Ola Escolar es una iniciativa de articulación público-privada que busca contribuir a mejorar y optimizar los ambientes de aprendizaje en establecimientos educativos afectados por la ola invernal de los años 2010 y 2011. Este proyecto apunta a la recuperación y mejoramiento de la infraestructura escolar y el fortalecimiento de la gestión educativa, como claves para mejorar las condiciones del aprendizaje en los colegios y escuelas del país, fortaleciendo la participación de la comunidad educativa en concertación con las autoridades locales y regionales. La educación en Colombia ha tenido avances importantes en la última década, como el aumento de la cobertura en la educación de preescolar a bachillerato y la gratuidad. No obstante, cerca de 1’006.390 niños y jóvenes en edad escolar estaban por fuera del sistema educativo en el 2010 y el 70% de ellos estaba en áreas rurales, donde se presentan los mayores problemas en acceso, permanencia y calidad. Este problema se agudizó con la ola invernal, decretada como situación de desastre en enero de 2010. Conscientes de esta situación las Fundaciones Empresarios por la Educación, Julio Mario Santo Domingo, BolívarDavivienda, Argos, Mundial y Telefónica articularon esfuerzos para poner en marcha Ola Escolar, un proyecto que complementa las iniciativas del Ministerio de Educación Nacional con recursos del sector privado, para mejorar las condiciones de los ambientes de aprendizaje en cinco departamentos de Colombia. Ola Escolar se fundamenta en el Proyecto de Transformación de Calidad Educativa del Ministerio de Educación Nacional, el cual se basó en el estudio realizado por la firma Mckinsey & Co y en el que se identificó la necesidad de realizar intervenciones integrales en los establecimientos educativos que enfrentan los mayores desafíos en cuanto a calidad, cobertura y pertinencia.
Otro estudio que se ha tenido en cuenta es Infraestructura Escolar y Aprendizajes en la Educación Básica Latinoamericana: Un Análisis a partir del SERCE, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo en el 2011. Éste plantea que las deficiencias en infraestructura afectan los aprendizajes de los estudiantes. Además, recomienda que las inversiones en las escuelas incluyan la prestación de servicios básicos y la adecuación de espacios asociados al aprendizaje: bibliotecas, salas de cómputo, salones múltiples y espacios lúdicos, como condición para cerrar las brechas que existen entre zonas rurales y urbanas y entre colegios públicos y privados en América Latina.