El hogar de Panda se
encontraba sobre unas
colinas, alejadas de la ciudad.
Sus dĂas eran tranquilos,
le gustaba caminar y ver
los paisajes que tanto le gustaban.
Pero habĂa algo que
lo hacĂa sentir un poco solo
un poco triste, pero
a la vez feliz por dentro.
La luz de la luna.
Le recordaba a su mamĂ ,
la cual ya no estaba presente.
Pese a todo, siempre
encontraba paz, tranquilidad y
el amor de su querida madre...
...
y tenĂa presente sus palabras:
Mira la luz de la luna, y yo estarĂŠ contigo.