ZOONOSIS Imรกgenes en Tratamiento
ZOONOSIS Imágenes en Tratamiento Realizadores: Claudia Seisdedos. Paula Bustos. Andrés Villanueva. Departamento de Impresiones: Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación. Prólogo: María Elena Retamal. Textos: Claudia Seisdedos, Andrés Villanueva, Paula Bustos, Rodrigo Bustamante. Epílogo: Carlos Osorio. Xilografías: Andrés Villanueva, Claudia Seisdedos, Paula Bustos, Cristóbal Vallejos, Ronald Pérez. Taller de Grabado: U.M.C.E. Ñuñoa. Diagramación: Luis Huinca B. // Fono: 2412573 D.A.E. Diseño portada: Claudia Seisdedos, Andrés Villanueva, Paula Bustos. Encuadernación: Nelson Venegas. // Fono: 7233281 D.A.E. Santiago, Julio 2009.
ZOONOSIS Imรกgenes en Tratamiento
UNIVERSIDAD METROPOLITANA D CIENCIAS D LA EDUCACIร N
2009 DIRECCION DE ASUNTOS ESTUDIANTILES
PRÓLOGO
Desde marzo del presente año comenzó en el Distrito Federal de México una extraña gripe que prontamente fue asociada al tipo gripe porcina, su novedad fue que este virus, el cual contiene material genético de cepa porcina y aviar, pasó de cerdos a humanos de manera muy contagiosa. Sin embargo, cabe señalar que no es la primera vez que un virus de origen animal es detectado en humanos; recordemos que el Sida, surgido a principios de los años ochenta en la comunidad gay, tuvo su origen en el VIH de chimpancés africanos. Esta amenaza que podríamos ficcionar desde la metáfora discursiva del Traspaso, Mutación o Metamorfosis fue conocida mucho antes, a través por ejemplo de la rica iconografía Precolombina en toda Mesoámerica, pues fue entendida como el medio para vincular el Mundo de los animales y los humanos en torno al Ritual y el Poder, y que en la actualidad conocemos como Zoonosis, la cual se define como una que se transmite de animales a personas. La palabra se deriva del zoon (animal) y nosos (enfermedad); y se refiere a enfermedades que pasan de animales a humanos, estableciendo una mutación cuyos agentes infectan y modifican la estructura del afectado. El Grabado presente en este compilatorio a través del trabajo de los artistas Claudia Seisdedos, Paula Bustos y Andrés Villanueva supone el mismo argumento Pandémico en términos conceptuales y teóricos.
Por una parte, el Grabado es una disciplina que se reproduce una y otra vez (hasta que el artista/viral lo decida o su matriz está en condiciones de seguir reproduciéndose), y por otro lado la temática que consideran estos jóvenes artistas, pues exponen una nutriente mutacional que aborda una sutil variación en el contagio/discursivo del texto: esta vez la influenza de los humanos en el transcurrir natural de floras y faunas, que consiguen mediatizando la crítica y la ironía a la sociedad que los habita. En ello, algo que pareciera corrosivo en la propia matriz del grabado y que deviene de su propio hacer, pues considerados por muchos indeseables, son en ocasiones apartados y marginados de la escena local; sin embargo son capaces de resistir y aún mejor provocar otras epidemias creativas como la aparición de este Libro.
M. Elena Retamal Ruiz. En el otoño del 2009
El Mota
Me miraba a los ojos y me decía que el era un caballero. Yo le creía, en su embriaguez yo sabía que el hablaba con razón. Era buena gente, recuerdo que la última vez que lo ví fue cuando le vendí una cañita de doscientos. Nunca pensé que el hombre que debería haber estado en el libro de los records guiness iba a terminar reventado en la esquina de Nicasio Retamales con Thompson.
No s贸lo Judas traicion贸 al cuerpo del hombre. A veces me veo en conflicto porque mi cuerpo me autobesa en la mejilla. Mi cuerpo, a su antojo, me traiciona.
De Güelo va el Longi
De terno y corbata lucía aquel hombre con aquella maleta, en su interior sueños de inopia vestidura. Sus ojos delataban la felonía de su acto. Su sonrisa como la de un niño con problema de conducta y en sus dientes residuos fecales de banquetes, justicia y putas(os). Figones para los que no lloran y gazuza en los que gritan... Salud!
No Tengas Miedo de Mirarlos
De mirarlos cuando caminas, pisas mierda, te la comes, la ves, los ves como animales desesperados, como indigentes, indignos e incultos. La plutocracia se siente invadida, observada mientras come huevos, leche, jugo de fruta, tostadas y café al desayuno en la cama. No tengas miedo si cuando lo miras, miras a tu madre, tu hermana, tu sobrina y a muchas otras, las mismas putas, los mismos rituales, una historia que trasciende a tu violencia animal, a tu sexo cabrón, a tu hijo asesino, al mismo que enseñaste, a tu riqueza y tu pobreza. No tengas miedo de mirarla cuando lucha por su tierra, cuando lucha por tu tierra, esa misma que sin vacilar la convertiste en un mierdal de cuerpos perseguidos por fuerzas especiales. Hombres contra hombres, mujeres contra mujeres. No tengas miedo de la continuación de la conquista española, somos la gente de esta tierra; que de la tierra surgen frutos, el oxígeno y tu desgracia como capitalista, No tengas miedo al índigena, al poblador, al comunero, a la opresión y a la venganza.
Brinco
Arrancando de las bestias, de halcones y zorros, arrancando del peor depredador que todos conocen. Un haz de luna me congela el lomo, como una sombra veloz huyo de mi destino sanguinario. Huyo del plato, frustrando la suavidad del t贸tem y el escabeche. Me cuelo en la guarida con la esperanza de renacimiento, para saltar nuevamente entre las zarzas y burlar el lazo traicionero. Porque yo no quiero ser un preso, ni mucho menos el motivo de un art铆fice. S贸lo quiero brincar y estar tranquilo en la floresta, sin que pasen cazadores o culebras, a ver si se van los man铆acos para hincar mi par de dientes.
Tráete el salero o 4 princesitas en 2 lugares del mapa
Este olor a alfalfa me trae el sabor del tomate con sal, sonará todo a un campo pero no interesa y el presente prematuramente incierto fue antecedido por la parcela, la piscina y el sauce. Velito y Coté, una higuera gigante de paisaje para las carreras en bici. Si es que me entiendes al mover la boca será mucho mejor que escuchar: Diferente. Dejemos a la Pindi con la Vívi No, mejor que venga la Pindi a morder los volantines cortados Acompáñame al baño que es grande y cabemos todas... Me muero en el montoncito y tú con la risa ventrílocua volviste a mojar la faldita. Pídele una monedita Iré a comprar dulces al negocio de la villa. Cómete un paquetito de arroz rosado y gasta el vuelto hasta en lo más diminuto y es que quiero llenar otra vez la barriguita no me bastó el pastel, ni el asado, ni el chirimoya o el crema mora; el invierno vendrá con sopaipas pasás al plato y seguiré en el escondite perfecto (junto al cuadro de Los Pitufos) para que cuando al salir bajemos el vidrio para gritar fuerte y alegres: Adiós don Pepito, adiós don José!
Carnívoro animal
Al sesgo, una mirada enciende la felpa negra e inunda el corredor. Comienza temblar la elasticidad y un murmullo viscoso se apelmaza entre los pliegues. Quejidos alientan, salpican gotas opalinas, blanden oriflamas glaciales y despierta el capullo. El balanceo roza los núcleos y la matriz babea falanjes de acero. El aire frío sondea más hondo el pescuezo vivo; en un recinto virgen, la célula sensitiva acusa estelas de estalactitas. En hechizo volatiliza confabulaciones y hay licencia para una boqueada. El cilindro reluce artificialmente, pero acusa eyección, un metal helado guarda la sangre y con tos de verterse, en la balsa respiratoria, ofrenda un corcel a las lides de una reina. Arde en volutas, me lleva lentamente al continente y desespero en una plática etérea e interesante. Mientras, ella somete armada tras una máscara desquiciante, sin perturbaciones ni ánimos adversos, sólo dotada de pura y enorme majestad, me presenta en escenarios desconocidos donde veo todas las esculturas, aquellos manchones que se forman y deforman esperando el calce perfecto. De pronto, asisto a las dimensiones celestiales, por que amo y reduzco el sentido de mi carne a vivir tan sólo estos momentos en que ella sacrifica el reloj e impera sobre mis ideologías y enfermedades, donde sola vela su arma predilecta y la hipnotiza como a la serpiente. Engatusada, amasa y rectifica el pulso, lo acompasa, de un lado hasta el otro, dirigiendo la orquesta cenestésica, melodías a las que aplica toda intensidad, todo movimiento certero y duro.
Desagua en el saboreo magistral de su autocomplacencia, desagua los bolsones enteros y bullentes de atravilis, caracho de miel. Secretea con la válvula, concentrada en no sesear demasiado su cometido. Entonces, ya todo convulso y epiléptico, sucumbo al arte de su curaduría y me detengo a su vera como un espectro errante. Muy pronto volverá a levitar y a vaciar vesículas hinchadas de pulpas frutales. La vibración arriba a la plataforma en que reina e infante distienden y troquelan ectoplasma, y servidos de dientes, evocan todas las veces que la bestia se encarniza con la presa. Entonces arque, en un despliegue de altivez iracunda, revolviendo el monóculo que palpita con voracidad, buscando un subterfugio para inmolarse. Allí es cuando me abandono a las dentadas que se multiplican en dosis inexactas de profundidad, engulle mis garras turulatas, embebida en la posesión del cetro y babea un aceite helado, mientra araña desesperadamente para ver si el dolor me hace parir, me empuja al subterráneo matriz, donde los quejidos ultramundanos prestan mayor rigidez y sangre. Así, ensartada y con un grito ahogado, me arrastra hacia el pantano, chapoteo en la savia glutinosa que chorrea y como un pez recién arrebatado del océano me retuerzo, boqueo y muero.
En su cara (retrato hablado)
Es el orden de las ideas claras y confusas, delineada en su finura y semblante. Belleza de agüita de rÍo claro con cauces cálidos y medidas en sorbitos de dulzura y llanto de niña. Ayer, hoy y después. de mañana se levanta el gato a pedir alimento barato, más la sonrisa chispiante y soñadora, acaricia al gato negro, que engrifado juguetea maulla y a gritos se despide el por siempre servidor.
Alameda de Santiago o las delicias de la Cordillera
I Ni Vattimo, Baudrillard, Benjamín y Mc Luhan podrán cubrirte Apareciste con arenita enredada en el cuerpo Aparecí yo pensando en un puente incierto, en dudas interminables. El Tatuado me mira, me asusto me lo he encontrado en las noches (hasta zapatillazos recibo) y en la mañana con la luz y el cerro al vidrio me afirma, me recoge... ...es tu boca y tu sonrisa lo largo de tu cuerpo las distancias imaginarias en los refranes. Debería recordarlas porque así hoy x hoy, mes x mes se me atascan. Nada se compara con La Delicia.
II Hay cosas que no puedo evitar mirar una y otra vez. Una es: tu cara, mi angelito venido del infierno floral, 31 de Diciembre, se nombra por calendario. Otra; de impecable sutileza es el vaivĂŠn de tus caderas, caminas como si el viento te devolviera en el antĂłnimo a un columpio; frecuente tictac velludo. Tercero, la forma, el modo, manera o como sea de tragar, tomar, beber como si tu lengua fuese la modelo de bienvenida a todos esos lĂquidos viciosos y 4to es tu pelo, tu pelo largo que se junta, se enreda y salivoso se comporta al ritmo de nuestros besos...
En el fondo de la taza siempre se me queda lo dulce en el fondo de tus manos quiero encontrar mis secretos.
La pasta base en Santo Tomás
En la esquina entre una pobla y otra se disponía el Comehoja a satisfacer el apuro de la pasta base. Era domingo en la tarde, la caña de los pitos, las pastas y botellones de tinto de la noche anterior se hacía cada vez más latente. Por otro lado venía ella con su hija y en un rincón penumbroso del kiosco de la esquina la abordó sin discriminación -Ya pásala toa - le decía el Comehoja con un cuchillo roñoso pero con filo ella cuidó de su hija, él le arrebató el celular y dos lucas. Corrió por esos pasajes chicos y siniestros en eso pasa el Marcelo (hombre respetado) en su auto - Cómo vestía? - preguntó violento. Ella se subió y los siguieron, el Marcelo llama un niño y le dice - ya súbete, voh me vai a ayudar a buscar al Comehoja- el niño subió y partió. El auto se detiene en una esquina y el niño sale corriendo y vuelve anunciando el encuentro del Comehoja. - ahí está - dice el niño, el Marcelo se baja del auto y golpe tras golpe le dice - metiste la caeza al water, esta es mi hermana El Comehoja devuelve el celular y con otros golpes pide disculpas por su error... Al rato después, el Comehoja en la misma esquina.
Sin elección
Elijo pintar Recostarme Elijo masturbarme y soñar Elijo fumar en el frío Y resguardar mis huesos Yo no iré por nadie y tampoco vendremos juntos ¿Quieren espirotrompas? Elijo mirar las estrellas Y acabarme sin más.
Venganza
Mi ego es aniliquilado por las experiencias y se consume poco a poco en la hervidora. Ayuda, ayuda desde el fondo donde se ejecuta la venganza según la promesa tantas veces repetida. Mi dolor es un verdadero dolor de cuerpo, una inagotable fuente de espasmos y prescripciones atomizadores. Y tan insignificante, sin embargo. En ningún lugar está la expresión sensitiva de mi padecimiento pues justamente boqueo y me calcino bajo el imponente sol. ¿Hay algo que hacer? Cuando uno mismo no responde, mejor bajar la cabeza y asumir el ajusticiamiento. Pues se dijo claramente: no entra aquí infección. Demasiado viejo el adagio, pero me impone la noción de hundimiento. Nunca me salvaré, pues habiendo visto mis demonios, jamás dí contra sus pleitos. Los acepté como un mercenario. Predije hasta el final que no habría de salvarme y así era. Hay una incomprensión fraudulenta a la que me obligo. Hay un imperio que me compra por una moneda. Pero no he traicionado al mesías, por que me pide paciencia, me pide que acepte el dolor del cuerpo. Y en eso estoy, consumiéndome para abrir el misterio. El cuerpo se opone, pero tampoco es el sometimiento a la muerte. Tan sólo rehúsa vaciarse junto a la verdad y olvidar para siempre que alguna vez tuvo un nombre.
Retrato (auto y para todos)
No me interesa, es machista y arrogante, come mucho y no tiene educación, y si la tiene no la usa. Se hace el interesante y no lo es; me aburre, es pedante cabrón e hijo de puta, gay, hétero, lesbiano. No sabe leer ni pensar, es esquizo y mentiroso; aburre con su hablar y su caminar padece de personalidad. Inútil e infernal es su ambición, lo malentienden por ser hombre y por justificar sus erecciones que terminan en una mera hombría de pañales cagados.
se me cay贸 una muela pesada y ego铆sta de vida activa corta esta obrera de la demolici贸n ha sido dada de baja, he de buscar un buen reemplazo, en la obra: s铆 hay vacantes.
Un corto para esta boca que aprende a cuidar cicatrices
Hoi se me cayeron unas menstruadas lágrimas. No hay sensibilidad que me acoja porque he perdido. Y antes que... intentar sanarlas te has convertido en un nuevo trofeo de este; mi riñoncito ( ) fracturado. Las risas negras me cautivan, ya lo sabes, ya me conoces. Ironía; pesadilla con patas, Mermelada de rosa mosqueta, aceitunas rellenas de aire, arenita* en Valparaíso; Pero me siento mal, por lo que veo que haces o simplemente por lo que me haces ver. Y aunque me siguen cambiando el nombre, confundiendo con una estrella. Me aclaro y escojo: Desenredando estoi esta concentrada cicatriz. Se acabó. Lo acepto.
*Nombre sutil con que se llaman los fuegos artificiales.
A Mi Amor
Hola mi amor fue un largo sueño... el sueño me absorvió. Estaba borracho y un poco perdido de mi conciencia, tu estabas más bella que nunca que formabas parte de mi utopía inefable y un tanto amarga, amarga como la floripondio, el mate, la hoja de coca. Era de noche y en la penumbra cuerpos celestes aparecían, flores de multicolor. Las personas desaparecían y nosotros sólo tomabamos vino, las ganas de fumar sobrepasaban los límites; entonces, nos arrojamos a la calle en busca de un cancerígeno, ante tanta falta de cuorum recogimos varias colillas, estabamos borrachos, nos besamos como animales, nos desnudamos e hicimos el amor en plena calle, no hay autos ni perros que nos ladren. Avanzamos rompiendo vidrios, puertas y ventanas, todo lo inservible, éramos los únicos, nuestros ecos recorrieron los más inhóspitos lugares de esta desolada ciudad, los rincones eran nuestros, teníamos todo para ser felices, estabas tu, yo y el deseo de despertar de la realidad que no queríamos para nuestros ojos. Lo teníamos todo...espero estes bien donde te esperen para desayunar unas ricas tostadas. Mientras yo, seguiré soñando por los dos.
Váciame Saca caramelo a la bombilla y estruja, madrecita, que el bálano reviente y fulguren los espejos. Muerde callosidades, expele rumor y savia hirviente, rebuzna, ensarta la boca, famélica lame perlas, bien que blanquecinas se escabullan en la concha. Muérdete entera, ofrece tajo a lambida batiente, llena comisuras y empuja para que viscosamente desvanezca, denteada al fin en saboreos que cosquillean la borrachera del culo, estrangula mis dedos, mientras hiende a cloaca y agarro un calador para lacerarte, ahora que vas ebria en la nave camastro, vuelve la cara y pide que lastime, en tanto ordeñas la vara desnuda y levita lo que se agolpaba. Como arcada deságuame reservas refinadamente lácteas. Arquea para chupar la estrella y su sulfúrica monta una máquina de sacudidas, babea tu susurro caliente para que ascienda el chorro y enardezca visajes en China. Trepa y palanquea cimitarra, con puntazos vacíos, deslengua, amamanta a cachorros lascivos, menos torpes merced a la licencia de las mamas. Quema forro y traga, traga fibra, tensa tendón, eyaculando rabiosa pulpa del tronco, aceite clorhídrico, bebible a horcajadas, trenzando tronco, pero bebiendo nata al fustigador regordete, entrometido, un chuzo de amores sedosos, travieso, escándalo de esperma en contorneos de diablo.
El desierto retrocede inm贸vil, para mi pesar De dos en dos contamos naranjas y al caj贸n Si fuera a buscarte, ser铆as el mismo; enredado en tu cuerpo y atrapado en la trampa de mi pelo. Mi sombra se refleja en tu cara Yo me pondr铆a a buscar si es que la franqueza intoxicada del mundo no escapara por tu boca.
Padre Mío
Padre mío que estás allá afuera, Daniel es su nombre. Vuelve a nosotros tu casa Haciéndose la voluntad de mi madre aquí en la tierra. Danos siempre el pan de cada día, Perdono tus ofensas Como también tu perdonas las mías. No te dejes caer en la tentación. Usa la cabeza y líbrate del mal. Amén.
Sin Título La botella ya está vacía, pero aún conserva la suavidad y la hospitalidad que me emborracha como si estuviese llena, el olvido se desvanece como el cuerpo de mi cigarrillo; el vómito se hace cada vez más palpitante, los porotos se enredan y se marean y el deseo de salir a tomar aire fresco y porqué no otra pilsener bien helada para congelar las emociones, los sentimientos y mi escuálido bolsillo que tenebroso observa mi manito entrar y salir, con el fin de gastar la últimas chauchas superficiales. Los amigos ya no están y mi niña a unos cuantos kilómetros de distancia; mis padres desconectados de mi patético, alcohólico y a veces funesto mundo. El cigarrillo se desvanece de a poco, pero su recuerdo permanece estarcido en mi memoria, memoria que aunque anestesiada se mantiene clara, clara como el hecho de ser un ente vivo y revivo, tan claro como mi difunta botella, botella que contiene mi saliva, la misma de mis besos que deposité en sus labios,su cuello, sus senos, que como un niño acaricié aquel día en aquel lugar, en aquel momento, en que ni una puta botella ni un puto cigarrillo se enaltecía tanto como su placentero rostro. Se me acaban los puchos y el copete, pero no el deseo de tenerla aún.
La ópera de los gatos ó dame de comer frutillas
¿Quién te regaló? Se me recoge el cuerpo entero la garganta se me abre, arrugas en el corazón no quiero despedidas. Quién te regaló me pregunto yo. Cachetazos- Pollocks- risas cómplices caídas- cervezas- club líder- chichón; monstruitos disfrutando un día en el campo, la playa, el río, el cerro o en el Serrano, con san bernardito o el aguilucho y los paseos en bicis prestadas... Ay! La bip no me marca... Ay! Que no soy biciclista... El Chaitén y La Rural (se quieren for ever) quizás cuantos coloritos que no lleguen y aún así te extrañen. Enseñame el frutiloop y a Dr. Alban; el maracanazo se me enreda en la nuca y el cráneo con incendio que me gasto no volverá a relucir tanto si no son tus manos las que corten..
...Ahora, tengo que encontrarte más que dejarte ir. Y debo confesar que (como cortados por la misma tijera) me has regalado amor y me sigo preguntando quién te regaló a tí? llévame contigo, que yo te tengo bien adentro. Sácame a bailar Obsesión de Aventura que seguiremos tomando bálticas de quina, inflando la bolsa de la verdura, comiendo jabalí, arándanos, leche de coco, flor de cañas, asado y salmón, danskas, limones de pica, 8 locos y burros. seguiré teniéndote aquí, sólo tú llévame contigo. Y si quisiera escribirte en palabras, decirte muchas cosas no puedo little cervato... nada reduce la grandeza. Y aunque no te vea mi corazón sigue sintiendo. Y ahora late con parkinson.
EPÍLOGO
BESTIARIUM VOCABULAE o cómo lavarse las heridas, de paso las presas.
Breve estrategia para la recolección, catalogación y catastro de ficciones y mitos. Para la puesta en escena y consignación de imaginarios. Compendio para escarbar justo ahí, en aquel surco que tiembla imaginándose buriles y extraños punteros. Evidencia y seña (de identidad) para el ojo inquieto y curioso que recorre incesante el estado de la epidermis, esa tan hecha de historias, de huellas que permiten indagar la memoria y que, al instante del roce visual, del contacto primario, deja ver aquel tiempo que ni se seca, que de nada sirve cubrirlo y menos hacerlo olvidadizo. Tarea sencilla y honesta que nos recomiendan estos arqueólogos del presente, respecto al rastro, a la huella del paso que ya luego se viene. Volumen que atrae, que invita y seduce, porque intuye que, en este ejercicio de no trepidar en el derrame de acuosos solventes, su química receta pareciera, rescata y nos revela líneas de la vida; el sabio paso de los años y todo ese historial de acontecimientos que requieren aullar sobre estas inmaculadas hojas que, dócilmente, se dejan intervenir como cachorros obedientes. Es el genuino gesto, de modesta factura, de accidentado y azaroso ordenamiento, por parte de quienes apenas entrecruzan la barrera del húmedo y noble oficio grabador, del genuino acto editor y, de paso, sin ser menos, la excitante práctica escritora.
Referencia simbólica a propósito. Enunciado que también dice lo suyo, su escrito entrelineas de lo que se anhela. Metáfora en concomitancia con lo grabado, con la imagen que interpela. Corríjanme el acento y la beta si quieren, porque aunque las letras aquí enunciadas son las aptas para deletrear-nos una seguidilla de vivencias, es una invitación abierta, un re-correcaminos, a cierta y breve proyección de nuestras carencias; a nuestra historia indomable de animales de principios de siglo en desanimada convivencia. A la fauna antropofágica, que se empacha en el deguste del otro. A la tragadera egoísta. A la carroñera sobrevivencia. De la hambruna del ser. Al gato y el ratón. Y aquí nos vienen a contar, desde la guarida que les toca y que rasgan con pesuñas y dientes, respecto a esa recopilación del paisaje que roen y narran. De escarbar monstruos y quimeras; sus deseos y anhelos. De regar-nos incontinencias; sus sudores. De marcar-nos el terreno que más prefieren, su territorio o campo de Marte, para su pelea constante, para su pelea de perros. De ofrecernos en banquete la presa desgastada en su justo tono, en su morada pestilencia. De darnos nuestro merecido, con el inacabado y húmedo apartado de letras, recetario magistral, letra de cambio de antídotos y venenos, para cicatrizar la condición humana, para ver si surte o zurce efecto suturar, con planos, líneas y puntos (de cruz inclusive), la llaga socialmente expuesta y, así, salvaguardar nuestro animal sentido, nuestro cochambroso bestiario, con chillidos incluidos. Porque este laboratorio de aguadas no es más que aquel lavatorio en donde se friegan, enjuagan y pulen, con borriquetes, ceras, barnices y ácidos granos del deseo, la sensible y malgastada epidermis nuestra (que con agua y con jabón se borra la huella de cualquier cabrón) y que, presa de su contexto, clama por cierta atención, para suerte, inclusive, de la pata de conejo que
porta, y que la dejen secar y ventilar, cual charqui, al igual que todas las presas que aquí se dibujan y escriben. Vale la pena contagiarse entonces, con estos exploradores, cazadores y aventureros de su época, que tampoco pretenden una obra mitad prohibida y mitad venerada, que sólo sea consultada por sabios que intentan obviar los nuevos monstruos que aún habitan (y acechan) el mundo. Porque al igual que aquel bestiario de Aberdeen, guardando la distancia manuscrita, en donde las hormigas son protagonistas, aquí el sentido humano es animal y colectivo, apto y mucho más que sensato, para hincarle con el diente carroñero al volumen éste, pese al empastado duro de roer que luce.
Carlos Osorio Artista visual y Escritor Julio 2009
Agradecimientos
Este libro se ha realizado a través del Proyecto FONDAE 2007, de la Dirección de Asuntos Estudiantiles UMCE, a quienes extendemos nuestro agradecimiento. Al sombrío taller de prensas del ExPedagógico y a los escritores y grabadores invitados, que forman parte de esta mirada Zoonósica.