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El nombre de las rosas y los laberintos
from Cultura del Diseño
by faluchy_
(Según Eco, este libro no se habría podido escribir sin los alcances de las Neovanguardias del 63 que dejaron abiertos los conceptos a las libres interpretaciones.)
Finis Africae se llamaba la zona más secreta del monasterio. La biblioteca. En ella se guardaban los manuscritos más peligrosos, aquellos que no debían nunca ser vistos ni leídos por nadie pues podrían poner en peligro todo el aparato de la cristiandad. Si alguien llegara a leerlos, decía Jorge de Burgos (Jorge Luis Borges), se desataría el Apocalipsis. La risa mata al miedo y…sin miedo al Diablo, ya no hay necesidad de Dios.
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Para resguardar el secreto, Eco diseña una arquitectura cabalística, llena de acertijos, de mensajes cifrados imposibles de resolver, hasta encontrar la verdadera clave: las dimensiones. (Vísperas. Donde se habla de nuevo con el Abad, Guillermo tiene algunas ideas sorprendentes para descifrar el enigma del laberinto, y consigue hacerlo del modo más razonable.) Una edifi cación en planta, es decir en dos dimensiones, no resuelve el enigma que ayudaría a un lector a encontrar los manuscritos escondidos, a menos que logre conectar los pasadizos con escaleras comunicantes con otros niveles, la tercera dimensión, (Donde se visita de nuevo el laberinto, se llega hasta el umbral del fi nis Africæ, pero no se lo puede cruzar porque no se sabe qué son el primero y el séptimo de los cuatro, y al fi nal Adso tiene una recaída, por lo demás bastante erudita, en su enfermedad de amor) aunque asì… tampoco. Se necesita la cuarta dimensión (de los cuatro), el movimiento, y cambiando de posición las escaleras en una secuencia temporal de sube y baja, de forma casi aleatoria, se consigue fi nalmente alcanzar el objetivo: El tomo 2 de la poética de Aristóteles, dedicado a la comedia, hermosamente ilustrado con miniaturas de carácter jocoso y burlón.
El que tiene como tema la alegría. (Después de completas. donde, casi por casualidad, Guillermo descubre el secreto para entrar en el fi nis Africæ). Tarde pues. Casual o a posta, Jorge de Burgos al darse cuenta de que el enigma fue resuelto, bota “accidentalmente” un candelabro y así quema la biblioteca y su peligroso contenido.