1 minute read

Vocación

Hoy les contaré la historia de Ricardo, un médico entregado a su vocación: ayudar a la gente. Ricardo es un hombre alto, fornido, mirada firme, afable con un saludo que provoca seguridad. Tiene 2 hijos pequeños producto de su primer matrimonio y que están a su cargo.

Como la mayoría de los médicos tiene 2 empleos los cuales disfruta mucho. Inició un nuevo matrimonio y van adaptándose a su nueva vida con los problemas cotidianos que enfrentamos todos los seres humanos. El mundo enfrentó una emergencia sanitaria, Ricardo en sus 2 empleos ha servido en la primera línea de atención durante la pandemia del Covid-19, sin descanso y sirviendo con eficiencia a sus pacientes.

Advertisement

Fue afectado por la enfermedad la primera vez, cursándola con sintomatología moderada, con la inmensa preocupación de contagiar a su familia, siguió las indicaciones y se repuso en 3 semanas, regresando a atender a sus pacientes con la misma dedicación y eficacia. Ricardo al llegar a su hogar siempre repasa mentalmente su rutina: limpiar el carro, quitarse los zapatos, sanitizarlos, quitarse la ropa antes de entrar, ponerse gel, entrar a la casa, bañarse, no acercarse a nadie hasta estar limpio, no

Por: Dra. Laura Loeza Montero Médico Familiar Ced Prof 2190556 Ced Esp 09269609

abrazarlos, no besarlos, saludarlos de lejos, mantener sana distancia. Y piensa “¡lo lograremos! ¡Saldremos adelante solo hay que continuar con la higiene constante!”

Desgraciadamente Ricardo se contagió nuevamente, su cuerpo agotado por el trabajo extenuante y la preocupación no respondió igual; inició con dificultad respiratoria, no había camas para hospitalizarlo y había desabasto de tanques de oxígeno. Su esposa preocupada solicitó ayuda de sus compañeros; Ricardo se quedó solo en su hogar desde que tuvo el primer síntoma, envió a su familia con su suegra. Su mejor amigo un médico con la misma pasión por la medicina que él acudió en su auxilio, aun exponiendo su propia salud lo cuidó, consiguió oxigeno portátil, paso largas noches y días cuidándolo y lo sacó adelante. Ricardo venció la infección, pero quedó con secuelas pulmonares. Hoy Ricardo vuelve al trabajo a segur arriesgando su vida por sus pacientes.

Termino esta historia con una frase de Hipócrates: “La fuerza natural dentro de cada uno de nosotros es el mayor sanador de todos”.

This article is from: