La justicia, un buen negocio para los delincuentes A raíz de la rebeldía de uno de los condenados por el Caso Albania, el Ministro de Justicia afirmó recientemente, que en Chile “ser un prófugo de la justicia no es un buen negocio, ni lleva a ningún buen resultado”. Sin embargo, salvo contadas excepciones, que responden más a causas de figuras relevantes y con alto impacto mediático, la verdad es que en nuestro país, el ser prófugo ha sido un gran negocio para los delincuentes. ¿Sabrá el Ministro exactamente cuántos prófugos de la justicia existen actualmente en Chile? ¿De qué sirve aumentar las penas y crear nuevas figuras delictivas si éstas no se cumplen? ¿De qué sirve criticar a los jueces y cambiar los procedimientos si no hay forma de asegurar que sus sentencias se hagan efectivas? Bien valdría la pena, elaborar estudios que den cuenta del verdadero índice de cumplimiento de las sanciones penales, porque la alta reincidencia de algunos delincuentes y la cada vez más frecuente constatación de la rebeldía, es una causa determinante en la comisión de delitos. Durante años hemos debatido sobre propuestas anti- delincuencia y sobre qué medidas concretas deben llevarse a cabo para reducir la alta tasa de victimización y el continuo aumento del número de delitos perpetrados año a año. Sin embargo, el Gobierno se ha equivocado y se sigue equivocando, si cree que aumentando las penas o creando nuevas figuras delictivas van a conseguir verdaderos resultados en la lucha contra la delincuencia. El debate debe orientarse a establecer medidas que permitan asegurar los resultados de la justicia. Crear unidades de cumplimiento en los juzgados, como se propone en la justicia de familia, para agilizar la labor de los jueces y especializar sus funciones; dotar de mayores recursos a Carabineros, Investigaciones y Gendarmería para que puedan llevar registros adecuados y exigir el estricto cumplimiento de las penas; crear unidades especializadas que se aboquen a los delincuentes que eluden la acción de la justicia. En Chile la justicia es un muy buen negocio para la comisión de delitos. Al delincuente le da lo mismo que aumenten las penas o que se creen nuevas figuras de delito: al final del día sabe que saldrá libre y que nunca cumplirá la pena que merece.
Cristián Valenzuela B. Investigador Área Legislativa Fundación Jaime Guzmán E.