Entrevista al Profesor Jesús Merayo Lloves en La Nueva España.

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Prof. Jesús Merayo Lloves

CATEDRÁTICO DE OFTALMOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO Y DIRECTOR DEL INSTITUTO UNIVERSITARIO FERNÁNDEZ-VEGA

“Los usuarios de lentillas deben extremar las medidas de higiene pautadas para prevenir infecciones oculares” “Las gafas de protección al hacer bricolaje o las de sol, en la naturaleza, son una barrera ante los agentes infecciosos” Elena CASERO

Son uno de los motivos más habituales de consulta ya que pueden desarrollarse por diferentes causas y son frecuentes durante el verano. Si bien en la mayoría de los casos con la medicación apropiada se resuelve en pocos días, en ocasiones pueden requerir tratamientos prolongados o incluso sufrir disminución de visión, que pueden necesitar intervenciones quirúrgicas como el trasplante de córnea. El profesor Jesús Merayo Lloves, catedrático de Oftalmología de la Universidad de Oviedo y director del Instituto Universitario Fernández-Vega, explica cómo prevenir y evitar las infecciones oculares durante el verano –¿Qué es una infección ocular? –Se producen cuando microorganismos patógenos hacen daño a estructuras oculares, generalmente en la superficie del ojo – párpados, córnea y conjuntiva–. El ojo tiene unas barreras para impedir que lleguen agentes infecciosos a su interior, como son los párpados, la conjuntiva y la córnea. Además, también posee un sistema de defensa inmunológico con células y medidores químicos que nos protegen de los virus, bacterias, hongos y parásitos. Cuando el microbio contacta con las estructuras oculares se produce la respuesta del sistema de defensa que trata de eliminarlo o expulsarlo. Se genera así una inflamación local que puede tener síntomas y dañar el órgano, así como interferir en la visión. –¿Cuáles son sus síntomas más frecuentes? –El enrojecimiento ocular, molestias y secreciones anormales que suelen estar en relación con conjuntivitis. En otras ocasiones, a parte de los síntomas anteriores, los pacientes se quejan de dolor, mo-

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Hay que tener siempre en cuenta las medidas universales de higiene como el lavado con agua y jabón Las lentillas pueden provocar infecciones oculares graves si se exceden las horas de uso El profesor Jesús Merayo Lloves. | Foto cedida a LNE

lestias con la luz (fotofobia) o disminución de visión y nos orienta a los médicos a patologías más graves como la afectación de la parte transparente del ojo, la córnea, provocando queratitis infecciosas. Las infecciones también pueden afectar a los párpados, de forma que el paciente puede desarrollar blefaritis, orzuelos o chalación, y también a las vías lacrimales (rijas o dacricocistititis). Las infecciones intraoculares son muy raras y suelen estar en relación con traumatismos o cirugías. –¿Cómo se pueden evitar? –La primera medida para evitar el contacto de microbios con el ojo es el lavado de manos y proteger la superficie ocular del agua –especialmente de las piscinas–, del sol y del viento con el uso de gafas de sol. Para los agentes infecciosos vehiculados por el aire, todas las medidas que estamos tomando para protegernos

del coronavirus nos ayudan a evitar las infecciones oculares. Si un familiar o persona de nuestro entorno tiene una infección, debemos tomar medidas para no compartir toallas, pañuelos y evitar el contacto cercano –¿En qué consiste el tratamiento? –En el caso de las conjuntivitis y la patología de párpados suelen requerir antibióticos en forma de gotas (colirios) o pomadas. En ocasiones hace falta asociar un antiinflamatorio. Sin embargo, el tratamiento de las queratitis requiere seguimiento médico por parte del especialista en oftalmología, que revisará si mejora el paciente y adaptará el tratamiento a la evolución clínica. En ocasiones se requerirán pruebas de laboratorio para identificar al agente causal. –¿Qué factores de riesgo pueden desencadenar una conjuntivitis?

–Algunas actividades cotidianas como el bricolaje –por la exposición a cuerpos extraños y el polvo– suponen un riesgo para la salud de nuestros ojos. También lo son pintar o arreglar un aparato –que implican la exposición a tóxicos– o soldar –fototoxicidad– . En todos estos casos la forma más sencilla de prevenir una infección ocular es utilizar gafas de protección. En actividades al aire libre, las gafas de sol pueden evitar traumatismos o heridas con tierra, ramas u hojas de árboles que vehiculan hongos y otros agentes infecciosos produciendo las secuelas más graves y difíciles de tratar. Hay grupos de riesgo a los que hay que prestar especial atención para prevenir las infecciones oculares como son los pacientes con alteraciones del sistema inmune, aquellos con patologías previas como el ojo seco, las alteraciones del cierre

palpebral –que se dan más frecuentemente en edades avanzadas– y en los usuarios de lentes de contacto. –¿Cómo se puede prevenir esta dolencia? –Si tenemos una buena cantidad y calidad de lágrima y parpadeamos regularmente, se minimiza el riesgo de ojo seco, que también se puede tratar con lágrimas artificiales y controlando la humedad del ambiente. Conviene recordar que el aire acondicionado, más frecuente en verano, suele crear un entorno seco. –¿Qué deben tener en cuenta los pacientes que usen lentillas? –Si bien hay millones de usuarios en España, estos suelen seguir un uso correcto de las lentillas gracias a las pautas ofrecidas por el profesional que se las ha adaptado. A pesar de ello, debemos recordar que la lente de contacto puede ser un vehículo transmisor de infecciones oculares graves, especialmente cuando se exceden las horas de uso de las lentillas, se duerme con ellas puestas, no se emplean las medidas de limpieza adecuadas o aparecen molestias y se siguen usando. Ni que decir tiene que son de uso personal y ciertos hábitos como el intercambiar lentillas cosméticas para cambiar el color del iris ponen al usuario en un riesgo muy alto de tener complicaciones graves. Una de las patologías más grave que pueden desarrollar los usuarios de lentillas es la queratitis por acanthamoeba. Este parásito suele estar en el suelo y en el agua, con más riesgo en aguas de piscinas, saunas y spas, pero también en el depósito de agua de un barco o de una vivienda a la que está dando el sol. La combinación de lente de contacto que eventualmente hace pequeñas alteraciones en la superficie ocular sin importancia en condiciones normales y la presencia de amebas puede provocar una infección grave en la córnea, muy dolorosa y que implica más de un año de tratamiento e incluso puede requerir un trasplante de córnea. Esta dolencia suele dejar secuelas graves en la visión. Por ello, y especialmente durante el verano es muy importante extremar y seguir, de forma exhaustiva, las pautas de higiene de las lentes de contacto. Además, deben desecharla si se cae al suelo o no dispone del líquido de mantenimiento adecuado. Por otro lado, las lentillas deben retirarse por la noche, incluso si hemos olvidado su estuche. De lo contrario aumentaremos el riesgo de tener una queratitis por ameba. Todos los años en el mes de septiembre acuden al Instituto Oftalmológico Fernández-Vega pacientes con secuelas graves de esta enfermedad. Evitar la infección ocular está en su mano (limpia). Basta con seguir las medidas de higiene indicadas para el correcto uso y mantenimiento de las lentes de contacto.


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