EXPUESTO
01 ‘Autorretrat del gran capital’, 1975 02 ‘Les femelles no han de lluitar’, 1972 03 Imagen de la exposición en Octubre CCC FOTOGRAFÍA: RAFA GIL
04 Josep Renau INSTITUT VALENCIÀ D'ART MODERN, DIPÒSIT FUNDACIÓ JOSEP RENAU
INSTITUT VALENCIÀ D'ART MODERN. DIPÒSIT FUND.JOSEP RENAU
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Conmemoración El que tenía que ser año Renau ha empezado con retraso; una muestra enValencia propone un recorrido antológico por su vida y obras
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Cultura|s La Vanguardia
Miércoles, 24 octubre 2007
FOTOGRAFÍA: ANA TORRALVA
Josep Renau: arte de clase Josep Renau 1907-1982: compromís i cultura VALENCIA Comisario: Jaime Brihuega 2 ambitos: La Nau Universitat de València Universidad, 2 Octubre CCC Sant Ferran, 12 Hasta el 11 de noviembre De diciembre de 2007 al marzo de 2008 estará en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid
MIKE IBÁÑEZ
El año 2007 a priori tenía que ser un año Renau por derecho y a tope. Mayo, 1907: 100 años de su nacimiento en Valencia; octubre, 1982: 25 de su muerte en el Berlín Este. O sea, sobraban excusas. Como hooligan del Maestro estás pendiente de posibles eventos. Pasan los meses y… nada. El IVAM y el Cervantes mueven por el extranjero una exposición: Munich, Varsovia, en noviembre va a Berlín… Loable. Pero los de casa, boquero-
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nes: nada de nada. En Valencia, ni Ajuntament ni Generalitat demuestran el menor interés por montarle nada al tio Pepet. Las prioridades culturales igual son otras, yo qué sé… la Copa América de vela o el Circuit de Recollons Beach, ese futuro circuito automovilístico urbano tan fashion (¡que Lladró haga McLarens de porcelana, eso será cultura!). Al final, nueve meses después de empezar el año Renau, empieza la gresca. El Ministerio de Cultura estatal, que por
desidia o algo así no ha pensado algo antes, monta en Salamanca Josep Renau, arte y propaganda en guerra, centrada en facetas en las que Renau fue un primer espada: la agit-prop y el cartel político. Y en Valencia, la Universitat junto con Octubre CCC, el centro de cultura contemporánea donde la Fundación Josep Renau tiene su casa, que no han montado nada antes digamos que por desidia ajena, finalmente tiran adelante Josep Renau 1907-1982: compromís i cultura, un recorrido antológico por la vi-
ta Alfaro Siqueiros. Josep, amén de ser EL fotomontador, tendrá también una querencia especial por el mural al considerarlo arte popular estricto, arte público, antítesis del arte privado, aquél que sirve para decorar un espacio restringido y exclusivo –el de galerías, coleccionistas, el tinglado del arte–. El mural le gustaba porque es la pintura la que busca a la gente y no la gente a la pintura. Y ya en el Octubre CCC encontramos obra de su última etapa, la de residencia en el Berlín Este y la de sus
En el joven Renau se produce una (r)evolución técnica y anímica: adquiere un compromiso por un arte más social, de propaganda y agitación da y milagros (laicos) del Maestro. En la primera de las tres salas de la Nau de la Universitat con obra expuesta tendremos al Renau más joven, aquél que triunfa en Madrid con su primera exposición en el año 1928, éxito que provoca una pregunta al artista: “che, ¿què passa?”, o sea: ¿ésto es el arte? ¿para qué o para quién pinto? La aceptación burguesa lo estomaga y lo deprime. El joven Josep Renau flipa con los fotomontajes ultrapolíticos del gran John Heartfield. Todo eso va produciendo una (r)evolución, técnica y anímica: adquirir un compromiso por un arte menos refitolero, más social, más peleón, de propaganda, de agitación. Un compromiso que ya no abandonaría en su puñetera vida. Y el fotomontaje será la técnica ideal. La segunda sala nos habla de Renau durante la Guerra Civil, cuando su producción de cartelismo llega a cotas sublimes, o cuando, como Comisario de Bellas Artes, será el responsable del pabellón español en la Exposición Universal de París e instigador de la creación del póster por antonomasia del s. XX: el Guernica, obra que surge de un encargo mural del valenciano al malagueño para dicha exposición. Querencia especial La tercera sala nos muestra obra de exilio, en México, país del que tendrá nacionalidad hasta su muerte. Desde carteles para películas o portadas para la revista Futuro, hasta esbozos de su obra con los grandes muralistas mexicanos como el tremendis-
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idas y venidas a la Valencia post-75 hasta su muerte en 1982. Desde La conquista del cosmos, un panel absolutamente space-age de 1966 para el Círculo de la Televisión berlinés, hasta una ilustración entrañable para un libro de canciones de otro valenciano campeón: Ovidi Montllor. En el sótano del Octubre acoge una selección de obras de su trabajo más reconocido, la serie de fotomontajes The American Way of Life, que inició a mediados de los años cincuenta en Mexico y cerró a mediados de los años sesenta en Berlín, puro pOp art social, y pura Guerra Fría, una crítica mordaz a una sociedad grotesca. El tema americano lo tocará hasta muchos años después, fotomontando sobre Vietnam o Chile, side effects de los USA. ‘Bonus tracks’ La exposición se completa con varios bonus tracks: textos teóricos de JR sobre la función social del cartel o contra el autismo del arte abstracto; Renau: art en guerra, un audiovisual de Joan Dolç sobre textos de Josep; o las obras– homenaje que el Equipo Crónica o el Equipo Realitat en su día le dedicaron. Y el filín del recorrido por ese auténtico timeline del siglo XX es que en Josep Renau la cultura es realmente un compromiso vital. No en vano, como me recordaba Emili Payà de la Fundació Renau, Josep decía que él no era un pintor comunista sino un comunista pintor. Arte de clase. |