Revista Oráculo No 31

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REDACCIÓN Jorge Iván Gil, María Camila González Olarte y Angie Jiménez.

Liz Forero, Óscar Mena y María Arévalo.

Lorena Ramírez, Alejandra Camacho y Fredy Gonzalo Nieto

Melisa Echeverri y Daniela Beltrán

Andrés García y Vivian Suárez

Lizeth Cortés Bolívar y Juliana Osorio Castillo

Vladimir Martínez H. y Alejandra Martínez B.

Tatiana Lozada, David Fernández y Sandra Milena Bejarano.

Nicolás Rocha C. y Daniela Carmona Salazar.

Lina Giraldo y Sebastián Duque Sánchez

Esteban Naranjo y Diego Casas.

María Alejandra Mora, Samuel Jiménez, Johan Camilo Vásquez Plazas, Ángela María Jiménez Ángel, Paula Rojas, Norbey Quevedo y Orlando Valencia.

Consejo Editorial: Luz Amalia Camacho Velásquez, Germán Manga,Victoria González. Editores: Germán Manga y Norbey Quevedo. Director gráfico: Orlando Valencia S. Ilustraciones: Esteban Díaz y Orlando Valencia S. Fotografía grupo de redación: Samuel Jiménez Impresión: Departamento de Publicaciones Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas por los autores no corresponden necesariamente a las de la Universidad.


EDITORIAL

Colombia está desperdiciando su principal capital humano: los jóvenes. Mientras la tasa de desempleo en el país es

tienen estudios superiores concentran las mayores tasas de des-

de 10%, la asociada con quienes

empleo. En Colombia hay dos millones de estudiantes universita-

tienen entre 14 y 28 años, es

rios, cada año se gradúan 200 mil y muchos no logran conseguir

superior a 16%. La mujer joven

trabajo, en parte porque la falta de experiencia laboral los hace

tiene la peor condición actual en

menos productivos y también porque provienen de instituciones

términos de desempleo: 22%. De los ocho millones de jóvenes que hay en nuestro país 1,3 millones están desempleados. Es un problema extremadamente grave, especialmente porque los estudios disponibles indican que la situación no mejorará en los próximos años.

educativas deficientes cuyos profesionales, tecnólogos y técnicos no tienen una formación sólida o fueron formados en campos que no tienen demanda en el mercado laboral. Este número de Oráculo es resultado de la iniciativa, investigación y creatividad de un grupo de jóvenes que están a poco

La crisis económica que enfrenta el mundo desde 2008 ha

más de un año de culminar sus estudios y que si bien pertenecen

afectado a la juventud más que a los otros segmentos de la po-

a la privilegiada minoría de los que logran culminar todos los ciclos

blación. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo,

de la educación y ser profesionales de una universidad certificada

OIT, las tasas juveniles de desempleo duplican en promedio la del

que imparte educación de calidad, enfrentarán sin escapatoria, a

conjunto de la economía. Como el resto del planeta, Latinoamé-

la vuelta de unos meses, la muy compleja realidad del mercado

rica experimenta un crecimiento desmedido de la llamada “gene-

laboral colombiano. Tal como se lo propusieron, realizan en sus

ración ni ni”: uno de cada cinco jóvenes de la región ni estudia, ni

escritos un interesante análisis de las facetas, posibilidades, obs-

trabaja, ni recibe formación técnica.

táculos y problemática del empleo juvenil en Colombia, con la

Contar con apoyo familiar y tener menos responsabilidades

autoridad y el interés que se deriva del hecho mismo de que ellos

que los mayores explica en parte el desempleo juvenil.También al-

sean parte de ese grupo, que según Fedesarrollo hoy representa

gunas rigideces de empleadores que exigen experiencia. En el caso

50% de los desempleados y apenas 30% del total de trabajadores

colombiano es especialmente inquietante el costo que deben asu-

de Colombia que a estas alturas no tiene una política de empleo

mir los jóvenes por la desconexión existente entre la educación y

para los jóvenes, cuando su futuro depende precisamente de dar

las necesidades del desarrollo que se expresa, entre otros índices,

educación y oportunidades laborales de calidad a su principal ca-

en que no existe una relación directa entre mayor educación

pital humano.

y menor desempleo. Los que tienen educación media y los que

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Colombia: un país donde ser joven y trabajar es muy difícil.

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Germán Manga H. Editor

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Yo quiero ser militar.

Soy mi propio jefe.

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Los que salen de la guerra a buscar trabajo.

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El puente que está quebrado.

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Cuando el empleo no es lo que parece.

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Colombianos que se van, extranjeros que llegan.

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No todo lo que brilla es oro.

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La cultura como trabajo: Mucha pasión, pocas oportunidades.

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Discapacidad, una codición que condiciona.

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Deporte en Colombia: un oficio fuera de lugar.

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La explotación del cuerpo sin contacto.

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Entre pases y ligueros.

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Las rutas del esparri.

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Los quehaceres de la guerra.

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# a mí tambien me pasó.


Mi primer trabajo

ÌcolombiaÍ

un país donde ser joven y trabajar es muy difícil A partir de la crisis económica de 2008, los jóvenes son los más afectados por el desempleo en el mundo. En Colombia la tasa de desempleo juvenil es de 16% y la de las mujeres jóvenes, 22%. Medidas como la Ley del Primer empleo mitigan la crisis pero no se vislumbran soluciones de fondo en el corto y mediano plazo.

z nzále ila Go m a C aría n Gil Por M Jorge Ivá énez , m Olarte Angie Ji y l e g Án

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E

l miércoles 11 de marzo de 2015, a las 10 de la mañana en el centro comercial Plaza de las Américas, Luis Eduardo Garzón, Ministro de Trabajo, y sus colaboradores convocaron a un evento titulado “Trabajo Sin Palancas”, con el fin de inaugurar 15 nuevos centros de empleo, dentro de la plataforma Servicio Público de Empleo. Además asistieron algunos de los empresarios más importantes del país, como el presidente del Grupo Éxito, Juan Felipe Montoya; el presidente de Cencosud, Eric Basset, y el gerente de Transmilenio, Sergio París, entre otros, para motivarlos a que fueran generadores de más trabajo formal. Entre el público rotaba una lista del SENA y los interesados a ingresar a la entidad educativa gratuita anotaban sus datos. Muchos de los asistentes, en su mayoría mujeres, cargaban carpetas o sobres de manila donde llevaban sus hojas de vida para ver si, gracias al evento, podían encontrar una oportunidad de trabajo. En las oficinas del Servicio Público de Empleo la situación es similar: las personas se acercan, piden un turno y esperan a que un asesor las llame para que presenten su Curriculum Vitae. La crisis económica que enfrenta el mundo desde 2008 ha afectado a la juventud más que a los otros segmentos de la población. De los ocho millones de jóvenes que hay en Colombia, 1,3 millones están desempleados. El panorama para los jóvenes no es alentador: la mitad de los desempleados del país están en el rango de edad entre 14 y 28 años y solamente el 30% hacen parte de la fuerza laboral. Según la CEPAL, el salario de los pertenecientes a este grupo es un 58% menor que el de las personas mayores de 28 años. Adicionalmente, suelen

tener mayor inestabilidad laboral, pues cambian constantemente de trabajo. Además aún hay grandes brechas entre los salarios de las mujeres y los hombres, puesto que las primeras ganan un 37,4 % menos que los segundos, una diferencia que se acentúa más en el sector privado. La mayor desigualdad salarial se presenta en el sector de servicios personales, como servicio doméstico y empresas de limpieza, donde los hombres cobran más del doble que las mujeres. César Pabón, analista económico de Fedesarrollo, le dijo a Oráculo que las causas del desempleo juvenil en Colombia son las dificultades para acceder a la educación y la falta de experiencia. “Tenemos un mercado laboral muy limitado que no permite contratar a los recién graduados, ya sean de carrera profesional, de bachillerato o de técnico”.

seme d l e usas den Colombia a c s a L venil ltades para u j o e pl dificu ducación y s a l n so la e iencia. a r e acced a de exper la falt Un caso que permite ejemplificar esta situación es el de Matías Quintanilla. Él es un joven que terminó la carrera de Publicidad y Mercadeo en el Politécnico Grancolombiano cuando tenía 22 años. Sin embargo, duró dos años desempleado por falta de preparación en el ámbito práctico. “En la universidad no me prepararon para enfrentarme al mundo laboral ya que me homologaron la práctica por haber hecho mi último semestre en el exterior”. En efecto, cuando comenzó a buscar empleo le cerraron las puertas por no tener la práctica laboral. La única forma como pudo obtener trabajo fue a través de un amigo que ya estaba

en la industria. “Todo fue por palanca, así comencé a tener experiencia laboral”, dijo Quintanilla. A pesar de los esfuerzos del gobierno por combatir el desempleo juvenil, como la Ley del Primer Empleo de 2010 o el programa de los 40.000 primeros empleos de febrero de 2015, en Colombia aún existen grandes retos, como la informalidad. En la Gran Encuesta Integrada de Hogares para diciembre de 2014 a febrero de 2015 se mostró que “la proporción de ocupados informales en las veintitrés ciudades y áreas metropolitanas alcanzó el 49,5 %”. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que el factor de la informalidad se debe a las condiciones socioeconómicas que se viven en Latinoamérica, lo cual influye en la situación laboral de los jóvenes. Por consiguiente, los que no pudieron estudiar por causas económicas, tienen menor probabilidad de conseguir un buen empleo y terminan en la informalidad. Tibisay Pérez vive en Arborizadora Baja y no ha tenido los recursos necesarios para hacer un técnico o una carrera profesional. Cuando terminó su bachillerato a la edad de 19 años, consiguió un empleo en una empresa que le pagaba un salario mínimo. Sin embargo, ella fue despedida y después no consiguió ningún puesto. En la actualidad, Tibisay tiene 27 años y vende obleas en Chapinero. “En este puesto me va bien. Gano lo necesario para mantenerme a diario pero no me alcanza la plata para estudiar”, afirmó. Queda en evidencia que actualmente en Colombia se vive una gran preocupación por el desempleo que rodea a los jóvenes y son ellos quienes afrontan un incierto y complicado mundo laboral. Así como Alejandra Jiménez, de 28 años de edad, que estudió administración de empresas

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. Pabón ésar C : o c a i Arrib onóm ta ec Analis esarrollo. d de Fe uis ha: L ez. Derec m to Gó Ernes istro de es. in Vicem y Pension o e l Emp

y afirma que “buscar empleo hoy en día se ha vuelto cada vez más complicado, ahora solo me ofrecen un salario mínimo cuando el cargo amerita un pago superior; también me han ofrecido contratos por prestación de servicio o contratos por corretaje, donde solo se gana por comisión, es decir, no se tiene salario mínimo ni prestaciones sociales, y esto lo hacen porque las empresas buscan bajar la carga prestacional, sin importar si el candidato está bien calificado y merece un ingreso salarial mucho mejor”. Como respuesta a esta problemática, en el primer gobierno del presidente Juan Manuel Santos, se sancionó la Ley 1429 de 2010 o Ley del Primer Empleo que tiene como objetivo incentivar la creación de pequeñas empresas, estimular que las grandes compañías contraten a personas menores de 28 años, la eliminación de trámites para la formalización del empleo, y la creación del Sistema Nacional de Información de Demanda Laboral (SINIDEL), cuya función es recopilar y procesar información de las empresas LO ORÁCU 31

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Fotografía archivo personal: César Pabón y Luis Ernesto Gómez.

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públicas y privadas con el fin de estimar qué es lo que necesita el mercado laboral y entender su comportamiento. Complementario a la ya nombrada ley, el segundo mandato del presidente Santos lanzó el programa 40.000 primeros empleos, iniciativa que pretende brindarles a los jóvenes la oportunidad de conseguir su primera experiencia laboral y, por consiguiente, romper las barreras que surgen a la hora de comenzar una vida económicamente activa. Luis Ernesto Gómez Londoño, viceministro de empleo y Pensiones, le manifestó a Oráculo que “la experiencia es la trampa del desempleo de los jóvenes, pues si no les dan trabajo no van a tener esa primera experiencia”. Para ejecutar este programa, el gobierno se encargará de pagar la nómina durante 6 meses, incluida la seguridad social, y la empresa contratista se compromete a mantener al 60% de estos jóvenes trabajadores dentro de sus empresas. “No se trata de mandar a los jóvenes a hacer cualquier cosa. Finalmente los recursos que se están

invirtiendo aquí son importantes. Es como si el Estado comprara formación para los jóvenes”, agrega Gómez Londoño sobre este plan en el que se han invertido ya $300.000 millones. Según el gobierno, otro de los pilares del programa es la vinculación de empresas que hacen parte de los sectores que están en crecimiento –como el de la tecnología, la logística y la exportación– con el fin de garantizar una buena experiencia por medio de vacantes de calidad. Además de esto, las compañías que sean elegidas deben propiciar un ambiente que le permita al joven desarrollarse personal y profesionalmente, al mismo tiempo que deben incluirlo en los procesos de capacitación de la misma. Los casos de Tibisay Pérez, Alejandra Jiménez y Matías Quintanilla son la cara del desempleo juvenil en Colombia donde la falta de oportunidades laborales y económicas dificultan el hallazgo de un empleo que se ajuste a su conocimiento y a sus necesidades. Por tal motivo, jóvenes como Tibisay deciden salirse del sistema de la formalidad para refugiarse en negocios informales como el de la venta de obleas en las calles de Bogotá, que proporciona más estabilidad que un empleo fijo. Como respuesta, el gobierno lanzó una ley y varios programas cuyos resultados se verán en el mediano y largo plazo. Para que todos estos sean eficientes, César Pabón, analista económico de Fedesarrollo, afirma que iniciativas como la de los 40.000 primeros empleos están pensadas al corto plazo y “deben estar acompañadas de manera transversal con medidas de formación y educación para que las personas estén preparadas para llegar al mercado laboral”. Todo esto con el fin de disminuir la tasa de desempleo juvenil en Colombia que actualmente se encuentra en el 16,2%, una cifra que se ha convertido en un desafío a nivel nacional. v


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onstruir empresa en este país se ha convertido de una tarea agónica, en algo que cualquiera puede realizar, pues gracias a la simplificación de trámites y procesos legales, se crean 183 compañías en el país al día, según la Cámara de Comercio. Sin embargo, no todas cuentan con la misma suerte de generar ingresos que superen el capital financiero, cosa que no fue difícil para empresas como We Love Nails, Fixeito Messenger, y Gano Excel, hechas por jóvenes y para jóvenes. La moda y el glamour hacen parte de los mercados que los nuevos emprendedores utilizan para crear negoLO ORÁCU 31

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Como ocurre en el resto del mundo, en Colombia cada vez más jóvenes optan por el emprendimiento y se lanzan a crear sus propios negocios, una ruta interesante y llena de oportunidades en la cual, como en todo, siempre hay ganadores y perdedores. aría ero, M ena r o F iz ar M Por L y Ósc o l a Arév

cios rentables. El cuidado de las uñas forma parte sustancial del estilo que quieren imponer jóvenes y adolescentes

ya que son consideradas por expertos como el complemento necesario para lograr un look completo. Es por esto que Andrea Novoa y Daniela Moscarella aprovecharon para crear un proyecto ingenioso, con We Love Nails​. La idea surgió por el gusto de las dos aliadas por los esmaltes; estos fueron la base para dar apertura al primer Nail Bar de Latinoamérica: aproximadamente 200 pintauñas fueron el punto de partida para la innovadora idea. Los diseños creativos incluyen uñas permanentes, acrílicas, en gel y algunos piercings para las mujeres más arriesgadas. Ante la falta de oportunidades en el mercado laboral, más de 30.000 jóvenes en Colombia de 18 a 28 años


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Fotografía cortesía: We Love Nails. Fixeito Messenger y Gano Excel.

Nails. love e W rda: ger. Izquie essen M o t i : Fixe Centro xcel. ano E G : a h Derec

deciden crear empresa con el fin de tener un trabajo independiente, según la Cámara de Comercio. En Colombia la formación de empresas aumentó en un 9,3%, es decir que se han creado 240.250 empresas independientes, afirma Bernardo Valencia, director de operaciones Gano Excel, empresa malaya de multinivel. We Love Nails fue pensado para brindar comodidad al género femenino pues los cócteles, cervezas, postres, cupcakes, dulces y demás hacen parte de la exclusividad del lugar. Los tonos rosa y blanco son los colores característicos de la decoración del bar, pues las tonalidades reflejan, según las creadoras, alegría, elegancia, delicadeza y feminidad, haciendo que las clientas se sientan como en una casa de muñecas. La realización de eventos es otro servicio que ofrece el bar de uñas, como lo son despedidas de solteras, cumpleaños y reuniones de amigas. La presencia de famosas colombianas y extranjeras le ha dado prestigio al lugar, sus redes sociales cuentan con más de un millón y medio de seguidores y por

eso su publicidad se realiza en cuentas de Instagram, Twitter y Facebook. Según estadísticas del lugar, semanalmente asisten más de 200 mujeres para consentir su piel, uñas y cabello. ​We Love Nails es un bar que reúne a mujeres de todas las edades, pues no solo son jóvenes y adultas quienes asisten, también hay campo para las pequeñas, pues algunas de ellas solo frecuentan el lugar para hacer vida social. Así, la personalidad y la actitud se refleja en las uñas de quienes a través de ellas encuentran una herramienta de expresión o una excusa para compartir.

El mensaje amigable con el medio ambiente Según las estadísticas del DANE, los colombianos en el 2014 han implementado la bicicleta como parte del transporte en Bogotá, siendo uno de los pocos, sino el único amigable con el planeta. Así que Fernando García no se quedó atrás con el deseo de

tener un trabajo rentable y generar empleo a través de actividades únicas e innovadoras. F​ ixeito Messenger​ es otro negocio ideado por jóvenes, basado en el uso de la bicicleta, un medio de transporte sostenible, que no necesita electricidad, gas o gasolina, para llevar “encargos” o mensajes a algún punto de la ciudad. Según la Secretaría de Movilidad, hay una red de 376 kilómetros de ciclorrutas en la capital; además, comienzan a verse personas que optan por este medio de transporte día a día, haciendo de él la mejor opción para movilizarse. ​Fixeito Messenger es una de las empresas que reúnen a personas aficionadas a la bicicleta con el objetivo de recibir y entregar mensajes. Sus creadores decidieron aprovechar el auge de la bicicleta para establecer medios de empleo. La idea consiste en continuar una tradición de ciclistas urbanos que lograron la primera mensajería en bicicleta. F​ ixeito Messenger es pionera en Bogotá gracias a Manuel Fernando García, quien

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habilitó un Fan Page y realizó una previa investigación para tener claros los objetivos del negocio. Tomó un modelo de negocio en donde el dinero se obtiene gracias al recorrido en bicicleta versus la distancia, haciendo que el kilómetro recorrido tenga una tarifa básica de $1.500 pesos. Para García, a través de Fixeito Messenger se comienza a adoptar el elemento ciclístico, que define como “correr y vivir la vida con la biela”; por eso resume su empresa como una “industria cultural de mensajería en bicicleta”. Comercialmente, Fixeito es una herramienta para ofrecer una solución a los clientes para sus dificultades a la hora de realizar diligencias en las que deben movilizarse con rapidez. Manuel Fernando está convencido del rendimiento de su negocio; dice que es tan rentable que el mercado ha comenzado a ampliarse, pues actualmente existen ocho alternativas de mensajería en bicicleta. Este joven le debe su estabilidad económica a la bicicleta. Afirma que la bicicleta es un mundo lleno de posibilidades, por eso es que el panorama en cuanto transporte ecológico en Bogotá tiende a mejorar, puesto que, a su parecer, aumentarán las ciclorrutas y el número de personas que las transitan; la desventaja es que los robos y la inseguridad se mantendrán, así que la solución es que nazcan más hijos de la bicicleta. Además, de actividades en las que la bicicleta sea el afrodisíaco.

Pensionado a los 23 años En otro ámbito, cuando se trata de hacer dinero en corto tiempo, Juan Pablo Pineda sonríe mostrando toda su dentadura, como si estuviera posando para la foto de cumpleaños. Parece la señal del buen momento que vive hoy LO ORÁCU 31

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en día. El joven de 23 años, empezó el negocio de las redes de mercadeo a los 20, ahora tiene carro y casa nueva, vive en Medellín, algunos sábados en Bogotá, y lleva en su maleta una caja de café, porque así fue como comenzó su negocio. En el 2012, creó unas de las primeras redes de multinivel con jóvenes, hoy con más de 1.000 personas en su red. Su cuenta bancaria cuenta con $23 millones cada fin de semana, producto de sus ventas residuales. Existen miles de empresas aquí en Colombia que hacen redes de mercadeo, algunas con productos de aseo, otras con jugo de amalaki, otras con maquillaje y demás; la mayoría de estas empresas manejan una misma estructura de ventas​, afirma Juan Pablo Pineda mientras toma un sorbo de café y comenta: “sin embargo, en mi empresa no dependemos de las ventas, porque Gano Excel tiene un sistema que soporta las necesidades; que hay que trabajar sí, pero si vos trabajás tomándote un café con tus amigos y compartes esta oportunidad y te aferras al sistema te aseguro que no hay posibilidad de fracasar”​. Ante las diversas captadoras de dinero creadas en el país, el Congreso

aprobó una ley con el nombre de comercialización en red o mercadeo multinivel en Colombia, con el fin de darle una imagen real al sector de venta directa dentro del marco legal y dejando claro en qué consiste dicha actividad. Así, para las personas que pertenecen a este sector y las que no, tengan la claridad sobre lo que realmente debe ser y representa una compañía de mercadeo multinivel real, seria y con compromiso auténtico por su gente. El negocio de las redes de mercadeo es dado a conocer como el trabajo del siglo XXI, en el cual los jóvenes deciden asumir el riesgo de no obtener un salario tradicional, pues las ganancias dependen de las ventas que realice el empresario con la ayuda de familiares y amigos que creen en el negocio y apoyan a quien los invitó. Los casos de Juan Pablo Pineda, Andrea Novoa y Fernando García hacen parte de los colombianos, quienes partiendo de un capital mínimo logran llevar a cabo proyectos, para ampliarlos y hacerlos rentables. Todo se debe a su creatividad, audacia y berraquera. Por eso es que ellos hacen parte del 3% de la población mundial que son sus propios jefes. v


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EL PUENTE

QUE -¿Qué es Atom House? -Es una incubadora en la que gestamos start-ups. -¿Por qué estudiar ingeniería? -En un país donde la cultura es la del dinero fácil, los pocos que estudiamos esta carrera tenemos más oportunidades. iovanny Gio Beltrán, de 26 años, ingeniero de sistemas de la Universidad Francisco José de Caldas, abre las puertas de un lugar para emprendedores que cuenta con tres pisos. En una de las salas se encuentra Miguel Romero, de 19 años, estudiante, aún no graduado, de la misma carrera en la misma universidad. No se levanta de la silla en ningún momento, salvo para caminar, maldecir y respirar un poco, pues, según Miguel, “el ejercicio de la programación puede ser muy estresante”. Ambos hacen parte del 21% de jóvenes que se gradúa de ingeniería al año. Si entre la educación y el empleo existiera un puente, en Colombia ese puente está quebrado y no se divisa una cura a corto plazo. Una forma de hacerlo sería sincronizar las habilidades de la población con las necesidades de los mercados de trabajo; otra llevaría a examinar a la calidad educativa como cuello de botella en el entramado del tráfico laboral. Remendar

ESTÁ

ez, Ramír y a n e o or Por L ra Camach o t d i n a N j o e Ale onzal G y d Fre

BRADO

En Colombia la demanda laboral y las necesidades del desarrollo no coinciden con la calidad de los conocimientos de muchos profesionales ni con las habilidades y oficios que enseña la academia en sus diferentes programas. Esto se convierte en fuente de problemas y frustración para jóvenes en busca de empleo.

Fotografía cortesía: Atom House.

G

á.

ot n Bog use e o H om de At Sede

el puente requiere acciones concretas pero mientras se atraviesa solo se divisan cáscaras de huevo. Como Giovanny y su colega, toda persona inmersa en un sistema de educación curricular se forma desde la infancia en habilidades generales cognitivas (áreas como el lenguaje, las matemáticas y las ciencias) y no cognitivas, como compartir un espacio, la inteligencia emocional y una muy importante para el tema en cuestión: la persistencia. Adyacente a ella, la de-

serción se muestra como la práctica común en muchos jóvenes de esta parte del hemisferio. A pesar de que los empleadores se quejan por no encontrar el perfil adecuado para cubrir sus vacantes en ciertas prácticas, los egresados colombianos se han movido transversalmente por el sistema de calificaciones como mecanismo para combatir el desempleo, es decir, se han movido de las actividades de infraestructura y minero-energéticas hacia el sector de las

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comunicaciones, en su mayoría como técnicos especializados en informática. Actualmente, el desarrollo de aplicaciones se da a partir de profesionales en áreas como administración de empresas, comunicación social, contaduría, entre otras. Lo cual plantea un interrogante respecto a ¿qué pasa con los ingenieros? Pues bien, según el Ministerio de Educación, existe un déficit de ingenieros de software y programadores en el país: de 310 mil personas que se gradúan al año, 66 mil son ingenieros y de ese grupo, 14 mil se enfoca en áreas TIC (electrónica, sistemas o computación) y solo 5.700 se dedica al desarrollo de software. Sin embargo, de acuerdo con Giovanny y Miguel, lo que falta es un claro incentivo por parte de las empresas privadas, pues de acuerdo con ellos, “las empresas colombianas no invierten tanto en tecnología por la falta de seguridad en el negocio, no se atreven a correr riesgos”, es decir, las industrias colombianas en comparación con las de otros países, como Estados Unidos o Irán, cuya capital,Teherán, es la ciudad con más start-ups en el mundo (700), no se atreven a arriesgar capital en productos tecnológicos nuevos; por lo mismo, el ministerio y los diversos proyectos que este impulsa, son de las pocas entidades que invierten. LO ORÁCU 31

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Si los empresarios ven en la búsqueda de egresados un obstáculo dado el desequilibrio entre mano de obra útil y la gran cantidad de graduados que no necesitan, hay que ver que la intención de contratar existe; el problema es el interés por formación educativa que no se delinea acorde con las exigencias de desarrollo del país. Los jóvenes de la Atom House lo saben y son conscientes al decir que en el país “hay muchos problemas, conflicto armado, economía, entonces no le dan relevancia a la educación”. Las razones de este déficit, según la ingeniera Diana María Espinosa, presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros, son, en primer lugar, la falta de información sobre carreras a los jóvenes bachilleres; la alta deserción en este tipo de pregrados, pues faltan políticas y análisis que impidan este tipo de situaciones; el bajo acceso a la educación superior en Colombia, y, finalmente, el factor más relevante es que existe una estigmatización de que la carrera de ingeniería es difícil, que las matemáticas y la física son complejas

y aburridas, y que en estas carreras solo ingresan hombres. Este es un problema que consume las áreas de desarrollo de toda América Latina por igual. La diferencia está en cómo lo están enfrentando los diferentes países para lograr establecer los canales pertinentes entre la educación, desde la primaria y la secundaria hasta la superior y el primer empleo. El cuestionamiento que queda puesto sobre la mesa es si verdaderamente las instituciones educativas preparan a los estudiantes conforme a las necesidades reales del mercado laboral y lo que necesita el país. De acuerdo con el Ministerio de Educación, si no se toman medidas como la iniciativa Talento Digital, que busca reducir el déficit de ingenieros, este número podría elevarse a 90.000 en 2018. Mientras tanto, lejos de cualquier déficit o cifra, las paredes totalmente blancas de la Atom House reflejan la poca luz que desde la ventana se filtra. Hay bastantes personas, unas duermen y otras, como Miguel y Giovanny, se encuentran sumidas en el mundo virtual, creando ideas que en un futuro serán las empresas que contribuirán al crecimiento tecnológico del país. La formalización de ideas innovadoras que mejoran la calidad de vida son la opción más acertada para tener una fuente fija de dinero, porque el trabajo no solo se basa en ser un empleado, sino en poder lograr ser un empleador. Por lo mismo, es importante restablecer una conexión entre lo que se enseña en colegios y universidades y aquello que verdaderamente necesita el mercado laboral. Invertir más en desarrollo tecnológico para fomentar la pasión y el interés por carreras delineadas acorde con el desarrollo del país. v

sobre o t s e u p queda las institue u q miento aderamente diana u t n s o i e t s El cue es si verd eparan a los eales del a r la mes educativas p necesidades r el país. a ciones forme a las que necesit tes con laboral y lo o mercad


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ÌcolombianosÍ que se van, extranjeros

Òque"lleganÓ eltrán iela B erri n a D Por chev lisa E y Me

E

n el mundo hay 232 millones de migrantes internacionales y casi el 90% de ellos ha dejado su país de origen con el propósito de encontrar mejores oportunidades laborales. Entre este cuantioso grupo se encuentran millones de colombianos que han salido y miles de extranjeros que han llegado con la misma idea en mente. Muchos de ellos son jóvenes que no sobrepasan los 28 años de edad. Alexander Cárdenas, de 26 años, es uno de los 4,7 millones de colombianos que han migrado internacionalmente. Se fue a España con la esperanza de conseguir dinero para después de un tiempo consolidar su negocio de conductores de tractomulas en Colombia. Pero luego de cinco años, debido a la crisis de La Burbuja Inmobiliaria en parte de Europa, se quedó sin empleo. Cuando logró obtener un nuevo trabajo como chofer, empezó a lograr lo que persiguió: “me toca quedarme hasta que por lo menos consiga lo que soñaba algún día”.A pesar de los inconLO ORÁCU 31

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venientes, para Alexander esto ha sido una experiencia grandiosa. Así como muchos tienen el sueño europeo, muchos otros desean vivir en Latinoamérica, como Ilona Solodkina. Es una abogada ucraniana de 27 años que siempre quiso ser “world citizen”, por eso se aventuró a vivir con su esposo colombiano en Bogotá, 11.008 km lejos de su ciudad, Sebastopol. No fue fácil comenzar de cero. Tuvo que enviar más de 50 hojas de vida a empresas y solo la llamaron una vez para entrevistarla; trabaja como “coordinadora de equipo técnico y de agentes de ventas”. Ilona gana $2 millones, el sueldo más alto de su oficina, y superior al salario promedio de un colombiano recién graduado de la universidad, que es de $1’639.781, según una publicación del Observatorio Laboral del año 2013. Según los informes periódicos de Migración Colombia, hasta marzo de 2015 salieron más de un millón de colombianos e ingresaron casi 600 mil extranjeros; de estos últimos, 22.866 entraron con visa de trabajo (TP-4)

Fotografía cortesía: Alejandra Alonso.

En los últimos años, 4,7 millones de colombianos han migrado a buscar trabajo en otros países y en otros continentes. Miles de extranjeros llegan también a buscar oportunidades en Colombia, en su mayoría procedentes de Venezuela y Estados Unidos.

e al tenec sde r e p lonso arfield de dra A S Alejan de Vélez nciatura e o i p equi estudia L c ersidad de , n 1 U iv ños. 201 en la iene 22 a a c i m s, t Quí s Aire Bueno y visa de Temporal Trabajador, y 2.318 vinieron por negocios, para un ingreso total de 25.184 inmigrantes laborales. Más de 25 mil personas que se incorporan al mercado laboral en lo corrido del año, sin duda representan una competencia fuerte para una población en la que la tasa de desempleo del mes de marzo es de 8,9%, según el DANE, y que aunque es la más baja registrada de este mes en los últimos 15 años, es una cifra que limita la inclusión en el


Ilona S olo Punto p dkina en la e mp ag “coordin o, donde trab resa adora d aja com e equip o y de a o técnic gentes o de ven tas”.

mercado laboral para muchos colombianos, y más si son jóvenes con poca experiencia, como Alejandra Alonso. Tiene 22 años, es colombiana y estudia Licenciatura Química en la Universidad de Buenos Aires: “vivo en Argentina hace 4 años, vine principalmente a jugar básquet en el club Vélez Sarsfield”. Decidió dejar su país natal porque considera que la educación es costosa, de mala calidad y no hay muchas opciones de empleo; mientras que en Argentina recibe una mensualidad por jugar, seguro médico y subsidio de transporte. Sin embargo, para muchos sudamericanos Colombia es un anfitrión que ofrece oportunidades. Miguel se siente “amañado” en el país vecino. Tiene 26 años, es ingeniero mecánico y es de Maracaibo, Venezuela. Decidió migrar porque el trabajo para los recién egresados en Venezuela es extenuante, debido a las políticas implementadas en el gobierno de Hugo Chávez que causaron el cierre de muchas empresas privadas, y por lo tanto, una competencia feroz. Los estadounidenses entre 18 y 28 años fueron la segunda población joven que más llegó a Colombia: se registraron más de 20 mil entradas desde ene-

ro de este año hasta abril. En primer lugar están los venezolanos, con un ingreso de 25.067 jóvenes. La crisis del país fronterizo ha hecho que muchos consideren este territorio como un hogar alternativo. Sin embargo, Antonia Valencia* nunca pensó en Colombia como un lugar en el que quisiera vivir. Tiene 24 años, se graduó como comunicadora social en Maracay, Venezuela, pero trabaja esporádicamente como traductora freelance en Bogotá. Vino para ejercer su profesión mientras hacía trámites para viajar a Francia. Para ella, la migración ha estado llena de obstáculos. Primero le faltaba la visa, razón que le impedía conseguir un trabajo. Después, adquirió el pasaporte Mercosur y sin embargo no ha encontrado ninguna oferta laboral decente. Optó por postularse a voluntariados y pasantías, incluso trabajar gratis, pero tampoco ha recibido respuesta. Según ella, Colombia no es un país que esté acostumbrado al proceso de inmigración; por lo tanto, las empresas tampoco. Y es que no es fácil llegar a un país donde la empleabilidad de los jóvenes es un desafío para los gobiernos de turno. Y que además es un reto que sí pue-

Fotografía cortesía: Ilona Solodkina.

Mi primer trabajo

den cumplir otros países cuando importan a nuestros talentos, los apoyan económicamente y les permiten continuar sus estudios, como lo afirma Juan Sánchez, de 25 años, establecido en la Universidad de Harvard. Él piensa que “para Colombia uno de los mejores atractivos que puede demostrar es el de ser un país de compromiso hacia la investigación, siendo este un motor fundamental para el desarrollo. De esta manera, los esfuerzos de los colombianos que se forman en el exterior regresarían y sería una excelente inversión para el país”. Entre 1955 y 1968, 19.003 jóvenes graduados de instituciones de educación superior viajaron al exterior, es decir, el 48% de los jóvenes profesionales del país en esa época. Esto indica que desde hace tiempo existe la noción de que hay que salir para encontrar mejores oportunidades, por lo que es difícil convencer a alguien que cursa un programa de educación superior de que aquí va a encontrar las mismas posibilidades que en un país desarrollado cuando empiece a trabajar. Pero al mismo tiempo, la imagen de Colombia en el mundo ha mejorado significativamente y la idea del “ciudadano global” ha causado que jóvenes de todo el mundo quieran crecer a la par con los países en vía de desarrollo. v

*. Nombre modificado a petición de la fuente.

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Mi primer trabajo

La cultura como trabajo:

ó n i s , a p a h c u M pocas oportunidades arcía rés G z d n A Por uáre ian S y Viv

Aunque mundialmente las industrias culturales son grandes generadoras de empleo, en Colombia los jóvenes artistas se deben enfrentar a muchas dificultades para conseguir trabajo.

E

Fotografía cortesía: Luisa Pereira.

l corazón de Luisa Pereira se aceleraba cada tarde después del colegio, cuando llegaba al taller de pintura de Carlos González, en el barrio Teusaquillo. Allí se olvidaba de la soledad de sus días y de la tristeza que le provocaba la ausencia de su padre, gracias no solo a la compañía de su maestro jubilado, sino también a la de sus acuarelas que coloreaban sus dedos y su ropa. Se alejaba del mundo, permitiendo que la danza de sus pinceles con el lienzo, hicieran de aquellas tardes —a sus 15 años— reveladoras e inolvidables, donde por casi 735 días se dedicaría únicamente a su satisfacción artística.

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A los 17, de la mano del pintor Mauricio Zequeda, empezó a conocer el mundo de los artistas en Bogotá, los movimientos de las grandes galerías y todo lo que se encontraba fuera de la intimidad de aquel taller en el centro de la capital. Mientras le ayudaba a Mauricio con sus proyectos, también reafirmaba cada vez más ese amor por el arte que empezó desde los 6 años, cuando asistía a talleres artísticos para niños y que fue creciendo con el tiempo, convirtiéndose en una obsesión que la perseguiría, durante mes y medio en su recorrido por Suramérica, pues mientras se empapaba de la cultura de los países vecinos pasaba por su cabeza una y otra vez la idea de estudiar artes plásticas. Hoy, Luisa Fernanda, con 23 años de edad, mira sus comienzos como artista con un poco de nostalgia, ya que estando a punto de graduarse de la Academia Superior de Artes de Bogotá, ASAB, como artista plástica, se encuentra en un limbo tanto laboral como académico. Aunque en el plano laboral Luisa ha trabajado por casi sie-

te años, bien sea con su universidad donde fue monitora o realizando proyectos con sus compañeros y amigos, nunca ha contado con una estabilidad económica. En el plano académico, la situación no cambia. Al estudiar en uno de los campos más infravalorados en Bogotá, donde tan solo existen nueve programas certificados en artes plásticas. Luisa, ahora que terminó su carrera, desesperada por la falta de trabajo, empezó a estudiar un técnico en la Academia de Artes y Letras en Diseño Gráfico para obtener un título que le permita conseguir dinero. Pero no solo los artistas plásticos hacen parte de esta minoría: en Bogotá apenas hay 12 pregrados para estudiar música, y


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11 certificados enseñan cine. Además, sumando todos los programas relacionados con arte, como artes escénicas, artes plásticas y licenciatura en educación artística, solo se cuenta con 32 pregrados en la capital del país. Sin embargo, en el mundo entero el panorama cultural es diferente ya que este, siendo determinado por la cultura, encuentra muy pocas barreras, lo que se evidencia con el apresurado crecimiento económico que ha tenido a nivel mundial. Las exportaciones de bienes y servicios creativos crecieron un 134% de 2002 a 2011, según la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio, y el Desarrollo, y en Colombia, según el DANE, en 2014 el 50% de la población mayor

de 12 años asistió por lo menos a una presentación y/o espectáculo. Además, el 41% de las personas asegura haber ocupado, al menos, un espacio cultural. Aunque con lo anterior se podría deducir que el futuro para los jóvenes que decidan trabajar en algún ámbito relacionado con la cultura está prácticamente asegurado, lo cierto es que, por lo menos en Colombia, parece ser bastante dudoso. Según el Observatorio Laboral del Ministerio de Educación, el número de titulaciones creció un 9,8% de 2011 a 2012, obteniendo 10.671 jóvenes graduados en Bellas Artes en un año, siendo únicamente unos pocos los que pueden acceder a los beneficios que brinda el Estado colombiano. Beneficios que se ven representados en convocatorias como el programa estímulos, del Ministerio de Cultura, que otorgará 595 incentivos por un valor de 13.800 millones de pesos, a través de 140 convocatorias en el transcurso de este año. Pocos teniendo en cuenta que la firma Price Waterhouse Cooper estimó que desde el año 2012 la industria del entretenimiento inyecta 2,2 billones de dólares anuales a la economía mundial. A pesar de la importancia que tienen las industrias culturales a nivel mundial, Luisa y su círculo de amigos tienen que recurrir a las Convocatorias del Ministerio de Cultura, la Cámara de Comercio o de Bogotá Humana, como medios para darse a conocer. Con programas y espacios para jóvenes artistas como “La noche en blanco”, “Arte Cámara”, la galería “Casa Cuadrada”, las convocatorias de Colsanitas, los salones regionales, entre otros, los jóvenes artistas buscan mostrar sus trabajos, siendo de difícil acceso por la misma competencia. No es solo el caso del artista plástico, sino también el del músico,

el actor, el cineasta o el bailarín, que buscan tener sus derechos como profesionales pues no viven solo del amor al arte sino que –como cualquier persona– necesitan del dinero para poder comer, pagar los servicios, el arriendo, sus estudios, su transporte, etc. Un claro ejemplo de las dificultades que tienen los artistas se ve reflejado con la creación de organizaciones como la Asociación Colombiana de Actores, ACA, que luchan por sus derechos laborales, entre los cuales se encuentran la remuneración justa por su trabajo y la seguridad social que muchas veces no se les brinda. A diario los jóvenes artistas colombianos se desilusionan con las condiciones laborales que encuentran en el país, pues un artista debe vivir con un plan de apoyo, ya sea haciendo otra carrera paralelamente, como es el caso de Andrés Zuluaga, de 24 años, quien además de actuación también estudia comunicación y, como él afirma, “es difícil estudiar dos carreras al tiempo y aunque ambas me apasionan lo que yo amo es la actuación pero sé que el campo laboral es complicado”. De igual manera Luisa, a quien su carrera no le generó los ingresos que necesitaba y ahora debe buscar nuevos rumbos. La joven de los cabellos crespos y ojos verdes, la de las acuarelas y las fotografías, ahora lamenta no poder trabajar en lo que ama pero más no tener dinero para poder vivir únicamente de su satisfacción artística, la cual era suficiente cuando tenía quince años. v

Ilustración por Luisa Pereira. Esta ilustración fue realizada por Luisa Pereira con la técnica de acuarela, con una intervención digital.

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L

Fotografía cortesía: Jonathan Sáenz.

a petición seguía siendo la de siempre: Natalia Gaitán, de tan solo 4 años, quería salir a jugar fútbol. Sus ojos continuaban resplandeciendo ante la idea de ir al parque a patear suavemente esa pelota bicolor que tanta felicidad y satisfacción le daba, mientras su padre Guillermo y su hermano Juan Pablo seguían tratando de encontrarle una explicación al considerable gozo que la pequeña manifestaba al jugar fútbol. Pasaron veinte años, y todas aquellas preguntas que se habían hecho desaparecieron, porque igual a aquella luz que refleja el polvo que se sacude y se esparce con el movimiento, los interrogantes se vieron no solo esclarecidos sino también dispersos por la pasión de Natalia, quien se convirtió en la capitana de la Selección Colombia Femenina y quien con fortaleza y carácter enfrentó, sin eufemismos ni indirectas, como muchos otros deportistas del país, un camino largo y duro, repleto de rocas que llevaban y todavía

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Fotografía cortesía: Natalia Gaitán.

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llevan por nombre “sin regate no hay sueño”, “¿pueden el gobierno y el deporte ir de la mano?” y “una mujer no puede vivir del deporte”.

Sin regate no hay sueño Jonathan Sáenz, de aproximadamente un metro con ochenta centímetros, y de contextura delgada, siente cómo su pecho se ensancha cada vez que reconoce con orgullo ser el lateral derecho del equipo bogotano Fortaleza F.C. Desde los 5 años empezó a forjar su carrera como futbolista en la escuela de formación del Independiente Santa Fe; dos años después de empezar a jugar en las inferiores de este equipo ya hacía parte del club y era un jugador activo; sin embargo, para la época, el pago que recibía se reducía a uniformes gratis y no cancelar mensualidad alguna al club. A sus 19 años, Millonarios y Fortaleza se interesan por contratarlo; por ello, después de mirar los contratos con ambos clubes, Jonathan junto con su representante acceden a firmar con el club Fortaleza, por lo que empieza a jugar en la categoría sub-20 del equipo. Así, cuando cumplía dos semanas de entrenamiento en esta división, el director técnico de la categoría de mayores, Alexis García, se da cuenta de

que Jonathan es un jugador que marca la diferencia entre sus compañeros y decide llamarlo al plantel profesional. A los dos meses de estar entrenando con el equipo profesional, el profesor García le da la oportunidad de debutar en la primera A del torneo colombiano. Fortaleza vs Pasto fue el partido tan esperado por Jonathan. En el segundo semestre de 2014, Jonathan sufre un desgarro en el posterior de la pierna derecha dejándolo por fuera de las canchas durante seis meses; después de su recuperación, su equipo descendió a la segunda categoría del fútbol colombiano donde se encuentra jugando hoy. Jonathan es titular en la mayoría de encuentros y siempre es de los jugadores más destacados en los partidos.

¿Pueden el gobierno y el deporte ir de la mano?

gador nz, ju o e á S rne han Jonat leza F.C To a t r de Fo 015 2 Águila áenz. han S t a n o sía: J Corte

Coldeportes, en el año 2014, desarrolló diferentes actividades para promover el deporte en todo el territorio nacional, buscando mejorar la calidad de vida de todos los colombianos por


Mi primer trabajo

: a i b m olo C n e e t r o p e D

O I C I R F A O G UN A DE LU R E U F

r tista er depo s l, a n . io c stáculos b gullo na o r o e d e d rera tivo una car pos mo s m e ie d t a s o id , Diego en est sa activ a aranjo e e N s n n e e t a o r b te emple el depo Por Es Paula Rojas y lograr Aunque y Casas

medio de un presupuesto de $315 mil millones, de los cuales $291 mil millones se gastaron en inversión y $24 mil millones en el funcionamiento de las actividades. Así, en la búsqueda del apoyo a las escuelas formativas en deporte y educación física se realizó un congreso en el cual con $400 millones se apoyó a 21 escuelas deportivas específicamente de comunidades, afros y raizales. No obstante, los aportes no se han invertido solo en esto; además, se ha realizado la gestión para los XX Juegos Deportivos Nacionales y los IV Paranacionales que se celebrarán en el mes de noviembre de este año. Incluso, las ayudas para los deportistas con algún tipo de discapacidad también han aumentado, como es el caso de la formalización de la Federación Colombiana Deportiva de Sordos, Fecoldes, la cual actualmente cuenta con 15.834 deportistas, 36 deportes, 46 modalidades y 31 departamentos.

Una mujer no puede vivir del deporte Yineth Varón, arquera de la Selección Colombia, aleja a su pequeña hija Nicole Gabriela de la cancha, siente susto porque una pelota la derrumbe y ter-

mine por causarle daño. Ella no se ha quedado sentada y cruzada de brazos frente a los desafíos que la Federación Colombiana de Fútbol les ha dado a las futbolistas, no ha bajado la cabeza, como tampoco lo hace Natalia Gaitán. Ellas, ante no recibir una paga por sus partidos jugados o ante la falta de un salario, han buscado diferentes formas para sostenerse. Yineth, por su parte, ha dejado que más y más sudor emane de su frente y ha estudiado una carrera de deporte, encontrando, como profesional, un equilibrio económico, porque cada vez son más los jóvenes que deciden poner sus cinco sentidos en una profesión cuya raíz es la recreación, la cultura física y el buen aprovechamiento del tiempo libre. Jesús Astolfo Romero, decano de la Facultad de Cultura Física, Deporte y Recreación de la Universidad Santo Tomás, suele frustrar a sus visitantes, quienes esperan encontrarse con un hombre grande y corpulento revestido de una sudadera de colores llamativos y un chillón silbato reposando en su pecho. Según él, en la actualidad, existen 32 instituciones académicas con programas de pre-

grado enfocados al deporte, como la Universidad de Antioquia, la Escuela Nacional del Deporte, la Universidad Santo Tomás, en las cuales, y en promedio, se gradúan de 50 a 70 estudiantes por año. Los cuales, como en cualquier otra profesión, suelen hacer una especialización, en este caso en temas de la salud, el campo del entrenamiento, la diligencia deportiva y la ocupación del tiempo libre. Estudios que los llevan a exponer sus capacidades y a acrecentar sus competencias en lugares como colegios, gimnasios o entidades del sector de la salud y del deporte. Después de exponer y considerar este panorama deportivo, son claros los desafíos que como sociedad debemos ir considerando para el futuro de nuestros deportistas. Como lo expone Jesús Astolfo Romero, es necesario empezar a ver el deporte como un oficio, abrir semilleros de formación, cooperar para que los deportistas estudien una carrera universitaria, al tiempo que entrenan y compiten, y crear una política seria del deporte. Esos son algunos de los propósitos que se deben tener en cuenta frente al tema deportivo que, aunque muchos ignoran, es de vital importancia para el desarrollo del país. v

Existen 32 institucione s cas con programas de académipr enfocados al deporte. egrado

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Mi primer trabajo

p a e s r t e s n E y ligueros El duro testimonio de personas que, abatidas por la pobreza, las frustraciones y la falta de oportunidades, decidieron buscar el sustento en la ilegalidad o “en el oficio más antiguo del mundo”

Las mujeres olvidadas por el Estado

M

aría Antonia luce esbelta, con tacones de plataforma y un vestido pegado al cuerpo. Dice que usa un tono de labial por cada estado de ánimo que tenga, sale y se sonríe en el espejo. A media hora de distancia está Nicole, apurada en un taxi en el que lleva 10 minutos en un trancón por la Avenida Caracas. Mientras María Antonia sale a El Castillo, Nicole entra a un motel ubicado en Ferias. No se conocen, pero tienen la misma edad, están de acuerdo en que son prostitutas, y ese es un trabajo digno como cualquier otro. LO ORÁCU 31

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ora ndra M a j le A ría Por Ma l Jiménez e u m a y S

María Antonia deja de ser Toñita para ser Camila en el momento en el que cruza la puerta de El Castillo; es reconocida por ser la única pelinegra casi natural, porque es la prostituta con menos cirugías plásticas del lugar, es la paisa más joven, con 23 años de edad. Temperamental e impulsiva a la hora de decir las cosas y emotiva como ella sola. Nicole estudia diseño gráfico en una reconocida universidad privada, tiene 23 años y es delgada, ojiverde, rubia y muy bonita. Me la presentó su jefe de cabecera, ya que para acceder a la información, primero hay que hablar con el dueño de la agencia de pre-

pagos para la cual trabaja. Su sede queda en una casa ubicada cerca al Portal de Suba. Él es un joven de unos 27 años, menudo, de gafas y con brackets. Al entrar a la agencia me pregunta si llevo cámaras o algún micrófono, yo le digo que no y me deja seguir. El aspecto del lugar es frívolo, hay un cuarto donde se toman las fotografías, otro donde queda la oficina de Eddy (el jefe de cabecera de Nicole), un pequeño baño donde hay algunas batas y en frente hay un cuarto con una cama. -¿Usted vive acá?- le digo yo al ver que la cama está destendida. -No, si lo dices por la cama es porque estaba atendiendo a una chica


Fotografías: Samuel Jiménez Leyva y María Alejandra Mora.

Mi primer trabajo

que venía a casting, y no alcancé a ordenar… - dice Eddy mientras cierra la puerta de esa habitación. Lo que yo no sabía, y que Nicole me explicó tiempo después, era que “entrar a casting” significaba acostarse con Eddy para que él revise sus aptitudes en la cama y así la chica en cuestión, podría o no hacer parte de la agencia de prepagos. María Antonia se vino a Bogotá a punta de ahorros, ya que su situación era de pobreza extrema en Medellín, tuvo que acudir a la primera opción que se le pasó por la cabeza y si me iba a meter de prostituta, era mejor hacerlo en otra ciudad, lejos de mi fa-

milia, dice Toña antes de comenzar su show en El Castillo. Según estudios de la Escuela Nacional Sindical, esta es una de las muchas historias en las cuales la pobreza en Colombia afecta en un 30% más a las mujeres entre los 20 y 59 años, pues en este rango de edad se encuentran las mayores tasas de desempleo, involucrando directamente los ingresos y la falta de oportunidades a mujeres jóvenes (11,2 % en 2013). Toña llegó hace año y medio, sola, sin un peso, a tocar las puertas del prostíbulo donde ahora trabaja. Fue madre adolescente desde los 17 años, y no tuvo un solo hijo, tuvo gemelas…: “la vida en Medellín fue muy difícil, sin plata, con las niñas y con el idiota que tenía como novio, porque él no aguantaba que otros manes me miraran y de una me mandaba para la casa, me pegaba porque les coqueteaba a los muchachos del barrio. Lo abandoné porque me metió un tiro en el tobillo por culpa de sus celos, y en la casa de mis padres me recuperé, tuve mucha vergüenza porque no quería ser un estorbo para nadie, entonces decidí venirme a Bogotá a conseguir trabajo, “trabajo” porque yo ya sabía que me iba a venir de puta”. Al principio Nicole se mostraba como una mujer tímida que no tenía mucho por decir; sin embargo, a medida que iba pasando el tiempo, me contaba cosas más íntimas. Supe que debe ir a los moteles del Restrepo y a

los de Ferias para encontrarse con los clientes, pero hace lo que sea para no asistir a las citas del Restrepo, ya que allá vive su abuelo materno y nunca se perdonaría el hecho ser vista entrando a un motel.

Las tarifas María Antonia llegó a El Castillo y su jefe le explicó cómo eran las tarifas, de $70 mil a $80 mil la media hora, si era un cliente frecuente se le daba descuento, ella podía decidir si quería o no dar el servicio, pero, eso también influiría en que no ganara mucho dinero y Toña aceptó diciendo: ¡de una, yo me le mido! Solo con la condición de ser llamada Camila de ahora en adelante. Camila se le acerca a un hombre bigotón que acaba de entrar, me dice que la espere mientras cuadra al primer cliente de su noche. La observo desde la mesa y pienso en lo que le estará diciendo, en ese momento vuelve Camila y dice: dizque $65 mil y él pone la pieza, ¡pobre marica!, mínimo $100 mil y si no le gusta que se consiga otra, y continúa su relato: “En El Castillo no todo es maravilloso, es obvio que acá las princesas nos vendemos ¡y a qué precio! Porque nosotras somos bien caras.Yo, por mi parte, cada vez que salgo al show con una meta alta, salgo preciosa, utilizo tonos oscuros en mi maquillaje, me pinto la boca y uso vestidos que marquen mi figura, salgo y me hago un millón de pesos mínimo”. v

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Mi primer trabajo

Noches que pasan bajo el 38, y las correas esquiv brillo fugaz de un ando los lances de los rivales y los falsos. Así es la vida de un dealer o microtraficante de drogas en Bogotá.

Nicole cobra $165 mil por 40 minutos, de los cuales se queda con $130 mil y el resto va para la agencia. Para entrar a trabajar aquí tuvo que ir a casting como las demás, se dejó tomar muchas fotos para el catálogo de modelos, también era fundamental garantizar que se encontraba estudiando una carrera en alguna universidad, ya que para la agencia es requisito que todas sus modelos se encuentren realizando un proyecto de vida universitario. Una hora con Nicole vale $190 mil: esta hora incluye masajes estimulantes (masturbación y sexo oral) y si, el cliente quiere, ella puede pasar la noche en el motel con la condición de solo quedarse a charlar o a dormir después de la hora de trabajo; este trato es secreto, ya que en la agencia está prohibido quedar en contacto con algún cliente. Cobra $250 mil por esta excepción.

La parte responsable de Nicole Algo mágico les hace Nicole a sus clientes para que ellos siempre regresen. Accede a todos los caprichos y ese es el truco; no decirle que no a nadie nunca. Nicole ha aceptado tríos y orgías, cumple fantasías con disfraces, “yo hago de todo y con una excelente calidad en mi trabajo, incluso una vez acepté dejarme golpear por un machito pendejo que trabaLO ORÁCU 31

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jaba en el Ejército. Cuando yo digo que acepto de todo, es porque así es y me enorgullece ser tan responsable”, cuenta Nicole. Sin embargo, “aceptar todo” no es algo positivo, teniendo en cuenta que la cuarta parte de las mujeres que ejercen el trabajo de la prostitución no están cobijadas por la seguridad social en salud. Y por este motivo, la agencia no le brinda seguro médico ni seguro de riesgos profesionales, ya que Nicole, por cuenta propia debe pagarlos como “independiente”. Al tratarse de un trabajo ilegal, los jefes de ambas mujeres se “lavan las manos” si algo les llega a ocurrir, no hay bases de datos de los clientes que concretan sus citas con Camila y Nicole y no se sabe si sus intenciones son solo pasar un rato en compañía de ellas. Ambas están de acuerdo en que solo tienen la opción de confiar en que nada malo les ocurrirá, y a pesar de que en este momento, el gobierno Santos, junto a las Secretarías de Integración Social y de la Mujer de Bogotá estén evaluando el proyecto de Ley 79 el cual garantiza los derechos individuales y sociales de las personas mayores de 18 años que recurren al ejercicio de la prostitución como una forma de obtener ingresos para ellos mismos y para sus familias, es la hora cuando Camila y Nicole se

encuentran totalmente desprotegidas en cuanto a seguridad social, salud y están propensas a ser violentadas por sus clientes en cualquier momento.

“Católicos somos ardiendo en el infierno” En otro lado de la ciudad, a la misma hora en la que Camila y Nicole empiezan a trabajar, las grameras, estupefacientes, sirenas de policía, paranoias y delirios de persecución, enemigos a muerte, adictos, violencia en las calles, son el ecosistema de Eduard Álvarez, un microtraficante de drogas en Bogotá. Ubicación desconocida, paredes arenosas, olor a humedad, pintura desgastada en los muros, luz tenue, una mesa de madera vieja con marcas de navajas en la parte superior, dos sillas, una gramera, una nube de marihuana que cubre el ambiente. De este se ve una silueta que se define por un haz de luz de un bombillo de 60 watts cuelga del techo. Se escucha de un equipo de sonido improvisado, que tiene una memoria usb puesta, el cual reproduce una canción de la Crack Family (grupo bogotano de rap), cuya letra dice “caminando en el valle de la muerte, mis amistades meretrices, mi vecinos delincuentes y todos condenados a quemarse en el suplicio, católicos somos ardiendo en el infierno”.


Mi primer trabajo

25 años de edad y jibareando 10, varias heridas de guerra, muchos aprendizajes, ropa fina y de gusto muy ancho, empezó de “chinche” (niño) como decía él, vendiendo crespa (marihuana), de tres lucas el gramo, ahora no vende, y tiene un séquito de vendedores, aspirantes como él hace 10 años. Un peladito de barrio con ganas de ganar plata y sacar a la “cucha” (mamá), de una vida de complicaciones, poder comprar los tenis que siempre quiso, ya que en el estudio no vio una posibilidad de salir adelante, que la vida y la plata están en las calles, y de esa manera hay que guerrearse las cosas; con armas hechizas, amigos muertos o en la cárcel, son la esencia de una vida de calenturas, el corre corre, sirenas de policía, paranoia de ser agarrado, noches que pasan bajo el brillo fugaz de un 38, y las correas esquivando los lances (puñaladas) de los rivales y los falsos. Así es la vida de un dealer o microtraficante de drogas en Bogotá. Microtráfico o narcomenudeo, sería la forma profesional de nombrar el oficio que tiene Eduard Álvarez, alias El pata, quien hace parte de los eslabones finales del narcotráfico, ya que su labor es distribuir y vender el producto, sea marihuana, cocaína, éxtasis, entre otras sustancias. El gobierno nacional tiene una guerra declarada con el microtráfico o narcomenudeo, el cual suple de sustancias ilícitas a más de 844.000 personas a nivel nacional, las cuales le generan ganancias anuales de 275 millones de dólares solo en marihua-

na y cocaína, y se estima que de estas dos sustancias son consumidas anualmente 991 toneladas de marihuana, y 19,9 toneladas de cocaína. En total, la evidencia señala un crecimiento anual sostenido del consumo de sustancias psicoactivas en el país y flujos de dinero periódicos diarios percibidos por las organizaciones de microtráfico y narcomenudeo, según el estudio nacional de consumo de sustancias psicoactivas en Colombia. Falta de oportunidades, desinterés por el estudio y la cultura de la vida fácil, son elementos que llevan a un joven a desertar de la escolaridad y enrolarse en el mundo del microtráfico y narcomenudeo como es el caso de El pata, quien abandona el colegio a los 15 años para ir al parque del barrio a vender marihuana, con la ilusión de ganar dinero fácil y rápido, sin pensar que consecuencias traería esto, como la cárcel, y los enemigos a muerte. El microtráfico y narcomenudeo representan un problema social, en el cual están en juego la vida y la estabilidad de los jóvenes, ya que, por un lado, vemos el consumo de drogas ilícitas, el cual llega a representar una cantidad significativa de personas que se vuelven dependientes de las drogas; el segundo problema es el incremento de la violencia. “El barrio es la vida, la casa y la familia para el que trafica, es la representación del ‘Firme parcero’, porque representa la calle, el parque, el parche, la tienda, el pan de 200, es la supervivencia en un ambiente hostil del

barrio, “es el luchar por lo que tengo y por lo que quiero, es tomarse el mundo a las malas, y obtener lo que se merece y se gana”, según Eduard Álvarez, El Pata. Estas estructuras delictivas funcionan basadas en un modelo organizacional que garantiza la estabilidad y protección al asentarse en el territorio urbano, lo que se acompaña de mecanismos para amedrentar el comportamiento colectivo de las personas, mediante actos de intimidación y violencia. Un ejemplo de ello es la intolerancia y guerra de territorios que existen en las comunas y barrios por las fronteras invisibles, en donde cada parche o pandilla cuida sus esquinas y su área de trabajo, con la vida. El microtráfico y el narcomenudeo tienen varias presentaciones y caras. Son vistos como un cáncer social, el cual debilita y degenera a la juventud del país, ya que el mayor consumo de sustancias ilícitas en el último año se presenta en el grupo de 18 a 24 años, con una tasa del 8,7%, seguido por los adolescentes, con una tasa del 4,8% y las personas de 25 a 34 años, con una prevalencia del 4,3%, lo que indica que la población de posibles adictos y consumidores es mayor y va en aumento cada año debido a la facilidad de conseguir y consumir drogas ilícitas. La otra cara de este tema es la parte personal y de vida de un dealer, quien trabaja en esto por la falta de oportunidades, deserción escolar, y la cultura de la plata fácil, que no es tan fácil, pues viven con una paranoia constante de tener que enfrentar a la justicia por sus delitos, del caer muertos en un enfrentamiento entre pandillas o la policía. Problemas sociales que consumen sociedades, familias y vidas, que serían salvadas con buenas políticas de educación y un Estado preocupado por la juventud. v

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Fotografía cortesía: Andrés Monroy.

Mi primer trabajo

Los quehaceres

de la guerra CUANDO LA LIBRETA MILITAR ES UNA BARRERA PARA EL EMPLEO

L

os jóvenes que no asisten a la citación militar al cumplir su mayoría de edad pasan a ser remisos. Este es el caso de Andrés Monroy, un bogotano de 22 años, que no se presentó cuando cumplió 18 años, porque, según él, “eso es un explotadero”; no obstante, no logró establecerse en un buen empleo porque no tenía libreta. A los 21 años fue detenido por el Ejército, que le asignó una citación para acudir al coliseo El Campín en LO ORÁCU 31

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Bogotá en octubre del 2013. Ese mismo día se lo llevaron a la base militar de San José del Guaviare, junto con 81 soldados bachilleres. Durante su servicio militar Andrés ocupó el cargo de dragoneante y ganaba un subsidio de $85.000 por mes. El programa “40.000 primeros empleos” se inauguró a finales de abril en Yumbo,Valle del Cauca. Fue la primera convocatoria para las personas en busca de trabajo, pero muchos de los jóvenes que acogen el progra-

nessa eth Va iz L r o P Bolívar Cortés ma no se pueden favorecer, ya que no cuentan con libreta. El presidente Santos pidió al Ministerio del Trabajo y a las Fuerzas Militares buscar alguna forma para que la libreta deje de ser impedimento para más de 539 mil jóvenes remisos que aspiran a trabajar, mientras que el Ministerio de Trabajo sostiene que el proyecto de eliminarla, ya está en proceso.


Mi primer trabajo

Sin embargo, según el Ministerio de Trabajo, esta propuesta no ha sido presentada al Congreso para su aprobación. El gobierno nacional rebate que esta propuesta se El Presidente Santos implementará cuando se logre pidió al Minisla paz y no como una de las terio del Trabajo y a las Fuerzas estrategias del gobierno naMilitares, buscar algu na forma para Los soldados que ingresan cional para el periodo constique la libreta deje de ser impedia esta última toman el cargo tucional 2014 – 2018. mento para más de de dragoneantes y reciben Según las Fuerzas Milita539 mil jóvenes re m is os que aspiran trab entrenamiento especial por res, anualmente se incorpoajar. un mes. Si un bachiller se llega ran más de 79.000 soldados a escapar o a fugarse del serpara prestar servicio, en su mayoría de Suárez*, de 21 años, consiguió su liestratos bajos y medios, muchos en sivicio militar tiene orden de captura breta militar falsificada por un valor pues se considera un delito sumario tuación de remisos. Según el abogado de $45.000 por los alrededores del y profesor universitario Juan Carlos por el Código de Justicia Militar, y es edificio de la Fiscalía General; sin emGarzón, prestar servicio es una oblijuzgado por el Consejo de Guerra. bargo, no es idéntica, ya que no poNicolás Garzón es un bogotano gación reglamentada bajo la Ley 48 de see el sello de seguridad, por ende de 19 años, que decidió prestar ser1993, en la cual se establece el servianda con una fotocopia, para que no vicio militar voluntariamente, y fue cio de reclutamiento. En esta se expose note la diferencia. El informante transferido al Batallón Baraya, al sur ne que todo varón colombiano está afirmó: “Todos los trabajos que he de Bogotá. No obstante durante su obligado a definir su situación militar conseguido han sido con esa libreta”. servicio, él podía salir a su casa todos a partir de la fecha en que cumpla su El trabajo de los jóvenes que preslos fines de semana y recibir visitas. mayoría de edad y que es su deber totan servicio militar es mantener las Sin embargo se cansó de prestar sermar las armas cuando las necesidades bases militares en buen estado; tienen vicio, por las constantes peleas, robos públicas lo exijan, y que bajo ninguna que cumplir diversas funciones, como y amenazas de su pelotón y se dio a circunstancia el servicio militar es cael aseo y mantenimiento general de la la fuga; a los días se arrepintió y voltalogado como un trabajo forzoso. base, encargarse de la tienda, de la cocivió a presentarse ante el consejo de Según la Ley 48 de 1993, todo na y entrenarse militarmente. El entreGuerra que decidió que podría reinvarón colombiano tiene la obligación namiento consiste en que los bachilleres corporarse pero sin conducta, es dede inscribirse para definir su situareclutados realicen pruebas de polígocir que al culminar su servicio en su ción militar dentro del lapso del año no, asistan a la exhibición de videos de documento militar, aparece que tuvo anterior en el que cumpla la mayoría operaciones militares y a conferencias, muy mala conducta prestando servide edad. Se presentan para empezar ya sean dadas por guerrilleros reinserel proceso, en el cual las fuerzas micio, razón por la cual le ha costado tados o por militares. Posteriormente mucho conseguir trabajo. litares dicen si el joven es apto denjuran bandera y son asignados a las difeEl servicio militar se ha convertro de la incorporación, hacen los rentes compañías del ejército: tido en toda una odisea: es el retén previos exámenes y lo asignan a una La Policía Militar (PM), es la enpara que miles de jóvenes consigan un base militar. O si no lo es y por consicargada de la seguridad; la Intendentrabajo digno. Tanto Andrés, Manuel y guiente pueden empezar su proceso cia Local, que es la que administra los Nicolás esperaban ser amparados bajo de liquidación, en el cual se estudian servicios generales, como los casinos sus capacidades económicas para palos derechos de un país en donde los y las tiendas; Apoyo y Servicio para el jóvenes puedan trabajar dignamente, gar su libreta. Combate (A.S.P.C), hace el papeleo y, pero no fue así. Esta situación no la viDebido a que las empresas piden por último, la Compañía de Instrucla libreta como requisito obligatorio ven solo ellos tres, sino 539 mil jóvenes ción entrena a los nuevos reclutas. que esperan una pronta solución. v para trabajar o para hacer prácticas de estudio, muchos jóvenes falsifican *. Se cambió el nombre de la fuente para proteger su identidad. o compran libretas falsas. Manuel

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Mi primer trabajo

Yo quiero

Òser"militarÓ liana Por Ju astillo C Osorio

Las Fuerzas Militares y la Policía Nacional son el mayor empleador de Colombia para los jóvenes que pese a las dificultades propias de un país en conflicto encuentran en las filas su destino y su realización.

Fotografía: Archivo personal.

L

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as Fuerzas Militares están integradas por la Fuerza Aérea, la Armada Nacional y el Ejército Nacional. Según el Ministerio de Defensa, se presentan cada año más de mil jóvenes para enlistarse en la carrera militar. Actualmente las fuerzas armadas cuentan con más de medio millón de trabajadores, lo que la convierte en el mayor empleador de Colombia para jóvenes entre 18 y 28 años. Alrededor de $25 billones en el periodo 2010-2014 son utilizados para el pago de los salarios de las Fuerzas Militares, la manutención de las tropas y para contratación. De igual forma, alrededor de $7 billones del presupuesto nacional son utilizados para la compra o mejoramiento de aeronaves y armas, según informes del Departamento de Planeación Nacional. La demanda de las carreras militares es mayor a través de los años. Martín Gómez, de 18 años, decidió prestar su servicio militar y se encuentra en la Escuela Militar de Cadetes, debido a que le llaman la atención


Mi primer trabajo

las facilidades que ofrecen las Fuerzas Armadas: el corto tiempo para pensionarse y la oferta salarial. Según cifras del Ejército Nacional, un soldado raso, es decir que inicia su carrera, tiene aproximadamente un básico de $825 mil, si quiere llegar al mayor rango tiene que cursar estudios en las escuelas de formación. Entre los oficiales el rango máximo al que pueden llegar es a general de 4 soles, el cual gana un salario que gira alrededor de $13 millones 800 mil mensuales. De cada 100 hombres que ingresan como alférez a la Escuela Militar que es la que forma a los oficiales, solo uno llega a ser general de cuatro soles. No tener tatuajes, lograr un buen puntaje en la Prueba Saber 11, tener entre 18 y 28 años y tener la nacionalidad colombiana son algunos de los requisitos para pertenecer a las Fuerzas Militares en Colombia. La carrera militar tiene tanta demanda porque a fin de cuentas dura 4 años y tiene un costo similar a cualquier carrera que ofrecen las universidades del país, con la diferencia de que salen con empleo fijo. Ser general o almirante es la meta de muchos jóvenes que a diario se forman en la Escuela Militar de Cadetes, en la Armada y la FAC, ya sea para ser un marino, piloto o parte del Ejército. Laura Beltrán, de 17 años, entró al proceso de incorporación de la Fuerza Aérea; el proceso de inscripción duró seis meses, en los que ella fue sometida a pruebas médicas, psicológicas y físicas. Laura sufrió una lesión en la rodilla, que requería tratamiento, pocos meses antes de empezar el proceso; sin embargo, logró superar las diferentes pruebas. “Es una carrera que complementa muchos aspectos de mi vida y además crea disciplina”, dice Laura, quien actualmente es Cadete de Primer Año de la Fuerza Aérea.

Durante los dos últi mos gobiernos la Policía aumentó un 75% su pie de fuerza.

Para Sebastián Martínez, alférez de la Fuerza Aérea, “la vida militar tiene grandes beneficios y excelentes recompensas: cuando entras acá sabes que no vas a volverte millonario pero sabes que el mejor pago por tu labor es la gratitud de tu gente, sabes que no hay nada que pueda hacerte sentir más honrado que las gracias de una vida que has salvado. Creo que ese sentimiento lo vale todo. Además tienes algunos otros privilegios como la estabilidad económica, el modo de pensión, el crecimiento profesional, el cumplimiento de sueños como el de ser piloto militar, comisiones laborares, entre otras”. No es necesario realizar la carrera militar para pertenecer a las Fuerzas Armadas porque se puede ingresar al área de los servicios con un título universitario o técnico y hacer curso de un año. Este es el caso de Ángela María Mejía Marín, una abogada de 25

años, quien se unió a las filas del Ejército una vez culminó su carrera. No obstante, Sebastián Álvarez Martínez, de 19 años, alférez de la Fuerza Aérea, ha decidido enlistarse primero y al terminar empezar un pregrado para ejercer una carrera como profesional. Por su parte, la Policía Nacional es una fuerza civil con un proceso de inscripción que cuesta $725.280 para un hombre que desea ser oficial y $633.139 para el ingreso de un patrullero según la página web de la Policía Nacional. No corren la misma suerte de los integrantes de las Fuerzas Militares debido a que su situación salarial ha disminuido desde el primer período del presidente Juan Manuel Santos, ocupando el noveno puesto a nivel Latinoamérica con un poder adquisitivo de 138 según el Big Mac de The Economist 2010. Sin tener alguna relación con la milicia ya sea por parte de la familia o con los colegios militares de Bogotá, estos cuatro jóvenes han tomado la decisión de no realizar una carrera común de 5 años en alguna universidad del país, sino ser parte de las Fuerzas Armadas que sirven a la patria y unirse a la milicia para hacer frente a los conflictos que enfrenta Colombia. v

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Mi primer trabajo

Los que salen de la guerra a buscar trabajo LO ORÁCU 31

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tínez a Mar r d n a ir j Por Ale nte y Vladim a Bustam Hoyos ez Martín

27.000 personas se han vinculado desde 2006 a la Agencia Colombiana para la Reintegración, ARC, la entidad estatal que está a cargo de las personas que hicieron parte de grupos armados al margen de la ley.

D

iego González perteneció al Bloque Central Bolívar. Este grupo llegó a estar compuesto por nueve frentes, los cuales se asentaban en las zonas norte y sur del país, en los departamentos de Bolívar, Antioquia, Caquetá, Caldas, Risaralda, Quindío, Arauca y Vichada. Diego hizo parte de este grupo tres años. Llegó allí por un engaño del cual fue víctima, en un principio su idea era trabajar en una finca ubicada en los llanos orientales; sin embargo, terminó involucrado


Mi primer trabajo

en este grupo armado, exponiendo su vida a las constantes tomas guerrilleras que se presentaban con sus adversarios. Hace dos años, Diego culminó la ruta para la reintegración; el rezago y el mal trago de militar tres años en este grupo, levantarse cada día y tener que combatir contra los bandos enemigos de las FARC y el ELN le hizo preguntarse si en verdad valía pena; en su mirada se podía observar una inmensa decepción, su voz se iba quebrando poco a poco, no tenía ganas de llorar, lo único que lo hacía reflexionar era el hecho de manifestar en tono de pregunta “Si en verdad valía más un fusil que la vida misma”. Diego, quien fue

obligado a militar con este grupo, acusa a la prensa y al mismo Estado de no elaborar una pedagogía que valga la pena para luchar contra un enemigo común, como lo son la guerra y los grupos alzados en armas que se han tomado al país más de 50 años. Diego hizo parte del desarme que se llevó a cabo en el año 2002, en el cual participaron las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, con el propósito de hacer un cese de hostilidades. El gobierno de ese entonces era de Álvaro Uribe Vélez. Al momento de finalizar el proceso, se desmovilizaron de manera gradual aproximadamente 14.000 hombres hasta el 31 de enero del año 2006. Entre esos Diego González, quien durante el proceso no pudo gozar de una oportunidad laboral, pues su pasado no le permitía obtener ningún trabajo; la única forma

de obtener algún tipo de sustento económico lo pudo lograr a través de trabajos informales, como la albañilería o rusa, como es comúnmente llamado. Actualmente se encuentra trabajando en la ACR, después de haber hecho una carrera técnica en ventas y comunicaciones en el SENA.

“Militando por mi ideología” Daniela López perteneció Bloque Sur de las FARC durante nueve años. Junto a su novio decidieron entrar de manera voluntaria, sin saber que cinco años después los separarían por las normas que hay en el grupo guerrillero. Al poco tiempo, le informaron a Daniela que su novio, esa persona con la que arriesgó todo y dejó a su familia por poner en marcha la concepción ideológica que tenían en su momento, había muerto en combate. Lo anterior, fue una de las razones por las cuales, a sus 26 años de edad, Daniela decidió huir de este grupo. Al momento de huir, en lo que más pensaba era en reencontrarse con su familia. De ahí a poder tener ese encuen-

Aproximadamente 54.000 pe movilizado, las cuales pert rsonas se han desen grupos al margen de la le ecían a los diferentes y que hay en el país.

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tro, tuvo que recorrer un gran tramo de selva, con el miedo de que la encontraran, pues en ese momento estaba en el departamento del Meta. A mitad de camino, observó una finca, donde le prestaron ayuda y la llevaron a un hospital. En este momento, cuenta Daniela que ya se sentía a un paso de la libertad, teniendo en cuenta que a este punto las enfermedades tropicales que había padecido le habían deteriorado su salud física. Hace año y medio finalizó la ruta para la reintegración a la vida social. Hoy en día se encuentra trabajando en la ACR, donde es promotora. Su principal función es capacitar y orientar a otras personas que están en la misma situación por la que ella pasó. En contadas oportunidades ha recibido el rechazo de las personas por el hecho de haber sido miembro de un grupo armado ilegal. Al mismo tiempo, Daniela alterna su trabajo con el estudio; ella está cursando un pregrado en Derecho en la Universidad Cooperativa de Colombia. Decidió estudiar esta carrera, por el interés que le ha causado el poder ayudar a otras personas; en sus palabras, la “justicia en Colombia no ejerce un control sobre lo que de verdad debe ser importante”.

¿Qué pasó con los desmovilizados? En Colombia, entre los años 2002 y 2013 se han desmovilizados aproximadamente 54.000 personas, las cuales pertenecían a los diferentes grupos al margen de la ley que hay en el país. Estas desmovilizaciones se ejecutaron a través de dos procesos. LO ORÁCU 31

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minos consiste en salir de la militancia de manera individual. Sin embargo, la otra salida se da por medio de las desmovilizaciones colectivas o acuerdos de paz que hagan estos grupos con el gobierno. Uno de los ejemplos de este tipo de desmovilizaciones colectivas, fue el que se realizó en el 2002 entre el gobierno nacional y las Autodefensas Unidas de Colombia. Dicho acuerdo concluyó con la desvinculación de más de 31.000 que estaban en la militancia. De las cifras mencionadas, se genera una preocupación, la cual consiste en que solo un 50% de la cifra total de desmovilizados han sido atendidos por la Agencia Colombiana para la Reintegración, lo cual equivale a 27.400 casos.Tan solo el 6,35% comprende la cifra de miembros desmovilizados que representan la cantidad de jóvenes ex combatientes de grupos al margen de la ley entre los 18 y 24 años hasta el año 2014. Hasta la fecha, las cifras siguen generando dudas frente a un tema trascendental como lo es el posconflicto. De los casos que tiene la Agencia Colombiana para la Reintegración, la mayoría de estos se encuentran en la etapa intermedia de la reintegración social que les ofrece un cupo para culminar sus estudios y así mismo lograr un vínculo laboral. Hasta la fecha se han ejecutado más de 7.800 unidades de negocios por sectores. El comercio es una de las fases que encabeza la lista, con 2.900 proyectos, seguido por el sector servicios, con 2.500 proyectos; agropecuario, con 900, industrial, 800, y agrícola, con 580 proyectos. Por otra parte, el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, como

Fotografías: Alejandra Martínez Bustamante y Vladimir Martínez Hoyos.

ociedad una s la e tr n e r ta fomen Es importante irva de apoyo en un futuro s pedagogía que posconflicto. Uno de estos ca-


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uno de los principales aliados dentro del programa que ejecuta la ACR ha asumido con compromiso la formación de estas personas, a través de las competencias laborales y ciudadanas. En algunos casos, como el del Barrio La Estrada, el apoyo a estas personas es sustentado por las juntas de acción comunal, la policía comunitaria y miembros de la comunidad que les brindan algunas opciones laborales de corto alcance. Hasta la fecha se han beneficiado con este tipo de programas 61 desmovilizados, en un rango de edad de los 18 a 24 años. En su mayoría de género masculino; el 55% está comprendido por hombres y el otro 45% son mujeres.

Lo que se debe entender por reintegración Al hablar de “reintegración”, se está haciendo alusión al proceso de transición que tiene cada excombatiente, el cual consiste en la fase de la vida militar a la vida civil en comunidad. El tiempo que dura el proceso es

incierto, pues todo depende del óptimo desarrollo que tenga la persona en las ocho fases que lo componen, las cuales son: salud, educación, inserción económica, CODA, atención psicosocial, formación para el trabajo, seguridad y asistencia jurídica. Hasta la fecha, hay 7.600 desmovilizados vinculados en el sector formal laboral, frente a los 15.000 que se encuentran en el sector laboral informal. Para la ACR, la tasa de desempleo de las personas que han ingresado al proceso de reintegración y que se ubican dentro del grupo etario hacen parte del 9,3% de la población a nivel nacional. Y específicamente en la ciudad de Bogotá la tasa es del 0%, puesto que hasta el mes de febrero de 2015 hay 10 personas ejerciendo en el sector laboral, 39 en el sector informal, 5 sin trabajo y 7 que hacen parte de la población económica inactiva. Así mismo, este grupo se divide en 52 personas que hicieron parte de las FARC, 7 del ELN y 2 de las AUC. Desde hace dos años, el gobierno del presidente Juan Manuel Santos dio paso al proceso de paz. En él se

El Estado tiene destinado invertir entre 1,8 billones y 2,7 billones de pesos en programa s de desmovilización, desarme y reintegración.

puede observar un panorama confuso, teniendo en cuenta los puntos de cese de hostilidades y de justicia transicional. Es valioso dar a conocer lo que opina la sociedad frente a este tema: el 62% de las personas dicen estar de acuerdo con el gobierno por haber iniciado las negociaciones de paz con los grupos armados. Sin embargo, el 45% está en contra, frente a un 52% que piensan que se llegará a un acuerdo con estos grupos alzados en armas. De igual forma, el estudio arrojó que el 82% de los consultados comparten la idea de que los miembros de las FARC, una vez dejen las armas, puedan participar en política sin tener que pagar cárcel. Para el posconflicto, el Estado tiene destinado invertir entre $1,8 billones y $2,7 billones en programas de desmovilización, desarme y reintegración. Sin excluir los programas de desminado humanitario, reparación de víctimas y restitución de tierras, según un estudio realizado por la Contraloría General de la República. Los puntos mencionados hacen parte de uno de los acuerdos fundamentales de este proceso. Para el trimestre de enero-marzo de 2015, el gobierno nacional presentó la cifra actual de desempleo en el país, la cual es de 9,8%; esta refleja por sí misma que la billonaria inversión del Estado no ha tenido ninguna repercusión hasta el momento, pues en Bogotá el 0% de la población joven y excombatiente no ha tenido ninguna oportunidad laboral hasta el momento. Por esto mismo debería ser cuestionada la labor de la ACR, pues el convenio de las 115 empresas tanto públicas como privadas no arroja ninguna cifra positiva ante esta situación. Es así como se puede concluir que ninguno de los programas de empleo, capacitación, financiación de proyectos, entre otros, ha sido competente ante esta necesidad. v

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Fotografías: Johan Camilo Vásquez Plazas.

Mi primer trabajo

CUANDO EL EMPLEO NO ES LO QUE

ECERAP milo an Ca h o J zas Por z Pla e u q s Vá

Cooperativas y servicios temporales están entre las modalidades laborales acerca de las cuales la OIT tiene reservas y cuestionamientos pues muchas veces esconden formas de explotación laboral. LO ORÁCU 31

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Mi primer trabajo

Fotografías archivo personal: Christan.

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na de las modalidades de contratación en todo el mundo es la tercerización laboral que consiste en la contratación de empleados a través de Empresas de servicios temporales (EST); hoy en día son fundamentales para la generación de empleo en el país, pero a pesar de todo, no siempre ofrecen empleo de buena calidad. A inicios de los años noventa el fenómeno de la tercerización empezó y hasta entonces las empresas contrataban a los empleados a término indefinido. Ricardo Barona, docente y abogado especializado en Derecho laboral y seguridad social, dice que “las empresas empezaron a buscar mecanismos para no vincular directamente a las personas, ante lo cual aparecieron las empresas de servicios temporales y las cooperativas de trabajo asociado como entidades sin ánimo de lucro, que cuando iniciaron no asumían impuestos, además para las empresas también era bueno porque evitaba la creación de sindicatos, todo lo cual hizo que creciera el fenómeno”. La OIT rechaza la contratación con Cooperativas de Trabajo Asociado por la falta de garantías laborales entre esos empleos que cubran al menos un salario mínimo legal más prestaciones sociales, auxilio de transporte, horas extras, estabilidad laboral, vacaciones, seguridad social, etc. Además, también el gobierno ha regulado las empresas de servicios temporales mediante varios decretos, definiendo intermediación laboral como “El envío de trabajadores en misión para prestar servicios a empresas o instituciones, actividad que es propia de las empresas de servicios temporales”, según el artículo 71 de la Ley 50 de 1990 y el Decreto 4369 de 2006.

Temporales para todos En Colombia existen actualmente 873 empresas de servicios temporales registradas en el Ministerio de Trabajo, que atienden la petición de empleo en todo el país, donde la mayor demanda se concentra en el departamento de Cundinamarca con el 47%; sin embargo, con la cantidad de personas que vinculan a empresas, hay algunas, sobre todo jóvenes, a las que no les satisface el empleo que buscan.

r ués de presta Christian desp te en ilitar, actualm el servicio m empleo. está buscando

Christian, de 22 años, que prestó servicio militar después de graduarse del colegio, asistió a una convocatoria de empleos, en Bogotá, por parte del programa Servicio de Empleo, dice que cuando entró a la sede lo primero que le hicieron fue una capacitación de cómo presentar una hoja de vida, cómo presentar una entrevista, y después de eso una muchacha empezó a decir de forma rápida los diferentes tipos de empleos disponibles en la convocatoria. “Cuando salimos a

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Mi primer trabajo

ver los diferentes stands me di cuenta de que la mayoría de las empresas eran cooperativas o temporales que ofrecían empleos como de aseadores, auxiliares contables, auxiliares operativos y otros donde me pedían experiencia y estudios”. Ese día, dejó dos hojas de vida y consiguió una entrevista de trabajo como impulsor de ventas de perfumes en el centro comercial Mercurio, ubicado en Soacha a la cual nunca fue; actualmente todavía está desempleado tratando de buscar un empleo de mejor calidad.

¿Cuántas personas trabajan? ¿Cuánto ganan? ¿Qué beneficios tienen? Según los cálculos del Observatorio Laboral del Externado con base en encuestas de hogares del DANE realizada en el 2014, hay 21.503.323 personas trabajando, de los cuales 11 millones están vinculadas con contrato laboral, 1.325.868 no están contratadas directamente con la empresa en la que trabajan, y dentro de esos contratos, 569.066 son de empresas de

servicios temporales, lo que equivale al 43% de personas que no están contratadas directamente con la empresa o institución, en el cual el 15% son jóvenes; así también, el sueldo promedio que adquiere un trabajador contratado por una agencia de servicio temporal es de $970.429. Teniendo en cuenta los resultados que arroja el Observatorio Laboral del Externado, Camilo Jiménez, de 28 años, quien trabaja en el Hotel Tequendama, comenta cuánto gana en promedio con el cargo de auxiliar logístico, intermediado con la cooperativa SIPRO. Camilo también es casado y padre de una hija, estudiante de segundo semestre de Derecho y trabaja por turnos de 8 horas a $30.000, con horario rotativo. La cooperativa lo liquida mensualmente con una “prima” mensual, más el descuento del seguro, pensión y $70.000 por quebraduras de copas del hotel; teniendo en cuenta todo esto, afirma que “mensualmente me hago aproximadamente entre 32 a 36 turnos, ganándome más o menos $1’000.000, menos los descuentos que me hacen, serían por ahí unos $800.000 en total”; además: “no solo

pasa esto en los auxiliares logísticos, pues SIPRO también contrata a todos los meseros, camareras y handyman que están en el hotel”. Esto no solo sucede con Camilo: también a varias personas que están contratadas con temporales, que tienen un trabajo sin vacaciones, prima digna y garantías suficientemente estables. Frente al drama del empleo juvenil, se suma el hecho de que la oferta de empleos de diferente calidad como los que le ofrecieron a Christian, son trabajos cuyas beneficiarias son las empresas de servicios temporales, impidiendo que los jóvenes gocen de algunos beneficios, como pasa con el caso de Camilo. Aunque no haya garantías suficientes, Ricardo afirma que si un trabajador se siente vulnerado de sus derechos laborales, puede acudir a la inspección de trabajo para interponer la queja pertinente. Además, los empleados que pertenecen a una EST hacen parte del mercado formal, y que por lo tanto tienen garantías como salario mínimo, salud, pensión, riesgos laborales, cajas de compensación, prestaciones sociales y seguridad social. v s S.A mporal Activo Sede de la te a 9, calle 69 – cr ubicado en la de Bogotá.

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Mi primer trabajo

A

l escuchar la palabra explotación, muchos se remiten a trata de blancas, prostitución infantil, hasta incluso pensar en países como China e India, donde están las fábricas de grandes compañías. Aunque en el marco jurídico este concepto no se encuentra explícitamente definido, se refiere a la vulneración de las garantías mínimas que se encuentran consagradas por el Estado colombiano.

Trabajar en McDonald’s, ¿me encanta? Los fieles clientes de las comidas rápidas, sin mayor esfuerzo, piensan en el sabor y las texturas de la comida. Pero ¿alguna vez se han concentrado en los jóvenes que están detrás de estas delicias? “Buenas tardes bienvenido a McDonald’s ¿le puedo tomar su orden?”. Alguno de los más de 3.800 trabajadores que tiene McDonald’s (Arcos Dorados Colombia) a nivel nacional, puede recibirlo con una frase

Fotografías: Sandra Milena Bejarano, Tatiana Lozada y David Fernández.

de Garzón, cotero Miguel Ángel 8 de ás m abaja Corabastos, tr horas diarias.

No todo lo que

brilla es

oro

a Milen ndra ana a S r ti Po no, Ta Bejara y David a Lozad ez nd Ferná

Las condiciones laborales que ofrecen los empleos de algunas multinacionales, los empleos informales, y los empleos por servicio no son las mejores. Alix, exempleada de McDonlad’s; Miguel Ángel, cotero en Corabastos, y Melquin, trabajador en una plantación de palma africana, narran las formas como se sienten vulnerados laboralmente. como esta. Y tal vez, pueda ofrecerle más alternativas para su menú:“¿Desea acompañar con papas y gaseosa?” Lo cierto es que las iniciativas que esta multinacional genera de manera permanente, como los programas de

primer empleo, inclusión laboral, crecimiento profesional y entrenamiento, han permitido que muchas personas puedan crecer dentro de la compañía. Un caso aislado, pero no por ello menos importante, es el de Alix

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Mi primer trabajo

Rodríguez, quien denuncia haber perdido a su bebé por abusos con sus horarios y trabajos que requerían mayor esfuerzo físico al recomendado por su médico. En esta compañía están dispuestos a trabajar un promedio de 80 jóvenes al mes, según la página web principal de McDonald’s Colombia, puesto que es de las pocas que ofrecen horarios flexibles. Y este tipo de trabajo era el que requería Alix, que le ofreciera la oportunidad de continuar con sus estudios. “¿Para acá o para llevar?”. En el mundo hay 2.850 McCafés, negocio al que la cadena internacional de comidas rápidas McDonald’s apostó en el año 2002 en Colombia. Alix, con sus conocimientos como auxiliar en el café (barista) gracias a un técnico en el SENA, ingresó a la compañía para el puesto de auxiliar de Mccafé. Pero al final, terminó vendiendo más McFlurry que capuccino en un pequeño Mckiosco de la calle 140 con carrera 12. “Aparte de ser auxiliar de cocina, era chica del café, y tenía que ayudar en el kiosco”, dice Alix, de 20 años de edad, arrullando a su segundo bebé en brazos. “El boleo era tremendo; subir y bajar cajas, tener que caminar de la carrera 9a a la carrera 12 para que el kiosco funcionara, y además doblar turnos”. Según Alix, estas fueron las causas por las que perdió a su bebé en diciembre del año 2013. La llegada de la cadena McDonald’s revolucionó el concepto de autoservicios y de servicio al cliente, puesto que su atención debe hacerse en máximo 3 minutos 30 segundos, y para quienes prefieren una atención en el menor tiempo posible existe la posibilidad de las comidas rápidas. Es por ello que todos aquellos que han trabajado para la compañía coinciden en que no es un trabajo fácil. “Cuando perdí a mi primer bebé, el LO ORÁCU 31

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Él hace parte del 56% de los 22 millones de trabajadores en Colombia que cuenta con un trabajo informal. gerente general de mi punto me dijo ‘son cosas de Dios, por algo será’.Y no quise demandar a la compañía ¿para qué?, no me van a devolver a mi bebé”.

Con el bulto al hombro Miguel Ángel Garzón tiene 20 años, es auxiliar de carga o “cotero”, como los reconocen la gran mayoría de ciudadanos. Él hace parte del 56% de los 22 millones de trabajadores en Colombia que cuenta con un trabajo informal. Miko, como lo llaman sus compañeros, empezó a trabajar allí desde que tenía 17 años. Cargar bultos en su espalda de diferente peso –entre 50 y 60 kg– se convirtió en la principal y única entrada económica para ayudar en los gastos de su hogar. Este joven, al igual que varios trabajadores de la zona, llegó a la Plaza de mercado de Corabastos –en donde se movilizan 12.400 toneladas diarias de alimentos– tras no encontrar ningún

tipo de trabajo formal bien remunerado. Sin embargo, en la actualidad no tiene un sueldo fijo, puesto que sus ingresos dependen de la cantidad de furgones que llegan al día a este lugar y de cuántos dueños de los mismos deciden que sea él quien cargue los contenidos. Por esta labor, que se considera como trabajo duro, puede ganar máximo $30.000 o, en la peor de las circunstancias, $13.000 al día, dinero que no es suficiente para cubrir sus gastos mensuales. Mientras esperan la llegada de un furgón, él y varios compañeros más, que no superan los 28 años, hablan de los problemas de salud que les ha causado esta ardua labor. “Yo me he lastimado varias veces el hombro izquierdo y eso me dificulta cargar más peso, entonces me tienen que pagar menos, mejor dicho uno hace resto de esfuerzo para ganar tan poco, pero pues toca porque no hay dónde más trabajar”. Para estar tan jóvenes


Mi primer trabajo

r el ina de recoge Melquin term en na ca ri lma af fruto de la pa a. ncedor la finca la Ve

y ante las necesidades económicas, Miguel se ve obligado a continuar trabajando más de 8 horas diarias de cotero. Sus días seguirán transcurriendo entre bultos, carretillas y manos sucias.

En busca de El Dorado

los problemas de espalda y hombro se han hecho evidentes, tanto así que muchos de ellos se ven obligados a tomar unos días de descanso para no lastimar su cuerpo de forma severa. Esta categoría de trabajo informal se caracteriza por no contribuir con aportes al sistema de seguridad social que cuenta con afiliación a salud, pensión, riesgos profesionales y caja de compensación. Por esta razón, pocos asisten al médico; la mejor solución es acudir a remedios caseros, lo cual, sin duda, no evitará las secuelas cuando lleguen a la vejez. Mientras tanto

La extracción de petróleo hecha por Pacific Rubiales es “El Dorado” de Puerto Gaitán. Según sus informes de estados financieros del 2013, obtuvieron utilidades de 1.389 millones de dólares. Se invirtieron 67,7 millones de dólares en programas de responsabilidad social. Uno de sus proyectos más importantes es capacitar y cultivar personal en la siembra de la palma africana. La palma africana es, después de Pacific, “el segundo Dorado” de la zona. Existen cerca de 20.000 hectáreas cultivadas en el municipio. 1.500 hectáreas, pertenecen a la empresa Abagó, lugar donde trabaja Melquin Robles, un técnico de palma de aceite, quien decidió viajar desde Pelaya, Cesar, hasta Puerto Gaitán, Meta, en busca de su propio Dorado. Melquin se levanta a las 5 de la mañana para desayunar en la casa que está enfrente del cambuche en el que duerme. De 5 y media a 12 del mediodía corta, recoge o carga el fruto. Al terminar, va directo a la fábrica a descargar el fruto durante dos o tres horas. A las 4 de la tarde está desocupado. Las si-

guientes horas las gasta en jugar dominó o fútbol, o en dormir en la hamaca que hace parte de su cambuche. Esta es la segunda finca en la que ha trabajado Melquin. Antes, trabajó en Silla Távara, cumpliendo la misma jornada laboral que en La Vencedora, durante tres meses, con la promesa de ganar un millón mensuales. Los dos primeros meses le pagaron la mitad de lo pactado. Al tercer mes, bajo el sol azotador de Puerto Gaitán, con fe de recibir su pago, se sintió estafado “Yo salí tumbado –dice Melquin acostado en la hamaca– Me descontaron del seguro, de la indumentaria, del papeleo y me quedaron $272.000”. Melquin es un trabajador subcontratado por la empresa Servi Oriente, en la finca de La Vencedora y Miravalles, que pertenece a la empresa Abagó. Al ser contratado por un tercero, su forma de contrato se rige bajo la prestación de servicios, es decir, le pagan por el número de toneladas que recoja. La tonelada la pagan a $75.000, equivalente a recoger el fruto de 20 palmas, y en promedio Melquin recoge el fruto de 100 a 120 palmas diarias. Es Lunes Santo por la tarde. La jornada laboral de Melquin terminó. Acostado en la hamaca parece estar tranquilo, a la espera de terminar el día para que sea mañana, luego pasado mañana y que por fin sea Jueves Santo, día de pago. Día en el que se cumple el primer, y según Melquin, el único mes de trabajo en la finca La Vencedora. Pues espera que le paguen el millón de pesos, su “Dorado”, para devolverse a Pelaya a trabajar en su verdadera vocación, la de mecánico.

Para el lector: a ise demandar Alix: “Y no qu me no , é? qu ¿para la compañía ”. er a mi bebé van a devolv

Que a buena hambre no hay pan duro, o que trabaja más que pala empeñada, parece ser la nueva costumbre de los trabajadores colombianos. v

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Fotografías: Ángela María Jiménez Ángel.

Mi primer trabajo

ÌdiscapacidadÍ S Una condición que condiciona ría ela Ma g n Á r Po l z Ánge Jiméne

Luisa Fernanda Aldana tiene 22 años y Libia Janeth Castillo tiene 26. Ambas viven en Bogotá y hacen parte del 15% de la población mundial en condición de discapacidad. Las dos están en edades productivas para laborar, pero hay algo que las diferencia: Janeth trabaja pero Luisa, no. LO ORÁCU 31

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egún la ONU, las personas con discapacidad son aquellas que tienen limitaciones funcionales de orden físico, mental, sensorial, cognitivo o emocional, y al interactuar dentro de la sociedad se les puede llegar a impedir o dificultar su participación plena al enfrentarse con diversas barreras personales, sociales, económicas y culturales. En Colombia, de acuerdo con el DANE, hay un 7% de ciudadanos en condición de discapacidad, es decir, hoy existen aproximadamente 2’624.898 o más colombianos con alguna enfermedad congénita o alguna lesión permanente provocada por un accidente. Luisa y Janeth hacen parte de esas variables, cifras que les determinan su forma de vivir económica y socialmente.


Mi primer trabajo

A Luisa le encantan las fotos; posa, hace que su hijo Julián o su esposo Germán posen, toma la foto, la sube y la postea en Facebook. Ella, como muchas personas, tratan de inmortalizar los momentos a través de la fotografía. La diferencia es que Luisa necesita de la pantalla de su celular para ver y reconocer a su propio hijo y esposo, ya que de frente, si no es desde muy cerca (casi nariz con nariz), no es capaz de contemplar las figuras y rasgos de sus seres amados. Según el Instituto Nacional para Ciegos, INCI, en Colombia hay 74.915 ciegos totales y 2’584.169 personas con problemas de baja visión. Entre ellas está Luisa Fernanda Aldana Acevedo, una joven que tiene problemas de visión, que fue diagnosticada con queratocono, una enfermedad ocular que ataca directamente la estructura interna de la córnea, debilitándola a tal punto que su forma presenta un adelgazamiento cónico irregular. ConverTic es un software que le costó al gobierno $6 mil millones y está dirigido y programado únicamente para personas ciegas y con discapacidad visual. Su descarga es gratis y sirve para que aquellas personas puedan usar computador y navegar en Internet. Sin embargo, con esta iniciativa del gobierno, tanto Luisa como muchas personas con limitación visual no pueden acceder a esta plataforma por no tener el medio indicado, es decir, Luisa no tiene un computador que le permita descargar el software para participar plenamente como los demás. Para el Registro para la Localización y Caracterización de las Personas con Discapacidad, aplicativo web creado por el Ministerio de Salud y Protección Social, Luisa ha sido desde sus 15 años una persona con discapacidad sensorial, caracterizada por la disminución de un sentido, condición que le

arrebató un trabajo en una empresa en el área de recursos humanos y le ha cerrado las puertas como encuestadora en muchos lugares. Desde su adolescencia, Luisa ha sabido lidiar con su enfermedad y en el 2013 entró al Sena a estudiar, Gestión Comercial y Telemercadeo, Contact Center y Call Center, pero a los ocho meses de haber cursado seis de teoría y dos de práctica, su hijo presentó un problema pulmonar grave que la obligó a retirarse. Hoy Luisa, aún bajo protección especial del Estado, no recibe ninguna ayuda, ninguna capacitación y/o rehabilitación para volver a buscar trabajo y mucho menos una indemnización que le ayude solventar sus gastos para la supervivencia. Por otro lado, a Libia Janeth Castillo Castillo, primogénita de una pareja de padres amorosos, a sus seis años de edad le realizaron exámenes que revelaron su condición: Janeth heredó de dos de sus tías de la línea materna, el síndrome de Grebe, lo que la hace parte de las 15.000 personas aproximadas de talla baja en Colombia. Este síndrome congénito, genético y hereditario, procede de un problema en

alguno de los cromosomas, dominante o recesivo, que cuando empiezan a unirse y a crear vida juntos, uno de ellos no se desarrolla correctamente, lo que provoca que las extremidades de la persona no crezcan de manera conjunta con el tronco y la cabeza. Hoy, Janeth mide 1,05 metros de estatura y tiene una condición de discapacidad física o motora por tener una altura debajo de los estándares correspondientes a los de su edad; además tiene una limitación del movimiento por el no crecimiento de sus extremidades. Desde febrero de 2015, Janeth está inscrita en el Registro para la Localización y Caracterización de las Personas con Discapacidad, como los otros 41.163 jóvenes de 18 a 28 años con alteración permanente en el movimiento del cuerpo, manos, brazos y piernas. A sus 22 años, Janeth empezó a estudiar en el Sena Gestión Contable y Financiera y cuando encontró trabajo en la empresa aeroportuaria Serteport tuvo una luxación en el codo derecho que la dejó sin fuerza y movilidad en todo el brazo, por el mal acondicionamiento que tenía la empresa frente a sus extremidades,

Colombia es un país que toda vía no es capaz de darles a unas personas co mo Luisa y Janeth los medios y formas pa ra recibir un salario que les permita su realiza ció su estabilidad socioeconómica n individual y , tampoco es competente a la hora de elimina r las barreras de acceso para estas personas. Tanto Luisa como Janeth mere ce no y justo por sus condiciones n un trato digde discapacidad; por consiguiente, en el marco leg las protegen varias normas qu al colombiano, e garantizan, supuestamente, sus prácticas igualitarias en el mercado laboral. ORÁCULO 31

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s de la línea ía t s u s e d la hace ó de dos Janeth hered drome de Grebe, lo que das de a sín o p o rmaterna, el 15.000 personas aproxim tuniparte de las Colombia. dad de talla baja en trabajar en un lugar donde le habiMi primer trabajo

situación que la obligó a salir del mercado laboral. Luego de un año y medio de recuperación Janeth encontró la Fundación Saldarriaga Concha en donde la ayudaron a sanar sus heridas laborales y emocionales. Empezó en el Programa Empresarial de Promoción Laboral para Personas con Discapacidad “Pacto de Productividad”, que ha vinculado a 613 personas con discapacidad. Es promovido y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, el Ministerio del Trabajo y la Unidad Administrativa Especial del Servicio Público de Empleo. A través de ese programa, mientras estudiaba el tecnólogo de Gestión de Mercadeo, fue convocada a trabajar en una empresa española de ingeniería civil de Sondeos, Escultura y Geotecnia (que tiene en su nómina al 10% de sus empleados con alguna discapacidad), como auxiliar administrativa. Desde ese momento, Janeth entró en las estadísticas del Ministerio de Trabajo, por ser una de las 6.682 mujeres con discapacidad que se encuentra trabajando, y una de las 5.917 mujeres entre los 15 y 44 años que realiza una actividad laboral. Janeth pasó de ser auxiliar a asistente jurídica en la parte de contratación en la misma empresa, estudia Administración de Empresas en la Universidad Minuto de Dios, va en octavo semestre y según el Ministerio de Trabajo, hace parte de los 839 ciudadanos de Bogotá que tienen una limitación en el movimiento del cuerpo, manos, brazos y piernas, que se encuentran estudiando. Para este año 2015, Luisa Fernanda no ha podido terminar su carrera tecnológica y mucho menos ha tenido la LO ORÁCU 31

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liten sus funciones de acuerdo con su condición de salud, mientras que Libia Janeth se encuentra estudiando una carrera profesional y laborando en una empresa con responsabilidad social, cuyo cargo es indispensable para el funcionamiento de la misma. De cualquier modo, tanto Luisa como Janeth merecen un trato digno y justo por sus condiciones de discapacidad; por consiguiente, en el marco legal colombiano, las protegen varias normas que garantizan, supuestamente, sus prácticas igualitarias en el mercado laboral. Efectivamente, desde la Constitución Política de Colombia de 1991 las amparan los derechos fundamentales, como el derecho a la igualdad, el derecho a tener un trabajo, el derecho a tener un acceso a los servicios de salud, entre otros. Al mismo tiempo, desde el poder legislativo, el Estado colombiano ha estado respaldando a esta población con la Ley de Discapacidad (361 de 1997); con normas para apoyar el empleo y la ampliación de la protección social (Ley 789 de 2002); con la garantía de la protección de los derechos de las personas con discapacidad (Ley 1618 de 2013) y finalmente con el Proyecto de Ley del Plan Nacional de Desarrollo

2014-2018 “Todos por un nuevo país” del gobierno de Juan Manuel Santos, que adjudica como un objetivo más, crear políticas de inclusión laboral para incorporar la población con discapacidad en el sector productivo. Pero aunque Janeth esté trabajando y estudiando al mismo tiempo, y Luisa no, ambas hacen parte de las 1‘302.669 mujeres en condición de discapacidad que siguen bajo la sombra de un gobierno que todavía no ha llevado a cabo las reformas estructurales, económicas y sociales necesarias para el desarrollo de una sociedad incluyente capaz de corregir y transformar las vías de discriminación que generan una brecha de indiferencia y desigualdad. Colombia es un país que todavía no es capaz de darles a personas como Luisa y Janeth los medios y formas para recibir un salario que les permita su realización individual y su estabilidad socioeconómica; tampoco es competente a la hora de eliminar las barreras de acceso para estas personas, como lo son la salud, la cultura, la tecnología y, sobre todo, la infraestructura. Tanto medios de transporte públicos, como también paraderos, andenes, pasillos, baños, rampas, salidas de emergencia, lugares públicos, entre otros, tienen fallas profundas que reflejan que las personas con discapacidad siguen sin ocupar un lugar privilegiado en la agenda política estatal. v


uerpo

La ex

ó n i c a tplo del c

Mi primer trabajo

Òsin"contactoÓ cha lás Ro o ic N r Po iela y Dan r Cortés za la a na S Carmo

Internet revoluciona actividades y negocios en el mundo moderno. Y es también fuente de oficios atípicos, como el de mujeres cuyo trabajo consiste en mostrar su cuerpo e interactuar con desconocidos a través de la red.

L

a vía más rápida no siempre es la más sencilla. La juventud trae muchas veces locuras, decisiones apresuradas, rutas de escape rápidas o montañas púrpura inescalables con el rostro de Jorge Isaacs. Pero como lo afirma Lewis Carroll en su libro Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas “si se camina lo suficiente, se llega a alguna parte”, después de caminar mucho o a veces poco, el destino nos junta con la vida laboral. ¿Quién no disfrutaría ganar dinero por minuto desde la comodidad de su cama? ¡Todos! (creería yo). Esta generación encontró la manera de explotar las herramientas web para crear con-

tenido que sea consumido por una porción, así sea mínima, de los 2.500 millones de usuarios de internet. Es poco moral, en la sociedad colombiana, esbozar siquiera una idea de cuánto vale el cuerpo humano, de cuánto pagaría una persona por ver a una mujer desnudarse y bailar a través de una cámara web. No existe contacto físico alguno con la persona detrás del display, pero aun así, hay un intercambio monetario mal visto a cambio del servicio que la modelo presta. ¡Eso es un trabajo para prepagos! fue lo primero que exclamó una conocida al mencionarle el tema de investigación. Se parte de ese prejuicio ya que masturbarse frente a una webcam por

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Mi primer trabajo

No es un estudio con cuatro pare cafetera con vasos desechables des y una al lado.

dinero se suele asociar a un tipo de prostitución. Pero detrás de las cámaras, la lencería por el aire, los juguetes sexuales y las botellas de lubricante, hay una empresa completa. No es un estudio con cuatro paredes y una cafetera con vasos desechables al lado: se trata de decenas de personas trabajando en conjunto, en cada una de las sedes, por la creación de contenido de calidad. Detrás de uno de los escritorios de AJEstudios se encuentra Daniela Másmela Habib, oriunda de Bogotá. Con 21 años, esta joven trabaja como coordinadora de monitores de la sede de Medellín, con 33 modelos bajo su cargo. Su trabajo consiste en organizar shows, acompañar a cada modelo en un juego de roles en los que descubre qué preferencia tiene su público, qué alter ego debe crear para satisfacer los deseos de sus clientes, cómo explorar su sexualidad y sensualidad, cómo reír, escuchar y también hablar. En el negocio del voyerismo se hace lo que nos dijeron de pequeños que jamás hiciéramos. Juzgar un libro por su portada, grandes senos, abdominales marcados, piernas esbeltas y brazos anchos, son apenas algunos de los requisitos que tienen que cumplir los modelos para entrar al negocio, aunque todo depende, el público es tan variado y tan cambiante que muchas veces los estereotipos de belleza son rechazados, los clientes buscan entretenimiento, muchas veces sexual, pero no siempre. ¡Toque una canción en guitarra, cante, baile!, son algunos de los comentarios que se logra observar en la página Chaturbate. Las tarifas son en dólares, desde un dólar hasta cuatro por minuto dependiendo de la página. Daniela, en la sede antioqueña coordina en seis de estas páginas; Myfreecams, Naked, Jasmin, Fleeforfree, ChaLO ORÁCU 31

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turbate y Streamate; aunque existen muchas más, estas son en las que ella tiene más control. Con un horario de seis y media de la mañana a una y media de la tarde, las modelos deben trabajar ocho horas diarias (como mínimo) durante los siete días de la semana, con derecho a un día libre. Sin políticas previamente establecidas, cada estudio maneja sus horarios de trabajo y el formato de los espectáculos de manera independiente. Dentro de AJEstudios hay veinte cuartos, así que al día (teniendo en cuenta las modelos que trabajan en horario nocturno) aproximadamente 40 mujeres utilizan los cuartos. Las modelos no solo deben hacer los shows, Daniela también se encarga de que ellas limpien sus cuartos y mantengan en orden todo diariamente. A una mujer que trabaje en la agencia se le paga el 60% de lo que produce y el estudio obtiene el resto; este porcentaje hace referencia al servicio de internet, alquiler de equipos, de cuartos y a la asesoría que los monitores deben brindar constantemente. Cada semana se realizan pagos en una tarjeta de cuenta de ahorros. Las mujeres que trabajan desde su casa ganan desde el 80% hasta el 90% del dinero recaudado. Las destacadas de las primeras páginas –como afirma Daniela– siempre son quienes más ganancia le dan al equipo de trabajo. Las estrategias de difusión de información de la vedette dependen de lo que ella busque; si quiere aumentar el tráfico, personas como Daniela le colaboran a generar un mayor impacto mediático. La coordinadora de monitores

n bajo consiste e a tr l e d % 0 9 Un

debe, al mejor estilo de una superintendencia, estar pendiente de la hora de conexión de las modelos, controlar lo que los monitores hagan, desde control de audio hasta control de maquillaje. Como si de una producción cinematográfica a gran escala se tratara, a las seis de la mañana se maquillan las modelos, se repasa la escaleta del show y se llega a un acuerdo de la agenda del día. ¡Una buena modelo no se está masturbando a toda hora! Si se lleva bien el negocio estas mujeres no solo explotan su erotismo sino también su carisma. Hablar, bailar o simplemente dar la ilusión de compañía también hace que el dinero destile de las tarjetas de crédito de los usuarios. Aquí entra algo curioso, a pesar de no exigir un título universitario: entre más idiomas maneje la modelo más alcance va a llegar a tener. Una firma de contrato de trabajo incluyendo el RUT y la cédula, además de un contrato de confidencialidad dictamina la ruta a seguir una vez se ingresa al negocio. Para Daniela esto es un trabajo más, uno lucrativo y diferente, mejor que ser secretaria o limpiar baños públicos. Se puede vivir de esta industria, tanto en la parte administrativa como en la de ser modelo, es un negocio, un intercambio de servicios. Solo es un trabajo no tan común.

** Pero toda moneda tiene dos caras. ¿Cómo es la vida de quien está tras la cámara? ¿Quién se enfrenta al público que demanda espectáculo? Al mejor estilo de una gladiadora, pero con menos ropa, mujeres como Gabriela se devoran la arena y no generan más que aplausos y uno que otro fingir. culto a Onán.


Mi primer trabajo

El trabajo comienza a las 10 de la noche, y Gabriela ya está lista, como toda una experta, frente al computador del estudio, esperando a que llegue la invitación a un chat privado. Tiene puesto el babydoll negro semitransparente que deja ver sus pezones y el vello púbico apenas asomándose. Las próximas ocho horas serán de juegos y toqueteos frente a la cámara, de explorar y llevar al límite la sensualidad. En el estudio hay una cama y las herramientas tecnológicas que hacen su trabajo posible. Al lado del computador, sobre una mesita de café que se mantiene invisible a los clientes, permanecen erectos sus dos fieles compañeros: consoladores de goma, erguidos como si supieran la faena que se viene, esperando a que el cliente o ella misma decidan cuándo es el momento adecuado para usarlos. Fuera de ellos, inquietos, los 10 dedos de las manos. Ante las dificultades que existen para encontrar trabajo siendo joven, debido a factores como la falta de experiencia, los horarios extenuantes que se chocan con los de estudio y el salario, en muchas ocasiones miserable, la posibilidad de ser modelo webcam se presenta para muchos como una salvación. Se trata de un negocio serio y legal en el cual se intercambian servicios y tiempo, por dinero. Como empresas, los estudios de videochats

“Los mejores chats son esos donde no hay que quitarse la ropa –dice Gabriela –Cuando los tipos vienen solo por ver un show erótico, lo máximo que pueden durar en línea son 20 minutos y eso no es nada”. –¿De qué hablan?– “Uno habla de todo con el cliente. De música, de deporte, de películas, de gustos. Es como tener un amigo lejano”. Trabajar en este negocio no es cualquier vaina. A Gabriela ya la invitaron dos extranjeros a un chat privado, y puede aceptarlos a ambos sin inconvenientes. No ha tenido que trabajar en esto por mucho tiempo para estar consciente de que le pedirán cumplir muchas fantasías y fetiches, que a veces rayan con lo repugnante. Desde orinarse hasta vomitar frente a la cámara, en este trabajo hay que tener estómago y carácter si te quieres prestar para todo. De todas maneras no es obligación cumplir con todo lo que los clientes piden y es válido decir “no”. A pesar de tener una cama dentro del cuarto, a Gabriela no se le permite dormir. “Es ilegal”, dice. Una de las restricciones que aparecen en el contrato. Además de eso, no está permitido mostrar los juguetes en el chat “free”, es decir, en el chat donde ningún servicio en particular es con-

Mujeres como Gabriela se devo ran la arena y no generan más que aplauso s y uno que otro culto a Onán. deben contar con un registro mercantil y responder con sus funciones administrativas y tributarias, y quienes trabajan en él, están amparados bajo el derecho constitucional de la libre expresión. A pesar de lo anterior, ser modelo webcam sigue siendo un tabú, que para muchos es igual a la pornografía y para otros no difiere de la prostitución. Un trabajo que se debate entre lo legal y lo inmoral del cual no se puede hablar abiertamente por temor a las opiniones, pero que, a diferencia de la mayoría de empleos “decentes”, deja salarios muy jugosos y les permite a sus modelos escoger entre diferentes horarios para trabajar cuando mejor les convenga.

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Fotografías cortesía: Daniela Másmela Habib y Nicolás Rocha Cortés

Mi primer trabajo

Se trata de un negocio serio y legal en el cual se intercamb ian servicios y tiempo, por dinero. tratado sino que los visitantes revisan cada cámara para ver en qué modelo están interesados. Solo en los chats privados, están permitidas las demostraciones. Además, son solo estos chats los que les generan dinero a las modelos. Un 90% del trabajo consiste en fingir. Fingir gemidos, orgasmos y en general cualquier tipo de placer. Demostrarle al cliente que se disfruta lo que se hace. Ante todo hay que ser profesional. “A mí a veces me aburría… Es que es muy difícil estar horny 24/7 – dice Gabriela quien después de haber trabajado durante dos meses, se retiró. – El trabajo es bueno para el que le gusta. Hay mujeres que pueden y que cumplen todos los días con eso, pero para mí comenzó a hacerse muy difícil”. Siendo modelo webcam se tiene la ventaja de poder trabajar desde la casa o trabajar en el estudio, y a diferencia de cualquier otro trabajo relacionado con sexo, como la por-

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nografía, ellas nunca son tocadas por otra persona y tienen libre albedrío en decidir hasta dónde son capaces de llegar. “Yo escogí el estudio porque aquí en la casa, con toda mi familia, me daba mucha pena. Terminé por decirle a mi mamá que trabajaba para un call center de España, y lo mismo a mi novio de ese entonces”. La cámara además contempla otras ventajas. Al tratarse de sexo indirecto son muchos los trucos que se pueden hacer para excitar al cliente y hacerlo creer que sus “deseos son órdenes”. Desde diferentes posiciones y ángulos de la cámara, hasta consoladores retráctiles que simulan la penetración. Luego de haber enviado la hoja de vida, se hace la cita para la entrevista, en la que más que decidir si la candidata es apta o no (ya se mencionó que cualquiera puede hacer parte del trabajo) se le explica en qué consiste ser una modelo de videochat erótico:

quitarse la ropa, jugar con el cliente, hacerlo permanecer en una chat privado el mayor tiempo posible, y ser creativo… muy creativo. Luego de la entrevista se hace un registro fotográfico, y ya está. Lo mínimo que puede durar una modelo es una semana; más allá de eso, la modelo puede escoger cuándo retirarse. Gabriela ya ha comenzado a insinuar lo poco que ha quedado a la imaginación con el liguero puesto… Aún le quedan seis horas más despierta y sus pequeños gemidos ya han atrapado a los dos clientes en su pantalla. Que comience el juego. Si de oportunidades se trata, ser modelo webcam es una opción para personas jóvenes y sin tapujos, desprendidas en todo sentido y abiertas de mente. Un empleo que puede ser visto como un pasatiempo o una catapulta para alcanzar otras metas. Pero que también puede verse como una profesión, seria y estable. v


Mi primer trabajo

Las rutas del

ÒesparriÓ una folclorica profesion de alto riesgo ldo y a Gira e in L r o P qu ián Du Sebast z Sánche

En Cartagena es popular y generalizado el singular trabajo de jóvenes ayudantes que pasan días o noches colgados de las puertas de buses y busetas atrayendo pasajeros. Algunos trabajan el doble de lo que establece la jornada laboral en Colombia: ocho horas diarias.

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Mi primer trabajo

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Fotografías: Sebastián Duque Sánchez.

¡¡Socorro, Socorro, Socorro, Socorro!!, ¡¡Señora, Socorro!!”, grita un joven que va colgado de la puerta de una colorida buseta por la Avenida Pedro de Heredia, vía principal de Cartagena de Indias. El sol es inclemente, y la temperatura raya lo insoportable. La situación del tráfico no ayuda, pues la excesiva cantidad de carros, buses y motos dispara al límite la sensación térmica. El joven que vocifera y luce bermudas de jean, camiseta azul chillón, gorra naranja y chancletas como de fomi no está pidiendo auxilio, ayuda ni nada parecido. En realidad está trabajando, como otros cientos de muchachos que no necesariamente exclaman ¡Socorro! –así se llama un barrio de la ciudad–, sino los nombres de otros destinos de la urbe, la gran mayoría alejados de esa Cartagena que siempre se empeña en mostrar la ficción con sus “hermosas” playas, sus históricas construcciones y sus bellas y cálidas mujeres. La escena resultará familiar para quienes viven en Cartagena o para los que, por lo menos, van a menudo. A ese que grita colgado del bus se le llama esparri o esparrin –del inglés sparring, grosso modo conocido como ayudante–. Y se le denomina así porque es el asistente de quien está tras el volante. El esparri no solo grita a los transeúntes la ruta del bus. Tiene muchas otras tareas, como cobrar el dinero del pasaje; ayudar a subir y bajar niños, ancianos, mujeres embarazadas, etc.; decirle al conductor cuándo parar y avanzar; pedirles a las personas liberar espacio al interior del vehículo; entregar la cartulina en los puntos de control de la ruta; cuidar a los pasajeros de los ladrones; negociar rebajas, y otras más. A grandes rasgos, es quien mantiene el ‘orden’ en los buses de Cartagena, esos que brillan con fuerza de día y parecen discotecas de noche.

Y muchos de estos esparris son jóvenes entre 15 y 25 años. La figura del esparri está arraigada en la cultura oral cartagenera, es muy tradicional, y es materia de conversación recurrente y jocosa. Está tan presente que, por ejemplo, un joven de estrato seis me dijo mientras conversábamos sobre ello “¿Es que quién no jugó a ser esparri?”. Durante la niñez, uno se siente mayor cuando adquiere la destreza para lanzarse del bus cuando todavía se mueve, como los esparris. Son todo un tema. ¿Y cómo podrían no serlo? Si para captar pasajeros gritan hasta “¡Compa, por la avenida, con wi-fi!”.

** La rutina de los esparris comienza bien temprano. De 4 a 4:30 am. se alistan para salir al ruedo. Se encuentran con el conductor en el punto de inicio de la ruta, y empieza el recorrido. Lo normal es que un esparri no viva cerca del paraíso vacacional explotado por la publicidad y las películas. Los esparris moran lejos, en la Cartagena real, desde donde salen a trabajar. Pero, ¿cómo volverse esparri? Es simple y lógico. Solo hay que conocer a un chofer de bus. Lo usual es que este viva cerca del esparri, sean vecinos o incluso familiares. Luego hay que esperar a que él haga la oferta

En el año 2015 la proporción de ocupados informales se redujo en 0,6 puntos porcentuales en las 23 ciudades y áreas metropolitanas.


Mi primer trabajo

buses, de las y 49 rutas de ha a figura en ag rt En Ca 17 utilizan la y s va ti ac n tá rtagena cuales 32 es l Studios - Ca xe Pi ía af gr to del esparri. Fo diovisual). (Realización Au

de trabajo, o decirle tú mismo “Vale mía, quiero trabajar”, y ya está. Él dirá qué días de la semana tienes turno. Si cuentas con suerte, podrás oficiar casi a diario. No hay contratos que establezcan duración, seguridad social, prestaciones, garantías, liquidación ni nada. Es un procedimiento muy informal, como la mayoría de las oportunidades de empleo en Colombia, y más aún en Cartagena. Expertos del Banco Mundial aseguran que el trabajo informal frena a las economías latinoamericanas que se ven altamente afectadas por este fenómeno. Los esparris entrarían en el grupo de aquellos a los que les parece poco atractivo el tema de la formalidad, y toman conscientemente la decisión de excluirse de los beneficios que les brinda el Estado con el trabajo formal. La tasa de empleo informal en la capital de Bolívar se acerca al 55% (DANE), por lo que esta práctica es vista con

normalidad. En ‘La Heroica’ cada quien se ‘rebusca’ como puede, y esta forma, según Wilder Peña Contreras, quien trabajó como esparri desde los 17 hasta los 22 años, “no es menos legítima que otras”. Los esparris trabajan aproximadamente 16 horas diarias. De 4:30 am. a 8:30 pm., de 5 am. a 9 pm., de 6 am. a 10 pm., etc. Todo varía por el mismo carácter informal del oficio, pero siempre son muchas horas, casi el doble de lo que establece la jornada ordinaria de trabajo máxima en Colombia (8 horas) según el Ministerio de Trabajo. El 3 de noviembre de 2014, Cartagena, con el alcalde Dionisio Vélez a la cabeza, adoptó la política pública de trabajo digno y decente, cuyo principal objetivo, según el ministro de Trabajo Luis Eduardo Garzón, es que “no haya colombianos trabajando en condiciones infrahumanas, que no tengan contratos, que no tengan lo mínimo que es seguridad social”. Sin embargo, el trabajo de los esparris contradice la consigna del Ministerio. Y… ¿cuánto se gana por laborar tanto tiempo? Depende de cómo vaya el día, de qué ruta sea, de cuánta gente se suba, y demás condicionantes, pero, por lo bajo, son 50 mil pesos, y cuando la cosa va bien, pueden ser hasta

100 mil pesos. Kevin González tiene 17 años, vive en San José de los Campanos y trabaja casi todos los días, desde diciembre de 2014. A veces se toma libres los sábados o los domingos. Gana en promedio $70 mil diarios, lo que multiplicado por seis días que trabaja a la semana da 420 mil, por cuatro semanas que tiene un mes, da $1’620.000. La cifra no es exacta, por supuesto, pero se aproxima y brinda idea de cuánto puede hacer por mes un esparri si se dedica de lleno. El cálculo de cuánto le corresponde es bastante simple. Se tiene la cantidad total de lo recaudado en el día, y se resta lo que corresponde para el dueño del bus, lo del ahorro mensual para la empresa de transporte que certifica los buses, lo de la gasolina, lo del lavado, otros gastos, y queda lo del conductor –pueden ser $150 mil– y lo del esparri. En este punto surge un problema social de peso, pues resulta complicado convencer a un joven de 16 años de que debería estudiar si no tiene los recursos para ello, y si tiene la oportunidad de ganar más de dos salarios mínimos mensuales haciendo algo para lo que no necesita estar formalmente cualificado, y más cuando hay gente profesional en este país que gana mu-

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cho menos. Hay esparris que tienen más de 25 años, y es por eso mismo. Los más jóvenes han asistido al colegio hasta determinados grados de bachillerato. Algunos lo han terminado y otros se han quedado en el camino. A los esparris, además, no les parece complicado lo que hacen. El calor, el sol, el peligro, el ruido, los malos olores, el tiempo excesivo de trabajo, los ladrones... todo eso para ellos hace parte de los gajes del oficio. “Pa’ mí esto es lo más fácil”, me decía en el monumento de la India Catalina, estación por antonomasia de busetas en el centro de la ciudad, Giovanni Copas Cárdenas, un joven risueño, negro, y muy flaco, de unos 18 años, quien vive en el barrio Arroz Barato. Disfruta mientras trabaja, como otros esparris. A uno de ellos una vez lo vi bailar reggaeton en la puerta del bus con una adolescente que él ni conocía. Y el bus estaba en movimiento. LO ORÁCU 31

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En Cartagena hay 49 rutas de buses, de las cuales 32 están activas, y 17 utilizan la figura del esparri. Estas últimas son las más conocidas, como Ternera, Bosque, Socorro, Zaragocilla, Blas de Lezo, y otras, cada una con sus variaciones. En total hay cerca de 1.300 buses de transporte público, según el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte, DATT, de los cuales cerca de 800 utilizan esparri. Cuando se pregunta acerca de la utilidad de estos, sobre si eliminar el oficio, las respuestas no apuntan hacia un único veredicto. Aureliano Rico, coordinador de transporte público del DATT, afirma que “los esparris hacen que el servicio esté mal prestado”, pues muchos pueden ser muy groseros. El ciudadano de a pie lo tiene claro, y va en la misma línea del coordinador. Los choferes,

mientras tanto, sostienen su estatus de ‘necesario’, pues el esparri les permite abstraerse de muchas tareas, desde algo tan básico como saber cuándo parar. Muchísimos buses en Cartagena no tienen incorporado el dispositivo del timbre, o simplemente, por costumbre, no se usa, por lo que si uno quiere bajar, debe gritarlo. El esparri está pendiente, y entonces ejerce de canal de comunicación. Cuando él grita “¡Aguántalo!” o “¡Se queda!”, frena el conductor. Hasta febrero de 2015, Cartagena, de acuerdo con datos del DANE, está en el TOP-3 de las ciudades con la tasa más baja de desempleo en Colombia, con un porcentaje de 8,4%. Por delante solo se encuentran Barranquilla y Montería, con 7,5% y 7,0%, respectivamente. Sin embargo, es un dato imposible de analizar sin el contexto.Y el contexto es el de los esparris, la informalidad, el rebusque y los bajos niveles de productividad. Por tal razón, es común que la gente no tenga una agenda fija para la rutina. Cada quien maneja su tiempo como quiere. Los esparris afirman que es fácil, pero no lo parece. No puede verse cómo algo sencillo cuando se tiran del bus a entregar la cartulina y este va avanzando 40 km/h, cuando gritan todo el día bajo el cruel y resplandor del sol cartagenero, o cuando deben lidiar con gente inconforme por el sobrecupo del vehículo o por la baja velocidad a la que estos se desplazan cuando no tienen muchos pasajeros. A pesar de todas esas dificultades, varios no dudan en apuntalar que lo suyo es simple, como Giango Castillo, quien me dijo colgado de la puerta de su bus “Esta vaina es fácil, y no me ha pasado nada pesado. Ah... sí. Una vez me caí”. v

“Pa’ mí esto es lo más fácil”, dice uno de ellos.


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Este número de Oráculo es resultado de la iniciativa, investigación y creatividad de un grupo de jóvenes que están a poco más de un año de culminar sus estudios y que si bien pertenecen a la privilegiada minoría de los que logran culminar todos los ciclos de la educación y ser profesionales de una universidad certificada que imparte educación de calidad, enfrentarán sin escapatoria, a la vuelta de unos meses, la muy compleja realidad del mercado laboral colombiano. Tal como se lo propusieron, realizan en sus escritos un interesante análisis de las facetas, posibilidades, obstáculos y problemática del empleo juvenil en Colombia, con la autoridad y el interés que se deriva del hecho mismo de que ellos sean parte de ese grupo, que según Fedesarrollo hoy representa 50% de los desempleados y apenas 30% del total de trabajadores de Colombia que a estas alturas no tiene una política de empleo para los jóvenes, cuando su futuro depende precisamente de dar educación y oportunidades laborales de calidad a su principal capital humano.


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