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Mano a mano: Giraldes y de Labra

Fotos y texto por Carlos Efrén Rangel

El ciclo de conferencias que organizó Casa Toreros en el marco del Carnaval Autlán 2016 fue rematado con señorial pase por los maestros de la crónica taurina Aureliano Salceda “El Giraldés” y el periodista taurino Juan Antonio de Labra, director de Altoro México. El público autlense se dio cita al salón del Museo Regional de las Artes donde se vivió una divertida tertulia taurina. El cariño que la afición le tiene a estos comunicadores se ha acrecentado en los últimos años en que Juan Antonio de Labra ha participado en la narración de las corridas de toros a través de Radio Costa, estación local. Ahí surgieron las numerosas anécdotas que atesoran este par de figuras de la crónica taurina. Por ejemplo, el maestro Aureliano Salceca “Giraldes” iba a ser abogado, pero se dio cuenta que lo suyo no era eso sino la crónica periodística y su gusto por el toro, lo llevó a la plaza. Firmando así para que nadie en su familia se enterara. Lo que al final pasó y duró 10 años narrando en televisión las corridas de la México. El Giraldés narró sus peripecias como la ocasión que el matador Arturo Ruiz lo hizo comerse una oreja de toro y de cómo tuvo una amistad con Juan Silveti y Alfredo Leal, con quien vivió un desaguisado con su esposa la famosa cantante Lola Beltrán. “Silverio es mi torero” reconoció. Sobre el oficio de cronista taurino explicó que el toreo no se puede medir y por lo tanto sólo se comparte lo que se observa. Por eso consideró que la independencia es fundamental. Juan Antonio de Labra Madrazo por su parte tiene origen taurino. Su apellido materno se encamina al legendario hierro de La Punta, fundada por su abuelo con ganado de encaste Parladé, de la que guarda significativas memorias, como la aún profunda mirada de Manolete dirigida a la madre del comunicador cuando de niña jugaba con la mascota de la familia. Ya no en manos de su familia, recientemente le propusieron hacer un homenaje al siglo de su fundación: “el mejor homenaje es ya no lidiar chivos con ese hierro”. Pero su camino es la crónica, contó por ejemplo que fue contratado para hacer la crónica en la mítica publicación 6 Toros 6 de la confirmación de alternativa en Madrid del matador mexicano Antonio Urrutia. Las corridas normalmente son a las siete de la noche y ese día, la recorrieron media hora y el director de Al Toro México no se enteró. Esa crónica la reconstruyó con entrevistas a otros periodistas. Por su experiencia europea de Labra habló del sentimiento del público mexicano, más espontáneo y cálido que el del público europeo, que como cronista lo primero que hace es observar el movimiento y las patas del toro, sustrayendo de la acción al torero, para calibrar sus embestidas. Fueron muy aplaudidas las anécdotas de cuando de Labra sorteó por el Juli y sacó un horrible lote, o de cuando Luis Miguel Dominguín se hizo amigo de un oftalmólogo de Bilbao que antes lo denostaba, las últimas horas de Manolete, de cuando el presidente Manuel Ávila Camacho le llamó a Silverio Pérez para que defendiera a la patria en un mano a mano con Manolete. Los dos experimentados comunicadores fueron cálidamente aplaudidos con la promesa de encontrarse minutos después en la plaza de toros donde se vivió un emblemática corrida de toros con un cartel de ensueño: Enrique Ponce, Joselito Adame y Roca Rey lidiando a seis de Xajay.

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