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MUSEO DE LA FILATELIA DE OAXACA
Luz Santiago
El año que dejamos atrás, 2020, significó para el Mufi cumplir 22 años desde que se sembró la primera semilla de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca. Ese momento se dio en la antigua casa del Centro Histórico que nuestro querido maestro Francisco Toledo convirtió en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, donde por primera vez se anunciaba, con una significativa muestra de numismática y filatelia, la llegada a Oaxaca de la casa del timbre postal de México. Sería el primer museo, la primera piedra de la FAHHO que –con la filantropía de su fundador, el señor Alfredo Harp Helú, y su amor por la filatelia y el estado que siempre le han distinguido– se inauguraría en corto plazo. Fue así que el 9 de julio de 1998, en la calle de Reforma marcada con el 504, abría sus puertas el Museo de la Filatelia de Oaxaca, o Mufi, acrónimo cariñoso con el que le conocemos actualmente. El Mufi se ha convertido en un referente nacional e internacional de la difusión y promoción de la filatelia. Utilizando como vehículo el arte, se ha consolidado como un foro abierto para la comunidad filatélica del mundo. Esta sería la primera etapa que viviría el museo, ya que más tarde, a la par de la creación de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, comenzaría la segunda con la adquisición del inmueble casi contiguo, marcado con el número 500, de la misma calle Reforma. Con esta ampliación crecieron no solo las salas de exposición, los patios o los jardines, sino también las ganas de seguir reforzando las bases del amor por Oaxaca por medio de la filatelia. Los talleres y actividades públicas comenzaron a gestarse en cada rincón del museo. En veinte años, el cacalosúchil ha sido testigo de innumerables eventos extraordinarios, cancelaciones y veranos especiales; ha visto niños jugar, correr, reír, parejas enamorarse, jóvenes leer o cantar; en veinte años se termina un ciclo y empieza uno nuevo. Recordamos la hermosa jacaranda que en primavera pintaba el patio de sus hermosos tonos violetas y que nos inspiraban a soñar, cuyo lugar ahora es ocupado por un par de jóvenes robles blancos, que seguramente dentro de veinte años sus ramas serán más fuertes y nos proporcionarán una sombra magnífica para nuestros visitantes, estos jóvenes ejemplares que representan a las nuevas generaciones en las que volcamos la esperanza de continuar el legado filatélico y el amor por Oaxaca.
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La Bóveda Filatélica, el corazón del museo, es un corazón sólido, fuerte, de acero, como sus gabinetes, los cuales llegaron gracias a la generosidad del Smithsonian’s National Postal Museum, referente importante para la filatelia en el mundo. Traerlos hasta México representó la suma de esfuerzos por parte de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca y el Smithsonian: las pesadas placas de acero hicieron tender puentes
para darle vida a este espacio que resguarda joyas tan valiosas, como las cartas de la muy querida pintora mexicana Frida Kahlo, el Penny Black, el primer timbre del mundo, el Hidalgo Azul, el primer timbre de México, la invaluable colección de filatelia clásica de José Sayeg, la colección prefilatélica del arquéologo y querido amigo Marcus Winter, el Decreto de Maximiliano, y muchas de las donaciones que durante más de 20 años han alimentado colecciones, como la emblemática, más grande y completa Besibol + Filatelia, con la que inició el museo y que gracias a la generosidad de filatelistas ha ido creciendo cada día más.
Este esfuerzo ha tenido resultados, como el más reciente galardón a nuestro presidente vitalicio y fundador, Alfredo Harp Helú, otorgado por el Museo Postal Nacional Smithsoniano, en Washington, EUA, el 19 de octubre y el premio anual 2019 por el Gran Logro Filatélico cuya relevancia radica en ser la primer medalla de este importante premio otorgado a un filatelista mexicano.
Tras cumplir 20 años, su celebración se une a la ampliación de un nuevo espacio, lo que significa la oportunidad de aumentar las salas de exhibición temporal y permanente. Así, el museo continúa creciendo en una tercera etapa en la que, aunado al rescate del Centro Histórico que promueve la FAHHO, se llevó a cabo un proceso de restauración que dejó como resultado un bello espacio que espera pronto abrir sus puertas sobre la calle de La Constitución en la casa marcada con el número 202.
El Mufi actualmente está consolidado en su labor única en México y América Latina como museo de filatelia, conservando un valioso acervo y logrando su difusión mediante sus maravillosas exposiciones.
Este año que dejamos atrás también significó una etapa complicada para todos, en
muchos sentidos; un año que nos ha enseñado a ser más fuertes, resilientes, a deconstruirnos y replantear nuestras metas; el estar más ceranos fue nuestra prioridad, lo que denotó la creatividad para acompañarnos durante este tiempo en el que el mundo se detuvo: valoramos a nuestra familia y, a pesar de la distancia, logramos traspasar fronteras para ponernos al día. El 2020 significó un año de desafíos para la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, tuvimos que cerrar nuestras puertas para voltear a ver nuestro interior, para que cuando tengamos que reencontrarnos en el museo este sea un espacio seguro para ti y tu familia.
Recientemente recibimos en el museo una colección de numismática que nos recordó nuestros inicios y nos hizo sentirnos orgullosos de pertenecer a una fundación que está comprometida con su comunidad. Con ella también surgió el siguiente cuestionamiento: ¿Qué significa cumplir 20 años? Para el ser humano representa la naturalidad, la búsqueda de apoyo en alguien, un amigo o un familiar, representa una necesidad que desconocemos, la de reencontrarnos espiritual y mentalmente. Según la numerología, el número 20 se vincula con el trabajo en equipo, el acompañamiento, la coexistencia, diplomacia; también está vinculado con el servicio. Lo cual resulta un buen ejemplo para citar y recordar que el trabajo de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca se resume bajo todas estas premisas: el trabajo que realiza en beneficio de la juventud, la niñez, el medio ambiente, la lectura, las familias, el arte, la filatelia, los textiles, el deporte, el arte popular y el amor a Oaxaca resumen estos 20 años de servicio y trabajo en equipo para dejar un legado fuerte y sólido a las siguientes generaciones. ¡Larga vida a la FAHHO!