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Por el bien de la familia

La creación del post natal masculino demostró la importancia que representa la familia para los chilenos y que la sociedad podía hacer el esfuerzo de hacerse cargo de su “costo”. Ahora se sigue tramitando en el Congreso un proyecto para extender el post natal femenino, el cual tiene el mismo reparo: ¿debe la sociedad cargar con el costo de éste? Actualmente, la mujer tiene un prenatal de 6 semanas y un postnatal de 12, y permiso para cuidar al hijo menor de un año cuando está enfermo. Según investigaciones médicas y recomendaciones de la OMS, es fundamental para los recién nacidos alimentarse con leche materna. Entre sus beneficios está la disminución de enfermedades como otitis, laringitis, faringitis y bronquitis. Además, la madre traspasa las defensas necesarias para fortalecer su sistema inmunológico. Con el postnatal actual, las mujeres pueden alimentar a sus hijos sólo 3 meses, ya que la vuelta al trabajo, por lo general, provoca la suspensión de la lactancia. Un 63% de las madres que no trabajan amamantan a sus hijos hasta los 4 meses, contra un 47% de las que sí trabajan. Esto genera que se busquen alternativas para extender el período, como el permiso sin goce de sueldo, usar las vacaciones o utilizar indebidamente el sistema de permisos por enfermedad del hijo; de hecho, un 68% de éstos se otorga entre los 3 y 6 meses de vida de los niños. ¿Por qué no aumentar el período? Por el costo que involucraría, se responde. Pero éste sería menor al esperado, pues se terminarían los permisos por enfermedad del recién nacido y disminuirían los gastos de salud general de esos niños porque serían más sanos, además de reducirse el gasto en salas cuna. El proyecto que se discute permite trasladar 3 semanas del prenatal al postnatal o bien extenderlo en 6 semanas de media jornada, pero ya lleva 13 años de tramitación y desde enero no ha tenido movimiento. Es, quizás, el momento de proponer derechamente


la extensión del post natal, por ejemplo, hasta 6 meses, pero con libertad para que las mujeres, luego de tres primeros meses irrenunciables, puedan optar entre diferentes alternativas y acordarlas con su empleador: utilizar tres meses adicionales completos, seis meses de media jornada o, bien, reintegrarse a sus labores después del mínimo. Lo importantes es que sea la mujer quién decida. ¿Debe la sociedad asumir el precio de esta medida? La respuesta parece ser afirmativa. Es cierto que se trata de un alto costo, pero los beneficios que trae permitirán que los niños crezcan más sanos y que nuestra sociedad goce de una mejor calidad de vida.

Andrea Barros I. Área Legislativa Fundación Jaime Guzmán E.


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