están perpetradas en el tiempo y que son transmitidas oralmente a los miembros de la comunidad para luego ser compartidas y aplicadas al grupo social, como es el caso de los pueblos indígenas. Es tan esencial a los mismos que si se destierra se pierde su identidad como pueblo. A diferencia del derecho positivo, el derecho consuetudinario opera sin Estado, mientras que las normas del derecho positivo emanan de una autoridad política constituida y son ejecutadas por órganos del Estado. Este sistema normativo se rige por la función de cada persona dentro de su familia y comunidad. Éste se establece para tener efectos no solo en persona sino en colectivo, es decir que si alguien comete un delito no solo paga él sino que involucra a toda su familia.

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El sistema normativo wayúu se basa principalmente en la solución de disputas a través de la “palabra” y se caracteriza por la falta de una institución judicial que juzgue las faltas. En vez de ello utiliza principios jurídicos como la compensación y el sistema de pagos.

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A diferencia del sistema penal nacional, en éste no existe el privar de la libertad al que se equivoca: el castigo que se aplica es entregar parte de sus pertenencias a los afectados y así se llega a la conciliación y a la absolución. Desde niños por eso se les enseña a cuidar de sus animales, ya que éstos se consideran la garantía para poder salir de los problemas. Por ejemplo, si a un niño se le otorgan 20 ovejas, su familia le recomienda no inmiscuirse en problemas para que pueda conservar todas sus ovejas y no tenga que entregarlas. Esto ya es algo arraigado a la cultura y no hay otra forma pacífica de resolución de conflictos. También desde niños a los wayúu se les inculca la idea de no cometer ningún delito, ya que con estos la familia entera se ve afectada y así puede haber disminuciones considerables en sus pertenencias. Ellos llevan apropiado este sistema normativo desde el nacimiento. El sistema normativo wayúu se basa principalmente en la solución de disputas a través de la “palabra” y se caracteriza por la falta de una institución judicial que juzgue las faltas. En vez de ello utiliza principios jurídicos como la compensación y el sistema de pagos. Para que esto funcione existe un gran componente consuetudinario con el que se pueden establecer decisiones, lo cual es posible gracias al entramado cultural que los une y que han construido a través de sus vivencias. Por ejemplo, la conciliación, que funciona como fuente fundamental de armonía y paz social. El centro de este sistema radica en la figura del palabrero o pütchipu, quien, según la mitología wayuuimita, es un ave pequeña de incansable trino que se convirtió en el intermediario de los dioses para darles a los hombres las primeras normas sociales de organización, la Utta. De esta ave heredaron los pütchipu la magia de la palabra convincente. Por otro lado, cronistas como De la Rosa (1973, citado en MinCultura, 2010), narran como los wayúu en el siglo xvii enviaban un mediador a reclamar indemnización y reparación a los criollos y españoles antes de declarar la guerra; dieron cuenta así de este rol social tan emblemático para esta etnia.

Esta labor se basa en el uso de la palabra. Tiene como finalidad hacer entrar en razón a dos partes de una discusión, que pueden ser dos familias, para que haya una conciliación. Esta retórica es adquirida por el pütchipu o palabrero gracias a sus experiencias. Este personaje es considerado un conciliador de conflictos y no como un juez que es quien ejecuta las leyes. En el concepto de Ramiro Epieyú, quien ejerce la labor de palabrero hace 20 años, la construcción de este grado de significación de la palabra en la cultura se dio a través de los años, y ha sido un acuerdo construido socialmente. Es el resultado de unos procesos de apropiación de la cotidianidad. Cuando hablamos con él dijo lo siguiente:

El nivel de importancia de la palabra fue construyéndose a partir de la identificación de su poder y su papel hilante en nuestra construcción colectiva, a partir de deliberar en reuniones, en donde un grupo familiar se convocaba en un sitio para escucharse, a partir de su rol interventor en la relación de un abuelo con su nieto y a partir de ser valorado como guardia memorial de nuestros usos y costumbres por milenios (Ramiro Epieyú, comunicación personal, 7 de septiembre de 2011). Guerra (2002) afirma en su libro La disputa y la palabra que los palabreros o pütchipu son “especialistas indígenas en la solución de disputas, no perciben las desavenencias entre individuos o grupos humanos como fenómenos indeseados de patología social sino que las consideran eventos cíclicos, inherentes a la vida en comunidad, que nos brindan la oportunidad de recomponer estas relaciones sociales”. Podemos decir que la visión de un palabrero debe estar dirigida a que todo conflicto puede tener una solución. La formación de un palabrero no se aleja de la tradicional forma de educar en la cultura wayúu que es netamente basada en la experiencia. Se tiene una formación propia. Desde muy niño se aprende y se educa con el fin de establecer su rol en la sociedad. Así lo hizo Severiano Bonivento Epinayú, palabrero y autoridad tradicional en


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la comunidad wayúu de Tekia, quien fue inducido desde niño a enfrentar con madurez y calma las ofensas, lo cual lo llevó a afrontar con calma hasta el hecho más inquietante de su vida, que fue cuando mataron a su hermano, Ovispo Bonivento:

En ese momento tenía la sangre caliente, quería tener al asesino enfrente para matarlo −hace una pausa convocando el dolor que le provoca ese recuerdo y continúa−. Cuando vi a ese palabrero frente a mí, al día siguiente cuando aún podía ver la cara de hermano gritándome justicia me indignó, quise decirle que se largara y le dijera a quienes lo mandaron que se prepararan porque nos íbamos a guerra, quise pedirle en compensación una cantidad tan inalcanzable para que faltaran a su compromiso y poderme desquitar, pero en vez de eso guardé silencio, escuché todo lo que me decía el palabrero tratando de digerir cada palabra, me pesaba ser la autoridad de esa familia, tenía que pensar en el bienestar de ellos y de las generaciones futuras, mi mente divagó entre mis recuerdos de la infancia y traje al presente una imagen de mi tío materno donde me decía: “La nobleza no está en imperar e imponer, está en servir; no está en vengar, está en perdonar; no está en ser más bravo, está en tener calmada la mente cuando el corazón quiere estallar de ira. Ser valiente es doblegar para armonizar porque al hacerlo te enfrentas a ti mismo”. Debido a esto acepté el pacto de pago de 3 cuotas en cinco años (Severiano Bonivento Epinayú, comunicación personal, 8 de septiembre de 2011). El oficio de palabrero se requiere cuando se presenta la necesidad de pedir la mano de una joven en matrimonio, hurto, homicidio, agresión física con derramamiento de sangre, acceso carnal violento, ofensas verbales, solicitar compensación por daño en bien ajeno, entre otras. Entonces, cuando se presenta algún caso, las familias involucradas acuden al pütchipu para que dirija la negociación y se llegue a un acuerdo pacífico, pues de lo contrario desata un conflicto armado. El palabrero es reconocido por la comunidad y debe inspirar respeto entre quienes piden la compensación y quienes reciben el reclamo.

Dentro de la dinámica de este sistema, el palabrero no es el único que debe tener ese espíritu conciliador, es decir, las partes deben tener sentido de justicia al responder o emitir su juicio o su demanda. Se espera que no van a adoptar una actitud beligerante, no van esperar con insultos a aquellos que están buscando que se les repare por los daños causados, que siempre van a estar prestos a escuchar y actuar con justicia. Y sobre todo, en el caso de que sea el ofendido, la conciliación la realiza esa persona que es portadora de una mente pacífica y digna de respeto, que es reconocida como su líder por quienes la rodean.

Mi tío Walatshi ha llegado de donde estaba. Trajo en silencio, un antiguo problema de hombres. Le oímos resollar la ofensa… y nos observa la vida. Su bastón de mando le ordena dibujar en la tierra. No habrá pleito: Sus años han encontrado el oculto reposo del dolor. Tal como lo refleja este poema de Vito Apüshana (2010), las tradiciones de la comunidad wayúu buscan siempre la conciliación. Relegan su necesidad individual por alcanzar la fraternidad grupal, reflejado además en un ademán muy propio de los ancianos wayúu: cuando están en el oficio de meditar sus palabras siempre dibujan en la tierra con su bastón, ese mismo que sirve de objeto simbólico de autoridad y liderazgo dentro de su círculo familiar. “Durante siglos diversas colectividades humanas han logrado dirimir sus querellas mediante variados mecanismos de control social que, en muchos casos, contemplan el uso de discursos persuasivos concretados en una retórica eficaz para el mantenimiento de la armonía social sin recurrir al uso de la fuerza y a cuerpos coercitivos como tribunales o policías” (Guerra, 2002). En este último punto se expone la diferencia entre el sistema ordinario colombiano y el wayúu. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el sistema de este grupo étnico se basa en el derecho consuetudinario, a diferencia del colombiano, que es una normatividad dirigida por el derecho positivo, entendiendo por éste que es cuando es necesaria la presencia de una autoridad, el Estado.

El oficio de palabrero se requiere cuando se presenta la necesidad de pedir la mano de una joven en matrimonio, hurto, homicidio, agresión física con derramamiento de sangre, acceso carnal violento, ofensas verbales, solicitar compensación por daño en bien ajeno, entre otras.

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Los wayúu creen que la tranquilidad no tiene precio, por eso prefieren llegar a un acuerdo aun cuando el dolor les grite la venganza.

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Los wayúu no tienen varias figuras que hagan cumplir su normatividad, mientras que en la legislación colombiana existen varios entes que se encargan de ejecutar y vigilar el cumplimiento de las normas, como jueces, abogados y la fuerza pública. Además, otra de las diferencias entre estos tipos de derecho es que el consuetudinario o de costumbre jurídica se construye a partir de la tradición cultural y no es necesario tener una codificación específica ni mantener un escrito para tenerlo en cuenta en las resoluciones de los diferentes conflictos, simplemente son conocidas y acogidas por la comunidad por una tradición oral, de generación en generación. A diferencia del derecho positivo, el cual busca que se reúna un código que estipula toda la normativa que se necesita o se haya establecido, en el sistema colombiano, por ejemplo, tenemos los códigos Civil, Laboral y Penal, entre otros. Por otro lado, al establecer contacto con esta comunidad nos dimos cuenta de cómo es la concepción que se tiene sobre la solución de las faltas que se cometen. En la percepción del sistema normativo colombiano, lo que prevalece es el hecho de castigar al que comente las faltas. En cambio, la idea del castigo no se ve reflejada en el sistema wayúu, ya que en éste la idea es buscar la conciliación dando a cambio del perdón un pago establecido según la dinámica que ya conocemos. Si una persona comete una falta, en el sistema colombiano se castiga con la privación de su libertad, entendiendo por esto que se le cohíbe de tener una vida con la que se pueda gozar del beneficio de escoger libremente lo que quiere o no realizar. De lo contrario, si en la comunidad wayúu sucediera lo mismo, primero no solo se tiene en cuenta esa sola persona que comete la falta sino que directamente se necesita la intervención de toda su familia. Por ejemplo, si un miembro de la familia comete un error por consiguiente se habla con su tío materno y éste tiene la obligación de responder y junto a él se involucra toda la familia y entre todos buscan la solución rápida del inconveniente. Ahora, ustedes se preguntarán cómo hacen los que no tienen los recursos para cancelar una compensación solicitada. La respuesta es que en este modelo judicial existe la colaboración o lo que los wayúu denominan eitta (dar).

La colaboración se crea casi junto con las leyes de cobro de la normatividad wayúu. Cuando una familia no posea los recursos para pagar su falta recurre a sus vecinos, amigos y conocidos para que le ayuden a saldar su compromiso, y ellos hacen aportes de collares, ganado y últimamente en efectivo. Esto no es tan gratis como parece, es más bien como una inversión o un préstamo que se hace, así cuando la familia que te ayudó cae en desgracia, tú tienes el deber de ayudarle porque cuando lo necesitaste te tendió la mano. Los wayúu creen también que la tranquilidad no tiene precio, por eso prefieren llegar a un acuerdo aun cuando el dolor les grite la venganza. En el caso opuesto, incluso, cuando la familia del ofensor no tenga todo lo que piden los ofendidos, solicita colaboración entre los familiares y plazo para pagarlo. En algunos casos hay familias que han durado hasta 15 años para terminar de cancelar un pago. Nada nace de la noche a la mañana y este acuerdo cultural se constituyó después de muchas reuniones y prácticas de ella hasta que los wayúu vieron que era útil y la aceptaron para que se quedara permanentemente en su sociedad. Así, según Rafael Segundo Barros, palabrero y líder de la comunidad de Yamain en la Guajira:

Nosotros llegamos a ese acuerdo a partir de un consenso y al aceptarlo la mayoría pasa a ser casi una ley, pero creo que la base de todo es que los wayúu somos colaboradores y queremos nuestras costumbres porque nos hace autónomos y no regidos por las ideas de otros. Por algo somos el grupo indígena más completo, tenemos territorio, lengua, vestimenta, tradiciones y hasta un sistema normativo propio, porque nunca nos dejamos


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doblegar por los conquistadores. Nosotros siempre estamos prestos a tenderle la mano al otro no porque el más adelante nos vaya a retribuir sino por la cultura que nos envuelve, por ese espíritu de solidaridad que tan particular nos hace (Rafael Segundo Barros, comunicación personal, 7 de septiembre de 2011).

A MANERA DE CONCLUSIÓN El estudio del sistema normativo wayúu puede contener alguna aportación que contribuya a diseñar fórmulas dirigidas a la inserción de las prácticas jurídicas indígenas dentro del sistema judicial formal o coadyuve a implementar metodologías auténticamente colombianas para la búsqueda de la paz (Guerra, 2002). Esto no es solo una utopía porque ya empezó a construirse desde el momento en que los palabreros son reconocidos por la unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad, status que ha permitido que el mundo conozca acerca de este planteamiento jurídico. El modelo wayúu de solución de disputas se trata de un sistema emancipatorio, el cual se asemeja a algunas figuras basadas en el diálogo que se han implementado en occidente con gran aceptación y que se caracterizan por tener un gran componente argumentativo. Estas formas alternativas o complementarias al sistema judicial son la conciliación y el arbitraje, por medio de cuya implementación se ha tratado de reivindicar el carácter argumentativo y retórico del derecho romano, devolviéndoles así a las partes el poder para solucionar el conflicto a través de mecanismos de concertación, que ellas sienten más cercano y cuyo control no depende del aparato institucional. Un modelo de control social subsiste y se legitima en la medida en que los asociados

El modelo wayúu de solución de disputas se trata de un sistema emancipatorio, el cual se asemeja a algunas figuras basadas en el diálogo que se han implementado en occidente con gran aceptación y que se caracterizan por tener un gran componente argumentativo. confíen en el poder reparador o restaurativo que emana del mismo, y que los procesos propios del sistema sean efectivos y culminen de manera ideal y satisfactoria en la mayoría de los casos; por este motivo es que formas tradicionales de resolver conflictos, como la wayúu, se conservan. Diversificar el patrimonio hace que estos vestigios del pasado, susurros del ayer, comiencen a valorarse no solo como soporte de la memoria colectiva o como instrumento para el reconocimiento histórico, sino como un recurso para plantear el presente desde los métodos creados en consenso.

Lo que el hombre es, está entretejido con el lugar de donde es y con lo que él cree que es ese lugar, de una manera inseparable. Clifford Geertz 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Apüshana, V. (2010). Shiinalu´uiruashiiruaataa (En las hondonadas maternas de la piel). Bogotá: Compilación de Poemas del Ministerio de Cultura. Guerra, W. (2002). La disputa y la palabra: la ley en la sociedad wayúu. Bogotá: Ministerio de Cultura. Fajardo, R. (1999). Pautas de coordinación entre el derecho indígena y el derecho estatal. Fundación Myrna Mack. Martínez, S. y A. Hernández (2005). Territorio y Ley en la sociedad Wayúu. Printed Colombia. Ministerio de Cultura (2010). Patrimonio inmaterial guajiro. Bogotá. Ordóñez, J. (2005). Pluralismo Jurídico y pueblos indígenas. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Usaid – Estados Unidos a través de su Agencia por el Desarrollo Internacional (2010). Los pueblos indígenas. Trama y Urdimbre, consonancias y disonancias entre justicia propia de los pueblos indígenas y el sistema jurídico colombiano. Vizcaíno, E. (2006). Lágrimas, dolor y sangre en el derecho Wayúu. Antillas.

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TRAS LAS HUELLAS DEL ACTA DE INDEPENDENCIA Autores: Mario Ómar Fernández y David Cohen (eds.); Daniel Castro, Mario Ómar Fernández, Luz Guillermina Sinning, David Cohen, Ana Margarita Suárez, Olmo Torres Pachón y Alfredo Saab ISBN/ISSN: 978-958-710-815-6 / Año: 2012 Características: 26 x 33,5 cm., tapa dura con sobrecubierta,124 pp.

Quizás esta investigación permita que los próximos 20 de julio cuando se conmemore la independencia, este documento pueda ocupar el lugar que tuvo hace 200 años cuando fue protagonista. Quizás, también los esfuerzos de todas las personas e instituciones involucradas desde el dibujo de Simón Cárdenas, o el viaje y la voluntad que llevaron a Duque Uribe a emprender este proyecto, queden reflejados en que las futuras generaciones de colombianos puedan celebrar sus ansias de libertad a partir de la reinterpretación de este documento-monumento: El Acta de la Independencia”. (Texto final del video documental las “Huellas del Acta de la Independencia”).

TEACHER RESEARCH ON ENGLISH DIDACTICS ISSUES Autor: Astrid Núñez Pardo, María Fernanda Téllez Téllez and Judith Castellanos Jaimes (Editors) ISBN/ISSN: 978-958-710-869-9 Año: 2013 Características: 14 x 21 cm., tapa rústica, 254 pp. Cód. SAP 530003904. LIBRO DE INVESTIGACIÓN

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his book is the compilation of eight research studies conducted by the students from the Master’s Programme in Education with Emphasis on English Didactics at the School of Education and one study developed by the professors from the same Emphasis. The book illustrates the students’ research process focused on several English didactic issues relevant to the English as a Foreign Language community. The issues comprise varied themes such as cooperation in an EFL classroom based on the Cognitive Academic Language Learning Approach (CALLA), encouraging students to become strategic readers, multidimensional approach and multiple intelligence instruction-based activities, promoting cooperative learning by creating big books, students’ strategy use through criminalistics materials, cognitive and metacognitive strategies, autonomy and portfolios, the role of cooperative learning techniques in students’ reading skills, metacognitive strategy-based materials for a virtual learning environment,


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and in-service teachers’ development of materials. The book is divided into nine chapters. Each chapter explains the corresponding research process undertaken by the students. It shows their theoretical considerations, instructional and research designs, data analysis and findings, and conclusions in relation to their concern.

HISTORIA DEL DERECHO PÚBLICO EN COLOMBIA. TOMO I Autor: Francisco R. Barbosa Delgado (ed.) ISBN/ISSN: 978-958-710-855-2 Año: 2013 Características: 17 x 24 cm, tapa rústica, 610 pp. Cód. SAP 530003807. LIBRO DE INVESTIGACIÓN

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l Derecho y la historia han tenido una relación intensa, pero conflictiva. Desde el Derecho, la historia ha sido enmarcada en una suerte de linealidad normativa que prescinde de la panoplia de problemas que se pueden estudiar históricamente. Desde la historia, el estudio del Derecho ha sido presuntuoso queriendo abordarlo, sin entenderlo, sin conocer sus meandros, sus líneas de corte e incluso tropezando las más de las veces con problemas conceptuales. Tanto el uno como el otro deben saberse mirar, respetarse y no colonizarse. Es la única forma de hacer trabajos conjuntos. El presente libro es el fruto de esta interacción y del esfuerzo realizado por estudiosos de nuestro derecho al buscar problematizar diversos aspectos del Derecho público colombiano. Esta iniciativa, que pretende plantear problemas históricos en el Derecho público y retomar las discusiones, lejos del normativismo, nos lleva a tratar de armonizar el diálogo que debe existir entre historia y Derecho.

TOMÁS QUINTERO/THOMAS FARMER. INFORMES DEL ESPÍA DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA EN LA CORTE DE FERNANDO VII (1825-1830) Autor: Daniel Gutiérrez Ardila (editor) ISBN/ISSN: 978-958-710-854-5 Año: 2012 Características: 17 x 24 cm, tapa rústica, 468 pp. Colección Centro de Estudios en Historia.

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urante seis años las autoridades revolucionarias de Colombia recibieron vía Londres detallados informes de cuanto acontecía en la España de Fernando VII suscritos por Thomas Farmer, inglés y comerciante de profesión. Detrás de aquel nombre se escondía Tomás Quintero,

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un venezolano llegado a la Península en 1815 en compañía de su protector, el arzobispo de Caracas. A pesar de que desde los años cincuenta del siglo pasado se estableció la verdadera identidad del agente confidencial y se conoció su importante labor, hasta ahora no existe investigación alguna sobre el personaje. Para reparar esta injusticia, en el presente volumen se reproducen más de un centenar de informes que no solo ofrecen una visión muy particular del conflicto independentista, sino que constituyen, además, una fuente extraordinaria sobre la España de la llamada Década Ominosa.

EL CENTRO TRADICIONAL DE BOGOTÁ. VALOR DE USO POPULAR Y PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO DE LA CIUDAD Autores: Óscar A. Alfonso R., Samuel Jaramillo, Amparo De Urbina y Thierry Lulle ISBN/ISSN: 978-958-710-863-7 Año: 2013 Características: Serie de Economía Institucional Urbana n.º 7, 14 x 21 cm., tapa rústica, 186 pp.

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a vida de miles de bogotanos gravita alrededor del centro tradicional de la ciudad. Probablemente la de cientos de colombianos. Otros lugares de la ciudad, algunos con alguna tradición histórica, le han entablado una constante competencia espacial al centro tradicional en disputa de sus residentes y, en general, de las actividades humanas que allí se realizan. Además de esta competencia, el centro acoge a una diversidad de agentes interesados en vivir en él y de él, hasta configurarse en una zona de innegable valor de uso popular, de la mayor trascendencia sociopolítica para nuestra sociedad. A esa dinámica se suman los notables esfuerzos estatales y de algunos residentes organizados para conservar los activos inmobiliarios en los que reposa una parte de nuestra historia reciente. Este libro se ocupa de analizar y dejar memoria sobre estos fenómenos.

CHINA EN AMÉRICA LATINA: REFLEXIONES SOBRE LAS RELACIONES TRANSPACÍFICAS Autor: Benjamin Creutzfeldt (ed.) ISBN/ISSN: 978-958-710-852-1 Año: 2013 Características: 17 x 24 cm, tapa rústica, 424 pp.

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hina, desde su reforma y apertura en 1979, ha logrado posicionarse como uno de los mayores poderes económicos en el mundo; es socio estratégico comercial y de inversiones para muchos países. Sin embargo, el sustancial y rápido aumento de la participación china en las economías de América Latina se ha convertido en motivo tanto de esperanza como de preocupación. China en América Latina: Reflexiones sobre las relaciones transpacíficas reúne a destacados académicos de China, Estados Unidos, México, Argentina, España, Brasil y Colombia, para analizar las tendencias actuales de las relaciones entre China y América Latina. Desde diversas perspectivas –económica, políti-


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ca, legal, histórica y cultural– se ofrece un conocimiento especializado para un público interesado de habla hispana; así mismo, se pretende generar más interés para que se consolide el estudio de China –la sinología– en la academia latinoamericana.

LOS GRUPOS EMPRESARIALES Y SU EXPRESIÓN CONTABLE Autor: Antonio José Villamizar Figueroa ISBN/ISSN: 978-958-710-862-0 Año: 2013 Características: 14 x 21 cm., tapa rústica, 346 pp.

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l propósito fundamental de Los grupos empresariales y su expresión contable es el de tomar, analizar y facilitar la aplicabilidad de las normas internacionales de contabilidad y de información financiera relacionadas con los grandes negocios conformados por grupos empresariales con vinculación propietaria o patrimonial, muchas veces organizados con el fin de aceptar y hacer frente a los retos que implica la globalización industrial. El libro busca llenar en buen grado el vacío de conocimiento existente y sentido en los medios académico, profesional y empresarial al servir de consulta y guía, así como de instrumento idóneo para la práctica y la aplicación. La estructura del texto está formada de tal manera que guarda una secuencia lógica con el proceso de los distintos tipos de combinaciones y agrupaciones empresariales. Es así como el primer capítulo trata de las combinaciones de negocios en general, y la organización y estructura de los grupos económicos; del capítulo segundo al cuarto se exponen las características de la información financiera y de la metodología contable para la consolidación de los estados financieros de los grupos, las inversiones en empresas asociadas y las participaciones en negocios conjuntos; en los demás capítulos se hace una exposición de los casos prácticos más comunes que se presentan en las actividades recíprocas entre las entidades de estos grupos económicos.

MEMORIA Y REPARACIÓN: ELEMENTOS PARA UNA JUSTICIA TRANSICIONAL PRO VÍCTIMA Autor: Luis Jorge Garay Salamanca y Fernando Vargas Valencia ISBN/ISSN: 978-958-710-814-9 Año: 2012 Características: 14 x 21 cm., tapa rústica, 156 pp.

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a presente publicación se caracteriza por la actualidad de los temas que aborda: la restitución de tierras y la memoria de los graves y masivos vejámenes a la dignidad humana que ha dejado una historia contemporánea de múltiples violencias en Colombia, donde la complejidad de los acontecimientos se suma al carácter difuso, opaco o subrepticio de algunos de los actores y responsables. A propósito de la aprobación y reglamentación de la Ley 1448 de 2011, promocionada públicamente como la “Ley de Víctimas”, se establece un Sistema de Justicia Transicional Civil para el resarcimiento de los daños patrimoniales y del esclarecimiento histórico del ejercicio del poder territorial a través de la usurpación de tierras, inédito en el mundo, particularmente

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por el hecho de promocionarse sin que se hayan superado aún los conflictos que han dado lugar a la victimización. Por ello, precisar las implicaciones y complejidades de los conceptos, criterios y actuaciones que habrán de surtirse alrededor de estos temas, como lo proponen los autores, resulta urgente para el debate y enriquecimiento colectivo de una política de restitución, reparación integral, verdad, justicia y memoria en el país.

LA CARGA DEL PERJUDICADO DE EVITAR O MITIGAR EL DAÑO. ESTUDIO HISTÓRICO-COMPARADO Autor: Lilian C. San Martín Neira ISBN/ISSN: 978958-710-835-4 Año: 2012 Características: 17 x 24 cm., tapa rústica, 466 pp.

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a proliferación de las demandas por responsabilidad civil y la cuantía cada vez más alta de las condenas al resarcimiento hacen necesario analizar los criterios de delimitación del daño resarcible. Ese es el propósito del presente trabajo que se ocupa específicamente del rol que corresponde a la víctima en la contención del daño y de su influencia en el quantum respondeatur. El trabajo utiliza el método histórico-comparado para sustentar que en el sistema romanista de Derecho, específicamente en el subsistema latinoamericano, el perjudicado tiene la carga de evitar o mitigar el daño. Ello implica que el perjudicado no tendrá derecho a resarcimiento por aquellos daños que habría podido evitar o mitigar; por tanto, deberán ser excluidos de la cuantía del resarcimiento. El argumento aquí presentado ha ocupado a la doctrina civilista desde hace años; sin embargo, esta es la primera obra que abarca el argumento en profundidad, desde el Derecho romano hasta los más importantes proyectos de unificación del Derecho privado, y constituye, además, la primera monografía sobre el argumento en lengua castellana.

EL PRINCIPIO DE IGUALDAD EN LA ACTIVIDAD FINANCIERA. EL CASO DEL ACCESO A LOS SERVICIOS FINANCIEROS Y EL RESCATE DE LOS BANCOS “DEMASIADO GRANDES PARA QUEBRAR” (“TOO BIG TO FAIL”) Autor: Luis Fernando López Roca ISBN/ISSN: 978-958-710-843-9 Año: 2012 Características: 17 x 24 cm., tapa rústica, 406 pp.

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ste libro ofrece un prolijo y detallado estudio de diversos aspectos del Derecho financiero –bancario– y su relación con la Constitución Política, sobre todo con el derecho de igualdad. La investigación se enfoca en dos problemas: el primero, los límites que el derecho a la igualdad impone a la libertad de los bancos e instituciones financieras para permitir el acceso a los servicios financieros, y la incompatibilidad con la Constitución de una política que privilegie el salvamento mediante la utilización de recursos públicos a entidades financieras consideradas de mayor tamaño (llamadas too big to fail), que, a su vez, implique dejar


Reseñas

quebrar a las pequeñas con perjuicio para sus ahorradores. Este trato diferenciado de los bancos, considerado en otros países como una medida posible en tiempos de crisis, no tiene justificación teórica, máxime si en uno y otro caso se trata de entidades sometidas a la inspección y vigilancia del Estado.

ASPECTOS LEGALES DE LA COMPUTACIÓN EN LA NUBE Autores: Daniel Peña Valenzuela y Juan David Bazzani Montoya ISBN/ISSN: 978-958-710-849-1 Año: 2012 Características: 15 x 21 cm., tapa rústica, 122 pp.

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omos conscientes de la forma como la tecnología evoluciona. Hoy por hoy, el avance de los sistemas de información presenta una serie de posibilidades que antes era imposible imaginar. Así ha ocurrido con la Computación en la Nube, pues se ha convertido en el paradigma actual de la forma como se interactúa con los diferentes servicios de Internet, hasta el punto que el sector empresarial de medios electrónicos que trabajan en la producción de software y hardware ha cambiado sus modelos de mercado basándolos en sistemas que operan a partir de modelos de Computación en la Nube. De allí la enorme tarea que tiene el Derecho para analizar estos temas y diseñar una regulación acorde con el avance continuo y revolucionario de la tecnología. Es esa, precisamente, la razón por la cual este texto se hace relevante para un interesado en la Computación en la Nube. En el libro el Grupo de Investigación en Comercio Electrónico estudia los aspectos legales más relevantes que deben tenerse en cuenta para contratar servicios de Computación en la Nube.

LOS SABERES ASIÁTICOS. CIENCIA Y TÉCNICA EN CHINA, INDIA Y JAPÓN DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA NUESTROS DÍAS Autores: Pío García, Roberto Restrepo, Sandra Salamanca, Ricardo Tokunaga y Hiroshi Wago ISBN/ISSN: 978-958-710-809-5 Año: 2012 Características: Colección Pre Textos n.º 42, 14 x 21 cm., tapa rústica, 520 pp.

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l conocimiento europeo configuró el sistema global de intercambios, que sobrepasa ya los cinco siglos de existencia. El método positivo y la inteligencia artificial plasmada en el computador son resultados eximios de ese proceso intelectual. Menos conocidas –y reconocidas como tales– son las raíces asiáticas del mundo moderno. Sin la síntesis árabe e islámica de los eruditos e investigadores en Damasco, Bagdad o Isfahán la era industrial hubiera sido imposible. Árabes y persas condensaron y desarrollaron el legado de China, India, Grecia, Roma y de sus propios ancestros para lanzar a la humanidad al sometimiento de la naturaleza. Hoy en día, en la medida que los países de Asia emergen como potencias de rango mundial, remozan el dominio tecnocientífico en una nueva síntesis planetaria.

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL Y PERIODISMO

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esde hace aproximadamente tres años la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad Externado de Colombia se encuentra comprometida en el proceso de elaboración de una revista de alto nivel científico y de carácter monográfico, complementado con secciones fijas. A la fecha han circulado cinco números; el primero de ellos tuvo como eje temático “Comunicación y participación política”; el

segundo, “Comunicación y movilización social”; el tercero, “Tecnicidades”; el cuarto, “Deliberación”, y el quinto, “Comunicación y Discurso”. El tema que en esta ocasión nos convoca es “Comunicación y género”. Los interesados en escribir artículos sobre este tema que contengan resultados de investigación, reflexiones teóricas, revisiones temáticas y estudios de caso, tienen plazo de enviarlos hasta el día viernes 20 de septiembre de 2013.

La revista científica Comunicación y Ciudadanía de la Facultad de Comunicación Social – Periodismo de la Universidad Externado de Colombia es una publicación semestral que busca contribuir al debate sobre la ciudadanía desde la perspectiva comunicacional académica e investigativa. Esta publicación, abierta a la participación de profesores locales y extranjeros que quieran reflexionar acerca del la ciudadanía, tratará un tema diferente cada semestre. La revista recibirá todo tipo de trabajos, dando preferencia a los documentos inéditos. Los documentos deben tener una extensión máxima de 20 páginas a espacio y medio en letra Times New Roman. Se deberá entregar en CD o vía electrónica a la casilla de correo: comyciudadania@uexternado.edu.co Cada artículo deberá estar encabezado por el título y el nombre completo del autor. Se deberá incluir un resumen en castellano y un abstract que no supere las 200 palabras. Igualmente 5 palabras clave, también en castellano y cinco en inglés. Contendrá título, nombre de autor o autores, un pequeño currículum de cada uno de los autores (en el cual deben figurar título profesional, pertenencia institucional, cargo académico y dirección electrónica). Todas las páginas deberán estar numeradas, incluyendo la bibliografía, gráficos y cuadros. Las notas y referencias críticas deberán ir a pie de página y respetar las normas APA para la publicación de artículos científicos. El uso de pies de página se debe reservar exclusivamente para notas aclaratorias o explicativas. En cuanto a las normas de citación, las referencias deben aparecer en el texto, entre un paréntesis que incluya el apellido del autor, el año de publicación y las páginas citadas. La bibliografía deberá figurar al final de cada

artículo y se debe presentar de la siguiente forma: apellido y nombre del autor, año de publicación, título del libro en cursiva, ciudad y editorial. Los capítulos de obras colectivas deben incluir: apellido y nombre del autor, año de publicación, título del capítulo entre comillas, título del libro en cursiva, ciudad, editorial y páginas del capítulo. Los artículos de revistas deben incluir: apellido y nombre del autor, año de publicación, título del artículo entre comillas, nombre de la revista en cursiva, volumen, número y páginas del artículo. Los artículos seleccionados serán evaluados por dos miembros del Comité Académico Internacional o por especialistas pertenecientes al área temática de la colaboración, los que actuarán como árbitros. La evaluación se hará de forma anónima, utilizando la modalidad de doble ciego. Este proceso tarda 2 meses, aproximadamente. Una vez se conozca el resultado de la evaluación se pondrán de presente al autor las observaciones remitidas. Luego de atendidas las observaciones de los árbitros si para el autor son pertinentes, el Comité Editorial dará su concepto final. Al remitir su contribución, el autor debe manifestar con claridad: i) que está de acuerdo con la política editorial de la revista Comunicación y Ciudadanía de la Universidad Externado de Colombia; ii) que su artículo es inédito, y iii) que el documento no se encuentra en proceso de evaluación en otra revista u órganos editoriales. La revista se reserva los derechos de autor y la reproducción de los documentos en otros medios impresos y/o electrónicos debe estar autorizada por el Editor. Los artículos publicados en la Revista serán enviados en medio magnético a las diferentes bases de datos y sistemas de indexación para la divulgación de su contenido. Los artículos también se pueden consultar en la página web:

www.uexternado.edu.co/comunicacionyciudadania

y en las bases de datos del Social Science Research Network (SSRN), Dialnet y el Open Journal System (OJS) . ENERO-JUNIO 2013



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