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POSTMODERNIDAD ARQUITECTURA Y FOTOGRAFÍA EN EL S.XX Almudena Bretón Felicidad García



ÍNDICE INVESTIGACION TEORICA ENTREVISTA A UN ARTISTA BIBLIOGRAFIA


INVESTIGACION TEORICA


POSTMODERNIDAD Es un proceso cultural (70´s), definición, datos para analizar (sistema, orden, unidad, coherencia, hibridación, cultura popular, ideas intelectuales y científicas) Fases: Periodo histórico, actitud filosofía, movimiento artístico ¿Cómo surge? Para definir la posmodernidad antes hay que entender la modernidad. La modernidad es un periodo que surge como oposición a las vanguardias históricas y pretende ser una corriente de renovación estética, un cambio de actitud por parte de

supone

la sociedad, el

arte deja de ser solo para algunos pocos y toma


conciencia. Se crea la institución arte (museo, críticos, compradores,..) en definitiva un mercado que favorece la creatividad de los artistas que ya no dependen tanto de la demanda. El arte toma carácter individual, existe por sí mismo. El posmodernismo se enfrenta a esos principios modernos y ya en la década de los setenta el debate que venía arrastrándose en el mundo del arte sobre el movimiento moderno y que había dado origina

gran cantidad de grupos y corrientes da

lugar a la tendencia posmoderna. Los valores de racionalidad economía y utilidad del movimiento moderno siguen siendo validos pero se adaptan al contexto de finales de siglo.


El termino posmoderno pasa del terreno artístico a un amplio conjunto de actividades y termina por ser sinónimo de la década de los ochenta. ¿De dónde viene? La situación del arte contemporáneo posmoderno no solo puede ser explicada bajo una óptica ideológica, sino también como un entramado de sucesos histórico-culturales. El término posmodernidad nace en el domino del arte y es introducido en el campo filosófico hace tres décadas por Jean-François Lyotard con su trabajo La condición moderna (1983). Lyotard es un filósofo francés primero en hablar del posmodernismo. Para él la cultura postmoderna se caracteriza por


la incredulidad con respecto a los metarrelatos, invalidados por sus efectos prácticos y actualmente no se trata de proponer un sistema alternativo al vigente, sino de actuar en espacios muy diversos para producir cambios concretos. Defendía la pluralidad cultural y la riqueza de la diversidad. Gilles Lipovetsky filósofo, francés en su obra, La

era del vacío, analiza lo que se ha considerado la sociedad posmoderna, y habla por tanto de un concepto global que contiene temas como el consumo, el hiperindividualismo contemporáneo, la cultura de masas, el hedonismo, la moda y lo efímero, los mas media, el culto al ocio, la cultura como mercancía, el ecologismo como disfraz y pose social, entre otras.


¿Qué es? Posmoderno significa posterior a lo moderno. Uno de los mayores problemas a la hora de tratar este tema resulta justamente en llegar a un concepto o definición precisa de lo que es la postmodernidad. La dificultad en esta tarea resulta de diversos factores, entre los cuales los principales inconvenientes son la actualidad, y por lo tanto la escasez e imprecisión de los datos a analizar. Como también la falta de un marco teórico válido para poder analizar extensivamente todos los hechos que se van dando a lo largo de este complejo proceso que se llama posmodernismo. Pero el principal obstáculo proviene justamente del mismo proceso que se quiere definir, porque es


eso precisamente lo que falta en esta era: un sistema, una totalidad, un orden, una unidad, en definitiva coherencia. El término posmodernidad designa un amplio número de movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo XX, definidos por su oposición o superación del moderno. Las diferentes corrientes del movimiento postmoderno aparecieron durante la segunda mitad del siglo XX. Aunque se aplica a corrientes muy diversas, todas ellas comparten la idea de que el proyecto modernista fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradicionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social.


Se suele dividir a la postmodernidad en tres sectores, dependiendo de su área de influencia. Como un periodo histórico, como una actitud filosófica, o como un movimiento artístico, comparten sin embargo la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en el arte, la cultura, el pensamiento y la vida. Pero las características de

la posmodernidad en

arte no son simples temas y movimientos jerarquizados se parece más bien a una red con nódulos interconectado. Los temas se abordan con técnicas y planteamientos muy diferentes, algunos de esos temas son: La desigualdad Norte-Sur y la globalización de la democracia capitalista. Grandes corporaciones pero


una débil integración del individuo. Las relaciones de poder. La sociedad de la sobreinformación en un mundo tecnológico y virtual. La hipercomunicación técnica, pero la incomunicación de los individuos. El lugar del individuo, libre pero aislado, y la definición de su identidad por su raza, sexo y nacionalidad. Hay una gran corriente dedicada al retrato y el autorretrato de los individuos y las familias. Las poéticas de género y principalmente el feminismo, la homosexualidad, el travestismo en una reflexión apariencia-identidad presente en toda la postmodernidad.


El cuerpo, que en los 80 jugaba con la apariencia y lo que representaba (cosmética, culturismo...). En los años 90 y a partir del 2000 entra con fuerza el drama, la herida y amputación, la enfermedad y la muerte. Técnicas y materiales que predominan en la modernidad son el empleo de nuevas herramientas tecnológicas y el descubrimiento de sus posibilidades expresivas. Cobran valor de nuevo los buenos acabados y materiales nobles para una mejor permanencia de la obra. Hay un retorno al neobarroco y a la psicodelia, mientras el hincapié en foto y vídeo es documental, (registrar lo que pasa fuera), la manipulación digital se recrea en mundos


interiores y se centra más en la estética y lo poético. Es la vuelta al "arte por el arte" que a veces perdió protagonismo pero nunca desapareció.


POSTMODERNISMO ARQUITECTÓNICO La arquitectura es el arte y técnica de proyectar y construir edificios y otras estructuras y espacios que forman el entorno humano. La palabra «arquitectura» proviene del griego αρχ (arch, cuyo significado es „jefe‟, „quien tiene el mando‟), y τεκτων (tekton, es decir, „constructor‟ o „carpintero‟). Así, para los antiguos griegos el arquitecto es el jefe o el director de la construcción y la arquitectura es la técnica o el arte de quien realiza el proyecto y dirige la construcción de los edificios y estructuras, ya que la palabra


Τεχνη (techne) significa „saber hacer alguna cosa‟. De ella proceden las palabras «técnica» y también «tectónico» („constructivo‟). William Morris dio la siguiente definición: “La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana: no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando sólo el puro desierto.” The Prospects of architecture in Civilization, conferencia pronunciada en la London Institution el 10 de marzo de 1881 y recopilada en el libro On Art and Socialism, Londres, 1947.


“La arquitectura no deriva de una suma de longitudes, anchuras y alturas de los elementos constructivos que envuelven el espacio, sino dimana propiamente del vacío, del espacio envuelto, del espacio interior, en el cual los hombres viven y se mueven.” Bruno Zevi Saber ver la arquitectura, Barcelona, 1948.

En esencia la arquitectura no se basa en la construcción en sí, sino en los vacíos y la adaptación de estos a través de su interpretación al convivir con el ser humano.


¿Cómo surge? Etapas

La arquitectura de la posmodernidad surgió como reacción al puritanismo en el pensamiento y las formas promovido por la arquitectura moderna. Al less is more (menos es más) de Mies Van der Rohe, Robert Venturi contrapuso –haciendo un juego de palabras- less is a bore (menos es un aburrimiento), utilizando el término de nuevo manierismo para designar la arquitectura que hacían él mismo y sus contemporáneos. En él se mezclaban referencias a la arquitectura de todos los tiempos, incluido el mismo Movimiento Moderno.


En torno a la década de los 70 comienzan a simplificarse las diferentes tendencias y corrientes que se habían desarrollado en las décadas anteriores. Destacan dos corrientes: El Movimiento Postmoderno, que niega validez al Movimiento Moderno. El Movimiento Tardomoderno, que lo sigue considerando vigente. El debate entre Posmodernidad y Tardomodernidad caracterizó la historia de la arquitectura hasta que, a mediados de los años 90, se impone como tendencia dominante el Tardomoderno, que se acaba convirtiendo en el lenguaje constructivo de los últimos años.


El Postmoderno Parte de la consideración del Movimiento Moderno como un fenómeno histórico más, sin vigencia en el mundo actual su muerte se habría debido a que generó una arquitectura fría, aburrida y muy difícil de entender por el público. Los teóricos postmodernos, como Robert Venturi o Philip Johnson propugnan una arquitectura variada, imaginativa y comprensible para todos. En definitiva, una arquitectura que fuera capaz de satisfacer a una sociedad cada vez más relativista, divertida y cínica, donde los grandes sistemas ideológicos están desapareciendo. Sus seguidores, como Charles Moore o Michael Graves, utilizan un doble código: por un lado edificios con referencias históricas o cultistas que interesan al público especializado,


y por otro, también tienen elementos fácilmente reconocibles y asimilables por las personas sin formación arquitectónica. Los elementos que utilizan son variados: recuperación de las formas históricas, valoración del entorno, gusto por la sorpresa, ironía, humor... El Tardomoderno Los autores que, como Norman Foster, I.M. Pei o Frank O. Ghery, defienden el Tardomoderno, creen que en su esencia el Movimiento Moderno sigue vigente. No existen unas características formales que permitan hablar de estilo. Dentro de esta corriente hay diferentes maneras de entender la arquitectura, desde la muy ligada al racionalismo de los años 20, hasta la Deconstrucción. Ahora


bien, se pueden señalar tres principios básicos muy generalizados en esta arquitectura: predominio de edificios con un cierto sentido escultórico, con gran fuerza en sus líneas externas; composiciones variadas y disgregación del espacio en pequeñas unidades; utilización masiva de elementos relacionados con la tecnología y la industria. A partir de mediados de los 80, dentro del Tardomoderno, se definieron dos grandes tendencias: High-Tech y Deconstrucción. La denominación de High-Tech deriva del empleo obsesivo de elementos tecnológicos. Los conductos de ventilación o agua, las escaleras mecánicas, las grúas para la limpieza de los cristales, etc. se evidencian hasta convertirse en un elemento fundamental de la construcción. El cierre de los


muros se realiza, por lo general, con cristal reflectante, con lo que se potencia un aspecto brillante y agresivo de alta tecnología. El primer edificio e este género fue el Centro Pompidou de París, de Renzo Piano y Richard Rogers. La Deconstrucción Fue dada a conocer como tendencia constructiva con motivo de la exposición organizada en el MOMA de Nueva York en 1988 por Philip Johnson. Las formas arquitectónicas se sitúan en la antítesis de la claridad y la pureza racionalistas al mostrarse como estructuras constituidas de elementos dispares que parecen chocar y distorsionarse. El espectador, en principio sorprendido por la sensación de inestabilidad que transmiten estos


edificios, acaba por identificarse con unas construcciones que materializan a la perfección las sensaciones y gustos del ser humano que vive en el s. XXI. El Museo Guggenheim de Bilbao, construido por Frank O. Gery, entre 1991-97, es el paradigma de esta tendencia arquitectónica. El posmodernismo acepta algunos enfoques del racionalismo anterior tratando de comunicarse con el público en general, recurriendo a historicismos y a algunos aspectos regionalistas, según donde esté la construcción. Crean espacios sorprendentes, ambiguos, abandonan la cuadrícula racionalista y recurre a las plantas con ángulos oblicuos, a los colores fuertes y absurdos y a los efectos visuales equívocos.


¿Qué sentimos?

Es una tendencia que comienza a partir de los años 1970, como respuesta a las contradicciones de la arquitectura moderna, y en especial los postulados del Estilo Internacional. (Un estilo arquitectónico de la arquitectura moderna, perteneciente al funcionalismo arquitectónico, que propugnaba una forma de proyectar "universal" y desprovista de rasgos regionales. Comenzó a tomar forma a partir de 1920.se caracterizó por su énfasis en la ortogonalidad, el empleo de superficies lisas, pulidas, desprovistas de ornamento, ligeras que permitían la construcción en voladizo, el empleo de las nuevas técnicas y materiales, hormigón


armado, que configuraban los amplios espacios interiores que le caracterizaron.) Su principal característica es que aboga por recuperar de nuevo "el ingenio, del ornamento y la referencia" en la arquitectura. El movimiento postmoderno surge precisamente para rescatar esas virtudes, incorporándolas a una manera de construir industrializada. Podría entenderse como un retorno al pasado en las formas, no en la técnica en donde se combinan las formas modernas con las antiguas. La reacción en contra del movimiento moderno se difundió rápidamente durante los años setenta hasta convertirse en el estilo “posmoderno” en los ochenta, una década caracterizada por el auge en la construcción de museos. Algunas tendencias de


los años veinte, cultivaron la expresión tecnológica, mientras otras desembocaron en las fantasías “deconstructivistas”. Las ideas de Robert Venturi en favor de la complejidad y la contradicción en la arquitectura pronto se ampliaron a la escala urbana. El defendía el concepto de “cobertizo decorado”, una construcción vulgar y corriente que cumpliera con los requerimientos funcionales, pero provista de una fachada llena de signos convencionales que pudiese comprender. Charles Moore combina el trazado pintoresco y las referencias a De Stijl, en un conjunto en el que aparecen recursos como las fachadas falsas o la superposición de elementos de escalas diferentes.


Esta nueva corriente había sido bautizada por el crítico Charles Jencks en su libro “The Language of Post- Modern Architecture” (“El lenguaje de la arquitectura posmoderna”), este calificaba de posmoderno a todo lo que rechazaba la austeridad figurativa del Estilo internacional. Aunque también suponía una severa crítica al urbanismo moderno, la postura de Aldo Rossi estaba en el extremo opuesto de la elocuencia formalista norteamericana. Este creó un grupo de acción en italia, Tendenza, en el que se dedican a recuperar los valores del racionalismo italiano de los años treinta, procurando liberarlo de sus connotaciones fascistas. Su influencia se extendió por toda Europa, pero tuvo una especial incidencia en la


vecina región suiza del Ticino, donde un otro grupo de jóvenes ya estaba desarrollando una arquitectura austera y contenida. De este grupo destacó la figura de Mario Botta, formado en Venecia y seguidor de Le Corbusier y Kahn. La serie de casas que empezó a construir a mediados de los años setenta comparten su carácter de hito en el paisaje, unos volúmenes simples de geometrías nítidas y rotundas, y un sentido tónico acentuado por los muros de bloques de hormigón. Uno de los efectos más criticados del urbanismo moderno de los años sesenta fue la destrucción del tejido histórico para levantar grandes bloques aislados, algo que habían facilitado en Europa las demoliciones de posguerra.


La reacción en contra de este ataque a la ciudad tradicional fue por parte de los hermanos Robert y Leon Krier, que recorría Europa propagando sus ideales urbanos. Reivindicaban el valor de la calle y la plaza y lo mostraban en proyectos como la reconstrucción del centro de Stuttgart. En Berlín, destruida y dividida por la guerra, fue otro foco de experimentación de concepciones urbanas similares. En occidente comenzó la recuperación de los barrios colindantes al muro. (Josef paul kleihues, manzana 270, distrito de wedding) Otra prueba de que el Movimiento Moderno ya se veía en los años setenta como un episodio del


pasado es el hecho de que empezaron a surgir voces en favor de una revitalización de sus formas. Desde el punto de vista compositivo, los años veinte seguían siendo un periodo heroico en el que los maestros de la vanguardia arquitectónica habían creado un lenguaje nuevo. En lugar de sustituir este leguaje de formas abstractas por otro más figurativo extraído de la cultura popular, algunos arquitectos norteamericanos pretendían profundizar en un estilo que consideraban la esencia de la revolución arquitectónica del siglo XX. A estos últimos se les empezó a conocer como los “blancos”, en contraposición a los “grises”, seguidores de la línea de Venturi.


El mayor éxito propagandístico lo alcanzó un grupo procedente de las elitistas universalidades de la costa norteamericana que, promocionado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York y refrenado por Rossi en Europa en la Trienal de 1973, fue bautizado como “The New York Five”. Estos cinco arquitectos -Peter Eisenman, Michael Graves, Charles Gwathmey, John Hejduk y Richard Meiercompartían su admiración por el lenguaje abstracto del Estilo Internacional, por sus elementos morfológicos y por la articulación de su sintaxis; además, mostraban un interés primordial por las cuestiones formales a expensas de los aspectos funcionales o tecnológicos. De hecho, algunas de sus obras presentan serias dificultades para su uso, y -pese a tener una


apariencia similar a las villas de hormigón armado de Le Corbusier- en realidad están construidas a base de armazones ligeros de madera y cerramientos de tablas pintadas: una técnica tradicional específicamente norteamericana. A finales de los años setenta y principios de los ochenta se fue consolidando una forma de hacer arquitectura en la que lo único revelan te era el envoltorio formal, normalmente repleto de citas extraídas de estilos arquitectónicos del pasado. Inicialmente fue el lenguaje clásico el más saqueado, lo que dio lugar al autodenominado “clasicismo posmoderno”; pero pronto cualquier periodo histórico fue usado como inspiración, actitud bautizada como “eclecticismo radical”. Esta arquitectura superficial y cosmética


coincidió en Gran Bretaña y los Estados Unidos con una época de ultra liberalismo que convirtió a muchos arquitectos en meros decoradores de unas fachadas tan identificables en su forma y colorido como los embalajes de los productos de consumo. Michael Graves fue uno de los especialistas de esta moda. Como ya hemos dicho, hacia 1975 comenzó a incluir en sus diseños referencias formales a arquitecturas del pasado. La mayoría de sus proyectos de esta época fueron casa o interiores, y muchos no pasaron del tablero de dibujo, pero en 1980 ganó el concurso de las oficinas municipales de Portland, Oregón, terminadas en 1983, que pronto se convertirían en un auténtico manifiesto del estilo posmoderno. Se trata de una construcción convencional en la que todo el


énfasis se ha puesto en el diseño de las fachadas: sobre un basamento escalonado, el volumen cúbico presenta un fondo de piedra con pequeños huecos cuadrados, sobre el que se han trazado otros elementos de mayor escala, como pilastras estriadas, claves salientes e incluso guirnaldas recortadas, todo ellos con un carácter meramente superficial. Es el “cobertizo decorado” de Venturi llevado hasta sus últimas consecuencias. La habilidad de Graves con estas escenografías le ha convertido en los años noventa en uno de los arquitectos favoritos del imperio Disney. La consolidación definitiva del posmodernismo llegó con la construcción en Nueva York del rascacielos AT&T de Philip Johnson.


Dividió el edificio, verticalmente, en tres partes: un basamento de escala urbana, un fuste repetitivo y continuo y un remate identificable en el abigarrado skyline de la ciudad. Pero en lugar de ser una caja de acero y vidrio, las fachadas están revestidas de piedra natural, el basamento hace referencia a la renacentista capilla de Pazzi en Florencia, el fuste evoca las estrías de las pilastras clásicas, y el remate recuerda un armario de estilo Chippendale. Con un carácter más cultural y menos consumista, el estilo posmoderno se afianzo en la Bienal de Venecia en 1980, dedicada a “La presencia del pasado”. Allí, una Strada Novissima concebida por Paolo Portoghesi mostraba una sucesión de fachadas de cartón piedra diseñadas por los más variados


arquitectos posmodernos: entre otros, Gehry, Graves, Moore, Stern, y Venturi, por parte norteamericana; Bofil, Hollein, Kleihues, Koolhaas, y L. Krier, por parte europea; e incluso el japonés Isozaki. El edificio Europeo que mejor representa este eclecticismo posmoderno es la obra de James Stirling. Una profunda crisis profesional a mediados de los setenta le hizo volcarse en los concursos internacionales, en particular en los de los nuevos museos alemanes; tras Düsseldorf y Colonia, el éxito le llegaría con la ampliación de la Staatsgalerie de Stuttgart. Un revestimiento de piedra artificial, que contrastaba con los colores de las barandillas, las cristaleras y las marquesinas.


La Staatsgalerie fue uno de los muchos museos que se construyeron a lo largo de los años ochenta. (Ampliaciones del Louvre de París, la Tate de Londres o nuevos museos como el de Frankfurt). Este auge de los museos puede verse también como una consecuencia más de la reacción en contra de los principios ideológicos del Movimiento Moderno, para muchos defensores el museo era una institución muerta que conservaba las huellas de un pasado desprestigiado. El Centro Pompidou había sido un anticipo de este cambio de rumbo: la transformación del museo cerrado y elitista en un gran centro multifuncional orientado al entretenimiento público general. Sin embargo, su extrema flexibilidad espacial pronto se reveló


incompatible con las técnicas expositivas tradicionales. De esta forma durante los años ochenta la experimentación arquitectónica se aplicó en los museos, austeros contenedores para la simple contemplación de los objetos, pasando por los intentos de establecer relación de carácter entre el marco arquitectónico y su contenido. Frankfurt, es un símbolo de esta época por la cantidad de museos que surgen a las orillas del río Meno conocida por “la ribera de los museos”. (Richard Meier, Museo de artes decorativas, 19791985) El museo de Arte Romano de Mérida, de Rafael Moneo relaciona a la arquitectura con los objetos


expuestos en su interior. Así el edificio se inspira en antigüedad clásica, y en concreto en la arquitectura romana de ladrillo y argamasa. El resultado es un gran edificio organizado por una serie de arcos que reparten el espacio, y luminoso gracias a unos lucernarios cenitales transversales. Aparte de estilos y tendencias en los años 80 se ha reconocido al arquitecto como un creador individual, capaz de dar sello distintivo, único y personal a sus obras. Tadao Ando, Álvaro Siza, Santiago Calatrava, Jean Nouvel o Peter Eisenman son estas figuras singulares de finales de los años 80, todos juegan


con las ideas de la postmodernidad y dan a sus obras características muy similares. Ortogonalidad, blancos, transparencias, fragmentaciones volumétricas, intersecciones oblicuas que se integran a la perfección en el tejido urbano y crean esculturas urbanas allá donde se levantan. Los años ochenta se cerraron con el lanzamiento de una nueva moda, la arquitectura deconstructivista que se basa en el constructivismo ruso, en lo formal y en la filosofía de la deconstrucción, en lo teórico. Con la caída del muro de Berlín (1989) la percepción del mundo- y en parte la de la arquitectura- cambiaron.


En los años noventa se produjeron algunos acontecimientos históricos que han tenido reflejo en la arquitectura, en España la Expo del 92 o en Europa la reconstrucción y reunificación de Berlín. Los deconstructivistas empiezan a ver sus primeros éxitos.


¿Qué vemos? CENTRO POMPIDOU

El centro Pompidou (1971-1977) se halla en el centro histórico de París, en la antigua explanada


de Beanbourg. Su construcción se convirtió en un acontecimiento internacional debido a su estética industrial y por redefinir el papel del tradicional centro cultural. A su terminación, en 1977, se ganó rápidamente el favor del público y recibió en el primer año seis millones de visitantes. En el concurso internacional de proyectos convocado triunfó la propuesta de un equipo de jóvenes arquitectos formados por Renzo Piano y Richard Rogers, pese a la oposición de los arquitectos más conservadores. El edificio se concibió como una estructura de gran tamaño sin apoyos intermedios, para conseguir la máxima diafanidad y flexibilidad, y que al mismo tiempo cumpliera las condiciones de seguridad exigibles para el movimiento de grandes


cantidades de público. Una parte del edificio es subterránea y otra, con estructura de acero, sobre rasante. A esta última se le ha dado una altura considerable para liberar parte de la explanada y permitir reuniones públicas o espectáculos callejeros. El edificio consta de un museo, una biblioteca, un cine y un centro de diseño.


NEUE STAATSGALERIE

La Neue Staatsgalerie (1077-1984) (nuevo museo estatal) en Stuttgart, Alemania, es una ampliaci贸n


de un museo existente, de estilo neoclásico, obra de James Stirling (con la colaboración de Michael Wilford). Su diseño está inspirado en los museos del siglo XIX, especialmente el Altes Museum. Las condiciones del consurso exigían una vía peatonal que atravesase el edificio y un podio elevado que ocultase el estacionamiento. La galería se concibió a base de un bloque en U, elevado sobre un podio, con los edificios administrativos situados en la parte posterior. La rotonda central se ha pensado como galería de escultura al aire libre y es el punto focal de los espacios de exhibición y circulación del museo. En un ala separada se ubica un teatro experimental. Mediante una rampa se accede de la callea al podio, desde el cual se llega a un vestíbulo de forma libre,


con un muro curvo de vidrio que culmina espectacularmente en el interior. El estilo innovador introduce un diseĂąo contemporĂĄneo sin compromisos en un complejo emplazamiento urbano.


MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO

El museo nacional de arte romano de MĂŠrida, en Extremadura, proyecto de Rafael Moneo, arquitecto


español reconocido mundialmente, ha sido muy alabado desde su inauguración en 1986. Mérida, ciudad romana fundada con el nombre de emérita augusta, conserva gran cantidad de restos romanos. No obstante, hasta la construcción del museo no se pudieron exhibir adecuadamente las 32.000 piezas que componían la colección. La intención era evocar un pasado relacionado directamente con roma, haciéndolo compatible con la arquitectura actual. En el interior, el centro del museo lo constituye una gran nave con arcos neorromanos, con un sistema de muros transversales que crean una serie de salas más pequeñas, perpendiculares a la principal.


HONG KONG AND SHANGHAI BANK

Construido en un plazo de cuatro a単os, en un solar de reducidas dimensiones, tanto en escala como en


complejidad, este edificio supone, desde el punto de vista técnico, un importante hito. Encargado en un momento de incertidumbre política, el edificio es símbolo de la confianza en el futuro de Hong Kong como centro financiero internacional. El diseño inicial del estudio Foster se basaba en el concepto de “regeneración por fases”, para conseguir que la actividad del banco ya existente no cesase. Se construyo un edificio encima de otro y así podemos ver en su apariencia externa, las vigas trianguladas o los postes que soportan la estructura.


MUSEO GUGGENHEIM

Terminado en 1997, este magnífico edificio se alza en la margen de la ría del Nervión, en Bilbao, sobre el solar antes ocupado por unos astilleros. Además de ser un lugar para la exhibición de arte


contemporáneo, se ha convertido en un hito arquitectónico en España. Proyectado por Frank Gehry, el museo es fruto de un plan de rehabilitación de la ciudad. En él a base de volúmenes de titanio, vidrio y piedra caliza se alberga una excelente muestra cultural del siglo XX. En el museo se exponen obras cíclicamente y también fondos propios. El edificio es calificado por la crítica como “escultura habitada”, ha alcanzado mucha popularidad gracias a su valor arquitectónico.


CENTRO NIEMEYER

“El Centro Niemeyer es una puerta abierta a todas las artes y manifestaciones culturales. La mĂşsica, el cine, el teatro, la danza, las exposiciones, la


gastronomía o la palabra son los protagonistas de una programación cultural multidisciplinar con el único

denominador

común

de

la

excelencia.

Nace con la voluntad de ser un referente en la gestión cultural en Iberoamérica y un puente entre todas sus orillas. Por ello, está concebido como un imán capaz de atraer talento, conocimiento y creatividad, pero también como una puerta abierta de Asturias al mundo. “No es la línea recta la que me atrae, dura, inflexible, creada por el hombre. La que me atrae es la curva libre y sensual. La curva que encuentro en las montañas de mi país, en la sinuosidad de sus ríos, en las nubes del cielo y en las olas del mar. De curvas está hecho el


universo, el universo curvo de Einstein.” El centenario arquitecto brasileño Oscar Niemeyer recibió en 1989 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. En 2006, cuando los galardones celebraban su primer cuarto de siglo de existencia, la Fundación Príncipe de Asturias contactó con todos los premiados para que, de alguna manera, se sumaran a los actos del 25 aniversario. “Yo soy arquitecto y, por tanto, lo que sé hacer son diseños de edificios, y eso es lo que voy a hacer, diseñar un edificio”. Y así, sobre un papel en blanco, comenzó a trazar curvas para ofrecer el mejor de los regalos posibles.


Aquellos primeros trazos, realizados con un grueso rotulador negro, se han convertido en su única obra en España, que Niemeyer califica como su “obra más importante y querida en el exterior de Brasil”. La primera piedra fue colocada en abril de 2008, y desde ese momento el Centro Niemeyer ya comenzó a poner en práctica su filosofía con diferentes actividades culturales de repercusión mundial. Desde 2007 el Centro Niemeyer viene programando actividades culturales en diversas sedes, principalmente en Avilés. Genios del cine, la música, la literatura y la ciencia como Woody Allen, Kevin Spacey, Brad Pitt, Wim Wenders,


Carlos Saura, Paulo Coelho, el premio Nobel, Wole Soyinka, Vinton Cerf , Paco de Lucía, Yo-Yo Ma, Joan Manuel Serrat o Fernando Arrabal han estado en Avilés para participar de este sueño de educación, cultura y paz. Antes de su inauguración, el Centro ha construido una comunidad ilusionada, activa e identificada con la visión y la personalidad de la marca Centro Niemeyer.” www.neimeyercentre.org


POSMODERNISMO FOTOGRAFICO "La fotografía se hace creativa si se emancipa del interés fisionómico, político, científico... Lo creativo en la fotografía es su sumisión a la moda". Walter Benjamin. ¿Cómo surge? Como ya sabemos el posmodernismo surge como contraposición a otro movimiento ya existente llamado modernismo, en el que en especial la fotografía libero a la pintura como único medio para representar la realidad, ya que la fotografía estaba mucho mejor equipada para la representación


exacta de la realidad y por capturar modos y momentos. Nació así el fotoperiodismo. Ya con el Modernismo la fotografía empieza a valorarse artísticamente y se tiene en cuenta el encuadre, muy importante en una fotografía porque en él está todo lo que queremos contar desvinculando el exterior al recortarlo de su contexto. Teorías de pensadores como W. Benjamin y R. Barthes, hablan de que en fotografía el original no existe, desmontando así el mito del arte como historia de obras únicas e irrepetibles.


Ya en la segunda mitad de los años sesenta tiene lugar la fotografía posmoderna siendo esta una categoría ambigua, entre otras cosas por la propia ambigüedad del concepto de posmodernidad, porque dentro de ella conviven prácticas no ya diversas, sino antagónicas. Se trataría más bien de una continuación del proyecto moderno en un contexto tardo-capitalista, solo el tiempo nos dirá si se trata efectivamente de una ruptura con la fotografía moderna y por lo tanto un nuevo periodo en la historia. La fotografía pasa de ser una forma de comunicación humana a un medio artístico con el que expresarse ocupando así por fin un espacio en el mercado artístico al igual que otras manifestaciones


Surge simultáneamente en todo el mundo pero con más intensidad en los países anglosajones y América el posmodernismo. En los que, precisamente, se empezaba a gestar ese decisivo cambio en los modos de producción de imágenes entre otras cosas con la consolidación de la televisión, la fotografía deja de ser el medio por excelencia para retratar la realidad y es cuando comienza una fase de experimentación con los medios fotográficos y búsqueda de otras formas de expresar. Empieza a tener fotografía un espacio en galerías y museos. Dado que la fotografía es un medio relativamente actual, comparándolo con el marco artístico pictórico, escultórico y arquitectónico, es donde confluyen etapas, temas y técnicas innovadoras y


con mucha rapidez. La creatividad que se apartan de los conceptos más clásicos y dejan paso a la hibridación y el pastiche creativo con el que se caracteriza la posmodernidad. A mitad del siglo XIX, el acto fotográfico requería tal inversión en términos de tiempo, esfuerzo y costos que sólo podía aplicarse a momentos considerados de suma trascendencia. La industrialización acarreó la simplificación de los procesos y el abaratamiento de los costes, y la consecuencia fue la banalización de los motivos. El fotógrafo antiguamente se limitaba a los momentos históricos. Después llego el fotógrafo profesional, cuyos servicios eran requeridos para


plasmar los momentos cruciales de una familia (bautizos, bodas, etc.). Luego llegó el fotógrafo aficionado que se ocuparía de documentar la cotidianeidad (vida doméstica, fiestas, viajes, vacaciones, etc.). Y ahora estamos en una fase de hombre-cámara, en el que la tecnología digital y nuevos artilugios como los teléfonos móviles con cámara incorporada nos impulsan a captarlo todo y descartarlo si no nos interesa. La actividad fotográfica posmoderna es un fenómeno indisociable del mercado del arte y en particular de la nueva hegemonía de la fotografía en ese mercado a partir de los años ochenta, que la llevó a ocupar el lugar dominante que tuvo la pintura en el contexto tardo-moderno. Esta


relación con el mercado caracteriza la doble cara del debate la cuestión epistemológica (reproductibilidad, pérdida del aura, multiplicidad, ausencia de original, etc.) y la cuestión artística (reconocimiento de la fotografía en el sistema de las bellas artes y su triunfo frente a la pintura, o bien, a la inversa, hundimiento de las bellas artes a causa del triunfo de la fotografía) aparecen planteadas de manera indisociable. Existe un doble sentido del debate posmoderno entre lo histórico-político y lo estético. Así, se refiere al principio vanguardista de crítica a la autonomía artística y de utilización del arte en causas políticas que tengan efectos


transformadores en la propia realidad. A la vez, alude al problema de la imagen como representación ficticia y por tanto al carácter culturalmente construido del realismo fotográfico, a su carácter de efecto. Ya que uno de los principales usos de la fotografía durante los años 70 era de la documentar. Podemos diferenciar tres partes en la fotografía posmoderna, la de documentar y servir como fiel reproductora de la realidad, la imagen como construcción creando escenografías y ficciones fotográficas, elaborando así un nuevo decurso y la tercera parte, va mas allá de las disciplinas y la cultura visual centrándose en el discurso y las diferentes teorías surgidas a raíz de los cambios


culturales y la nueva entidad llamada posmodernidad. En este sentido la cuestión de las nuevas tecnologías es fundamental y particularmente el debate en torno al impacto de la imagen digital en la representación fotográfica y sus consecuencias en el lenguaje visual y de los medios de comunicación. Se puede plantear que la imagen digital es una consecuencia empírica de las tesis posmodernas sobre la crítica al naturalismo, la muerte del autor y del paradigma intertextual, en la medida en que las nuevas tecnologías han interiorizado esos planteamientos y los han convertido en un nuevo “inconsciente tecnológico”, una metodología de uso común en la relación cotidiana con la imagen.


La imagen fotográfica deja de ser cien por cien creíble. El descrédito de la fotografía documental obedece a dos factores: por un lado, a la madurez crítica del público que poco a poco ha ido entendiendo que las imágenes son necesariamente construcciones ideológicas; por el otro, a la irrupción de la tecnología digital que ha trastocado todo el universo de la comunicación audiovisual y ha puesto en manos de los usuarios las herramientas del “bricolaje” fotográfico. La electrónica y la informática aplicadas a la fotografía han acelerado una pedagogía que funcionaba a un ritmo cansino. Hay una crisis de la fotografía documental actualmente, porque desplaza de la técnica al discurso el problema de la


credibilidad. Es destacable hablar de que la fotografía a partir de los setenta tiene gran importancia como medio testimonial, documental o de registro del hecho artístico, algo con lo que captar los momentos irrepetibles de

las performances y happenings,

tiene carácter foto documental. Por fin, en los años 80, son los creadores quienes utilizando de una forma masiva y creativa este medio de expresión, logran situarla en paridad de condiciones con otros géneros. Los artistas que utilizan la fotografía a partir de los años 80 se diferencian de la tradición fotográfica en que no están tan preocupados en respetar y reflejar la realidad, sino que por el


contrario su interés está en el potencial que tiene de inventar ficciones creíbles. A veces para criticar o desmontar ese poder y a veces sencillamente para utilizarlo. Algunas de las cuestiones planteadas en el debate de la posmodernidad siguen abiertas, en particular aquellas relativas al estatuto epistemológico de la imagen, aunque hoy esas cuestiones no estén estrictamente vinculadas a fotografía sino a las tecnologías de la imagen en general.


¿Qué vemos? DAVID HOCKNEY 1937, Bradford (Inglaterra) Pintor considerado dentro del movimiento pop art, que se aficiono a la fotografía y mediante sus creaciones a modo de collage dio un nuevo sentido a la fotografía incluyendo en una misma imagen u objeto diferentes perspectivas y maneras de observar la realidad. En los collages, Hockney reproduce la temática habitual de sus cuadros, se trata fundamentalmente de entornos, objetos y figuras que producen una primera impresión de cotidianeidad, pero que cobran vida y efecto plástico por la ordenación a que les somete el


artista a modo de puzle. Hockney cree que la fotografía fija no expresa dos parámetros muy importantes para él como pintor, el tiempo y el espacio real.

“Comencé a comprender el defecto de la imagen fotográfica. Me parecía que el principal problema de las fotografías era que no hay tiempo, que no retratan el tiempo, que no tienen duración en el mismo sentido que, necesariamente, ha de tenerla


un cuadro o un dibujo, simplemente, porque un cuadro o un dibujo cuestan tiempo, porque la mano necesita un cierto tiempo para trazar una lĂ­nea de un lado a otro de la tela y nuestra vista necesita un cierto tiempo para seguirla. Creo que este tiempo es visible, que podemos ser conscientes de ĂŠl".


JOAN FONTCUBERTA (1955, Barcelona) “un fotógrafo es quien utiliza los recursos de la fotografía para pensar el mundo y relacionarse con los demás” Su extensa obra fotográfica se caracteriza por el uso de herramientas informáticas en su tratamiento y su presentación de manera interactiva con el espectador. Al igual que otros artistas contemporáneos, representa una visión crítica de la realidad, las verdades fotográficas, históricas o ficticias a través de la fotografía y su contexto.


La sociedad parece aceptar que la fotografía es un fiel testimonio de la realidad, concediéndole más credibilidad que al propio fotógrafo. Yo intento socavar esa credulidad, ya que en todo caso la imagen es una construcción. Trata la fotografía como un mero medio para comunicar su mensaje. Este mensaje muchas veces es una reflexión sobre varios aspectos de la propia disciplina fotográfica. Uno de sus trabajos más mediáticos Sputnik (1997), también conocido como El Cosmonauta Fantasma, que versa sobre la existencia de un supuesto astronauta soviético, Iván Istoichnikov, que desapareció de todo documento oficial como si alguien lo hubiera borrado de la historia. Sputnik


intenta desvelar al visitante el misterio de este personaje a través de fotografías y documentos perdidos desde la Guerra Fría. Toda obra e invención de Fontcuberta, que usó su propio nombre en ruso y dio rostro a este desterrado de la historia. Ironía que juega con la credulidad (o no) del espectador, pero que a nadie deja indiferente.


ROLAND FISCHER (1958, Alemania) En su m谩s reciente proyecto "Nuevas arquitecturas", explora fen贸menos como la habitabilidad del espacio a partir de la deconstrucci贸n de los conceptos de interior y exterior en clave formalista que recuerda la pintura cubista, representando de manera simult谩nea distintos puntos de un mismo espacio.


El resultado es, una “tercera” realidad, que como dice el propio Roland: demuestra “en la fotografía el significado no se limita a lo que es reconocible, reduciéndolo a pura abstracción”.


DARIO VILLALBA (San Sebastián, 1939) Es denominado pintor pero coexisten en su trabajo pintura, dibujo y fotografía, es el representante de la llamada hibridación posmoderna.

Sus trabajos son pioneros en este tipo de expresión y le permitieron ser representante en la Bienal de Venecia en 1970. Sus fotografías se convierten en base pictórica, como un soporte de


elementos pictóricos; se trata de fotos que obtiene de diversos medios o realiza él mismo que es como una fuente de iconos. Hace un uso de la fotografía como soporte físico e iconográfico para expresar el concepto. Otra de sus características es que el soporte no siempre es papel, juega con la impresión fotográfica en soportes tan extraños como tubos de escape, cojines,… "En mi obra la pintura es fotografía y la fotografía es pintura".


ALBERTO GARCIA-ALIX (León, 1956) Caracterizado por su uso del blanco y negro y el campo del documento social y personal. Es el gran retratista urbano de la España posmoderna.

Documenta

la sociedad actual y sus cambios sus

temas son diversos desde el mundo de las motos, los tatuajes, el porno, la droga...por su cámara


han desfilado todo tipo de tribus urbanas. El mismo define el retrato como un enfrentamiento en el que suele colocarse frontalmente frente a su modelo, cara a cara.

TambiĂŠn son habituales sus retratos de desnudos directos y violentamente carentes de todo pudor, incluso sobreactuados, pero de una fuerza expresiva y una eficacia grĂĄfica y fotogrĂĄfica incuestionables.


CINDY SHERMAN (1954, Nueva Jersey) Artista conceptual y feminista que utiliza como instrumento la fotografĂ­a.

Su primera etapa, a finales de los setenta realizad una serie de autorretratos conceptuales,


son fotografías en las que siempre aparece ella misma pero

cambia su ropa y su aspecto para dar a

las fotografías apariencia cinematográfica usando estética y planos propios del Cine negro. En las fotos que realiza a finales de los ochenta, prolifera el horror, comidas que se pudren, penes de plástico rociados de kétchup,…Es la plasmación culminante de lo feo en el arte como elemento de expresión y como símbolo. En la misma línea se incluyen también sus series conocidas como Sex pictures, en las que toca el tema sexual pero con la misma estética truculenta: muñecas sexuales desmembradas, sexo con armas, sexo con máscaras terroríficas, etc. Las fotos se han hecho mucho


mĂĄs grandes y el blanco y negro de las primeras aĂąos ha dado paso a un color rutilante y chillĂłn con el que subrayar el tono agrio y agresivo de sus fotos.


Por tanto el concepto que más destaca de esta artista es el tema de lo terrorífico a la vez que critica el papel de la mujer en la sociedad actual. Usa

como vehículo de expresión imágenes

relacionadas con los medios de comunicación de masas, más directos y fáciles de entender por el espectador.


SHERRIE LEVINE (1947, Pennsylvania) Su trabajo consiste en fotografiar fotografías, es decir, en reproducir literalmente las obras de otros artistas, normalmente fotógrafos, como Edward Weston o Eugène Atget.

Es el máximo representante del

movimiento

apropiacionista. Implica tomar posesión de algo


para la creación de algo nuevo, o para retar la manera en cómo se perciben las cosas y cómo cambian de acuerdo al tiempo y espacio en que son presentados. El

apropiacionismo le sirve a Levine para

explorar su relación con las obras y los autores que elige. Para Levine este método tiene una cualidad mágica: son dos imágenes superpuestas que aspiran a establecer una lectura alegórica del trabajo. Es el espectador el que se ve obligado a reconstruir el significado que para ella tienen estas fotografías y a establecer, además, su propio vínculo con ellas.

Fotografiando fotografías, se interroga sobre los


conceptos de autoría, propiedad, original y copia. Firmando estas imágenes “robadas” les da autenticidad, devolviéndoles el aura que habrían perdido si fueran simples reproducciones, y les confiere tanto el estatus de obra única como el de mercancía. Su intención no es negar estos conceptos, sino establecer su naturaleza dialéctica.


JEFF WALL (1946, Canadá) Su obra ha ayudado a definir el llamado fotoconceptualismo. Es un fotógrafo que no toma imágenes, las experimenta. Sus fotografías son a menudo cuidadosamente planificadas como una escena en una película, con pleno control de todos los detalles. Sus composiciones se encuentran siempre bien pensadas, tiene como referencia pintores clásicos como Édouard Manet. Los temas tratados en sus fotografías son sociales y políticos, tales como la violencia urbana, racismo, pobreza, así como conflictos de género y de clase. Sus imágenes parecen haber sido tomadas en el


momento justo en que se produce el gesto y revela la tensi贸n social. Sin embargo, la escena ha sido construida meticulosamente al igual que si fuera una imagen cinematogr谩fica. Juega entre la realidad y lo provocado.


FOTOPERFORMANCE El registro fotográfico empezó a ser utilizado por los artistas conceptuales para documentar la ejecución de obras y eventos de carácter efímero. La fotografía era la evidencia de una realización artística, su corroboración y verificación –en la medida en que postulaba su valor de verdad– para la posteridad, transformándose en prueba de la intervención de su autor en la ejecución.


La foto-performance, tiende a privilegiar al registro como soporte antes que a la acción registrada. Por ejemplo, obras como las de Ana Mendieta dan al registro la categoría de «huella» del acto original, Crea performances especialmente diseñadas en función de su posterior registro. Su trabajo se basó en la intervención sobre espacios naturales, en los que dejaba esbozada una silueta que luego registraba fotográficamente. No muestran a Mendieta en el acto de señalizar el espacio sino que documentan resultado final.


Otra artista que usa la fotografía como medio de, registro es Orlan. Para ella es el material para dar constancia de sus intervenciones quirúrgicas. Lo que en todos los casos resulta evidente es que el registro no agota al acto y que éste no existe independientemente sin él.


FOTOPERIODISMO Las artes plásticas no aceptaron el fotoperiodismo inicialmente y vieron a la fotografía hasta los 70 con distancia. El fotoperiodismo se divide entre la función de la información por un lado y el arte por otro. Lógicamente en la información lo más importante es aquello que es anunciado como generador de noticia, sin embargo, el fotógrafo debe tener en cuenta las dimensiones estéticas en combinación con la información. Los grandes fotoperiodistas son aquellos que dejaron obras en las que ambas dimensiones se entrelazan perfectamente.


Es así como los fotógrafos de las revistas alcanzan el estatus de artistas. Life llegó a ser, un ejemplo de exhibición de estos fotógrafos. Como por ejemplo Annie Leibovitz (1949, Connecticut) trabajo para revistas como Vanity Fair, Rolling Stone, Vogue y The New York Times. Uno de sus trabajos fue documentar la gira mundial del grupo de rock Rolling Stone.


En la actualidad, muchos periodistas exponen sus obras con frecuencia en los salones de arte.

Tres eventos han marcado una nueva era de lo que se conoce como el fotoperiodismo del siglo XXI: Los atentados del 11 de septiembre de 2001, la invasión de Iraq entre el 18 de marzo y el 1 de mayo de 2003 y el Tsunamí del Océano Índico del 26 de diciembre de 2004. Estos tres eventos tuvieron una gran repercusión en lo que era el fotoperiodismo y su desarrollo y tuvieron un


cubrimiento informativo total conservĂĄndose una gran cantidad de material visual acerca de ellos. Material enfocado al pĂşblico como informaciĂłn visual sobre lo que sucede en el mundo.


FOTOGRAFIA PUBLICITARIA Se empezó a

utilizar como un componente más de la

publicidad sobre 1020. La fotografía está al servicio de la publicidad, sin ella no podría comunicarse el ser humano. Gracias a la publicidad, que ha creado multitud de marcas, miramos alrededor y vemos miles de imágenes, logos, marcas que nos acercan a un producto, una idea o un servicio.

Los

medios de comunicación se dieron cuenta de la


importancia que ofrecían las imágenes. La fotografía publicitaria exige, técnica y creatividad a partes iguales.

En comparación con otros géneros fotográficos, la fotografía publicitaria puede inspirarse en la realidad, pero lo que representa, es una realidad diseñada, y posteriormente construida, según una serie de indicaciones. Esta forma de construir las imágenes, lleva asociado un carácter tolerante y abierto, aceptando todos los recursos necesarios,


para que la imagen sea la más apropiada para el éxito de la campaña publicitaria. Recurre

con frecuencia a técnicas y trucos con el

objetivo de lograr la imagen deseada, manipulándola, si es necesario, sin que esto sea visto como algo negativo

La fotografía publicitaria utiliza una amplia gama de técnicas especiales con el fin de que las imágenes sean atractivas para el consumidor, y así ser un elemento de mayor influencia sobre el espectador.


La creación publicitaria dio un cambio en los años 80, se vio apoyada por nuevos software y entró con fuerza la post producción.

Antonio Simón se dedica a la fotografía publicitaria e industrial, está al servicio de una empresa y se encarga de dar valor visual a los productos de consumo.


¿Qué sentimos? En la fotografía de la posmodernidad el artista expresa situaciones irreales como las ve, trata de expresar lo que piensa o el mensaje mediante la fotografía. La fotografía en estos tiempos está en constante contacto con el ordenador

y todos los

programas para editar fotografías, con esta herramienta los fotógrafos pueden crear cosas extravagantes y fuera de lo pensado. El proceso de la fotografía ya no solo se queda en la captura y en revelarla, ahora se toman días enteros hasta semanas en la edición. "Es necesario que el círculo restringido de nuestros aficionados a la fotografía se rompa, a


fin de que podamos incorporar una gran masa de aficionados nuevos. Aficionados sin taras, sin prejuicios y sin falsas preocupaciones pseudoartísticas”. Joan Fontcuberta. La fotografía es un medio de expresión que tiene características y valores propios. COLOR Y BLANCO Y NEGRO

En conclusión La postmodernidad es un debate agitado desde que nacimos. Nostras formamos parte de ella y por eso somos postmodernas, animales postmodernos, como dice la


palabra estamos después de la modernidad y siempre en contra de lo que afirmaran las generaciones que nos preceden. Parándonos a pensar podemos hablar de que somos más que postmodernos, o quizá no les lleguemos ni a la suela, o ellos a nosotros. Lo importante es que aunque muchos quieran hacernos pensar lo contrario, formamos parte de algo, formamos parte de un movimiento con el que nos podemos sentir identificados, porque en el…hay de todo. ¡Arriba lo postmoderno y todo lo que implica!


ENTREVISTAS RAQUEL OLAZ

(Bayona, 1969) Pintora, fotógrafa y diseñadora.

¿La fotografía es una mentira, una invención o una evasión?

Yo creo que uno de los cometidos principales de la fotografía es la gestión de nuestra noción de lo real. El fotógrafo no puede ser ni un cronista ni un historiador, sino que con su mirada re-inventa la realidad. En ese sentido la fotografía sería una reinvención, una reconstrucción: una imagen que se construye sobre una arquitectura previa.


¿Cuándo se inicia tu proyecto artístico a través de la fotografía?

A principios de los 90. Tuve una crisis con la pintura por todo este mundo de medios de comunicación. La escena artística parecía dominada por la contracultura y el arte conceptual, es entonces cuando decidí que los conceptos que no llegaban fácilmente a la gente a través del lienzo expresarlos fotográficamente. Empecé con series fotográficas figurativas, sobre la cultura etc. Hoy en día intento sobrevivir al mercado haciendo reportajes.


¿Qué significaba ser fotógrafo a

principios del XXI?

Antes estaba muy claro qué significaba ser fotógrafo; el campo de expresión estaba perfectamente delimitado. Hoy en cambio el debate se centra en los diálogos que la fotografía establece con toda clase de procedimientos y lenguajes. Tu trabajo muchas veces abarca más que la imagen en sí; se acerca a la instalación, a la vinculación a un espacio o a un referente real... Me interesa todo lo que contribuye a conformar el


sentido de la imagen, porque por sĂ­ sola es Ăşnicamente un conglomerado de manchas y formas. La imagen siempre dialogo con otras imĂĄgenes, o con el texto, o con la arquitectura, o con lo que sea, para constituirse en un enunciado que podamos entender. En parte, mi trabajo incide en estos distintos diĂĄlogos.


¿Para usted, es necesario que la fotografía se vincule a otras disciplinas como el diseño?

Es una forma más de trabajo, toda empresa requiere publicidad y la publicidad necesita de la imagen. Además en publicidad tienes una libertad total de trabajo y eso me gusta. Actualmente enfoco mi trabajo hacia la moda, publicidad,… como artista que me inicie con la pintura siempre me atraerá crear nuevas realidades, escenarios,…


¿Cuál es la imagen que ronda su cabeza en este momento?

Cualquiera por muy cotidiana que resulte, a través de la cámara siempre veo algo que va mas allá, me gusta captar un interés que no se ve a simple vista


LORENZO GARCÍA (Salamanca, 1980) Arquitecto, aparejador y padre de familia. ¿La arquitectura es una mentira, una invención o una evasión?

La arquitectura en estos momentos es un pastel al que muchos quieren meter mano. Cuando estas empezando en esto es demasiado tarde para decir que no quieres de él y cuando estas fuera la ansías. Así que para mí en estos momentos vitales es una evasión que me permite disfrutar de esos mundos de juegos de construcción como si fuera un niño.


¿Cuándo se inicia tu proyecto artístico a través de la arquitectura?

Desde muy pequeño, mi padre me enseño un oficio mediante el juego, creo que hay que aprender jugando. Es la única forma de enamorarte de tu trabajo y que cada mañana quieras despertarte para disfrutar. ¿Qué significaba ser arquitecto a

principios del

XXI?

Significa que hemos aprendido a construir, como ya he dicho, con juegos. Significa que disfrutamos con nuestro trabajo y no


nos ponemos trabas, porque cada día más tenemos claro que todo es posible. Por ejemplo los nuevos edificios antisísmicos que se construirán en Japón. ¿Para usted, es necesario que la arquitectura se vincule a otras disciplinas como el diseño?

Es más que necesario que exista vinculación y relación entre todas las disciplinas artísticas y vitales. El futuro es la hibridación. Y mucho más si hablamos de diseño, en nuestra profesión hay que tener muy claro ciertas normas, que se relacionan muy directamente con esta disciplina.


¿Qué ronda su cabeza en este momento?

Llevo unos años más parado de lo que me gustaría, he sido padre dos veces y la verdad es que he querido disfrutar de ellos, sin presiones de ningún otro lado. En nuestro ámbito laboral no escasea el trabajo y me podré incorporar en no mucho tiempo, cuando este par de proyectos que tengo entre manos se hagan un poquito más mayores y no cambien diariamente.


NATALIO GRUESO, director del Centro Niemeyer ¿Qué dice todo el mundo cuando llega a Asturias?

Todos se marchan enamorados. Quizá el mejor ejemplo sea el astronauta norteamericano John Glenn, que tras pasar aquí unos días dijo que Asturias era “el secreto mejor guardado de Europa” ¿Qué quieres ser el Niemeyer?

La gran apuesta del siglo XXI y nuestra gran aportación a la cultura internacional. Este es un espacio único diseñado por el último de los grandes genios de la arquitectura universal que seguro que se va a convertir en una fábrica de contenidos culturales asociados a la excelencia.


Y en otro motor de cambio para Avilés.

La ciudad, que tiene uno de los cascos históricos mejor preservados de España, estaba asociada hasta hace poco con la contaminación y la industria pesada. Ahora es el momento de mostrar todo su potencial, su privilegiado paisaje, su dinamismo y sus ganas de encarar el futuro con el orgullo de poseer uno de los equipamientos culturales más novedosos e interesantes del panorama internacional.


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con el subtítulo Living

Architectures, documentales que son una lección para aquellos arquitectos que piensan más en sus edificios como imágenes a todo color, para que sean publicadas en una revista, que como objetos que han de ser habitados y usados con confort por los seres humanos - AROCENA, FELIPE. La modernidad y su

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