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Entrevista A Manuel Pachón

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Tejiendo Cultura

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Manuel Pachón es un poeta Colombiano. Viste de blanco, se le ve siempre pensativo, es de baja estatura y de gigantes letras. Entrega su alma en cada pincelada que dibuja al destino en sus signos. Docente de nacimiento, poeta por dolor y esperanza. Devoto de la amistad, deja huellas en su devenir por la vida, por la poesía, por la existencia esquiva de la felicidad. Es un poeta, un maestro, un artista plástico y mucho más.

Guillermo Luis Nieto Molina: ¿Su poesía cómo la define? ¿Es filosófica?, ¿Nadaista? ¿De vanguardia? ¿Romántica?

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No sé definir mi propia poesía. Tal vez tenga algo de filosófica porque, en mi caso, la poesía es una forma de pensar y expresar el mundo, no es desahogo o exhibición de sentimientos; por eso mismo no creo que sea romántica, aunque el tema del amor aparece en mi obra con cierta frecuencia. ¿Vanguardista? No creo. ¿Nadaista? De ninguna manera.

GLNM: En su experiencia poética, ¿cuál es el fundamento exclusivo para crear?

No puedo limitarme a algo exclusivo. Porque hay muchas cosas fundamentales para mí a la hora de crear poesía o pintar. Desde la ética, es fundamental para mí expresarme con total honestidad, ser auténtico, huir del efectismo o exhibición vana o vacía. Desde la estética, asumo la búsqueda de una mirada original, me propongo poner en juego la creatividad para vislumbrar, en lo posible, algún misterio y dar pistas o evidencias de él en el poema. Desde lo social, procuro que el poema sea legible; no sé si lo logro, pero siempre huyo de lo hermético y opto por la claridad en beneficio de la comunicación. También me seduce la idea de que mis textos tengan un valor de uso, que el poema sea útil a alguien para algo… y si es para muchos, pues mejor. Aunque esto último depende de los lectores y sus necesidades.

Es experto en lingüística, ¿La poesía es elemento para lograr sanar, cambiar y, por qué no, innovar en nuestras neuronas?

Como dije antes, entiendo la poesía como una forma de pensar. Y por ello también como una forma de expresarse y de vivir. Desde el saber lingüístico entiendo que pensamiento y lenguaje van siempre interrelacionados; entonces, sí creo que el hábito de leer poesía, el vivir con ella, en ella, tiene un efecto en el pensamiento y en el modo de relacionarse la persona con los seres y las cosas. Así, y volviendo al tema del valor de uso que pueda tener el poema, creo que la poesía puede acompañar, cuestionar, consolar y, entre otras cosas, sanar.

¿Ejerce su poesía revelación y revolución?

Está en mi aspiración estética la revelación de algo en la poesía como en la pintura. No la revelación de algo mío, no la confidencia. Más bien aspiro a que el lector se encuentre en el poema por la revelación de lo humano que haya allí, que vislumbre algo nuevo de sí mismo o de su manera de relacionarse con el entorno, que viva una experiencia estética sorprendente, gratificante o descolocadora…de modo que el texto no lo deje indiferente, sino que ponga en movimiento lo poético que hay en él. En ese mismo sentido entiendo el ejercicio de lo revolucionario en mi poesía (si es que lo hay), porque revolución es movimiento, es cambio, es rechazo de lo caduco, de lo nefasto en pos de lo creativo, de lo nuevo, de lo vital. La revolución social no es responsabilidad del poeta sino de la sociedad y ocurre cuando ella se mueve de lo dañino y de lo injusto hacia la utopía de una comunidad donde sea

posible una mejor vida para todos. Pero, como ya lo dije, eso es asunto de la sociedad, de la política y no de la poética. Aunque no me asustaría una poética politizada ni una política poetizada, si esto último fuera posible.

¿Qué es el amor para el poeta Manuel Pachón?

El amor es una de las fuerzas más poderosas que mueve a los hombres y a las mujeres. Es tan fuerte que nos puede mover a lo más sublime y a lo más ridículo. Pero como tema profundamente humano y muy complejo, ha sido el favorito de muchos y muy grandes y muy pequeños poetas, desde la antigüedad bíblica, como Salomón, o desde la antigüedad clásica como Safo y Propercio... en un largo listado que pasando por Dante y Shakespeare… llega hasta nuestros días. Pero el amor es un tema muy peligroso para los poetas, pues resulta fácil juntar unas palabras con las que se exprese la admiración por el ser amado, o el deseo o la realización de lo erótico; pero en realidad es muy difícil hacer un buen poema de amor, una obra de arte que sea del interés de una comunidad lectora sin importar el tiempo y no un simple mensaje que sólo interese a un único destinatario en un instante determinado. En ese sentido, creo que una cosa ridícula a la que nos puede llevar el amor, no es tanto a escribir malos versos, sino a publicarlos creyendo que son buenos.

Su mejor poema, un consejo para los jóvenes del mundo.

No sé cuál pueda ser mi mejor poema. Como dicen las madres “ yo los quiero a todos por igual”. Tengo unos favoritos: los poemas “Fénix” y “Epitafio” en mi libro “Rastro de alas”; los poemas “Certeza” y “Quien dijo” incluidos en “Manual de seducción”; pero también “Aviso al asesino” en el libro “Vitrales”… No sé. ¿Un consejo a los jóvenes? ¡Un consejo a los jóvenes! …Que prolonguen su juventud hasta el último día de sus vidas. Que lean mucho para adueñarse del mundo que escrito está, que lean mucha poesía hasta encontrar en sí mismos su esencia humana, que aprendan a no agredir… que, sin importar el oficio o profesión a que se dediquen, le den importancia al arte en sus vidas (danza, pintura, música, escultura…) y que, si son capaces, hagan de su vida una obra de arte… que vivan su vida de tal manera que si tuvieran que vivirla otra vez, bien valiera la pena repetirla igual (nietzscheanamente hablando). Me excedí en el consejo, pero es que soy maestro.

Cae la tarde en San Jacinto, el poeta termina su malteada de café, lo espera el vehículo que lo llevará al aeropuerto de Cartagena, allí tomará un avión de regreso a Bogotá, con algo de nostalgia se despide de la Fiesta del pensamiento, pero nos deja sus poemas:

Noción de miedo Futuro

El Hallazgo del eslabón perdido mostrará que el hombre tuvo alas.

Fábula

Dice la luciérnaga a la abeja: -Mi miel es la luz.

Confesión

Primero fueron botoncitos brotando en mi espalda como capullos, como senos de niña. Pero crecieron, alargándose más allá de lo imaginado. Luego se cubrieron de plumas. Desnudo en el baño del inquilinato he podido acariciar su esplendor, y soñar que si un día las agitara en la calle otros me imitarían reconstruyendo el arte de volar. No son muy grandes, más resulta imposible disimularlas. Por mantenerlas ocultas adquirí el apodo de Jorobado de los barrios de abajo… Pero mejor soportar las burlas y el apodo, y no las tijeras de los guardias.

Cuando veo sus aviones grises portando lanzallamas, escondo los muñones tiznados de mis alas.

Quien dijo

Quien dijo que no debíamos preocuparnos por pequeñeces, no sabía que en una caja de cerillas caben sesenta incendios.

Escrito por:

» Guillermo Nieto Molina

Crescencio Salcedo plagió la melodía de "El cafetal"

Los documentos gráficos son de la colaboración de Edgar Caballero Elías investigador musical

El tema original grabado en Discos Fuentes por Guillermo Buitrago y sus muchachos en el año 1947 es de la autoría de Andrés Paz Barros a quien se le reconocieron sus derechos de autor después de tantos años y por investigación que encabezó el también compositor Jorge Villamil Cordovez, músicos, investigadores y coleccionistas.

No es el caso de haber nacido como él en este terruño de salitre costanero y reserva histórica de nuestra nación colombiana, sino el abusivo el más mínimo recato y sin respetar el esfuerzo, estudio y aporte de otro ciudadano, utilizó como propio un producto que debió producir alergia en su humanidad puesto que no era de su propiedad intelectual lo que estaba presentando al público desinformado e inocente, como si su mente hubiera forjado una melodía que bien sabían en la casa disquera en la que al igual como grabaron el tema original, le prensaron la canción plagiada engañar a muchos, recibir unos emolumentos o regalías que no les eran propias y una popularidad que nunca fue suya porque se vistió con un traje elegante y ajeno como muchos años después y gracias a las indagaciones de coleccionistas, periodistas, músicos, e investigadores le dieron en justicia, la razón única y valedera a quien había reclamado la autoría de su canción el Maestro Andrés Paz Barros, también compositor de la famosa CUMBIA CIENAGUERA, permítanme que la coloque en mayúsculas, porque ese es el himno de nuestra tierra natal y símbolo musical

comportamiento de algunos “personajes” que sin a Crescencio Salcedo, “El cafetal” con la que logró de Colombia ante el mundo entero. Y bien sabían Crescencio Salcedo y el propio productor musical cartagenero Antonio Fuentes propietario de la casa disquera que ese tema melódico con el título "Se marchitaron las flores" de la autoría de Andrés Paz Barros se había grabado en Discos Fuentes por Guillermo Buitrago y sus muchachos en el año de 1947, y luego hacia el año de 1950 por el Trío Fonseca del cual hacían parte tres cienagueros: Gustavo Rada Ojito (Tasajera, hecho músico en Ciénaga y con los cienagueros), Ángel Fontanilla, y Efraín González, en un sello distinto y con el título de "Las Margaritas", sin negar al Maestro Andrés Paz su propiedad intelectual merecida y ganada por su prestigio como músico al que ya le habían interpretado sus temas orquestas tan famosas como las de Rafael de Paz, pianista y músico mexicano de reconocidos pergaminos, Eugenio Nobile músico ítalo-argentino de gran éxito en su país y Latinoamérica, agregado su famoso "El Cazador" que grabó la Orquesta Atlántico Jazz Band y "Currimbi" del magnífico sonido de la época con la Orquesta Fuentes de la referenciada empresa radial y discográfica que también fue plagiado años más tarde en un descaro inverosímil, porque si la casa disquera posee sus archivos sonoros y sus catálogos por artista exclusivo, ninguna canción pudiera ser llevada al acetato nuevamente, si no se respetan los derechos de su autor original. O existió algún interés soterrado para refundir o esconder la verdadera identidad del autor de las canciones ya grabadas en esa misma casa prensadora de discos, a pesar de su éxito? Y fue muchos años después, cincuenta para ser más exactos, cuando con el interés demostrado por el doctor Jorge Villamil Cordovez fundador y presidente emérito de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia Sayco, con la colaboración de coleccionistas, compositores, investigadores, periodistas y músicos, se logró hacer justicia con el Maestro Andrés Paz Barros (había fallecido), y establecer que Crescencio Salcedo a quien muchos creyeron sus falsas historias, lo único que le hizo a la versión de "Se marchitaron las flores" grabada en Discos Fuentes por el Jilguero de la Sierra Guillermo Buitrago y sus muchachos, fue apropiarse de la melodía de esa pieza popular y sobre ella montar su letra de "El cafetal" para birlar un trabajo reconocido que

jamás pensó Crescencio Salcedo se descubriría y del cual recibió aplausos y dinero inmerecidos por aparecer firmando una obra musical que nunca creó y evitó que su verdadero dueño, Andrés Paz Barros, recibiera lo que merece un artista en cualquiera de las expresiones o actividades del conocimiento y de la sensibilidad de las almas creativas como aporte a la alegría de los pueblos, en este caso con su creación melódica que ha recorrido el mundo entero y que ha disfrutado tanta gente.

En un cuadro comparativo de la obra original de "Se marchitaron las flores" del Maestro Andrés Paz Barros (1947) y "El cafetal", de Crescencio Salcedo (1960 aproximadamente) compartimos con nuestros lectores los textos o letras que acompañaron la melodía del compositor cienaguero Paz Barros para su mayor ilustración.

Se marchitaron las flores (Versión original)

Se marchitaron todas las flores y mi cariño también se marchitó. Oye morena acuérdate de mí que yo también me acordaré de tí. Ay ya se han muerto todas mis ovejas y hasta mi burro bayo también se me cardó. Oye morena vámonos de aquí para la finca del compa’e Ramón. Oye morena acuérdate de mí que yo también me acordaré de tí. Oye Juliana acuérdate de mí que yo también me acordaré de tí.

El cafetal (Plagio de Crescencio Salcedo)

Aunque la gente vive criticando me paso la vida sin pensar en ná pero no sabiendo que yo soy el hombre que tiene un hermoso y lindo cafetal. *Aunque la gente vive criticando que no tengo plata que no tengo ná pero no sabiendo que yo soy el hombre que tiene su vida bien asegurá. *Yo tengo mi cafetal y tú ya no tienes ná. (Bis)

*Ese segundo verso con su coro se le asigna al cantante mexicano Tony Camargo que fue uno de los mejores intérpretes de esa versión plagiada de Crescencio Salcedo de la obra del autor Andrés Paz Barros.

Estas reflexiones y defensa de los derechos del artista se hacen necesarias para evitar que aún en los días que corren se presente el usufructo de obras que le niegan a su verdadero creador la paternidad y beneficios por regalías (por algo se esfuerza el artista), ya sea en música, poesía, pintura o literatura, cuyo respeto sagrado debe imperar en estas actividades de la intelectualidad.

Escrito por:

» Delfín Sierra Tejada

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