La bestia del porno freak Un español de 41 años ha conseguido lo que muchos hombres desean en sus más húmedos e inconfesables sueños: copular con mujeres hermosas, cumplir cuanta aberración se le pase por la cabeza con ellas, y ganarse (además de la vida) la envidia y el reconocimiento del universo pornográfico que invade nuestras computadoras. Todo esto desde su web Puta Locura.com, con una prominente barriga y una facha que recuerda a vikingos en decadencia. Usted lo imaginó, Torbe lo hizo posible.
/ LIMA SOUR
66 >
Escribe: Rafael Robles Foto: Archivo de Torbe
Torbe tiene un horario para follar: todos los días a las once de la mañana y luego a las cuatro de la tarde. “Tengo una prescripción médica. Mi doctor me ha dicho que tengo que follarme a una por día, como mínimo. Yo sigo a cabalidad sus indicaciones. La salud es lo primero”, me advierte con una voz melosa que me recuerda a las imitaciones de La serie rosa que hacíamos en el colegio. Como interrumpir la rutina sexual de Ignacio Allende Fernández (su nombre real) no figura entre mis planes, lo ubiqué vía telefónica en uno de sus “descansos”. “En Puta locura mi presupuesto es muy limitado. La clave es tener una cámara, un cuarto y a dos protagonistas: yo y una chica. Las producciones ostentosas, con mucha gente metida, se terminaron en los noventa”, explica Torbe. Para muchos, un tipo censurable por sus cuatro costados. Para otros, un revolucionario que busca terminar, polvo a polvo, con el concepto de que el buen sexo es solo para los galanes de telenovela.
67 >
/ LIMA SOUR
¿Has follado hoy? (Risas) Sí, sí. Con una de las ninfas que viven en mi casa. ¿Cuántas viven contigo? Pues, ahora hay unas siete mujeres desnudas delante de mí. ¿Alguna de ellas es tu novia? No, yo novias no contemplo la posibilidad de tener, porque eso me trae problemas. Siempre se tiende a confundir sentimientos con sexo, entonces prefiero no mezclar las cosas y quedarme con el sexo. Lo que yo hago es como los colibrís: picoteo entre las florecillas. ¿Nunca te has sentido solo? Con el internet es imposible. Al contrario, es muy difícil estar solo, no puedo. ¿Cómo se te ocurrió hacer Puta Locura? Yo tenía un proyecto sobre una serie de artículos y cosas graciosas: bromas con videos y fotos. Cuando descubrí el internet, primero lo hice para chatear y follar. Luego decidí tener una web para contar mis paranoias. Poco después empecé a investigar sobre la posibilidad de hacer porno. Conocí a gente de la industria, conversé con ellos y poco a poco conseguí dinero. Muy despacito empecé con esto. ¿Puedes vivir de la pornografía? No gano esa millonada que ganan los norteamericanos, pero sí me alcanza para vivir y follar lo que quiera, dos cosas muy importantes en la vida. Te has hecho muy famoso, sobre todo en España. Ayer me pararon dos policías y me preguntaron dónde se podían hacer las audiciones para tener el trabajo que yo hacía. Se sacaron una foto conmigo. Hubo una época en la que mis amigos me pedían trabajar conmigo. Yo quiero ser actor, yo quiero trabajar para ti , me decían. Se volvían todos locos. Una vez salí en un programa de la televisión española y al día siguiente vinieron tres aquí a mi casa. No sé cómo llegaron, me dijeron que preguntaron por todos los portales hasta que dieron conmigo. Una locura. ¿Qué se necesita para trabajar contigo, en todo caso? Pues venir a ver bukakes (género pornográfico en el que varios hombres eyaculan encima de una mujer u hombre), ser una persona limpia y aseada, simpática. Y que funcione, que no se quede con la polla blanda y se pueda correr en un tiempo prudencial. ¿Cuánto es un tiempo prudencial? Yo tengo una forma muy mecánica para correrme. A mí no me pasa nada de eso, ni me apuro ni me demoro. Me corro en el tiempo justo. Aunque a veces hay alguna que te lo hace muy difícil porque te pone caliente, así que intento cambiar de postura, hacer fotos, mirar para otro lado. Sufro bastante. ¿Aletta Ocean, pornstar con la que has tenido un encuentro, es una de ellas? (Risas) A ella la contacté por una agencia de la República Checa. Yo, al saber inglés, estuve viajando y moviéndome por el extranjero.
/ LIMA SOUR
68 >
¿Follas con ellas después de la filmación? A veces sí. Hablas con ellas, te ríes, y luego se puede continuar. Con otras no, lo haces y te vas. No quieren saber nada de ti ni tú de ellas. Siempre se paga después de hacer el acto. La paga depende de quién sea. Si es una que recién empieza, pueden ser 200 euros. En el caso de Aletta Ocean fueron 1.500 euros por cuatro polvos. Torbe, escuchándote hablar no me queda otra que preguntarte, ¿cómo diablos sobreviviste a una educación católica? Yo sentía que me iba a ir al infierno. Estaba pasándola mal. El deseo se unió al sentimiento de culpa. A los dieciocho años empecé a darme cuenta de toda la falacia, la infamia que supone ser católico y creer en algo que no existe, y cómo te manipulan y juegan con el miedo. Dicen que el sexo es malo, cuando en realidad es algo muy bueno. La idea es pasárselo bien y ya está. ¿Tu personaje del Padre Damián es una especie de revancha, entonces? No, más bien es un homenaje (risas). Cuando estaba en el colegio, teníamos un profesor que era cura. Luego de hablar con nosotros, se iba al colegio femenino y daba clases a las chicas de ahí. Y yo decía, Joder, cómo se pondrá de caliente al ver tantas chicas en minifalda . ¿No te molesta que cuelguen videos tuyos en webs gratuitas? Lo veo fenomenal porque eso es publicidad. En esas webs de videos gratis nunca ponen todo lo que tienes. Yo tengo 1.300 escenas. En las webs debe haber 80 de ellas. Así se quedan con ganas de ver más. Recibo 200 mil visitas al día. 200 mil personas haciéndose las pajas conmigo. Esto me ha llevado a Chile, Perú, Argentina y Paraguay. Hay un mercado por explotar grandísimo, hay chicas guapísimas. No entiendo por qué no sale alguien y se pone a hacer sus videos y a promocionarlos. ¿Cómo te fue en el Perú? Fui hace cinco años. No estuve con muchas chicas, pero con las que estuve me fue muy bien, eran guapas. Aunque estaban muy asustadas, había mucho miedo. Me sorprendió bastante que cuando les pagabas por una hora a las prostitutas y te corrías, ya se estuvieran vistiendo para irse. No te dejaban estar con ellas un rato en la cama. En España no es así. Una hora es una hora entera, joder.
Dicen que el sexo es malo, cuando en realidad es algo muy bueno. La idea es pasárselo bien y ya está.
69 >
/ LIMA SOUR
Staff / Manifiesto
/ LIMA SOUR
70 >
Bazinga
EN COREA DEL SUR, S TA R C R A F T T E JUEGA A TI
71 >
/ LIMA SOUR
Bazinga
Explorando la única cultura donde un juego de computadora es tan importante como el fútbol
Escribe: Rafael Gutiérrez Foto: Rafael Gutiérrez Montaje: Felipe Esparza
Son las cuatro de la mañana, domingo en la madrugada de un pueblo universitario al borde de Seúl, la capital de Corea del Sur. Estoy en medio de un grupo escandaloso de jóvenes coreanos que salen de un bar. Con las manos dentro de los bolsillos, debido al frío que tres grados bajo cero produce, camino junto a ellos a través de una calle repleta de cafés en los que aún quedan una que otra parejita terminando la noche con un frapuccino, mientras música K-pop suena en cada local. De pronto, cruzo una ventana a través de la cual veo una multitud de personas sentadas, mirando pantallas de computador, absolutamente hipnotizadas. “¿Qué es esto?”, pregunto. “Err.PC Room”, me contesta alguien con un tono de voz inseguro, como quien no sabe si tradujo bien. “¿Están jugando en computadoras? ¿Qué juegan?”. Inmediatamente, con una intensidad equivalente a la que tuve cuando perdí la virginidad (o cuando atrapé a mi primer Pokémon1), la voz exclamó: “¡Starcraft!”. 1
Nota del autor: Atrapar mi primer Pokémon se sintió mejor.
De las 9.5 millones de copias de Starcraft distribuidas a nivel mundial, 4.5 millones han sido vendidas en Corea. Hay jugadores profesionales que ganan hasta 325mil dólares anuales, dos canales de televisión dedicados casi exclusivamente a este juego y estadios que se llenan con 120 mil fanáticos, en su mayoría chicas. ¡Chicas bonitas que admiran a nerds! / LIMA SOUR
72 >
Bazinga
“¿Tú conoces Starcraft?”, me preguntó una persona a la que hacía horas le había explicado que Perú queda en Sudamérica. “Claro que conozco Starcraft”. Mi comentario fue captado por el resto de coreanos que formaban nuestro grupo y como una reacción en cadena de efecto inmediato, repentinamente todos hablaron de Starcraft y solo de Starcraft por el resto de la noche. Entonces pensé “este juego es más o menos importante aquí”. Por razones narrativas, explicaré qué es Starcraft. Y si realmente necesitas de dicha explicación, te acabas de sacar un 05 en nerditud. Starcraft es un juego de estrategia en tiempo real (RTS), lanzado en 1998 por la compañía Blizzard (los mismos que sacaron el adictivo World of Warcraft). En el juego asumes el rol de un general invisible que controla tropas, haciéndolas construir bases que a la vez producen más unidades. Es decir, creas soldaditos que matan a los soldaditos de tus oponentes, hasta que eventualmente mates a todos y ganes el juego. Hay tres razas (Terran, Zerg y Protoss) que puedes elegir, cada una con diferentes habilidades, formando un balance competitivo que los coreanos consideran ‘perfecto’. El juego fue muy popular en Perú a fines de los noventa y comienzos del nuevo milenio, especialmente en cabinas de Internet, donde la gente iba a jugar junto a sus amigos. Ya que el juego salió hace trece años, casi nadie lo sigue jugando, pero aquí en Corea ha adquirido una importancia cultural y económica trascendental. Vamos por los números: de las 9.5 millones de copias del juego distribuidas a nivel mundial, 4.5 millones han sido vendidas en
Corea. Los jugadores profesionales (ajá, hay jugadores ‘profesionales’) ganan hasta 325 mil dólares anuales, entre premios de campeonatos y auspiciadores. Los campeonatos son organizados principalmente por los dos canales de televisión (OnGameNet y MBCGame, que transmiten, casi exclusivamente, videos de personas jugando Starcraft) y se realizan en estadios gigantes, cuya asistencia para las finales bordea las 100 a 120 mil personas (la mayoría chicas fanáticas de los jugadores profesionales). ¡Chicas bonitas que admiran a nerds! Llamémoslo: mi sueño durante toda la secundaria. ¿Por qué tanto afán? Algunos creen que es debido a que el juego salió en 1998, en medio de la crisis económica asiática, y que por ello los estudiantes y desempleados buscaron una vía de escape a través de su adictivo uso. Esto, agregado al hecho de que 19 de cada 20 casas en Corea tienen acceso a Internet y que la velocidad es de 37.6Mbps (la de Perú es 1.5Mbps), crea el ambiente perfecto para crear los gamers más intensos del mundo. La gente es súper seria con relación al juego, que es tan popular y respetado como el fútbol en este país. Incluso, es un tema de conversación recurrente, y no solo entre chicos. En el mes que llevo aquí, muchas chicas me han hablado entusiasmadas sobre Starcraft (las más bonitas usan Zerg. ¿Coincidencia?). Y una mañana, luego de una fiesta, encontré un papelito con un número de teléfono y el mensaje “Play Starcraft J!”. Ese tipo de cosas son normales aquí, así que si sueñas con hablarle a tu enamorada sobre videojuegos, fácil empieza a aprender a hablar coreano.
73 >
/ LIMA SOUR
/ LIMA SOUR
74 >
Bazinga
JESÚS ALZAMORA e n 1 0 c osas q u e las m u jeres d e b e n sa b er so b re los Escribe: Valeria López Cano h om b res Foto: ALonso Molina Aunque Jesús Alzamora estudió leyes en la Universidad de Lima hasta el año 2007, prefirió dejar de lado su profesión y dedicarse de lleno a otras actividades. Es el Mago Yavé y también escritor de la novela Carne de presidio, sobre los avatares del boxeo profesional. Un año después, Jesús decidió estudiar actuación en el taller de Roberto Ángeles. Desde entonces, logró ser elegido para diversos proyectos, y uno de ellos fue la serie Yo no me llamo Natacha. Ahora está haciendo el papel de espía, según nos cuenta, en una serie que se lanzará próximamente por plus TV; y es el nuevo Polizonte junto a Érika Beleván y Manuel Gold (quien se ha convertido en su mejor amigo). Asegura que continuará con su empresa de magia y tiene en la mira publicar un segundo libro sobre historias juveniles, además de llevar a las tablas la obra de teatro Más allá del borde. Ama contar historias, ya sea animando, escribiendo, haciendo magia, actuando o de alguna otra manera creativa. “Cuando te preguntan qué quieres ser de grande, siempre esperan que digas abogado, maestro o doctor. Pero yo solo quería contar historias, nunca pensé que podría vivir de eso”. Ahora nos cuenta 10 cosas que ELLAS deben de saber sobre ELLOS. 1. Por teléfono somos concisos. El teléfono sirve para comunicar algo concreto. Lo decimos y ya. No porque contestemos rápido significa que no las queremos, no porque hablemos apurados es que no las amamos. Las seguimos queriendo, aunque el teléfono pueda aparentar que no es así. 2. Siguiendo con el teléfono. Cuando estamos con gente alrededor, la mayoría somos bastante rochosos como para decir “¡Mi vida!”, “¿reinita cómo estás?”, “¡te amo tanto, caramelito!”, “¡mua mua!”. Perdónennos, no somos tan seguros de nosotros mism os. 3. En nuestras mentes son lindas, puras e inmaculadas, así que dejen de torturarnos con alguna ventosidad ni nos estén contando las cosas que hacen en el baño. Entiendo que son humanas, pero contribuyan con nosotros a seguir teniendo la imagen de sus lindos olores y no de los ‘otros’. 4. Nos gusta sentir que las conquistamos. Supongo que hay todo un rollo con el ego masculino. 5. Somos celosos. No porque desconfiemos de ustedes, sino porque conocemos al resto de nosotros. Y bueno, el porcentaje es peligroso. 6. Nos gusta más el amor que el sexo, pero nos hacemos los duros. Compréndannos. En todo caso, ¡el amor con sexo es lo mejor! 7. Nos encanta que trabajen, sean independientes y nos hagan creer que tenemos el control de la situación. 8. Entendemos que tengan personalidad y nos gusta la liberación femenina. Diría que hasta una lisurita, de vez en cuando, no las pinta de malcriadas. ¡Pero no abusen! No nos encanta cuando dicen “weona, ¿qué haciendo?”, “weona ¿qué tal?”, “weona, weona, weona”. 9. Estamos intentando decirles que las amamos más seguido y trataremos de hacerlo en público. ¡Pero no presionen! 10.- Corta nomás. Simplemente no podemos vivir sin ustedes, pero admitan que ustedes tampoco sin nosotros. Para adelante y con fe.
75 >
/ LIMA SOUR
Extra
“SIMPLEMENTE HACEMOS L A F I E S TA A LA QUE NOS G U S TA R Í A I R ” Entrevistamos a los DJs del momento, The Zombie Kids, representantes de la escena club de Madrid.
Escribe: Popy Blasco Foto: Marta Canales Angulo Estilismo y realización: Noemí Vázquez Rosselli
/ LIMA SOUR
76 >
Extra
77 >
/ LIMA SOUR
Extra
/ LIMA SOUR
78 >
Extra
jóvenes; estética noventera y straight edge, tatuajes old school y muchas chicas guapas alrededor. Clásicos del rock, punk, ska… y en las pantallas películas de surf y Teen Wolf. Las firmas comerciales (Vice, Swatch, Vans, Hawaiin Tropic, etc.) se los rifan para pinchar en sus eventos. Son los DJs del momento. Nos encontramos con ellos en el decadente Hotel Senator, en plena Gran Vía madrileña, muy cerca de la Sala Heineken, donde ellos han convertido los miércoles en viernes. Y así, cada miércoles meten al Club Zombie entre 1.200 y 1.500 personas. Edgar y Jay contestan a la vez, se quitan la palabra el uno al otro.
Tarde o temprano tenía que ocurrir. Entre el hastío de los locales pseudopitucos para aspirantes a mujeres, hombres y viceversa, y la resaca electro del techno berlinés, tenía que surgir alguien que animase el cotarro en Madrid. Alguien que se llevase el gato al agua. Año y medio después de que hiciesen su primera fiesta, The Zombie Kids se han convertido en los artífices de la resurrección de la cultura de club de la capital. Son el buque insignia de la denominada Generación post Windsor1. Los hijos de La Movida madrileña. Tras de sí arrastran todo un estilo de vida aspiracional para los más
1 El icónico edificio Windsor de La Movida madrileña ardía en llamas. Estábamos viendo
el incendio desde la tele del Leki, mítico bar de Pepe Patatín. Las parejas de enamorados iban en coche a ver la mayor falla que ha tenido Madrid. Todos sabíamos que era un incendio provocado... Era el fin de la especulación y nosotros, la Generación Post-Windsor.
Todo empezó en el verano 2009, con la Fiesta Aguacate que hacíais en la Sala Boite. Habéis crecido desde entonces… Sí. Hicimos una fiesta para que viniesen los colegas, así comenzamos a pinchar, haciendo la fiesta a la que queríamos ir. En ese momento, Madrid nos llamaba a gritos. Le dimos lo que quería. Tras el éxito cambiamos a una sala más grande, la Sala Charada. Y ahora, a una más grande todavía, la Sala Heineken, con 30 mil vatios de sonido. ¿Habéis tenido propuestas de otras salas? Claro. De Pachá, de la Joy Eslava… ¿Surgisteis en el momento preciso y en el sitio oportuno? Sí. Nuestros países vecinos tienen escenas club muy interesantes, con toda una cultura detrás de ellas. Italia con Crookers o Bloody Beetroots (Dim Mam Records) o Francia con Ed Banger Records (Cassius, Justice, etc.). No es solo música, es un movimiento compuesto además por arte y moda (Dim Mak, Cool Cats, Kitsune, Party Harders). Marcan tendencia. Creemos que España necesita algo así. ¿También queréis vosotros ir más allá de la fiesta? Es lo que estamos haciendo con Zombie Studio. Somos un grupo de personas dedicadas a dar forma a este concepto. Empezamos haciendo camisetas y vendiendo ropa vintage en la calle Pez, y ahora estamos produciendo nuestros propios temas, realizando vídeos. También vamos a lanzar una colección de ropa que presentaremos en la pasarela Ego de Cibeles. Y estamos preparando un libro con fotos de todo este tiempo. ¿Quién mucho abarca poco aprieta? Nosotros apretamos bastante. Como DJs os han acusado de ser muy toscos… Es que la clave del éxito de un DJ no está en saber mezclar bien, sino en la energía que trasmite al público. Nosotros sudamos la sesión, nos emborrachamos… somos los que mejor nos lo pasamos en nuestra fiesta. ¿Por qué creéis que el público de ahora simpatiza tanto con los DJs no profesionales? Porque para ver DJs profesionales ya está el Sonar. Nosotros hacemos que la gente baile. ¿No es eso profesional? Vuestras sesiones casi parecen conciertos de rock. Sí, la gente se lo pasa bien con nosotros. Estamos en conexión. Esa es la clave, estar con el público. Estamos dentro de la cabina, pero no hay barrera entre el público y nosotros. Somos uno más de la pandilla, no oscuros empresarios nocturnos que hacen sesiones postizas reclutando relaciones públicas, quemados tras mil sesiones. Pero vosotros sí sois empresarios nocturnos. Tenéis otro club los viernes y los sábados: Pantera. Apenas sabemos cuadrar una caja… No, no somos empresarios ni pretendemos serlo. Los empresarios de la noche son ratas enfarlopadas que se pelean por las cuatro salas que hay. No queremos que se nos compare con ellos porque no pretendemos vivir de la noche, sino difundir el concepto Zombie y pasarlo bien con lo que hacemos. ¿Y en qué consiste el concepto Zombie? Es volver el pasado al presente. Dar vida a las cosas viejas, ya sea una canción o una estética.
79 >
/ LIMA SOUR
Extra
“Es que la clave del éxito de un DJ no está en saber mezclar bien, sino en la energía que trasmite al público. Nosotros sudamos la sesión, nos emborrachamos… somos los que mejor nos lo pasamos en nuestra fiesta”.
/ LIMA SOUR
80 >
Volver el pasado al presente es como seguir en el pasado. En vuestro caso en la adolescencia. ¿Complejo de Peter Pan? Sabemos que ya no somos adolescentes, tenemos las responsabilidades de hombres de treinta años, pero a la vez seguimos viviendo como cuando éramos chavales. Seguimos en esa estética de cuando íbamos con el monopatín y escuchábamos a Public Enemy. ¿Venís del gueto o sois niños de papá? Ni lo uno ni lo otro. Somos clase media, pero solo en lo económico. Procedemos de educaciones bastante liberales, tanto en lo bueno como en lo malo. ¿Creéis que yendo al Zombie el público se siente parte de algo importante? Sí, puede ser. Cuando sientes que en un club ocurren cosas constantemente, en cierto modo es una obligación volver. ¿Qué tipo de gente va a vuestros clubes? Un poco de todo. A Pantera van desde tatuadores hasta niñas pijas, pasando por indies, modelos, breakers, heavys, modernos, gays… Zombie es más rock, más cañero, macarra. Pero en ambas sesiones todos los grupos que puedes escuchar están asociados a recuerdos de nuestra adolescencia, de los noventa: Nirvana, Guns & Roses… Y también ponemos electrónica, claro. Nos encanta Justice. Habéis pinchado ya hasta en Polonia… Sí, y en Suecia, Italia, Sudáfrica, Holanda… Y, por supuesto, nosotros traemos a gente de fuera a pinchar a nuestro club; gente como Cyberpunkers, The Toxic Avenger, The Itchy and Scratchy Show, Kap Bambino, Ikki, Dominique Young Unique, etc. ¿El DJ es el nuevo rockstar? Desde luego, hay un cambio de actitud y de entrega en gente como los Scratch Perverts, los Boys Noize. Es gente que llena salas y festivales. ¿Por qué Madrid? Madrid es el nuevo Berlín. Barcelona es una ciudad más agradable, más habitable, pero Madrid es una ciudad interior, gris, podrida, pero de gente con ganas.
81 >
/ LIMA SOUR
THE ROAD NOT TAKEN
Fotograf铆a: Daniela Cichero Direcci贸n de Arte y Estilismo:: Juan Tragant Pelo y Make up: Natalia Acosta para Jazmin Calcarami Modelo: Ana Paula para Civiles Management Agradecimiento: Gustavo Lento Navarro
/ LIMA SOUR
82 >
Vestido by Paulina Corre
83 >
/ LIMA SOUR
Body by Salomé Sotro
/ LIMA SOUR
84 >
Top y short by Sofía Bayala
85 >
/ LIMA SOUR
Body by Salomé Sotro
/ LIMA SOUR
86 >
Top y short by Sofía Bayala
87 >
/ LIMA SOUR
/ LIMA SOUR
88 >
Short by Brenda Razeto
89 >
/ LIMA SOUR
Falda y body by Laura Condori Castro
/ LIMA SOUR
90 >
Falda y zapatos by SofĂa Dreyer, Top by Brenda Razeto
91 >
/ LIMA SOUR
TESTIGO DE LIMA Barrios Altos y el Rímac nunca se han visto mejor que en los cuadros de Enrique Polanco. El artista conocido como el ‘pintor de Lima’ quedó cautivado por el desamparo y la desolación que recorren los barrios de estos distritos. Él los dotó de color y silencio para convertirlos en escenarios donde se representa el Perú entero. Escribe: Ana Cecilia Deustua / Foto: Alonso Molina / Montaje: Felipe Esparza
/ LIMA SOUR
92 >
93 >
/ LIMA SOUR
/ LIMA SOUR
94 >
En las pinturas de Enrique Polanco Lima no es gris. El cielo brilla con tonos turquesas y rojos, las fachadas de los bares oscilan entre el verde y el azul, los techos de Acho se encumbran entre tonos rosados y morados. Lima es una paleta de colores fuertes. “La carencia de color de Lima hace que se afine mucho la fantasía e invente una propuesta cromática”, cuenta. Pintar a la capital es para Enrique el motivo de hacer color. El pintor expresionista define su propuesta como una pintura urbana, en la que su función es ser testigo de la ciudad: “Los pintores siempre han sido testigos del tiempo”. Desde su taller/departamento en una calle mundana de Barranco, Polanco plasma su visión de las calles de Lima, uniéndolas con sus demonios polícromos y solitarios. Su taller está atiborrado de lienzos, algunos terminados, otros a medio hacer, la mayoría apoyados contra la pared. En la esquina, sobre una mesa, se aglomeran varios tubos de óleo con los que el pintor exprime su fuente de colores. Al lado derecho del caballete, donde reposa una
pintura de un cine antiguo, una fotografía del mismo cine le sirve como inspiración para calcar ésa imagen. Polanco utiliza las fotografías para traer al presente las imágenes de una Lima antigua. A pesar de vivir en Barranco, el pintor no toma ese distrito como protagonista de sus cuadros. Él prefiere el Rímac, el Cercado o Barrios altos. “Creo que lo más importante es esa realidad expresionistasurrealista de Lima. Ahí es donde me interesa meterme. Una arquitectura deteriorada por el tiempo y el hombre, tan desolada, en la que pese a todo también están presentes los seres y las cosas que habitan este mundo: todo el Perú que está en esa Lima del viejo Centro. Centro que, por supuesto, hace casi medio siglo es tan solo marginal”, narró Polanco al poeta Antonio Cisneros durante su muestra antológica en el 2004. El artista difiere de Sebastián Salazar Bondy cuando el dramaturgo se refiere a Lima como “Lima, la horrible”. “Sobre todo en esa época (década del sesenta), cuando las construcciones en Lima eran tan bonitas”, puntualiza Polanco.
95 >
/ LIMA SOUR
Viaje al centro de la ciudad La adolescencia de Enrique Polanco deambuló por las ordenadas calles y avenidas de Barranco y Miraflores. A los veinte años ingresó a la Escuela de Bellas Artes y por primera vez pisó el Centro de Lima. “Cuando veo las calles viejas de Lima, pienso que hay una estética del deterioro y eso me cautiva”. Quedó prendado del caos, el olvido y la historia que palpita en cada metro de Lima Cuadrada. En la escuela, Polanco se juntaba con un grupo de pintores y alumnos que salían a recorrer el Cercado, Barrios Altos y el Rímac en busca de escenarios para estampar en los lienzos. Entre aquellos pintores se encontraba Víctor Humareda, de quien se hizo muy buen amigo. “Él vivía en el Hotel Lima, que quedaba en el corazón de La Parada. Con Víctor salíamos a caminar por esa zona, y recuerdo la primera aparición de San Cosme. Para mí era otra galaxia: sus callecitas, plazuelas, callejones, escaleritas. De verdad era totalmente diferente: otros olores, otros colores. De ahí empecé a mirar a Lima como propuesta clásica en mi trabajo”, rememora el artista.
El pintor y su urbe En 1984, Enrique Polanco partió a China a estudiar un posgrado en el Instituto Central de Artes de Pekín, donde aprendió la teoría del silencio, tan propio del arte chino. En sus pinturas de Lima no hay personas, animales o carros que llenen el cuadro con algún ruido. Al contrario, las calles están desoladas y vacías. Olvidadas por sus propias autoridades. “Hay muy poca preocupación por preservar Barrios Altos, lo más seguro es que en el próximo terremoto se venga abajo”, critica el pintor. Esta crítica social palpita en cada cuadro. A los techos de Acho les falta un gato que camine sobre el tejado. Los bares no tienen comensales. El paseo Chabuca Granda no tiene ambulantes. Si la Lima de Polanco está vacía de personas, por otro lado desborda de historias y atmósferas en esas paredes destartaladas y coloridas: el cine abandonado que solo pasa ciclos de películas de terror, casinos madrugadores que sirven de hogar para ludópatas sonámbulos. El caos social arquitectónico que expresan los cuadros de Polanco, refleja la vorágine de identidades que se mezclan en la Ciudad de los Reyes. En Lima confluyen el pasado colonial con la migración andina, la arquitectura de la clase alta republicana con la cursilería criolla, los colores chirriantes sobre casas virreinales. “Es un arroz con mango”. Enrique ha viajado a varias ciudades dentro del Perú, en busca de otro escenario que sirva de inspiración para sus pinturas: Cusco, Arequipa, Trujillo, Chiclayo. Sin embargo, no ha encontrado en otra ciudad la mezcla de identidades y relatos que hay en Lima: “Mientras que Arequipa está llena de arequipeños, Cusco está lleno de cusqueños, el Callao está lleno de chalacos; Lima es el Perú, está llena de peruanos”.
/ LIMA SOUR
96 >
97 >
/ LIMA SOUR