No. 21, Extraordinario
Tercera época
Guatemala, 28 de noviembre de 2010
¡Ni un golpe más! Dejo ir en la noche la voz amarga o la voz esperanzada. Y aprendo a decir que No. Que no es tiempo de llorar ni de lamentarse, ni tampoco de buscar excusas fáciles. Y aprendo a decir que no. Montserrat Abelló
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, reconocida por el Decreto 96-87 del Congreso de la República, ratificado por el Ejecutivo en el instrumento de adhesión de fecha 29 de diciembre de 1987.
minuidas. Superar esta malformación social no ha sido fácil, pues el machismo, justificado por creencias y visiones metafísicas, resulta una concepción difícil de ser superado. Pero si el hombre como tal ha convertido a la mujer en su principal víctima, esta violencia se ha visto intensificada cuando la mujer ha intentado no sólo asumir los espacios públicos que en derecho le corresponRogelia Cruz martínez den y también al cuestionar en el discurso y en la acción estas prácticas vejatorias de su integridad. A la denuncia contra la violencia, en muchos casos, le ha seguido el recrudecimiento de ésta, contando para ello con el silenVirgilio álvarez Aragón cio cómplice de congéneres y familiares. El cuestionamiento abierto de maginar que un ser humano pue- las prácticas machistas ha dado como da ser ofendido o violentado re- resultado la censura y persecución de sulta, en condiciones normales, las denunciantes, haciendo de la búsun contrasentido para la convivencia queda de la justicia un humana, sin embargo, las sociedades camino tortuoso y difíen proceso de consolidación, y aún cil, tanto para las agrelas consolidadas, no dejan de consi- didas, como para los y derar y tratar de combatir la violencia las que paulatinamente que entre los seres humanos nos oca- se han sumado en su sionamos. Es evidente que cuando defensa. En Latino am éri en el contexto social existen grupos, ca, paradójicamente actores o individuos que se considecristiana en su gran ran superiores a otros, el ejercicio de mayoría, la violencia la violencia es aún más frecuente, lo contra la mujer ha sido que hace que en aquellas sociedades un signo inequívoco de donde la mujer es aún vista como nuestra historia social principal responsable del pecado o y doméstica, con el simple instrumento de reproducción, agravante de que tamla violencia que se ejerza contra ella bién ha sido practicada sea el origen y la fuente de la impu- como un arma política nidad que en esas sociedades impera. para sojuzgar y silenBuena parte de estudios demues- ciar a los opositores. tran que la violencia intrafamiliar Es en conmemoración del martirio de las tres es una de las principales fuentes de hermanas Mirabal por impunidad en las sociedades, pues al sicarios del régimen ser la mujer agredida en el dominio de Rafael Leonidas de lo doméstico, sus posibilidades Trujillo, sucedido el de exigir justicia pueden verse dis- 25 de noviembre de
MUJER, VIOLENCIA, IMPUNIDAD
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Consejo
1960, que en 1985 se estableció esta fecha como el día de combate a la violencia contra la mujer. Si aquellas mártires dominicanas lo fueron del terror autoritario del autócrata, la denuncia y el combate han trascendido a todas aquellas formas en que la mujer sea objeto de violencia. Es importante anotar que para la realidad guatemalteca, la violencia que por razones políticas se ejerció contra las mujeres ha sido escasamente denunciada. Muchas son las mártires que marcan el calendario de la violencia contrainsurgente, las que sin embargo Nora paiz cárcamo apenas si ganan algún espacio en la construcción de la memente en un Estado de total impunimoria histórica social, estando casi dad, del que sólo podremos cosechar totalmente omitidas en los procesos mayor criminalidad, mayor violencia de resarcimiento y de búsqueda de y menos equidad. los perpetradores de tales crímenes. Es por ello, que en la Facultad LaPoco hemos hecho los guatetinoamericana de Ciencias Sociales, maltecos para sanar nuestras insFLACSO-Sede Académica Guatetituciones y nuestras prácticas. La mala, hemos dispuesto dedicar todos ausencia de justicia en todos esos nuestros salones de clase y reuniones crímenes nos hunde paulatinaa mujeres que de una u otra manera se identificaron con las luchas y dignificación de su género, estando entre ellas Fantina Rodríguez, primera mujer desparecida de la que se tiene noticia en la ola de violencia que marcó nuestra historia contemporánea. En el nombre y trayectoria de Fantina, FLACSO ha querido rendir homenaje a todas aquellas mujeres que durante las décadas de la represión fueron desaparecidas, torturadas y asesinadas.
a c a d é m i c o d e f l a c s o - g u at e m a l a
Virgilio Álvarez Aragón- director/Oscar López / Marcel Arévalo/Claudia Donis /Virgilio Reyes Simona V. Yagenova /Luis Raúl Salvadó/Edmundo Urrutia S ecretario general de flacso Francisco Rojas Aravena San José, Costa Rica 2
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DIGNIDAD Y CORAJE El sentido de nuestras vidas
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Ileana Alamilla
osotras estamos aquí, sin embargo nos miran pero no nos ven, luchamos, trabajamos afanosamente, proponemos, aportamos, incidimos, construimos y somos parte indispensable en ésta y en cualquier sociedad. Lo que hacemos usualmente queda en el anonimato, a la sombra de lo que hacen otros, lo que decimos repercute si lo repite un hombre, nuestro trabajo no se valora, aunque sea de superior calidad. Somos constructoras de futuro, tejedoras sociales y las protagonistas resilientes de siempre. En la cotidianidad, por diversidad de causas, se presentan todas las formas de violencia hacia nosotras: irrespeto, gritos, golpes; pero también falta de equidad en el pago de salarios y en promoción de cargos, mortalidad materna elevada, abusos, desigualdad, inequidad, violaciones sexuales y, la forma extrema, femicidio, tan vigente en la cotidianidad mediática. Las demás expresiones de estos hechos tipificados como delitos en la Ley contra el Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer, están casi naturalizadas en nuestra sociedad. “Es tu cruz”, le dice la madre a la hija, heredando patrones vergonzosos de relación de pareja. “Servíle la comida a tu hermano y lavás los trastos”, “algo le hizo y por eso le pegó”,”seguramente andaba vestida indecente y lo provocó, y por eso la violó”.
Las anteriores son expresiones para justificar hechos violentos que provocan la reproducción de esa cultura que es necesario modificar. Las mujeres guatemaltecas estamos en constante actividad reivindicativa, unas en demanda de
condiciones idóneas de salud sexual y reproductiva, para reducir los altísimos niveles de mortalidad materna, para que se atienda el problema de las niñas y adolescentes convertidas prematuramente en madres, o los riesgos tremendos de abortos inseguros. Otras, luchan por sus legítimas aspiraciones de participación política. Unas más están defendiendo su cultura, idiomas y cosmovisiones, o su derecho a un trabajo digno. También hay quienes demandan acceso a la propiedad y a la tierra; y unas más quieren verdadera libertad de expresión y de información. Hay una lucha de las mujeres que recién se ha iniciado en nuestro país, en donde el conflicto armado provocó una cauda millonaria de sufrimiento; ellas han quebrando los muros del silencio de manera heroica, han hablado de los crímenes sexuales cometidos en su contra como una estrategia de guerra contrainsurgente impulsada por los gobiernos militares. Fueron humilladas, mancilladas en su dignidad, destruyeron a sus familias, ultrajaron sus cuerpos, sus sentimientos y su espíritu. Ellas decidieron sacar la culpa impuesta a sus vidas y conciencias. Injustamente sintieron vergüenza de lo que hicieron los victimarios y perpetradores de esos crímenes aún no investigados ni castigados. Las sobrevivientes exigen ser escuchadas, reconocidas y respetadas, quieren ser y vivir sin ser señaladas ni estigmatizadas. Esa dignificación, dicen, pasa por reconocerse y ser reconocidas como sobrevivientes de crímenes sexuales. La violación sexual a mujeres en la guerra es una práctica común, producto de las relaciones de poder; fue, en su tiempo, una política de colonización, la han impuesto como forma de marcar territorios, demostrar fuerza y propiedad sobre las mujeres. Irónicamente, esta práctica no es abordada, no se condena y no se reconoce. Una condición indispensable para reparar el daño es el juicio y castigo a los responsables, es decir, pasa por el acceso a la justicia. Las mujeres no queremos ser vistas como víctimas, sino como seres
humanos con igualdad de derechos, hemos luchado toda la vida por este propósito. Demandamos del Estado en primera instancia que cumpla la legislación nacional e internacional que nos rige y honre las razones para las cuales existe. La sociedad entera tiene también que dar su aporte para cambiar mentalidades y actitudes. Todo esto contribuirá a deconstruir los estereotipos y los símbolos, a transformar las relaciones desiguales entre ambos sexos y, sobre todo, a construir un nuevo pacto social sobre bases que busquen la equidad y la justicia social Pero el problema de violencia hacia la mujer no es patrimonio nacional, se presenta en todos los países, por lo que la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha hecho importantes aportes a la causa de las mujeres. La resolución 1325 del año 2000 sobre la mujer, la paz y la seguridad, fue la primera que abordó los efectos de los conflictos armados sobre las mujeres, así como lo que les ocurre durante y después. Instó a las partes en conflicto a adoptar medidas especiales para proteger a las mujeres y a las niñas contra la violencia por motivos de género, en particular la violación sexual y otras formas de abuso sexuales. Una resolución posterior abordó exclusivamente la violencia sexual en los conflictos armados. Reconoció que esa violencia es una cuestión de seguridad y señaló que cuando se utiliza como táctica de guerra contra poblaciones civiles, esto puede constituir un impedimento para el restablecimiento de la paz y la seguridad internacionales. La resolución 1888, del 2009, complementó la anteriormente citada y destacó la importancia de abordar las cuestiones de violencia sexual desde el comienzo de los procesos de paz
y de someter a los responsables a la justicia. La violación ha sido incluida explícitamente como crimen de lesa humanidad en los estatutos de los tribunales especiales establecidos por el Consejo de Seguridad de la ONU, para conocer algunos casos. El Informe de Estado de Población Mundial 2010 reconoció que las mujeres son víctimas de violencia sexual y son utilizadas como arma de guerra. Una vida sin violencia, con equidad y respeto no es una cantaleta de las mujeres, ni es una necedad; es un derecho que debe ser reconocido y aceptado para que nuestra sociedad tenga verdaderamente un rostro humano y que cree condiciones para una redefinición de roles en donde haya oportunidad para todas y todos de decidir y participar y de redefinir el camino del desarrollo. Es deseable que el tratamiento de nuestras agendas en espacios públicos, que la inclusión de nuestras demandas, que la atención a nuestros requerimientos, no sean efímeros, ni recordados en conmemoraciones o usados en discursos demagógicos, esto es cuestión de conciencia, dignidad y justicia. Las mujeres queremos vivir en paz, con dignidad y derechos. Nuestras ancestras han dedicado su vida a estas conquistas. Seguimos sus extraordinarios ejemplos y honramos su vida y memoria.
PROFESORES E INVESTIGADORES EMÉRITOS FLACSO-GUATEMALA Dr. Gabriel Aguilera - Lic. Edgar Balsells Conde - Dr. Santiago Bastos - Dr. Víctor Gálvez Borrell Lic. Mario Aníbal González - Dr. Jorge Solares No. 21, EXTRAORDINARIO/ noviembre 2010
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la no violencia contra las mujeres un acto de justicia con la humanidad
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Yolanda Aguilar Urízar
esde hace aproximadamente diez mil años, la violencia contra las mujeres ha existido como fundamento y síntesis de los sistemas de opresión más arraigados en gran parte de las culturas conocidas desde entonces. La complejidad de este mecanismo, utilizado para ocultar poderes y sabidurías ancestrales de las mujeres, fue afinando sus recursos, actualizándolos y modernizándolos hasta llegar a los niveles de barbarie más sutil y más brutal que conocemos muy bien en la sociedad guatemalteca. Muchas personas –hombres y mujeres–, han creído erróneamente que la violencia contra las mujeres es un problema que las mujeres deben de resolver sin demora, la parte de la urgencia para resolverla es cierta, lo que no es cierto es que sea una tarea sólo de las mujeres. Eso sería tanto como decir que el racismo sea un problema sólo de las poblaciones mayas y garífunas que lo viven, o que la impunidad le corresponde
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erradicarla sólo aquellos que han tenido muertos y desaparecidos o a las madres de las niñas asesinadas por femicidio. No es casual, que hace tan solo 29 años surgiera la propuesta de nombrar el 25 de noviembre como el Día de la No Violencia contra la Mujer, desde el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, por
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hermanas mirabal
un hecho acaecido hace exactamente 50 años: el asesinato de las hermanas Mirabal, en República Dominicana. Naciones Unidas apenas tiene 11 años de haber reconocido éste como el Día Internacional de la No Violencia contra las mujeres. La deuda de la mitad masculina de la humanidad con las mujeres lleva, pues, varios miles de años de retraso. Pero las mujeres hemos internalizado de maneras tan profundas la violencia que la llegamos a reconocer como parte natural de nuestras vidas. En general se ha reflexionado tan poco en la mayoría de espacios sociales acerca de las causas de la violencia contra las mujeres, que es un acto de justicia reconocer la vida, la trayectoria, la participación, el aporte, el empeño de tantas mujeres que con su ejemplo han abonado el camino de otras para que sea menos escabroso el paso. Ejercer la palabra, el derecho, la decisión de ser desde el respeto, desde la libertad y la autonomía, no ha sido fácil para ninguna mujer que conozcamos en la actualidad, menos si se ha nacido en épocas difíciles y se ha dejado huella, como sucede con cuatro mujeres que en esta fecha, 25 de noviembre, FLACSO decidió reconocer. En orden cronológico, Fantina Rodríguez Padilla, Julia Esquivel
Velázquez, Marta Salguero Valenzuela y Margarita Hurtado. Cuatro historias, cuatro diferentes recorridos, distintas experiencias de vida y participaciones diversas. Pero el tronco común que une la enseñanza de estas mujeres es el reconocimiento de su dignidad, de su tenacidad y constancia por salir adelante aún en las situaciones más difíciles que les tocó vivir en la época del conflicto armado. En esta ocasión, cuatro salones del edificio de nuestra Facultad reconocerán de manera permanente el valor y el respeto que convoca la lucha de las mujeres del mundo por la No violencia, la solidaridad entre los pueblos y la lucha cotidiana por la Justicia. No se requiere haber sido violentada directamente, es un acto de justicia humana reconocer que la violencia contra las mujeres se ha ejercido contra éstas, sencillamente por ser mujeres. Es un requisito que todo grupo social, tanto hombres como mujeres, desestructuremos algo de lo que nos violenta o que violenta a otras/otros. La No violencia contra las mujeres nos recuerda que no siempre fue así, pero la desestructuración del sistema empieza por casa. Este 25 de noviembre, empezamos nombrando los legados de cuatro extraordinarias mujeres. Su vida nos compromete con la continuidad del esfuerzo transformador.
Mujeres que han hecho historia
Fantina Rodríguez K. Raxá de León Fantina nació en la ciudad de Guatemala el 17 de julio de 1927, pero para evitar pagar la multa por el retraso de su inscripción en el Registro Civil, su nacimiento fue declarado el día 19 de julio. Hija del pintor Rafael Rodríguez Padilla, fundador de la Escuela de Artes Plásticas de Guatemala, quien se suicidó el 27 de enero de 1929 cuando estaba a punto de ser capturado por el ejército guatemalteco por su participación en el complot contra Lázaro Chacón, el dictador de turno de entonces. Fantina efectuó parte de sus estudios primarios en el internado de la Casa Central, institución administrada por monjas. Estuvo interna allí durante algunos años. Una vez concluida la enseñanza primaria fue enviada como aprendiz a un taller de confección de sombreros. La idea era que en el futuro su hermana se dedicara a hacer vestidos y ella sombreros, pero el asunto fue un fracaso. Ella se decantó por el dibujo, trabajó en la Foto Serra, en el Ministerio de
Martha Salguero
En
el marco de celebraciones del 23 aniversario de fundación de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Sede Académica Guatemala, se procederá a dar el nombre de cuatro mujeres a cuatro de los salones de nuestra facultad. Son mujeres que con sus aportes han contribuido al fortalecimiento de la democracia en el país, pero que por una u otra razón, aún no figuran en la historia reciente. la
Aguas y Cloacas, y se dedicó a leer. Era autodidacta. Después de la Segunda Guerra Mundial conoció por medio de su hermano, el también pintor Juan Jacobo Rodríguez Padilla, al escultor Jorge Adalberto de León Soto, integrante del grupo Saker-ti, y se casó con él. Poco tiempo después Adalberto recibió una beca del gobierno de Arévalo para estudiar escultura en París y para allá partieron, primero Adalberto en 1949, y luego Fantina con sus dos primeros hijos en 1951. Ya instalados en París vinieron al mundo los últimos tres vástagos. Cuando el gobierno de Arbenz fue derrocado la beca fue suprimida, la situación económica se volvió difícil y Fantina optó por regresar con sus cinco hijos a Guatemala. Lo hizo el 14 de junio de 1956. Adalberto se quedó en París con la idea de montar una exposición que no tuvo la relevancia que él esperaba porque fue colectiva y no individual y, tras un periodo de casi locura, se tiró del mirador del Zoológico de París el 14 de junio de 1957. Exactamente un año después del regreso de su esposa y sus hijos a Guatemala. Fue enterrado en París. Fantina, viuda y sin una profesión calificada, tuvo que hacerle frente a la vida con trabajos mal remunerados para sacar adelante a sus cinco hijos. Trabajó como cajera de la consulta externa del Hospital Roosevelt de donde fue despedida porque en los días en que triunfó la revolución cubana su jefe vio una foto de Fidel Castro pegada en la pared de su oficina; después trabajó como correctora de pruebas en una imprenta y como dibujante en otra. Su militancia en
el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT - partido comunista de Guatemala) empezó casi inmediatamente después de su regreso a Guatemala. Su tiempo lo dividía entre su trabajo, su militancia y la atención a sus hijos. Fue capturada por primera vez la noche del 22 de diciembre de 1963 por la judicial (policía vestida de civil) en su casa de habitación. Se la llevaron después de catear la casa. Estuvo ocho meses en la prisión de Santa Teresa. A finales de 1967 o principios de 1968 fue capturada de nuevo, pero esta vez en la sede de la Federación Autónoma Sindical Guatemalteca (FASGUA) en donde ella era secretaria de asuntos femeninos. También en esta ocasión catearon su casa, pero esta vez sólo estuvo un mes en prisión porque Adolfo Mijangos López, amigo de la época parisina y a la sazón diputado en la Asamblea Legislativa, peleó para que fuera liberada rápidamente. La situación política en Guatemala se había degradado mucho y la represión empezaba a manifestarse con más fuerza, así que, al salir de la cárcel, Fantina pasó a vivir en la clandestinidad. Poco tiempo después viajó a la Unión Soviética. Estuvo en ese país de principios de 1969 a septiembre de 1970. De regreso en Guatemala se hizo cargo de una casa de seguridad del PGT ubicada en la zona 7 de la capital guatemalteca. En esa casa, el 26 de septiembre de 1972, fue capturada junto con Ana –que llegaba de vez en cuando a ayudarle en los oficios domésticos– y con los miembros del Comité Central del PGT, Bernardo Alvarado Monzón, Mario Silva Jonama, Hugo Barrios Klée, Carlos Alvarado Jerez, Carlos René Valle y Miguel Angel Hernández,
Martha Elena Salguero Valenzuela (1953-1993). Guatemalteca. Pionera en el ámbito universitario. Primera mujer graduada como licenciada en Relaciones Internacionales, Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos (1983). Integrante del grupo fundador de FLACSO-Guatemala (1987). Fue la primera mujer electa como Directora de la Escuela de Ciencia Política, en 1993. Falleció antes de tomar posesión del cargo.
quienes, de manera intempestiva, habían sido convocados a una reunión con el fin de concretar las actividades que harían el 28 de septiembre, día del aniversario del PGT. El hecho de que esa reunión haya sido convocada a última hora fue la razón por la cual Ana estaba ese día en la casa; no hubo tiempo para pedirle que llegara otro día. Desde entonces todos ellos están desaparecidos.
Margarita Hurtado
Nació en Guatemala, el 26 de junio de 1957. Murió en Guatemala, el 5 de enero del 2010. Se graduó de bachiller en Ciencias y Letras del Instituto Nacional Centroamérica para Señoritas (INCA) y cursó el Primer Año de la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Abandonó las aulas universitarias para comprometerse de lleno en la lucha revolucionaria, en las filas del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP). Fue importante organizadora y dirigente guerrillera, principalmente en la creación y conducción del frente de Huehuetenango. En los años noventa, contribuyó, desde la retaguardia mexicana, al retorno “voluntario, colectivo y organizado” de los refugiados en México al país. Una vez concluido en conflicto armado, retomó su carrera académica, obteniendo la licenciatura en Desarrollo Sostenible por la Universidad URACCAN de Nicaragua y la maestría en Políticas Públicas por la Universidad Rafael Landívar. Fue investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en las Áreas de Migra-
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ciones y de Medio Ambiente. Póstumamente, obtuvo el grado de doctora en Sociología Rural por la Universidad de Wageningen, Holanda. Sus últimas contribuciones académicas fueron su tesis doctoral Petén, ¿la última frontera? Construcción social de una región y Organización y lucha rural, campesina e indígena. Huehuetenango, Guatemala, 1981, un aporte trascendental para las Ciencias Sociales y para la memoria histórica del conflicto armado interno.
JULIA ESQUIVEL
Nace en San Marcos, Guatemala el 3 de mayo de 1930. En 1947se gradúa como maestra de Educación primaria y se convierte en miembro activo de la sociedad juvenil de su Iglesia. Al año siguiente inicia estudios en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala. En 1953 solicita estudiar en el seminario presbiteriano de Guatemala, pero se le niega el ingreso por ser mujer. Sin embargo, en 1953, 1954 y 1956, estudia un diplomado en el Seminario Bíblico Latinoamericano, en San José, Costa Rica, para ejercer el ministerio pastoral.
De 1957 a 1960, ya de regreso en Guatemala, trabaja como profesora de estudios bíblicos, directora de internados y responsable de campamentos para estudiantes de secundaria en el Instituto Evangélico América Latina. En 1961 es promovida al puesto de Directora de secundaria en el mismo establecimiento educativo. Durante las segunda mitad de la década de 1969 se desempeña como docente en diferentes establecimientos de enseñanza de Costa Rica, Colombia y Guatemala. En San José, Costa Rica incursiona en la producción y realización de programas radiales. De 1967 a 1969 hace trabajo voluntario religioso y social con niños y jóvenes con problemas de conducta (delincuentes o niños de la calle). Fundadora de la agrupación “Amigos de los Niños”, en la que en compañía de estudiantes de secundaria y universitarios buscan rehabilitar a estos jóvenes. Entre finales de 1969 y principios de 1970 realiza estudios teológicos en el Instituto Ecuménico de Bossey, en Ginebra, Suiza, donde durante tres meses convive y practica técnicas pedagógicas de recuperación con jóvenes adolescentes delincuentes. De 1970 a1974 dirige el Departamento Cultural de la Junta Evangélica de Servicio Social y Cultural de Guatemala. Produce programas de radio y trabaja con mujeres de áreas marginales. Dirige un proyecto de desarrollo integral en el municipio de San Pedro Ayampuc. En febrero de 1971 recibe amena-
zas del Ministerio de Gobernación del Gobierno de Guatemala, por firmar y publicar un documento llamando al cese de la violencia política (como resultado de esta misma acción, el obispo episcopal William Frey fue expulsado del país). Fundadora y Directora de la revista Ecuménica Diálogo (1970-1980) de reflexión teo1ógica, pastoral, de testimonio y análisis social, lo que provocó en parte su exilio. Viaja regularmente a todo el altiplano, visitando y compartiendo inquietudes religiosas y sociales con comunidades y grupos cristianos. En enero de1976 se le advierte que está siendo buscada por la Policía Militar Ambulante, por haberse entrevistado con las viudas y familiares de los dirigentes de cooperativas cristianas, capturados, torturados y asesinados por el Ejército en julio de 1975. En febrero de 1977 escapa a un intento de secuestro. En 1977 se convierte en cofundadora del Comité Pro-justicia y Paz en Guatemala, que tiene como fin velar por la defensa de los derechos económicos, sociales y humanos de personas y comunidades afectadas por la violencia institucionalizada y represiva en Guatemala. En 1978 continúan las amenazas en su contra, en 1979 se da un nuevo intento de captura por parte de hombres vestidos de civil y fuertemente armados. Aunque en diciembre de 1979 es advertida de los planes del Ejército para matarla, decide quedarse en Guatemala. En febrero de 1980 vive en la clandestinidad para continuar
trabajando. En 1980, después de la masacre de la Embajada de España sale al exilio. De 1980 a 1987 vive en una comunidad monástica en Neuchatel, Suiza. Escribe y da conferencias en Europa, Norte y Centroamérica visitando iglesias, grupos y comunidades cristianas, dando a conocer la situación que por ese entonces vive Guatemala. Apoyada por organizaciones no gubernamentales, como el Consejo Mundial de Iglesias, Pax Christi Internacional, la Federación Internacional de Movimientos de Adultos Rurales Cató1icos y otras con status consultativo en la Organización de Naciones Unidas (ONU), trabaja y participa en las sesiones regulares de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, donde presenta denuncias, informes y aclaraciones sobre masacres, asesinatos, torturas y desapariciones forzadas en Guatemala. Antes de retornar a Guatemala vive y trabaja en Nicaragua y México. En 1989, la Casa Unida de Publicaciones (México) publica su poemario “Florecerás Guatemala”. En abril de 1992 fue editada en Suiza una antología de sus poemas en idioma francés, con el nombre “Cuando Amanezca”. Algunos de estos poemas también fueron publicados en holandés, alemán e inglés. En diciembre de 1994 recibe el Doctorado Honoris Causa en Teología por la Universidad de Berna, Suiza.
Edelberto cumple 80 años
E
Carlos Figueroa Ibarra
delberto Torres Rivas, el más importante sociólogo de Centroamérica, cumple 80 años en estos días. Celebrará su aniversario rodeado de familiares y amigos, del afecto que ha construido a lo largo de sus ocho décadas. En el momento de la celebración, es muy probable que Edelberto continúe con el balance de su vida, inevitable en los momentos crepusculares. Tendrá motivos para sentirse satisfecho. Ha vivido una vida fuera de lo común, vida que dista mucho del lento acontecer en el que transcurren las vidas de la mayoría de la gente. Para empezar tuvo un padre fuera de lo común. Hombre extraordinario fue don Edelberto Torres, insigne mentor de origen nicaragüense a quien los avatares de la vida política, ubicaron en la Guatemala desde los tiempos de Ubico. Autor de varias obras, entre las cuales destaca una erudita biografía de Rubén Darío, no fue casual que los sandinistas perseguidos, asesinados y después triunfantes, le hayan rendido honores. Es muy conocida la foto, tomada en un estudio en la ciudad de México, en la que aparece don Edelberto, al lado de dos muchachos, muy jóvenes ambos. Eran el después fundador y principal animador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Carlos Fonseca Amador y el también después comandante sandinista, Víctor Tirado López. El joven Edelberto Torres Rivas creció en el contexto de la década revolucionaria iniciada el 20 de octubre de 1944. Él y sus hermanas, Myrna y Gracia 6
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Leda, tuvieron el privilegio de vivir una época intensa, la que se observa en los procesos revolucionarios. Así fue como trabaron amistad con un joven argentino, recién graduado médico y cirujano, llamado Ernesto Guevara. Fue en el círculo de amistades y conocidos que hizo Guevara en aquellos años, entre los cuales se encontraban los hermanos Torres Rivas, en donde empezó a surgir el Che, porque fue en Guatemala en donde el después ícono revolucionario adquirió el sobrenombre con el cual se haría mundialmente conocido. Sería la militancia política, iniciada en los años de la década revolucionaria, lo que inclinó a Edelberto hacia las ciencias sociales. En la Guatemala de sus años universitarios, la carrera de sociología no existía, por lo que al igual que otros cientistas sociales, Edelberto se formó en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Su tesis de licenciatura evidenció que el joven abogado en realidad no quería serlo. Su
disertación para obtener el título de Abogado y Notario versó sobre las clases sociales en Guatemala. Por aquellos años, los primeros de la década de los sesenta del siglo XX, Edelberto era un esforzado militante revolucionario. Es ese Edelberto de quien tengo el primer recuerdo. Un día, siendo un niño, me desperté y encontré a un hombre durmiendo en la habitación que yo ocupaba en mi casa. Aquel hombre joven y espigado, de nariz afilada, lentes oscuros y gruesas molduras, vivió en mi casa varios días, evadiendo la persecución política de la que era objeto. Recuerdo muy bien que ocupaba su tiempo jugando conmigo y mis hermanos y de vez en cuando poniéndome apodos… Desde aquellos días a los de ahora pasaron muchas cosas. Salió al exilio y formó parte de las primeras, si no es que de la primera, generación de estudiantes de sociología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Chile. El libro que escribió en aquellos años, Interpretación del Proceso Social
Centroamericano, se convirtió en un clásico de la bibliografía sociológica de la región. Promovió de manera muy importante el desarrollo de las ciencias sociales en Centroamérica, desde el Programa Centroamericano de Ciencias Sociales que funcionó en Costa Rica en los años setenta, desde el Consejo Superior de Universidades de Centroamérica (CSUCA), desde el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y como Secretario General de FLACSO. En el último tercio de su vida, Edelberto decidió regresar a su patria chica, para trabajar con gran vigor en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A lo largo de mi vida como sociólogo he tenido el placer de la coincidencia y discrepancia con Edelberto. El tema de Cuba, de la transición democrática, el de la democracia misma, el de la evaluación del movimiento revolucionario en Guatemala, son algunos de los temas en los cuales he coincidido y diferido de lo escrito y hablado por Edelberto. Pero recuerdo una enseñanza de él
que marcó mi vida. Me la dio de manera informal frente a uno de los edificios de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Era yo a la sazón un joven estudiante de sociología. Me dijo Edelberto: “si querés ser buen sociólogo tendrás que hacer muchas cosas, la militancia te servirá de mucho”. El consejo, que era un autorretrato, lo seguí. Desde entonces comprendí que es posible la objetividad en ciencias sociales, en el sentido de distancia crítica con lo que uno investiga, pero que la neutralidad valorativa es imposible. Que en las ciencias sociales, acaso en todo lo que hace uno en la vida, es necesaria la inteligencia, la disciplina pero también la pasión. Edelberto Torres Rivas ha unido estas tres cosas y todas ellas lo han colocado en un sitio distinguido en la sociología latinoamericana.
Querido Edelberto:
estaba ocurriendo en nuestra patria grande y las ocasionales llamaradas de esperanza que, de a poco, también se colaban en nuestra conversación al recordar que no todo estaba perdido y que quedaba mucho por hacer. Recuerdo, muy particularmente otra ocasión, no sé si en México o en Santiago, todo lo que debatimos en torno a una frase tuya, que tienes en uno de tus escritos, cuando decías, con razón, algo así como que “En América Latina la revolución es hoy más necesaria que nunca, pero está más lejos que nunca.” Esa conclusión es más verdadera hoy que ayer, y todavía sigue siendo una de las ideas rectoras a la hora de interpretar la situación de nuestra región. Y en función de esa necesidad y lejanía a la vez de la revolución discurrimos sobre el papel de los intelectuales, de instituciones como FLACSO y CLACSO, y la posibilidad que los intelectuales y científicos sociales latinoamericanos teníamos de acercar necesidad y posibilidad. Lamentablemente mucho no se ha avanzado, son una legión quienes han depuesto las armas de la crítica y se han rendido al adversario, pero la batalla aún no ha terminado y creo que la acelerada descomposición moral, económica, social y
política del capitalismo latinoamericano hará que más pronto que tarde nuestros pueblos se decidan a tomar el cielo por asalto. Acabo de regresar de México, mi otro país, y vengo profundamente acongojado al ver los estragos que el neoliberalismo le ha infligido en las últimas décadas. No me cabe duda que el México bronco y profundo –es el que saltará a la escena, como lo hiciera un siglo atrás, para poner fin a tan brutal decadencia. En fin, esto debía ser un breve mensaje y no puede convertirse en una ponencia. A tí y a mí nos ha tocado transitar épocas difíciles y complejas de la historia latinoamericana, y no siempre hemos estado de acuerdo en todo. Pero más allá de ello respeto mucho tu intregridad y tu lealtad hacia los grandes principios del socialismo. Y, sobre todo, tu capacidad de diálogo, de escucha, de permanente auto-interrogación, virtudes estas que están en rápida extinción en
los tiempos que corren. ¡Siga trabajando, maestro! Quienes fuimos sus alumnos, en el lejano Chile de finales de los sesenta, sabemos que tiene usted mucho para enseñar.
Gracias al oportuno mensaje del amigo Carlos Figueroa caigo en la cuenta de tu octógesimo aniversario y no quiero dejar pasar la oportunidad sin enviarte un muy fuerte abrazo y mis más sinceras felicitaciones por tu larga y fecunda vida. Me invaden los recuerdos de tantos momentos que compartimos, de muchas discusiones (a veces fuertes) pero siempre profundamente fraternales. Entre esos momentos recuerdo especialmente una larga tarde en mi departamento de la calle Lafinur, en Buenos Aires, a mediados de los años ochenta, alentados por un maravilloso scotch que fue testigo (y agente causal también) de una detalladísima exploración sobre el futuro de América Latina y que recuerdo como una de las conversaciones más interesantes y sugerentes que tuve en mi vida, y que todavía, al día de hoy, te agradezco de todo corazón. Y, la última (por ahora), un sobrio desayuno en un hotel en Guatemala, junto con el amigo Carlos Sarti, en donde oscilábamos entre la nostalgia por las oportunidades perdidas, el fastidio al comprobar lo que
Abrazo fuerte, ¡salud! Atilio Borón
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La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO–Sede Académica Guatemala Tiene el agrado de invitarle al Foro Público
“Discapacidad y Exclusión” Programa:
• Presentación de la Política Institucional de Discapacidad de FLACSO, Sede Académica Guatemala (Unidad de Comunicación Social) • Presentación de hallazgos de la investigación “El Campo de Atención a la discapacidad en Guatemala y sus efectos de exclusión y empobrecimiento” (Anneliza Tobar Estrada, Posgrado Centroamericano en Ciencias Sociales). Comentarios a cargo del Mtro. Oscar López, Coordinador académico de investigación de FLACSO-Guatemala Ponencias: • Las ciencias sociales y los estudios sobre discapacidad, Mtro. Ronal Solís Zea (Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala) • Exclusión educativa, Mtra. Silvia Quan (Defensoría de las personas con discapacidad, Procuradoria de Derechos Humanos) • Actividad cultural a cargo de la Asociación de Ciegos para la Cultura y el Deporte Miércoles 1 de diciembre de 2010, de 9:00 a 11:00 a.m. Auditórium “Rene Poitevin”, 2do nivel 3a. calle, 4-44, zona 10, ciudad de Guatemala
3a. calle 4-44 zona 10, ciudad de Guatemala PBX: 2414 7444
Publicación mensual de flacso-Guatemala
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No. 21 EXTRAORDINARIO/ noviembre 2010