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Budolino y la mentira

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Baudolino, un muchacho del siglo XI, pobre, nacido campesino en un La vida de Baudolino, ya adulto se complica al encontrarse en medio contexto de muchas limitantes, goza de una enorme ventaja: la de de esas luchas de poder, en las que además entran en juego el Papahacer que las cosas dichas parezcan realidad, parezcan verdad. En do y los poderes locales de ciudades estado de la Europa medieval. otras palabras: Baudolino era un gran mentiroso. Esto ocasionaba En la novela “Baudolino”, Eco pone en evidencia que, por medio problemas al papá del muchacho en muchas ocasiones, pero a la de la exaltación de la mentira se hace posible la legitimación de vez ese problema fue su bendición pues conoció a un personaje que los imperios, llegando esa mentira a constituirse en una verdadera al darse cuenta de esa “habilidad” del chico, la habilidad de menapología de la utopía. tir con gracia y elegancia, lo adoptó. Lejos estaba el padre natural de Baudolino de saber que la nueva familia del muchacho sería la familia real más poderosa del momento. Su padre putativo: Federico I Barba Rossa. Nada más ni nada menos que el Emperador del Sagrado Imperio Romano Germánico. Esta relación le permite ser educado bajo la tutoría de importantes personajes de la época, entre los cuales había políticos, historiadores y lingüistas, otorgándole una extraordinaria educación. Inclusive es enviado a París para perfeccionar sus conocimientos. Allí entra en contacto con las narraciones del largamente mitifi cado reino del Preste Juan y el joven se siente fascinado. A partir de entonces Baudolino se dedicará a lograr que su padre, el emperador, establezca relaciones con un reino que reúne tanto el poder político como religioso pues el Preste Cuando a una gran mentira se le dedica una vida, deja de ser mentira y se convierte en ideal, en utopía. La vida de Baudolino, ya adulto se complica al encontrarse en medio de esas luchas de poder, en las que además entran en juego el Papado y los poderes locales de ciudades estado de la Europa medieval. En la novela “Baudolino”, Eco pone en evidencia que, por medio de la exaltación de la mentira se hace posible la legitimación de los imperios, llegando esa mentira a constituirse en una verdadera apología de la utopía. Ya Virgilio había logrado elevar a Cesar a la calidad de Dios, por medio de la afi rmación amparada en hechos históricos demostrados por el mismo, que su Señor descendía directamente de Eneas y por consiguiente, de la Diosa Venus. ¿Verdad o mentira? Quién sabe. Pero esa afi rmación colocó no solo a Cesar sino a su familia en el panteón de los Dioses Romanos. Juan era rey y sacerdote. Redacta una carta, falsa, en la que el Y como nota fi nal a las observaciones sobre este libro, el propio propio Preste Juan propone al Emperador una embajada. Baudolino, siendo viejo, escucha de labios de otros aquellas mentiras Por azares del destino, La carta no llega a su padre sino al enemigo de su padre, el Basíleus o emperador bizantino, quien deseaba a toda costa establecer él mismo esa relación con el Preste Juan; avivando la vieja intriga y lucha de poder que signifi caba un imperio cristiano romano separado de un imperio bizantino que no se resignaba a perder el poder obtenido con la división entre occidente y oriente, Esa división no fue tomada en cuenta por Carlo Magno. que esparció siendo niño, que corrieron de boca en boca y después de dar la vuelta al mundo llegan a sus oídos por boca de otros, lo que le hace refl exionar y decir: ¡Entonces… yo tenía razón! Umberto Eco, haciendo gala de un virtuosismo único, redacta el primer capítulo de este libro en un lenguaje inventado por él mismo, un lenguaje que en realidad no existe pero que logra revestirlo del sentido de todo el desarrollo de la obra. El lector al fi nal llega a comprender ese sentido y reconocer que todo lo leído ya había sido captado desde el inicio.

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