Canto, viento, palo y cuero: sonoridades del Caribe colombiano Por Miguel Ángel Hoyos Marín e Ian Middleton
La gaita colombiana La gaita es un instrumento musical de origen prehispánico utilizado por muchos grupos indígenas del norte de Colombia, y todavía en los de la Sierra Nevada de Santa Marta. Es un aerófono fabricada de manera artesanal. El tubo es de un cactus llamado cardón y la cabeza se hace de cera de abejas con carbón vegetal molido. Los conjuntos de gaitas de Montes de María tradicionalmente tocaban en parrandas y velorios; celebraciones rurales de varias noches en honor a un santo o reliquia religiosa. Existen dos tipos de gaitas que se tocan simultáneamente y se complementan: la gaita hembra y la gaita macho. La hembra posee 5 orificios con la función de realizar la melodía principal; por otro lado, el macho con tan sólo dos orificios, se encarga del acompañamiento armónico y rítmico con ayuda de una maraca. El término “gaita” puede referirse a un ritmo de baile colombiano interpretado por orquestas populares, varios instrumentos de viento indoeuropeos y un aire musical venezolano. Gaiteros de Ovejas, 2008 (fotos de Ian Middleton) En 1985 surge en Ovejas (Sucre), el primer festival de gaita larga con el fin de rescatar del anonimato a la música folclórica, y reunir a los grupos artísticos de la región. Posteriormente, en Guacamayal (Magdalena), San Jacinto (Bolívar) y en los barrios Blas de Lezo y el Socorro, en Cartagena (Bolívar), continua la tradición con festivales celebrados cada año. La tambora La palabra tambora posee distintos significados para los habitantes de la depresión momposina: puede referirse a una fiesta religiosa en torno a la navidad; también, a la música y la danza para dicha celebración. Además, al grupo encargado de la interpretación, basada en el canto responsorial; y por último, al tambor de gran popularidad en diversos tipos de música colombiana. El instrumento se puede tocar en sus dos parches y la parte de madera para generar patrones rítmicos que anclan los aires de tambora como tambora tambora, berroche, guacherna, tambora redoblá’ y chandé. Hoy en día, la tambora hace parte del legado cultural de los momposinos, aunque fue víctima de los profundos cambios a nivel social, tecnológico y producción musical ajena a sus raíces. A finales de los años setenta e inicios de los ochenta se crean los dos festivales más importantes gracias a la iniciativa de Álvaro Mier (San Martín de Loba, Bolívar) y Diógenes Armando Pino (Tamalameque, Cesar), buscando preservar la tradición. Ambos festivales se organizan con un cierto número de concursos que le dan un carácter competitivo. La cantadora de tambora más reconocida al nivel nacional e internacional es Martina Camargo, oriunda de San Martín. Festival de tambora, San Martín de Loba, 2008
Bullerengue El bullerengue se caracteriza por la estrecha relación entre el baile y los golpes del tambor. Tradicionalmente sus aires se interpretan con un llamador (tambor pequeño), que marca el contratiempo, y el tambor alegre que varia entre bases rítmicas e improvisación en conversación con los bailarines. Estos últimos, son una pareja suelta que pueden ser reemplazados en cualquier momento por los miembros del coro en un movimiento llamado “el quite.” Dentro de la escena de músicas tradicionales y “world music” se ha vuelto popular principalmente a través de cantadoras cómo Petrona Martínez, Totó la Momposina y Etelvina Maldonado. Se encuentra más que todo en pueblos afrodescendientes en las orillas del mar Caribe entre Cartagena y Turbo, además del famoso palenque San Basilio.
Etelvina Maldonado y Petrona Martínez, Cartagena, 2009
Bandas de viento Las bandas de viento se encuentran en todas las Américas, con variaciones en su formato instrumental. Sin embargo, las del Caribe han ganado fama gracias a los aires que interpretan (principalmente porro, fandango y mapalé) y su relación estrecha con la música bailable de grandes orquestas como la de Lucho Bermúdez. En La Costa, el formato generalmente incluye clarinetes, trompetas, trombones y bombardinos (también conocidos como eufonios) además de la percusión, en forma de bombo, redoblante y platillos. Tradicionalmente tocan para ceremonias religiosas además de corridos de toros y fiestas de los más pudientes. Su conexión con el festival de bandas en San Pelayo, Córdoba, es la raíz de su nombre alternativo de “bandas pelayeras.” Directores como Lucho Bermúdez y Pacho Galán transcribían melodías y características rítmicas de estas bandas, en combinación con otras músicas de La Costa, al formato “big band,” generando estilos como cumbia orquestada, que llegarían a ser considerados “la música nacional” de Colombia desde las décadas de 1940 y ’50.
Banda municipal de San Martín de Loba, 2015
El ensamble de músicas tradicionales del Caribe colombiano fue conformado en enero de 2019 por el profesor de etnomusicología Ian Middleton. En su corta trayectoria ha realizado varios eventos como “construir puentes musicales” con el maestro de bombardino empírico José Julián Castillas de Ciénaga de Oro, Córdoba, parte de la inauguración de la exposición “Celebración popular de la semana santa en Ciénaga de Oro, Córdoba.” A través de este curso se busca entender, a través de la ejecución, varias prácticas musicales de la costa Caribe de Colombia, generando mayor empatía con los miembros de las comunidades que mantienen esas tradiciones.