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Implementación del programa de conservación de la audición en una empresa
02 20 Gaceta Facultad de Medicina
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Por Jesús Alfredo Sosa Para muchos trabajadores el desarrollarse en un espacio laboral no sólo tiene que ver con las relaciones humanas, sino también interviene la interacción física que cada trabajador tiene con el ambiente laboral, tales como la exposición a ciertas materias primas, equipos y maquinaria, así como a diversos factores de riesgo, como es el ruido. Por ello, es importante considerar que hay ocasiones en que estas interacciones pueden tener efectos negativos para la salud.
En la sesión 205 del Seminario Permanente de Salud en el Trabajo, el doctor Rodolfo Nava Hernández, coordinador de esta actividad académica, se refirió a la importancia de evaluar los factores de riesgo e implementar acciones en las empresas para garantizar a sus trabajadores un ambiente digno y saludable que implique el menor daño posible.
Durante la conferencia “Implementación del programa de conservación de la audición en una empresa”, el ingeniero químico e higienista industrial Rodolfo Arias Díaz explicó las definiciones, magnitudes y unidades utilizadas para la evaluación del ruido dentro de una empresa. Comentó que con ellas se puede determinar el nivel de exposición a la que los trabajadores están sometidos durante su jornada laboral.
Por su parte, el ingeniero e higienista industrial Genaro Escobar Márquez mencionó que es importante analizar el comportamiento de la exposición al ruido que tiene cada trabajador. Explicó que la primera fase es reconocer cuáles puestos tienen los más altos valores de exposición al ruido.
Sin embargo, agregó que “la pérdida de la audición no sólo se genera al laborar con exposición al ruido; también puede ser congénita, infecciosa, artística, deportiva, por la edad e incluso por exposición a ciertos factores de riesgo químico", razones por las que se requiere de una evaluación más amplia que incluya la historia clínica y laboral de los trabajadores.
Mencionó que un sistema de evaluación personal a ruido registra el porcentaje de pérdida de la audición por cada individuo. Estos datos no tienen que rebasar el 10 por ciento, y pueden determinar la incapacidad que corresponde a cada trabajador; además, ayudan a evaluar las condiciones de trabajo que la empresa ofrece: “Si se implementa un Programa de Conservación de la Audición, se pueden obtener cifras precisas que permitan tomar decisiones en cuanto a las medidas de prevención para cada departamento de la empresa".
Del mismo modo, el ingeniero Arias Díaz reconoció que existen casos en los que un puesto de trabajo implica una exposición a otros factores de riesgo, como son los químicos, ergonómicos y psicosociales. Asimismo, comentó sobre la delimitación de zonas seguras, donde los trabajadores pueden transitar sin problema, así como medidas de demarcación de zonas de riesgo. “Algunas empresas han realizado medidas con mucho éxito, sin embargo, considero que aún faltan algunas de aplicación directa en las fuentes de generación del ruido, para evitar la disminución o pérdida de la audición", consideró.
Finalmente, comentó que estas acciones funcionan más cuando los trabajadores se apropian de ellas y participan en el uso de instrumentos, medidas y equipos de protección: “Las hipoacusias laborales han estado a la alza, por lo que deberían de considerarse como una de las principales enfermedades de trabajo", concluyó.
29 de noviembre de 2021 21
Por Diego C. Alverdi “La frontera entre México y Estado Unidos es una región compleja y dinámica, yo la considero como casi un tercer país dentro de las dos naciones”, comentó la doctora Eva Moya, profesora en la Universidad de El Paso, Texas, y especialista en disparidades de salud y vivienda.
Esta es la región del mundo con mayor movilidad humana, tiene un promedio de un millón de cruces legales diarios y enfrenta graves problemas como la trata de blancas, el tráfico de armas y drogas, cruces irregulares, racismo y xenofobia, explicó la experta en el marco del Seminario sobre Migración, Frontera y Salud con el tema "Situación de calle y albergue en mujeres hispanas y no hispanas", transmitido por Facebook Live.
La zona fronteriza del Paso Texas se integra de una población de 14 millones de habitantes, en donde se tienen menores servicios de salud, agua y transporte, así como altos índices de obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares y ocho de cada 10 causas de muerte son las mismas en ambos países. Sin embargo, hay quienes cruzan la frontera hacia México en busca de servicios de salud económicos.
Asimismo, existen diversos retos como la globalización, la xenofobia, los riesgos ambientales, el cambio climático, la urbanización, los costos, las barreras de idiomas, la infraestructura limitada para atender las necesidades de salud mental, la situación migratoria y la poca coordinación de ambos países para realizar un monitoreo adecuado de los procesos de enfermedades crónicas. También se encontró que de las personas en situación irregular, el 91 por ciento están desempleadas, mientras que el 39.7 por ciento tienen alguna condición de enfermedad mental, el 29.4 por ciento vive en situación de calle, casi el 30 por ciento ha experimentado una situación de violencia de género, el 15 por ciento pasó tiempo en la cárcel, el 12.5 por ciento reportó problemas de adicción y el 10.7 por ciento son veteranos de guerra.
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La doctora Moya mencionó que la situación de albergue o de calle realmente se deriva de una realidad de interseccionalidad, en donde tiene que ver el género, el estatus social, la niñez, la historia de vida y la etnia, y apuntó que “si algo necesita nuestra frontera es un liderazgo que transforme, que comparta, que valide, que ayude a crear puentes y donde realmente se transformen políticas en acciones”.
Para cerrar, la especialista resaltó la importancia de generar políticas de acceso a la salud mental, así como la activación de la Comisión de Salud Fronteriza estadounidense. “Los vínculos binacionales son muy importantes ahora más que nunca. Soy de la idea de que las fronteras nos tienen que unir. No podemos permitir que ni los muros ni las políticas separen la voluntad sobre todo en la salud, que es un puente y que es importante protegerla”, concluyó.
En un caso de estudio de mujeres desamparadas titulado Intersectionality of Ethnicity, Gender, And Homelessness in El Paso, Texas, en donde participó la doctora Eva Moya y la doctora Silvia Chávez-Baray, se reveló que en el año 2019 se documentaron 809 personas en situación de albergue y la existencia de mil 693 casos de personas sin vivienda, el doble de la cifra del censo oficial. Estas personas viven entre 15 y 20 años menos, 60 por ciento tiene alguna discapacidad y 23.1 por ciento son niños.