E L D IARIO DEL J UICIO L A P ERLA · C ÓRDOBA · A RGENTINA P · A V · N$ 27 · E 29 11 A 2013 · : 1853-8290
EL PASADO MIÉRCOLES 24 DE JULIO, EL TOF2 DICTÓ SENTENCIA EN LA CAUSA AYALA CONTRA EL ÚNICO ACUSADO
EDITORIAL
EL ÚNICO IMPUTADO EN ESTA CAUSA (UN DESPRENDIMIENTO DEL JUICIO VIDELA) FUE CONDENADO POR SU PARTICIPACIÓN EN EL ASESINATO DE SEIS PRESOS POLÍTICOS DE LA UP1: MIGUEL ÁNGEL MOZÉ, DIANA FIDELMAN, LUIS RICARDO VERÓN, JOSÉ ALBERTO SVAGUSSA, RICARDO ALBERTO YUNG Y EDUARDO ALBERTO HERNÁNDEZ, EL 17 DE MAYO DE 1976. AYALA INTEGRABA EL COMANDO RADIOELÉCTRICO EN ESE MOMENTO, Y EN EL JUICIO SE DEMOSTRÓ LA EFECTIVA INTERVENCIÓN DEL ACUSADO EN LOS HECHOS OCURRIDOS AQUEL DÍA.
Manuel Bomheker
12 años de prisión para el policía Juan D. Ayala
Pedimos la palabra
Festejo popular. Unas personas se concentraron frente al edificio de Tribunales Federales II para aguardar la sentencia.
JUICIO LA PERLA
Balance y testimonios LUEGO DE LA FERIA JUDICIAL, RECOMENZÓ EL RITMO DE LAS AUDIENCIAS. QUERELLAS, DEFENSAS Y FISCALES EVALUARON LO ACTUADO HASTA HOY.
R E L U:
Páginas y · P C P
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Los usos de Perón Manuel Bomheker
Quienes estamos en el camino de construir la verdad y la justicia con mucho esfuerzo, no estamos dispuestos a cerrar los ojos ni a traicionarnos. Mucho menos a quedarnos callados. Quien ha sostenido con inquebrantable compromiso la política de derechos humanos no dudará en ceder el espacio que sea necesario para dejar actuar a las instituciones de la Nación. No creemos que quienes hoy denuncian al secretario de derechos humanos de la Nación hayan sufrido un repentino vuelco político e ideológico. No creemos que renieguen de acciones como la ‘semana santa’ de Alfonsín, las leyes de impunidad, la designación de militares genocidas como jefes de las fuerzas armadas, la negación de extradición de genocidas prófugos, la promoción a jefe de policía de Yanichelli –hoy condenado a prisión perpetua– en épocas de Mestre y Aguad ni de las fotos en palcos oficiales con el paladín del terrorismo de Estado, como Menéndez. Estamos convencidos de que la trama del poder y la defensa de sus intereses es la matriz profunda de los conflictos políticos de nuestros días. No es que repentinamente los sectores del stablishment se convencieron de nuestra prédica por memoria, verdad y justicia. No. Vienen por quienes han puesto en peligro seriamente sus intereses. El juicio a Papel Prensa dejará al desnudo la complicidad del poder mediático con la dictadura, manchándoles de sangre las manos. Las políticas de memoria convertidas en políticas de Estado no se negocian. De ninguna manera estamos dispuestos a encubrir a nadie y ellos lo saben. Es en este complejo escenario en que escuchamos la sentencia de la Causa Ayala, en la que se pone en evidencia qué quiere decir democratizar la justicia desde nuestra perspectiva. Nos encontramos con un tribunal corporativo y cerrado, en el que los pasos procesales dejaron afuera a las querellas de los equipos de investigación y los abogados de los organismos. Las querellas en estos juicios significan mucho más que la representación legal de las víctimas. Significan la presencia de quienes llevamos adelante un silencioso trabajo de investigación y recolección de pruebas aportadas a la justicia durante treinta años. Es por ello que esta sentencia a doce años de prisión como supuesto partícipe secundario nos deja más dudas que certezas.
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Emoción luego del testimonio. Yamila Argañaraz al abandonar la sala de audiencias el martes de julio.
“El nombre de Juan Domingo Perón es un significante que puede ser llenado con significados políticos dispares y hasta antagónicos”. P A O · Página
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EL JUICIO POR DENTRO
29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia
JUICIO LA PERLA • BALANCE DEL DESARROLLO DE LAS AUDIENCIAS, TRAS LA FERIA JUDICIAL
La trama de la represión, cada vez más en evidencia L , - E.
OTROS ESCENARIOS
La opinión de los actores Los representantes de las partes analizan y opinan sobre el desarrollo del proceso. Más allá de los roles e intereses antagónicos de los distintos actores, el común denominador es el reconocimiento de la trascendencia institucional del juicio, además de la complejidad
y magnitud del trabajo que implica. El derecho de las víctimas y de los imputados, el peso probatorio de los testimonios, la evidencia de la índole “cívico-militar” de la represión y la repercusión política y social del debate, son algunos de los tópicos en discusión.
FACUNDO TROTTA, fiscal general dura, plasmadas en el heHasta el momento, los tescho de que algunas persotimonios corroboran los nas eran secuestradas denhechos contenidos en la tro de las fábricas cordobeacusación y la participasas; o que en las “oficinas” ción de los acusados en los de La Perla les hacían ver a mismos. Pero algunos de esos testimonios, además, echan luz los secuestrados álbumes fotográficos acerca de la complicidad civil: relacio- de las mismas empresas que permitían nes entre grandes empresas y la dicta- el secuestro de sus empleados. Manuel Bomheker
Desde el comienzo del juicio por la megacausa “La Perla - La Ribera”, el 4 de diciembre de 2012, se ha alcanzado, a lo largo de 61 audiencias, la cifra de 102 testigos que han prestado declaración. En el aspecto cuantitativo, se puede estimar que ya se desarrolló un tercio de un proceso que incluye 17 expedientes, 416 víctimas –entre asesinados, desaparecidos y sobrevivientes– y 41 acusados, encabezados por Luciano Benjamín Menéndez. Además, el TOF1 y las partes han realizado tres inspecciones oculares: en los ex campos de concentración de La Perla y La Ribera, y en el ex centro de detención del Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Córdoba, sitios que actualmente son espacios de memoria. A su vez, en lo cualitativo ha quedado expuesto el funcionamiento del implacable aparato represivo pergeñado desde el comando del Tercer Cuerpo de Ejército durante la dictadura, y su prolegómeno ejercido por el Comando Libertadores de América –versión cordobesa de la Triple A–, en el período posterior al golpe policial acaecido el 27 de febrero de 1974. Los testimonios apuntalan con creciente evidencia la acusación elaborada durante la instrucción de las causas y develan cómo se articularon las fuerzas ‘de seguridad’ –Policía, Servicio Penitenciario y Gendarmería– bajo el mando militar, en un circuito que incluyó las dependencias policiales, las cárceles de barrio San Martín y el Buen Pastor, la Casa de Hidráulica y los campos militares de concentración de La
PRIMERA ETAPA • LAS PARTES ANALIZAN LA MEGACAUSA
FEDERICO CARNIEL, defensor público
Madre. El testimonio de Sara Luján reconstruyó la historia de su hijo, Raúl Mateo Molina.
O En las narraciones de los sobrevivientes, aparecen el secuestro, la tortura y el asesinato como métodos de eliminación del “enemigo” político, pero también delitos imposibles de justificar, como el saqueo, la servidumbre y el ultraje sexual. Perla, La Perla Chica y La Ribera. En la experiencia narrada por cada sobreviviente ante los jueces aparecen elementos comunes: el secuestro ilegal, la tortura y el asesinato, como método sistemático de exterminio de militantes revolucionarios y populares. Pero también asoman otros delitos imposibles de justificar desde la ideología, como la reducción a servidumbre, el ultraje sexual, la extorsión económica y el saqueo patrimonial.
L . Asimismo, van quedando en evidencia los intereses ‘civiles’ detrás del brazo armado del terrorismo de Estado: los grupos económicos concentrados, la partidocracia tradicional, la jerarquía de la Iglesia Católica, la corporación judicial, la burocracia sindical y la prensa hegemónica, factores de poder cuyo influjo y acción encubridora se extendió hasta mucho tiempo después de recuperada la democracia. Por último, el juicio desborda humanidad, con el estremecedor contraste entre las actitudes de victimarios y de víctimas. En ese plano, abundan las lecciones de vida de los que a pesar de todo siguieron luchando por un mundo más justo. O quienes asumieron su histórico mandato de sobrevivientes, como definió uno de los últimos en declarar: “Salir con vida de La Perla significaba la obligación y responsabilidad de relatar lo sucedido”.
TESTIMONIOS • SARA LUJÁN HABLÓ SOBRE SU HIJO
G: F
Memoria de una madre
Jorge Olivera y Gustavo De Marchi, condenados el de julio de este año a prisión perpetua y veinticinco años de cárcel respectivamente, se escaparon el pasado jueves del Hospital Militar de Palermo. Habían sido procesados en San Juan, en un juicio por delitos de lesa humanidad. Luego de la sentencia, ambos fueron trasladados hasta el penal bonaerense de Marcos Paz. Bajo custodia del Servicio Penitenciaro Federal, fueron llevados al Hospital Militar para un chequeo médico. Debido a esta situación, siete militares, entre ellos el director del Hospital, fueron pasados a retiro.
A Sara Rosenda Luján de Molina la secuestró, el de marzo de , un comando del Ejército que buscaba a su hijo Raúl Mateo Molina, presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Arquitectura en los años y . Alojada en las cárceles del Buen Pastor y San Martín, fue trasladada luego a La Ribera, donde al ser interrogada sobre su hijo planteó: “¿Por qué lo buscan, si todo lo que ha hecho es legal?”. “Los que están en la Universidad son todos comunistas”, respondieron sus captores. Liberada en septiembre del , Sara supo por su nuera que su hijo Raúl había sido secuestrado el de octubre del
, en La Cañada y de Abril, al salir de visitar a un abogado para gestionar la libertad de su madre. Años después, por el testimonio de la sobrevieinte Teresa Meschiatti, conoció su destino: “Cuando mi hijo entra a La Perla, lo recibe (Héctor ‘Palito’) Romero con una trompada que lo tira contra un escritorio, le hace pegar en la nuca y murió instantáneamente. Y (Héctor) Vergez, que estaba a cargo en ese momento de La Perla, parece que le hizo una recriminación. Y Romero se moría de risa, porque decía que se le había ido la mano”, narró Sara, con sus años de edad a cuestas.
Dentro de esa complejidad, Es un juicio de gran comtratamos de ejercer nuesplejidad, por la cantidad de tro magisterio de la manecausas, hechos, víctimas e ra más objetiva y profesioimputados. Además de la nal, y de velar por las gadisparidad entre los impurantías del debido proceso. tados, porque representamos desde (Luciano Benjamín) Menén- Estos juicios no serían posibles sin el dez hasta suboficiales de la policía. compromiso de la defensa pública.
CLAUDIO OROSZ, abogado querellante muerte de cada víctima. Hemos recibido ya a más Queda un largo camino por de cien testigos, en su marecorrer, pero paso a paso yoría sobrevivientes de La nos acercamos a un horiPerla, y cada uno desde sus zonte de condenas que esobservaciones personales peramos sean ejemplares coincide en el método atroz, feroz e ilegal de la represión; y se para los propios autores, para las generepiten así los nombres o apodos de los raciones futuras y, en especial, para represores, dueños de la vida y de la quienes estén a cargo del Estado.
PEDRO LEGUIZA, abogado defensor particular los testimonios poco han El juicio se viene desarrodicho de las incriminaciollando con los vaivenes nes concretas. Los dejaron propios de un proceso tan ampliar mucho, sin pedircomplejo y tan largo. Si les que se limiten a lo que bien se le ha dado una amvieron, escucharon o saben plitud exagerada a la declaración de los testigos, en muchos de sobre los hechos que se investigan.
MIGUEL CEBALLOS, abogado querellante como biopsias de la enferEl balance a nivel probatomedad que fue el terrorisrio es altamente satisfactomo de Estado, y muestran rio. En algunos casos, hay claramente cuáles fueron sobreabundancia de pruesus integrantes: no sólo los bas; y en otros, es menor, militares, sino la participalo que creemos que se va a equilibrar. Y desde un análisis sociopo- ción de los funcionarios judiciales, de lítico, procesos como este funcionan la Iglesia y del sector empresarial.
OSVALDO VIOLA, abogado defensor particular Nosotros cuestionamos el juicio en sí mismo y la acusación, en tanto consideramos que el fiscal está ilegítimamente designado, de modo que no hay una acusación válida y por lo tanto el juicio es nulo. Por otra parte, consideramos que en el caso de que algunos testigos no vengan o alguna de las partes los renuncien, los testimonios anteriores no
van a poder ser incorporados al debate, porque está en juego el derecho del imputado de confrontar a los testigos, lo que debió haber existido también durante la instrucción. No obstante ello, creo que los testigos están declarando con toda tranquilidad y no ha habido ningún incidente que haya afectado el normal desarrollo del juicio.
EL JUICIO POR DENTRO
El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 27
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SENTENCIA EN LA CAUSA AYALA • EL PASADO 24 DE JULIO, EL ÚNICO IMPUTADO EN ESTA CAUSA RECIBIÓ SU SENTENCIA EN TRIBUNALES FEDERALES II
Ayala: un necesario partícipe secundario La Causa Ayala ha llegado a su fin. En Tribunales Federales II, se sigue ahora con la rutina habitual, sin la carga incómoda de un proceso judicial que desde su inicio trajo mala espina. Una nueva condena por delitos de lesa humanidad tiene asiento en nuestra ciudad y ratifica el rumbo firme de las políticas de memoria, verdad y justicia. La complicidad de algunas instituciones con el terrorismo de Estado, como el Comando Radioeléctrico de la Policía de Córdoba, no está sujeta a discusión. En todo caso, resta profundizar la investigación para determinar cuáles fueron las respectivas colaboraciones. Juan Domingo Ayala, miembro de este Cuerpo y único imputado –entre los seis acusados–, fue condenado a doce años de prisión por su participación en el asesinato de Miguel Ángel Mozé, Diana Fidelman, Luis Ricardo Verón, José Alberto Svagussa, Ricardo Alberto Yung y Eduardo Alberto Hernández. P . El 17 de mayo de 1976, al caer la noche, el
cabo Ayala salía de la UP1 manejando uno de los automóviles que acompañaban el traslado de los seis presos políticos, que minutos más tarde, serían acribillados en la calle Neuquén al 900. Su nombre aparece registrado en un acta del Comando –encontrada por el Archivo Provincial de la Memoria– que describe la operación. Esas líneas dieron inicio a esta causa que lleva su nombre, y sumadas al resto de las pruebas que surgieron a lo largo del juicio, demostraron la efectiva intervención del acusado en los hechos ocurridos aquel día. Esto explica que, durante la lectura de los alegatos, la fiscal Graciela López de Filoñuk pidiera la sentencia de prisión perpetua, entendiendo que la evidencia recabada era lo suficientemente contundente como para declarar a Ayala partícipe necesario en los crímenes que se estaban juzgando. Como contrapartida, la defensa solicitó, en primer término, la absolución. En caso de no ser concedida, pidieron que se considerara al acusado como partícipe secundario, por no
Nicolás Castiglioni
E J D A 12 17 1976. L J V (1).
Delitos de Lesa Humanidad Los delitos por los que se condenó al ex policía Juan Domingo Ayala, fueron considerados y constan en la sentencia del tribunal a cargo de la causa como crímenes de lesa humanidad. Esposado. Ayala salió del edificio de Tribunales Federales II rumbo a la cárcel de Bouwer y con años sobre su espalda.
acreditarse la materialidad de su accionar en los homicidios de aquel 17 de mayo. Finalmente, el tribunal –conformado por Eduardo Belforte, Mario Garzón y Roque Rebak– hizo lugar a una parte de lo propuesto por la defensa, resolviendo “condenar a Juan Domingo Ayala como partícipe secundario, penalmente responsable del delito de homicidio calificado doblemente agravado por alevosía y plurali-
TESTIGOS • GUSTAVO CONTEPOMI DECLARÓ POR MÁS DE SEIS HORAS DESDE ESPAÑA
Testificar, contra viento y marea E 1.800 L P 80% . S B F L R. Secuestrado el 1º de julio de 1976 junto a Patricia Astelarra, Gustavo Contepomi fue uno de los prisioneros que más tiempo soportó en el campo de La Perla, de donde fue liberado recién a fines del 77. En su declaración por teleconferencia desde Barcelona, nombró a un centenar de personas cuyo destino fue el “pozo” y otra decena que murió por la tortura, mientras él permaneció en La Perla. “Había series de 400 números de prisioneros. Hasta que yo estuve, ya iban por la cuarta –reveló–; y por los testimonios de gente que estuvo después, por lo menos hubo otra serie, o sea un total de 1.800. Al menos veinte sobrevivimos después de un largo cautiverio; otra veintena fue liberada
después de muy poquitos días. Calculo que otras 200 personas habrán sido legalizadas. Con lo cual, más de un 80 por ciento de las personas que pasaron por La Perla están desaparecidas, es decir, fueron asesinadas”. El testigo, su esposa y el hijo que esperaban pudieron sobrevivir, pero cuando –tras la vuelta a la democracia– intentaron aportar esa información a la justicia, comenzó un nuevo calvario. “Pagamos un precio altísimo por culpa de funcionarios judiciales corruptos que pusieron todo su esfuerzo en evitar que denunciáramos. El fiscal (Antonio) Cornejo, el juez (Gustavo) Becerra Ferrer y el secretario (Luis) Rueda, a partir de pruebas ilegítimas, me procesaron.
dad de partícipes”. A raíz de esta interpretación, los jueces establecen una pena de doce años de prisión, descartando la solicitud del Ministerio Público Fiscal. Consultada acerca de este dictamen, López de Filoñuk afirmó: “Si bien no estoy altamente sorprendida, yo esperaba prisión perpetua, porque para mí Ayala es tan autor de los seis homicidios calificados, como los imputados que fueron condenados en el juicio a Videla”. Por su parte, Carlos Casas Nóblega, abogado defensor, se mostró conforme con el fallo: “Considero que se ha hecho lugar a alguna de las pretensiones de la defensa, que era la participación secundaria, lo cual me parece un logro”. P R. A todos los presentes, tanto dentro como fuera del TOF II, sorprendieron las palabras pronunciadas por el presidente del tribu-
nal, Eduardo Belforte, momentos antes de la lectura de la sentencia. “Por lo menos en esta sala, no quiero disturbios. No por una cuestión nuestra, sino por una cuestión de respeto a la República, porque este tribunal –no nosotros miembros circunstanciales, sino el Tribunal– representa a la República, gracias a la cual se ha llegado a esta instancia y ha sido posible la ejecución de este juicio, como tantos otros”, advirtió el juez, en medio de un mar de miradas desconcertadas. P . Unas 150 personas se acercaron a vivenciar el final de este sexto juicio por delitos de lesa humanidad en Córdoba. Desde temprano se intervinieron las veredas con flores rojas de papel y fotos de las víctimas, y se entonaron cánticos en celebración de una nueva condena al terrorismo de Estado en nuestra provincia.
VOCES DE LA SENTENCIA
Contepomi en el Juicio a las Juntas ().
Filtraron mis declaraciones y de otros testigos al Departamento de Inteligencia 141. Tergiversaron nuestras declaraciones. En una oficina contigua se reunían con los represores”, enumeró. Esto llevó a que el abogado Claudio Orosz pidiera que la Fiscalía investigue la acusación, para que “de una vez por todas conozcamos la coparticipación del Poder Judicial en la represión”.
“¿Cómo ubicamos a un vehículo cargado de detenidos, vendados, atados, que van a ser fusilados, sin la participación necesaria de ese chofer (Juan Domingo Ayala)?”, expresó el abogado Claudio Orosz –quien había sido querellante de los familiares de las víctimas en – tras el fallo. Luego, agregó: “La querella es fundamental porque es la voz de las familias, de las pruebas que hemos recogido durante años los organismos de derechos humanos, que muchas veces la justicia, por más buena voluntad que tenga, no las conoce o no las sabe comprender”, haciendo referencia a la inexplicable omisión de la justicia federal que no notificó la elevación a juicio de la Causa Ayala a las familias querellantes. Por otra parte, Olga Tello, cuñada de Diana Fidelman, se expresó así tras la sentencia: “Yo no quiero decir ‘estoy conforme’ porque estoy muy enojada, porque (Ayala) no estará para toda la vida en la cárcel. Porque ellos han vivido en libertad, tranquilamente durante tantos años (...) Entonces, a medias... porque peor hubiera sido que lo absuelvan”.
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29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia
INFORME ESPECIAL • LA EX COMISARÍA DE UNQUILLO IN
REPORTAJE • EN LAS SIERRAS CHICAS, LA COMUNIDAD ARTICULÓ ESFUERZOS PARA RECUPERAR LA EX COMISARÍA DE UNQUILLO | Por César Pucheta
El primer espacio de memoria en el interior de la provincia Nicolás Castiglioni
L U, , . El sistema que los militares idearon para llevar a cabo el terrorismo de Estado a lo largo del país tuvo aceitados mecanismos de funcionamiento. Los centros clandestinos de detención ocupaban un lugar central en ese esquema. Por lo general, cuando hablamos de estos centros ponemos la atención en los puntos neurálgicos de la represión, aquellos en los que decenas de miles de detenidos-desaparecidos fueron mantenidos en cautiverio, del que la gran mayoría jamás pudo regresar. Pero lo cierto es que los grupos de tareas formados por integrantes de las fuerzas de seguridad y civiles contaban con varios puntos donde se concentraba la represión. Algunos funcionaban como lugares de paso, como sitios de detención desde los cuales se trasladaba a los detenidos-desaparecidos a centros de mayor envergadura, y en los que las prácticas llevadas a cabo por los represores tenían las mismas lógicas. En Córdoba, la estructura represiva dependía del Tercer Cuerpo de Ejército. Las cabezas de esa pirámide habían ideado lo que se conoce como el ‘circuito del terror’: una especie de ruta y espacios –por lo general ubicados en dependencias públicas– en los que se mantenía a los secuestrados, se los torturaba y se decidía su suerte, que se debatía entre traslados o fusilamientos. Los testimonios de los sobrevivientes y las investigaciones llevadas a cabo hicieron que muchos de esos espacios fueran descubriendo su historia. Uno de ellos es la ex comisaría de Unquillo. Según se detalla en el libro Cachorro. Vida y muertes de Luciano Benjamín Menéndez del periodista Camilo Ratti, muchas de las dependencias de las fuerzas policiales quedaron subsumidas bajo las lógicas del terrorismo de Estado. De hecho, aunque no se haga referencia directa en las investigaciones, hacia 1976 todas las delegaciones policiales fueron informadas de una disposición de la junta de comandantes que así lo establecía. En Córdoba, la orden se efectivizó cuando el coronel Sasiaiñ envió la disposición a las dependencias provinciales, estableciendo “regímenes especiales” para todos los detenidos considerados “de peligrosidad”. Además, al igual que en relación a otros puntos de detención del país, existen testimonios que dan cuenta de que las prácticas eran llevadas a cabo con anterioridad al golpe del 24 de marzo. Ubicada en el área 311 de la subzona 31, la vieja comisaría de esta localidad de las
Organizados. En el año 2010 la ex comisaría fue señalizada por el Archivo Provincial de la Memoria (foto), el municipio y los vecinos demandan ahora la apertura del espacio.
Sierras Chicas funcionó como centro clandestino de detención (CCD) entre 1975 y 1977, junto con otros 12 centros de detención de la Provincia. El funcionamiento de la ex comisaría de Unquillo como CCD quedó plasmado en el informe que la CONADEP realizó luego de la recuperación democrática. Allí puede leerse: “De la declaración prestada por el señor F.R. (Legajo P.5 y R.9 Delegación Córdoba) surge la utilización de comisarías del Departamento Colón a los fines indicados. El testimoniante expresa: ‘Fuimos trasladados a las Comisarías de Unquillo, Río Ceballos y Salsipuedes, desde donde nos sacaban, nos llevaban al Cerro Pan de Azúcar, don-
de nos ataban y nos decían que nos iban a tirar (...) En ese lugar estuvimos unos veinticinco días al cabo de los cuales recuperamos la libertad. A los quince días fui detenido nuevamente, aproximadamente el quince de febrero de 1977, actuando el mismo personal (comisario Díaz que presta servicios en Jesús María, alias ‘El Perro’; ‘El Tuerto Celiz’, ‘Quevedo’, empleado municipal; un sumariante de apellido Pereyra que está en la Calera) quien lo hizo en mi casa y me condujeron a la Municipalidad (...) De allí fuimos trasladados nuevamente de Unquillo, donde cinco personas, empleados municipales; fuimos sometidos nuevamente a torturas’”.
Hace un tiempo, integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense realizaron trabajos de excavación en cercanías de la localidad, en el marco de una investigación sobre enterramientos clandestinos que está en manos de la fiscal federal de Córdoba, Graciela López de Filoñuk. Los restos óseos encontrados por los expertos y los posteriores trabajos en el lugar, que se expanden a otras zonas cercanas, apuntan a encontrar fosas comunes, que según se especula, eran utilizadas para enterrar los cuerpos de las personas que eran secuestradas y luego asesinadas en los centros clandestinos de detención de la Provincia.
GERMÁN JALIL • INTENDENTE DE LA MUNICIPALIDAD DE UNQUILLO
"Trabajamos en la construcción de la memoria y de la historia de nuestros vecinos y nuestros pobladores" La historia que gira en torno a la ex comisaría de Unquillo permaneció oculta durante décadas para los vecinos de la localidad. Al ser consultado por la iniciativa de convertir a la vieja comisaría en espacio de memoria, el intendente Germán Jalil se refirió en estos términos: “Desde el principio, nosotros nos propusimos trabajar en torno a la reivindicación por la memoria, la verdad y la justicia. Y en ese sentido, nos propusimos instalar en la agenda de la ciudad este tema y empezar a hablar de esas cosas, sobre todo lo que significó el ‘corredor de la muerte’ en las Sierras Chicas y, particularmente, lo que significó la vieja comisaría de la ciudad”. “Este símbolo oscuro de la dictadura militar era prácticamente desconocido por los vecinos de nuestra localidad. En-
tonces, nosotros nos propusimos trabajar en la construcción de la memoria y de la historia de nuestros vecinos y nuestros pobladores en el marco de la dictadura”. Será Justicia: ¿En qué estado están esas instalaciones? Germán Jalil: Es una de las cosas que más nos preocupa. Hace seis o siete años construimos una nueva sede policial. De hecho, tomamos la decisión a partir de la fuga de un preso que fue posible por las pésimas condiciones en que se encontraba el lugar. Incluso murió un policía intentando evitar la fuga. Y, en función de eso, pensamos que tanto la policía como la gente necesitaban otro edificio. Desde ese momento, el edificio de la vieja comisaría está prácticamente en ruinas y eso nos preocupa porque todo puede perderse.
NICIA EL PROCESO DE RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA
El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 27
COMISARÍA CON HISTORIA • EL TESTIMONIO CLAVE DE CHARLIE MOORE
Punto estratégico antes del terror U . Hasta el 2008, la comisaría siguió funcionando en el mismo edificio de la calle Río Negro como dependencia oficial. En diciembre de ese año, fue trasladada y la vieja sede quedó destinada al depósito de vehículos judicializados. Pese a que, en teoría, el viejo edificio de la calle Río Negro había quedado inhabilitado para la detención de personas, en la oficina de protección de derechos de Unquillo existen denuncias que señalan que el lugar continuó siendo usado para llevar detenidos. Según testimonios, algunas personas eran mantenidas en el viejo edificio por uno o dos días en donde se les aplicaban técnicas de “ablande”, para luego ser trasladados a los calabozos “legales” de la comisaría “oficial”. Los datos constan, al menos, hasta el pasado carnaval. Desde hace un tiempo, el Colectivo de la Memoria de Unquillo –con sede en la Casa de la Cultura– trabaja a la par de organizaciones de derechos humanos de las Sierras Chicas generando una propuesta para convertir el predio de la vieja comisaría en un espacio para la memoria. De ser así, esa localidad del Gran Córdoba se convertiría en el primer lugar del interior en el que un ex CCD se transforma en un espacio de esas características. El pasado 2 de Julio, la Comisión Provincial de la Memoria, los directores de los tres sitios de memoria de Córdoba, autoridades municipales, policiales y me-
la ‘escuelita’ de UnEn Unquillo, las patoquillo, fue un loquetas y los militares enro, y nos trasladaron contraron un lugar de vuelta al D”, dijo donde fueron foren su declaración anmándose para inserte el TOF en . tarse luego en la esPero según se destructura represiva. prende de investigaAl igual que otras ciones posteriores, dependencias policiaUnquillo era, además, les, la “escuelita” de un punto de referenUnquillo –como se la cia importante desde conocía en la jerga donde los planes golmilitar– comenzó su pistas se fueron defuncionamiento cosarrollando hasta su mo parte de la estrucejecución final, en tura represiva con anCalabozo. En la ex comisarÍa de Unquillo. marzo de . Ejemterioridad al Golpe. Cuando Carlos ‘Charlie’ Moore declaró plo de ello es el caso de Alfred Laun –hien el juicio por la Causa UP, recordó jo de un senador republicano– que era que ya en la comisaría era un lugar jefe del Servicio Cultural e Informativo de paso para los detenidos, que luego de la Embajada de EEUU y vivía en Uneran trasladados a otros centros clan- quillo desde . Contaba con una andestinos. Moore fue detenido el de tena satelital para comunicarse con la noviembre de y conducido allí cin- CIA, con la que coordinaba los planes co días más tarde. “El nos llevaron a golpistas en el centro del país. dios de comunicación, realizaron una inspección ocular para comenzar a proyectar el funcionamiento del espacio. La propuesta del municipio local es que la vieja comisaría sea transferida a la Comisión Provincial de la Memoria, bajo los términos que se establecen en la ley provincial de la memoria y la ley nacional acerca de los sitios de memoria. El acuerdo consisti-
OTRAS VOCES • EL RELATO DE YAMILA ARGAÑARAZ | Por Aracely Maldonado
ría en que el edificio sea cedido en comodato al ejecutivo local, quien se encargaría de las refacciones necesarias y de afrontar los gastos de funcionamiento. Para ello, se conformará una comisión municipal especial integrada por organizaciones sociales bajo la supervisión del Archivo Provincial de la Memoria y la Comisión Provincial de la Memoria.
EL JUICIO POR DENTRO
“La verdad se construye, como las casas” El peine se desliza con suavidad mientras unas manos de artista tejen dos trenzas que caen sobre el guardapolvo almidonado. Los cabellos de su hermano, dorados como los del Principito, son más fáciles de desenredar. La escuela Hipólito Irigoyen, sobre Castro Barros, está a un paso. “Si me demoro, se cruzan a la casa de la abuela Otilia”, ordena al despedirse. Las palabras de su madre aún resuenan en los oídos de Yamila ( años por entonces) y de Ernesto (dos años menor), cuyos ojos se eternizan detrás de la ventana. María Elena Gómez de Argañaraz nunca regresó. Es martes º de junio de . Esa mañana, pasos presurosos marchan hacia la calle Sarachaga al . Aunque intente pasar inadvertida, la mujer llama la atención por su belleza. “Era hermosa mi madre, aunque era grande, estaba por cumplir ”, le dirá Yamila al juez mientras le alcanza una foto para que se la muestre a los imputados y le digan qué hicieron con ella. “Es para que deje de estar tan desaparecida”, explica al tribunal, que la incorpora a la causa. Después de la muerte de su
En el camping de Cabana. Yamila y Ernesto junto a su madre, María Elena (circa ).
esposo César en una acción del Ejército Rvolucionario del Pueblo (ERP) en Villa María, Elena abraza la militancia en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). “En prensa”, deduce Yamila: su memoria repasa los dibujos que pintaba su mamá sobre la mesa de la cocina y que luego aparecían impresos en volantes. En un operativo de policías o militares en la vivienda de Alta Córdoba, la secuestran junto a otro compañero –Alberto Simonassi–, quien continúa desaparecido. Muchos años más tarde, Carlos Borobio contará a Yamila
que estuvo con su madre en el Puesto Caminero de Pilar. Borobio tenía años y también estaba detenido allí. A los pocos días es trasladada a La Perla, “embarazada y malherida”, asegura Graciela Geuna, con quien compartió colchoneta. Nada más se supo de María Elena. Como si se la hubiera tragado la tierra. En , la familia está diezmada: “Ya habían matado a mi papá, el ‘Chechi’, y al tío ‘Cucú’ –hijo de un hermano de Otilia–. Estaban desaparecidos ‘Yicano’ Lezcano –otro de los ocho hermanos de mi abuela– y su hija Ana María; mi mamá,
María Elena Gómez; María de las Mercedes Argañaraz de Fresneda y su esposo, Tomás Fresneda; más un bebé que mi tía llevaba en la panza, de u meses, y que mi abuela buscó hasta su muerte. También, como presos políticos, estaban mi tío Tristán Argañaraz –hermano de mi papá– y Mónica, su mujer”. La abogada querellante de Familiares e H.I.J.O.S, Lyllan Luque, le pregunta cómo hizo para reconstruir su vida. Yamila responde en plural: “Fue difícil para nosotros. Mi hermano ni siquiera pudo venir hoy, cada uno lo canalizó como pudo”, asegura. Luego enumera: “Yo me hice constructora de casas, creo que por mi convicción de construir la verdad, siempre. Mi hermano se hizo médico, para sanar las heridas que nos dejó tanto dolor. Mis primos, Ramiro y Martín, se hicieron abogados, entre otras cosas, para meter presos a los responsables”. Y concluye: “No sé si se puede explicar lo que significa vivir toda la vida con la mamá desaparecida, que no es lo mismo que tener a la mamá muerta. La vamos a buscar siempre, eso se transforma en un modo de vida".
EL JUICIO, DÍA X DÍA DÍA 59 - MARTES 23/07
El recuerdo de Otilia Yamila Argañaraz narra la búsqueda de María Elena Gómez de Argañaraz, su madre desaparecida: “Durante la dictadura, mi abuela la buscó en todos los lugares que pudo: comisarías, hospitales, se entrevistó con (el cardenal) Primatesta, se empezó a reunir con otros familiares... Ya en democracia, hicieron habeas corpus, hasta que empezó el juicio contra Menéndez, pero todo quedó truncado con las leyes de impunidad”. Su abuela es Otilia Lescano de Argañaraz, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo en Córdoba, fallecida a los 91 años en septiembre de 2005.
La familia como rehén Nirida Isabel Bustos, hermana del soldado Jorge Dante Bustos –secuestrado en septiembre del 76 cuando iba a buscar su DNI al Destacamento de Inteligencia 141–, refiere que los represores encubrieron el secuestro con una supuesta deserción, y constantemente allanaban su casa y amenazaban a la familia: “Era una manera de sembrar miedo y terror para paralizarnos y que no denunciáramos”.
DÍA 60 - MIÉRCOLES 24/07
“No se olviden...” Al finalizar su declaración, Sara Luján, madre del desaparecido Raúl Mateo Molina, les dice a los jueces: “Con todo lo que sufrimos, hemos actuado sin revanchismo. Queremos justicia. Es lo que yo más deseo y pido a Dios que me dé vida para poder ver terminado este juicio, no olviden que tengo 87 años”.
La “feliz idea” Horacio Samamé recuerda que en 1974 tuvo “la feliz idea” de ingresar a la Policía para “cambiarla desde adentro”. “Era estudiante de abogacía, ya tildado de zurdo. En esa época yo era como un marciano, infiltrado o guerrillero, y sufría muchas presiones”, explica. El 11 de noviembre de 1976 fue secuestrado por sus ex compañeros de la fuerza.
DÍA 61 - JUEVES 25/07
Asco para sobrevivir Al enumerar las estrategias de supervivencia en el campo de concentración, Gustavo Contepomi, expresa: “Había otro sentimiento vital que nos hermanaba y que teníamos que ocultar, porque demostraba que no éramos como ellos: un asco y una repulsión vital ante la presencia de cualquiera de los represores. Era un sentimiento positivo, que demostraba que no nos dominaban tanto ni estábamos tan derrotados como ellos creían”.
La voz de un represor Contepomi recuerda que en 1996 vio en Barcelona un documental de la televisión catalana “sobre la represión en Argentina a las familias de origen catalán”. Uno de los militares entrevistados era Héctor Pedro Vergez, a quien hasta entonces conocía como “Gastón”. En el filme se reconstruye el asesinato de la familia Pujadas en su propia casa “y la voz en off de un represor que evidentemente ha estado ahí, dice: ‘Acá matamos a fulano. Acá le pegamos un tiro a este’, con absoluta precisión”, destaca el testigo, y las querellas piden que se gestione una copia del audiovisual para sumarlo como prueba.
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MEMORIAS EN PRESENTE
29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia
LAS 252 VÍCTIMAS FATALES DEL JUICIO LA PERLA (Se consigna la acumulación hasta la fecha, entre desparecidos y asesinados. El año indica el momento del secuestro)
Presentes, ahora y siempre ···1975··· Héctor Acosta Pueyrredón Tomás Rodolfo Agüero Ríos Carlos Juan Allende Honorato Elvio Alberto Almada Saavedra Ricardo Américo Apertile Josefa María Badell Suriol de Pujadas Luis Ernesto Canfaila Martínez José Ricardo Cepeda Oscar Domingo Chabrol Amaranto Juan José Chabrol Amaranto Sergio Héctor Comba Alicia Esther de Cicco Medina de Moukarzel María del Carmen del Bosco Pedrazani de Allende Marcelo José di Fernando Medina María de Las Mercedes Gómez de Orzacoa Lila Rosa Gómez Granja Ricardo Ruben Haro Vargas Eduardo Juan Jensen Arias José Luis Jiménez Calderón Juan José Laso Martínez Marta Susana Ledesma de Comba Susana Elena Luna Gómez Graciela del Valle Maorenzic Ramos Luis Ernesto Márquez Juri Orlando Alonso Martín Carrera José Luis Marzo Vera Osvaldo Raúl Messagli del Pozo Miguel Ángel Morán Pereyra Jaime Moreira Sánchez Hugo Estanislao Ochoa Díaz Marcos Osatinsky Slosberc Horacio Miguel Pietragalla Ventura María José Isabel Rosa Pujadas Badell José María Pujadas Badell José María Pujadas Valls Francisco Irineo Reyna Gómez Vicente Manuel Ribero Maidana Jorge Oscar Rodríguez Navarrete David Rodríguez Nina Jorge Raúl Rodríguez Sotomayor Alfredo Saavedra Alfaro Ricardo Enrique Saibene Parra Luis Rodney Salinas Burgos Luis Agustín Santillán Zevi Jorge Ángel Schuster Burgos Eduardo Luis Scocco Heredia Alfredo Felipe Sinopoli Gritti Silvia del Valle Taborda Luis Villalba Álvarez
···1976··· Ana Catalina Abad Scarlata de Perucca Néstor Rafael Aguilar Vouillat María Zulema Ahumada Ana María Ahumada Delfina del Valle Alderete Gómez Carlos Alberto Almada Villalba Severino Alonso Carlos Eduardo Álvarez Rodríguez Horacio José Álvarez Serra Humberto Orlando Annone Campos Andrés Lucio Ariza Pérez
Juana del Carmen Avendaño de Gómez Alfredo Guillermo Barbano Abril Liliana Sofía Barrios Ocaño de Castro Ángel Santiago Baudracco Mano Juan Carlos Berastegui Mónaco Susana Beatríz Bertola Vercellone de Berastegui Marta Alicia Bertola Vercellone de Camargo Silvia Susana Blanc de Ochoa Horacio Luis Blinder Schmoisman José Antonio Brizuela Cortéz Eduardo Daniel Budini Zeppa Isabel Mercedes Burgos Murúa de Luna Daniel Leonardo Burgos Ovando Jorge Dante Bustos Toloza Humberto Miguel Cafani Miranda Juan Alberto Caffaratti Kauffmann Patricio Federico Calloway Amelio Ortíz Armando Arnulfo Camargo Arrascaeta Orlando Campana Alejandro Gustavo Carrará Martínez Hugo Francisco Casas Moreno Carlos Aníbal Casas Moreno Raúl Alberto Castellano Bartel Eduardo Guillermo Castello Soto Rodríguez Ramón Roque Castillo Pineda Carlos Raúl Ceballos Muñóz Ana María Ramona Chapeta Lario Manuel Enrique Cohn Rajenstein David Coldman Goldemberg Marina Coldman Wainstein Humberto Cordero González Carlos Hugo Correa Balmaceda Carlos Alberto Coy Lino Hermenegildo Alfonso Cuenca Carlos Alberto D'Ambra Villares María Cristina Demarchi Valerio de Aguilar Tomás Carmen Di Toffino Graciela María de Los Milagros Doldán Caila Oscar José Dominici Brizzio José Alfredo Duarte Martínez Eduardo Agustín Duclos Vides Jorge Luis Duretto Mengarelli Alfredo Eusebio Alejandro Esma Camara Sampaio Rodolfo Lucio Espeche Marcelo Leonidas Espeche Carubín Ana María Espejo Gutiérrez Herminia Falik Koltun de Vergara José Honorio Fernández Pérez Enrique Horacio Fernández Samar Silvia Dina Ferrari Adán de Suárez José Miguel Ferrero Coy Ana María Ferreyra de Correa Mario Luis Finger Rodríguez Pedro Cipriano Finger Rodríguez María de las Mercedes Fleitas Díaz Vélez Pedro Ventura Flores Zárate Alfredo Fornasari Jaureguilorda Carlos Alberto Galeazzi Robers Ramona Cristina Galíndez Corzo de Rossi Rodolfo Gustavo Gallardo Ramos Jorge Horacio Gallo Paggi Juan Carlos Galván Pussek Alfredo Gargaro Rucci Alejandro Daniel Gargaro Rucci Liliana Teresa Gel Terradas Adriana Ruth Gelsbpan Einis Félix Roque Giménez Rubén Manuel Goldman Aisenstein Navor Gómez Peralta
Tomás Eduardo Gómez Prat José Guillermo Gómez Rey María Elena Gómez Scalzo de Argañaraz Víctor Francisco González de Jorge María Graciela González Padula de Jensen Eber Pablo Antonio Grilli Paredes Enrique Daniel Guillen Peláez José Heriberto Gutiérrez Taborda Alicia Esther Heredia Maldonado Horacio Francisco Heredia Nievas Claudio Daniel Herrera Sallenave Luis Justino Honores Santucho Diego Raúl Hunziker Benz Claudia Elisabeth Hunziker Benz Alejandra Jaimovich Barbalat Leticia María Carolina Jordan Vairoli de Baretta Pedro Antonio Juárez Máximo José Juárez González Hugo Alberto Kogan Garber Elsa Alicia Landaburu Zabaleta Héctor Oscar Lauge Villa Luis Roque Leiva Ludueña Raúl Osvaldo Levin Beceda Oscar Andrés Liñeira Sosa Oscar Ventura Liwacki Gordillo Luis Alberto López Mora José Eudoro del Pilar López Moyano Hugo Osvaldo López Porcel Adolfo Ricardo Luján María Teresa Luque Torres de Calloway Walter Ramón Magallanes Ludueña María Magdalena Mainer Gómez Hermes Juan Bautista Manera Rodríguez Eduardo Luis Manghesi Mugica Víctor Hugo Marciale Rieman Luis Alberto Marconetto López José Agustín Martínez Agüero Martha Irene Martínez Díaz de Martini Hugo Alberto Martínez Jaime María Susana Mauro de Espeche Lidio Antonio Míguez Raúl Mateo Molina Luján María Cristina Mongiano Juan Carlos Montañez Mercado Mirta Liliana Montero Mollo Rubén Hugo Motta Espeche María Luz Mujica de Ruarte Jorge Raúl Nadra Aquim Víctor Hugo Núñez Prado Héctor Guillermo Oberlin Bertold Alfredo Fernando Ochoa Gómez Pedro Jorge Ontivero Zabala Daniel Francisco Orozco Martínez Pablo Daniel Ortman Glassmann Mario Domingo Oviedo Gonelli Humberto Enrique Pache Ordóñez Néstor Carmides Páez Silvina Mónica Parodi Torres Aida Alicia Pastarini Cornella Pablo Pavich Restovich Berta Clara Perassi Ponsone Juan Carlos Perchante Piñero Nora Graciela Peretti de Gallardo Santiago Alberto Pereyra Catán José Carlos Perucca Piacenzi Nicolás Mario Pilipchuk Krawiec Rodolfo Alberto Ponce Gordo
Mónica Protti Tamintti de Guillén Mercedes del Valle Ramírez Agüero Antonio César Ramírez Agüero Osvaldo Raúl Ravasi Deganutti Eduardo Raúl Requena Leyria Jorge Alfredo Reynoso Fernández Mirta Susana Ricciardi Benacquista de Cafani Daniel Héctor Arturo Rodríguez Marcelo Daniel Rodríguez Boladeras Carlos Guillermo Roth Sanmartino Jorge Reynaldo Ruartes Domínguez Ricardo Armando Ruffa Regazzoni Reynaldo Lázaro Sáenz Bernal Mario Enrique Salerno Hernández Nicolás Oscar Salerno Laganella María Luisa Salto Segovia Alicia Noemí Sciutto Pafundi de Duclos Reineri Oscar Segura Ahumada Daniel Oscar Sonzini Whitton César Roberto Soria Bellino María del Carmen Sosa Freitas de Piotti Osvaldo Ramón Suárez Forne Silvia Graciela Suárez Forne de Martínez Marcelo Rodolfo Tello Biscayart María Ana Catalina Testa Raviolo de Alonso Raúl Horacio Trigo Barrera Miguel Hugo Vaca Narvaja Morra Eduardo Jorge Valverde Suárez Carlos Alberto Velázquez Osvaldo Eulogio Verón Juan Carlos Villafañe Bena Romelia Alicia Villalba Urquiza Eva Wainstein Ochor de Coldman Gloria Isabel Waquim Hilal Norma Elinor Waquim Hilal Julio César Yáñez Torres Roberto Julio Yornet Morchio David Oscar Zarco Pérez Poluica Ricardo José Zucaria Hit
···1977··· Rita Ales Dillon de Espíndola Analía Alicia Arriola Feversani de Belizan María de las Mercedes Carriquiriborde Ávila Alicia María D'Emilio Capacciani de Yavícoli Gerardo Espíndola Flores María Irene Gavalda Gordo de Mogilner Juan Jacobo Mogilner Alejandro Jorge Monjeau López Mario Alberto Nívoli Perla Elizabeth Schneider Pesoa Raúl Francisco Vijande Priotti Silverio Fortunato Villagra Becerra Ricardo Manuel Yavícoli Martínez
···1978··· Ester Silvia del Rosario Felipe López de Mónaco Luis Carlos Mónaco Daniel Santos Ortega López Pascual Héctor Ortega López
Francisco Ferreyra
EN PROFUNDIDAD
El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 27
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PERFILES • SONIA TORRES, UNA ABUELA CON HISTORIA | Por Marta Platía
Sonia busca. Se levanta y busca. En las cajas que llenó de recortes de esos diarios que le mentían y no. En las fotos de su vida. En los pliegues de su mente y de su piel. En los sueños de sus noches cortas. Sonia es esa Sonia que hace mucho ya no es sólo Sonia: es de la legión de mujeres que escarban en la tierra, en el aire, en lo que se dice y no, buscando los hijos que les crecieron en el vientre. En el propio y en el que le alcanzó a acariciar a Silvina antes de que se la arrebataran con un embarazo de más de seis meses. Sonia es sus 83, casi 84 años; la que busca ahora y antes. Cuando golpeaba puertas. La de los asesinos. La de los cómplices. La del Arzobispo. La de una sociedad que a veces la aplaude y otras la ignora. La que busca y no para. Ni para vivir ni para morir. Su vida es ya una balada para no morir. Un canto de cisne que no piensa concluir hasta que ese nieto llegue. Hay cientos de jóvenes que desean ser sus nietos. Y hasta quienes lloran por no serlo. Y están también quienes se burlan de su deseo y se le ríen a oscuras. Desde la impunidad cloacal de una Internet que da para el bien y el mal. Que alimenta la banalidad de los banales. Sonia aprende los códigos de los chicos. Le encuentra la vuelta a computadoras, a Facebook, y replica al infinito las imágenes de esos hijos que ya no están: Silvina Parodi y Daniel Orozco. Y de
Nicolás Castiglioni
Mujer bonita es la que lucha
Abuela y luchadora. Sonia torres, en medio de la multitud que asistió a la marcha del de marzo de este año.
esa pancita arropada en el vestido blanco que llevaba al nieto que es su razón para seguir. Sonia es su casa. Y los rincones que están llenos de ella y de ese otro hijo: Luis, el amado Luis. Ese a quien el asma le robó y que nunca, pero nunca debió haber muerto. Sonia es su farmacia. Los nietos. Y una familia que la acompaña. Sonia es el atentado cobarde de una noche de 2006; y
Este ejemplar contó con el aporte solidario de las siguientes organizaciones:
· Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) · Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) · Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial de la Pcia. de Cba. (AGEP) · Sindicato Luz y Fuerza - Córdoba · Unión Obrera Gráfica Cordobesa (UOGC) · Municipalidad de Almafuerte
el juicio que le entabló el delator de sus hijos en el 2002. Sonia es el “no-me-importala-muerte-de-Videla-yo-sigo-buscando”. Es la esperanza puesta en cada llamada. Es ésa que jamás será una anciana. La que ven en las marchas, con su pancarta llena de la sonrisa de Silvina, de sus ojos de cervatillo en el mismísimo día de su casamiento con Daniel. Sonia es la del clavel rojo: ése que lleva
como la ‘bailaora’ de una fiesta a la que nunca soñó asistir. La que apenas respira cada vez que se les pregunta por las embarazadas a los sobrevivientes de los campos de concentración en los juicios por crímenes de lesa humanidad. La que conoce centímetro a centímetro cada maldito centímetro de La Perla y del Buen Pastor y del Campo de la Ribera. La que esperó a la salida de los jardines de infantes, las escuelas y las universidades. La que aún hoy, de vez en vez, (per)sigue a alguno que otro joven por la calle cuando ve en sus rostros algún rasgo que le recuerde a sus hijos. Déjenme que les cuente de Sonia como si no la conocieran. Como si fueran extranjeros o extraterrestres. Sonia es ésa: la mujer-legión a la que le arrancaron la vida, los hijos, un nieto y todavía sigue. Y por seguir es quizás la farmacéutica más vieja de Córdoba. Aunque jamás envejecerá. Porque los que esperan no envejecen. Se quedan así, suspendidos en el tiempo a la espera de que sus queridos regresen. Las Madres, las Abuelas lo saben: los hijos atan a la tierra. Por eso siguen acá. Y seguirán. A menos que un huracán las derrumbe. Pero los huracanes no pueden contra el amor, que es noble, inamovible como las rocas profundas que guarda la tierra. Y Sonia es una roca.
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CONTRATAPA
29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia
Por Alexis Oliva
Invocaciones al Perón de la derecha
Hernán Cappelletti
“Me gustaría una dictadura militar como la de Juan Perón. Cuando él te desaparecía, tú te mantenías desaparecido”, dice el personaje Carl Carlson en un capítulo de Los Simpson en que Homero reniega de la democracia, lo que motivó al ortodoxo dirigente peronista Lorenzo Pepe a reclamar que se prohíba en la Argentina esa edición de la serie de Matt Groening. En la película Submarino Amarillo (1968), de George Dunning, luego de que el ejército de músicos comandado por Los Beatles derrota al de los malvados malines azules, uno de sus generales propone “buscar refugio en la Argentina”, en una evidente alusión al destino de algunos fugitivos nazis luego de la II Guerra Mundial, durante el primer gobierno peronista. Más en serio, el polaco Ryszard Kapuscinski, en su libro El imperio, equipara: “Todos los dictadores, independientemente de la época y del país, tienen un rasgo común: lo saben todo y son expertos en todo. Pensamientos de Juan Perón –Doctrina peronista, Buenos Aires, 1948–, Pensamientos del Presidente Mao –Pekin, 1962–, pensamientos de Gadafi y de Ceausescu, de Idi Amín y de Alfredo Stroessner, no hay fin a esas profundidades y sabidurías. Stalin era experto en historia, economía, poesía y lingüística”. Más acá, un editorial de La Voz del Interior del 24 de marzo de 2009, titulado “Memoria para todos”, aseguraba que el “violento choque armado entre izquierda y derecha se instaló en el seno del gobierno justicialista de 1973-1976 y en el partido gobernante, con funestas consecuencias para el conjunto de la sociedad argentina”. “Ni siquiera Juan Domingo Perón, en su breve presidencia entre fines de 1974 y julio de 1975 (sic), pudo contener la violencia”, afirma el editorial, que desplaza la última presidencia de Perón a un año después de su muerte, acaso por una inconsciente tentación de acercarlo a la dictadura de Jorge Rafael Videla. El nombre de Juan Domingo Perón –por la trascendencia y complejidad de su paso por la historia– es un significante que puede ser llenado con significados políticos dispares y hasta antagónicos. Pero, ¿cuántos Perón hay? Son muchos y podría decirse que hay para todos los gustos, porque su protagonismo fue tan amplio como
duradero; tan arraigado en transformaciones concretas como zigzagueante en definiciones ideológicas. A su vez, hay tantas interpretaciones del creador del Partido Justicialista como cristales con que se lo mire. Pero hay que dejar algo claro: por más oscilantes, desconcertantes y hasta injustas que hayan sido sus definiciones, Perón nunca fue enemigo del pueblo. En su primera intervención en el juicio La Perla, el ex mayor Ernesto Barreiro se definió: “Ni yanqui, ni marxista; peronista”. Y la última vez que pidió el micrófono, expresó, entre lágrimas: “No puedo dejar de recordar el aniversario de la muerte del general Perón, el día más triste de mi vida. Su espíritu de unidad y pacificación fue sometido al tremendo nivel de traición y alevosía con que actuaron las organizaciones revolucionarias, que lo único que lograron fue irlo destruyendo, no sé si espiritualmente, pero sí físicamente. El ataque al Escuadrón de Sanidad tuvo para Perón un costo altísimo. Sin contar Ezeiza y tantos otros atentados”. La indignación en las miradas de familiares de desaparecidos y ex presos políticos asistentes al juicio tenía menos que ver con la falacia de culpar por la masacre de Ezeiza a la izquierda peronista –cuando fue una cacería orquestada por la derecha– o el error de atribuir el ataque al Co-
E D J L P C
mando de Sanidad a las organizaciones revolucionarias peronistas –cuando fue una acción del Ejército Revolucionario del Pueblo–, sino con el intento de apropiarse “por derecha” de la figura de Perón. Sin duda, Barreiro se refería al Perón que el 1º de mayo de 1974 echó a los Montoneros y a la Juventud Peronista de la Plaza de Mayo, los trató de “imberbes” e “idiotas útiles” y advirtió con hacer “tronar el escarmiento”. O al que en enero del 74, tras el ataque del ERP al Regimiento de Caballería e Infantería de Azul, había convocado a “aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal”. Y correlativamente, soslayaba al Perón que alentó las “formaciones espaciales” creadas por la “juventud maravillosa” para luchar en armas contra la represión; al que desde el exilio aseguró: “Si yo tuviera veinte años, andaría poniendo bombas por ahí”. No menos sorprendente que las expresiones de Barreiro, es su similitud con las que el gobernador José Manuel de la Sota formulara el 4 de diciembre de 2012 en el Instituto de Altos Estudios Empresariales de la Universidad Austral del Opus Dei. El mismo día en que comenzaba el juicio La Perla, De la Sota se refirió a la situación política en los 70, y aclaró: “En mi juventud también fui un apasionado y revolucionario, pero seguí los lineamientos de
Perón”. A continuación, y fustigando a Montoneros, De la Sota se despachó: “El grupo de conducción de esta guerrilla antiargentina mandó a la muerte a miles de jóvenes. Se enamoraron de las armas y de la violencia y llevaron a miles de jóvenes idealistas a la muerte; sin embargo, siguen libres y algunos de ellos están en el Gobierno o son asesores”. En medio de la polémica por aquella declaración, Osvaldo Viola, el abogado defensor de Barreiro, planteó al Tribunal que se le permita convocar al gobernador De la Sota como “testigo de contexto”. A su vez, la ministra de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia, Graciela Chayep, aclaraba que el mandatario cordobés estaba “muy interesado” en el juicio y “en cualquier momento” iba a asistir. Ya van siete meses y 61 audiencias y aún no se lo ha visto por la sala del TOF1. Por esos días, De la Sota también aprovechó el aniversario de la muerte de Perón para expresar: “En la Argentina se extraña el llamado a la unidad nacional de Juan Perón. El abrazo de Perón y (Ricardo) Balbín, que tendría que habernos enseñado a terminar con los enfrentamientos irreconciliables. Aquellos que predican el odio y tratan como enemigos a quienes sólo son adversarios, no son peronistas”. Pronunciada por el mismo gobernador que reclamó “un baño de reconciliación” para negociar con los genocidas una rebaja en las penas a cambio de que confiesen “dónde están los que nos faltan”, la palabra “unidad” suena tan extraña como en boca de Barreiro. Un concepto cargado de superficialidad, desmemoria e impunidad, como el que inspiró el abrazo de Carlos Menem con Isaac Rojas, emblema de la “Revolución fusiladora” de 1955. Que Ernesto Barreiro –como el Carl Carlson de Los Simpson– le rece a ese Perón, no deja de tener una lógica, que emana de su condición de represor acorralado por la tardía pero inexorable justicia democrática. Pero de un gobernante elegido por el pueblo –en gran medida, por el pueblo peronista– debería esperarse que tenga un mínimo de respeto por aquellos que verdaderamente dieron “la vida por Perón” y engrosaron la trágica cifra de los treinta mil desaparecidos.
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Consejo Editor: Por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Cba.: Betty Argañaraz, Rosario Rodríguez, María del Carmen Torres, Angel Villanueva. Por Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba: Lucas Fanchín Dirección General: Sebastián Puechagut • Secretaría de Redacción: Agostina Parisí · Redacción: Alexis Oliva, César Pucheta, Miguel Magnasco • Corrección: Victoria Picatto • Dir. de Arte: Sebastián Puechagut · Diseño: Pablo Gamboa Fotografía: Manuel Bomheker, Nicolás Castiglioni · Ilustración: Francisco Ferreyra · Distribución: Julia Soulier, Ernesto Torres • Colaboraron en este número: Matilde Nasser, Marta Platía, Aracely Maldonado, Hernán Cappelletti Administración: Mario Toranzo • Impresión: Comercio y Justicia Editores • Producción gráfica y editorial: Usina Creativa - agencia de comunicación - Tel: (0351) 4271736 - usinacreativa.com.ar - info.usinacreativa@gmail.com
Tirada de esta edición: 30.000 ejemplares de distribución gratuita · ISSN: 1853-8290 · Será Justicia es propiedad de Familiares Córdoba (Personería Jurídica 234-A-1992) Avales y reconocimientos: Beneplácito del Concejo Deliberante de Córdoba (2010) • Declaración de Interés Legislativo por la Legislatura de la provincia de Córdoba (2010) • Declaración de Interés por el Senado de la Nación (2010) • Reconocimiento institucional del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (2010) • Aval Institucional de la Escuela de Ciencias de la Información (2010 y 2011). Distribución: en red de organizaciones y con los siguientes diarios y periódicos: Tribuna (Bell Ville), Sumario (Alta Gracia), Energía Positiva (Sindicato Regional de Luz y Fuerza), Megáfono (Rio Cuarto), El Despertador (Jesús María), El Ciudadano (Villa Dolores), La Mañana (Córdoba), Comercio y Justicia (Córdoba)
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