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CARRY SOMERS

FUNDADORA Y DIRECTORA DE OPERACIONES MUNDIALES DE FASHION REVOLUTION En la física, el efecto observador es una teoría que sostiene que la observación de un fenómeno lo cambia inevitablemente. Hoy en día, estamos viendo que algo similar sucede con la industria de la moda. Las marcas están bajo escrutinio; saben que las estamos observando y, como resultado, están empezando a cambiar su comportamiento e informarnos más acerca de dónde se hace nuestra ropa, quién la hizo y qué materiales se están utilizando. Sin embargo, todavía no nos dicen lo suficiente. Hay aún muchas cosas que no se dicen, que no se ven o que se pasan por alto. Nuestra ropa sigue escondiendo a los vulnerables y los explotados, a los ríos contaminados y los océanos repletos de plástico. La pandemia mundial nos ha demostrado que la necesidad de hacer que las marcas y el comercio minorista rindan cuentas es más urgente que nunca. Esta situación ha sacado a la luz el impacto de décadas de reducciones de precios, salarios injustos y prácticas de compra irresponsables mientras que somos testigos del efecto devastador de la cancelación de pedidos entre algunos de los trabajadores más vulnerables de las cadenas de suministro de la industria de la moda. Es preciso que las grandes marcas y el comercio minorista aprovechen este momento para reafirmar su compromiso estratégico y sus acciones prácticas a fin de transitar hacia una transparencia aún mayor. En un mundo post pandémico, queremos ver modelos de negocio más sostenibles, relaciones industriales maduras y trabajadores que reciban un pago justo y un trato digno. La transparencia es vital y urgente porque nos ayudará a hacer que las marcas rindan cuentas cada vez que evadan su responsabilidad y sus costos asociados en situaciones como la que vivimos.

Asimismo, con el Covid-19 en todos los encabezados, no debemos dejar que la falta de atención ponga en peligro la lucha contra el cambio climático y el freno a la pérdida de biodiversidad. Debemos tener la mirada fija en estos temas interconectados, los cuales tendrán un profundo impacto en nuestras vidas y en nuestro planeta a largo plazo; de igual manera, tenemos que ser persistentes y advertir a las marcas y al comercio minorista que continúan siendo objeto de escrutinio.

El efecto observador muestra cómo todas las personas actuamos de forma diferente cuando sabemos que alguien nos observa. Por ello, es de importancia crucial alzar la voz y cuestionar el modelo económico de la industria de la indumentaria todo el año, por medio de los hashtags #quienhizomiropa y #quéhayenmiropa. El Índice de Transparencia de la Moda en México se presenta en un momento crucial para la industria, donde enfrentamos los estragos continuos del Covid-19 y la crisis climática.

La observación influirá en el comportamiento de las empresas y les dejará claro que esperamos más empeño de su parte. El Índice también permitirá a las marcas y al comercio minorista observar los progresos del resto de la industria y comparar su transparencia con la de sus pares. Esto, a su vez, los orillará a operar con mayor transparencia en el futuro.

“En un mundo post pandémico, queremos ver modelos de negocio más sostenibles, relaciones industriales maduras y trabajadores que reciban un pago justo y un trato digno. La transparencia es vital y urgente porque nos ayudará a hacer que las marcas rindan cuentas cada vez que evadan su responsabilidad y sus costos asociados en situaciones como la que vivimos.”