Silvio Fischbein Todos, IGUAL
Facultad de Arquitectura DiseĂąo y Urbanismo Ciudad Universitaria - Universidad de Buenos Aires
Septiembre 2016
Silvio Fischbein Todos, IGUAL Facultad de Arquitectura DiseĂąo y Urbanismo Ciudad Universitaria - Universidad de Buenos Aires Septiembre 2016
Silvio Fischbein, argentino, nació en 1949, artista visual y director cinematográfico, vive y trabaja en Buenos Aires. Recibió los títulos de Arquitecto, año 1974 y Planificador Urbano, año 1980, de la Universidad de Buenos Aires. Fue Profesor Titular Regular de Diseño Audiovisual, FADU, UBA y Profesor Titular Ordinario de Realización en la Facultad de Arte, Universidad del Centro. Actualmente es Profesor Consulto de la Universidad de Buenos Aires. Ocupó diversos cargos de gestión en la Universidad de Buenos Aires, entre ellos fue Director de la Carrera de Diseño de Imagen y Sonido, FADU – UBA, en cuyo marco creó y dirigió La Fábrica Audiovisual. En la actualidad es Sub Secretario de Cultura de la FADU – UB A. Es Presidente de CIBA, Regional Ibero Americana de CILECT, Centre International de Laison des École de Cinéma et Télévision. Es Secretario General de AAVRA, Asociación de Artistas Visuales de la República Argentina. Como director cinematográfico realizó 30 cortometrajes, 2 vídeo arte y 5 largometrajes de ficción. Obtuvo el Premio George Meliès, año 1984. Fue becado en reiteradas oportunidades por los Gobiernos de Francia y Canadá. En 2015 obtuvo la Beca de la Pollock – Krasner Foundation. En 2015 se editó el libro “Silvio Fischbein – Artista visual” con fondos de la Pollock – Krasner Fundation
Todos, IGUAL FADU - SEPT. 2016
El giro moderno no logra desmontar el giro de la representación pero lo reformula enfatizando su dimensión estética, autoreflexiva en detrimento de la referencial: la realidad importa, si, pero sólo en registro de lenguaje, en cuanto tramitada por la forma. Los instrumentos de representación devienen objeto de la representación. Ticio Escobar. Presentar la obra de un artista contemporáneo supone presentar sus preguntas e ideas, arriesgar hipótesis, preguntarse por su contexto y sus influencias. Hablar de arte contemporáneo supone mapear, cartografiar, tejer sentidos, investigar. Asimismo, estas preguntas e incógnitas refieren directamente a un objeto -existente o potencial- y a su materialidad. Se da un vínculo asimilable a la dialéctica entre significado y significante. Relación dialéctica, en tanto mutua referencia y tensión permanente. Llegado un punto, aquello que significa, aporta más en sí -mediante su forma- que en su rol de significante. Presentar la obra de Silvio Fischbein implica retomar todas estas ideas, pero sobre todo exige considerar
nuevamente estas últimas: significado y significante. Esto se debe, en gran parte, a la renuncia sostenida del artista a que su trabajo se entienda, se explique. Esta toma de posición, es una clausura que permite la apertura de lecturas más grandes. Es un silencio que permite voces y discursos nuevos. De alguna forma, es aquí donde podemos comenzar a leer una primer multiplicación. La multiplicación está presente en la mayoría de la obra de Fischbein. Genera texturas compuestas, en un principio, por artículos plasticos de cotillon, y más recientemente por volúmenes geométricos forrados por caracteres de las más diversas lenguas. Las texturas son contenidas por el marco-caja, o bien, invaden objetos “de la vida cotidiana”, toman la forma irregular de un charco de resina rígido-flexible, y hasta pueden convertirse en una superficie infinita en la cual se nos invita a transitar. Sea cual sea su forma, la multiplicación es fragmentada, encuadrada, como una porción del fluir infinito que lo cubre todo. Infinitos bebés, infinitos camiones, infinitas lenguas. Ahora bien, veamos más allá. La textura descrita, es compuesta por individualidades, por
particularidades. Un todo que comienza por sus partes componentes. En este punto podemos pensar en tres hipótesis: Los objetos que integran esas texturas son el mismo objeto en infinitos tiempos y circunstancias. Es decir: existe una multiplicidad que nos remite a la variación del tiempo, los contextos, las variables, entre otros. Presenciamos infinitos objetos acumulados en el tiempo en el que nos toca ser testigos de la obra. Por ende, estamos ante una acumulación de objetos, o sujetos. Observamos la repetición del mismo objeto en este tiempo, el mismo, y logramos verlo en infinitas facetas y puntos de vista. Las tres variables -multiplicidad, acumulación y repetición- nos acercan al infinito. En algún sentido, la obra Fischbein las encierra a las tres. Vemos todo, al mismo tiempo, y esto no implica que no veamos nada. Borges, en el Aleph, sentencia que “los místicos, en análogo trance, prodigan los emblemas: para significar la divinidad, un persa habla de un pájaro que de algún modo es todos los pájaros.” Distinto -o no- al fenómeno que pudo haber presenciado Borges en aquel sótano, el infinito no se acumula en
un punto, sino que se despliega sin otra barrera que el encuadre del propio autor. Las texturas y situaciones infinitas de Fischbein rompen fronteras, nos hermanan en la diversidad, hablan de la universalidad desde la particularidad. No homogeinizan. Lejos de hacerlo, nos proponen bucear en toda variable. Aquella multiplicación y convivencia de signos es tomada como operatoria para hacer coincidir y lograr yuxtaponer lenguas, territorios y culturas que nunca podrían haberse encontrado. Así, Fischbein genera nuevas cartografías aleatorias. Surgen mundos y coyunturas imaginadas, donde la utopía de un mundo sin jerarquías culturales es posible. Todos los elementos de esas culturas (chino, hindi, irish, alemán, inglés, español, francés, italiano, croata, ruso, y tantos más) conviven, sin que nadie indique que uno vale más que el otro. Sin expulsados, sin fronteras, en contaminación continúa y multiplicidad absoluta. Culturas, Historia e historias, territorios, implantados sin jerarquías, pero sobre todo con el mayor de los respetos por aquello que nos es extraño.
La trayectoria de Silvio Fischbein y su transitar por el arte contemporáneo son elementos que lo empujan a repensar su obra permanentemente. Así es como su corpus de obra se nutre de formatos y técnicas tan diversos como el video, el textil, el ensamblaje y la instalación. Es la pregunta y el ejercicio de preguntar(se) lo que lo lleva al movimiento como actitud de trabajo. Y en esta actitud, lo encuentra investigando la instalación de sus obras de forma exenta al muro, buscando una relación cada vez más intensa con el espectador. El diseño exhibitivo de este proyecto, propone presentar las obras bidimensionales del artista sostenidas por dispositivos construidos específicamente, que las vuelven cercanas a objetos escultóricos. Es aquí donde volvemos a la tensión entre significado y significante, y esta tensión -como las barreras del marco- parece romperse y liberar la fuerza de la obra de Silvio Fischbein que busca inundarlo todo, comprenderlo todo. Porque es imposible que, ante el trabajo del artista respondamos todos, IGUAL.
Federico de la Puente // Junio 2016
todos, IGUAL 183x183 cms. (2016)
todos, IGUAL 183x183 cms. (2016)
todos, IGUAL 80x80 cms. (2015)
En esta exhibición se incluye un primer desarrollo
volumétrico de la serie constituidos por fragmentos que generan nuevos tejidos culturales -aleatoriosocupando el espacio en sus tres dimensiones. ¿Qué nuevas configuraciones resultan de esta nueva yuxtaposición de los fragmentos? ¿Cómo
resulta el encuentro del espectador en este recorrido? ¿Qué sucede cuando estos cientos de miles de caracteres generan volúmenes autónomos construidos por la sumatoria aleatoria de fragmentos de culturas, tradiciones y territorios?.
Silvio Fischbein / Todos, IGUAL CURADURÍA: FEDERICO DE LA PUENTE Septiembre 2016