A media voz No hay que olvidar las personas a las que va dirigida la enseñanza online, sus características y sus necesidades, por lo que es necesario formarse para emplear adecuadamente las distintas herramientas disponibles. Es indudable que el confinamiento a partir del 14 de marzo de 2020 generó una situación de sorpresa y estrés que provocó la búsqueda de soluciones a unas carencias sobre cómo hacer esa enseñanza. En este número Clara Andrés Rodríguez nos muestra una interesante introducción al desarrollo de esta modalidad y sus requerimientos. Las experiencias educativas aquí mostradas sirven de reconocimiento de la ardua labor desplegada durante este periodo de tiempo tan anormal, donde hay que responder a situaciones totalmente nuevas para todos. A las instituciones les ha faltado dar más apoyos e instrucciones. Existen muchas dudas de cómo atender y evaluar en una educación online o combinada con cierta enseñanza presencial. Hay que seguir buscando y seleccionando entre diversas herramientas. Podemos observar que los hay muy animosos, aunque solamente digitalicen lo que hacían o utilicen otras técnicas más sofisticadas. A la nube se van subiendo esas experiencias, desde ella podrá caer una lluvia fina, nieve o granizada, pero suelen ser experiencias de las que se muestran satisfechos, se han empleado diversas formas de comunicaciones con el alumnado y las familias en distinto grado de intensidad. Hasta se ha descubierto que no se les debe apabullar con un exceso de trabajo online. Pero también se constata que la mitad de los estudiantes comparten ordenador con otros miembros de la familia, que el 3% no tienen ni un ordenador, aunque sí tengan un móvil, y que el 80% del alumnado dice que no tienen una buena atención y echan en falta las clases presenciales, sobre todo los que más necesidades educativas presentan. Una auténtica variedad de situaciones que hacen ampliar los perfiles del alumnado objeto de esta enseñanza. Se ha visto la necesidad de utilizar estas tecnologías y se denuncia que la Administración debería haber empezado hace tiempo a digitalizar todo, profesorado, alumnado y centros. Se entrevista a José Ramón Olalla, maestro con más de la mitad de su vida profesional asesor de las TIC. En sus respuestas muestra su interesante trayectoria como educador, donde señala la necesaria valoración del factor humano, alumnado y profesorado, con una actitud de ayudar, acompañar y comunicarse, incluso aprovechando las wifis. La motivación, la disposición al diálogo, al intercambio de conocimientos y experiencias son valores que facilitan el aprendizaje. Pero siempre hay que considerar el entorno, familiar y social y más en estas situaciones excepcionales. Si además se acompaña de pasión por algo se ayuda significativamente al alumnado y fomenta que participe más activamente. Se han publicado los resultados referentes a la lectura de PISA 2018 que en su momento no salieron con el resto. No han sido muy comentados, en este número sí lo hace Fernando Andrés. España con 477 puntos se sitúa por debajo de la media OCDE y europea (487 y 489 puntos, respectivamente), pero las comunidades de Castilla y León con 497, Asturias (495), Galicia (494), Aragón (490) están por encima seguidas por Catalunya (484). Es cierto que la evolución de este rendimiento ha sido muy variable a lo largo de los distintos informes, el valor promedio más bajo fue de 460,8 en 2006 y el más alto en 2015 con 495,6 puntos. Es interesante señalar que si se toma el rendimiento medio en lectura en función del porcentaje de variación de rendimiento explicado por ISEC obtenemos que las Comunidades Autónomas que tienen mejores resultados y mayor equidad serían Castilla y León, Galicia y Aragón. Es satisfactorio resaltar que se pueden obtener buenos resultados académicos en sistemas más equitativos.
Fórum Aragón, núm. 31, diciembre de 2020
La enseñanza online
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