Diálgo 16 Nueva Época/ PLAN PUEBLA PANAMÁ: SUS PROPUESTAS Y SU CONTEXTUALIZACIÓN

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Publicación mensual de FLACSO

Nueva época, Año II, No. 16, julio de 2002 / 1

Publicación mensual de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/FLACSO-Guatemala. Nueva época, Año II, No. 16, julio de 2002

PLAN PUEBLA PANAMÁ: SUS PROPUESTAS Y SU CONTEXTUALIZACIÓN

Alfredo Guerra-Borges*

* Licenciado en Economía, Universidad de San Carlos de Guatemala –USAC–; doctor en Estudios Latinoamericanos, Universidad Nacional Autónoma de México –UNAM–; investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM; especializado en Globalización e Integración Centroamericana. Las opiniones expresadas en este suplemento son de la exclusiva responsabilidad de su autor.


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LAS

PROPUESTAS

E

l 15 de junio de 2001 los presidentes de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá aprobaron en San Salvador ocho iniciativas como parte medular del Plan Puebla Panamá (PPP). ¿Pero qué las antecedió? En el curso de la campaña electoral del Presidente Vicente Fox, un grupo de sus colaboradores recibió instrucciones para elaborar un plan de desarrollo de nuevo diseño que comprendiera tanto el sur-sureste de México como el istmo centroamericano. Un tanto perplejos, los comisionados para tal efecto comenzaron a entrevistarse con aquellos que consideraron mejor informados que ellos mismos y pusieron manos a la obra. No era tarea de pocos meses, pero ello no fue óbice para que el electo Presidente Fox convocara a los Jefes de Estado y de Gobierno del istmo centroamericano. Les habló del Plan, ahora ya con mayúscula presidencial, aunque la criatura todavía demoraría unos meses más para nacer. A la salida de la reunión el Presidente Portillo fue entrevistado por periodistas y, con habitual elocuencia y desenfado, declaró lo único que podía

es una publicación de FLACSOGuatemala y de elPeriódico.

Secretario general de FLACSO Wilfredo Lozano San José, Costa Rica CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO-GUATEMALA Víctor Gálvez Borrell-director Virgilio Álvarez/Walda Barrios-Klée/Silvel Elías/ Gisela Gellert/Irene Palma/Edgar Pape/ Jorge Solares/Edelberto Torres-Rivas Tels: (502) 362-1431 al 33 Fax: (502) 332-6729 Correo electrónico: flacsoguate@flacso.edu.gt Página web: http://www.geocities.com/athens/rodes/9162 Coordinación de edición: Hugo de León Diseño de portada: José Bolaños, sobre caricatura de Calderón Diseño, edición y diagramación: Magna Terra editores Esta edición es posible gracias al apoyo financiero de la agencia sueca de desarrollo internacional ASDI / SAREC

30,000 ejemplares

Nueva época, Año II, No. 16, julio de 2002 declarar, que el Presidente Fox les había hablado del asunto. ¿Nada más? Sin embargo, de inmediato trazó una nueva línea de acción a la política exterior de Guatemala: en lo sucesivo las relaciones con México se encuadrarían en el Plan. Unos meses más tarde, en marzo de 2001, el Gobierno de México dio a conocer un voluminoso documento, la primera versión del Plan, en el que se indicaba que «el Gobierno Federal se ha propuesto cambiar las bases y prioridades de la Planeación Nacional del Desarrollo, iniciando ésta con la planeación de la Región SurSureste de México en el Plan Puebla-Panamá (...) Esta nueva planeación del desarrollo de la Región SurSureste de México se inscribe en una perspectiva estratégica del desarrollo nacional que, por primera vez, se propone participar de manera decisiva en una macroregión de vital importancia para México: Centroamérica».1 Por el mismo tiempo Centroamérica concurrió a Madrid a una reunión con el Grupo Consultivo regional, en el que se supone que los países cooperantes manifestarían su deseo de cooperar en el desarrollo centroamericano. Centroamérica presentó un documento base, «Transformación y Modernización de Centroamérica en el siglo XXI». Una propuesta regional, fechada en enero de 2001, en la que se dice que «se concurre a Madrid con un planteamiento nuevo por razones fundamentales, la primera de las cuales es ‘porque buscamos socios (sic) para la transformación y modernización de Centroamérica’». El «socio» natural es, obviamente, México. En buena hora pues, si se sabe llevar por ambas partes una política inspirada en la cooperación, la buena vecindad, el beneficio mutuo y el desa1

Plan Puebla-Panamá. Documento base, marzo 2001, pp. 3 y 4.

© Ricardo Ramírez Arriola

rrollo, puede originarse en Mesoamérica (que comprende a todo México y no sólo a ocho estados mexicanos) una relación que sea ejemplar en este mundo donde ahora los que se integran no son los iguales sino los dispares. Esto crea, naturalmente, situaciones que sólo en la práctica se puede saber a ciencia cierta si son satisfactorias o no. La Unión Europea tiene clara conciencia de las asimetrías que hay en su seno y trata de corregirlas, o al menos de compensarlas mediante programas milmillonarios para promover el desarrollo de sus miembros menos favorecidos por la fortuna. Lamentablemente, en el hemisferio occidental, Estados Unidos no heredó de Europa las buenas costumbres, y como lo atestigua la experiencia de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cuando no puede ganar, arrebata. Contándose ya con dos documentos base todo lo demás fue elaborar el Documento de Conectividad de la propuesta regional de transformación y modernización de Centroamérica y


Publicación mensual de FLACSO del Plan Puebla-Panamá, para lo cual la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) contrató un experimentado consultor. Su informe pasó por el tamiz del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y de ahí salieron las ocho iniciativas que los presidentes mesoamericanos aprobaron en San Salvador (de Desarrollo Sustentable, Desarrollo Humano, Prevención y Mitigación de Desastres Naturales, Turismo, Facilitación del Intercambio Comercial, Integración Vial, Interconexión Energética y Telecomunicaciones). Formalmente, las ocho iniciativas no están dispuestas en orden de prioridad o preferencia, pero en la práctica no son iguales entre pares sino impares en la desigualdad. Los que cuentan con gran favor de su parte, generosos recursos disponibles una vez se termine la fase técnica y consenso de los gobiernos para actuar resueltamente una vez se dé el banderazo, son los proyectos de infraestructura. A primera vista parece extraño. La meticulosa redacción de las Iniciativas de Desarrollo Sustentable y Desarrollo Humano pareciera singularizar el PPP por su vocación de acometer los problemas sociales de la región, tanto graves como lacerantes. Pero el peso de la tradición se ha impuesto una vez más. En el seminario sobre integración que tuvo lugar en Fortaleza, Brasil, en marzo del presente año, en el marco de la reunión anual de Gobernadores del BID, nos permitimos decir algo como lo siguiente: a lo largo de quince años –o más– el BID ha adquirido una gran experiencia sobre cómo hacer para que los gobiernos, aun no estando a veces muy convencidos, se avinieran a aplicar punto por punto los programas de ajuste y estabilidad. En el trasfondo, el dedo admonitor del Fondo Monetario Internacional (FMI) advertía silencioso. Y agregué, según la nota periodística del boletín cotidiano de la reunión: «Con el debido respeto para el BID, el gran problema es que si las propuestas para el desarrollo sustentable y humano no son llevadas a la práctica, entonces

Nueva época, Año II, No. 16, julio de 2002 / 3 el Plan Puebla-Panamá parecerá más de lo mismo. Se debería ser capaz de encontrar una forma de forzar a los gobiernos a poner en práctica los programas de lucha contra la pobreza».2 Al entendido, por señas.

«Nunca habíamos tenido tantos derechos como ahora, pero ahora somos más pobres.»

Más de lo mismo, sólo en el sentido de la prioridad de la infraestructura y el comercio sobre la sustentabilidad y la pobreza, pues desde la firma de los tratados de libre comercio con México la relación histórica entre este país y los centroamericanos ya no será la misma. Ahora se cuenta con algo así como una constitución económica de la que emanan normas que regulan y regularán en lo sucesivo sus relaciones comerciales, la inversión, la prestación de servicios, los derechos de propiedad intelectual, la solución de controversias, los servicios financieros y otros aspectos más. El Plan Puebla-Panamá traduce en infraestructura los objetivos de la integración mesoamericana. La infraestructura no es en sí misma un objetivo, pero es el soporte material del objetivo. Por eso, tras de las normas el cemento.

2

Thierry Ogier. “Central American integration: ‘more of the same’?”, Emerging Markets, the daily paper for the Interamerican Development Bank meeting Fortaleza, Monday 11 March 2002, p. 8.

Habrá algunas consideraciones para las poblaciones postergadas, pero todavía no llega la hora de los programas sociales. El dinero es finito. Pero allí queda el reconocimiento a las comunidades locales e indígenas. La evaluación que hacen las comunidades es discrepante. Cuentan que en la última campaña electoral presidencial en Guatemala una mujer indígena dijo en una asamblea: «Nunca habíamos tenido tantos derechos como ahora, pero ahora somos más pobres.» La trascendencia del Plan Puebla-Panamá para los países centroamericanos puede apreciarse en tres planos. Para Centroamérica, cuatro de las ocho iniciativas son proyectos propios de la integración económica centroamericana que han pasado por sucesivas etapas de desarrollo des© C. Cabanas de los años 60, y en años recientes estaban, en su mayor parte, en vías de modernización. Sin embargo, la incorporación de México a esos proyectos no sólo les otorga una nueva dimensión, sino les otorga una mayor accesibilidad a los organismos multilaterales de financiamiento. La asociación con México evita las veleidades presidenciales la ejecución de los proyectos, pues ahora ya no media sólo el interés centroamericano, sino también el del socio mayor. Para México, el Plan Puebla-Panamá, en la parte comprendida de su territorio, es decir, los ocho estados del sur-sureste, trata de acometer el desafío, no sólo económico sino político, de incorporar a la modernización estados tan importantes como Chiapas por su diversidad biótica, la importancia de sus reservas de hidrocarburos y la presencia del movimiento indígena de mayor proyección política en el país. Para México, como país, el Plan Puebla-Panamá significa la creación de condiciones materiales para su proyección geopolítica, tanto porque potencia los resultados y expectativas de los tratados de libre comercio con países centroamericanos, como porque los aproxima en forma real a sus dos socios sudamericanos miembros del G3 (Colombia y Venezuela), más importantes ambos que la suma de los centroamericanos, cuyo


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mercado en conjunto es apenas equivalente al de la ciudad de México. Y aquí cabe preguntarse: ¿Es inconveniente para Centroamérica la integración económica con México? ¿Las ventajas de la integración apuntan sólo hacia México? No lo creemos. No lo hemos creído nunca así. Pero más que de México, los resultados dependen de los centroamericanos. En Tuxtla I, la primera cumbre mesoamericana convocada (todavía sin esa denominación) por el entonces Presidente Salinas de Gortari, la propuesta mexicana fue encaminarse hacia la integración económica, establecerla en el término de unos seis años y acompañarla de proyectos que mejoraran su rendimiento. Algunos presidentes (¡y eso que no eran los mismos de ahora!) tomaron la palabra y en un gesto espectacular propusieron acortar los plazos, seis años eran demasiados, la integración ya. Fue la prudencia con que México manejó la reunión la que evitó la suscripción de acuerdos que hubieran sido desastrosos para Centroamérica. Y ahora, ¿para qué se corrió tanto como corrieron Costa Rica y Nicaragua, y al final de la negociación se precipitó el Triángulo del Norte, dicho así para no singularizar? El comercio no será jamás el principal resultado de la integración con México. El verdadero nervio de la integración

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Centroamérica debe tenerlo en cuenta, pues al mismo tiempo negocia con Estados Unidos y con países latinoamericanos. En este baile no se baila con una sola orquesta. Ninguno lo está haciendo. Si no se tiene en cuenta se pierde el paso.

con México, hablando en términos económicos, está en la inversión. Así lo dejamos apuntado desde nuestro informe al PNUD en 1994. Pero no lo será si la inversión se circunscribe exclusivamente a la espontaneidad implícita en los tratados de libre comercio, sino buscando cuidadosamente, de manera que los beneficios sean recíprocos, inversiones que incrementen la capacidad productiva de Centroamérica, mas no en la producción de chocolates sino en el establecimiento de una capacidad tecnológicamente más avanzada, y para México aporten las ventajas inherentes a la división internacional de la producción. Un buen ejemplo viene a la mente con relación a lo apuntado. Los tratados de libre comercio suscritos con México contienen disposiciones que se sobreponen a las del Tratado General de Integración Económica Centroamericana. En virtud de esas disposiciones, los países centroamericanos hacen concesiones a México que no se

otorgan entre sí. ¿Lo justificaba la importancia del comercio recíproco o su expectativa de expansión? Claramente no. Como destino de las exportaciones centroamericanas, México ocupó en 2000 el séptimo lugar para Guatemala y Nicaragua, el octavo lugar para Costa Rica, el noveno lugar para El Salvador, y el vigésimo noveno lugar para Honduras. Estos índices jamás llegarán a ser considerablemente menores. El comercio internacional de Centroamérica apuntará siempre hacia el norte, Estados Unidos y Europa. El de México está ya abrumadoramente orientado hacia Estados Unidos. Pero de la inversión se puede esperar mucho más. Aunque a primera vista suene paradójico, la asimetría tiene grandes ventajas, si se sabe aprovechar. ¿Se hacía entonces necesario contravenir el Tratado General, la condición de miembros del Mercado Común Centroamericano que data de los años 50, en obsequio de un premio mayor? La negociación con calma y tenacidad para extraer de la asimetría sus ventajas no hubiera perturbado una relación amistosa con México, que este país tiene tanto interés como los centroamericanos en que sea amigable, auspiciosa, expedita y abierta. Nada cambiará la posición geográfica de Centroamérica. Y menos la de Guatemala como punto de acceso al Istmo Centroamericano. Esto lo valoriza México con mucha madurez. Los gobiernos centroamericanos no parecen haberse dado cuenta.

CONTEXTUALIZAR

EL PPP

En el seminario de Fortaleza antes mencionado, una persona del público pidió la palabra y, dirigiéndose a mí, planteó más o menos lo si-


Publicación mensual de FLACSO guiente: «¿Cómo evalúa usted el Plan PueblaPanamá en relación con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?». En mi improvisada respuesta destaqué dos planos de la cuestión: la pertenencia al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) condiciona en importantes aspectos la actuación de México en política internacional, pero no debe pasarse por alto que México y Brasil son los dos únicos países latinoamericanos con capacidad para ser cabeza de grupo; y, por tanto, México tiene una esfera natural de influencia, su propia geopolítica, cuyo ejercicio se ha evidenciado y evidencia en diversas situaciones. Para México, más que para Centroamérica, el problema es conjugar su geopolítica con la de Estados Unidos. Pero la forma de esa conjugación cambia el sentido profundo de la relación. Centroamérica debe tenerlo en cuenta, pues al mismo tiempo negocia con Estados Unidos y con países latinoamericanos. En este baile no se baila con una sola orquesta. Ninguno lo está haciendo. Si no se tiene en cuenta se pierde el paso. ¿Cuál es el gran contexto? El primer círculo concéntrico es el propio PPP. Para los centroamericanos es innegable que la ejecución de los proyectos de infraestructura incluidos en el PPP puede beneficiar a las comunidades locales en términos de comunicación, utilización de recursos naturales y creación de fuentes de trabajo. Oponerse per se a esos proyectos eventualmente podría ocasionar discrepancias con las comunidades locales que se sientan favorecidas, y en efecto lo sean. Por consiguiente, la oposición a esos proyectos cabe hacerse en los casos y aspectos concretos de ejecución de los mismos que lesionen intereses de las comunidades locales, cuando sirvan de pretexto para la apropiación de tierras de las comunidades indígenas o cuando ostensiblemente se trate del aprovechamiento de las nuevas facilidades en interés exclusivo de las corporaciones transnacionales, como ya viene ocurriendo en el caso de la biodiversidad. El segundo círculo concéntrico, que contiene al anterior, son los tratados de libre comercio México-Centroamérica porque, como fuente de una normatividad que en caso de conflicto constitucional se resuelve a favor de la normatividad contractual, están modelando un destino. La inversión y la política deberán ser el centro de atención, no el comercio, sin que se nos malentienda en el sentido que no le concedemos importancia. Se dirá que comercio implica inversión. No discutamos esto. A lo que otorgamos la im-

Nueva época, Año II, No. 16, julio de 2002 / 5 portancia primordial es a la inversión para el desarrollo. Pero hay un tercer círculo concéntrico en cuyo ámbito caben los dos anteriores, y es la geopolítica, la estrategia geopolítica de Estados Unidos, que con la administración Bush ha adquirido un perfil particularmente agresivo y militarista. Con todos sus inconvenientes, la existencia de un mundo bipolar después de la segunda guerra mundial garantizaba a la humanidad la prevención y contención del abuso unilateral del poder militar de una de las superpotencias para la dominación económica y política de otros países, la transgresión de los territorios nacionales, la agresión antojadiza contra pueblos de países que tienen en su subsuelo recursos económicos de gran valor. El escenario cambió radicalmente con la súbita implosión soviética en los 90, que dejó las manos libres a Estados Unidos para diseñar una estrategia geopolítica mundial, en la que América Latina ocupa un lugar importante. Ello es así porque en gran medida la geoestrategia estadounidense está relacionada con la existencia de recursos naturales, renovables y no renovables, los cuales, de acuerdo a las características de las tecnologías actuales, asumen una importancia esencial para las empresas transnacionales de Estados Unidos en el contexto de su rivalidad con la Unión Europea por el dominio del mercado mundial. Esto explica el despliegue creciente de fuerza militar estadounidense a países latinoamericanos, sobre todo cuando esa presencia es cercana a los yacimientos de hidrocarburos, como en Colombia, o Afganistán.

© Ricardo Ramírez Arriola

«¿Cómo evalúa usted el Plan Puebla-Panamá en relación con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?».

Todo depende, pues, de la contextualización de las relaciones con México. Del PPP podemos esperar beneficios, pero hay que estar alertas para evitar los daños, particularmente a las comunidades locales y las comunidades indígenas. Los tratados de libre comercio tienen una proyección mayor y calan más profundamente en el devenir económico y político de Centroamérica. Pero más allá de los abrazos está la geopolítica de Estados Unidos, que viene modificando las territorialidades planetarias. Sin obsesiones, sin paranoias, hay que observar el curso de los acontecimientos e insuflarse del propósito de ser algo en este mundo donde hay otros, en cuyo entorno vivimos, que son algo más.


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Noticias FLACSO: CURSO DE ESPECIALIZACIÓN

«INTERCULTURALIDAD, GÉNERO Y SALUD»

C

on el objetivo de abordar el proceso saludenfermedad desde las ciencias sociales con una perspectiva multidimensional e interdisciplinar, el 19 de julio, en la Sede de FLACSO-Guatemala, dio inicio el curso de especialización «Interculturalidad, Género y Salud», mismo que, organizado en siete módulos, distribuidos en 160 horas de docencia directa, cuenta con la participación de 35 profesionales de distintas disciplinas provenientes de las más variadas regiones del país. Este curso se realiza con la colaboración directa de Medicus Mundi Navarra y la Instancia Nacional de Salud.

De izquierda a derecha: Dr. Virgilio Álvarez, Dr. Santiago Bastos, Licda. Lidia Cristina Morales López, y Ms. Walda Barrios-Klée

FORO «LA SOCIAL EN

C De izquierda a derecha: Dr. Knut Walter, director de la Maestría de Ciencias Sociales; Dr. Carlos Figueroa Ibarra, expositor; Mtro. Pavel Centeno, moderador, y Dr. Sergio Tischler, expositor.

Vista parcial del público asistente al foro.

PROTESTA

AMÉRICA LATINA»

on el nombre de «La protesta social en América Latina» se organizó un foro patrocinado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede Guatemala y Maestría. En dicho foro, que tuvo lugar el jueves 16 de julio, participaron como expositores los doctores Carlos Figueroa Ibarra y Sergio Tischler, ambos sociólogos y profesores invitados de la Maestría Centroamericana en Ciencias Sociales, profesores-investigadores del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Puebla, México, y miembros del Sistema Nacional de Investigadores del mismo país. Actuó como moderador del evento el maestro Pavel Centeno, miembro de FLACSO-Guatemala.


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COMISIÓN ASESORA

PARA LA CONSTRUCCIÓN DEL

SEDE ACADÉMICA DE FLACSO-GUATEMALA INFORMA:

EDIFICO DE LA

La Comisión Asesora para la construcción del edificio de la Sede Académica de FLACSO-Guatemala, constituida el 19 de abril del presente año, inició sus actividades recomendando a la dirección de FLACSOGuatemala los procedimientos para la búsqueda de financiamiento y construcción del edificio. La Comisión se fijó un cronograma de reuniones y un plan de actividades para abordar los aspectos básicos de su función, privilegiando los siguientes:

3. Estimación de los costos globales aproximados para la inversión en el proceso de construcción. 4. Variables de financiamiento, especialmente aquéllas vinculadas a la figura del fideicomiso. 5. Definición de posibles fuentes de financiamiento, entre ellas las perspectivas de manejo de fuentes propias, donaciones y acceso a créditos. 6. Definición de un plan de comunicación.

1. Análisis de las necesidades espaciales para la sede de FLACSOGuatemala desde una perspectiva de uso y crecimiento. 2. Estudio de las características del diseño de un edificio para el estudio y desarrollo de la investigación de las ciencias sociales en Guatemala.

Tras el abordaje de estos aspectos básicos y su debida aprobación por la dirección de FLACSO-Guatemala, la Comisión está próxima a iniciar los contactos para concretar la búsqueda de los recursos financieros, así como para promover el proceso de diseño del edificio mediante un concurso abierto.

NoVEdaDeS A la venta de otras editoriales AL 92

FINAL DEL

En imprenta Editorial de Ciencias Sociales PRIMERO DIOS

ARCOIRIS

280

PÁGS.

Al final del Arcoiris es la historia de Fredy R., una persona viviendo con VIH/SIDA. Es el testimonio de alguien que ha tenido el valor de escribir lo que le ha sucedido. Sus páginas nos relatan una vida llena de dolor, angustia y desesperación. A la par de ser un mensaje de prevención y de alerta para los que no han sido afectados, es también de esperanza para los que ya llevan en su sangre esta terrible enfermedad.

PÁGS.

«Primero Dios», original de Julián López García y Brent E. Metz, es una etnografía reciente acerca de un grupo étnico al que la reflexión antropológica ha mantenido en el olvido desde hace mucho tiempo: los ch’orti’s. Es, además, un estudio que no está dirigido exclusivamente a académicos, sino que puede ser leído por no especialistas.


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Seguridad democrática en Guatemala: desafíos de la transformación Los artículos en este volumen aspiran a contribuir a una reflexión en torno a la función de seguridad del Estado, tema relevante para cualquier sociedad empeñada en construir una gestión estatal de la seguridad que sea consustancial con la naturaleza democrática de sus instituciones. (Q60.00)

Género y biodiversidad en comunidades indígenas de Centroamérica La riqueza de la biodiversidad en Centroamérica no depende sólo de las condiciones que le confieren las características biogeográficas del área. La existencia de muchas especies, cultivadas o no, ha sido posible gracias a la intervención deliberada de las comunidades, que han encontrado en ellas motivos suficientes para asegurar su reproducción y mejoramiento. (Q83.00)

Los desafíos de la democracia en Centroamérica Es el resultado de una preocupación por estudiar la realidad centroamericana como un todo, tarea difícil tomando en cuenta la heterogeneidad que caracteriza a un conjunto de países cuyas dinámicas son complejas, debido a procesos históricos distintos. (Q55.00)

Ser indígena en la ciudad de Guatemala Este documento es un esfuerzo por reflejar la diversidad de formas en que deriva la identidad étnica en el ámbito capitalino. Su protagonista es la deslegitimada población indígena residente, que ha sido tachada como «contaminada». (Q123.00)


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