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Proyecto Microemprendimientos. CEM 93 - Catriel

MODALIDAD JOVENES Y ADULTOS

Experiencia: CEM 93 - Catriel PROYECTO MICROEMPRENDIMIENTOS

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“Estoy convencido que la mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los que han fracasado es la perseverancia” Steve Jobs, cofundador de Apple.

El CEM 93, más conocido por la comunidad como la escuela nocturna de Catriel, funciona actualmente en el edificio de la ESRN 78, en

Avenida Las Américas Nº 25, luego de haber funcionado anteriormente en otros dos edificios. Catriel es una ciudad de cuarenta mil habitantes según el último censo. Ubicada en el extremo norte de nuestra provincia, es la Puerta Norte de la Patagonia. Limita con 25 de Mayo (La Pampa). Ambas localidades están separadas por el río Colorado. La actividad económica principal es la industria petrolera, razón por la cual también es conocida como la Capital provincial del petróleo.

Haciendo un poco de historia, este CEM comenzó como un anexo nocturno en el año 1984. Fueron dos promociones las que egresaron de este anexo, constituyendo los cimientos de La Escuela Comercial Nocturna Nº 11, creada mediante la Resolución Nº 1013/89, bajo la dirección de la profesora María Teresa Cinto. En el año 1996 esta escuela pasó a denominarse Centro de Educación Media Nº 93, con orientación Perito Mercantil, especialidad Auxiliar en Administración de Empresas.

Así se fue irguiendo como la única secundaria nocturna de la localidad, albergando en la actualidad a trescientos estudiantes aproximadamente. Nuestra comunidad educativa está compuesta por estudiantes, docentes, administrativos y no docentes que desarrollan sus actividades en total armonía, donde cada actor aporta estrategias para el mejor desarrollo de las actividades educativas.

El día 5 de septiembre de 2012 se inauguró el centro infantil anexo CEM Nº 93 que actualmente continúa funcionando, el cual permite a nuestros/as estudiantes cursar en forma regular, confiando el cuidado de sus hijos/as.

CEM 93

La problemática que enfrenta la institución, como así también los/as jóvenes y adultos/as que asisten, tiene que ver con falencias edilicias y con repitencias y deserción escolar. Esto nos plantea la necesidad de abordar estrategias de participación de los/as estudiantes en el ámbito escolar y extraescolar, con el objeto de captar su

atención y lograr la terminalidad de la trayectoria.

En el contexto de pandemia, la educación virtual, sobre todo en los primeros tiempos, resultó un gran desafío tanto para docentes como para el conjunto de estudiantes, todo ello debido a que, una de las características que le da valor agregado a la secundaria nocturna, es la atención personalizada que brinda el equipo docente al estudiantado. Teniendo en cuenta la deserción escolar que normalmente enfrentan estas escuelas, nos vimos en la obligación de aplicar estrategias que entusiasmaran a nuestros/as estudiantes a fin de lograr esa permanencia y conclusión de la trayectoria estipulada, como así también dar a conocer un poco más los alcances que tiene el título que se otorga en el establecimiento, ideando un proyecto llamado “Microemprendimiento”, pensado en principio para trabajarlo en la presencialidad cuando la esperanza de volver prontamente a las aulas estaba a flor de piel.

La prolongación de la cuarentena nos hizo replantear la implementación del mismo, pero el entusiasmo de los/ as profesores que actualmente dictan cátedras en los dos Cuarto año nos llevó por el camino de adaptar el proyecto a la virtualidad. Para ello hicimos reuniones por diferentes medios digitales (Meet, videollamadas) tratando de buscar la mejor conexión. Luego de tres reuniones logramos aunar criterios y el proyecto empezó a tener forma.

La idea era que los/as estudiantes armaran su propio emprendimiento y que les permitiera interactuar con la sociedad, aplicando recursos que les devolvieran ganancias o utilidades que sirvieran para palear la actual situación económica generada o agravada por la pandemia. Para ello, el equipo docente debió armar un plan de trabajos con los saberes que se abordarían desde cada asignatura, tendientes a ser aplicados al microemprendimiento.

En este sentido, desde el CEM 93 y desde los espacios curriculares de Cuarto año, se intentó brindar al grupo de estudiantes la oportunidad de desarrollar competencias para la elaboración de proyectos viables en situaciones y circunstancias reales. De esta manera, el Proyecto Institucional “Microemprendimiento” se concibió como una propuesta de síntesis en la que el estudiantado integraría conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales para trabajarlos en el ciclo lectivo.

La propuesta fue realizar, en un tiempo determinado, un proyecto productivo de bienes y/o de servicios que involucrara aspectos de una organización y su gestión, haciendo hincapié en el desarrollo de capacidades tales como proyectar, planear, decidir, ejecutar, operar y controlar aspectos relacionados con los diferentes momentos en la elaboración de un Proyecto.

Para ello, cada docente del último año aportó aspectos básicos necesarios para la implementación, ejecución y desarrollo del Microemprendimien-

to desde las materias Contabilidad, Matemática Financiera, Lengua y Literatura, Química, Idioma Extranjero, Finanzas, Legislación y Práctica Impositiva, Administración del Personal y Práctica de Legislación Laboral.

Embarcándonos en este desafío, sin antecedentes en nuestra institución o localidad, al menos desde nuestro conocimiento, fue tomando forma y nuestras/os alumnas/os comenzaron a plantearnos preguntas y situaciones que daban fe de que el proyecto estaba dando sus frutos.

Comenzamos a transitar la concreción del mismo con el apoyo incondicional de nuestra directora, Graciela Escobar, y del equipo técnico y pedagógico de la Dirección de Educación de Jóvenes y Adultos/as; las/os profesores María José López Ciordia, Fabio Nuñez, Jovana Coronel, Lucia Ciman, Jonathan Andriachio, Eliana Cruz, Evelyn Riquero, Angie Burgos, Estela Rojas, Marisa Daniela Pérez; y nuestras/os estudiantes de Cuarto año de 1ra y 2da división.

El proyecto propuesto por el equipo docente consta de una fundamentación basada en la búsqueda de soluciones a problemas y necesidades humanas, teniendo en cuenta el perfil del/la estudiante, cuyo rango etario va desde los 18 años a los 40 aproximadamente, algunos/as en etapa de proyectar su vida y otros/as con las ganas de mejorar la calidad de la misma. Teniendo en cuenta este antecedente, se pretendió que los/as estudiantes egresaran con un conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas posibles de ser aplicados a un emprendimiento propio. El equipo docente adaptó los contenidos a estos propósitos a fin de dar al grupo de estudiantes las herramientas necesarias que luego aplicarían en contexto real o ficcional, para lo que no solo tendrían que proyectar sino resolver operativamente, anticiparse e hipotetizar, construyendo así un cuerpo teórico que les permitiera resolver problemas y accionar.

Fue así que una vez planificado el proyecto institucional y aceptado por las autoridades del Consejo, se presentó ante los/as estudiantes a través de medios digitales con el objetivo de ponerlos en conocimiento de las nuevas formas de transitar la trayectoria de Cuarto año.

La mayor fortaleza en relación con el equipo de profesores/as fue el compañerismo y el trabajo cooperativo que se dio entre pares docentes, enriqueciendo la labor cotidiana.

La dificultad más importante que tuvimos que superar fue el poco tiempo

NUESTRAS/OS ESTUDIANTES para la implementación del proyecto, debido a que se esperaba volver a la forma presencial, escenario ideal para la concreción. A pesar de ello, se pudo completar la etapa de presentación del proyecto del Microemprendimiento por parte de las/os alumnos, demostrando una gran capacidad creativa al momento de elegir su empresa, encontrando entre ellas: Fábrica de fideos artesanales, Comidas orgánicas, Panaderías, Resto-bar, Pizzerías, Vivero de plantas ornamentales, Fabricación de Indumentaria de Seguridad, Chocolatería, Repostería y Pastelería, entre otras.

Creemos sumamente necesario dar continuidad en el tiempo a dicho proyecto para ir subsanando errores que se pudieron cometer en esta primera experiencia. Si vuelve a implementarse y se logra concretar la etapa de hacerlo realidad, servirá para la escuela en general como una forma de promocionarla y, para las/os estudiantes en particular, como una experiencia de aproximación al mundo empresarial, dándole un valor agregado al título con el que egresan.

No vamos a decir que esta experiencia fue fácil, muchas veces tuvimos que sostener a nuestras/os alumnos que, debido a la situación de pandemia, veían imposible continuar los estudios. Pero, una vez más, el grupo de docentes que acompañó el proyecto apuntaló con todas sus herramientas pedagógicas, didácticas y psicológicas, logrando que un alto porcentaje de estudiantes continuara y lograra su objetivo de armar el proyecto de microemprendimiento. Pudimos así sembrar una semilla de progreso en sus vidas, dado que más de uno lo está llevando a la práctica y hoy está trabajando en ello.

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