LA NECESIDAD DE MEJORAR LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN El concepto calidad educativa. La referencia a la necesidad de mejorar la calidad de la educación, transformada ya en un lugar común, forma parte de las principales preocupaciones de la política educativa a comienzos de este siglo. Cuanto más se utiliza el término calidad, más amplia se hace su polisemia y más difícil resulta expresar con rigor y claridad conceptual lo que efectivamente es. La calidad, entendida como la propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa, que permiten apreciarla como igual, mejor o peor que las restantes de su especie. Hay cinco criterios principales que deben considerarse para valorar la calidad de la educación: •
En qué medida el sistema educativo es capaz de adecuarse a las demandas sociales, culturales, políticas y económicas de esta sociedad.
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En qué medida el sistema educativo logra que los contenidos que se ofrecen en el curriculum tengan el menor desfase posible con los avances y desarrollos que se dan en el campo de las ciencias y de las tecnologías
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En que medida el modelo educativo incorpora el acervo cultural acumulado.
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Motivación de los profesores y los alumnos
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La necesidad de formar a hombres y mujeres para una sociedad que todavía o existe
Estos cinco criterios son los que pueden ayudar a definir el modelo de calidad educativa que queremos alcanzar. En la ley sobre la reforma educativa en España dice: que la formación permanente es un derecho y una obligación del profesorado asi como una responsabilidad de las administraciones educativas y de los propios centros. Hay que saber diferenciar dos aspectos: Una cosa es lo que los docentes reciben como formación (nuestras perspectivas teóricas, enterarse de algunas
experiencias
y
mucha
información,
pocas
veces
transformada
en
conocimientos y menos aún en capacidades prácticas.; y otra cosa es lo que los docentes hacen (una parte significativa de la capacitación que reciben en los cursos no se traslada a la práctica docente). Un docente sólo sabe cuánto sabe, cuando tiene que enseñar lo que sabe. No hay que seleccionar formadores de muy alto nivel para que la capacitación sea eficiente sino encontrar la forma para que el aprendizaje sea más efectivo. Actualmente
la
tendencia
parece
ser
otra:
llevar
a
cabo
la
enseñanza/aprendizaje en las mismas instituciones docentes; es decir, una formación “hecha a medida” en el mismo lugar de trabajo. La formación debe llevarse a cabo de la manera más próxima a la realidad docente, en el mismo lugar de trabajo Un problema grave es que muchos responsables de la formación de formadores no aplican en la práctica docente lo que enseñan. Si la formación y capacitación docentes no modifican de manera significativa en las prácticas de las aulas, creo que debemos plantearnos la necesidad de llevar a cabo una seria revisión crítica de lo que hacemos como perfeccionamiento docente. Al hablar de formación docente, limitando el análisis a lo que se hace de los centros de formación, el marco referencial de análisis se torna demasiado estrecho para hacer un tratamiento global del problema. Tenemos que estar la formación como trayecto. Liliana Sanjurjo la define como “un proceso que comienza mucho antes de nuestro ingreso en el instituto transformador en nuestras propias experiencias escolares y que continua durante toda nuestra vida profesional. Esto no permite visualizar los momentos fuertes de la formación… saber que tenemos supuestos subyacentes que se fueron formando mucho antes de nuestros primeros contactos con las teorías pedagógicas y que siguen poniéndose en acto a pesar del conocimiento que tenemos de ellas. Los autores que consideran la formación como trayecto, suelen distinguir diferentes momentos: •
Biografía escolar
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Socialización propiamente profesional
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Educación permanente
La escuela debería ser el espacio de formación permanente. Las tradiciones que atraviesan la formación y la práctica docente M. Davini las define como “las configuraciones de pensamiento y acción que construidas históricamente se mantienen a lo largo del tiempo en cuanto están institucionalizadas, incorporadas a las prácticas y a la conciencia de los sujetos” El proceso de formación docente contiene tres grandes líneas de actuación: •
Mecanismos de selección para el acceso a la profesión docente: basados en criterios de personalidad y no solo como hasta ahora en criterios de cualificación intelectual.
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Sustitución de los enfoques normativos por enfoques descriptivos: el éxito de la docencia depende de una actuación correcta del profesor. Para ello se ha de preparar el docente a fin de que una vez en el ejercicio de la profesión sea capaz de realizar su práctica educativa.
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Como enseñar: Ofrecer una preparación en habilidades sociales y en los aspectos específicos de la dinámica de la clase.