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DESDE SINDAG

Sindag promueve reunión de asociados en Brasilia

La entidad aprovechó su Asamblea anual para promover, en la Capital Federal, el evento AvAg 4.0, que contó con conferencias y debates sobre gestión, regulación, seguridad y mercado.

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Con la participación de autoridades, como el presidente de la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac), Juliano Alcântara Noman; el titular del Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos (Cenipa), Brigadier Marcelo Moreno, y el director del Departamento de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa), Carlos Goulart, los debates del evento AvAg 4.0, realizado en Brasilia, reforzaron el alto grado de madurez de Sindag y el prestigio de la entidad en sus acciones estratégicas para el sector en el país. La promoción se realizó aprovechando la primera Asamblea del sindicato aeroagrícola luego de dos años de reuniones virtuales (debido al Covid-19). El objetivo era traer especialistas al encuentro para profundizar en hechos que reflexionaran sobre el sector en los próximos meses en materia de innovación, seguridad, regulación y mercado. En el evento también estuvieron presentes el director del Consejo Federal de Ingeniería y Agronomía (Confea) Daniel Sobrinho y la consejera de la agencia (y consultora del Sindag) Andréa Brondani da Rocha, el diputado federal Alceu Moreira, además de dirigentes de la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA), Servicio Brasileño de Apoyo a la Micro y Pequeña Empresa (Sebrae) y otros representantes de Anac, Cenipa y otras entidades. AvAg 4.0 tuvo lugar los días 23 y 24 de mayo, con la participación del Instituto Brasileño de Aviación Agrícola (Ibravag), que destacó la importancia del programa Buenas Prácticas Agrícolas (PBA) que está siendo implementado por la entidad en alianza con el Sebrae. Además de tratar temas como seguridad operacional y regulación, el programa incluyó conferencias sobre seguros para pilotos, Ley General de Protección de Datos (LGPD); Gobernanza Social, Ambiental y Corporativa (ESG), Impacto de la Innovación en los Negocios y El Mercado de Carbono y sus Oportunidades. En la tarde del día 24, también hubo visitas a la sede del Sebrae Nacional y encuentros entre diputados y parlamentarios en el Congreso Nacional.

En la capital: Después de un intenso movimiento evaluando tendencias y definiendo rumbos del sector, representantes del sector aeroagrícola brasileño también tuvieron participación en el Congreso Nacional. Crédito: Castor Becker Júnior/C5 NewsPress.

Ibravag y Sindag promueven acercamiento con Confea

Directivos de las entidades aeroagrícolas participaron, en Brasilia, del pleno del Consejo Federal que incluye agrónomos.

El presidente de Ibravag, Júlio Augusto Kämpf, y el director ejecutivo de Sindag, Gabriel Colle, participaron el 25 de mayo de la reunión plenaria 1602 del Consejo Federal de Ingeniería y Agronomía (Confea), en Brasilia. Los directivos aeroagrícolas hablaron sobre el trabajo y la importancia de la aviación agrícola para el país, presentando a las dos entidades del sector y reforzando el papel fundamental de los ingenieros agrónomos en las operaciones aéreas. Kämpf aprovechó para destacar la oportunidad de fortalecer la relación entre Ibravag y Sindag con los Consejos Estaduales de Ingeniería y Agronomía (Creas) como forma de fortalecer el sector, tanto para el desarrollo de nuevas tecnologías como para la mejora de las técnicas utilizadas por la aviación, que se ocupa de cultivos, lucha contra incendios y, en un futuro, lucha contra vectores de enfermedades. Al hablar del comunicado señaló: “En varios estados ya contamos con el apoyo del Creas para esclarecer a la sociedad sobre la importancia de la herramienta aérea”.

Aproximación

Fueron acompañados por la coordinadora Administrativa del gremio aeroagrícola, Marília Luíze Schüler, y fueron orientados por la consejera de la Confea, Andréa Brondani da Rocha – de Río Grande do Sul y consultora del Sindag. La delegación aeroagrícola fue recibida por el presidente interino del Consejo Federal, Daniel de Oliveira Sobrinho y por los también consejeros Daniel Roberto Galafassi (Paraná) y Francisco Lira (Piauí). Según Andréa, la visita fue de suma importancia para acercar las instituciones aeroagrícolas a un ente que agrupa alrededor de 1,2 millones de profesionales en ingeniería, agronomía, geología, geografía y meteorología. “En este sentido, tenemos mucha gente capaz de trabajar en el sector y colaborar con proyectos de sostenibilidad y buenas prácticas. Sin mencionar que muchos trabajan en agencias reguladoras”, agregó.

Marília, Andréa, Colle, Daniel Sobrinho, Kämpf, Galafassi y Lira: la delegación aeroagrícola fue recibida por el presidente interino y los consejeros de Cofea. Crédito: divulgación.

Calidad certificada

En Daireaux, Erminio Rodríguez fue pionero en la certificación de su empresa en todo lo referente a la calidad de los servicios que prestan, garantizando a sus clientes y a la sociedad que los trabajos se realizan cumpliendo con todas las normas.

Por Santiago Rivas

Eran los comienzos de la aviación agrícola en la provincia de Buenos Aires, cuando la empresa de aeroaplicación La Bonaerense, una de las más grandes y antiguas en ese entonces en la provincia, buscaba una pista en la localidad de Bonifacio, en el oeste de la provincia. Así, llegaron al campo de la familita Rodríguez, que accedió en cederles un espacio para la pista. Uno de sus hijos, Erminio, en ese entonces con unos 7 u 8 años, se quedó fascinado con los aviones y decidió que quería ser piloto. Su primer paso fue intentar entrar en la Fuerza Aérea apenas terminó la secundaria, pero en el examen médico le descubrieron un soplo en el corazón y su carrera como aviador militar se frustró. “Nosotros somos 11 hermanos y yo soy el mas chico. Un hermano mayor, que es escribano, me dijo, ‘vamos a hacer el curso, los dos en Daireaux’. Y ahí me agarro de nuevo el entusiasmo. Fuimos a Buenos Aires, hicimos el psicofísico, el tema del soplo del corazón no me impedía tener el apto y ahí empecé la carrera” recuerda hoy Erminio. Así fue avanzando hasta sacar la licencia de piloto comercial y luego la de aeroaplicador, alrededor del año 1978, “en esta carrera cuantas más licencias tenés más posibilidades de trabajo tenés” agrega, aunque intentó ingresar a Aerolíneas Argentinas y no pudo hacerlo, por lo que se fue a Bonifacio, donde entró en una empresa y empezó a volar un Piper J-3 con motor 85, pero al año el dueño del avión decidió venderlo. “Quedé con las ganas, pero sin avión. Cuando hice la comercial, la hice con Martín Iraizoz y él volaba en una empresa que se llama Aeropostal de General Belgrano, que el dueño era Osvaldo Eleodoro Ripa. Si tengo que hacer un reconocimiento en mi trayectoria como piloto tengo varias personas, al vasco Iraizoz porque me presentó a Ripa. A 58

Ripa porque, cuando quede sin la posibilidad de volar, lo llamó al vasco y le dijo, ‘yo les doy un avión, tienen que crear una sociedad y empiecen a trabajar por su cuenta’” cuenta Erminio. Así, comenzaron con un Piper PA-11 en Daireaux,en 1978. Por ese entonces existían tres empresas de aviación agrícola en la localidad: Jorge Miguel, Orlando Voitar y Roberto Mesada, de las cuales hoy solo queda la segunda, en manos de los hijos de Orlando. “La de Jorge Miguel estaba en estas instalaciones que tenemos ahora. Yo le compré la pista a Jorge hace años y la fui reformando” cuenta Erminio.

Hacia las normas ISO

En 1990 sumaron máquinas terrestres y la empresa creció muchísimo, al punto de que Erminio reconoce que se le empezó a ir de las manos. Dos accidentes y una emergencia con un avión fueron un llamado de atención. “Miguel Lazo, ex comandante de LAN, tenía una consultora y hacían trabajos de recursos humanos y consultoría en empresas aéreas. A raíz del último accidente, me llamó para saber cómo estaban las cosas y me dijo que iba a hacer un viaje para darme una mano”. Esto fue en 2005, en que lo visitó con una de sus hijas, que es psicóloga aeronáutica. Empezaron a ver cómo mejorar la gestión de los recursos humanos, porque ya la empresa era muy grande. En ese momento había 78 empleados entre la parte aérea y terrestre y tenían muchas máquinas, más aviones en Carhué, en el Chaco, Entre Ríos y estaban formando una empresa en Uruguay. “Necesitábamos ordenarla, tener protocolos, un manual de procedimiento. Sin darme cuenta, muchas de esas cosas ya las había ido haciendo, porque me gustaba armar los grupos de

trabajo y dejar por escrito lo que tenía que hacer cada uno y cómo tenía que hacerlo. Más tarde me di cuenta de que eso era un protocolo y servía para un manual de procedimientos. Así que empezamos a trabajar con ellos. Cuando estaba muy avanzado, Miguel me convence para certificar con las normas ISO. La verdad fue muy interesante. Nos costó mucho trabajo certificar, porque fue un año y medio el proceso. Porque no había ninguna empresa en Sudamérica certificada. Era todo empezar de cero, certificamos lo medular de la empresa. Porque, cuando vas a certificar una empresa con normas ISO, vos podés certificar la atención al cliente y eso no es lo medular de la empresa. Si vos te dedicás a prestar un servicio, lo medular es que certifiques la prestación del servicio. Eso nos demandó tiempo y dinero, pero nos ordenó. Ahí ya sabíamos que existía un manual de procedimientos, existían los instructivos para desarrollar las tareas en cada puesto de trabajo, existía un manual de calidad y los reportes de riesgo. Todas esas cosas hacen que la empresa, además de tener un plantel de gente capacitada, empieza a tener la tranquilidad de que en el mercado tus clientes te ven de otra forma” explica Erminio. A los cuatro meses de tener la empresa certificada, la consultora se ocupó además de darles la capacitación y el seguimiento para mantener la certificación. Habían certificado con IRAM porque en la escala de calificación era una de las mejores. “Te diría que la segunda en el ranking” agrega. A raíz de que se publicó que habían certificado, la empresa de pastas Lucchetti los buscó para contratarlos para trabajar con sus cultivos. “Jamás en mi vida había hecho un contrato de trabajo” cuenta Erminio y continúa destacando que la certificación, además de ordenarlos, les permitió ganar nuevos clientes, “hubo un antes y un después en la empresa”. Entre otras cuestiones, empezaron a hacer una trazabilidad en todas las aplicaciones, en tiempos en que casi nadie estaba certificado, “hoy una empresa agropecuaria que haga exportación directa necesita la trazabilidad de todos sus trabajos. Por lo tanto, a la hora de contratar, seguramente van a priorizar una empresa certificada. Con esto no quiero decir que una empresa que no está certificada no haga bien su trabajo. Lo hacen bien, a lo mejor no tienen herramientas para darle una trazabilidad, que eso se lo da la certificación” explica.

Con el tiempo, decidieron achicar un poco la empresa, para tener mayor control, eliminando la filial de Uruguay, que solo hacía trabajos terrestres, lo cual fue seguido por la salida de Entre Ríos, “a raíz de un juicio con una aplicación. Fue una mala praxis del piloto. Fui el responsable porque figuraba todavía como presidente de la sociedad, aunque ya había vendido mi participación de la sociedad a otro socio, pero no había hecho el acta. Son cosas que te dan enseñanza. Si tuviera que volver a empezar trataría de certificar, pero tengo claro que muchas cosas que hice no las haría, porque cuando te ponés un proyecto en la cabeza y creés que lo mas importante es trabajar, estar capacitado, que los trabajos te salgan bien, tener todo ordenado y no le das importancia a la parte económica y de legislaciones, te encontrás con que te surgen problemas. Nosotros en Uruguay desde que entramos hasta que nos fuimos estuvimos habilitados, en Entre Ríos también”.

La vida a la actividad

Erminio aprovecha para hacer un balance de sus 44 años ya en la aviación agrícola, en los que ha encontrado más puntos positivos que negativos, a pesar de las dificultades que tienen todos los empresarios en la Argentina y los ataques que sufre el sector aeroagrícola. “Como cosas positivas de la empresa yo a esta actividad le debo toda mi vida. La posibilidad de formar una familia, de haberle dado estudios a mis hijos, tuve la posibilidad de darle trabajo a muchísima gente. Por la empresa, en estos 44 años que tiene de vida, han pasado más de 300 personas. Son cosas que por un lado te gratifican, por otro te cargan de emociones. Porque hay veces que tenés emociones encontradas, cuando tenés mucho personal. Cuando sufrís los avatares que sufrimos todos los argentinos por decisiones de gobiernos o de políticos. Entonces, cuando ves que pasaron muchos años en esto, te das cuenta que lo hecho fue maravilloso, que demandó mucho tempo, pero que tuvo muy buenos frutos. No me puedo quejar de nada. Como balance de vida o de trabajo ha sido muy positivo. Tenemos un reconocimiento en la sociedad, en la localidad de Daireaux. Tuve la suerte de trabajar en muchas provincias, en Salta, Córdoba, Corrientes, Chaco, Mendoza. Tuve la suerte de ser presidente de la cámara de aplicadores, tuve el honor de presidir la Fearca por un periodo corto, porque a raíz de un problema personal no pude terminar la presidencia. Siempre traté de colaborar con mis colegas. Todo esto es por la pasión por la aviación, especialmente la aviación agrícola, que es una actividad muy noble” reflexiona.

Ambientalistas

Sin embargo, culmina destacando que es una actividad que últimamente está muy vapuleada por los ambientalistas. “Los ambientalistas quieren una sola versión, no quieren escuchar la versión nuestra, en este medio ambiente vivimos todos y yo no quiero contaminar a nadie ni contaminar el medio ambiente. No sé por qué los ambientalistas estén en contra de los aviones. Evidentemente eso demuestra que es un tema político. Porque mañana se prohíbe la aplicación aérea en la Argentina, que los aviones aplican el 5 por ciento de los agroquímicos en el país, y se va a seguir aplicando el 95 por ciento. Para tener una empresa habilitada tenés que estar inscripto en la ANAC, en Sanidad Vegetal y tenés que tener las mismas inscripciones que cualquier comercio. El piloto tiene ciertos requisitos que cumplir, con una licencia, tenés que tener la gente capacitada, tenés que tener la plataforma adecuada. Yo tuve terrestre durante muchos años y cuando certificamos la parte de máquinas hicimos protocolos para enjuagar, de cómo tratar los envases”.

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Revista N° 38 Abril / Mayo / Junio 2022

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