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La memoria el olvido y el secreto
from Cultura del Diseño
by faluchy_
Aunque es motivo recurrente en la obra de autores como Jorge Luis Borges, o José Saramago, también Eco le saca partido. El olvido. En La Misteriosa Llama de la Reina Loana, el olvido es fundamental para la trama que se desarrolla precisamente para recuperar la memoria de una vida transcurrida pero olvidada por causas imprevistas. Un colapso cardíaco. Este episodio sucede en la madurez de un hombre que en realidad no olvida todo, pues recuerda acciones prácticas como manejar un auto, leer libros, conocimiento general acumulado, exceptuando su propia experiencia. No recuerda ni su nombre. Constantemente se pone en aprietos pues encuentra gente que lo conoce y sabe bien quién realmente es, pero él no sabe nada de ellos. Si son amigos, enemigos, compañeros de trabajo, familiares o antiguas amantes. Eso lo obliga a buscar por todos los medios a su alcance la forma de recuperar la memoria de sus vivencias. Con el propósito de recordar decide regresar a los lugares de su pasado, a donde transcurrió su niñez para empezar de nuevo. La casa de sus abuelos. Eco aprovecha esta novela para repasar sus gustos infantiles, juveniles y adultos en las épocas y lugares en que le tocó vivir. La Italia piemontés a partir de los treinta del S. XX. Y así, en un lugar escondido en el desván (tapanco diríamos en Guatemala) encuentra en un cajón olvidado la literatura que de niño leía, los comics. Y lo que más le impactó: La misteriosa llama de la Reina Loana. Llama que enciende el fogonazo de sus recuerdos.
En una especie de fl ash back, empieza a recuperar la memoria desde su infancia, adolescencia y así, como dicen que sucede al fi nal de la vida, toda su existencia, todos sus recuerdos olvidados pasaron de nuevo ante sus ojos. Una llama que mata al olvido y que alumbra los recuerdos, pero ya sin tiempo para remembranzas. La obra se termina y quizás también la vida del personaje.
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En otras obras de Eco, el fenómeno del olvido aparece y forma parte de la trama en distintas formas. Quizás porque el conocimiento olvidado corresponde a un misterio que hay que resolver, un secreto que hay que develar, una historia que se hace indagar. Enunciar la posesión de un “secreto” aumenta la expectativa sobre quien lo posee.