Juan B. Sciortino
CÁTEDRA: HIDRÁULICA GENERAL
HIDROLOGÍA
Marzo 2003
AFOROS 1. INTRODUCCIÓN El gasto o caudal de un curso de agua es el volumen de agua que fluye a través de una sección transversal de dicho curso por unidad de tiempo. En una cuenca determinada, el único elemento del balance hidrológico que puede ser medido con suficiente aproximación es el escurrimiento superficial a la salida de la misma, el resto de las componentes del balance son estimados a partir de observaciones en algunos puntos de la cuenca y/o calculados por medio de fórmulas no exactas. El régimen de caudales es un dato básico, indispensable, para los todos los proyectos que estén relacionados con el escurrimiento. De esta forma es necesaria la instalación de "estaciones de aforo" que permitan observar, en una serie de años tan larga como sea posible, los caudales escurridos en puntos característicos del río, constituyendo estas mediciones la base de todo estudio hidráulico de una cuenca. La función principal de una estación de aforos es la medición sistemática del caudal que pasa a través de una sección transversal predeterminada de un curso de agua y del nivel de la superficie del agua en dicha sección; en general, se aprovecha la presencia continua de operadores para realizar observaciones meteorológicas y ambientales. Sin embargo, en nuestro país, no hay estaciones de aforo en la mayor parte de los lugares donde se necesita la información, lo que ha obligado a recurrir a métodos aproximados para la estimación de los caudales de diseño. No hay que olvidarse que ningún método, por bueno que sea, reemplaza la medida directa de la variable escurrimiento. El flujo en un curso de agua tiene dos componentes principales, una fase líquida y una sólida, esta última es de sumo interés en la mayor parte de los estudios y proyectos hidráulicos, por lo que, además de realizar el aforo líquido también hay que efectuar el aforo sólido para determinar el transporte de sedimentos. Según la persistencia en el tiempo los aforos pueden ser: Sistemáticos: son las mediciones que normalmente se realizan en las estaciones de aforo; esto implica una continuidad en los registros, realizando al menos un aforo por día en los períodos de estiaje o con escasa variación del caudal del curso de agua y varios aforos al día cuando la variación del escurrimiento sea importante. La cantidad de mediciones depende de la velocidad de variación de los niveles de agua, por ej.: en un río de llanura una creciente puede durar varios días e incluso meses hasta recuperar los niveles normales (dependiendo del tamaño de la cuenca) por lo que es suficiente con un aforo por día o más espaciado aún; en un curso de montaña o pedemontano las avenidas tienen pocas horas de duración por lo que es indispensable realizar la mayor cantidad de aforos que fuera posible para seguir la rápida variación del escurrimiento. Aislados: las mediciones se realizan en forma puntual en el tiempo (por ej. una vez al mes); por lo general se efectúan en estiaje a los efectos de conocer los caudales mínimos. Es muy difícil realizar aforos aislados para la determinación de caudales máximos o seguimiento de crecidas puesto que esta tarea requiere una infraestructura específica en el curso de agua, a menos que se tenga un programa especial de seguimiento con un equipo adecuado y preparado. Según el método para la determinación del caudal los aforos pueden ser: Métodos directos: método área-velocidad; dilución con trazadores Métodos indirectos: estructuras hidráulicas; aplicando fórmulas de la hidráulica tradicional. En muchas ocasiones es necesario determinar el caudal que circula por pequeñas cañerías o conductos de agua; en este caso la técnica más común es el Método Volumétrico, existen otros procedimientos que se encuentran bien descriptos en: “Hidrología Subterránea” Custodio E. Llamas M. (1976)Tomo 1. Capítulo 2.6.
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