“ADECUANDO PARA INTEGRAR” María Fernanda Martínez Tamez La historia de la educación va de la mano de la evolución del ser humano, no existe ninguna sociedad por primitiva que sea en la que no se haya presentado, comenzando por la transferencia de simples saberes que les permitían enfrentarse a la realidad como cazar o recolectar fruta, aunque siempre ha cumplido un papel fundamental en la sociedad no fue hasta mucho tiempo después que se le dio la importancia que se merece, ya que se vio en ella la salvación de la realidad social, fomentando la escolarización como un camino para poder cumplir esa meta tan ansiada y así transformar la realidad para un mejor futuro. Fue a través de la idea de que el ciudadano no nace sino que se hace, que se afirmó que podemos interferir en las personas siendo aún niños y ayudar a formar al nuevo ciudadano y por consiguiente una nueva sociedad, estableciendo como estrategia fundamental la pedagogía que con sus métodos y técnicas nos ayudan a cumplir el curriculum establecido, el cual basa su contenido en una cuidadosa planificación de contenidos, dando como resultado hoy en día un conjunto de estudios y prácticas destinadas a que el alumno desarrolle plenamente sus posibilidades, pero no siempre fue así, ya que una de las limitantes de la educación ha sido precisamente el conflicto por la organización del curriculum. No cabe duda que a lo largo del tiempo, la educación ha cumplido la función social de formar ciudadanos, sin embargo, el camino para llegar a esa ansiada meta ha cambiado, antes bajo el enfoque “tradicionalista” se buscaba que los alumnos adquirieran conocimientos de manera memorística, es decir se favorecía el saber conocer, donde los maestros se preocupaban por transmitir conocimientos a sus alumnos lo más fiel posible, sin darles oportunidad de buscar sus propios métodos de resolución, tiempo después esta educación se vio afectada, al no satisfacer las necesidades de las empresas ya que las personas conocían pero no sabían resolver las situaciones presentes en el trabajo, ante esta situación en los años noventa se impulsaron una serie de transformaciones en donde se enfrentaron un par de perspectivas antagónicas el centrado en las disciplinas y el adaptado a la vida, permitiéndonos ver el antiguo dilema entre la teoría (disciplinas) y la practica (adaptado a la vida), encontrando cada una de ellas beneficios entre sus seguidores y sus limitantes entre sus opositores, ambas perspectivas pese a ser contrarias, tenían una semejanza: El formar al ciudadano adecuado que la sociedad necesitaba.
Al no llegar a un acuerdo sobre la organización del curriculum, comenzó a surgir el miedo en la sociedad de no llegar a cumplirse dicha meta, al no formar a un ciudadano con conocimientos, habilidades y valores necesarios que le permitieran enfrentarse a las situaciones de la vida cotidiana con éxito, es decir que no personificará las cualidades y características deseadas. Fue por las razones anteriormente expuestas que en el año 1994 el gobierno de México, firmo un acuerdo con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), convirtiéndose así en su socio número 25, entre los acuerdos establecidos, México se comprometió a mejorar la calidad educativa de sus estudiantes, implementando así una estrategia para el logro de dicho objetivo en el ámbito de la educación básica llamada Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) cuyos propósitos se centran en atender los retos que enfrenta el país de cara al nuevo siglo, mediante la formación de ciudadanos íntegros y capaces de desarrollar todo su potencial, y en ayudar al logro de una mayor eficiencia, articulación y continuidad entre los niveles que conforman este tipo de educación. Dándole paso a una organización del curriculum integrador de la teoría y de la práctica, convirtiéndolo en la base de una práctica fundamentada y rigurosa con distintos campos del saber, tomando en cuenta las perspectivas e intereses de los protagonistas, sus particulares concepciones y creencias y los contextos y situaciones específicas en que dicha práctica tiene lugar, sentando las bases formadoras del ciudadano integral. El desarrollo curricular en su sentido más amplio favorece que los egresados alcancen los estándares de desempeño: los conocimientos, las actividades, las actitudes y los valores, es por esto que como cambios fundamentales de esta reforma se integraron los estándares curriculares los cuales expresan lo que los alumnos deben saber y ser capaces de hacer, por lo que constituyen referentes para evaluaciones nacionales e internacionales; así mismo esta reforma se estructuraron los campos formativos con un papel clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje el organizar , regular y articular los espacios curriculares , y expresar los procesos graduales del aprendizaje de manera continua e integral desde la educación preescolar hasta la secundaria. Los campos formativos hacen presente un factor fundamental en la mejora de la calidad de la educación, las famosas competencias, las cuales, las hemos escuchado más de una vez, sin embargo desconocemos todo lo que esta pequeña palabra implica, ya que una competencias se dice es multidimensional e incluye distintos niveles como saber (datos, conceptos, conocimientos), saber hacer (habilidades, destrezas, métodos de actuación), saber ser (actitudes y valores que guían el comportamiento) y saber estar (capacidades relacionada con la
comunicación interpersonal y el trabajo cooperativo). En otras palabras, la competencia es la capacidad de un buen desempeño en contextos complejos y auténticos. Se basa en la integración y activación de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores. Al plantearnos esta situación, el trabajo docente pareciera complicado, por todo lo que tiene a su cargo, sin embargo, el hablar de la educación como proceso de modernidad es un tema aún más complicado, ya que en el interviene múltiples factores como lo son: el contexto, las estrategias, los recursos, la cultura, el alumno, etc., es decir una gran diversidad en todos los sentidos, lo cual no se nos debe presentar como un problema del cual siempre nos estemos quejando, sino como un reto a vencer, el cual nos haga crecer profesional y personalmente, al dar respuesta a todas esas necesidades mediante un proceso didáctico integrador, brindándoles a los pequeños las mismas oportunidades de aprendizaje. Es por esto que se dice que la escuela se enfrenta a un contexto de constantes transformaciones y el docente se enfrenta ante el reto de adecuar sus contenidos y formas de enseñanza para poder atender a los alumnos que ingresan a las aulas con numerosas necesidades, la única manera de vencer el reto es mediante el compromiso con nuestra carrera, conociendo el curriculum, para de esta manera poder flexibilizarlo sin alterar los objetivos de este, logrando que los alumnos superen sus barreras y superen dificultades en base a sus propias posibilidades, donde la familia es de suma importancia como la institución primordial en la educación ya que es el primer contacto, la primer socialización del niño, de la cual el obtendrá las bases que se verán reforzadas en la escuela. Nosotras como futuras educadores tenemos que estar conscientes de la gran responsabilidad que tenemos, ya que contribuiremos en este proceso de cambio y renovación de lo que es y debe ser el niño, ya tenemos la meta establecida en nuestros planes y programas, el camino a recorrer lo decidimos nosotras con nuestros conocimientos, estrategias y técnicas que nos lleven a crear ese ambiente adecuado que lo convierta en un aula inclusiva respetando normas y derechos permitiéndonos así cumplir la meta, formando no un ciudadano nuevo sino uno que sepa resolver las situaciones que se le presenten.