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Proyecto Huerta Agroecológica. CEM 86 - General Roca

MODALIDAD JOVENES Y ADULTOS

Experiencia: CEM 86 General Roca

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CEM 86 - PROYECTO HUERTA AGROECOLÓGICA

NOS COMENTAN: Referentes: Prof. Patricia Troncoso - Directora Titular CEM N°86. Docentes: Yoana Flores, Sabrina Speranza, Ana Laura Bermúdez y Fernanda Burella.

El CEM Nº 86 se localiza en General Roca. Comparte edificio con la ESRN N º 9 que funciona en el horario diurno. Nuestra escuela de educación secundaria es inclusiva, flexible, orientada dentro del marco normativo federal de la Educación Permanente para Jóvenes y Adultos/as (EPJA). A ella asisten jóvenes y adultos/as con la necesidad de terminar sus estudios secundarios para encontrar una mejor salida laboral. Por eso, desde la EPJA, las trayectorias escolares propuestas son pensadas para que nuestras/os estudiantes puedan abordar diferentes saberes que influyan en su vida cotidiana en diversas situaciones e instituciones laborales. El gran desafío institucional es estimular un horizonte de posibilidades, desarrollar capacidades laborales y sociales que permitan un desarrollo inclusivo, no solo una mejor salida laboral, sino también el deseo de continuar con los estudios terciarios y universitarios.

A nuestra escuela asiste una gran heterogeneidad de estudiantes, sus edades oscilan entre los 16 y los 40 años, provienen de barrios alejados del casco céntrico. Muchos de nuestros/as estudiantes pasan por situaciones económicas muy complejas y alrededor del 80% de los mismos trabaja, ya sea para ayudar económicamente a la familia o por ser sostén de la misma. Por esta razón, muchas veces piden autorización para llegar después del comienzo de clases y no perder toda la cursada. En otras ocasiones no asisten directamente ya que aducen estar muy cansados, lo que provoca a la larga el abandono de la escuela. Por otra parte, varios de nuestros/as estudiantes tienen niños/ as pequeños/as, aunque para ello la escuela cuenta con un centro infantil donde les brindan contención y conocimientos mientras que sus padres/ madres cursan, logrando que no sea un factor determinante.

Este fue uno de los puntos funda-

mentales que nos hizo pensar, como cuerpo docente, en el proyecto Huerta agroecológica. Un proyecto que motivara, incluyera y que les permitiera tener herramientas para una ayuda económica o futura salida laboral.

UN PROYECTO CON HISTORIA

El proyecto “Huerta agroecológica” surgió en el año 2019 a partir de una situación externa edilicia en la que se nos propuso, como metodología de trabajo, la conformación de talleres para la enseñanza por proyectos interdisciplinarios. Esto nos permitió salir de la enseñanza tradicional y trabajar en conjunto con docentes de diversas áreas de conocimiento. Dichos proyectos partieron de una problemática sociocultural con la intención de motivar a los/as estudiantes; la misma debía poder resolverse desde todas las disciplinas involucradas. Debido a que las escuelas nocturnas de Río Negro no cuentan con lineamientos curriculares que detallen los contenidos a desarrollar en cada área, surgió la propuesta de armar, a través de acuerdos pedagógicos, una huerta agroecológica en espacios reducidos involucrando diferentes áreas de conocimiento como, por ejemplo, Biología, Educación Cívica, Lengua y Literatura, Contabilidad y Geografía. En ese momento, el proyecto se llevó a cabo en la escuela que nos prestaba sus instalaciones (un mes antes de comenzar las clases se incendió el edificio donde funcionaba el CEM 86), se armó la huerta y un invernadero en un pequeño espacio que estaba en desuso. El resultado fue muy satisfactorio tanto para el grupo de estudiantes como para el de docentes que participamos en el mismo, porque además de desarrollar los contenidos en cada asignatura, nos permitió crear y afianzar los vínculos con cada uno/a de nuestros/ as estudiantes.

Como sabemos, en el año 2020 la pandemia ocasionada por el covid-19 nos obligó a aislarnos y pensar nuevas formas de comunicarnos para estar más cerca de nuestras familias y amistades. La educación fue, quizás, el área más afectada en este sentido, por lo que como docentes tuvimos que buscar alternativas viables para llegar al estudiantado y darle sentido a la enseñanza. Debido al ASPO comenzamos a trabajar, primero, de manera disciplinar, cada docente con su asignatura. En vista de la poca participación de las/ os estudiantes por diferentes motivos, como dificultades o faltas de conectividad, desde Dirección nos propusieron trabajar interdisciplinariamente, ofrecer al conjunto de estudiantes una alternativa en la que se lograran articular los conocimientos de las diversas asignaturas de cada año. Así surgió la idea de retomar el proyecto que habíamos realizado el año anterior y trabajarlo de manera institucional.

Esto se resolvió pensando en que una huerta es una actividad integral que cada estudiante puede compartir con integrantes de su familia, considerando además que la mayoría son jefes y jefas de hogar. Otro de los inconvenientes que debimos resolver fue la falta de conectividad y/o herramientas tecnológicas de nuestros/as estudiantes, por lo que surgió la idea de realizar cuadernillos con actividades teórico-prácticas y entregarlos de manera impresa a quienes lo necesitaran.

Como dijimos anteriormente, teníamos como base y antecedente el trabajo del año 2019, pero en este proyecto incorporamos las demás áreas de conocimientos, lo que resultó un completo desafío. Sabíamos a dónde queríamos llegar, pero debíamos organizar el trayecto.

Al ser un proyecto institucional, estuvo involucrada toda la planta docente de la escuela, todas/os aportamos algo para la realización del mismo, comenzando desde el equipo directivo. Al tener una pequeña experiencia con el proyecto del año anterior, el grupo de docentes que participó en él fue el que se encargó de coordinar las actividades. El equipo directivo organizó múltiples y variadas reuniones virtuales para acercar las partes.

MANOS A LA HUERTA

El gran proyecto “Huerta agroecológica en tiempos de pandemia” se dividió en dos: En el Ciclo Básico (1° y 2° Año) se trabajó en el armado de la huerta, alimentación y consumo saludable. En el Ciclo Superior (3° y 4° Año con orientación en Perito Mercantil) se enfocó la huerta como microemprendimiento, sumado a otros, como, por ejemplo, “Elaboración de Alcohol en gel”. Por otro lado, el centro infantil de nuestra

escuela también participó de la propuesta, donde las seños realizaron diversas actividades y juegos en torno a la huerta para las/os más pequeñas/os.

A cada grupo de estudiantes se les otorgó el cuadernillo en formato digital y, a quienes lo necesitaran, en formato papel. Junto con estos iban semillas de al menos cuatro variedades de verduras y hortalizas para su propia huerta. Para la entrega de los cuadernillos en papel y las semillas, armamos grupos de docentes y preceptores/as con movilidad para repartirlos a los/as estudiantes casa por casa.

Cuando pensamos en el proyecto, pensamos en lo que nos puede ofrecer una Huerta a nosotros/as y a nuestros/ as estudiantes; sabemos que constituye principalmente un espacio de enseñanza y aprendizaje, a la vez que incentiva la sensibilidad e interés por los problemas ambientales y contribuye a desarrollar los valores, aptitudes y conocimientos enmarcados en la Educación Ambiental, a partir del cuidado y el análisis de su importancia para nuestra salud y, además, para nuestro bolsillo. Teniendo en cuenta la situación que estamos atravesando, la Huerta fue realizada por cada estudiante en su propia casa. De esta manera, no solo se brindó la posibilidad de generar nuevos conocimientos, sino también que representó la posibilidad de que cada uno se conectara con la naturaleza, con las plantas y sus procesos, generando nuevas rutinas que permitan interactuar y brindar un bienestar psíquico y emocional a cada integrante de la familia.

En primer año, el grupo de estudiantes debía armar su huerta desde cero, por lo que en Biología se trabajó todo lo relacionado con el suelo, las condiciones y recursos que necesitan las plantas, cuidados de las mismas, materiales y lugar para el armado de la huerta. Desde otras áreas se trabajó en el cuidado de la huerta mediante técnicas caseras de control de plagas, armado de invernadero, lectura y escritura de textos instructivos y folletería. Desde el área de sociales se trabajó sobre la relación de los pueblos originarios con la naturaleza, historia de la agricultura, soberanía alimentaria, entre otros aspectos.

En segundo año, debido a que las/ os estudiantes ya habían trabajado en el armado de la huerta el año anterior y la mayoría de ellos la construyó en su casas, se trabajó en el consumo y alimentación saludable y los beneficios que tiene para nuestra salud, manipulación y conservación de los alimentos, analizando diversas técnicas. También se abordó, desde el área de sociales, el derecho a la salud y el de las/os consumidores, soberanía alimentaria, ley de etiqueta, entre otros. En Lengua y literatura se propuso una aproximación a los textos argumentativos, publicidades y propagandas.

En el ciclo superior (3º y 4º año) se pensó, como decíamos, en desarrollar proyectos de microemprendimientos basados en una huerta agroecológica, cuyos objetivos eran incentivar al estudiantado al autoabastecimiento, a cuidar y conservar la salud, la de su familia y la del medio ambiente; a su vez, cooperar con el desarrollo tanto individual como comunitario. Además, se buscó estimular a las/os estudiantes a emprender, a producir artesanalmente, a buscar diferentes medios para salir de una situación económica adversa, de poder concretar la planificación y gestión del mismo.

Para esto fue necesario el aporte de las disciplinas propias de la orientación, como Administración de Empresas, Contabilidad, Economía. En estas asignaturas se trabajaron los pasos para crear un microemprendimiento, cálculos de los costos de producción, marketing, publicidad, comercialización, finanzas, economía solidaria, cooperativismo, entre otros puntos. En el área de ciencias sociales se profundizó en el derecho al trabajo digno, cupo laboral trans, el papel de la mujer dentro del mercado laboral.

Debimos afrontar, como en todo proyecto, algunas dificultades. En este caso fueron, principalmente, aunar cri-

Huerta, siembra y germinación que realizaron nuestros estudiantes, 2020

terios y ponernos de acuerdo al interior del equipo docente, así también como buscar el tiempo para coordinar con cada uno/a, hacer los recortes en cuanto a los contenidos y que los mismos tengan una relación directa con el proyecto a trabajar. Vale aclarar que esta modalidad de trabajo es nueva tanto para docentes como para estudiantes de una escuela nocturna.

Otra dificultad que consideramos, aunque resulte obvia, fue la falta de presencialidad, el no poder explicar a los/as jóvenes la nueva metodología de trabajo, la discontinuidad en la participación de gran cantidad de estudiantes por falta de conectividad o el abandono por diversas causas.

Sin embargo, a pesar de las dificultades y el tiempo que implicó ponernos de acuerdo, logramos entre todas/os llegar a consensos que permitieron alivianar la cantidad de trabajos enviados al estudiantado, y sobre todo nos permitió de alguna manera llegar a quienes no tenían conectividad pero que querían seguir con sus estudios.

UN PROYECTO CON FUTURO

Consideramos que este proyecto es muy valioso y puede tener continuidad, ya que nos permite abarcar múltiples disciplinas, problemáticas y temas de

interés para nuestros/as estudiantes. El proyecto fue creado para que ellos/as conozcan los pasos y procedimientos para armar una huerta en sus casas, utilizar materiales reciclables y espacios disponibles, no solo pensando en una alimentación saludable, sino también en una economía familiar y una posible salida laboral, ya que, en la segunda instancia, se pensó en desarrollar un proyecto paralelo como la producción de semillas, diseño de etiquetas, envasados pos-venta, etcétera.

El proyecto “Huerta agroecológica” es amplio y es muy factible, podremos darle otras orientaciones de acuerdo a las necesidades de nuestros/as estudiantes y de los tiempos que corren.

A MODO DE CIERRE

Es difícil hacer una evaluación del proyecto debido a la falta de presencialidad de las clases y a no poder tener un seguimiento genuino del conjunto de estudiantes. Consideramos que, a pesar de todas las dificultades que se presentan en este particular contexto, el objetivo principal lo logramos, que las/ os estudiantes se motivaron con esta propuesta y, por sus respuestas, sabemos que les encantó poder armar su propia huerta junto a sus familias. Esto les brindó un momento de distracción y diversión junto a sus seres queridos mientras aprendían, y eso es lo más importante para nosotros/as.

Algunas preguntas que nos surgieron sabiendo que los recursos y los tiempos en una escuela nocturna no son los mismos que en un diurno: ¿Cómo sería trabajar este gran proyecto en la presencialidad? ¿Cómo podríamos pensar en la evaluación para este proyecto insti-

Antes y después de la Huerta en macetas y almácigos de una estudiante, año 2020

tucional? ¿Fue significativo este trabajo con los/as estudiantes? ¿Cómo podríamos generar instancias de socialización en este contexto? ¿Qué opinión tienen las/os estudiantes de este trabajo?

Estas preguntas y algunas otras nos llevamos todas las personas involucradas en el proyecto. La idea, en lo posible, es seguir trabajando inter o multidisciplinariamente, otorgándole otros enfoques y/o sentidos que sean significativos para las/os estudiantes.

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