1 Timoteo 3:4
EQUIPADOS PARA GOBERNAR La concepciรณn divina de la Familia
DEVOCIONAL DIARIO
Semana 4
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PRINCIPIO DE LA ORACIÓN
DOMINGO
AL AMANECER
DÍA
“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” (Marcos 1:35) En mi vida personal, no fue sino hasta hace poco que comprendí la importancia de desarrollar hábitos matutinos que garanticen el tener un día exitoso y menos complicado que el resto de la humanidad. Esto lo aprendí en un taller de crecimiento personal a los que acostumbro asistir regularmente. Un día a las 5:30 a.m., después de orar y leer las Sagradas Escrituras, entendí que Jesús mismo tenía el hábito de pasar momentos a solas con su Padre Celestial “muy de mañana”, para así, poder estar ungido para el trabajo que tenía que hacer “cada día”, con toda la gente que se agolpaba para escucharlo hablar o ser ministrados por Él.. La necesidad diaria de retiro y quietud, la vida de oración, la lectura de la Palabra de Dios en nuestra comunión con el Señor son factores que contribuyen a que nuestros momentos devocionales sean una fuente poderosa de fortaleza y gozo. Éstos vigorizan nuestra vida espiritual y nos hacen aptos para el servicio diario en el mundo en el que vivimos, pero al que no pertenecemos (2 Corintios 10:3). Es el descuidar la conversación privada con Dios lo que explica la debilidad de la vida cristiana para poder resistir la influencia del mundo, y es por ello que en nuestra vida personal y la de la Iglesia no se dan frutos abundantes. Cuando los cristianos descubramos lo que verdaderamente significa el hacer que el establecimiento de una comunión personal, secreta con Dios sea nuestro mayor y más importante interés, el verdadero Amor y la Misericordia hacia nuestro prójimo serán evidentes. Grandes cristianos se han unido al salmista diciendo: “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz.” (Salmos 5:3), al referirse a la gran importancia que tienen estos momentos diarios de recogimiento para orar y meditar en la Palabra de Dios. Una vez alguien escribió: “Aparte de la aceptación de Cristo como Señor y Salvador y, el recibir el bautismo del Espíritu Santo, no conocemos ninguna acción que nos aporte más beneficios y sea más provechosa para los demás que la decisión inquebrantable de respetar la vigilia matutina y pasar la primera media hora del día a solas con Dios”. Si pensamos en lo imposible que resulta llevar nuestra vida diaria en Cristo o seguir la dirección del Espíritu Santo sin una comunión diaria y estrecha con Dios, nos daremos cuenta de la verdad que encierra esta aseveración. La vigilia matutina es la clave para mantener incesante y plenamente nuestra entrega a Cristo y la guía del Espíritu Santo. El habituarse en esto contribuye a que el carácter de Cristo se manifieste hasta en nuestros actos más sencillos. No nos inquietemos si al principio nos parece demasiado difícil, o si ocupamos mucho o poco tiempo en nuestro tiempo de recogimiento y oración en privado. La vigilia matutina es un medio poderoso para fortalecer nuestro carácter y permitirnos decir “no” a todas las tentaciones que nos presente el mundo. Esos son los momentos en que se fortalecerá nuestra voluntad de andar por la vida como Cristo anduvo. Autor: Alí Araujo
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DÍA
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LUNES
PRINCIPIO DE LA ORACIÓN MUEVE ESA MONTAÑA
Cuando hablamos de fe muchas personas piensan que es creer cuando quieren que Dios les dé algo material, algo que desean con mucha intensidad y, claro que Dios concede muchas de nuestras peticiones, pero en su tiempo y si en verdad lo necesitamos. Sin embargo, más allá de eso la fe es simplemente creer en lo imposible, es creer cuando estamos en alguna circunstancia de nuestra vida y Dios nos rescata; la fe es esperar algo que sabemos que Dios nos dará o responderá en su tiempo. Para eso debemos mantener nuestra fe encendida en oración constante al Padre, ya que eso nos ayuda a aumentarla cada día más y tenerla firme ante cualquier situación. Recordemos que por nuestra fe fuimos salvados y somos bienaventurados porque creímos sin tener que ver. De eso se trata la fe, de creer en un Dios que lo puede todo, para el que no hay nada imposible, ni nada que no podamos lograr si creemos y confiamos en Él. ¡No estamos solos! ¡Dios está con nosotros y con nuestra fe en Él podemos mover cualquier montaña!. Dios trabaja con una sabiduría que no entendemos, El hace todas las cosas en su tiempo. Cuando me gradúe de bachiller mi primer objetivo, como joven, era entrar a la universidad y estudiar lo que quería; mi sueño desde niña era estudiar en la Universidad Central de Venezuela la carrera de Medicina. Pero me di cuenta que no era tan fácil como lo pensaba, no había tenido la oportunidad de quedar por OPSU y lo único que me tocaba era esperar en Dios. Durante esos meses estuve orando por eso al Señor; me enseñó muchas cosas, me ayudó a sentirme más cerca de su presencia y a experimentar lo que era el confiar, dejando mis cargas y mis sueños en sus manos. No digo que fue fácil, todo lo contrario, fue algo muy difícil para mí; pero, Dios siempre estuvo allí conmigo. Nunca me abandonó, ni me abandonará. Hubo un día que me tocó quedarme sola en casa, no me sentía bien, pensaba: _ Ya ha pasado casi un año y aun nada _. Oré al Señor y le dije: _ Quiero estudiar en la UCV, y si es tu voluntad; que sea en la carrera que tu digas, pero allí es donde quiero estudiar. A los cinco minutos de terminar mi oración, me llamó una persona de la Universidad y me dijo: _ ¡Tienes cupo en la UCV! Pero es para la carrera de Letras. Lo único que pude hacer en ese momento fue dar gracias a Dios sin cesar. Hoy en día, puedo decir que los planes de Él son perfectos y mucho más grandes que los nuestros. Esa era mi montaña en ese momento de mi vida, era algo que veía y pensaba que nunca llegaría a la cima; pero cuando creemos todo es posible. Así como Dios lo hizo conmigo, también lo puede hacer contigo. Él es un Dios de promesas, un Padre que cumple y está pendiente de nosotros. Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). Así como Jesús lo hizo, nosotros también podemos conquistar esa montaña, podemos decirle: _ ¡Muévete que Dios está conmigo! “Todo lo puedes en Cristo que te fortalece.” (Filipenses 4:3) Autora: Marianna Amaya
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DÍA
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MARTES
PRINCIPIO DE LA ORACIÓN A SOLAS CON MI PADRE
Estamos en un momento histórico importante, en el que se manifiesta el afán por la fama, el estrellato y la publicidad; queremos ser reconocidos y escuchar el sonido de los aplausos. La adulación es una forma de escalar ciertas posiciones. No queremos pasar desapercibidos, es una lucha constante para obtener reconocimiento, y si es público mejor. Aún en la iglesia ocurren estas actitudes. El orgullo es la semilla que se planta en el corazón, y cuando germina quiere ocupar un lugar importante; comienza a desplazarse como una enredadera ocupando lugares de importancia, sin importar que opaca, a quien desplaza o ahoga. En el mundo espiritual las acciones no se corresponden como en lo terrenal, la ley es inversamente proporcional. “El que quiera ser grande entre los hombres debe ser su servidor.” (Marcos 10:43). En la sociedad normalmente el que quiere ser grande, es servido, adulado, aclamado… A muchos no nos llama la atención eso de pasar desapercibido, estar detrás de bastidores, en segundo plano, no. ¿Pero qué ocurre cuando eres llamado a lo grande? Comienza la lucha, la confusión. Lo grande en el reino no se trata de ser famoso, no se trata de brillar. Se trata de intimidad. Ahí comienza la tarea de hacerse grande, mientras más vamos menguando, él va creciendo. Ese crecimiento se efectúa en lo secreto, tras la puerta de nuestra habitación; allí donde no podemos fingir, ni aparentar; allí donde somos tal cual somos en lo más profundo de nuestro ser. Dios Padre nos llama a pasar tiempo con él. Si, le gusta vernos en el lugar secreto. Allí podemos entrar en humildad, con el corazón rendido, podemos quebrantarnos ante él. Allí podemos contarle todos nuestros sueños y, anhelos; penas y deseos. Allí no hay vergüenza, ni miedo. Ahí solo hay esperanza y un dulce amor. En ese lugar somos transformados, porque estamos con nuestro hacedor, Aquel que nos diseñó, tejió nuestros huesos y órganos en el vientre de nuestra madre, sopló su aliento en nuestro ser y nos dio un propósito de vida. Él nos llama a lo íntimo: “Entra en tu aposento, cierra la puerta, ora a tu padre que está en secreto, y él que te ve en lo secreto, te recompensará en público.” (Mateo 6:6). Oh cuán profundas riquezas de la sabiduría de Dios… e inescrutables sus caminos. Él dará recompensas, si, ¿a quiénes? A los que obedecen, a los que le buscan en intimidad, a los que entran al lugar secreto, a los que se deleitan en la humildad de estar en el anonimato; pues solo Él merece la gloria, la fama, la honra y la alabanza por la eternidad. Autora: Gabriela Camargo
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PRINCIPIO DE LA ORACIÓN
DÍA
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MIÉRCOLES
RESPUESTAS INESPERADAS Cuando hablamos de respuestas inesperadas, nos referimos a cuando estamos inquietos, preocupados o simplemente esperando algo, y allí es donde el Señor nos habla en el momento menos esperado. Nos puede hablar de muchas maneras, como a Él le plazca; puede ser en sueños, a través de una experiencia, una prédica o mejor aún en Su palabra y es allí donde nos damos cuenta, que sí nos escucha, que sabe todo y cada una de las cosas que hay en nuestro corazón. A veces Dios permite que sucedan situaciones en nuestras vidas, porque es parte del propósito para formarnos y sobre todo para crear la necesidad de buscarle y escuchar su voz. ¡Sencillamente, Él obra de manera maravillosa! Hubo un tiempo, en que yo me sentía muy angustiada y tenía muchos miedos por causa de una situación muy difícil que estábamos pasando como familia. Me puse a orar buscando la paz y ayuda de Dios. Al terminar de orar, hubo una llamada de un familiar donde me dijo de parte de Dios, que no me angustiara, porque Él tenía el control de todo y que leyera Isaías 43:2 la cual dice: “cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Para mí fue una respuesta sorprendente que el Señor me dio, por lo rápido y contundente de ella, a la vez me dio mucha paz porque me hizo ver que no estábamos solos y que Él estaba obrando. Y al cabo de un tiempo, para su Gloria y Honra, todo se resolvió satisfactoriamente. Siempre debemos acudir a Dios, sobre todo cuando nos sentimos abatidos, preocupados o angustiados por algo. Debemos leer su Palabra, orar, escuchar lo que Él nos quiere decir. En estas situaciones, es cuando debemos buscar más a Dios y tener esa comunión con Él. Sin embargo, la oración no es sólo hablar con Dios y pedir; también es escucharlo, tener esa conexión con Él, sentirlo, disfrutar de su presencia, sentir su paz, su consuelo. Por eso en su Palabra menciona en 1 Tesalonicenses 5:17 que debemos orar sin cesar, porque es parte de cultivar esa relación con el Padre, y así nos será más fácil andar en sus caminos, a pesar de las diversas pruebas que se nos presenten en la vida. Así como Dios me sorprendió con esa Palabra, también te puede sorprender a ti. Confía en Él. Búscalo de todo corazón y verás. Autora: Pastora Rosanna de Amaya
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DÍA
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JUEVES
PRINCIPIO DE LA ORACIÓN ACUERDOS DE UNIDAD
En mi vida como Cirujano, he tenido muchos momentos difíciles, complejos, situaciones en las cuáles pasan por la cabeza diferentes técnicas, razonamientos; solo con la finalidad de tomar la decisión más acertada. He tenido la bendición de tener un gran equipo de trabajo y ha sido la suma de voluntades, de conocimiento a través de largas discusiones que hemos podido ver buenos resultados. En los últimos diez años se ha popularizado el concepto de educación basada en competencias, definiéndose como la capacidad de movilizar recursos de pensamiento para hacer frente a diversas situaciones. Cuando uno se pregunta ¿por qué cambiar un modelo por otro? Sencillamente, porque lo que se busca cuando se aprende basado en competencias, es al final: saber conocer, saber hacer y saber ser. Lo anterior servirá para entender el por qué desde que nuestro hijos llegaron a nuestra vida, Rosalía, mi esposa, y yo muy periódicamente invitábamos a nuestros dos hijos Leonardo Daniel y Andrés Eduardo a hablar, leer la Biblia y a orar en la sala de nuestra casa. Allí comenzamos hacer no solo una familia, sino un equipo, donde hablábamos de esas situaciones complejas que cada uno estaba enfrentando. Debíamos darles las estrategias para enfrentarlas, para luchar y vencer. Necesitábamos enseñarles que la Biblia en Mateo 18:18-20 dice: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Poco a poco el conocer la palabra de Dios se fue internalizando en cada uno. Sabíamos que tendríamos dificultades, pero la gran misión que a Rosalía y a mi se nos había encomendado se estaba logrando. La misión de hacer una Familia, hacer un equipo, donde cada uno podía estar pendiente del otro y, eso se iba construyendo porque nos habíamos acostumbrado a “congregarnos”. La promesa de Dios no se había hecho esperar para cumplirse, “Él estaba en medio de nosotros”. Ese Acuerdo de Unidad, se iba entretejiendo en medio de nuestra familia: El psicólogo, Andrés Eduardo nos daba herramientas, el médico Leonardo Daniel, nos mostraba que la sensibilidad para con el ser humano era fundamental, la escritora, Rosalía estructuraba claramente el mensaje que se debía seguir. Esto, sin yo saberlo, es aprender a vivir un Cristianismo Basado en Competencias. En donde la palabra de Dios, el amor fraternal entre los miembros de la familia anhelando el bien común, el conocimiento, la experticia acumulada, el discernimiento van haciendo que cada uno desarrolle habilidades para conocer a Jesucristo y llevar a cabo estrategias para vivir cristianamente. Así que te invito a tomar a tus hijos, a tu esposo(a) y reunirlos preguntarles cómo van sus cosas, su escuela, la universidad, el trabajo. Lee la Biblia con ellos y muéstrales los tesoros que Dios tiene para todos aquellos que le buscan.
Autor: Dr. Leonardo Borregales
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DÍA
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VIERNES
PRINCIPIO DE LA ORACIÓN UNA ORACIÓN , FUTURO UN NUEVO
En el mundo actual de grandes avances tecnológicos, de crisis financieras, de evolución social, de la superación personal en búsqueda del éxito, el hablar de la oración y su inmenso poder para cambiar nuestros destinos no es un tema que ocupe el primer lugar de popularidad en las redes sociales, En nuestro mundo actual son muy pocos los que consideran que Dios puede cambiar su futuro transformando las situaciones que enfrentan. En la Biblia, enclavada en medio de una larga lista genealógica, encontramos una oración que ha inspirado a muchos, tanto judíos como cristianos, a lo largo de la historia. Esta es la oración de un hombre llamado Jabés, cuya única descripción expresada en las escrituras, es que era un hombre "ilustre", literalmente, "que era más ilustre que sus hermanos". Además, nos revelan unos pocos versículos que Jabés fue llamado con este nombre, cuyo significado es -pena o dolor-, porque su madre lo dio a luz con mucho dolor. Un buen día Jabés decidió que no quería vivir bajo el significado de su nombre sino que quería estar bajo la bendición de Dios y oró de esta manera: "Oh Dios, dame tu bendición. Ensancha mi territorio. Que tu mano sea sobre mí, y me libres del mal, para que no me haga daño." (1 Crónicas 4:9-10). Esa fue su simple oración; sin embargo, en mi opinión, lo más extraordinario en esta historia son las palabras a continuación de la oración de Jabés: "Y Dios le otorgó lo que pidió." (1 Crónicas 4:10) ¿Cuál es exactamente el poder de la oración de Jabés? ¿Cuál fue su secreto al comunicarse con Dios para que la Biblia lo resuma todo diciendo: "Y Dios le otorgó lo que pidió." Una oración es una expresión de nuestra dependencia de Dios. Es una expresión del reconocimiento de nuestras limitaciones y, al mismo tiempo, una expresión del reconocimiento del poder infinito de Dios. Cuando Jabés oró, esa sencilla y corta oración, estaba expresando su deseo de estar bajo la mano de Dios. El anhelaba ser bendecido de acuerdo a los términos de Dios. El honró a Dios con su fe, Dios se agradó de él y lo bendijo. El destino de Jabés estaba predeterminado por el significado de su nombre. Pero Jabés no se conformó con vivir una vida de pena; él trascendió las barreras de su vida reconociendo que por encima de todo, si la bendición de Dios estaba sobre él, su destino sería diferente. Y con esta corta oración llegó al corazón de Dios. Quizá tú estés enfrentando alguna situación difícil en tu vida. Quizá estés pasando por la ruptura de un matrimonio, por la angustia de una enfermedad, por la lucha desgastada con alguna adicción. Quizá estés en medio de un revés financiero, o la soledad sea tu compañera más cercana. Quizá no puedas comunicarte con los seres que más ama tu corazón. O quizá todo esté bien en tu vida, pero anheles algo más allá de tu rutina. Cualquiera que sea tu situación, con plena certeza, te digo hoy que una oración de fe puede transformar tu vida y determinar un destino lleno de paz y de amor para ti. Autora: Rosalía Moros de Borregales
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DÍA
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SÁBADO
PRINCIPIO DE LA ORACIÓN LA ORACIÓN DE ANA
He pasado por muchas situaciones en mi vida que han fortalecido mi fe y mi relación con Jesucristo. Una de las más fuertes fue la perdida de mi hijo Juan Miguel el 06/09/2009, nació sin vida y era en ese momento el más esperado por todos. Recuerdo cuando llegué a casa dos días después de la clínica y me encerré en mi cuarto a llorar y llorar y le pedía a Dios perdón, pensaba que había hecho algo mal y que Jehová nos había castigado por eso. En los días posteriores me refugié en el Señor, orando, yendo a la iglesia y rodeándome de hermanas(os) en la fe que me dieron fuerzas para seguir adelante. Un día conversando con nuestro Padre me llevó al pasaje del 1er libro de Samuel y encontré un ejemplo de obediencia que se demostraba en Ana (madre del profeta Samuel) viviendo una situación familiar muy fuerte y como derramó su corazón hacia Él pidiéndole un hijo a cambio de entregarlo a su servicio para siempre. Desde ese momento mi perspectiva sobre lo que me había sucedido cambió y me aferré al igual que Ana a Dios, pidiéndole con fe que me diera nuevamente la bendición de tener un hijo varón. Mi esposo José tiene 5 hermanos y ellos han tenido solo hembras y ya no iban a tener más hijos; En nosotros entonces estaba la esperanza de continuar la descendencia, el apellido Contreras y una nueva generación de Sacerdocio Cristo céntrico para toda la familia. Cuál fue nuestra sorpresa que 6 meses después había quedado embarazada de nuevo, Jehová se acordó de nosotros. Y como el Señor no hace las cosas incompletas era Varón. José y yo le prometimos al Señor que íbamos a tener un hogar bajo las leyes, estatutos y mandamientos de Dios y hasta ahora nos esforzamos por mantenernos de acuerdo a esta promesa mediante la ayuda del Espíritu Santo. Hoy Samuel José tiene 7 años. Alabado sea nuestro Dios Altísimo. “Mi corazón se regocija en Jehová, Mi poder se exalta en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, por cuanto me alegré en tu salvación. No hay santo como Jehová porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro.” (1Samuel 2:1-2)
Autora: Nora Hernández de Contreras
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El deseo de Dios es una Familia que viva bajo sus Principio y unida en su Amor para siempre