Recogiendo Rubíes

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Recogiendo Rubies (Redimidos por el Señor)

El Via crucis es un camino que se adentra en el misterio eucarístico: la devoción popular y la piedad sacramental de la Iglesia se enlazan y compenetran mutuamente. Puede entenderse como un camino que conduce a la comunión profunda, espiritual, con Jesús, sin la cual la comunión sacramental quedaría vacía. El Via crucis se muestra, pues, como recorrido «mistagógico». El Via crucis nos muestra un Dios, que padece él mismo los sufrimientos de los hombres, y cuyo amor no permanece impasible y alejado, sino que viene a estar con nosotros, hasta su muerte en la cruz (cf. Flp 2, 8). Que comparte nuestras amarguras, Dios que se ha hecho hombre para llevar nuestra cruz, quiere transformar nuestro corazón de piedra y llamarnos a compartir también el sufrimiento de los demás; quiere darnos un «corazón de carne» que no sea insensible ante la desgracia ajena, sino que sienta compasión y nos lleve al amor que cura y socorre. El Via crucis es el camino del perderse a sí mismo, es decir, el camino del amor verdadero. Él ha ido por delante en este camino, el que nos quiere enseñar la oración del Vía crucis. S.S Benedicto XVI 3


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Orar el Vía Crucis es ir paso a paso, ir recogiendo en el Corazón de la Santísima Madre, la Virgen María los rubíes, la divina y preciosísima sangre de su adorable Hijo y redentor nuestro, Jesucristo. Rubíes que quedaron a lo largo de la vía dolorosa para quienes fueran diligentes en buscarlos para ofrecer al Padre este invaluable tesoro que el Hijo y su Santísima madre ofrecieron por nuestra salvación. Es subir al monte de la salvación, es adentrarse al poder de la Santa Cruz y buscar el tesoro de los tesoros. Esto es curioso. Pero un gran número de seres humanos buscan a Dios para que les resuelva sus necesidades materiales inmediatas, incluso las espirituales, pero muy pocos claman por la Salvación (o por la redención eterna). ¿A qué se debe? En primer lugar, muchos creen que Dios tiene por obligación dar la salvación, excusándose en la famosa afirmación “ Dios es Misericordioso ”. Y en segundo lugar, el enemigo de Dios, satanás, se oculta astutamente en lo hondo del cuerpo y el alma para impedir que veamos, intimemos y valoremos este tesoro. 4


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¿Quieres saber donde se oculta? -En la inercia o pasividad de la vida piadosa y justa, pero que se niega a la conversión transformante. -En el hilo de tus pensamientos que te hacen ver como una persona sensata y de fe, sin darte cuenta que es una fe construida a base de raciocinios y conceptos aprendidos de memoria. -En la idolatría del “yo” donde la Voluntad de Dios no existe, tan solo cuando haya un bienestar de por medio. -En la idea de un Dios a quien me atrevo a reclamarle y exigirle llegando incluso al colmo de ponerme en frente de Él, de tú a tú. A quién no he rendido en toda mi vida “verdadera adoración” siquiera postrando el rostro en tierra; bien sea porque no nos sentimos así de pequeños o por el miedo al que dirán (el respeto del yo). -En la actitud solapada de muchos cristianos que quieren una conversión transformante. Pero llegar a ella por la vía de su buen deseo de su yo humano” pero no lo quieren hacer por la vía de DIOS, esto 5


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es, a través de la poderosa y terrible fuerza de la cruz, la fuerza del amor de Dios, arma que podemos tomar en la mano a través del Vía Crucis. En este último caso es definitivo aclarar que la primera condición es el buen deseo, “el yo quiero“, es importante, pero la fuerza de Dios como segunda condición es insustituible y a ella nos dirigimos por el camino de la Redención tomándonos de la mano de Jesús y María por la vía dolorosa del Vía Crucis.

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Presentación

Al paso de una Iglesia que en su purificación sube al Calvario cargando con la Cruz de su Señor; con la gran urgencia de reparar y por consiguiente de conversión. EL Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes y el Apostolado por el Triunfo del Corazón Inmaculado de María ofrecen a sus hermanos en la fe el presente Vía Crucis ilustrado para quienes quieren depositar en las estampas su “beso de amor” con el fin de reparar (en el apéndice incluimos la información acerca del beso de amor y reparación). Sugerimos dos formas de hacer el Vía Crucis: La primera para aquellos que quieren disponerse a hacer el Vía Crucis todos los días y no cuentan con el tiempo suficiente, les sugerimos hacer el seguimiento de las láminas del Vía Crucis con los pasos fundamentales, depositando el beso de amor “en el momento de hacer la genuflexión o postración” . La segunda forma para aquellos que dispongan de mas tiempo o para ocasiones especiales y para lo cual incluimos tres meditaciones dadas por el Señor: de la Divina Voluntad, de la Santísima Virgen y otra para 7


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I Estación: Nuestro Señor Jesucristo es condenado a muerte. Te adoramos ¡oh Cristo! y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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Meditación I Estación Contempladme silencioso delante del gobernador romano, esperando pacientemente mi condena de muerte en la cruz. Mis enemigos están sedientos de mi Sangre, porque me consideran culpable, culpable por considerarme Hijo de Dios; culpable por llamarme Rey de los Judíos; culpable por anunciar un reino, reino de paz y de justicia; culpable porque sané enfermos, liberé endemoniados, resucité muertos; culpable por devolver el estado de gracia a multitud de pecadores. Mi Divino Corazón acogió con humildad y serenidad la sentencia, sentencia para redimiros del pecado, sentencia para daros nueva vida. Mi Madre guardó en su doloroso Corazón las palabras del veredicto, corazón sufriente porque lo más amado sería maltratado, su Hijo, el Hijo de Dios, pagaría alto precio por toda la humanidad. Vosotros conservad la paz cuando os juzguen, os calumnien injustamente. 13


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II Estación: Jesús carga con la cruz. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Me ha llegado la hora de abrazar la cruz. Cruz que beso tres veces dando acciones de gracias al Padre, por la redención del género humano. Cruz que será martirio de amor por todos vosotros. Cruz que os dará salvación y vida eterna. Cruz que me llevará a exhalar mi último suspiro por toda la humanidad. Cruz que cargaré con mis pies descalzos y ensangrentados por su tremendo peso. Cruz que sobrellevaré debilitado por la pérdida de Sangre, consumido por la fiebre, 69


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III Estación: Jesús cae por primera vez. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Hijos míos: mirad la dificultad que tengo de caminar; me falta aún, mucho para llegar al monte Gólgota. Mi cuerpo santísimo se encuentra lacerado, fatigado. Los soldados me tiran y empujan sin misericordia, por eso caigo sobre una piedra grande. Los verdugos me insultan, me golpean y en el momento en que levanté mi cabeza, me colocaron mi corona de espinas agudizando, aún más, mi sufrimiento; me 71


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IV Estación: Jesús encuentra a su Santísima Madre. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Sacratísimos Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María que ardéis en la llama del Amor Santo y Divino: por el encuentro que tuvisteis con vuestra Santísima Madre, mi tierno Jesús mío, os pido que incendiéis mi corazón en vuestro fuego purificador para continuar el camino de la cruz con paciencia y paz en el sufrimiento. Alabada sea la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre, triste y afligida al pie de la Santa Cruz. 98


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V Estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Sacratísimos Corazones Unidos y Traspasados de Jesús y de María que ardéis en la llama del Amor Santo y Divino: por la ayuda que recibisteis del cirineo, agotado Jesús mío, al cargar sobre sus hombros vuestra cruz, os pido que incendiéis mi corazón en vuestro fuego purificador para asistir generosamente a los hermanos que necesitan de mis servicios. Alabada sea la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre, triste y afligida al pie de la Santa Cruz. 99


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VI Estación: La Santa Verónica enjuga el Rostro de Jesús. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Corazón agonizante de Jesús que pagasteis el gesto caritativo de la Verónica, dibujando vuestro Sagrado Rostro en su lienzo, os ruego que estampéis vuestra Santa imagen en la mente y en los corazones de los sacerdotes; sacerdotes que sabrán ser fieles en su ministerio porque llevarán grabado el recuerdo de vuestra Sagrada Pasión y temerán ofenderos. Alabada sea la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre, triste y afligida al pie de la Santa Cruz.

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VII Estación: Jesús cae por segunda vez. Te adoramos oh Cristo y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Corazón agonizante de Jesús que caísteis por segunda vez porque os encontrabais sumamente fatigado y debilitado por el peso de la cruz, os ruego para que los sacerdotes que suelen caer en los mismos pecados, cobren ánimos para levantarse con dignidad y con verdadero arrepentimiento; atraedlos a las fuentes de Vuestro Sacratísimo Corazón y purificadlos de toda mancha y liberadlos de toda culpa. Alabada sea la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su Santísima Madre, triste y afligida al pie de la Santa Cruz.

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Un beso de amor os lleva a recoger en el copón de oro de vuestros corazones mi sangre preciosa profanada, despilfarrada. Un beso de amor hace que imprima en vuestros corazones mi Divino rostro, mi Santa Faz. Divino rostro que os lleve a condoleros del Mártir del Gólgota que se desangra en una cruz para la redención del género humano. Apéndice 2 -La mirada entre Jesús y la Santísima Virgen María en la IV estación. (Fray Antonio del Niño Jesús. FATCIM)

La Santísima Virgen, según lo narra María Valtorta, acompañada del apóstol San Juan hacen una travesía a un determinado lugar de la vía dolorosa para allí poder acercársele a Jesús. ¿Habrá un ser humano que sea capaz de leer esa mirada llena de la mas profunda y divina ternura, compasión, humildad, dolor y amor por la humanidad? Tenlo en cuenta hermano,fue una mirada dada a luz en medio del mas profundo odio e ignorancia ¡y fue por ti, por la humanidad! Te invitamos a que mientras haces la genuflexión o postración hagas un sellamiento con esta, la mirada mas santa 127


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el Vía Crucis y los misterios dolorosos del Santo Rosario e incluso para celebraciones penitenciales comunitarias. Señor, ten piedad de nosotros - Señor, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros - Cristo, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros - Señor, ten piedad de nosotros Cristo, óyenos - Cristo, óyenos Cristo, escúchanos - Cristo, escúchanos Dios Padre Celestial - Ten misericordia de nosotros Dios Hijo Redentor del mundo - Ten misericordia de nosotros Dios Espíritu Santo - Ten misericordia de nosotros Santa Trinidad, un solo Dios - Ten misericordia de nosotros V/ Dios Padre Creador R/ Te damos gracias por habernos redimido. V/ Dios Hijo Redentor R/ Te damos gracias por haber pagado nuestro rescate. V/ Dios Espíritu Santo Paráclito. R/ Te damos gracias por habernos vivificado 129


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Despedida

Meditar en la altísima capacidad para amar que tenían Jesús y María por la ausencia del pecado en Ellos, nos lleva a concluir que los dolores y sufrimientos experimentados en sus Sacratísimos Corazones unidos y traspasados son infinitos y tan imposible definirlos; de modo que todo el polvo de los tiempos “nueve eternidades juntas”, no podrían hacerles olvidar a Ellos tanta amargura capaz de llevar a un trauma psíquico a cualquier mortal y a cualquier madre de tan extremada sensibilidad en el amor, como lo fue María. ¡Era su Hijo y era su Señor! Pero no, para Ellos no fue amargura ¡fue amor! Y nunca, nunca Ellos lo olvidarán. Hermano: ¿Tú serás capaz de olvidar cuanto valió tu rescate? Seguramente si lo puedes olvidar, pues cada vez que sientas repulsa o pereza a hacer un Vía Crucis por no ser Cuaresma o Viernes Santo es porque a lo mejor ¡Ya lo olvidaste! Muchos prefieren recordar en lugar meditar la resurrección del Señor, a extremo que en muchos Templos ha reemplazado el Crucificado por 134

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Resucitado ¡Pero ten cuidado! Pregúntate ¿Cuál será más evocador? Ciertamente, el Redentor es la expresión de la gloria y el poder de Dios. En el libro Adoraciones, el P. Tomás. M. Quijano afirma: a Jesucristo no se le ama porque no se le conoce, y no se le conoce porque no se medita atentamente, ni se contemplan con amor su vida, su doctrina, su sagrada Pasión y el conjunto admirable de Sí mismo y de todas sus obras: en la Sagrada Eucaristía (memorial del sacrificio de Cristo Jesús. Cat. de la Iglesia Católica, Compendio. 280). Somos exhortados a llevar siempre la mortificación de Jesús en nuestro cuerpo, para que también su vida se manifieste en nuestra carne mortal (Cfr.2 Cor 4, 10-11). Por esta causa pedimos al Señor en el sacrificio de la Misa que, “recibida la ofrenda de la víctima espiritual”, haga de nosotros mismos una “ofrenda eterna” para Sí. (Concilio Vaticano II. S.C, 12)

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