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Sales Garrido, Manuel “Manolo Sales” y “El Valenciano”

de Guixols, que fue la última de su vida profesional como matador de toros. Se celebró dicha corrida el 3 de agosto con toros del Marqués de Domecq y alternó en corrida mixta con el novillero Curro Caro y el rejoneador Manuel Vidrie. José Salazar cortó un apéndice a su primer toro y escuchó división de opiniones en el segundo de su lote. Había actuado hasta la fecha en 23 corridas de toros. A partir de 1984, Salazar renunció a su alternativa de matador de toros y descendió al escalafón novilleril para actuar, como sobresaliente, en las novilladas con picadores estivales que se celebran en los ruedos de Sant Feliu de Guíxols y Figueras. La primera función en la que debuta como sobresaliente fue en el festejo del 18 de agosto en San Feliú de Guixols actuando con el rejoneador madrileño Fernando Arranz y los novilleros Maldonado de Córdoba y Carmelo García “Carmelo”. Posteriormente ingresó en las filas de los banderilleros donde obtuvo señalados triunfos, como el de 1994, que recogió el premio al mejor subalterno en la XXXI edición de los trofeos taurinos Ciudad de Figueras. Generalmente figuró en las cuadrillas de los diestros que toreaban en los ruedos catalanes, entre otros con Bernard Marsella, Niño del Tentadero y el rejoneador Sebastián Zambrano entre otros.

salEs garridO, manuel

“MANOLO SALES, EL VALENCIANO”

Matador de toros y luego, tras renunciar a su alternativa, banderillero, nacido en Valencia, en la popular barriada de la Creu Cuberta, el 7 de agosto de 1954. Vistió su primer traje de luces en 1972 en Valdepeñas (Ciudad Real). En la temporada siguiente fue incluido en una novillada para noveles de las denominadas de “La Oportunidad” que se celebraban en la plaza de San Sebastián de los Reyes (Madrid), y en tal ocasión alternó con Pedro de Levante, Pedro Giraldo, Manuel Nozal, Francisco Ramos y José Serrano “Serranito” en la lidia de novillos de la ganadería de Juan Cobaleda. No estuvo eficiente el joven Manolo Sales con la espada y fue avisado por el presidente, pero poco a poco fue teniendo “oficio” y llegó a torear aproximadamente 60 novilladas sin picadores antes de hacer el debut en el escalafón inmediatamente superior, en Valencia, el 13 de julio de 1975, con novillos de Luis Algarra, con Curro Luque y Sánchez Linares. El paso del eral al utrero frenó su carrera, toreando generalmente por la

zona valenciana escaso número de festejos. En 1977, por ejemplo, toreó solo 7 novilladas, una de ellas la de su presentación en Madrid, el 25 de julio. Alternó en la lidia y muerte de ganado de Leopoldo Picazo con Luis Miguel Moro y el linarense Lázaro Carmona. Su labor fue premiada con una vuelta al ruedo en su segundo oponente, mientras que en su primero escuchaba un aviso presidencial. Repitió actuación en Las Ventas el 28 de agosto con José Lara y su paisano El Melenas en la lidia de novillos de Carmen Espinal de Blázquez y uno de “El Jaral de la Mira”, que se lidió el 2º. Saludos en su primero, que fue el segundo de la tarde, y silencio en el otro, que fue el quinto del festejo fue el balance de su actuación. Aún así, debieron gustar sus maneras, porque repitió paseíllo, por tercera vez en el coso venteño, el domingo, 11 de septiembre, con José Luis Ortega y Pepe Luis Chaves, que se presentaba en Madrid. Tampoco pasó de discreta su actuación, porque se silenció su labor en su primero, que era también el primero de la corrida y escuchó división de opiniones en el cuarto. Indudablemente, aunque Manolo Sales no obtuviera triunfos redondos, sus maneras de interpretar el toreo eran muy puras y lo hacía con mucha calidad, algo que el público agradecía, y la empresa reconocía. Así pues, al iniciarse la temporada de 1978 fue anunciado en el festejo inaugural de la plaza madrileña de Las Ventas, el domingo, 19 de marzo, con novillos de Jiménez Pasquau, en unión de Luis Miguel Ruiz, que cortó una oreja a cada uno de sus novillo y salió a hombros por la puerta grande, y Curro Luque. Manolo Sales fue ovacionado en su primero, segundo de la tarde, y dio una vuelta al ruedo en el quinto. Este éxito le valió otra actuación en la plaza madrileña, el domingo, 2 de abril, con Pedro Giraldo y Chinito de Francia y novillos de Leopoldo Picazo de Malibrán. La tarde fue muy ventosa y los toreros por más que se esforzaron no pudieron sacarle partido a sus oponentes. Manolo Sales fue silenciado en sus dos toros y recibió dos avisos presidenciales por el mal uso de la espada en su primer oponente, tercero de la tarde. Terminó la temporada de 1978 con 19 novilladas, y en la siguiente, recibió la alternativa en Valencia, el 15 de marzo, de blanco y oro, con toros de Fermín Bohórquez (5) y 1 de Juan Mari Pérez-Tabernero, de manos de Palomo Linares, con Ángel Teruel de testigo. El toro de la alternativa fue el sobrero número 17, berrendo en negro, de 490 kilos de peso en vivo, 5 años cumplidos, que lucía la divisa de Juan Mari Pérez-Tabernero, que llevaba por nombre “Churrero”. El balance de su actuación fue de dos orejas y palmas con salida a hombros. Salvador

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Pascual, Director-Propietario de la Revista “Aplausos” nos dejó esta síntesis de su actuación: “Manolo Sales, en el toro de su alternativa estuvo bullidor, mejor de lo que se esperaba en tarde de tanta responsabilidad. Faena que gusta, sacando algunos pases aceptables para una estocada entera. Alegría presidencial y dos orejas. En el último, nada pudo hacer por haberlo destrozado el picador de turno”. Poco después confirmó su reciente doctorado en Madrid, el 29 de abril, de verde botella y oro, con toros de los Sres. Herederos de Salvador Guardiola (5), y 1 de Guardiola Domínguez, que sustituyó a otro del titular que fue devuelto por cojo. Jaime González “El Puno” fue su padrino, y Carlos Escolar “Frascuelo”, su testigo. Pitos y división de opiniones fue el triste balance de su actuación, balance que sin duda alguna repercutió en la buena evolución de su temporada, porque al finalizarla, solamente había toreado 4 corridas. En 1980 aún sería peor, porque no superó el bache y solamente toreó 3 corridas, 1 en 1981 y 1982; 2 en 1983, 1 en 1984, igual que en 1985, 1986 y 1987, dejando de torear en 1988 y 1989, no sé si por decisión propia. Toreó su última corrida como matador de toros en 1991 en Valencia, el 16 de marzo, lidiando toros de la ganadería de Molero Hermanos, con Antonio Ruiz “Soro II”, que cortó la única oreja de la tarde, y Víctor Manuel Blázquez. Manolo Sales, estuvo deslucido y se silenció su labor en ambos toros. En la temporada siguiente ya era banderillero, ejerciendo su profesión generalmente en las plazas de levante. Curiosamente, la fama que este hombre no alcanzó como torero, la alcanzó como inventor, ya que de él fue la idea de las banderillas que al clavarlas quedan pendientes de un hilo, “las lacias” las llaman los toreros, sin que haya posibilidad de que dañen al diestro que tenga que torear. Sin embargo, hasta llegar a este punto, Manolo Sales tuvo que librar una muy dura batalla hasta conseguir que se aceptasen sus banderillas que tanto bien han hecho a la fiesta. Transcribo un bree artículo de José Luis Carabias en la Revista “Aplausos” numero 832, de 6 de septiembre de 1993: “MANOLO SALES, ABATIDO Y ENFERMO. El matador de toros valenciano Manolo Sales está pasando un auténtico vía crucis para la aceptación de sus banderillas modificadas, que suponen una gran ventaja para los toreros. Ha sido una extraordinaria idea, que tuvo el coraje de llevar a la práctica, concretada después de cuatro años de arduo trabajo. Supone un importantísimo avance que elimina los riesgos físicos sufridos por matadores y subalternos. Sin embargo, una vez más se demuestra que cada uno tiene lo que se merece y, en vez de aceptar una cosa tan clara, se

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