1 ¿Puedo operarme de varios problemas refractivos a la vez?
2 ¿Es una operación definitiva?
3 ¿Me dolerá? ¿Tiene riesgos la intervención?
4 ¿En qué consisten las pruebas preoperatorias?
5 ¿Cuál es el máximo de graduación que puedo tener para recurrir a la cirugía láser?
6 ¿Qué alternativas tengo si el oftalmólogo me dice que no soy candidato a la cirugía refractiva láser?
7 ¿Cómo es el postoperatorio?
8 ¿Cuándo podré reincorporarme a mi vida normal?
9 Estoy embarazada, ¿puedo operarme con láser?
10 ¿Es caro operarse de la vista?
1 ¿PUEDO OPERARME DE VARIOS PROBLEMAS REFRACTIVOS A LA VEZ?
Si el oftalmólogo así lo valora, sí. No existe ningún impedimento técnico para hacerlo.
Gracias a la cirugía refractiva es posible corregir los problemas refractivos a la vez en la misma intervención (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo). Los problemas refractivos aparecen porque el ojo tiene una forma o tamaño que impide una refracción perfecta.
La cirugía láser permite “tallar” la córnea de manera que esos defectos queden corregidos y la visión sea nítida a todas las distancias. Antes de la intervención se realiza un estudio exhaustivo de las características del ojo de cada paciente. Estos datos se trasladan luego al láser, por lo que los tratamientos son totalmente personalizados.
Además de estos problemas refractivos, también se puede corregir la presbicia o vista cansada con diferentes técnicas.
Normalmente, con la cirugía láser se suelen operar los dos ojos en el mismo día, por lo que después de la breve intervención el paciente puede volver a casa con una visión bastante buena.
2 ¿ES UNA OPERACIÓN DEFINITIVA?
Una vez se ha corregido el problema refractivo, la graduación que tenía el paciente no va a volver. No obstante, existen casos en los que puede haber pequeños cambios y es necesario hacer algún retoque.
Estos casos suelen corresponder a pacientes con graduaciones muy altas de miopía (a partir de 6 dioptrías). También puede ocurrir en algunos pacientes hipermétropes con graduaciones superiores a 4 dioptrías. No obstante, si hay algún cambio en la graduación, en ambos casos hablamos de cambios pequeños. Es por esto que uno de los requisitos para la cirugía es que la graduación del paciente se haya mantenido estable al menos durante el último año.
El láser corrige las dioptrías que presenta el paciente en el momento de la cirugía, pero a medida que pasan los años aparecerán algunos problemas relacionados con la edad, como son la presbicia y las cataratas.
En estos casos, nada impide que el paciente pueda volver a operarse para eliminar estos pequeños defectos si el estado de la córnea lo permite y las pruebas preoperatorias son correctas. El hecho de estar operado con cirugía láser tampoco impide a los pacientes volver a usar lentillas si lo desean.
3 ¿ME DOLERÁ? ¿TIENE RIESGOS LA INTERVENCIÓN?
La operación con cirugía láser no es dolorosa en absoluto. Se trata de una intervención ambulatoria que se practica con anestesia local en forma de gotas oftálmicas para que el paciente no sienta nada y también se puede ofrecer un sedante suave en caso de que esté nervioso. Durante la recuperación, pueden aparecer pequeñas molestias similares a las producidas por una mota de polvo o una ligera presión en el ojo.
En cuanto a los riesgos, la cirugía láser es una intervención quirúrgica y, como cualquier operación, conlleva un cierto nivel de riesgo, aunque sea mínimo. Es por esta razón, que en Clínica Baviera damos una gran importancia a la consulta preoperatoria, en la cual se analiza exhaustivamente cada caso para determinar cuál es la técnica más adecuada para cada paciente y así evitar riesgos innecesarios.
Nuestros especialistas explican todos los detalles de la intervención, así como las alternativas y riesgos a nuestros pacientes en la primera visita.
Existen casos de personas que no son aptas para la cirugía láser. En estos casos, los oftalmólogos recomendarán otros tratamientos alternativos o continuar usando gafas y lentillas de ser esta la mejor opción.
4 ¿EN QUÉ CONSISTEN LAS PRUEBAS PREOPERATORIAS?
En la primera consulta se harán una serie de pruebas para determinar si el paciente es candidato a la cirugía láser y qué técnica es la mejor para su caso. Estas pruebas son muy sencillas, rápidas e indoloras y sirven para conocer la graduación, la agudeza visual, la tensión intraocular y el estado general de la córnea. Consisten en lo siguiente:
Exploración ocular: consiste en la observación de la parte anterior del ojo para conocer el estado de los anexos oculares, la córnea, el iris y el cristalino. Se hace mediante una biomicroscopía en lámpara de hendidura y pruebas adicionales.
Tonometría: es una prueba que nos permite medir la presión intraocular del ojo mediante un aparato llamado tonómetro y sirve para descartar enfermedades oculares como el glaucoma.
Graduación de la vista y medición de la agudeza visual: sirve para conocer exactamente cuál es la desviación del paciente con respecto a los estándares correctos de visión. Para obtener unos resultados lo más precisos posibles, la graduación se hace mediante dos procesos, una medición automática mediante un aparato llamado autorrefractor y una medición manual con un optotipo.
Topografía corneal: se trata de una prueba diagnóstica computerizada que crea un mapa de la estructura corneal.
Esta prueba nos permite estudiar con gran detalle la córnea, verificando que está sana y admite la operación.
Fondo de ojo: una vez dilatadas las pupilas, esta prueba se hace con un aparato llamado oftalmoscopio y nos permite estudiar minuciosamente el interior del ojo y comprobar el estado de la retina.
Si el oftalmólogo lo estima necesario, puede realizar pruebas complementarias.
5 ¿CUÁL ES EL MÁXIMO DE GRADUACIÓN QUE PUEDO TENER PARA RECURRIR A LA CIRUGÍA LÁSER?
Actualmente los límites se sitúan aproximadamente en 10-12 dioptrías para los miopes, 5 para los hipermétropes y sin límite para los astígmatas. Sin embargo, estos límites pueden variar según las particularidades de cada paciente.
Si por su graduación el paciente no es candidato a la cirugía láser, el oftalmólogo le podrá recomendar otras opciones, como la implantación de una lente intraocular.
6 ¿QUÉ ALTERNATIVAS TENGO SI EL OFTALMÓLOGO ME DICE QUE NO SOY CANDIDATO A LA CIRUGÍA REFRACTIVA LÁSER?
Si, tras haber estudiado detenidamente un caso, el oftalmólogo decidiera que un paciente no puede recurrir a la cirugía refractiva láser debido a su elevada graduación o a las características de su ojo, la alternativa podría ser la implantación de una lente intraocular fáquica (habitualmente de tipo ICL®).
Esta técnica permite a muchas personas que no son aptas para cirugía láser disfrutar de la vida sin gafas gracias a la implantación de una diminuta lente intraocular en la cámara posterior del ojo. La lente se inyecta a través de una microincisión. Una vez introducida, se despliega y se fija en su lugar, realizando la misma función que una lente de contacto pero sin necesidad de mantenimiento y sin que el paciente la note. Además, se trata de una intervención totalmente reversible.