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Si tu pieza hablara
Renueva tu placa
Cambiar tu vitrocerámica por un modelo de inducción es la mejor decisión que puedes tomar: calientan rápidamente, son eficientes y muy seguras. ¿Quieres más razones?
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Facilidad de uso. Las zonas de cocción se pueden controlar con la punta de los dedos. Estas placas también son muy fáciles de limpiar, pues las salpicaduras no se queman sobre la superficie. Para ello, basta con pasar un paño húmedo.
Máxima flexibilidad. Encontrarás modelos que cuentan con zonas de cocción que se adaptan al tamaño del recipiente. Se pueden usar por separado o unirse cuando necesites cocinar con ollas o sartenes grandes.
Sistema de cocción más rápido.
Los tiempos de cocinado se acortan dado que los inductores de la placa calientan directamente el recipiente. Hay modelos con funciones para hervir, derretir o cocinar a fuego lento.
Seguridad.
Solo se calienta la base del recipiente y no toda la superficie, que permanece casi fría. Además, suelen estar equipadas con una función de bloqueo que evita que la placa se conecte de forma accidental.
Las placas de cocción y extractor en una sola pieza crean diseños compactos para todo tipo de cocinas. Como la Serie Basic, de Bora.
Para acertar de lleno al elegir una placa, vale la pena detenerse a pensar en una serie de aspectos prácticos. Si nos apasiona cocinar o no, cuánto nos importa el consumo responsable y otros factores.
EL TIEMPO INVERTIDO EN COCINAR.
Si cada vez nos gusta más preparar nuevas recetas, pero no siempre tenemos el tiempo preciso, valdrá la pena apostar por una placa mixta de inducción y gas. Así tendremos las 2 opciones; cocinar con gas cuando el tiempo nos lo permita y optar por la inducción cuando vamos con el tiempo justo para hacer la cena, pues sus placas calientan rápidamente.
CUÁNTO CONSUMEN. Teniendo en cuenta los precios prohibitivos que hoy día tiene la luz, este dato es clave. Mientras que las vitrocerámicas garantizan ahorro de energía, las de inducción son altamente eficientes. Pero las de gas son las que menos gastan y las más sostenibles: emiten unos 200 g de CO2 por kWh.
¿PARA DOS O FAMILIA NUMEROSA?
En una casa con pocos habitantes, una vitro sencilla quizá baste o una de inducción mini. Pero si viven tres o más, lo ideal es pensar en placas con 4 fuegos, para crear zonas de cocción más grandes, como las de flexinducción.
RÁPIDAS DE LIMPIAR. Las placas de inducción son las más sencillas: es posible limpiarlas en cuanto se retiran las ollas. En las vitros es preciso esperar a que la placa se enfríe, pero se limpian sin problemas. Las de gas dan más trabajo porque suelen acumular grasa.
La inducción gasta un 40% menos que una placa vitro.
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Placas inteligentes. Se llaman así porque forman parte de una casa conectada. Es posible programarlas desde el móvil al ir conectadas por wifi, controlar las potencias de las placas... y además incluyen un recetario muy completo para actualizar el de casa. Encimeras de cocción. No parecen placas porque se integran totalmente como si fueran superficies continuas. Es un sistema de cocina de última generación que mezcla la inducción y el porcelánico.