CUADERNO DE LA MEMORIA 4 EL ATLANTICO SUR, MALVINAS Y ANTÁRTIDA, EN LAS RELACIONES ARGENTINO-BRITÁNI

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In memorian de los caídos en la Guerra de Malvinas. Prof. Juan Carlos Cantoni Estas notas tienen por objeto abordar algunos aspectos vinculados con la soberanía política y territorial argentina. Las cuestiones derivadas del conocimiento geográfico y político, en el devenir histórico, son necesarios al fortalecimiento de nuestra conciencia nacional. Todo ello en la necesidad de presentar otra visión a los derrotistas que siguieron al final de la Guerra. Pretendemos hacer un aporte a nuestros compañeros docentes que no solo honran a la memoria de nuestros hermanos caídos en la Guerra de Malvinas en las fechas de su conmemoración, sino que trabajan denodadamente por mantener la enseñanza pública, aun corriendo riesgos de vida, en estos difíciles tiempos de pandemia. Aportes de conocimientos viejos y nuevos de una historia que nutre la memoria del despojo y alimenta la justicia de la reivindicación

1era. Nota: Los Imperios Europeos. Gran Bretaña, el Poder Naval y el Colonialismo La Paz de Westfalia en 1648 puso fin al sistema medieval del Imperio Universal; significó la supremacía francesa; esto comprometía la seguridad y la autonomía de Inglaterra quien desde su insularidad solo podrá desarrollar una “política de fronteras” basada en la expansión marítima. 1

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Recién en 1904 sir Halford Mackinder teorizaría acerca de esta cuestión geopolítica. Ver Apéndice 1.


2 Desde el Acta de Navegación (1651), Inglaterra salió a disputar las rutas oceánicas del mundo, no siempre por el pacífico trato comercial: corsarios, filibusteros, contrabandistas, piratas, etc. con los consiguientes conflictos bélicos y diplomáticos. Portugal perteneció a la corona de Castilla hasta 1640. Los Braganza impulsaron la independencia, y por la Paz de los Pirineos Portugal quedó merced de la “protección” británica desde 1661. Los comerciantes portugueses del Brasil, en procura del mercado potosino, buscaron por el contrabando, la forma de burlar el monopolio sevillano. Así fundaron Colonia del Sacramento en 1680. De su importancia estratégica dan cuenta las sucesivas “tomas” militares y “devoluciones” diplomáticas en el marco de la política exterior borbónica. Antes de morir, Carlos II de España sin herederos, trató de evitar el reparto del Imperio Español, y legó el trono a Felipe de Anjou, heredero del trono francés. La aceptación del Testamento por Luis XIV, desencadenó la Guerra por la Sucesión Española (1702-1713). Portugal actuó como aliado de Inglaterra, alianza que se “consolidó” con el Tratado de Methuen (1703). Por él, Gran Bretaña se comprometía a comprar exclusivamente a Portugal sus vinos y aceites de oliva y los portugueses a comprarle exclusivamente tejidos, trigo y productos manufacturados. La guerra concluyó en 1713 con los Tratados de Utrecht y Ralstadt. Se recomponía el equilibrio continental y marítimo: el Atlántico pasó a ser escenario de la política exterior europea. Inglaterra adquiría ventajas económicas. Por los asientos negreros, el monopolio de la trata en América, además de ventajas comerciales. Al mismo tiempo consolidaba su poder en el Atlántico y el control de otros puntos estratégicos, sobre las rutas marítimas. . . Así surgió el intento de ocupar las Islas Malvinas. Después de peripecias militares y diplomáticas, las abandonaron en 1774, dando lugar a la “tranquila posesión española” hasta 1811. En efecto la Junta de Guerra de Montevideo, resolvió el 14 de enero, abandonar Puerto Soledad. Hasta 1820 no hubo autoridad en las Islas con gran satisfacción de los balleneros y cazadores de lobos marinos. En España los Borbones subordinaron su política exterior a Francia a través de los Pactos de Familia, lo que provocaría enfrentamientos con Inglaterra y Portugal; esto llevó a España a perder territorios en América del Sur por la expansión portuguesa que encubría los intereses británicos. La creación de nuevos virreinatos y las “reformas borbónicas” modificaron la relación de España con sus dominios de ultramar: estos dejaron de ser “Reinos” y se transformaron en “Colonias”. La reacción de los “españoles americanos” o “criollos” culminará con el proceso de la revolución independentista


3 Después de perder sus colonias de América del Norte, creció en Inglaterra la intención de quebrar la fidelidad de los españoles americanos, interviniendo militarmente. En 1790, el Primer Ministro Pitt analiza esta hipótesis con el venezolano Miguel Miranda, que creía que un desembarco británico en algún punto importante provocaría el alzamiento criollo. No fue así. Al declarar Napoleón, el “bloqueo continental” (1805) se cerraron los mercados europeos a Inglaterra en plena revolución industrial. España aliada a los franceses había perdido toda posibilidad de control marítimo de sus colonias después de la derrota de Trafalgar. En este contexto se producen las invasiones inglesas al Rio de la Plata en 1806 y 1807. La resistencia al invasor acabó con la ilusión de un levantamiento contra la corona española, lo que hizo cambiar de miras a la política británica. Lo concretaron el vizconde de Castlereagh y George Canning, a partir de 1808. Mediante intrigas y ocupación militar Napoleón se había apoderado de España y destituido a los Borbones reemplazándolos por José Bonaparte. La respuesta fue un potente levantamiento popular que se organizó en Juntas. España se transformó en enemiga de Napoleón y por lo tanto en aliada de Inglaterra. Fue el Tratado ApodacaCanning y por él se otorgaba la apertura de los mercados coloniales, a cambio de ayuda militar. El Virrey del Rio de la Plata, Baltasar Hidalgo de Cisneros, abrió el puerto de Buenos Aires a los “efectos ingleses” (1809) Cuando el ejército francés estaba punto de apoderarse de Portugal, el embajador británico en Lisboa Lord Strangford y el almirante Sídney Smith en su flota, trasladaron a la corte portuguesa a Rio de Janeiro a cambio de la apertura irrestricta de los puertos del Brasil, que se transformó en la base sudamericana de la diplomacia británica, ahora, ante los movimientos revolucionarios que culminarían con la independencia de las colonias. La caída de Napoleón y por consiguiente del “Imperio Francés” renovaron la necesidad de recomponer el equilibrio europeo. La paz de Paris (1814) y el Congreso de Viena (1815) conformaron la llamada Santa Alianza encargada de velar por dicho equilibrio. Las resoluciones se tomaron en diversos Congresos que “legitimaron” intervenciones armadas para restaurar monarquías absolutas frente a movimientos nacionalistas y liberales. Una de las cuestiones, era la de resolver los reclamos de Fernando VII, en relación con el movimiento independentista americano. En 1822 la Santa Alianza preparaba un Congreso intervencionista en Verona contra los movimientos liberales, entre los que estaba el español, que le había impuesto la Constitución de Cádiz a Fernando VII. Castlereagh alentaba el proyecto de Chateaubriand, canciller francés, de una intervención en España para “liberar” a Fernando con la condición de reconocer la independencia de las ex colonias españolas


4 de América y formar monarquías borbónicas, vinculadas a Francia. Inglaterra obtendría la hegemonía económica. El proyecto no prosperó; el suicidio de Castlereagh abrió el camino a Canning, canciller a mediados de 1823. La estrategia de Canning no se apartó del esquema de Castlereagh pero excluyó a Francia e intentó limitar el avance de los EE.UU presididos por Monroe, en sus relaciones con Hispanoamérica. Para ello, alentó la “política de los empréstitos” mediante la cual los “estados” americanos contraían deudas para diversos proyectos, con la garantía de sus recursos más valiosos (tierras, rentas de aduana, minas, etc.). Esto descongestionó la plaza londinense de capitales acumulados durante las guerras napoleónicas, al par que establecía un dominio sobre la soberanía de cada estado. En el gobierno británico no creían que los deudores pagarían, pero sí sabían que estaban habilitados para intervenir militarmente en el cobro compulsivo de las garantías de dichos empréstitos. Los movimiento revolucionarios de 1848, culminaron con el derrumbe de la Santa Alianza. Inglaterra iniciaba la era Victoriana. Victoria I había accedido al trono en 1837 y su reinado coincidió con la supremacía política y económica de la burguesía industrial. La Inglaterra victoriana contó con una elite de brillantes funcionarios, Tories y Whig, conservadores y liberales aunaron su compromiso con el proyecto imperial. El “esplendido aislamiento” respecto del continente europeo, y una “cordial entente” con los franceses les permitió avanzar en la construcción un sistema colonial en África, Asia, Oceanía, que se sumaron a los ya adquiridos hasta alcanzar los 44.000.000 de km2. A ello se agrega un predominio marítimo en el control de rutas y una indiscutible supremacía militar naval. Entre noviembre de 1884 y febrero de 1885 por iniciativa del canciller alemán Bismark y de la República Francesa, sesionó en Berlín un trascendental congreso que reunió a las principales potencia europeas a efectos de acordar el reparto del mundo “disponible”, en carácter colonial. El “reparto” acordado se centró especialmente en el continente africano y se acordó con clara orientación británica la determinación de la “libre navegación” de sus grandes ríos y sus cuencas (Congo, Níger, Nilo etc.) No solo la libre navegación sino que además, dejaban claramente establecido los principio del “libre comercio”. Toda una “fiesta” del imperialismo en auge, que culminaba con el reparto de África como un pastel. Los puntos centrales de la Conferencia estuvieron referidos a: 1. Declaración relativa a la libertad de comercio en las cuencas de los ríos Congo y Níger, sus desembocaduras y territorios circunvecinos como así también la regulación de sus correspondientes navegaciones 2. Disposiciones relativas a la protección de los indígenas, de los misioneros y de los viajeros, y a la libertad religiosa. 3. Declaración referente a la trata de esclavos y las operaciones que por tierra o por mar proporcionaran esclavos para la trata.


5 4. Declaración relativa a la neutralidad de los territorios dentro de la cuenca convencional del Congo.

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A los efectos del presente trabajo, interesa tomar en cuenta lo establecido respecto de este último punto. En efecto, si bien la Conferencia consideró que “…el simple hecho de que una enseña, marca o emblema fuera enarbolado, no era suficiente para establecer o mantener un derecho de exclusiva posesión de una tierra…” acordó una serie de condiciones esenciales requeridas para que sean consideradas efectivas las nuevas ocupaciones en las costas del continente africano, y que establecen en las relaciones internacionales reglas uniformes respecto de tales ocupaciones que, en adelante pudieran verificarse. En el Acta Final de la Conferencia (que transcribimos en el Apéndice 2) establecían: Artículo XXXIV La potencia que en adelante tome posesión de un territorio en las costas del continente africano, situado fuera de sus posesiones actuales o que no habiéndolas tenido antes las adquiera más adelante, así como la potencia que asuma un protectorado, remitirá adjunta al Acta respectiva una notificación dirigida a las demás potencias signatarias de la actual, a fin de que, si ha lugar a ello, puedan hacer valer sus reclamaciones Artículo XXXV

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De Adalbert von Rößler (†1922) - Allgemeine Illustrierte Zeitung, S.308; Am 28. April 2006 von Morty in die deutschsprachige Wikipedia geladen., Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4259336


6 Las potencias signatarias de esta Acta reconocen la obligación de mantener, en los territorios que ocupen en la costa del continente africano, la autoridad competente para hacer respetar los derechos adquiridos y, en caso necesario, la libertad de comercio y de tránsito en las condiciones que se hubieren estipulado. En suma, a los efectos de cualquier reclamación de territorios “despoblados” (res nullius), en este caso la Antártida, cabría la invocación de los principios que se desprenden de los acuerdos de Berlín, a saber: 1. Principio del “descubrimiento” 2. Principio de declaración pública internacional a todos los países 3. Principio de la “ocupación eficaz y dominación efectiva” (uti possidetis”) 4. Principio del “Hinterland” o sea el control costero determinaría de hecho el dominio interior. En la Conferencia de Berlín no se discutió el tema de los espacios polares, no obstante los principios citados son aplicables a cualquier reivindicación. En 1888, el Instituto de Derecha Internacional , reunido en Lausana recomendó el uso de las “reglas” aprobadas en Berlín “…para todos los casos de ocupación, sin tener en cuenta el carácter de las regiones sobre las cuales ello se hacía” y estableció que no se reconocería la ocupación de un territorio para adquirir soberanía mientras no se hiciese demanda directa de ese territorio … y no se notificara oficialmente a otros estados interesados.3

2da. Nota: UN NUEVO “PACTO COLONIAL” (1810-1945) Entendemos que el llamado “Pacto Neocolonial”4 es el resultado de un proceso que se inicia inmediatamente del estallido del movimiento revolucionario. Proponemos tres etapas con marchas y contramarchas: 1810 -1852; 1853-1930 y 1930-1947. Durante la primera etapa, la diplomacia británica, se valió de los sectores sociales dominantes que asociaban sus intereses con los intereses ingleses. Es posible reconocer en este período por lo menos tres momentos en las relaciones de los gobiernos surgidos de la Revolución de 1810 y Gran Bretaña: 1.- Revolución e independencia (1810-1822); En este período la política británica siguió la orientación de Castlereagh: si no era posible conquistar el imperio español por las armas era necesario “aproximarse como mercaderes”

COMISION NACIONAL DEL ANTARTICO “Soberanía Argentina en la Antártida” Buenos Aires, Ministerio de Relacione Exteriores, 1948. Pag.63-64. 4 El concepto de “Pacto Neocolonial” fue empleado por Tulio Halperin Donghi para referirse a la etapa posterior a 1852.Segun este autor “…Pues es este el proceso que llena la etapa iberoamericana comenzada a mediados del siglo XIX: la fijación de un nuevo pacto 3

colonial que (…) había sido para algunos de sus sectores protagonistas el contenido concreto de la emancipación de España y Portugal, demorada hasta ahora, va finalmente a producirse. Este nuevo pacto transforma a Latinoamérica en productora de materias primas para los centros de la nueva economía industrial a la vez que de artículos de consumo alimenticio en las áreas metropolitanas (…) Las inversiones aseguran un flujo variable de bienes de capital…” T. HALPERIN DONGHI, 1980; 214-15. (subt. nuestro)


7 Esta propuesta dio lugar a una política de duplicidad en la que tanto podían apoyar los movimientos insurgentes, como los intereses de la Metrópoli siempre que se mantuvieran las libertades al comercio británico. Así apoyaran la recuperación de la independencia de España y en el mismo momento a los movimientos independentistas americanos. Con la restauración de Fernando VII obtienen la legitimación de las ventajas. En 1815 Lord Strangford rechazará el ofrecimiento del Director Alvear, de las Provincias Unidas en carácter de protectorado británico. Hasta la firma del Tratado de 1825, los ingleses residentes en nuestro país no contaban con cobertura legal que protegiera sus intereses y actividades. No habiéndose declarado la independencia no era posible designar un diplomático. No obstante, se nombró al comerciante Robert Staples que se desempeñó como tal “sin carácter oficial”. Staples actuó como informante del Foreign junto con los comerciantes John y Williams Parish Robertson, de una familia vinculada con el gobierno británico. Los triunfos militares de San Martin y Bolívar; el fracaso de la expedición de Morillo de 1815 y la sublevación liberal de Riego definieron el carácter irreversible de la independencia americana. 2.-Los orígenes del “Pacto Neocolonial” (1822-1835) En 1822 la Santa Alianza preparaba un Congreso intervencionista en Verona contra los movimientos liberales, entre los que estaba el español que le había impuesto la Constitución de Cádiz a Fernando VII. Castlereagh alentaba el proyecto de Chateaubriand, canciller francés, de una intervención en España para “liberar” a Fernando con la condición de reconocer la independencia y formar monarquías borbónicas, vinculadas a Francia. Inglaterra obtendría la hegemonía económica. El proyecto no prosperó, el suicidio de Castlereagh abrió el camino a Canning, canciller a mediados de 1823. La estrategia de Canning no se apartó del esquema de Castlereagh pero excluyó a Francia e intentó limitar el avance de los EE.UU presididos por Monroe, en sus relaciones con Hispanoamérica. Para ello, alentó la “política de los empréstitos” mediante la cual los “estados” americanos contraían deudas para diversos proyectos, con la garantía de sus recursos más valiosos (tierras, rentas de aduana, minas, etc.) Esto descongestionó la plaza londinense de capitales acumulados durante las guerras napoleónicas, al par que establecía un dominio sobre la soberanía de cada estado. En el gobierno británico no creían que los deudores pagarían, pero sí sabían que estaban habilitados para intervenir militarmente en el cobro compulsivo. El segundo paso era el de reconocer unilateralmente la Independencia de Hispanoamérica en forma global. Este procedimiento le resultó más dificultoso por el carácter conservador del monarca británico, por lo que recurrió a procedimientos no muy ortodoxos. Por último, la concertación con cada país en particular, de los Tratados de Paz Amistad y Comercio que aseguraran a los súbditos británicos todos sus derechos y la protección de sus intereses; Inglaterra adquiría el tratamiento de nación más favorecida, cláusula que la ponía a cubierto de cualquier política proteccionista. Para el Rio de la Plata designó a Woodbine Parish emparentado con los Robertson. Este arribó a Buenos Aires en marzo de 1824, con presentes de Jorge IV para la elite


8 porteña. Sería Cónsul General, Encargado de Negocios, Secretario de la Legación entre 1826 y 1828 asistiendo a Lord Ponsomby y hasta 1833 nuevamente Encargado de Negocios. A sus hábiles gestiones se sumaron los comerciantes y terratenientes ingleses establecidos y cierta “aristocracia del dinero” que constituía la base social del equipo rivadaviano. Se irán definiendo como unitarios. En forma directa o ejerciendo influencia, Parish asistió a la creación de un Banco de Descuentos de Buenos Aires (1822-26) luego transformado en Banco Nacional (1826), la contratación en Londres del Empréstito Baring (1824) y el Tratado de Paz Amistad y Comercio (1825) que dieron a los ingleses algo más que una presencia comercial dinámica. El Banco responde a una iniciativa del gobierno porteño frente a la necesidad acuciante de obtener metálico, desaparecido por las exacciones del comercio extranjero y la pérdida del Alto Perú. Se integró con capital de comerciantes ingleses y nativos asociados. Tendría la facultad de emitir papel moneda en equilibrio con el encaje que supuestamente integrarían sus inversores. Diversas maniobras lo llevaron a la bancarrota; la administración quedó endeudada y la plaza inundada de papel moneda sin respaldo. En 1826, en medio de la fiebre constitucional que llevaría a Rivadavia a la presidencia y al resto del país a la guerra civil, por ley del Congreso, se transformó en Banco Nacional con nuevos aportes “nominales” y el remanente del Empréstito Baring “entretenido productivamente.” Esto no resolvió el problema del circulante sin respaldo, y si el Banco tendría cierta capacidad financiera, cuando el estado recurrió a ella, funcionó como una herramienta de la diplomacia británica. El Empréstito contratado en 1824 no fue una excepción de los contraídos por otros países de la América Española. Se negoció en condiciones poco claras por un consorcio integrado por los infaltables Parish Robertson y un conjunto de “nativos” que además integraban el directorio del Banco de Descuentos. Fue otorgado por la Casa Baring Brothers al “tipo de 70” y con un interés del 6%. Deducidos del total, retenciones de servicios e intereses, comisiones (el Consorcio retuvo para sí la bonita suma de 120.000 libras), gastos, etc., el monto disponible fue de 552.700 libras, en su mayor parte en letras giradas contra comerciantes establecidos en Buenos Aires, y no en oro contante y sonante; de hecho, fue mínima la cantidad de metálico recibida, en momentos en que por la Guerra contra el Brasil era acuciante la necesidad de dicho recurso. Buenos Aires hipotecaba por el total del Bono más los intereses “…sus efectos, bienes, rentas y tierras…” Fue un negociado escandaloso que endeudó al país hasta principios del siglo XX. Más allá de estas cuestiones el Empréstito tenía en ese momento las características de un instrumento de dominación. La culminación de la política británica lo constituyó el Tratado de Paz Amistad y Comercio aprobado por el Congreso en enero de 1825. El Tratado significaba el reconocimiento de la independencia, establecía las garantías de todos los derechos para los súbditos ingleses establecidos en las Provincias Unidas y recíprocamente para los argentinos en Inglaterra, establecía los principios “liberales” para el comercio y la navegación en “parajes, puertos y ríos…” y fijaba ante cualquier política proteccionista


9 la “cláusula de nación más favorecida. Anota FERNS, 122: “Representaba un esfuerzo para crear una relación comercial libre entre una comunidad industrial y una comunidad productora de materias primas.” Al estallar la Guerra con Brasil por la Banda Oriental, la diplomacia de Canning puso en funcionamiento estos resortes para lograr sus objetivos. En efecto, los ingleses con la creación de la República Oriental del Uruguay lograron, por un lado, impedir que el amplio litoral marítimo del Atlántico Sur fuese controlado por dos estados “independientes”, por otro, evitar que Argentina y Brasil hegemonizaran el estuario del Plata. Una política de “mediación” les daría la posibilidad de intervenir; el encargado de llevarla a cabo fue Lord Ponsonby. Después del desaguisado diplomático de Rivadavia, Dorrego intento continuar la guerra, para lo cual necesitaba recursos económicos. Ponsonby que había logrado obligar al Emperador a aceptar la independencia oriental, recurrió al Banco que le negó al Gobernador la asistencia requerida. Dorrego debió aceptar la propuesta de la “mediación” y Ponsonby logro poner “…un algodón entre dos cristales…”. Tal, la Paz de 1828. 3.-Las luchas por la Soberanía (1829 a 1852) En 1829 la Legislatura porteña designó con “facultades extraordinarias” a Juan Manuel de Rosas. El eje de su gestión fue la construcción del Pacto Federal (4 de enero de 1831). Nacía la Confederación Argentina. En 1835, tras el asesinato de Facundo Quiroga, Rosas era elegido por segunda vez por la legislatura y plebiscitado popularmente, ahora con la suma del poder público. Las provincias delegaban en el gobernador de Buenos Aires, el manejo de las relaciones exteriores de la Confederación. Rosas, sin romper con los ingleses desarrolló políticas de recuperación, y defensa de la soberanía de la Confederación.   

En 1835 dicta la Ley de aduanas, que con un planteo proteccionista, quebraba el espíritu liberal del Tratado. En 1836 transforma al Banco Nacional en Caja de Moneda. Dice Scalabrini Ortiz “…sin herirlos ni mencionarlos, quitaba a los ingleses una de sus grandes armas de dominación…” (op,cit.pag.69) Reafirmó el principio de la navegación de los ríos interiores sujeta a la soberanía nacional. La cuestión de la “libre navegación de los ríos” será bandera de la intervención armada de 1845.

Precisamente frente a estas intervenciones es en las que la política de Rosas manifiesta con fuerza el principio de la Defensa. Durante más de una década la Confederación sufrirá agresiones colonialistas provocadas por Francia e Inglaterra. En todos los casos estas intervenciones se articularon con conflictos internos y contaron con la participación de “nativos2 que se sumaron a las intervenciones o directamente las “solicitaron”. Los conflictos fueron:  

La Guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana, que conducida por el Mariscal Santa Cruz, pretendía la separación de las provincias del norte argentino. El Bloqueo Francés (1838-1840). Responde a la política imperialista de la Francia de Luis Felipe que soñaba con un “Montevideo-factoría francesa”; contó con un conjunto de pronunciamientos “nativos” (“Campaña Libertadora de Lavalle”, “Levantamiento de los Libres del Sud”, “Conspiración de Maza”,


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“Coalición del Norte”, “Levantamiento de Berón de Astrada”, etc.) Los ingleses presionaron por los perjuicios comerciales que provocaba el bloqueo. El triunfo de la Confederación se concretó en el tratado Makau-Arana. Los franceses terminaron abandonando a sus “aliados”. El Bloqueo Anglo Francés (1845-1851) A partir de 1841, el Foreign produjo un cambio en la política exterior inglesa. En efecto Aberdeen abandono, en los asuntos del Plata, la prudente línea de Canning de mediar en los conflictos internos y mantener una firme neutralidad. Con un claro propósito intervencionista intentó imponer una mediación, desde la identificación con una de las partes (¡¡). La decisión del bloqueo fue adoptada por Aberdeen después de fracasar un intento de mediación; los diplomáticos anglo franceses intimaron a Rosas a levantar el sitio que mantenía sobre Montevideo, suspender la ayuda a Oribe y permitir la “libre navegación”, por el Paraná. Rosas les entregó los pasaportes. Se concretó el bloqueo y una flota de guerra aliada con alrededor de cien barcos mercantes invadió el Paraná... Rosas fue la de artillar y encadenar al rio en la Vuelta de Obligado el 20 de noviembre de 1845. El combate de Obligado tendrá repercusiones internacionales e impondrá a los interventores pasar de la agresión a la negociación. Los ingleses dispusieron el envío de misiones con tal fin, al principio junto con los franceses y luego por separado. Los negociadores chocaron varias veces con la intransigencia de Rosas en materia de soberanía, y por fin se llegó en 1849 al Tratado Arana –Southern ratificado por SM Victoria I. Fue un triunfo argentino: se evacuaría Martin García; se devolverían los barcos incautados; se desagraviaba el pabellón nacional y por sobretodo se reconocía por parte de Inglaterra la soberanía argentina sobre los ríos interiores. Con poca diferencia de tiempo los franceses concluyeron un acuerdo similar la Convención Arana-Lepredour-

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Malvinas: la usurpación El 27 de octubre de 1820 por disposición de Sarratea se volvió a tomar posesión de Puerto Soledad con todas las formalidades de uso. (Izado de la Bandera, salvas de artillería, etc.) No hubo reclamos ni de Inglaterra ni de otra potencia. En junio de 1829 el gobierno de Lavalle creaba la Comandancia Política y Militar de Soledad con jurisdicción en Malvinas e islas adyacentes al Cabo de Hornos. A su vez nombraba a Luis Vernet como gobernador. Vernet debía impedir la pesca o cobrar impuestos a los balleneros y loberos que actuaban en la región. Cuando intentó hacerlo con balleneros norteamericanos, el cónsul Slacum protestó y de inmediato dispuso una intervención militar que se verificó en diciembre de 1831 con el atropello de la Fragata “Lexington”, apoderándose de P. Soledad. Después de reclamos Rosas dispuso la ruptura de relaciones, solo reiniciada con los reclamos correspondientes por Alvear en 1838. En 1833 los ingleses usurpaban las Islas Malvinas en un acto colonialista. A partir de allí comenzó el largo período de la reivindicación. Hubo protestas populares y reclamos diplomáticos, pero la situación no se revirtió. Hubo reclamos al embajador Británico en Buenos Aires que no se dignó en contestar. Manuel Moreno, ministro argentino en Londres hizo público un Memorial, junto con la nota de protesta del Gobierno Argentino. Tampoco hubo respuesta.


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Rosas, las Malvinas y el Empréstito Baring: En noviembre de 1838 producido el bloqueo francés, Rosas inició a través de Manuel Moreno tratativas en Londres con los tenedores de bonos del empréstito, con el fin de lograr el apoyo británico en el conflicto con Francia. Se dejó entrever los pagos de la deuda apenas concluido el bloqueo, como así también la cancelación total con el reclamo respecto a la ocupación de las Islas Malvinas. En Londres se formó el Committeee of Buenos- Aires bondholders” o “bonoleros” como los llamó Rosas, con el objeto de negociar el pago “prometido”. En 1842 el Committee designó a Falconnet con instrucciones de “ejecutar las garantías” del empréstito… En Buenos Aires el delegado de los “bonoleros” inició tratativas con el ministro Insiarte Gutierrez. La propuesta de la Confederación consistió en requerir de Inglaterra una indemnización por el atropello de 1833, importe que sería trasladado al pago total de la deuda. Falconnet trasmitió la propuesta a Londres y se encontró con posiciones negativas del ministro Peel y del primer ministro Aberdeen. Anota José Maria Rosa. “…Dickson [cónsul argentino] y Moreno [encargado de negocios, no reclamaron por la negativa.] El primero dijo que la argentinidad de las islas “…había sido negada con obstinación”, el segundo “mientras este gobierno (el inglés) niegue la soberanía de las islas en la Republica, como lo ha hecho hasta ahora, no hay medio de inducirlo a indemnizaciones” Rosas ya lo sabía”5.

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ROSA J.M. “Historia Argentina” Tomo V, pág. 158


12 Falconnet se quedó si la “ejecución” y volvió a Londres con apenas 5.000 $ fuertes y las promesas de futuros pagos. Fue una maniobra dilatoria que puso en discordia a los bonoleros con el gobierno británico, muy útil por cierto, en tiempos del Bloqueo… 5..- La hegemonía británica (1852-1862) La revolución industrial provocó transformaciones trascendentales, y a partir de esto Inglaterra necesitará:  ampliar los mercados capaces de recepcionar y demandar sus productos industriales.  Espacios donde obtener materias primas esenciales y donde proveerse de los productos alimenticios para abaratar los niveles de subsistencia y así obtener más ganancias.  Ampliar la colocación de excedentes financieros a través del crédito y las inversiones;  La tecnología del vapor aplicada a los transportes navales, fluviales y terrestres le permitirá integrar espacios económicos cerrados y controlar desde los distintos complejos ferro portuarios la circulación de bienes, incluso incidir en determinados perfiles productivos regulando la producción a partir de fletes preferenciales y/o disponibilidad de bodegas. A esto cabe agregar la imposición de un sistema multilateral de comercio y finanzas, basado en el patrón oro universal. Ello generó una globalización económica que impuso la división internacional del trabajo.  En la Argentina, la conformación del Pacto “neocolonial”, más bien la “…fijación de un nuevo pacto colonial” [T. HALPERIN DONGHI, 1980; 214-15] fue una lenta y casi mecánica transición de la subordinación nativa de los grupos oligárquicos a la metrópoli británica, amparada por una política liberal empeñada en la construcción de “un estado-nación independiente” Las resistencias, fueron reprimidas en la guerra “de policía”, legitimada como lucha de la civilización contra la barbarie. Ferns señala que los gritos de las montoneras fueron ahogados por los silbatos de las locomotoras. 6.- “La fuerza que impulsa al progreso: el capital inglés” (1862-1930)6 Después de la caída de Rosas, las potencias obtuvieron la “internacionalización” de los ríos. Charles Hotham, el agresor en Obligado, obtuvo de Urquiza un tratado de Libre Navegación de los Ríos en 1853 que transformaba en letra muerta el Tratado Arana- Southern. Después de Pavón, la dictadura de Mitre se perfecciona en presidencia constitucional. En 1880 culminará el proceso organizativo con el triunfo de Roca y la federalización de Buenos Aires. La década que inicia la presidencia de Roca (1880-86) y culmina quien le sucede Juárez Celman (1886-90) se caracteriza por una fuerte expansión económica, una transformación demográfica en creciente desarrollo, la consolidación de la territorialidad y el orden jurídico del Estado. Hasta 1916 hegemoniza el poder político, económico, social y cultural el orden conservador, que entro en crisis en1890, cuando se inició un período de conflictos que culminó en 1912 con la Ley Sáenz Peña, que ponía fin a una era de fraude. La purificación del voto permitió la inclusión política de sectores populares y de las “clases medias”. Así se La afirmación corresponde a Mitre; fue pronunciada en la inauguración del Ferrocarril Sud. Ver: “Arengas de Bartolomé Mitre” Buenos Aires, Casvalle,1889, pag.22 6


13 dieron las presidencias radicales de Hipólito Yrigoyen (1916-1922), Marcelo T de Alvear y nuevamente Irigoyen (1928-1930) Entre 1862 y 1914 la diplomacia británica retornó a las estrategias de Castlereagh y de Canning. La cuestión planteada en 1876 entre la Provincia de Santa Fe y el Banco de Londres y Rio de la Plata tuvo ribetes intervencionistas de carácter colonial. No obstante el asunto no llegó a mayores. En el período, la diplomacia británica se orientó a la promoción de las inversiones que adquirieron volúmenes muy importantes. En términos generales las inversiones se aplicaron a empréstitos al Gobierno Nacional y a gobiernos provinciales para la financiación del proceso de construcción del Estado; préstamos para obras públicas; construcción de puertos, etc. establecimiento de bancos que hegemonizaron la actividad financiera; la construcción de la red ferroviaria más extensa de América del Sur; la explotación de grandes extensiones de tierras; y avanzada la década del ´80, el establecimiento de frigoríficos con la incorporación de la tecnología del enfriado. Las inversiones británicas crecieron en forma constante superando los momentos de crisis y depresión. En estas crisis la cuestión más importante giró en torno a la deuda pública aunque no fue “la insolvencia nativa” la que las provocó y el país las honró “ahorrando sobre el sudor y el esfuerzo de sus habitantes…” A partir de la década del ´90 los inversores británicos empezaron a sufrir la competencia de inversores norteamericanos en la industria frigorífica. La magnitud de las inversiones incidió fuertemente en la “balanza pagos” por la repatriación de utilidades, amortización de capitales e intereses”, etc., creando un déficit endémico… Después de la Gran Guerra Gran Bretaña amplió sus colonias a costa de turcos y alemanes. Pero su economía se vio afectada por la Guerra y el endeudamiento derivado de la misma. En orden mundial se verá precisada a competir con la “emergencia” industrial de los EEUU. y con otros desafíos tecnológicos: petróleo, electricidad, transporte automotor, etc. En nuestro país durante los gobiernos radicales, la competencia se dio en las llamadas “guerras de carnes” entre los defensores de la no muy eficiente industria frigorífica británica frente a los norteamericanos que apuntaban a monopolizar la industria frigorífica. Los ingleses eran los dueños del mercado de importación de los productos e intervinieron en las llamadas “conferencias de fletes” desde donde ejercieron el control… Estas “controversias” no llegaron a mayores y en el marco del comercio exterior la cuestión se resolvió por la llamada “relación triangular” por la que se compensaban los desequilibrios en las “balanzas de pagos”. Cuando los norteamericanos profundizaron sus políticas proteccionistas de exclusión de las importaciones argentinas, la “relación” se vio afectada dando lugar a una nueva relación bilateral con Gran Bretaña en función de “…comprar a quién nos compra y vender a quién nos vende…” (Convenio D´Abernon 1929). 6.-La “Gran Crisis” y el Imperio Británico (1931-34)


14 El “crac” norteamericano de 1929 provocó en el mundo entero una reacción en cadena que rompió la estructura de aquella economía mundial integrada, inspirada en las doctrinas de Manchester. En efecto, la crisis provocó en los países industrializados reacciones estatales que procuraron proteger las economías nacionales en sus mercados internos. Se abandonó la convertibilidad de las monedas al patrón oro, lo que obviamente provocó la ruptura del multilateralismo en las relaciones económicas internacionales. Una oleada de “proteccionismo” impuso barreras aduaneras prácticamente insalvables y en todos los casos la “mano invisible” del mercado desapareció frente al creciente intervencionismo estatal. La crisis del “liberalismo decimonónico” dará lugar también a la aparición de movimientos nacionalistas autoritarios. En el caso británico en setiembre de 1931, el gobierno decretó la inconvertibilidad de la Libra Esterlina. A partir de allí era necesario conformar una “área monetaria” para todo el Imperio. El 11 de diciembre de 1931 el Parlamento, por el Estatuto de Westminster creaba la Comunidad Británica de Naciones o Commonwealth. Los dominios adquirían cierta autonomía y participación en las decisiones imperiales. Para afrontar a crisis, se convocó a los dominios a una Conferencia en Ottawa a efectos de acordar las llamadas “preferencias imperiales”. Argentina no asistió a dicha conferencia…. 7.-La “restauración conservadora” 1930-1943 El 6 de setiembre de 1930 el golpe militar encabezado por el Gral. José F. Uriburu interrumpía la continuidad constitucional e instauraba una dictadura. El proyecto fracasó y dio paso a la restauración de los sectores políticos del conservadurismo y de la clase terrateniente. Se iniciaba una década fraude, peculado, corrupción institucional que se reconoce como “década infame” En esta etapa se desarrolló una política económica y una diplomacia funcional a los intereses británicos como también a los sectores ganaderos aliados a los frigoríficos exportadores. Es por ello, que a partir de 1933 se verifica una verdadera actualización del “Pacto Neocolonial”. Con claridad la Argentina era, como dice Scalabrini Ortiz, “…una Nación sin realidad”. Las políticas conservadoras completarían los perfiles de una “colonia” equiparable a un “dominio británico”, no impuesto por la violencia de una intervención, sino acordada por la voluntad de sus “clases dirigentes”. Tomamos tres indicadores de tales características: El Pacto Roca Runciman FORJA: agrupación política nacionalista popular definió y los derivados como el “Estatuto legal del coloniaje” Suscripto en mayo de 1933 Inglaterra acordaba mantener en beneficio de la Argentina la cuota de Ottawa. A cambio lograba de Argentina resolver a su favor las cuestiones de cambio derivadas de la inconvertibilidad de la Libra, como así las políticas arancelarias. La Argentina se comprometía a dar tratamiento benévolo a las inversiones británicas. Consecuencias del Pacto fue la creación del Banco Central con un directorio controlado por los ingleses con capacidad para regular el crédito y emitir moneda. La diplomacia Universalista en oposición al panamericanismo de origen norteamericano Fue la obra maestra del Canciller Saavedra Lamas que en distintas conferencias, opuso a las propuestas norteamericanas tendientes a crear un sistema Panamericano propuestas referidas a la Sociedad de las Naciones. Un punto crítico de estas


15 propuestas fue el tema de la resolución de la Paz en la guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia El “neutralismo” durante la Segunda Guerra Mundial Al ingresar EEUU. En la segunda Guerra Mundial, la política conservadora mantuvo un pertinaz neutralismo, que para los norteamericanos significaba un apoyo a las potencias del Eje. No obstante, la neutralidad conservadora favorecía a los ingleses en tanto les permitía mantener su comercio y preservar sus inversiones locales. En la firma del Pacto, Julio Roca (h) después de escuchar en silencio que Su Majestad le hiciera presente que Inglaterra prácticamente había posibilitado la Independencia de los argentinos, pronunció aquellas palabras que definen su posición de cipayo: “…La geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad de la economía de las naciones. Ahí a podido decir a un publicista de celosa personalidad que la Argentina, por su interdependencia recíproca, es desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico…”

3era. Nota ANTARTIDA, MALVINAS E ISLAS DEL ATLANTICO SUR (1900-1940) Después de los acuerdos de Berlín, hubo intensos movimientos europeos para consolidar u “ocupar” espacios en el continente africano; se siguió el esquema de ocupación por el dominio costero y se establecieron colonias en el interior del continente, en algunos lugares desconocidos al menos en la condición de sus habitantes originarios. Obviamente, en ningún caso fueron tenidos en cuenta para la toma de decisiones. Eran pueblos a redimir por la “civilización” Para el tema que nos ocupa, el Continente Antártico y los archipiélagos cercanos eran espacios ignotos, solo conocidos en algunos sitios por balleneros y pescadores. Era necesario un conocimiento más científico que los derivados de las actividades que mencionamos; tales conocimientos científicos podrían servir a futuros proyectos de explotación colonial, como había ocurrido en África. 1.-Congresos” científicos” de Londres y Berlín (1895-1899) En 1895 y 1899 se reunieron Londres y Berlín respectivamente el VI y el VII Congreso Internacional de Geografía. En los mismos se planteó la necesidad científica


16 de explorar los territorios polares del sur. En Berlín se dispuso realizar periódicamente campañas antárticas internacionales. Entre 1901 y 1905 se hicieron cinco: una británica a con Robert A Scott como titular científico; otra alemana con Erich Drygalski; otra sueca con el profesor Otto Nordenskjold; la cuarta escocesa, con William S. Bruce y la quinta francesa con el Dr. J.B. Charcot 2.-Argentina en las campañas antárticas: La Argentina adhirió al VI congreso, fundado en 1902 en la isla Año Nuevo, cerca de la Isla de los Estados un Observatorio Meteorológico y Magnético, que funcionaria hasta 1909, además nuestra marina de guerra colaboro de manera eficiente en la expedición sueca del profesor Nordenskjold. Nordenskjold llego a Buenos Aires en diciembre de 1901 el gobierno le dispensó todas las facilidades para el aprovisionamiento de su buque el Antartic; en retribución fue invitado a participar en la expedición el alférez argentino José M. Sobral. El Antartic atrapado por los hielos quedo destruido en febrero de 1903; los sobrevivientes debieron soportar duras condiciones sobre los hielos. El gobierno Argentino apresto la corbeta Uruguay con los elementos para una navegación polar, que permitiría su hallazgo y rescate; partió en octubre de 1903 al mando del Teniente de Navío Julio Irizar. La expedición de la Uruguay fue un éxito. En noviembre encontró los sobrevivientes y en diciembre estaba de regreso con ellos en Buenos Aires. La noticia divulgada telegráficamente, emociono al mundo entero. La recepción fue apoteósica y los actos y homenajes se prolongarían un mes, con Tedeums y banquetes: la Argentina iniciaba triunfalmente su presencia a la Antártida. Posteriormente la Uruguay participaría en un intento de rescate a la expedición francesa de Charcot. Poco después llegaba a Buenos Aires la expedición escocesa de Bruce, que paso el invierno de 1903 en las islas Orcadas, dejando allí montado un observatorio meteorológico. En Buenos Aires, Bruce tomo contacto con la oficina meteorológica Argentina y con el Perito Moreno para ofrecer las instalaciones de las Orcadas por una suma de dinero. El ofrecimiento fue aceptado (decreto del 2 de enero de 1904), disponiéndose que el personal que se hiciera cargo seria relevado anualmente. Ese decreto del presidente Roca fue el primer acto jurídico del gobierno Argentino en la Antártida. El 21 de enero de 1904 partía a bordo del Scotia la primera expedición Argentina. El 22 de febrero Bruce en persona hacia la solemne transferencia de la base con el correspondiente cambio de banderas. 3.-Soberanía Argentina en el sector: Desde el establecimiento del observatorio y los viajes de la Uruguay, la presencia argentina es continua y se extiende al continente Antártico. Los relevos de las Orcadas se efectuaron regularmente, con reconocimiento y exploración de otras islas y tierras. Desde 1905 otra estación meteorológica funciona en Grytviken, puerto de la Georgias; el 30 de marzo de 1927 se doto al observatorio de las Orcadas de una poderosa estación radio telegráfica incorporada como Argentina a la Unión Postal Universal. Como veremos con protesta británica.


17 Hasta 1906 los ingleses no habían expresado pretensiones sobre las islas y la Antártica. El ministro plenipotenciario Haggard, al recibir el decreto de Roca del 2 de enero de 1904 adquiriendo el observatorio de las Orcadas, agradeció el apoyo argentino a la expedición de Bruce y no efectuó reclamo alguno por la posesión de las islas. Rudmonse Browm- uno de los tripulantes de la expedición escocesa de Bruce- dice en su libro de 1906 sobre el viaje: “muchas veces entre las conversaciones hechas en la cabina, durante las largas noches de invierno, surgió la cuestión sobre la pertenencia de las Islas Orcadas. Después de largas discusiones llegamos a la grata conclusión de que aún en esta época de imperialismo, las Orcadas del sur habían escapado al poder de cualquier país, de modo que gozábamos el privilegio de vivir en la tierra de nadie. Pero temo que esto no será muy largo. No por ello las reclamamos para Inglaterra- pues, aunque hubiéramos estado poseídos del deseo de extender los confines de nuestro imperio, no podíamos reclamar nuevos territorios en nombre de nuestro país sin una orden especial del gobierno-, y si las reclamáramos para Escocia, temo que menos hubieran sido reconocidas, aunque en Mossman tuvieron a un escocés por su primer gobernador”7 El ministro Haggard debió recibir instrucciones del Foreign pues, es cierto que algo más tarde, en agosto de 1906 hizo saber a nuestra Cancillería “” a fin de evitar cualquier predicción errónea (…) el grupo de las islas South Orkney es territorio británico”. Por única respuesta, el gobierno argentino aprobó los sueldos del personal antártico comunicándolo al diplomático (era Canciller Montes de Oca). Hubo una nueva reclamación, pero Zeballos, canciller en 1907, negó formalmente la pretensión británica. El asunto pareció congelarse, aun cuando las Cartas Patentes de Eduardo VII de 1908 las consideran “dependencias de las Falkland”. Estas Cartas Patentes fueron emitidas con bastante torpeza, pues al, demarcar con latitud y longitud las

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” Comisión Nacional del Antártico. “Soberanía Argentina en la Antártida” op.cit.


18 dependencies incluían parte de la Patagonia aún de Tierra del Fuego. El error será corregido en 1917, pero el traspié restó seriedad a la reclamación. El proceder del Foreign culminará en 1913 con el ofrecimiento del Ministro Towerer de ceder la pretensión británica “” sobre las Islas Orcadas del Sur a la República Argentina a cambio de un solar apropiado para la casa de la Legación Británica en Buenos Aires”. El gobierno no podrá aceptar que se le cambalacheara. Respondió que “regalaría” el solar, previa declaración de que las Orcadas eran argentinas. El ministro inglés no podía hacerlo y se quedó sin solar. En 1927 debido a la incorporación de las Orcadas a la Unión Postal Universal, hubo otra reclamación británica a la que la Cancillería no respondió. Que fue al archivo. Como hemos visto, con la firma y ejecución del Pacto Roca-Runciman, la Argentina quedó en condición no declarada de Sexto Dominio británico, tal como la define Jorge Abelardo Ramos. En tales relaciones no es fácil hallar reclamos y afirmaciones “soberanas” respecto de las Islas y el Sector Antártico. Al estallar la Segunda Guerra la región adquirió carácter estratégico y el 30 de abril de 1940, se crea la Comisión Nacional del Antártico, Comisión con carácter permanente bajo la dependencia del Ministerio de Relaciones Internacionales y Culto. 4ta. Nota LA “INDEPENDENCIA ECONOMICA” (1947-1955) 1.-La economía mundial en la post guerra En Bretón Woods en 1944 los aliados establecieron los fundamentos de la reconstrucción del sistema económico mundial. Se plantearon dos proyectos: el Plan White que representaba la postura del departamento del tesoro norteamericano y el plan Keynes que reflejaba los intereses británicos. Se buscaba la construcción del multilateralismo en las relaciones económicas internacionales y eso solo sería posible a partir de una estrecha colaboración anglo norteamericana. Los ingleses debían renunciar en gran medida a su sistema imperial: restricciones cuantitativas en las importaciones y las exportaciones, preferencias imperiales tarifas proteccionistas acuerdos bilaterales, etc. (Plan Clayton) el curso de las negociaciones se precipito de una atmósfera de prisa confusión e incomprensiones al anunciar Truman en forma súbita en agosto de 1945 la suspensión del sistema de préstamos y arriendo. La transición requerida un esfuerzo financiero que se disolvió en un préstamo norteamericano por 3.750 millones de dólares completando posteriormente por Canadá hasta alcanzar los 5.000 millones que era aproximadamente lo que los ingleses debían al resto del mundo. El objetivo del empréstito no aparecía claro respecto a si se aplicaría a la reconstrucción de la economía inglesa o al pago a sus saldos deficitarios producido durante la guerra que permanecía bloqueados. Este segundo aspecto requería ineludiblemente la convertibilidad de la libra esterlina.


19 El empréstito al par que permitía avanzar en la reconstrucción del sistema, abría a los norteamericanos la posibilidad de acceder a los espacios económicos británicos. En efecto Inglaterra pagaría sus deudas con dólares que sus acreedores emplearían para compras en los Estados Unidos. Sin embargo estas medidas de transición no fueron suficientes. La crisis se produjo en 1947 y llevo a los ingleses, además de otras reformas a decretar la inconvertibilidad de la libra. La crisis económica se precipitaba casi simultáneamente con el empeoramiento de las relaciones con el antiguo aliado ruso. Había que rescatar a Europa salvando su economía para fortalecerla como un bastión frente al expansionismo soviético. Tal el Plan Marshall. En 1947 la Argentina se encontraba en excelentes condiciones para desempeñar un papel activo dentro del Plan. Además de ser una tradicional proveedora de productos agropecuarios a Europa contaba en ese momento con excedentes exportables de gran magnitud al par que podía ampliar su producción teniendo en cuenta sus potenciales recursos naturales. Sin embargo nuestro país solo alcanzaría una participación inferior los 3% de volumen destinados a compras en América Latina y ello como resultado de una deliberada política de discriminación ejercida por los organismos norteamericanos de la administración de los fondos del Plan.(E.C.A.) En efecto, respecto a los productos agropecuarios la E.C.A pretendía ajustar las compras a la Argentina a los precios internacionales siempre que estos no fuesen superiores a los precios norteamericanos, a su vez calificaba de rígida a la política comercial Argentina. La Argentina sostenía que el nivel de sus precios era la única compensación frente al alza internacional de los precios de los productos industriales. Otras de las contradicciones con las políticas adoptadas en Bretton Woods, era la estatización del comercio exterior a través del I.A.P.I que por supuesto era sistemáticamente cuestionada. La E.C.A comprador único y monopólico. no admitía un vendedor único y monopólico: el IA.P.I. Se trataba de las decisiones soberanas de la Argentina que procuraba su independencia económica. Esa política discriminatoria solo contribuyó a actualizar la antigua relación bilateral con Inglaterra en condiciones distintas a las que las habían caracterizado durante más de un siglo. 2) “La Argentina Justicialista” y la “Inglaterra Laborista” Al finalizar la guerra la situación financiera y económica de Inglaterra era desastrosa. El esfuerzo bélico había endeudado a los ingleses con todo el mundo con un valor aproximado a los 4.800 millones de dólares o 1.200 millones de libras esterlinas, que permanecían bloqueados y que no estaban en condiciones de saldar sus exportaciones. Como hemos visto la solución propuesta por los Estados Unidos hubieran significado la pérdida de sus mercados tradicionales.


20 El triunfo laborista de 1945 desencadeno la implementación de un modelo estatista e intervencionista: entre 1946 y 1949 el gobierno británico nacionalizó los transportes, las minas, las compañías de gas, de electricidad, de aviación, el hierro, el acero, las empresas petroleras y el sistema bancario. Con respectó a la Argentina, Gran Bretaña era deudora por valor de 140 millones de libras esterlinas. Necesitaba resolver este saldo como así también proveerse de alimentos, lanas, cueros, etc., pero necesitaba hacerlo al margen de las imposiciones financieras de su principal acreedor: los Estados Unidos. A pesar de su privilegiada posición acreedora la Argentina también se veía compelida a buscar la complementación pues no solo necesitaba colocar sus excedentes si no también, obtener materiales críticos que en forma creciente demandaba su desarrollo industrial. En 1945 el gobierno argentino denunció el pacto Edén - Lebretón que había servido de marco a las relaciones comerciales durante la Guerra, actualizando los aspectos estructurales del Pacto Roca Runciman. Se abría un espacio para la negociación. 3) El Pacto Eady-Bramuglia En julio de 1946 Perón recibía a la misión encabezada por sir Wilfred Eady después de varios regateos con Miranda concluyó en el convenio del 17 de septiembre de 1946. el trato giraba en torno:  Libras: para repatriar deudas públicas la Argentina podía disponer de parte de las libras bloqueadas trasferir hasta 10 millones al Brasil y rescatar inversiones de capital británico en la Argentina, sin especificar cuáles ni determinar montos. Las libras de los saldos futuros serian libremente convertibles. Por los saldos bloqueados Inglaterra pagaría el módico interés del medio por ciento anual. No obstante por un periodo de cuatro años duración del convenido. Podía disponer de cinco millones de libras para transacciones corrientes.  Carnes: los ingleses adquirirían el saldo exportable por cuatro años con excepción de un 17% el primer año y un 22% el segundo la Argentina podía disponer de estas reservas para su colocación en otros mercados. El precio de la carne se incrementaba en un 45% por sobre los valores de 1939 y en


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compensación por la diferencia de lo ya provisto, Inglaterra abonaba cinco millones de libras. El aumento en realidad no compensaba el mayor valor relativo de los productos británicos. Ferrocarriles: se preveía el traspaso de los ferrocarriles a una compañía mixta cuyo capital sería determinado y se integraría por acciones de los actuales propietarios más una participación del Estado argentino y se haría efectiva por quinientos millones de pesos a integrar en cinco años. La nueva empresa gozaría de las exenciones impositivas de la ley Mitre aun cuando con respecto al pago de derechos de aduana… no regiría cuando se trate de artículos normalmente producidos en la Argentina….

El estado garantizaba a esa compañía una rentabilidad neta del 4% sobre el capital. ¡La firma del acuerdo entusiasmo a los británicos “We did it!” (¡Lo logramos!) Fue el texto del lacónico telegrama en que Eady comunicó el resultado. Y era para alegrarse; si bien es cierto que la Argentina lograba ciertas concesiones, los ingleses se quedaban con las libras y virtualmente con los ferrocarriles. El convenio desencadeno una ola de críticas dentro y fuera del peronismo. Raúl Scalabrini Ortiz acometió contra la compañía mixta por que los ferrocarriles deben ser del pueblo Argentino. Los radicales por boca de Frondizi – afirmaban que el Estado no podía integrarse con empresas monopólicas. La Unión Ferroviaria en su asamblea de julio requirió la nacionalización. Pero la mayor oposición al trato- y no precisamente por los ferrocarriles, provino de los Estados Unidos. Por boca del Secretario del Tesoro J. Sinder hicieron conocer a los ingleses que el mantenimiento del área de la libra que supone la cláusula respectiva del tratado, contravenían el cumplimiento del acuerdo financiero angloamericano, puesto que no favorecía la convertibilidad de la libra. H. Dalton trato de calmar a los yanquis haciendo notar cínicamente que el comercio Anglo-argentino nunca era deficitario contra Inglaterra. A esa altura de las circunstancias tampoco le era posible a Inglaterra cumplir con lo pactado en 1945. En efecto a mediados de 1947 los dólares prestados para convertir las libras se habían evaporado. Era necesaria otra transfusión de divisas frescas que llegó del plan Marshall. Mientras tanto no les quedaba otra alternativa, que declarar la inconvertibilidad total de las libras, ahora si autorizada por los Estados Unidos. Esto fue una grosera violación del contrato al poco tiempo de ser firmado. En su breve lapso de duración el tratado le permitió a la Argentina hacer uso de la cláusula que la autorizaba a convertir en dólares parte del saldo anual del intercambio pactado en 1947 que alcanzo a los 5.62 millones de pesos. También se pudieron repatriar importantes suma de sus deudas externas. Otro rubro considerable del tratado fue el reequipamiento militar que permitió superar el desequilibrio regional, especialmente con respecto a Brasil, desbalance generado por el bloqueo norteamericano durante la guerra y aplicación del Préstamo y Arriendo. Entre enero y octubre de 1947 se incorporaron equipos, vehículos y aviones


22 por valor de 2.600.000, se incorporaron los cazas a reacción Gloster Meteor y los bombarderos pesados Avro Lincoln de fabricación inglesa. Esto provoco inquietud en los Estados Unidos que veía en ello una competencia británica. 4) “La compra de los ferrocarriles” Lo establecido en el pacto Eady-Bramuglia acerca de la nacionalización ferroviaria mediante la formación de una compañía mixta entró en un callejón sin salida a partir de las críticas de la oposición, el rechazo de sectores del peronismo por parte de Raúl Scalabrini Ortiz que sostuvo en una publicación que “…los ferrocarriles deben ser del pueblo argentino” y las presiones norteamericanas. La situación se presentaba compleja y no había tiempo que perder. El 1 de enero de 1947 vencía el plazo otorgado por la ley 5.315 (ley Mitre) que eximia a las empresas ferroviarias de pagar diversos impuestos y derechos de aduana para la importación de sus equipos e insumos. Por lo tanto la caducidad del plazo solo afectaba a los privilegios otorgados y no significaba la cancelación de las concesiones pues estas eran a perpetuidad. El problema se agravaba por cuanto la misma ley habilitaba el Estado para intervenir en la determinación de las tarifas. No cabe duda que de haber continuado el sistema sin los privilegios de la ley, las empresas hubieran trasladado sus mayores costos a las mismas además de incrementar sustancialmente sus beneficios. La


23 repercusión que tal fenómeno habría tenido en la economía nacional habría sido altamente negativa. Además, habría que resolver el problema de las libras bloqueadas, que se venían amenazadas por su creciente devaluación por el proceso inflacionario que se daba el Europa. A todo ello había que agregar el peligro latente de que los ferrocarriles ingleses fuesen utilizados como garantía de un empréstito norteamericano a Gran Bretaña…. Por tal razón los Argentinos pensaban que tenían que elegir entre la posesión Argentina o norteamericana de los ferrocarriles ( Winthrop R Wright) ingleses en la Argentina. En diciembre de 1946 el gobierno concreto las compras de las empresas de capital francés y en enero de 1947 se retomaron las negociaciones con los ingleses. Acordada la reciproca conveniencia de la compra directa, había que definir el precio y la forma de pago como cuestiones fundamentales. Respecto al precio los ingleses se fijaron según ellos porque así se desprendían de la ley Mitre, en por lo menos 3.000 millones de pesos. Miranda sostuvo que esa chatarra no valía más de mil millones, aunque después acepto de que podía aceptar hasta 2.000; los extremos eran disparados y como en todo regateo si llego a un punto medio después de que el embajador Leper y Bramuglia intervinieran a fines de enero para superar la intransigencia de las partes. Finalmente el 13 de febrero se firmaba el correspondiente contrato de compra venta entre Miranda y Sir Montague Edy presidente de los ferrocarriles ingleses. La Argentina compraba seis compañías ferroviarias importantes y cinco secundarias por las que se pagarían ciento treinta y cinco millones de libras esterlinas al tipo de cambio de m$n 13.35 lo que da un total de m$n 1.808.925.000. Además, se adquirirían reservas y activos extrínsecos valuados en 18.000.000, por 14.500.000 o sea $ 193.575.000. Los activos extrínsecos se integraban entre otros, por: 

  

Transportes: expreso Villalonga, Expreso Furlong Empresa de Transporte SA Compañía de Transportes Cordilleranos, Compañía de Transportes Regional Argentina, Compañía Internacional de Trasportes Automóviles SA, Compañía El Cóndor y Compañía El Valle. Puertos: Dock Sur en el puerto de Buenos Aires, Compañía de Muelles y Depósitos del Puerto de la Plata, Puerto Ingeniero White, Puerto Bajada Grande, Puerto Galván, Puerto Ibicuy y Puerto Villa Constitución. A parte se nacionalizaron los puertos de San Nicolás, El Dorado, Zarate, Arroyo Parejas, Tigre y Madryn. Empresas Varias: Empresa Eléctrica de Bahía Blanca, Depósitos Frigoríficos de productores de uva de exportar, Fomento del Norte Argentino Agrícola Ganadera e Inmobiliaria, Sociedad de Aguas Corrientes de Bahía Blanca, Cía. Ferrocarrilera de Petróleo, Distribuidora Nacional de frutas, Frigoríficos y Mercados del Once, hoteles sudamericanos y líneas económicas decauville. Entraban también en la compraventa edificios y terrenos en todo el país solo en Capital Federal y Gran Buenos Aires, se traspasaron 3 millones enteros al metro cuadrado que a razón de 300 el metro cuadrado como mínimo daban m$m 900.000.000 así como acciones de grandes tiendas diarios etc., 67.415.730.


24 El resumen todo sumaba m$n 2.002.500.000 o 150.000.000 exento de todo impuesto. En principio el importe se abonaría con los saldos bloqueados en Inglaterra pero como veremos sucesos posteriores, modificaron las condiciones acordadas y fue necesario volver a negociar. La compra directa tomo por sorpresa a la oposición especialmente a los radicales que durante meses bregaron por la nacionalización, en contra de la compañía mixta. Evidentemente no creyeron que Perón recurriría a la compra tampoco creyeron que los ingleses aceptarían vender. De allí que la prédica se orientó a estigmatizar el mal negocio de los ferrocarriles cuestionando el hierro viejo comprando y el alto precio pagado. También se dijo que los ingleses les convenía más la venta que la empresa mixta, sin explicar muy bien porque renunciaban a una ganancia neta y mínima del 4% sobre el capital garantizada por el gobierno argentino como lo establecía el tratado Miranda- Eady. Según Argentina libre periódico pro-británico en su edición del 13 de agosto de 1947 Sir Montague Eddy habría expresado a sus íntimos: “… me voy de esta tierra en la que tanto he trabajado y a la que tanto quiero. Con nosotros se va una página de historia. Algún día habremos de volver pero no he de ser yo, no tendré tiempo. La reacción Argentina será lenta, larga y penosa, su enfermedad es honda y grave…” La nacionalización de ferrocarriles y puertos significaba algo más que la compra de trenes, estaciones, galpones y muelles o como fue “valorada” por la oposición al peronismo: “hierro viejo”. El sistema ferro portuario, su trazado, su influencia regional, habían constituido la infraestructura básica del ahora declinante pacto “neocolonial”. La compra de los ferrocarriles significaba lograr soberanía económica. 5: El Pacto Andes: En los últimos meses de 1947 la situación empeora tanto para la Argentina como para la Inglaterra; la inconvertibilidad de la libra aceptada por los norteamericanos si bien es cierto que salvaba a la moneda inglesa, no alimentaba a su pueblo. La necesidad de carnes y granos y otros productos agropecuarios era aguda. Para la Argentina en cambio era crítico el aprovisionamiento de materias primas e insumos energéticos para su industria. El negocio de los ferrocarriles no estaba concluido pues faltaban realizar nada menos que su pago. Para negociar todas estas cuestiones el 28 de noviembre llego a Buenos Aires Sir Clive Bailleu, trató de negociar desde una posición de fuerza que Inglaterra no tenía y debió ceder en varias oportunidades. En efecto la Argentina pudo presionar demorando los embarques de carnes y dilatando la extensión de existencias para exportar granos


25 por fin el 13 de febrero de 1948 se firmó el pacto llamado Andes que tendría vigencia hasta el 31 de marzo de 1949. Este pacto cerraba la cuestión del pago de los ferrocarriles prácticamente sin tocar el fondo de las libras bloqueadas. En efecto Inglaterra adelantaba a la Argentina cien millones de libras a cuenta de las exportaciones de nuestro país que se establecían en el tratado y de que debían cumplirse el 31 de marzo de 1949. en caso de saldar el total para esa fecha, el gobierno argentino reembolsaría la diferencia sobre libras bloqueadas. A ellos se agregaban diez millones de libras más que los ingleses pagarían por diferencia de precios en los embarques hechos hasta la fecha y se desbloqueaban para completar 40 millones. El total 150.000.000 de libras se depositarían en el Banco de Inglaterra para ser transferido a su vez a las compañías ferroviarias. En síntesis los ferrocarriles se nacionalizaban con las exportaciones de un año. La masa restante del saldo adeudado por Inglaterra quedaba desbloqueada para su uso en el área de la esterlina entre 80 y 90 millones que desvenarían un interés del medio por ciento anual. La Argentina se comprometía a exportar maíz, cebada, oleaginosas, grasas y carne por casi dos millones de toneladas de las cuales 420.000 correspondían a carnes. Se observan una disminución del volumen de este producto en cambio de un incremento en el de los cereales. El precio de la carne incluía un aumento del 14%. Por su parte Gran Bretaña vendía a la Argentina 1.000.000 de toneladas de carbón 2.585.000m3 de productos petrolíferos 75.000 toneladas de aceros 34.000 toneladas de hojalata, cinc, estaño, plomo, amianto, máquinas agrícolas, repuestos, cuchillería etc. Esta vez los ingleses no saludaron alborozados el cierre del negocio ferroviario si bien es cierto que los tranquilizaban el no tener que desembolsar dólares. Con ellos zafaran la coyuntura, pero los pronósticos no eran alentadores. El Manchester Guardián del 14 de febrero decía “… Estamos pagando nuestras necesidades de este año entregando nuestro capital y será muy difícil para el año próximo obtener importaciones de la Argentina…” En la Argentina Miranda declaraba: “... No estamos satisfechos del resultado obtenido. Si se pretende seguir pagándonos poco por nuestras carnes al mismo tiempo que nos obliga a pagar más… el carbón y el petróleo” La Sociedad Rural en cambio menos comprometidas con el regateo y más sensible a la diferencia de precios por el incremento del consumo interno presiono para que se autorizara a los frigoríficos ingleses y norteamericanos a aumentar su colocación en el mercado interno. 6: El “Acuerdo Comercial Anglo Argentino de 1949” El 20 de enero de 1949 se produjo el reemplazo del equipo Miranda-LagomarsinoMaroglio por un Consejo Económico Social presidido por Gómez Morales. No era un simple relevo de hombres, había que afrontar una coyuntura que exigía otros procedimientos y otros recursos si se pretendía avanzar hacia el nacionalismo económico y la justicia social, metas esenciales del gobierno peronista. Al respecto se desarrolló una amplia política de acuerdos bilaterales, que por sus características diferían sustancialmente del sistema desarrollado por la política conservadora durante los años ´30 al no regirse por ninguna cláusula de nación más favorecida. Este bilateralismo estricto permitió a nuestro país obtener los insumos que demandaba el proceso de industrialización en un momento particularmente difícil por la aguda escasez de divisas de los mercados, indisponibilidad de sus saldos acreedores fuera de determinadas áreas monetarias, inconvertibilidades y otros beneficios “liberales” agravados por el boicot norteamericano y la discriminación del plan Marshall.


26 En este marco se desenvolvieron las tratativas con Inglaterra para la renovación del Pacto Andes. El eje fundamental de las discusiones lo constituyó el problema de los precios; en el tire y afloje, la técnica británica basada en la caída de nuestra reserva de divisas y el incremento de nuestras necesidades de materias primas, trato de presentar a Inglaterra como un proveedor imprescindible y un único comprador. La respuesta argentina fue presionar con la reducción de los embarques pendientes del pacto Andes. Finalmente se firmó el convenio el 27 de junio de 1949 después de varios meses de tensión. Fue el convenio más grande firmado por la Argentina y uno de los mayores del mundo. El monto global de intercambio supero los 250.000.000 de libras esterlinas. El precio de la carne se establecía en 97.536 libras la tonelada y seria fijo mientras que el de los productos ingleses serían los del mercado internacional. Esta discriminación obligaba indirectamente a los exportadores norteamericanos proveedores del Plan Marshall. EL Convenio especificaba minuciosamente en 3 planillas anexas los productos su volumen y su valor. Como era de esperarse el Convenio fue criticado sin mayor coherencia por la oposición. Hubo interminables debates en diputados entre el 24 de agosto y el 16 de septiembre en los que los ministros del área debieron defenderlo. Los norteamericanos acusaron el impacto. El convenio excluía a los intereses petroleros. Walter Lipmann reconocía expresamente “…El acuerdo significa que la Argentina no comprara petróleo a los productores norteamericanos. Este arreglo se debió a que ni Gran Bretaña ni la Argentina tenían ni tienen buenas perspectivas para adquirir dólares a fin de comprar carne y petróleo en los Estados Unidos…”. Las presiones mayores se hicieron sobre Inglaterra. Se llegó al punto de amenazar desde la ECA con suspender la ayuda del plan Marshall. No lograron impedirlo, pero si reducir su rigidez en materia de precios y de duración la que sería renovable anualmente.


27 7: La declinación de las relaciones económicas anglo argentinas” El Convenio no tendría un desenvolvimiento tranquilo. En efecto el 15 de setiembre de 1949 Inglaterra devaluaba la libra en un 30,5% la reacción Argentina fue inmediata. Hasta tanto se lograran precios de nuestros productos que absorbieran la devaluación, se suspenderían los embarques y por consiguiente las importaciones inglesas. Por otro lado se colocaban rápidamente cupos de cereales en Francia, Bélgica, Holanda, Italia y Perú así, como carne envasada, cuero y sebo en Estados Unidos. De un modo poco serio, los ingleses intentaron negociar después un precio inferior del convenio: 90 libras la toneladas sobre 97,35 obviamente no hubo acuerdo y los embarques se suspendieron el 12 de junio de 1950. En Londres se produjeron agitados reclamos al gobierno para conjugar la escasez de carnes. El gobierno Argentino fortalecido por la apertura a otros mercados y la suba de los precios internos presionó para que el Banco de Inglaterra revaluara nuestros saldos en libras bloqueadas tal como lo garantizaba por otra parte el convenio de 1949. Finalmente, los ingleses cedieron y se firmó el protocolo Paz-Edwards o Acuerdo Adicional, el 23 de abril de 1951. Como resultado se compensaba con 6.250.000 el ajuste de los precios de las carnes provistas y se revaluaba con un incremento de 76,6 millones de pesos los saldos en libras. El precio de la carne fue acordado con sustancioso aumentos sobre los valores del 1949. En 1952 se firmó en II Acuerdo Adicional. En la negociación previa se reeditaron los regateos anteriores. El protocolo de 1952 mantiene la ecuación carnes x combustible sin embargo acusa una marcada declinación en los volúmenes. Fuera de la escasez coyuntural provocada por las sequías en las campañas de 1949-50 y 1951-52 paulatinamente Gran Bretaña dejaba de ser nuestro principal comprador y proveedor. En el marco del sistema bilateral la Argentina fue avanzando en la diversificación de sus mercados. Los países de América del Sur especialmente los limítrofes abrían nuevas posibilidades al intercambio entre 1949 y 1952 las ventas a Brasil Perú y Chile superaban globalmente las exportaciones a Gran Bretaña. En 1950 Alemania alcanzaba el tercer lugar entre los proveedores de la Argentina. En marzo de 1955 volvimos a acordar con los ingleses la venta de carnes al producirse un nuevo vencimiento del convenio de 1949. se reiteraban consideraciones y características anteriores, pero se introducían algunos elementos que implicaban una apertura al multilateralismo se liberaban de los precios de la carne a partir de allí estos serían fijados por el mercado. Como era de esperar se produjo una caída de aproximadamente el 50% sobre los valores pactados anteriormente. Los frigoríficos que en otras oportunidades se habían opuesto al estatismo bregaron por la protección. Por derecho Nº 7915/55 se les garantizo un beneficio del 10% sobre los capitales invertidos…. En síntesis en 1955 la relación “colonial” con Gran Bretaña empezaba a transformarse en un tema de la Historia en el que, sí quedaba claro, era la adhesión de las oligarquías que habían contribuido a la colonia en función de sus meros intereses sectoriales. La Independencia económica se había logrado por la experiencia histórica de un gobierno nacionalista y popular que liquidaba el sistema del Pacto Roca Runciman. Como hemos visto, en 1945 se inicia con la nacionalización del Banco Central controlado por capitalistas ingleses. Acto seguido la nacionalización del comercio exterior con la creación del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI): la Nación rescataba su soberanía. El proceso se completaba con la nacionalización de la infraestructura que el sistema colonial había trazado: Ferrocarriles, Puertos, Transportes terrestres, tierras, comunicaciones, etc.


28 Por último, esa recuperación de la soberanía se consagraba en el articulado de la Constitución Justicialista votada y jurada en 1949. Las relaciones con Gran Bretaña dejaron de ser relaciones privilegiadas y dominantes; solo quedaba y queda por resolver la cuestión de las Islas Malvinas y sus proyecciones australes 5ta. Nota EL PERONISMO, LA ANTARTIDA, ISLAS DEL ATLANTICO SUR Y MALVINAS (1940-1955) 1.- La Antártida Argentina Como hemos visto, el 30 de abril de 1940, se creó la Comisión Nacional del Antártico, Comisión con carácter permanente bajo la dependencia del Ministerio de Relaciones Internacionales y Culto. En alguna medida correspondía dar continuidad al primer acto de soberanía sobre la región, iniciado por el decreto de Roca de 1904, que creaba la base de las Islas Orcadas del Sur. Pero por sobre la decisión de Roca, la Comisión adquiría el carácter de organismo vinculado con la política exterior. En efecto, en noviembre de 1940, el Gobierno de Chile hacía una formal declaración de soberanía chilena en tierras antárticas. Importa señalar esta cuestión, dado que lo reclamado por Chile coincide sobre los territorios que Argentina pretende como propios. El tema fue abordado por ambas cancillerías en el sentido amigable de un futuro acuerdo. Convinieron en la realización de una reunión para tratar un posible acuerdo. Esta reunión se efectuó en Santiago de Chile entre el 14 y el 26 de marzo de 1941. Si bien es cierto que no se llegó a resultados prácticos se acordó la continuación de las conversaciones en Buenos Aires para arribar a un resultado definitivo y lo más trascendente los delegados de los dos países reconocieron simultáneamente los mutos derechos argentinos y chilenos en la región antártica. En este marco de buenas relaciones el gobierno argentino dispuso y realizó dos expediciones de exploración a la región antártica: en enero de 1942 y febrero de 1943. En ambos casos lo viajes se efectuaron en el Transporte “ARA “1 de mayo” y en ambas dotaciones participaron especialmente invitados oficiales de la marina de guerra chilena En 1940, nuestro País precisó los límites del Sector Antártico: meridianos 25º y 74º de longitud Oeste y paralelo de los 60º latitud Sur hasta el Polo Sur, siguiendo la “Teoría del Sector” reconocida de derecho público internacional por las potencias polares del Ártico. “Después del primer viaje del “1 de mayo”, un crucero británico en misión de patrulla por los mares del sur, hallo en la Isla Decepción documentos en insignias depositados por la dotación del buque argentino en enero de 1942 y según una nota de la embajada británica del 11 de febrero de 1943, “naturalmente aprovecho la ocasión para retirar los citados objetos”. Esto motivo a que dicha representación diplomática , primero verbalmente y después por nota, si dar a ello el carácter de protesta, hiciera presente que el Gobierno Británico se había enterado de los actos realizados por el Comandante del “1 de mayo”, “con verdadera sorpresa y pesar”[sic]. Las presentaciones verbales y escritas del embajador británico fueron contestadas por el Ministerio de la Relaciones Exteriores quien por medio del “Memorándum” del 15 de febrero, expresó a su vez “sus más formales reservas ante los actos jurisdiccionales realizados por funcionarios británicos”. Manifestó que lamentaba que el Gobierno Británico hubiera procedido al retiro de las insignias y


29 emblemas nacionales dejados en la Isla Decepción, “donde previamente a la colocación de tales emblemas no existía ningún elemento efectivo de ocupación o posesión perteneciente al Gobierno Británico” y reafirmó “sus derechos soberanos sobre todas las tierras y dependencia antárticas” (op.cit) La Guerra Mundial impuso un paréntesis en el accionar y en la diplomacia sobre la cuestión. No obstante, quedaban claramente delineados los actores de un conflicto que tendrá, en los años posteriores, caracteres diversos, hasta alcanzar el drama de 1982. 2.-La Comisión Nacional del Antártico durante el primer peronismo. Por Decreto 8507 del 23 de marzo de 1946, se disponía la reorganización de la Comisión, con el objeto de “reanudar su funcionamiento a la mayor brevedad, ampliando el número de sus miembros para que se incorporen a la misma especialistas en materia científica, económica y militar.” La composición y estructura funcional, correspondían así, a una verdadera política de estado. ( Ver gráficos anexos I, II y III) En suma, la labor de la Comisión, mantuvo una constante clara de reafirmación de la soberanía argentina sobre las Islas y el continente antártico. En tal sentido corresponde consignar la construcción de una cartografía inexistente hasta ese momento en relación a la clara correspondencia del sector con el espacio continental; así mismo la obligatoriedad de trasladar dicha cartografía a la enseñanza en todos los niveles, herramienta de la época para la formación de una conciencia geográfica nacional. Otra acción consistió en modificar la toponimia antártica. También le cupo a la Comisión la organización de las campañas que realizaron las FF.AA. todos los veranos desde 1946 y los actos de ocupación efectiva:      

31 de marzo de 1947: Destacamento Naval “Melchior” en la isla Observatorio, con este asentamiento se inicia la política de proyección hacia la masa continental antártica. 25 de enero de 1948 Destacamento Naval “Decepción” en la Isla del mismo nombre ,archipiélago de las Shetland; 21 de marzo de 1951 Base de Ejército “General San Martin” en la Península Antártica, Bahía Margarita 6 de abril de 1951 Estación Científica “Almirante Brown” ubicada en Puerto Paraíso, en Península de Sanavirón: 31 de marzo de 1952 Destacamento “Naval Esperanza” en el extremo norte de la Península Antártica: 17 de diciembre de 1954 Base Militar “Bahía Esperanza” a los 63º 24” l.S, 56º59” Long O. la base será conducida por el Cnel. Jorge Leal. Este militar como Pujato, Maciel, Cohelo, Morganti y otros más, dedicaran gran parte de su vida militar a estas empresas. 18 de enero de 1955 Base de Ejército “General Belgrano” ubicada en la barrera de hielos Flitchner en la Bahía Comandante Piedrabuena, sobre el Mar de Weddell.


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Además de estas bases militares de ocupación e investigación científica se instalaron en el mismo lapso, trece refugios construidos por el Ejército y la Marina; fueron instalaciones abiertas a todos los países, equipados con víveres y combustibles, además de facilitar alojamiento en caso de emergencias. 3.- La reafirmación de la Soberanía territorial. a) El T.I.A.R y la “panamericanización” del Sector Antártico A comienzos de 1947, la tensión en las relaciones de EE. UU y Argentina, que habían alcanzado un punto culminante con la descarada intervención de S. Braden y la publicación del tristemente célebre Libro Azul, parecieron disminuir al adoptar la Argentina las medidas propuestas desde la Conferencia de Chapultepec. La declaración de guerra al Eje, y la posterior incautación de los bienes alemanes, por un lado y el decreto de Perón por el cual restablecía relaciones con la URSS en momentos en se perfilaba lo que habría de ser la Guerra Fría (marzo de 1947) hacían vital para la diplomacia norteamericana que la Argentina se reincorporara al concierto de “las Américas”. Quedaba abierto el camino para discutir el tratado de asistencia recíproca previsto en el Acta de Chapultepec, lo se llevaría a cabo en la conferencia de Cancilleres a reunirse en Rio de Janeiro en agosto de 1947. No hubo grandes sobresaltos en la Conferencia. La delegación argentina encabezada por Atilio Bramuglia, actuó acorde con la relativa “paz” bajando la intensidad de su intransigencia habitual, no obstante no dejó de plantear sus divergencias. Las principales figuras de la discusión fueron Bramuglia y George Marshall. Las cuestiones fundamentales sobre las que la delegación insistió vigorosamente fueron las referidas a la definición del concepto de agresión y uso de la fuerza; al sistema de votación para la toma de decisiones colectivas; la “no


31 automaticidad”, la inclusión de una cláusula de denuncia y, lo que más compete a nuestro tema: el ámbito del Tratado” La determinación de la zona de seguridad permitió a la Argentina, en armonía con Chile, reivindicar su soberanía sobre el continente Antártico y las Islas del Atlántico Sur. En efecto: la Subcomisión de Redacción de la Comisión II, al redactar el artículo correspondiente, tomó como base la zona de neutralidad consignada en la Declaración de Panamá de octubre de 1939, que sólo llegaba hasta los 58ªS, dejando fuera a todo el espacio marítimo, insular y continental al sur del Pasaje de Drake. “La propuesta fue rechazada por el Delegado Pascual La Rosa, sin intención de negociar nada si no se incluían la Antártida y las Islas. Se postergó la votación y se constituyó un Comité militar integrado por Argentina, Chile y los Estados Unidos Lo discutido en tal Comité, estuvo signado por el clima de acuerdos argentinochilenos que se habían construido en las actividades antárticas, como hemos visto, y siempre frente a la presión británica. Así el 12 de julio de 1947, por Declaración Conjunta Argentina y Chile, acordaban el mutuo reconocimiento de soberanía sobre la Antártida y el accionar conjunto al respecto.8 El Comité Militar aceptó la proposición argentina y la zona de seguridad del TIAR se extendió hasta el Polo Sur siguiendo los meridianos de 24º y 90º de longitud oeste y tal como quedó establecido en el art.4º del Tratado. Esta delimitación incluía, además del Sector Antártico Argentino-Chileno, las Islas Malvinas, Georgias, Sándwich, Orcadas y Shetland del Sur. Argentina y Chile agregaron además, una declaración al Tratado por la cual no reconocían, en la zona de seguridad “…la existencia de colonias o posesiones de países europeos…” Guatemala y México también lo hicieron con referencia específica al territorio de Belice “llamado “Honduras Británicas.” Los norteamericanos eludieron todo compromiso mediante una reserva en la que declaraban, ante las reivindicaciones antes señaladas, “…que el Tratado de Rio de Janeiro no tiene efectos sobre la soberanía o el estatus nacional o regional de cualquiera de los territorios incluidos en la región delimitada…” Curiosa “reserva” a un Tratado que pretendía defender la integridad de América; solo comprensible a partir de la ambivalencia de las lealtades norteamericanas con Latinoamérica y con Inglaterra. Una indudable contradicción que se evidenciará en 1982 durante la Guerra de Malvinas y hará del Tratado letra muerta… Los ingleses no tardarían en reaccionar frente a este avance diplomático de carácter continental. De allí el episodio (1947-48) vinculado al envió del Crucero “HSM Nigeria”, que hemos visto, y que si bien no produjo un acto bélico concreto, constituyó una violación del espacio de seguridad del TIAR, un amago de lo que sería en los años ´80. El TIAR …mutis…. La respuesta argentino-chilena fue la nueva Declaración Conjunta del 4 de marzo de 1948. Establecía que ambos gobiernos actuarían de mutuo acuerdo en la protección y defensa jurídica de la Antártida “…en cuyos territorios se reconocen Argentina y Chile

Ver HARTLICH, Ariel “La Comunidad imaginada por la Comunidad Organizada. La representación cartográfica durante el primer peronismo.1943-1955” Buenos Aires, Biblos, 2019. El texto del autor constituye un muy original enfoque de la cuestión cartográfica. No obstante, no referencia lo tratado en las discusiones del TIAR respecto de la delimitación geográfica del espacio comprendido por el Tratado. El mismo se firmó el 2 de setiembre de 1947. El 16 de febrero de 1948 Perón envió al Congreso el texto de los documentos firmados con una cartografía específica que reproducimos. El imaginario se transformaba en realidad jurídica de carácter internacional 8


32 indiscutibles derechos de soberanía…”. Se reafirmaba además el mutuo compromiso de avanzar en las negociaciones para la concertación de un tratado definitivo de límites en la Antártida. La declaración golpeó en Londres, donde “…se intuía la complejidad creciente del conflicto y la imposibilidad de encontrar una solución favorable para el interés británico.” [Aramayo Alzerreca “Historia de la Antártida”] Churchill, desde la oposición al gobierno laborista, los acusó por no actuar eficazmente contra la “malhadada intrusión” y además de debilitar a la Armada de SM al ofrecer en venta cruceros a los chilenos. Bevin debió responder por ello en los Comunes. La complejidad de los problemas económicos en la relación con G. Bretaña, cuya solución se buscaba a través de acuerdos bilaterales, aconsejaron “suavizar la disputa. A fines de 1948, en su visita oficial a Londres, Bramuglia trató el tema con Bevin. El premier solicitó”…que no se realizaran demostraciones navales” en la Antártida. Bramuglia insistió en un acuerdo bilateral sobre el área que también incluyera el tema Malvinas, a lo que, obviamente, Bevin se opuso. El resultado final fue la Declaración Tripartita y recíproca del 18 de enero de 1949, por la que cada país declaraba “…no prever la necesidad de enviar barcos de guerra al sur del paralelo de los 60º a excepción de los movimientos de rutina…” Estas declaraciones se renovaron en los años siguientes y constituyen un primer paso hacia la desmilitarización del Sector. No obstante ninguno de los tres países renunció a sus pretensiones y títulos.

[Tomados de la Cartografía que acompañó al “Mensaje al Honorable Congreso de la Nación solicitando la aprobación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca” elevado por Perón y Bramuglia el 16 de febrero de 1948. [Ex Libris JCC]


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El litigio entro en un impasse hasta el verano de 1953; en efecto mientras Perón iniciaba con Ibañez del Campo la unión argentino-chilena (Acta de Santiago y acuerdos conjuntos), soldados británicos procedentes de Malvinas procedían a desmantelar instalaciones argentino-chilenas en la Isla Decepción, en razón de “…haber violado territorios y aguas de supuesta jurisdicción británica”. Hubo una ola de indignación en ambos lados de la Cordillera, con las respectivas protestas e intimaciones a Inglaterra para la reparación de los daños causados. Si bien es cierto que las Cancillerías actuaron por separado, según declaraciones del canciller Remorino “…existió plena y espontánea coincidencia en la apreciación de los hechos…” En 1954, los ingleses volvieron a insistir unilateralmente en el conflicto, intentando resolverlo con una demanda a nuestro país ante el Tribunal Internacional de La Haya. Nuestro país rechazó el procedimiento y propuesto en cambio la realización de una conferencia internacional donde se considerarán los títulos de cada país reclamante. En junio de 1955 los ingleses formalizaron la demanda contra la Argentina a quién consideraban como violador de territorios de “indiscutible soberanía británica”. El patrocinador de Inglaterra en esa ocasión fue el Dr. Fitzmaurice, el mismo jurista que habría de actuar preponderantemente en la sustanciación del Laudo Arbitral, en el diferendo argentino chileno por el Canal de Beagle… (¡!) b) El litigio anglo-argentino-chileno Durante la campaña de 1946-47, específicamente el 11 y 15 de marzo se produjeron encuentros amistosos de argentinos y chilenos. Estos encuentros reiteraban la buena disposición de ambos países en cuanto a la convivencia armónica con respecto a la Antártida. En el campo de la diplomacia, como veremos, estas actitudes se transformaron en decisiones políticas. Momentos previos a la partida de la expedición argentina y durante su desarrollo hubo un intercambio de notas con Inglaterra, en las que los británicos protestaban por la presencia argentino-chilena en la Antártida, a la que consideraban dependencia de las “Falkland” según las famosas Cartas Patentes de 1917. La Cancillería volvió a insistir en el desconocimiento de tales Cartas y volvía a efectuar el reclamo sobre la indebida ocupación de las Islas. La respuesta chilena definió con claro contenido americanista su posición, aun cuando no hicieron referencia alguna al problema de Malvinas. La respuesta conjunta, será la declaración argentino-chilena del 12 de agosto de 1947, en vísperas de la Conferencia de Rio de Janeiro, como veremos luego. En el verano de 1947-48 el asunto se agravó. En efecto la Armada Argentina, no solo expedicionó como todos los años para relevar dotaciones y establecer destacamentos, sino que además hubo de realizar maniobras claramente militares. La indignación inglesa alcanzo al Almirantazgo y se dispuso una intervención militar desde Malvinas. Tales los hechos:


34 En febrero de 1948 el Rastreador ARA “Parker” de la Armada Argentina, comandado por el Capitán de Corbeta Dn. Guillermo Zarrabeitia, intercepta por pescar ilegalmente en aguas adyacentes a la Isla argentina Decepción al pesquero noruego “Brategg”, quien aduce estar contratado por la empresa pesquera inglesa “Whalers Company” con base precisamente en la isla Decepción. El ARA “Parker” redactó el acta de infracción a la ley de Pesca Argentina por parte del pesquero noruego y se dirigió a la isla Decepción donde presentó en la Base Inglesa que otorgaba los permisos ilegales de pesca una Nota Oficial de Protesta en nombre del Gobierno Argentino. Tiempo después, los incidentes se repitieron alrededor de la Base Naval Antártica “Melchior”, el 04 Marzo apareció en escena el Crucero Pesado ingles HMS “Nigeria”, que había sido destacado desde la Base Naval de Portsmouth en apoyo del buque de estación en Malvinas, la Corbeta HMS “Snipe”. El “Nigeria con una tripulación de 980 hombres en pie de guerra intervino en la Antártida. Hubo agitación en Inglaterra, en la Cámara de los Comunes se pedía una reacción enérgica que no habría ocurrido “…en tiempos en que la armada británica era mantenida con un poderío adecuado. [sic] Era la reacción del imperio Británico a la presencia Argentina durante el verano de 1947/48, donde buques de la Marina de Guerra Nacional llevaron a cabo maniobras en las aguas adyacentes a Decepción y Melchior, donde realizaron desembarcos en distintas islas de las denominadas ilegalmente por los ingleses “Dependencias”. Esta demostración desmedida de fuerza produjo incidentes menores entre los presentes en proximidades del Puerto Melchior, los buques argentinos Barreminas ARA “Parker” y Patrullero ARA “King” que reaccionaron ante la prepotencia del Crucero ingles HMS “Nigeria” y la Corbeta HMS “Snipe”. Los hechos fueron resueltos con el intercambio de notas de protesta y el retiro de los ingleses, los que permanecieron destacados en las Malvinas hasta fines 1949. No hubo encuentros bélicos y la sangre no llegó a los hielo9 En enero de 1952 se volvieron a producir “enfrentamientos” con los ingleses en las proximidades de la Base “Esperanza” al desembarcar los británicos equipos con fines de ocupación. La dotación de la base recibió órdenes de repeler el intento. Seguimos el relato de la fuente citada: “El Jefe del Destacamento Argentino Guardiamarina Paradelo recibió de su jefe directo, el Comandante de la Fuerza Naval Antártica Argentina, Capitán de Fragata Díaz, la orden de resistir el desembarco haciendo uso de todas las herramientas que disponía. El Guardiamarina Paradelo presentó una protesta ante los mandos ingleses y como estos la desestimaron y continuaron el desembarco recibió finalmente la orden de repelerlos por el fuego, lo que acatado por Paradelo y sus marineros, abrieron fuego de ametralladoras, los Ingleses se 9

http://www.irizar.org/invasionesinglesas45.html


35 retiraron de la zona abandonando todo el material desembarcado. Tiempo después les fue devuelto a los invasores todo lo abandonado. Los incidentes en la Antártida seguirían repitiéndose y la Argentina anunció una progresiva ocupación de esa región.” 10 Los ingleses volverían a intentar imponer su dominio en forma violenta en 1953, en la Isla Decepción, mediante el envió de un buque de guerra el “HSM” Snipe” desde Malvinas. En 1955 llevaron el conflicto a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, sin que se llegará a resoluciones. El conflicto quedó congelado en 1959 con la Firma del Pacto Antártico. Pero esto es “harina de otro costal” Entre 1947 y 1948, en las Conferencias de Rio de Janeiro y de Bogotá se avanzará diplomáticamente en los que podríamos llamar la “latinoamericanización” del espacio en conflicto c) La Conferencia de Bogotá y la O.E.A. El proceso de constitución de un sistema americano previsto en la Conferencia de Lima de 1938, replanteado en Chapultepec, continuado en Rio de Janeiro en lo defensivo, culminó en la IX Conferencia Internacional Americana reunida en Bogotá entre 30 de marzo y el 29 de abril de l948, con la creación del organismo político regional: la O.E.A. Sería muy interesante revisar todos los avatares de dicha Conferencia, sobre todo en los distintos aspectos discutidos, en torno al tan mentado “panamericanismo”. Pero no es este el objetivo de esta nota. Pero no podemos dejar de mencionar lo ocurrido el 9 de abril, cuando la Conferencia debió interrumpir la normalidad de sus labores. En efecto el asesinato del líder Eliecer Gaitán generó un espontaneo estallido popular de inusitada violencia, duramente reprimido por la intervención militar. El “Bogotazo” no dejó de influir en las delegaciones reunidas. Por iniciativa de EE.UU, Brasil, Chile y Perú se apuraron a presentar un enérgico proyecto de resolución por el que se condenaba al “comunismo internacional y cualquier totalitarismo, como así también su accionar subversivo, interno o externo…” El intento pretendía vincular la organización americana al complejo de Guerra Fría, en sus inicios. Volvería a plantearse en Caracas en 1954 y tendría el lamentable desenlace de Punta del Este en 1962. El canciller Bramuglia sostuvo la posición argentina, que no rechazaba la condenación del comunismo internacional, pero que debía enfrenarse el hecho desde lo económico y social, y no desde lo ideológico. Sostuvo “…la magnificencia del espectáculo americano ante la inmensidad de sus riquezas deslumbra, pero desconsuela que en países con tanta riqueza, vivan muy pocos ricos y muchísimos pobres. Muchos hombres, mujeres y niños no tienen que calzar, que vestir, que comer, ni vivienda adecuada. Nosotros debemos realizar fundamentalmente la justicia social si queremos que el continente no se impregne de ideologías exóticas…” De todos modo cuando se discutieron los aspectos del “Convenio Económico de Bogotá” se volvieron a reiterar los requerimientos de ayuda económica de los latinoamericanos y el desentendimiento de los norteamericanos, más preocupados por el Plan Marshall para Europa, que por el hambre y la miseria de los hermanos latinoamericanos.

10

Ídem


36 d) El colonialismo y el Atlántico Sur. Pero volviendo al tema que nos ocupa, y también donde los norteamericanos se vieron en aprietos diplomáticos, fue en el tratamiento de la iniciativa de Guatemala, Argentina y Chile en el sentido de definir una política regional concreta que terminara con los establecimientos coloniales y territorios ocupados por países europeos, aún existentes en América. La delegación de los EE.UU. no podía pronunciarse a favor de tales reclamaciones sin ofender a sus aliados europeos, pero tampoco podían oponerse. En la Conferencia de Rio, cuando se planteó el problema, salvaron la situación con la curiosa “Reserva” al TIAR que ya hemos visto. El debate se originó a partir de un proyecto guatemalteco referido a sus reclamos por Belice. El 8 de abril, el delegado argentino Enrique V. Corominas pronunció un discurso en el que fijaba nuestra posición sumándose en los fundamentos. Los ingleses reaccionaron provocativamente el 14 de abril, precisamente en el Día de las Américas, con la distribución caso subrepticia, entre las delegaciones de un documento denominado Observaciones sobre la posición de las Islas Falkland y sobre la posición de las dependencias antárticas”. Un documento análogo fue presentado con relación al caso Belice. Con bastante superficialidad e inexactitudes, el alegato fijaba los supuestos derechos ingleses a las Islas. También se refería al territorio antártico reivindicado por Argentina y Chile como una cuestión en estado de controversia que debía ventilarse en la Corte Internacional de Justicia. La insólita intervención británica fue impugnada por un brillante discurso pronunciado por Bramuglia el 21 de abril. Con precisión erudita desmontó los argumentos británicos al par que desbarató la infantil maniobra de involucrar a los Estados Unidos, a su vez reivindicando la específica americanidad de la controversia, amparada por la doctrina Monroe y el pronunciamiento de varios norteamericanos célebres. Respecto de la Antártida, consideró que las cuestiones de soberanía no se ventilaban en una corte de Justicia. De la misma manera dijo que Inglaterra no aceptaría llevar a La Haya la discusión de soberanía sobre el archipiélago británico, tampoco la Argentina lo haría sobre el Sector Antártico y las islas del Atlántico Sur. Bramuglia concluía con una invitación a la Conferencia a afirmar “…la justa aspiración de los pueblos y de los gobiernos de las repúblicas americanas a que se ponga término al coloniaje y a las ocupaciones de facto que subsisten en América” Juvenal Hernández, delegado chileno, también expresó los fundamentos de la posición de su país, refutando al documento británico y declarando que “…el único problema que mi gobierno estima pendiente con relación al territorio antártico, es el de la determinación de nuestro límite oriental con la República Argentina” El representante de Guatemala, también refutó las apreciaciones inglesas sobre Belice, al par que acusaba a Inglaterra de “…falsear los hechos históricos…” sobre la cuestión. La Conferencia aprobó la Resolución XXXII por la que se declaraba “…justa la aspiración americana…” y resolvía la creación de una Comisión Americana de Territorios Dependientes para estudiar los casos e informar a los estados miembros acerca de los “…medios pacíficos para la abolición tanto del coloniaje como de la ocupación de territorios americanos” para su posterior en la primera reunión de consulta de Ministros de Relaciones Exteriores. La delegación de Brasil juzgó que no era lícito adherir a la Declaración por considerar que la Conferencia Interamericana no era el foro “apropiado para debatir una cuestión que afecta intereses de países extra continentales.” (¡) La posición de Brasil se comprende merced a las viejas lealtades de los cariocas con sus antiguos


37 camaradas en la Guerra y además por la observación de Marshall respecto de la Comisión. Según el delegado norteamericano dicha Comisión en vista de resolver el problema se convertía virtualmente en una corte legal. “Si así fuese, los grandes principios de la Ley y de la Justicia exigirían que la otra parte –o partes- en disputa fueran también oídas”. Los norteamericanos se abstuvieron de emitir su voto final. Volvían otra vez a la contradicción planteada en Rio de Janeiro, no estaban dispuestos a agraviar a su aliado inglés. Tampoco lo estarían en 1982… ¿Qué fue de la Comisión? Se reunió el 15 de marzo de 1959 (¡11 años después!!!) y concluyó su gestión el 11 de julio. Los resultados finales obtenidos diluyeron el espíritu anticolonialista de la Conferencia que la creó. Pero además hubo presiones y desinteligencias, como las que provocaron un entredicho entre México y Guatemala por Belice. El retiro de la delegación mexicana dejó a la Comisión prácticamente sin quórum. Argentina debió reiterar en “declaración” y reservas” al Acta Final su reivindicación sobre Malvinas, Islas del Atlántico Sur y Territorios Antárticos. 6ta Nota Malvinas y el Atlántico Sur en el Mundo “Occidental y Cristiano” (1955-1982) Las relaciones con Gran Bretaña en este período dejaron de pesar “estructuralmente” sobre la independencia económica; no obstante, hasta la Guerra de 1982, las negociaciones acerca de la soberanía en el Atlántico Sur y Malvinas continuaron con distintos avances y retrocesos. Durante la dictadura de la Revolución Libertadora hubo acercamientos significativos, como era de esperarse sin llegar a concretarse otros “logros” que no fueran más allá de la conformación del Club de Paris, como espacio de tratamiento de las obligaciones financieras de nuestro país con los países europeos. En esto fue pública la participación británica.11 El período esta signado por la “Guerra Fría” la supremacía norteamericana, los conflictos de la “Descolonización”, la emergencia del “Tercer Mundo” y en el caso de América Latina los conflictos derivados de la Revolución Cubana. La agudización del llamado conflicto Este-Oeste, significo el alineamiento geopolítico y militar con los EE.UU, y un duro período de dictaduras genocidas. De las llamadas “Doctrinas de Defensa Nacional” se pasó a las de “Seguridad Nacional”. El 1 de mayo de 1958 asumía la presidencia Arturo Frondizi.

1.- EL Tratado Antártico En 1956 se había creado en nuestro país la comisión nacional del año geofísico internacional con el objeto de participar en las preparatorias del año geofísico internacional de 1958. estas conferencias preparatorias encargaban la programación de la investigación antártica, que comenzó a desarrollarse en 1957, tratado de determinar entra otras cosas la influencia del pasaje de Drake en el Atlántico Sur y en el mar epicontinental argentino también se desarrollarían tareas para establecer la posición auroral del mar del Wedell y crear estaciones oceanográficas en el continente 11

Ver CAFIERO, Antonio “Cinco años después. Buenos Aires, 1961, pag.73


38 antártico. Estos proyectos científicos internacionales en los que también participo la Unión Soviética y con pretensiones de dar continuidad después del año geofísico a sus bases en la Antártida, movieron al Departamento de Estado a tomar la iniciativa. El 2 de mayo de 1958 la embajada norteamericana en Buenos Aires cursaba una formal invitación en nuestro país para participar en una conferencia internacional de países con intereses antárticos a efectos de elaborar un tratado de cooperación amistosa en la materia. La nota norteamericana mencionaba que…. “…Siete países habían reivindicado derechos soberanos sobre sectores en la Antártica algunos de los cuales resultan supuestos, dando así lugar al entredichos ocasionales; y que otros países tenían intereses directo en ese continente basados en descubrimientos y exploraciones realizadas en épocas remotas proximidad geográficas ruta de trasporte marítimo y aéreos y otras consideraciones.. no obstante, mi gobierno es de opinión que los intereses de humanidad estarían mejor servidos en consonancia con los altos ideales de las cartas de las naciones unidas, si los países que tienen interés directo en la antártica se unieran para celebrar un tratado con propósito pacífico”. La nota concluía con algunas precisiones acerca de cómo sería este trabajo. Participarían; Australia, Bélgica, Chile, Francia, Gran Bretaña, Japón, Nueva Zelanda, Unión Sudafricana y la U.R.S.S…. además de nuestro país y de los Estados Unidos. La Cancillería aceptó la invitación el 24 de mayo, dejando “… claramente establecido que no contemplaría la concurrencia a una reunión internacional en las que traten cuestiones relacionadas con la Antártica, si ello pudiera interpretarse por los países participantes como afectando de alguna manera sus derechos inalienables de soberanía sobre el sector antártico argentino, Islas Malvinas, Las Georgia del Sur y Sándwich del Sur. La conferencia se reunió en Washington el 15 de octubre de 1959 con la participación de los siete países reclamante de soberanía: Argentina, Australia, Francia, Noruega, Chile, Gran Bretaña y Nueva Zelanda. Los Estados Unidos, la U.R.S.S, Sudáfrica, Bélgica y Japón formaban el grupo de los no reclamantes. Las discusiones como era de preverse, no tardaron en caer en el tema soberanía. El embajador Adolfo Scilingo puntualizó en su discurso los antecedentes que avalan la posición argentina. Señalo que fue nuestro país el primero en instalar en 1904 un observatorio permanente, al que se fueron agregando sucesivamente Bases, refugios, destacamentos, faros, balizas, oficinas postales, estaciones, radiotelegráficas, etc.; recalco la necesidad de preservar el espacio antártico de todo conflicto bélico señalando que lo primordial era acordar el uso pacífico y la actividad científica. La conferencia no había sido convocada para otra cosa por lo tanto “… no es mi misión cambiar ni alterar nada. Nada de lo que acá se haga o sea consecuencia de lo que aquí se acuerde, generará o conocerá derechos… en los debates de la deligación acerca de la determinación de soberanías.”. El tema se tradujo en el artículo 4 del tratado que, en síntesis, estableció que mientras estuviese en vigencia el mismo, las actividades que se lleven a cabo en el territorio antártico como así sus propias disposiciones no generan derechos de soberanía El inciso 2, congelaba la cuestión al establecer taxativamente: ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras que el presente tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía


39 territorial en la Antártica ni para crear derechos de soberanía en esta región no se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártica ni se ampliaran las reclamaciones anteriormente hechas valer mientras en presente se halle en vigencia. Tampoco nuestro país acepto, y lo hizo con firmeza, la creación de una organización propuesta por Nueva Zelanda y que se discutió sin éxito. El tratado fue suscripto el 1 de diciembre de 1959 y establecía una vigencia de 30 años a partir de la última ratificación. La Argentina lo ratifico el 25 de abril de 1961 haciendo reserva sobre el artículo 4 en el sentido de reiterar su reivindicación de soberanía al sur de paralelo de los 60. El tratado preservaba a la Antártida de los peligros de la guerra fría, prohibiendo cualquier actividad militar también trasformaba a la región en el primer espacio sujeto a proscripción nuclear (el proyecto había sido presentado por la Argentina) sin embargo bloqueaba toda posibilidad de avance en lo que respecta a determinación de soberanías. No es aventurado suponer que en este congelamiento esté encubierta la pretensión de internacionalizar el territorio. Hubo críticas a la participación Argentina en el tratado. La respuesta esgrimida se funda en el hecho de que de no haber participado la Argentina se hubiera autoexcluido como país reivindicarte. 2.- La Resolución 2.605 (XX) Naciones Unidas y la discusión por Malvinas El 14 de diciembre de 1960 la asamblea general las Naciones Unidas aprobaba la revolución 1.514 (XV) llamada declaración sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales. La revolución aprobada constituye la piedra angular, desde el punto de vista jurídico del proceso de descolocación que se venía produciendo desde la finalización de la segunda guerra. En ella se condenaba explícitamente el sistema colonial como una negación de los derechos humanos fundamentales y por lo tanto opuesto a las cartas de las Naciones Unidas (Art. 1) por el Art. 2 se establecía que todos los pueblos tenían el derecho a la libre determinación de su condición política como así también elegir su propio desarrollo económico y social. Ninguna limitación podía ponerse al ejercicio de este derecho y la transformación de las colonias debía producirse de inmediato. El Art. 6 establecía: “Todo intento encaminado a quebrar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país, incompatibles con los propósitos y principios de la carta de las Naciones Unidas…. La resolución era aplicable al caso de Malvinas. Había que definir si se atendía a la libre determinación de sus habitantes o a la preservación de la integridad territorial Argentina. Un año después de aprobada la revolución poco era lo que se había avanzado, por eso el 27 de noviembre de 1961 la Asamblea creo por la Revolución 1.654 (XVI) el “Comité Especial sobre Descolonización” cuya finalidad era la de fiscalizar y acelerar la descolonización. A su vez el Comité dividió sus tareas en subcomités. En el seno del Subcomité Tercero la diplomacia daría su batalla por Malvinas. En 1964 los objetivos de la Cancillería en el tema se orientaron a:


40 1) obtener el reconocimiento de la soberanía sobre el archipiélago por aplicación de la revolución 1.514 (XV); 2) impedir que se tratara el tema como un reconocimiento a la libre determinación a los habitantes de Malvinas; 3) obtener el subcomité la apertura de negociaciones del punto 1. En su intento inicial, la Argentina contó con el apoyo caluroso del Ecuador y del Uruguay; no obstante la delegación mantuvo contactos con representantes ingleses y norteamericanos. Los ingleses no cerraron las posibilidades de negociar, al margen de la cuestión de soberanía y los norteamericanos entendieron que tratándose de un tema de soberanía territorial no debió ser considerado en las Naciones Unidas. El 9 de septiembre Miguel Fitzgerald, piloto civil argentino aterrizaba en Malvinas en una toma simbólica. El pueblo lo ovaciono pero el gobierno debió desautorizarlo para no comprometer sus gestiones en la ONU. De todos modos el episodio puso en evidencia el grado de sensibilidad popular por el tema. Al día siguiente el embajador Juan Carlos Ruda presentaba el alegato argentino lo que se desencadeno un intenso debate acerca de la figura en que debía encuadrarse el tema Malvinas: autodeterminación (tesis británica) o integridad territorial (tesis argentina). Por último el Sub. Comité Tercero elaboró un informe para su tratamiento en la Comisión IV de la Asamblea. El 9 de noviembre en dicha Asamblea, el embajador Del Carril sostuvo la posición argentina, refutando las tesis británicas y marcando la irrelevancia de los pronunciamientos independistas de los malvinenses digitados por el Foreing Office. El 18 de noviembre la Argentina presentó, en acuerdo con el bloque latinoamericano un Proyecto de Resolución que recogía las recomendaciones del Informe del Subcomité. El proyecto fue votado el 16 de diciembre y aprobado como Resolución 2.065 (XX) con el siguiente resultado: 94 votos a favor, ninguno en contra y 14 abstenciones, entre las que se encontraban la de los Estados Unidos que prefería esta opción a malquistarse con su aliado atlántico. Después de consignar los antecedentes del caso la Resolución consideraba la Resolución 1.513 (XV) por la que se debía poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas en una de las cuales se escuadra el caso de las islas Malvinas ( Falkland Islands) por primera vez se nombra al archipiélago con el nombre Argentino. El Considerado no indica en qué forma habría de aplicarse la resolución 1.514.Dice: “Tomando nota de la existencia de una disputa entre los gobiernos de Argentina y del reino unido de la Gran Bretaña e Irlanda del norte acerca de la soberanía sobre dichas islas…” [este reconocimiento constituye un logro efectivo de nuestra chancillería. Hasta ese momento el tema ni siquiera era considerado por Gran Bretaña.] 1. invita a los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por


41 el comité especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la declaración sobre la concesión de la independencia a los a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema teniendo debidamente en cuenta la disposición y objetivos de las cartas de las Naciones Unidas de la resolución 1.514 (XV) de la asamblea general así como los intereses de la población de las Islas Malvinas ( Falkland Islands). 2. pide a ambos gobiernos que informen al comité especial y a la asamblea general en el vigésimo primer periodo de sesiones sobre el resultado de las negociaciones. En síntesis, la revolución puede considerarse como un triunfo de la diplomacia de lía de gran trascendencia para la Argentina. Fue el resultado de hábiles coherente y continuadas gestiones. Sus ventajas a) las Naciones Unidas reconocen en el caso Malvinas una disputa pendiente b) obliga a Gran Bretaña a negociar una solución pacífica y no excluye el tema soberanía. c) Requiere de las partes informes sobre los resultados obtenidos d) Su desventaja: deja abierta la posibilidad de que pueda aplicarse según la Resolución 1.514 la tesis británica de la autodeterminación de los Kelpers. En virtud de lo dispuesto entre el 11 y el 14 de enero de 1966 se reunieron en Buenos Aires Zavala Ortiz y Michel Stewart secretario de relaciones exteriores del Reino Unido para dar comienzo a un proceso que como veremos más adelante no mantuvo la misma coherencia ni continuidad. 3.-El “Mar Argentino” La Argentina no fue ajena al controvertido proyecto que en América Latina impulsaban varios estados ribereños, con respecto a extender su jurisdicción soberana sobre el espacio marítimo costero, en general, hasta alcanzar las 200 millas marítimas desde la costa, especialmente en lo referido a la explotación de sus recursos. No llegamos a ninguna de las situaciones conflictivas vividas por los países de la vertiente del Pacífico, probablemente porque en nuestras pesquerías no operaban flotas norteamericanas y si en cambio, una importante flota pesquera rusa. De todos modos en nuestro país existían antecedentes legislativos sobre el tema que se remontan a 1944, cuando el gobierno militar definió como “Zonas de reserva minera” a las costas y al denominado “mar epicontinental”. El 11 de octubre de 1946, por Decreto 14708, el gobierno peronista proclamaba la soberanía sobre el mar epicontinental y el “zócalo” continental. Según ROTH (op.cit) este decreto de Perón, “…descubierto con alguna sorpresa (…) jamás se había aplicado”. Después de la “Revolución Libertadora” y durante la gestión desarrollista, se aprobó en noviembre de 1958, la Ley 14773, que legislaba sobre la propiedad nacional de los “yacimiento hidrocarburos sólidos, líquidos y gaseosos”. La misma incluía “los [yacimientos] de su plataforma submarina” El proyecto de ley presentado al Congreso por el gobierno radical, en agosto de 1964, se orientaba a definir la soberanía argentina sobre la “plataforma continental” hasta la isobata de los 200 metros o hasta la profundidad que permitiera la explotación de recursos. El “mar territorial” se establecía en seis millas a contar desde la costa. Con la “Revolución Argentina” el tema fue actualizado a partir de la demanda de protección planteada al gobierno por los pescadores de altura marplatenses. En efecto, los armadores pesqueros vinculados a la industria de la harina de pescado, reclamaban al gobierno militar una ley que los protegiera de la depredación que las flotas rusas,


42 que pescaban a “la vista” del puerto, provocaban en los cardúmenes del “papamosca”, especie particularmente apta para la mencionada industria. El 29 de diciembre de 1966, después de analizar el problema y superar cierta “oposición” de la Consejería Legal de la Cancillería se promulgó la Ley 17094. El titular de la mencionada Consejería opinó que “…con esta ley la Argentina quedaba reducida a la categoría de potencia afro-asiática” (ROTH, op.cit.) La ley 17094, fijaba en 200 millas, a contarse desde la linea de los “bajamares” la jurisdicción soberana de la Argentina, modificando lo pertinente en el Código Civil. En esta “franja” de las doscientas millas se incluye el lecho marino y el subsuelo, hasta los doscientos metros de profundidad o hasta la profundidad necesaria para explotar los recursos. Las aguas de los Golfos San Jorge, Nuevo y San Matías se consideraban como “aguas interiores”. La navegación y el sobrevuelo, en el espacio marítimo determinado serían totalmente libres. Como observa el Contralmirante FRAGA (El mar y la Antártida en la geopolítica argentina), en esta legislación no se determinaban con precisión el alcance del Mar Territorial, por lo que se puede considerar que el mismo sigue siendo de tres millas. Indudablemente, el propósito de la ley era eminentemente económico. Proclamada la soberanía, se reglamentó la pesca, procurando – según Roth- no generar conflictos. Para ello se otorgaron permisos de pesca, previo pago de un canon anual de veinte dólares por barco, demasiado poco para no pagarlo o promover conflictos, pero suficiente para obtener el acatamiento a la ley. “Ya habría tiempo para subir el canon, limitar la captura, e inclusive, eliminar la pesca extranjera. Pero en ese momento nos interesaba el reconocimiento internacional de nuestras doscientas millas…” (Roth, op.cit) Los rusos pagaron el canon y continuaron pescando. Los marplatenses que “…pensaban que echaríamos a los rusas poco menos que a patadas “, protestaron indignados. (ibídem) Por fin en octubre de 1967, por ley 17500, se estableció la “exclusividad” de la explotación pesquera con “pabellón argentino y permiso previo” En mayo de 1970, Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Panamá, Nicaragua y El Salvador, reunidos en Montevideo, acordaron enfrentar en común la propuesta ruso-norteamericana de limitar el espacio para la pesca a doce millas. En agosto, en Lima se aprobó la “Declaración de los Estado Latinoamericanos sobre el derecho del mar” con el voto en contra de Bolivia, Paraguay y Venezuela. La “Declaración…”abarca el derecho “…de explotar los recursos del mar adyacente , junto con el suelo, subsuelo, así como la plataforma continental ; el derecho de cada estado ribereño a establecer los límites de su jurisdicción marítima; el derecho a prevenir la contaminación de las aguas y por último el derecho a autorizar y vigilar las investigaciones científicas dentro de su jurisdicción , y así mismo, parcipar de ellas y recibir sus resultados”12

4.Malvinas: Entre “Vuelos de Cóndores” y “Negociaciones secretas” a) Los “Cóndores” En 1968 estuvo en nuestro país en visita de cortesía, el Príncipe Felipe de Edimburgo; a pesar de algunos disparos efectuados por “indeseables” frente a la embajada británica, Onganía respondió a la misma con aires nobiliarios (no olvidemos 12

SAN MARTINO DE DORMI M.L. “Historia Política Argentina. 1955-1988” Buenos Aires, Astrea,1988. Tomo I, pag.393


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su entrada en “carroza real” a la exposición de la Sociedad Rural). Uno de los actos de homenaje fue invitar al Príncipe y participar con él en un aristocrático partido de polo. El tour Buenos Aires “encantado” con semejante exterioridad. No obstante, mientras estos hechos se daban en la capital, en “lejano sur” se daba otra cara de la realidad argentina. En efecto el 28 de setiembre un grupo de militantes del Movimiento Nueva Argentina, agrupación de jóvenes nacionalistas y peronistas, comandados por Dardo Cabo, alias "Lito", de 25 años de edad, periodista, metalúrgico y activo militante peronista. Hijo del sindicalista Armando Cabo., Alejandro Giovenco Romero, apodado "El Chicato", de 21 años de edad; María Cristina Verrier, dramaturga y periodista de 27 años, hija de César Verrier, juez de la Suprema Corte de Justicia y funcionario del gobierno del ex-presidente Arturo Frondizi.13, ejecutaban el llamado “Operativo Cóndor” El mismo consistió en un golpe comando armado y siguiente copamiento de un vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Rio Gallegos y Ushuaia. Al llegar a Rio Gallegos los integrantes del grupo obligaron a los pilotos a desviarse hacia las Islas Malvinas. Entre los pasajeros del vuelo estaba el Gobernador de Tierra del Fuego, contraalmirante José María Guzmán, quien se mantuvo al margen del copamiento. Las 8 42, después de superar dificultades del terreno (pista de un hipódromo) descendieron en las proximidades de Puerto Stanley (denominación inglesa) que bautizaron como “Puerto Rivero” en homenaje al gaucho entrerriano que se enfrentó a los ingleses en 1833. No se pudo tomar la casa del Gobernador británico y el arsenal de las islas, como asi también la transmisión de una proclama a todo el país. De todas maneras la proclama se difundió desde la radio del avión y fue captada por emisoras de la Patagonia, retrasmitida a Buenos Aires y escuchada con gran repercusión. . Inmediatamente después “…desplegaron siete banderas argentinas en las

13

Datos tomados de http://www.alfinal.com/politica/condor.php. En homenaje a todos los integrantes del grupo se transcriben en Apendice todos su nombres.


44 inmediaciones: cinco en los alambrados, otra en el avión, y la restante en un mástil cercano”14.

Posteriormente fueron rodeados por la guardia malvinense e intimados a rendirse, intimación que fue reiterada y no fueron aceptadas. El asunto pudo derivar en enfrentamiento armado; los integrantes del comando, estaban armados y tenían en calidad de rehenes algunos “Kelpers” y al Jefe de policía de las Islas. No se llegó a tal extremo por la intervención del Padre Rodolfo Roel sacerdote católico. Roel ofició misa en el avión y se cantó el Himno Nacional. La misión estaba cumplida: las banderas flamearon en las islas durante 36 horas; las armas fueron entregadas al piloto de Aerolíneas, y las banderas entregadas al almirante José María Guzmán, Gobernador de Tierra del Fuego a quién Cabo se le dijo: “Señor Gobernador de nuestras Islas Malvinas, le entrego como máxima autoridad aquí de nuestra patria, estas siete banderas. Una de ellas flameó durante 36 horas en estas Islas y bajo su amparo se cantó por primera vez el Himno Nacional”.15 Al desembarcar en Ushuaia, los integrantes del Comando “Cóndor” fueron detenidos por la policía Federal; quince de ellos fueron liberados después de nueve meses de prisión. Cabo, Giovenco y Rodríguez estuvieron tres años en prisión.

14 15

Op.cit. Idem


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“El 22 de noviembre de 1966, los integrantes del comando fueron enjuiciados en Bahía Blanca. Como el secuestro de aviones aún no estaba penalizado en Argentina, los cargos de la fiscalía fueron privación de la libertad, tenencia de armas de guerra, delitos que comprometen la paz y la dignidad de la Nación, asociación ilícita, intimidación pública, robo calificado en despoblado y piratería. Así trató la dictadura militar del general Onganía al grupo de jóvenes patriotas, a quienes definió como facciosos. Y casi cuatro décadas después, ningún libro de historia o manual escolar recuerda la gesta.”16 Obviamente estos jóvenes, edad promedio menor de 30 años, no entendieron la sutileza diplomática de una partida de polo… b) Las negociaciones secretas... Después de aprobada la Resolución 2065(XX) de la Asamblea de la ONU, las negociaciones de con Gran Bretaña sobre Malvinas, continuaron por diversos cursos de acción, en general con un avance lento pero sostenido y a pesar de algunos traspiés, motivados por acciones no siempre adecuadas de nuestra Cancillería, como en el caso de los hechos vinculados con el “Memorándum de Entendimiento” de diciembre de 1968. En el ámbito de las Naciones Unidas, diversos “consensos” logrados en la Comisión IV, fueron avanzando en el compromiso británico respecto de considerar las Malvinas como una “cuestión colonial”. En las negociaciones bilaterales, el comunicado “Zavala Ortiz-Stewart”, emitido después de las conversaciones mantenidas en Buenos Aires en enero de 1966, ratificaba la decisión de proseguir “…sin demora las negociaciones recomendadas en la citada resolución por la vía diplomática o por aquellos medios que puedan acordarse a fin de encontrar una solución pacífica al problema e impedir que la cuestión llegue a afectar las excelentes relaciones que vinculan al Reino Unido y a la Argentina” (A.Lanus.op.cit) Después de la caída de Illia se desarrolló –según A. Lanús- un trabajo “hormiga”, procurando avanzar pese a la presión en contrario de los sectores más vinculados económicamente a las Islas. Para ello se optó por “negociaciones secretas” que en agosto de 1968, permitieron redondear un “Memorándum de Entendimiento” basado en el compromiso de incrementar, por parte de Argentina, las comunicaciones entre las Islas y el continente y en definir garantías respecto de los intereses de los isleños. El “Memorándum” establecía que el “…gobierno británico (…) reconocería la soberanía de la República Argentina sobre las Islas a partir de una fecha a ser convenida. Esta fecha será convenida tan pronto como sea posible, después de que: I). -los dos Gobiernos 16

Op.cit subt. nuestro


46 hayan resuelto la actual divergencia entre ellos respecto del criterio conforme al cual el Gobierno del Reino Unido considerará si los intereses de los isleños estarían asegurados por salvaguardas y garantías a ser ofrecidas por el Gobierno Argentino y II). -, el Gobierno del Reino Unido se halle entonces satisfecho de que aquellos intereses estén asegurados así…” (A. Lanús) El “Memorándum” no fue firmado y su validez se basaba en un “acuerdo de caballeros”. Habiendo llegado a tal punto la Cancillería argentina incurrió en una increíble demora en dar respuesta positiva para oficializar y hacer público el acuerdo. Es probable que la demora y algunas “filtraciones” hayan permitido a la oposición británica y al “lobby” de los isleños endurecer su posición. Recién en octubre en Nueva York, Costa Méndez dio señales a Stewart, sin concretar nada. En noviembre, Lord Chalffont, Secretario de Estado británico parta las Relaciones Exteriores, se entrevistó con los “kelpers” en Malvinas, a quienes informo acerca de la posibilidad de su “traspaso” a la Argentina. La oposición de la FIC (Falkland Island Company) y de los estancieros isleños, provocaron agitación en Londres, lo que llevó al gobierno inglés a no dar ningún paso sin consultarlos. En Buenos Aires parecieron no darse cuenta de lo ocurrido, pues recién en diciembre el embajador McLoughlin y su segundo Ros, se entrevistaron con Stewart para comunicarle la aceptación del “Memorándum”. Quedaron atónitos cuando el Ministro inglés les contestó: “…lamentablemente la respuesta llega muy tarde; ya no estamos en condiciones de aceptar el “Memorándum”; tengo que ir al Parlamento a dar explicaciones sobre esto porque los conservadores han pedido una explicación…” El 11 de diciembre el gobierno británico declaraba que “…no podrá dar transferencia de soberanía contra los deseos de los habitantes de las islas Falklands”. El 12 Costa Méndez respondía que “…tal reconocimiento no debe estar supeditado a la conformidad de los pobladores…” Se había perdido quizás, la mejor oportunidad en toda la historia del conflicto de lograr una solución. El hecho de haber aceptado la vía de las “negociaciones secretas”, si bien es cierto que permitía avanzar al margen de la oposición británica e isleña, también favorecía a Inglaterra, por cuanto en caso de cesar – como cesaron- las negociaciones, no quedaba sentado ningún precedente diplomático que comprometiera al Foreign Office. Los ingleses ganaron dos años sin arriesgar nada y “demostraron” a la ONU, que estaban negociando. La Cancillería argentina quedó desairada y descolocada sin el beneficio de la protesta, respecto del tema de la soberanía. No obstante los ingleses insistieron en el tema que más les preocupaba: las comunicaciones de los isleños. A partir de Levingston se reiniciaron conversaciones bilaterales. Así en junio de 1971, en Buenos Aires se agregaron a la delegación británica representantes de los “kelpers”, los que fueron “secretamente” recibidos. Con ellos se discutió cordialmente y los resultados se consignaron en la Declaración Conjunta del 1 de julio de 1971. En esta Declaración se acordaron diversas medidas para alcanzar el establecimiento y promoción de todo tipo de comunicaciones con las Islas (aéreas, marítimas, postales, etc.). El gobierno argentino emitiría documentos de identidad personales para los “kelpers” que desearen viajar y desplazarse por el continente, sin mención de nacionalidad y los liberaba de todo tipo de impuestos y derechos aduaneros por la introducción de sus efectos. También se los declaraba exentos de impuestos por las actividades que pudieren desarrollarse desde las Islas. El Gobierno Argentino manifestaba su deseo de cooperar con los isleños en materia de educación, salud, agricultura y técnica, a requerimiento de los mismos.


47 La Declaración Conjunta fue aprobada el día 20 de marzo de 1972, por Ley. 19529. El 2 de mayo se acordaba la construcción del aeródromo de Puerto Stanley (Puerto Argentino), lo que permitiría la operación de vuelos regulares. El 24 de octubre de 1972 se celebró el acuerdo para la apertura de una agencia de LADE en Puerto Argentino. CONCLUSION Este acercamiento a la historia de nuestra soberanía en el Atlántico Sur, y Antártida intenta poner de manifiesto, cuanto más, la decidida vocación de los argentinos por la reivindicación de sus derechos soberanos. Vocación sin condicionantes como lo demuestra la ofrenda de las vidas de quienes cayeron en la Guerra de 1982 sin avalar la Dictadura y a quienes rendimos nuestro homenaje. También es posible visualizar la vocación independentista y defensora de nuestra soberanía en los momentos en que gobernaron los pueblos, en el siglo XIX o en el XX. No menos cierta la desidia y la incoherencia de nuestra política exterior durante los llamados gobiernos militares, hasta el extremo irresponsable de la Dictadura del Proceso Aspiramos a constituir estas notas, en aportes a quienes están en formación como docentes y a nuestros colegas docentes en la dura tarea de formar conciencia de argentinos.

Prof. Juan Carlos Cantoni CEHPNAL

Apendice 1


48

Mackinder y la Geopolítica del poder marítimo La lucha por el dominio de los océanos y mares no fue para los ingleses una única razón económica. Es cierto que el capitalismo británico, en su creciente desarrollo y transformaciones, acompañará la constante construcción del “poder naval; pero también es cierto que de dicho “poder” dependía la subsistencia de su condición de estado independiente. La expansión marítima responde a su concepción de expansión de las “fronteras”. Por cierto, todo ello sin mengua de considerar la política imperialista en África, Asia y Oceanía. El proceso fue conducido desde mediados del Siglo XVII por hábiles políticos, independientemente de su condición burguesa o nobiliaria y puede decirse que Halford J.Mackinder fue el primero y quizás, entre otros, el más influyente geopolítico británico que teorizó sobre el tema. En efecto, el 25 de enero de 1904, ante la eal Sociedad Geográfica en Londres, pronunciaba una conferencia que lo haría muy famoso en el camp o de la geografía y que fuera publicada con el título de “El pivote geográfico de la Historia”. En ella Mackinder sostiene que el mundo presenta una masa enteramente continental compuesta por Rusia y Europa Central (Eurasia) que pugna por hegemonizar el dominio de los mares y océanos. De logarlo dominaría a todo el mundo, de donde la supervivencia de Inglaterra, dependería de impedirlo construyendo ella misma el imperio marítimo.(¡!) Es el concepto de equilibrio del poder, resusitado de la Paz de Westfalia. Mackinder apela al sustento histórico de su tesis, por lo menos desde el Siglo XVI. Vale la pena transcribir una página de la mencionada conferencia: “…La movilidad sobre el océano es el rival natural de la movilidad sobre el el caballo y el camello en el corazón del continente (…) lo que se ha descrito como período marítimo de la civilización, de la época de los griegos y de los romanos, se basa esencialmente en la navegación del Mediterráneo (…)El resultado más destacado del descubrimiento de la ruta que, pasando por el cabo de Bueno Esperanza , conducía hasta la India , fue que unió las navegaciones costaneras oriental y occidental de Eurasia, aún cuando fueran por un camino tortuoso, y en cierta medida neutralizó las ventajas estratégicas de la posición central que mantenían los nómades de la estepa, presionando sobre ellos por su retaguardia. La revolución comenzada por los grandes marinos de la generación colombina dotó a la cristiandad de la movilidad de poder más amplia que se conoce, si se exceptúa la movilidad de las alas. El océano único y continuo, que envuelve las tierras divididas e insulares es por supuesto, la condición geográfica fundamental de unión para el comando del mar, y para todas las teorías de la moderna estrategia y políticas navales, tal como lo exponen escritores como el capitán Mahan y el Sr, Spencer Wilkinson. El enorme efecto político que esto produjo, se reflejó en la modificación radical en la relaciones entre Europa y Asia, porque en la Edad Media se hallaba Europa encerrada enre un desierto impasable por el sur, un océano desconocido por el oeste, enormes zonas heladas o cubiertas de bosques por el norte y el noreste, y por el este y el sureste la constante amenaza de la movilidad superior de los nómades que montaban en caballos o camello. Apareció entoces en el mundo en posición dominante, multiplicando más de treinta veces la la superficie del mar y de las tierras costeras a que tenían acceso y envolviendo con su influencia al poder terrestre euroasiático que hasta entonces había amenazado su propia existencia [subr. nuestro] Se crearon nuevas Europas en las tierras desocupadas [sic] descubiertas en medio de los mar, y lo qu con respecto a Europa eran Inglaterra y Escandinavia en los primeros tiempos, con respecto a Eurasia son ahora América y Australia, y hasta el África Transahariana. Inglaterra, Canadá, Los Estados Unidos, Sudáfrica, Australia y Japón constituyen ahora un anillo de bases exteriores e insulares para el poder marítimo y el comercio que son inaccesibles para el poder terrestre de Eurasia…” Conferencia reproducida en “The Geografical Journal” vol XXIII pags.421 y ss. (Trad. Agusto Rattembach En: Antologia Geopolítica” Bs.As., Pleamar, 1975


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Sir Halford John Mackinder (1861-1947)

Apendice 2 El reparto de Africa y las reglas del juego colonialista Acta General de la Conferencia de Berlin (26 de Febrero de 1885) dipublico 26/02/1885 Documentos Históricos 34,658 Vistas

1. Una declaración relativa a la libertad de comercio en la cuenca del Congo, su desembocadura y regiones circundantes, con otras disposiciones conexas. 2. Una declaración relativa a la trata de esclavos, y las operaciones por mar o tierra que proporcionan esclavos para ese comercio. 3. Una declaración relativa a la neutralidad de los territorios comprendidos en la cuenca convencional del Congo. 4. Una Ley de la Navegación en el Congo, que, aun teniendo en cuenta las circunstancias locales, se extiende a este río, sus afluentes y las aguas en su sistema, los principios generales enunciados en los artículos CVIII y CXVI del Acta Final del Congreso de Viena, y tiene por objeto regular, entre las potencias signatarias de esta ley, la libre navegación de los ríos que separan o atraviesan varios Estados – estos principios, que desde entonces ha sido aplicado por acuerdo de algunos ríos de Europa y América, pero sobre todo para el Danubio, con las modificaciones establecidas por los Tratados de París (1856), de Berlín (1878), y de Londres (1871 y 1883). 5. Una Ley de la Navegación del Níger, que se extienda a este río y sus afluentes, sobre la base de los mismos principios establecidos en los artículos CVIII y CXVI del Acta Final del Congreso de Viena. 6. Una Declaración de introducir en las relaciones internacionales determinadas normas uniformes con referencia a futuras ocupaciones en la costa del continente africano. Y considerando conveniente que todos estos documentos se deben combinar en un solo instrumento, ellos (las potencias signatarias) han recogido en una Ley General, compuesta por los siguientes artículos: CAPÍTULO I …………………………………………………………………………………………. Disposiciones relativas a la protección de los nativos, de misioneros y los nómadas, así como en relación a la libertad religiosa.


50 Artículo VI Todas las potencias que ejercen derechos de soberanía o influencia en los territorios antes mencionados se comprometen a velar por la preservación de las tribus nativas, y para atender a la mejora de las condiciones de su moral y el bienestar material, y para ayudar en la supresión de la esclavitud, y especialmente el comercio de esclavos. Los Estados miembros, sin distinción de credo o de nación, protegerán y favorecerán a todas las instituciones religiosas, científicas o de beneficencia y de las empresas creadas y organizadas para los objetivos arriba mencionados, o que tienen como objetivo instruir a los nativos y traer a estas tierras las bendiciones de la civilización. Los misioneros cristianos, los científicos y los exploradores, serán igualmente objeto de protección especial. La libertad de conciencia y la tolerancia religiosa están expresamente garantizados a los nativos, no menos que a los sujetos y a los extranjeros. El ejercicio libre y público de todas las formas del culto divino, y el derecho a construir edificios con fines religiosos, y la organización de misiones religiosas que pertenecen a todos los credos, no podrá ser limitado de manera alguna. Régimen de correos Artículo VII El Convenio de la Unión Postal Universal, revisado en París 01 de junio 1878, se aplicará a la cuenca del Congo. Derecho de vigilancia reconocida a la comisión internacional de navegación del Congo Artículo VIII En los territorios comprendidos en esta declaración la Comisión Internacional de Navegación del Congo, instituida en virtud del artículo XVII, se encargará de supervisar la aplicación de los principios proclamado. En todos los casos de diferencia que surjan en relación con la aplicación de los principios establecidos en la presente Declaración, los gobiernos interesados podrán convenir en recurrir a los buenos oficios de la Comisión Internacional, para presentar a un examen de los hechos que se han ocasionado estas diferencias . CAPÍTULO II Declaración relativa al comercio de esclavos Artículo IX Al ver que el comercio de esclavos está prohibido en conformidad con los principios del derecho internacional reconocido por las potencias signatarias, y viendo también que las operaciones que, por mar o por tierra, proporcionan esclavos para el comercio, también deben ser considerados como prohibidos, se declara que estos territorios no pueden servir como un mercado o un medio de transporte para el comercio de esclavos, de cualquier raza que sean. Cada una de las potencias se obliga a emplear todos los medios a su alcance para poner fin a este comercio y para castigar a quienes incurran en él. CAPÍTULO III Declaración relativa a la neutralidad de los territorios comprendidos en la cuenca del Congo …………………………………………………………………………………………… CAPÍTULO IV Ley de navegación para el Congo ………………………………………………………………………………………….. CAPÍTULO V Ley de navegación para el Níger …………………………………………………………………………………………… CAPÍTULO VI


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Declaración relativa a las formalidades esenciales que habrán de llenarse para que se consideren efectivas las nuevas ocupaciones en las costas del continente Africano Artículo XXXIV La potencia que en adelante tome posesión de un territorio en las costas del continente africano, situado fuera de sus posesiones actuales o que no habiéndolas tenido antes las adquiera más adelante, así como la potencia que asuma un protectorado, remitirá adjunta al Acta respectiva una notificación dirigida a las demás potencias signatarias de la actual, a fin de que, si ha lugar a ello, puedan hacer valer sus reclamaciones Artículo XXXV Las potencias signatarias de esta Acta reconocen la obligación de mantener, en los territorios que ocupen en la costa del continente africano, la autoridad competente para hacer respetar los derechos adquiridos y, en caso necesario, la libertad de comercio y de tránsito en las condiciones que se hubieren estipulado. ………………………………………………………………………………. [Firmas] Conferencia de Berlín de los plenipotenciarios de Gran Bretaña, Austria-Hungría, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal, Rusia, España, Suecia, Noruega, Turquía y Estados Unidos. Berlín: 15 de noviembre de 1884 al 25 de febrero de 1885 Apendice 3 Los “Condores”

Dardo Cabo comandante del Operativo

Alejandro Giovenco Romero, apodado "El Chicato", de 21 años de edad;


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· María Cristina Verrier, dramaturga y periodista de 27 años, hija de César Verrier, juez de la Suprema Corte de Justicia y funcionario del gobierno del ex-presidente Arturo Frondizi. · Fernando Aguirre, empleado de 20 años; · Norberto Karasiewicz, obrero matalúrgico de 20 años; · Andrés Castillo, empleado de la Caja de Ahorro, de 23 años; · Luis Caprara, estudiante de 20 años; · Victor Chazarreta, obrero metalúrgico de 32 años; · Ricardo Ahe, empleado de 20 años; · Juan Bovo, obrero metalúrgico de 21 años; · Edelmiro Jesús Ramón Navarro, empleado de 27 años; · Ramón Sánchez, obrero de 20 años; · Pedro Tursi, empleado de 29 años; · Juan Carlos Rodriguez, empleado de 31 años; · Pedro Bernardini, obrero metalúrgico de 28 años; · Fernando Lisardo, empleado de 20 años; · Edgardo Salcedo, estudiante de 24 años; · Aldo Ramirez, estudiante de 18 años de edad; El jefe del Operativo Cóndor fue Dardo Cabo, por entonces de 25 años, una de las figuras más renombradas de la resistencia peronista, fusilado en 1977. También fueron desaparecidos durante la última dictadura, igual que Pedro Cursi y Edgardo Jesús Salcedo. Juan Carlos Rodríguez fue asesinado por la Triple A. Aldo Omar Ramírez y Ramón Adolfo Sánchez fallecieron por causas naturales, una vez recuperada la democracia. Alejandro Giovenco militó en los 70´en los grupos de derecha del peronismo. Murió en la calle Corrientes al estallar una bomaba que portaba…. Once son los sobrevivientes: la compañera de Cabo, María Cristina Verrier, que hoy tiene 70 años; Fernando José Aguirre (63), Edelmiro Ramón Navarro (70), Andrés Ramón Castillo (66), Juan Carlos Bovo (64), Víctor Chazarreta (75), Luis Francisco Caprara (63), Ricardo Alfredo Ahe (63) años, Fernando Lizardo (63), Norberto Eduardo Karasiewicz (64) y Pedro Bernardini (72). Fuente : http://www.alfinal.com/politica/condor.php


53 Apendce 4 COMISION NACIONAL EL ANTARTICO 1948


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Apendice 5 Reclamos británicos por sobre los derechos de Argentina y Chile


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BIBLIOGRAFÍA CAFIERO, Antonio “La polìtica exterior peronista.1946-1955”. Buenos Aires, Corregidor, 1996 CAFIERO, Antonio “Cinco años después” Buenos Aires, 1961 Los materiales de las Notas 4ta, 5ta y 6ta, han sido tomadas por su autor de CHAVEZ, Fermin, CANTONI, Juan Carlos, MANSON, Enrique y SULE, Jorge Oscar “Historia Argentina. (Homenaje a José Maria Rosa)” Tomos 14 a 17. Buenos Aires, Oriente,1993. ESCUDE, Carlos “Gran Bretaña, Estados Unidos. 1942-1949” Buenos Aires, E. de Belgrano, 1983. FERNS, H.S. “Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX” Buenos Aires, Solar, 1966. LANUS, Juan Archibaldo “De Chapultepec al Beagle.Polìtica exterior Argentina. 19451980”, Buenos Aires, Emece, 1984.


58 HARTLICH, Ariel “La comunidad imaginada por la Comunidad Organizada. La representación cartográfica durante el primer peronismo.1943-1955”uenos Aires, Biblos 2019 RAPOPORT, Mario y SPIGUEL, Claudio. “Estados Unidos y el Peronismo. La política norteamericana en la Argentina:1949-1955” Buenos Aires, G.E.L.,1994 RAPOPORT, Mario, “Gran Bretaña, Estados Unidos y las clases dirigentes argentinas: 1940-1945”Buenos Aires, E. de Belgrano, 1981. ROSA, José María “Rivadavia y el imperialismo financiero” Buenos Aires, Peña Lillo, 1964. ROSA, José Maria “Historia Argentina SCALABRINI ORTIZ, Raúl “Polìtica Británica en el Rio de la Plata” Buenos Aires, F.Blanco, 1958 SAN MARTINO DE DROMI, Maria Luisa “ Historia Politica Argentina (1955-1988) Buenos Aires, Astrea, 1988


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