Cuentas de Ahorro de Salud: una opción para disminuir el gasto en nuestro sistema
Entre 1990 y 2005 las prestaciones por afiliado otorgadas por el sistema público y privado de salud aumentaron en 111% y 64% respectivamente. Lo anterior evidencia el fuerte incremento que ha tenido nuestro gasto en salud en los últimos años. Para el caso del sistema público, el gasto en salud aumentó en 2,65 veces, aumentando en 416% veces el aporte fiscal al sistema. Las razones tras este considerable aumento en el gasto de nuestro sistema de salud pueden tener varias dimensiones, entre ellas económicas y demográficas. Y si bien ambos factores pueden ser relevantes, existe un tercer elemento referente al diseño del sistema sobre el que algo se puede hacer. Nuestro sistema de salud se basa en la contratación, por mandato legal, de un seguro único y de amplia cobertura. El problema radica en que este diseño crea incentivos para que los asegurados sobreconsuman servicios de salud: bajo un sistema en que el copago del afiliado es muy bajo, existen fuertes incentivos a que el enfermo vaya a ver un médico aun cuando no sea imprescindible. Una alternativa interesante es la implementación de un esquema de cuentas de ahorro de salud en conjunto con la contratación de seguros catastróficos. La idea es que los gastos corrientes de salud en los que existe algún nivel de discrecionalidad por parte del usuario y, por tanto, riesgo de abuso, se carguen contra una cuenta de ahorro en la que el afiliado cotiza. De manera complementaria, se contrata un seguro para aquellos eventos médicos en los que es menos probable que exista riesgo de abuso (eventos catastróficos), existiendo un deducible cuyo pago está en parte garantizado por los fondos de la cuenta de ahorro, abaratando considerablemente la prima del seguro. Lo interesante es que los fondos de la cuenta que no sean gastados durante la vida activa del cotizante pueden pagar los gastos médicos de la vejez o bien engrosar los fondos previsionales. Así el usuario enfrenta el verdadero costo de las prestaciones, generando incentivos al ahorro en salud y disminuyendo los existentes para el sobreconsumo. Un sistema como éste, que por de pronto debe contemplar un esquema de subsidios para quienes debido a sus bajos ingresos no serían capaces de solventar sus gastos médicos con cargo exclusivo a sus cuentas de ahorro, permitiría reducir el fuerte riesgo de abuso por parte de los afiliados de Isapres y Fonasa, conteniendo parte importante de la escalada de costos de nuestro sistema.
Ramón Delpiano R. Área Legislativa Fundación Jaime Guzmán