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COORDINACIÓN DE PROYECTOS EDUCATIVOS FAHHO
María del Socorro Bennetts Fernández
Gracias a la firme convicción de que la lectura transforma vidas y que a partir de ella se abren nuevos horizontes y posibilidades de todo tipo, en 2009 inició Seguimos Leyendo, un programa impulsado por la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca, apoyado por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia hasta el año 2019. Iniciamos en trece primarias públicas del estado, nadie imaginaría el impacto que tendría el programa ni la forma en que crecería, tanto en la cobertura como en la participación de lectores voluntarios. Tampoco imaginábamos la cantidad de proyectos que se desencadenarían a partir de esta experiencia inicial.
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Seguimos Leyendo invitó a maestros, padres de familia y personas interesadas en compartir la lectura en voz alta a niños y niñas de diferentes edades. Gracias a la participación y al enorme éxito del programa comenzamos con siete municipios conurbados de la ciudad de Oaxaca, se compraron camionetas para convertirlas en bibliotecas móviles y actualmente cubrimos rutas en tres regiones del estado: Istmo, Mixteca –Alta y Baja– y Sierra Norte. El programa llegó a coordinar a más de doscientos lectores voluntarios en más de treinta sesiones de lectura semanales atendiendo a más de cinco mil escuchas.
Las experiencias que de ahí han salido son sorprendentes. Madres dedicadas únicamente a las arduas tareas del hogar encontraron en el programa un aliciente de vida, un encuentro con sus hijos y consigo mismas al sentir que su conocimiento es muy valioso, y se puede compartir y enriquecer día a día con la lectura conjunta. Es un aprendizaje paralelo al de sus hijos, lo que los une de maneras inesperadas y muy profundas. Ha habido muchos casos en que niños o niñas invitaron a sus padres a aprender a leer. La sonrisa de satisfacción ante tremenda hazaña es más que una recompensa para los compañeros del equipo. Es una manera de entender y nutrir el sentido del programa.
Se consolidó una red laboral entusiasta y comprometida. No había actividad literaria a la que no asistieran los lectores voluntarios y sus familias, manifestando siempre nuevas y estupendas propuestas de trabajo. La capacidad de transformación emergió, así como la disposición del equipo. Es por ello que comenzamos también a practicar la lectura en instituciones que son poco frecuentadas por este tipo de programas: asilos, casas hogares, asociaciones civiles que atienden a población vulnerable, hospitales y reclusorios. Ahí también nos encontramos con experiencias muy enriquecedoras. El agradecimiento expresado por los beneficiarios del programa nos llena de júbilo y confirma, una y mil veces más, la gran valía de la lectura compartida.
En la región del Istmo, específicamente en Ixtepec e Ixtaltepec, creamos brigadas de lectura después de los sismos de 2017, como una manera de demostrar a nuestros hermanos afectados que estamos con ellos
y los apoyamos en la medida de nuestras capacidades. El éxito en el Istmo hizo que se instalara de manera definitiva la ruta de la Biblioteca Móvil del Istmo y se ampliaran los puntos de encuentro que ya se tenían en la Mixteca y en la Sierra Norte desde 2009. También se instaló el programa de lectores con voluntarios en once escuelas públicas de las comunidades antes señaladas.
Las Bibliotecas Móviles, además de propiciar la lectura durante nuestra estancia en las comunidades y prestar libros a quienes lo requieran, comenzaron a generar otro tipo de actividades nocturnas, como la proyección de cine de arte y, en las noches despejadas que lo permiten, el uso guiado del telescopio para observar las estrellas y aprender los nombres de las constelaciones.
Paralelamente, hemos buscado el acercamiento con instituciones de educación superior como las universidades La Salle, para generar diversos diplomados sobre estrategias y promoción lectora. Incluso ahora, en los momentos de encierro obligado, no han parado los diplomados, cambiamos nuestra estrategia al mundo virtual para continuar con el programa y hemos invitado a participar a las mejores plumas y especialistas de Latinoamérica en este campo. Los diplomados se iniciaron hace siete años en Oaxaca y tuvieron tal éxito que ahora los estamos brindando también en Puebla.
Para continuar con nuestra principal misión, promover la cultura escrita, hemos publicado libros de los asistentes a nuestros talleres y diplomados, además de presentar novedades editoriales junto con los propios autores. La presencia de las reseñas de libros en nuestra web aumenta cotidianamente y la producción de videos de lecturas también ha tenido una buena demanda, por no hablar de las actividades como las comparsas y posadas literarias, la Biblioteca Humana y tantas otras organizadas por nuestro equipo.
La sinergia con otras entidades de la FAHHO también ha sido enriquecedora. Sumar esfuerzos con las instituciones y programas hermanos como el Centro Cultural San Pablo, el Museo Textil, Endless Oaxaca Multilingüe, la Librería Grañén, el Museo del Niño, el Museo de Filatelia y los propios deportistas de la Academia de Beisbol han sido experiencias que van definiendo nuevas rutas de trabajo.
Estos trece años de andanzas, hazañas, aventuras y sueños han sido posibles gracias a la Dra. Ma. Isabel Grañén y a don Alfredo Harp, nuestros capitanes. Los encuentros con personas muy valiosas, dispuestas a darlo todo, a entregar su tiempo, voz y corazón para llegar a otros de manera plenamente desinteresada: lectores, alumnos, docentes, especialistas, escritores, ilustradores, gestores culturales, para todos ellos nuestro agradecimiento y afecto eterno.
Los cuentos de hadas, los clásicos, los contemporáneos, los libros informativos, la poesía, las nanas, las retahílas, entre otros, han sido y serán el puente para transitar y sumergirnos en los placeres de la lectura, el juego, la escritura, el rescate de la oralidad, el encuentro humano sincero y la creación de comunidades de amigos es uno de los valores más fuertes que hemos descubierto, la solidaridad en toda su expresión.
El trabajo del voluntariado ha sido una fuerza estimulante, contagiosa, descubrir el poder de la red colectiva humana hace que nos inspire a creer en lo que hacemos. Trabajar con público de todas las edades, desde la infancia hasta los adultos mayores, hoy por hoy nos define como uno de los programas sociales de mayor arraigo y fuerza en Oaxaca. Deseamos seguirnos reinventando, que otros se atrevan y en el estado y país se reproduzcan células de programas de lectura y escritura similares, cada uno con sus ingredientes propios para que la alquimia aparezca y no deje de seguirnos sorprendiendo con sus frutos.