Legados de un Reyno. Número 3

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Legados DE UN REYNO

AÑO 2011 | 8 UJUÉ | 30 NUEVO ALBERGUE DE RONCESVALLES | 38 CIUDADELA DE PAMPLONA | 46 ENTREVISTA Mª CONCEPCIÓN GARCÍA GAINZA | 50 SAN MIGUEL DE CORELLA | 58 SAN NICOLÁS | 64 CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE FITERO | 70 ACTIVIDAD DE LA FUNDACIÓN | 78 SAN PEDRO DE LA RÚA, ESTELLA | 86 DOS VÍRGENES EN EL CAMINO | 90 LA CAPILLA DEL OBISPO | 102 PRESENCIA INSTITUCIONAL | 104 PUBLICACIONES



LEGADOS DE UN REYNO Revista editada por la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra

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ENERO DE 2011 CONSEJO DE REDACCIÓN Pedro Luis Lozano Úriz, Director General de Cultura; Carlos Erce Eguaras, Director General de Turismo; Mª Inés Tabar Sarrías, Directora del Servicio de Patrimonio Histórico; Javier Sancho Domingo, Jefe de la Sección de Patrimonio Arquitectónico; Mercedes Jover Hernando, Jefa de la Sección de Bienes Muebles y Registro del Patrimonio; Begoña López García, Jefa de Gabinete del Departamento de Cultura y TurismoInstitución Príncipe de Viana TEXTOS Helena Salas, Maite Pérez , Javier Muñoz, Sección de Bienes Muebles y Registro de Patrimonio (Departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra), Joaquín Torres, Verónica Quintanilla, Luis Garbayo, José Luis Franchez FOTOGRAFÍAS Luis Prieto, Leopoldo Gil, Larrión / Pimoulier, Joaquín Torres, Verónica Quintanilla, FCPHN, Javier Sancho, Construcciones Zubillaga, José Luis Franchez, Mercedes Jover, Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid COORDINACIÓN EDITORIAL Y DISEÑO KEN IMPRESIÓN Litografía Ipar DISTRIBUCIÓN Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra c/ Navas de Tolosa, 21. 31002 Pamplona Tel. 848 427 121 | Fax 848 427 123 fondo.publicaciones@navarra.es www.cfnavarra.es/publicaciones Depósito Legal: NA-4.020/2008 ISSN: 1889-2434

Archivo General de Navarra c/ Dos de Mayo, s/n 31001 Pamplona, Navarra Tel. 848 424 614 info@fcpatrimoniodenavarra.com www.fcpatrimoniodenavarra.com

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Actuaciones de la Fundación 8-27. UJUÉ. EN LAS ENTRAÑAS DE LA HISTORIA DE NAVARRA 28-29. UJUÉ, CONJURANDO EL VÉRTIGO 30-37. NUEVO ALBERGUE DE RONCESVALLES. COLOFÓN DEL AÑO SANTO JACOBEO 2010 38-45. CIUDADELA DE PAMPLONA. RESTAURACIÓN DEL CAMINO CUBIERTO, CONTRAESCARPA, CONTRAGUARDIA Y REVELLÍN DE SANTA CLARA

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86 46-49. ENTREVISTA CON Mª CONCEPCIÓN GARCÍA GAÍNZA 50-57. SAN MIGUEL DE CORELLA, ESPLENDOR BARROCO 58-63. SAN NICOLÁS. EL BURGO RECUPERA SU LUZ 64-69. RESTAURACIÓN DEL CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE FITERO 70-75. ACTIVIDAD DE LA FUNDACIÓN 2009-10

Otras actuaciones en Navarra 78-85. SAN PEDRO DE LA RÚA, ESTELLA. RESTAURACIÓN DE CUBIERTAS, FACHADAS Y PORTADA

102 86-87. DOS VÍRGENES EN EL CAMINO. SANTA MARÍA LA REAL DE RONCESVALLES Y VIRGEN DE LA O DE PAMPLONA

Otros legados 90-101. LA CAPILLA DEL OBISPO DE MADRID: UNA INTERVENCIÓN INTEGRAL (2005-2009) ••• 102-103. PRESENCIA INSTITUCIONAL DE LA FUNDACIÓN ••• 104-105. PUBLICACIONES DE LA FUNDACIÓN

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INTERVENCIONES DE LA FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE NAVARRA RESTAURACIÓN DE PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

• Catedral de Tudela • Santuario de Santa María la Real de Ujué • Puente sobre el río Salado (Cirauqui) • Puerta de Castilla de Los Arcos • Iglesia de San Saturnino de Artajona • Iglesia de San Nicolás de Pamplona • Claustro del monasterio de Fitero • Albergue de Roncesvalles

INTERVENCIONES ARQUEOLÓGICAS

RESTAURACIÓN DE BIENES MUEBLES

• Excavaciones arqueológicas en la Catedral de Tudela • Intervención arqueológica en El Cerco de Artajona • Cubrición y adecuación del yacimiento arqueológico de la Villa de Las Musas en Arellano • Ciudad romana de Andelos (Mendigorría)

• Catedral de Tudela • Obras vinculadas a la exposición “La Edad de un Reyno” • Obras vinculadas a la exposición “Fitero. El legado de un monasterio” • Conjunto de arquetas que constituyen el tesoro monástico del monasterio de Fitero • Santuario de Santa María la Real de Ujué • Interior de San Miguel de Corella

Portada: clave del pantocrátor de Santa María la Real de Ujué. Interior de portada: detalle de la portada sur de Santa María la Real de Ujué. Página 6: detalle del tornavoz en el muro sur de la nave gótica de Santa María la Real de Ujué.

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E Juan Ramón Corpas Mauleón Consejero de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra y Presidente del Patronato de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra

l Gobierno de Navarra, a través del Departamento de Cultura y Turismo y de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, ha continuado en 2010 su trabajo de protección del Patrimonio Histórico Artístico, la divulgación y la puesta en valor de los recursos culturales de Navarra, desarrollando distintas líneas de actuación. Un compromiso que renovó en la presente Legislatura y que, a pocos meses del final de la misma, ha llevado a cabo, en unas ocasiones desde el propio Gobierno y, en otras, en colaboración con otras instituciones públicas y privadas. Entre los proyectos emblemáticos, cabe destacar la apertura de la iglesia santuario de Santa María la Real de Ujué, rehabilitada como parte del Plan Navarra 2012, y que guarda no sólo una parte importante de nuestro patrimonio arquitectónico, sino también histórico, vinculado a diversas etapas de nuestra historia, entre ellas 1512, fecha que se conmemorará con diversos actos en la Comunidad Foral y que supone la incorporación de Navarra a Castilla lo que da lugar a la unidad de España. Igualmente, este año se ha inaugurado la iglesia de San Miguel de Corella y en el primer trimestre de 2011 se inaugurará el nuevo albergue de peregrinos de Roncesvalles. Se ha realizado la consolidación de una parte del claustro del Monasterio de Fitero. Además, se han rehabilitado los exteriores de la iglesia de San Nicolás de Pamplona y la Ciudadela de la capital navarra. La Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra ha participado también en el Primer Simposio Internacional celebrado en Pamplona y organizado por la Asociación Española de Empresas de Restauración del Patrimonio Histórico ARESPA, cuyas conclusiones dieron lugar al Manifiesto de Pamplona, que marca un hito en el compromiso de los profesionales del sector de la restauración de patrimonio en España. A todos estos trabajos realizados desde la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, se suman otras actuaciones de envergadura llevadas a cabo por el Gobierno de Navarra: la iglesia de San Pedro de la Rúa, en cuyo interior se ha descubierto la cripta de los Mariscales de Navarra, o los trabajos arqueológicos en el yacimiento de la ciudad romana de Santa Criz, en Eslava, o los trabajos de restauración en la fachada de la Catedral de Pamplona, son algunos de los más destacados. Algunas de las actuaciones citadas, albergue de Roncesvalles, Ciudadela, San Nicolás de Pamplona, Catedral de Pamplona o San Pedro de la Rúa en Estella, se han enmarcado dentro de un amplio programa de actividades culturales y turísticas en torno al Año Santo Jacobeo, un año que se cierra en Navarra con un balance positivo en cuanto a peregrinos, 56.080, un 7,04% más que el año 2009 y un 28, 66% más que en el anterior Año Santo 2004. Nuestra meta es seguir trabajando con la misma ilusión para que las generaciones venideras puedan disfrutar del legado que dejaron nuestros antepasados y seguir creando empleo y riqueza en la Comunidad, contribuyendo así a su equilibrio territorial.

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Actuaciones de la Fundación

08-27. Ujué. En las entrañas de la historia de Navarra 28-29. Ujué, conjurando el vértigo 30-37. Nuevo Albergue de Roncesvalles 38-45. Ciudadela de Pamplona 46-49. Entrevista con Mª Concepción García Gaínza 50-57. San Miguel de Corella, esplendor barroco 58-63. San Nicolás. El burgo recupera su luz 64-69. Restauración del claustro del monasterio de Fitero



UJUÉ

EN LAS ENTRAÑAS DE LA HISTORIA DE NAVARRA

TEXTO JAVIER MUÑOZ Y SECCIÓN DE BIENES MUEBLES Y REGISTRO DEL PATRIMONIO. SERVICIO DE PATRIMONIO HISTÓRICO FOTOS LUIS PRIETO

Leyenda, tradición, arte y, sobre todo, historia. La historia de Navarra se agolpa en el santuariofortaleza de Santa María la Real de Ujué, bastión sobre el que los reyes navarros asentaron su Reino. Después de nueve años de duro y continuado trabajo, la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra ha conseguido recuperar uno de los principales monumentos de la Comunidad Foral. Los últimos detalles de la restauración culminarán en 2011. Ahora, entre sus muros se puede volver a escuchar el lejano runrún de voces que pisaron estas tierras hace más de mil años.

PAMPLONA

TAFALLA

Ujué


En la Página 7: Santa María la Real de Ujué, interior del templo después de su restauración. Izquierda: La talla románica de la Virgen de Santa María la Real de Ujué preside el ábside mayor del santuario.

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ipnotizado. Los penetrantes y poderosos ojos almendrados de la Virgen de Ujué llenan de singular sosiego el interior del templo. Sobre una esbelta columna, en el centro del ábside mayor, la imagen de la Virgen ha recuperado su trono. Un trono que ocupa desde el año 1190 y que el 7 de octubre de 2008 tuvo que abandonar momentáneamente mientras se procedía a la restauración interior del santuario-fortaleza de Santa María la Real de Ujué. La Virgen, una de las principales piezas de la escultura románica española y obra cumbre de la imaginería románica navarra, ha encontrado una casa distinta; una casa que ha recuperado la paz después de mostrar los secretos que durante más de mil años ha man-

tenido guardados. Estos secretos han ido apareciendo poco a poco, a medida que los trabajos impulsados por el Gobierno de Navarra a través de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra ahondaban en las entrañas de la historia. Bajo su coraza plateada, la Virgen de Ujué ha visto cómo su iglesia se ha llenado de luz y ha redescubierto el color que originariamente impregnaba la nave gótica. “El camino ha sido difícil, pero el resultado es espectacular”. Con esta frase, que bien podría emerger de la sobriedad románica de la talla, resume el arquitecto Leopoldo Gil Cornet nueve años de incansable esfuerzo; los dos últimos, los de la reforma de interior, ayudado por la arquitecta técnica Alicia Huarte Huarte.

UJUÉ. EN LAS ENTRAÑAS DE LA HISTORIA DE NAVARRA 1. RESTAURACIÓN INTERIOR “La obra es excelente. Ujué no sería nada sin su Virgen. Ella lo es todo” José Luis García Pellejero, párroco de Ujué

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“El camino ha sido difícil, pero el resultado es espectacular. Ha sido increíble descubrir cada estrato de la historia” Leopoldo Gil Cornet, arquitecto del Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra

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Los objetivos de la restauración interior estaban claros: iluminar la iglesia y suprimir al máximo las barreras arquitectónicas. Una vez consolidados los elementos que caracterizan externamente el santuario (torres, galerías, tejados, cubiertas y pasos de ronda), el 2

de marzo de 2009 comenzaron las obras en el interior del edificio. Tras vaciar el templo y proteger los bienes muebles que se iban a restaurar sobre el terreno, se procedió a igualar el nivel de la nave gótica para facilitar la accesibilidad dentro del templo. De he-

cho, tras la intervención llevada a cabo en la década de los años 1980 el templo quedó dividido en tres espacios, con un sinfín de peldaños y barandillas que fraccionaban el espacio interior provocando no pocas caídas y haciendo de la iglesia un espacio incómodo. Al igua-

Imagen del coro y del sotocoro, que integra la pila bautismal románica de la desaparecida iglesia de Benegorri (Valdorba).

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Arriba: la iluminación y la accesibilidad son los elementos claves en la reforma de la iglesia. Se han suprimido las barreras arquitectónicas y el interior se ha convertido en un espacio único e integrado. Derecha: detalle de las basas de los pilares del sotocoro.

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lar el nivel del suelo se han dejado unos pequeños fosos en torno a los pilares del sotocoro y una fosa corrida a lo largo de todo el muro que permite iluminar el espacio desde el suelo y ver las basas de las columnas. Tras enlosar, en el sotocoro se ha instalado la pila bautismal románica de la desaparecida iglesia de Benegorri (Valdorba). Así se cumplían de un solo plumazo los dos objetivos: se convertía el interior del edificio “en una sala única y se conseguía la iluminación necesaria para que la iglesia dejara de estar en penumbra”, señala el arquitecto.

DEL MEDIEVO AL SIGLO XXI La siguiente meta fue adaptar la iglesia medieval al confort del siglo XXI. Para ello se procedió a la instalación de calefacción por suelo radiante, obra que exigía rebajar el terreno de la cabecera románica y actuar en el suelo del atrio de la portada sur, ya que los conductos de agua parten de la sala de calderas situada en la casa parroquial. Bajo el suelo del atrio, las excavaciones arqueológicas descubrieron diversos enterramientos del siglo XVIII y dos sepulturas medievales; en una de ellas el ente-


Portada sur El único elemento singular que quedará por restaurar en el santuario de Ujué será la puerta principal del templo, su portada sur. Se trata de uno de los elementos más característicos del conjunto arquitectónico y una de las portadas más sobresalientes del gótico navarro, comparada con la Puerta Preciosa del claustro de la Catedral de Pamplona. Sagarte ha realizado el estudio de conservación. Los relieves en piedra se encuentran muy alterados por estar expuestos a las inclemencias meteorológicas. La actuación ha comenzado con la documentación de los revestimientos en superficie, de las patologías y en el análisis científico de muestras de revestimiento. También ha comprendido la realización de pruebas de limpieza por diferentes sistemas (mecánico, químico, láser y proyección de abrasivo seleccionado), pruebas de consolidación y de entonado. Estos estudios previos serán el soporte técnico en el que sustentar los criterios de actuación en la fase de restauración. Blanca Sagasti explica que “la calidad artística de la portada y su alto valor histórico hacen necesaria una intervención de urgencia. Hay que considerar que los daños existentes son focos potenciales de generación de nuevos daños”.

Detalle de las excavaciones realizadas en el atrio de la portada sur, que dejaron al descubierto dos sepulturas medievales.

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rrado portaba una vieira, el símbolo del peregrino a Santiago. Por su parte, las excavaciones arqueológicas realizadas en la cabecera románica dejaron al descubierto los trazos de la histórica iglesia prerrománica (finales del siglo VIII) sobre roca. Mercedes Unzu, del Gabinete Trama, explica que “al analizar los cimientos de los ábsides de la iglesia románica se pudo comprobar que se asentaban directamente sobre una construcción más antigua, la cabecera del santuario prerrománico. Una cabecera recta y tripartita, con un ábside central con una anchura interior de 3,40 metros y 2,80 metros de desarrollo”. Estos trabajos arqueológicos también localizaron nueve sepulturas de inhumación (siglos IV y VI) anteriores a la construcción de esta iglesia prerrománica, orientadas de este a oeste con los pies ha16

cia delante, “una práctica ya constatada en las necrópolis romanas desde el siglo II”, indica Mercedes Unzu. Las sepulturas se disponen de forma ordenada y respetan el espacio que ocupaba una pequeña construcción más antigua, que se encuentra situada entre el ábside central y el ábside de la Epístola. En los niveles inferiores, en contacto con el nivel geológico de roca arenisca, se han localizado estratos de época romana, materiales con dataciones que llegaban hasta el siglo V. En esta excavación también se hallaron algunas monedas fechadas hacia la segunda mitad del siglo XIV. Según comenta el arquitecto, el momento más interesante de la restauración interior ha sido la “excavación de la cabecera románica. Yárnoz Larrosa la había dejado intacta (hizo unas catas muy respetuosas) y ha sido increíble descubrir cada estrato de historia”.

Arriba: las excavaciones realizadas en la cabecera del templo han permitido asegurar la existencia de una iglesia prerrománica de finales del siglo VIII. Abajo: también se encontraron nueve sepulturas pertenecientes a los siglos IV y VI.


CLAVES Y PINTURAS Mientras se realizaban los trabajos en la cabecera, se procedió a la limpieza y restauración de las claves de las bóvedas de la nave gótica. Este trabajo se ha convertido en un interesante elemento de información histórica. Las dos claves del coro ofrecen un relieve figurativo en altorrelieve y con bastante policromía. La primera de estas claves es una bella imagen gótica de la Virgen con el Niño sobre su rodilla izquierda. La Virgen sostiene un lirio y el Niño una bola. La otra es el pantocrátor (Cristo sentado con el Evangelio abierto en una mano y bendiciendo con la otra) a cuyo alrededor se encuentran los símbolos de los cuatro evangelistas. Estas claves se han reproducido en 3 dimensiones y se mostrarán a los visitantes de manera didáctica. Las claves del resto de la nave se encuentran en bajorrelieve y con una policromía testimonial. Parece ser que su autoría tiene cierta relación con los maestros de la Catedral de Pamplona. En una de las claves aparece un escudo que según el historiador Javier Martínez de Aguirre pertenece al rey Luis I el Hutín; el escudo está flanqueado por dos palomas, un guiño a la tradición etimológica de Ujué desde Uxoa o Uxua (paloma , en euskera).

Arriba: la actuación ha permitido recuperar la policromía de las claves de las bóvedas de la clave gótica, una de las principales fuentes de información histórica del templo. En la imagen, la clave representando a la Virgen con el Niño. Abajo: tres técnicos de la empresa Sagarte restauran la clave del pantocrátor.

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Blanca Sagasti Lacalle, de la empresa estellesa Sagarte, ha llevado a cabo las labores de coordinación de la restauración interior. Tras las obras llevadas a cabo en el año 1952, tan sólo se salvó parte de la pintura mural situada en el coro y que estaba oculta por la caja del órgano. Se trata de pinturas murales góticas muy al gusto de la época. Constan de tres escenas enmarcadas, en desarrollo horizontal, que ocupan una extensión de 160 x 430 centímetros (alto x largo). En el registro izquierdo se representa “El encuentro de los Tres Vivos y los Tres Muertos”, escena identificada por la doctora Clara Fernández-Ladreda. En la escena principal aparecen tres personajes a caballo. De la escena de la derecha únicamente se conservan esbozos de lo que pudo ser un paisaje, con tallos rojos ondulantes e impronta de vegetación. La escena está enmarcada por una banda en tonos rojos dividida con línea blanca y negra. El la banda inferior se lee el nombre del artífice, Martinet de Sangüesa. Las pinturas murales del coro desvelan la presencia, junto a la Virgen sedente, de dos escudos con dos lobos andantes en campo rojo. Javier Martínez de Aguirre los identifica como escudos de la familia Gurrea, importante linaje aragonés, dos de cuyos miembros fueron abades de Montearagón (el priorato de Ujué dependía de ese monasterio): “Esos abades fueron Eximio de Gurrea, entre 1327 y 1353, y Pedro López de Gurrea, de 1353 a 1359. Los escudos allí pintados demostrarían que la iglesia gótica de Ujué estaba ya en pie cuando se pintaron, de lo que se derivaría su construcción antes del reinado de Carlos II”. Sagarte también ha restaurado la sillería del coro, ha coordinado la restauración de la reja renacentista del siglo XVI que separa la cabecera románica, donde reside la talla de la Virgen, de la nave gótica; y la arqueta de madera de roble policromada que contiene el corazón del rey navarro Carlos II. 18

Arriba: pintura mural situada en el coro de la iglesia, fechada posiblemente en el siglo XIV. Abajo: sillería de estilo rococó del año 1774 que tras la restauración se ha centrado en el paramento del coro.


LA LUZ En la iglesia de Ujué, todas las instalaciones de calefacción, electricidad, iluminación, megafonía y seguridad son nuevas. Pero, sin duda, la luminosidad es la nota característica de esta restauración. Con el objetivo de recuperar el templo original, se limpiaron las paredes y las bóvedas. Se picaron todas las juntas de cemento de la piedra y las llagas se rejuntaron con mortero de cal hidráulica. La piedra se ha igualado y ha ganado en luminosidad. Junto a este trabajo, esta nueva luz que presenta Ujué se ha conseguido gracias al adecuado uso de la iluminación eléctrica, que llega a todas y cada una de las partes mostrando el templo y sin estorbar su historia. El arquitecto no duda en afirmar que “la iglesia ha dejado de estar en penumbra. Ha adquirido una luminosidad tremenda. Nosotros nos hemos dedicado a recuperar lo que existía y permitir que el edificio siga contando su historia”. De hecho, el visitante, con un leve vistazo, podrá ver claramente en la cabecera las trazas de un ábside y la cruz románica al exterior del templo gótico y por la cual se iluminaba de manera natural la talla de la Virgen. Igualmente, las restauraciones del púlpito, el retablo de la Vera Cruz y los catorce pasos de la Pa-

sión de Cristo han llenado de color el recinto. El párroco de Ujué, José Luis García Pellejero, se muestra muy agradecido por una restauración que culminó el 20 de abril de 2010 con el regreso de la Virgen después de año y medio en la Catedral de Pamplona: “La obra es excelente, pero Ujué no sería nada sin su Virgen. Ella lo es todo”. Aún hipnotizados por la nueva luz de Ujué, reflejada en la mirada de la Virgen, salimos de la iglesia por su puerta principal. Sin querer irnos del todo, volvemos la vista hacia el interior y topamos en la propia puerta con las imágenes del sol y la luna (recuperadas tras levantar las capas de pintura), dos símbolos iconográficos ya plasmados por el evangelista San Juan en el capítulo doce del Libro del Apocalipsis: “Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. ¿Despedida o bienvenida? Mientras los pasos se abren camino entre las empinadas calles de la villa de Ujué, un ligero cosquilleo nos recorre el cuerpo. Las dentadas almenas de la torre de los picos nos despiden en el punto exacto en el que las primeras estribaciones de los Pirineos se funden con los paisajes de la Zona Media y la Ribera.

“La iglesia ha dejado de estar en penumbra. Ha adquirido una luminosidad tremenda”

La luz es el elemento diferenciador en la restauración de la iglesia de Ujué. La iluminación eléctrica se integra en el recinto. La vista atraviesa las lámparas, que permiten apreciar los detalles artísticos e históricos del templo.

Leopoldo Gil Cornet, arquitecto del Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra

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La casa parroquial acogerá a los visitantes y permitirá a las personas con movilidad reducida acceder al santuario a través de un ascensor.

UJUÉ. EN LAS ENTRAÑAS DE LA HISTORIA DE NAVARRA 2. LA CASA PARROQUIAL

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a última actuación está centrada en el conjunto de Santa María de Ujué ha estado centrada en la restauración y rehabilitación de la casa parroquial, de origen gótico. Las obras se han desarrollado en su totalidad durante el año 2010 y está previsto que concluyan para el mes de abril de 2011. La casa parroquial se abre desde el aparcamiento de la plaza Íñigo Arista, en plena ruta del vino de Navarra, y será el edificio que permita acceder al santuario a todas las personas con movilidad reducida o incluso en silla de ruedas. La casa contará con un ascensor que recorrerá sus tres plantas.

Desde la segunda se podrá acceder al atrio de la portada sur y, de aquí, al santuario. El edificio fue construido en el último cuarto del siglo XIV, por mandato de Carlos II, y desempeñó distintas funciones como residencia real, casa prioral, depósito de pechas… El área objeto de intervención arqueológica coincidía con el espacio ocupado por un edificio que se anexionó en época moderna a la casa prioral. Tenía planta trapezoidal y una superficie aproximada de 55 m². A juzgar por la naturaleza de la construcción, por su situación y por los restos hallados, “podría tratarse de un pequeño horno de fundición de bronce, que pudo responder a una necesidad puntual, probablemente en relación con alguna de las numerosas reparaciones de las campanas”, indica Mercedes Unzu, del Gabinete Trama. El momento de ocupación más antiguo en el área objeto de intervención arqueológica estaba relacionado con una de las viviendas medievales que formaron parte del caserío de Ujué, con anterioridad a las reformas emprendidas por Carlos II en la iglesia de Santa María y en su entorno más próximo. El material cerámico recuperado está en relación con su último período de uso. Se han catalogado fragmentos de ollas de borde exvasado, cuerpo globular y fondo plano o ligeramente convexo, así como jarros con vedrío que presentan decoraciones molduradas, de incisiones paralelas o de botones aplicados, fechados en los siglos XIII-XIV. Materiales de similares características también se hallaron al retirar los peldaños de la escalera de acceso a la vivienda; junto a ellos se encontró un óbolo de Sancho VII el Fuerte (1194-1234).


La construcción se caracteriza por su complejidad espacial, ya que para adaptarse a la fuerte caída del terreno dispone de varios niveles con accesos independientes. Esta característica permite que se desarrollen en el mismo edificio distintos usos. La planta baja de la casa parroquial será el punto de información y acogida a visitantes y el lugar de acceso para personas con movilidad reducida. La planta primera acogerá una sala de exposiciones (posiblemente el tesoro de la iglesia de Ujué) y a través del segundo piso se accederá al atrio. El edificio cuenta con una tercera planta que será la vivienda parroquial y sala de calderas. El avanzado estado de deterioro en el que se encontraban los distintos forjados y las exigencias de la normativa vigente en materia de seguridad estructural obligaron a desmontar todos los forjados y los pilares. Los muros han sido consolidados y saneados. Debido a la topografía del lugar, la planta baja y parte de la planta primera tienen los muros norte y oeste contraterreno. Para evitar las filtraciones de agua y las humedades en los muros se han realizado zanjas perimetrales de drenaje. La casa parroquial conseguirá que Ujué sea un santuario completamente accesible. El objetivo era “abrir la iglesia al público, ya que también es un museo que contiene gran parte de la historia de Navarra”, reconoce el arquitecto. El párroco de Ujué coincide en esta apreciación: “Es muy importante que estos edificios estén abiertos al público todo el día, tanto por el aspecto histórico, como por el culto a la fe, y que todas las personas puedan conocerlos con la máxima comodidad posible”.

Nueve años de incansable trabajo CON LA REAPERTURA AL CULTO DE LA IGLESIA, EL 24 DE ABRIL DE 2010, CULMINARON LOS TRABAJOS DE REHABILITACIÓN QUE HAN AFECTADO A TODO EL CONJUNTO MONUMENTAL DE UJUÉ Es hoy un día de fiesta grande para Ujué, para toda la Zona Media de Navarra, que tiene en esta localidad y en este santuario una de las referencias culturales y espirituales de mayor profundidad y arraigo; y para toda Navarra, en cuya historia y en cuyo patrimonio artístico, Ujué ocupa un singular puesto de honor.

MIGUEL SANZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE NAVARRA

Al acto religioso, presidido por el obispo de Pamplona, asistieron, además del presidente del Gobierno de Navarra, el consejero de Cultura y Turismo y presidente del Patronato de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, Juan Ramón Corpas, representantes del Parlamento de Navarra, autoridades regionales y locales, y una nutrida representación del pueblo de Ujué.

2001 La primera actuación se realizó en la torre de los Picos o torre de Campanas. La torre se encontraba en muy mal estado y se vació por dentro. Se instaló una escalera de caracol (con 103 peldaños) para llegar a las almenas a pie llano, se crearon rellanos para descansar y se abrieron los arcos cerrados. 2002 Se desmontaron todas las almenas movidas y se fijaron con varillas de acero inoxidable. Se reparó la instalación eléctrica de las campanas y se dotó a la torre de una sencilla iluminación que permite transitar por ella de no-

che. La primera fase también se centró en la consolidación y restauración de la galería gótica o galería de poniente situada a los pies de la iglesia. Se retiró la teja árabe del tejado, se picó la capa de mortero que servía de asiento a la teja y se desmontaron las tablas deterioradas del alero. El artesonado de madera (tabla y cabios) se limpió con chorro de polvo de sílice a muy baja presión. 2005 Se inició una nueva fase de intervención para realizar la restauración de los tejados de todo el monumento. Dada la magnitud de la obra, este trabajo se realizó en varios años. En primer

lugar se restauró el tejado más alto, el que cubre la nave gótica y el tramo recto de la cabecera románica. También se intervino en el tejado del pórtico norte. Los trabajos llevados a cabo en la torre sudoeste, llamada de Cuatro Vientos (levantada en la segunda mitad del siglo XIV), estuvieron encaminados a facilitar y hacer más seguro su acceso. Asimismo, se impermeabilizaron las terrazas del paso de ronda que discurre por encima de la portada principal. Igualmente se intervino en la casa del sacristán para crear un acceso directo a la torre y organizar un espacio de recepción para los visitantes del monumento. Desde aquí está previsto contar, en el paseo de los ábsides, con un paso elevado para apreciar los capiteles y sentarse en los ventanales. 2006 Continuaron los trabajos de restauración de la cubierta de la nave, del triple ábside semicircular (impresionante por su robustez y tamaño) y de las dependencias del atrio norte relacionadas con ellos, tales como pasos de ronda, torres con sus escaleras, espacios bajo cubierta y sacristía. 2007 Después de haber restaurado la totalidad de los tejados, se completó la restauración de las torres sureste y noroeste y se concluyó la cubrición y cierre del paso que comunica el atrio norte con la galería de poniente. También se adecuaron los pasos de ronda, los espacios que quedan bajo la cubierta, la casa del sacristán y la sacristía, para que todos ellos sean accesibles y puedan ser visitados por el público. También se consolidó el muro que conforma el paso que rodea los ábsides desde el pórtico norte hasta la casa del sacristán. 2009 La última fase comenzó en el año 2009 con la restauración del interior del santuario y los trabajos en la casa parroquial.

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UJUÉ. EN LAS ENTRAÑAS DE LA HISTORIA DE NAVARRA 3. EL AJUAR MUEBLE

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os tratamientos de conservación y restauración ejecutados durante los años 2009 y 2010 en un conjunto de bienes muebles del santuario de Santa María la Real de Ujué se enmarcan en la intervención integral que ha impulsado en dicho templo el Gobierno de Navarra a través de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra. El santuario de Santa María la Real de Ujué es un fascinante espacio de origen medieval, de compleja lectura, fruto de su dilatada historia material. La actuación que acaba de concluir lo ha convertido en un templo para el siglo XXI, diáfano, luminoso, funcional 22

y minimalista, en lo que a su ajuar litúrgico se refiere. Listo para una época en la que además de su primigenia, innegable e insustituible función de culto, va a actuar asimismo como bien de disfrute cultural y polo de atracción turística. La sociedad navarra lo eligió en 2008 como una de las diez Maravillas de Navarra. Debemos este interior desornamentado y con la piedra vista, a las intervenciones ejecutadas a lo largo del siglo XX, que consideraban el exorno de retablos, lienzos y tallas, principalmente barrocos, un enmascaramiento de la singular arquitectura medieval. Importantes fotografías antiguas nos

dan a conocer el estado de este interior en diferentes momentos, poniendo de manifiesto que en aras del uso y la función del templo, el culto a Santa María la Real de Ujué, la celebración del credo cristiano y la manifestación de devociones tanto antiguas como más modernas, el santuario se fue vistiendo, para adecuarse a la espiritualidad de cada momento. Desde la mirada que considera el monumento como la suma de todos sus integrantes, a la hora de intervenir, la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra no ha dudado en actuar sobre los bienes que permanecían en el templo: la

talla románica de Nuestra Señora Santa María la Real de Ujué; el cofre del Corazón de Carlos II; las rejas del siglo XVI; el retablo renacentista de la Virgen del Rosario, así como sobre el conjunto barroco que integran la talla de San José, la sillería de coro, el facistol y tornavoz, y el retablo de la Vera Cruz, algunos de los cuales permanecían desmontados y en almacenes de la casa prioral desde las intervenciones realizadas en el santuario a mediados del siglo XX. Este patrimonio mueble ha sido recuperado y estas devociones se presentan renovadas a todos los fieles que acudan a Ujué.


Esta intervención ha arrojado importantes novedades sobre la imagen, descubriéndose que estuvo policromada en origen y que los escudos de Navarra y Evreux son de cristal dorado y policromado, y no esmaltes como se mantenía hasta ahora.

1.

Santa María la Real de Ujué Segunda mitad del siglo XII. Madera tallada y policromada en origen y posteriormente revestida con forro de plata, enriquecido con medallones y cristales pintados en el siglo XIV. Renovada por Juan García en 1952. 91 cm Trono 141 cm de altura. Esta importante talla mariana, objeto de gran devoción desde antiguo, todos sabemos que el mismísimo rey de Navarra Carlos II ordenó que tras su muerta su corazón reposase junto a esta Virgen es, precisamente por eso, una de las imágenes románicas que nos ha llegado más alterada. Si la Casa Evreux enriqueció en el siglo XIV la imagen románica de madera policromada de la segunda mitad del siglo XII, cubriéndola de plata y enriqueciendo su sede con varios medallones de plata y escudos de Navarra y Evreux, es la intervención de 1952 la que ha marcado su aspecto actual. Ejecutada por el orfebre madrileño Juan García con motivo de su repristinación para la coronación canónica de la imagen que tuvo lugar el 8 de septiembre de dicho año, por encargo de la Institución Príncipe de Viana, y con el apoyo entusiasta de todos los devotos de

Ujué y regida por los criterios imperantes en el momento, fue muy invasiva y alteró notablemente su aspecto medieval, creando el icono que es desde entonces la Virgen de Ujué. Nuevas son las orlas de las vestiduras que llevan Madre e Hijo, el friso de flores cuadrilobuladas que recorre los límites inferiores y laterales de la sede en la que se sientan –copiado de la decoración del Cristo de Monjardín– y nuevas son las coronas y el respaldo de remate semicircular que actúan de trono de la Virgen con el Niño, constituyendo un elemento que resalta una imagen concebida como trono de la sabiduría. En su trasera aparecen inscritos cuantos ayuntamientos y fieles contribuyeron con sus óbolos a esta reforma. La imagen presentaba un buen estado de conservación, si bien debido al paso del tiempo la plata estaba sucia y oscurecida, los me-

tales que conforman la aureola de la trasera se habían deteriorado y las carnaciones, rostros y manos, las únicas partes que no están recubiertas de plata, ofrecían pequeños levantamientos y riesgo de desprendimientos de las capas de policromía. El 7 de octubre de 2008, coincidiendo con el cierre del santuario por el inicio de las obras en su interior, la talla fue trasladada al presbiterio de la Catedral de Pamplona, donde ha permanecido junto a Santa María la Real de Pamplona, imagen que constituye el

modelo del que deriva, siendo objeto de gran devoción, también en el primer templo de Navarra. En este marco se ha efectuado un tratamiento de conservación consistente en una suave limpieza, fijación de estratos de policromía con riesgo de desprendimiento, estucado y reintegración de lagunas, en lo que se refiere a las carnaciones y una limpieza de los metales, con la finalidad de frenar el deterioro de las carnaciones y mejorar su aspecto. La actuación ha sido totalmente respetuosa con la imagen que la historia nos ha legado. 23


2.

Cofre del corazón de Carlos II Maestro Jaymet pintor. Carpintero Aparicio. 1406 Madera de roble policromada. 26,5 x 26,3 x 25,7 cm

Una sencilla caja cúbica de madera policromada encierra no sólo el órgano que mientras latía daba vida a uno de los monarcas más destacados de la Casa de Evreux en Navarra, Carlos II (1349-1387), sino a uno de los más devotos de la Virgen de Ujué que se ha conocido, ya que por vía testamentaria dispuso que su corazón permaneciera por siempre junto a ella. Pieza de gran sobriedad y sencillez, 24

junto a varias inscripciones góticas, en un marco de reducida paleta cromática (tan sólo los colores azul, amarillo y rojo, junto al blanco y el negro) al lado de los emblemas heráldicos del rey y las armas de Navarra, destaca un gran corazón, elemento parlante que revela su función y da a conocer su contenido. Dentro, en una urna de cristal sostenido por tenantes de carácter historicista ejecutada en el siglo XX, se conserva la víscera regia. Un fragmento de la primitiva reja románica del santuario cierra el pequeño nicho que aloja este cofre. A cofre y reja, que se protegieron durante el proceso de obras en el interior, se les ha aplicado el tratamiento de conservación y restauración que requerían, consistente fundamentalmente en limpieza superficial, sentado de color y capa de protección final para la caja gótica y tratamiento anti-óxido para la reja románica.

3.

Retablo renacentista de la Virgen del Rosario 1557, Primer Renacimiento. Pintura al óleo sobre tabla. Segunda mitad del siglo XVII. Escultura de bulto redondo policromada.

Cuando en los años ochenta el Catálogo Monumental de Navarra realizó el trabajo de campo correspondiente a Ujué, se catalogó y fotografió desmontado en la casa parroquial un pequeño retablo renacentista de pintura sobre tabla,

que acogía en su nicho central a la talla barroca de la Virgen del Rosario. Las escenas pintadas muestran a San José, San Joaquín, Santa Apolonia y Santa Bárbara. En la década de los noventa, un párroco restaurador lo sacó de su olvido, instalándolo en el ábside sur, presidido por la talla romanista de un Evangelista, datada en la segunda mitad del siglo XVII. Allí permaneció hasta la actual reforma, siendo restaurado en 2010 para ocupar el muro de cierre más septentrional del ábside sur. Su estado en 2010 no era bueno, presentaba una limpieza irregular de hacía unos años, problemas de estabilidad del soporte y riesgos de desprendimiento de las capas de policromía. En la intervención que un taller especializado ha realizado en Pamplona en 2010 se ha actuado sobre estas patologías, aplicándole un riguroso tratamiento integral de conservación y restauración.


4.

Rejas del siglo XVI Finales del siglo XVI. Hierro forjado, dorado y policromado.

El culto ha tenido siempre algo de oculto, y en esto las rejas han jugado un papel fundamental, impidiendo el acceso a la zona del altar, la más reservada, aquella en la que se celebra el misterio de la Misa y en la que se custodian los bienes más preciados: la reserva eucarística, las reliquias y las tallas de devoción más valiosas. Ujué siempre tuvo rejas, ya que además de la actual gótica se conservan algunos fragmentos de una anterior románica. Además en este caso, las rejas que cierran el presbiterio acentúan la especial articulación espacial

y constructiva, separando realmente la cabecera de un románico temprano de la gran nave gótica. Este artístico cerramiento en el que sobresalen las elaboradas cerraduras cuajadas de decoración gótica, con simbolismo mariano en la central, estuvo en origen dorado y policromado a base de verdes y azules. De este acabado, apenas nos han quedado algunos restos, que ahora se han fijado y limpiado. El estado de conservación de las rejas, que a lo largo de estos siglos ha sufrido alteraciones, con retirada de elementos originales y añadidos o sustitución de otros, era bueno, presentando la suciedad propia del paso de los años y algunos puntos de corrosión debido al efecto de la humedad en el soporte de hierro en el que están construidas. In situ, un taller de restauración especializado ha procedido a un tratamiento de conservación y restauración consistente en una

limpieza de hierro, la aplicación de un tratamiento pasivador de óxidos incoloro y una película de protección final transparente.

5.

Talla barroca de San José Segunda mitad del siglo XVII. Barroco. Madera dorada y policromada. 69 cm

Identificada como tal por el Catálogo Monumental de Navarra, en 1985 se encontraba almacenada en dependencias parroquiales. Su recuperación ha sido motivada por el deseo de que al actuar como centro del ábside sur románico, se propicia un equilibrio en la cabecera del templo, estando el sagrario que

diseñó Yárnoz en 1952 en el ábside del lado del evangelio, la talla de Nuestra Señora la Real de Ujué en el ábside central y esta talla en ábside del lado de la epístola. Constituye una imagen de bulto redondo que ha sido cortada, lo que hace suponer que presentaba graves daños en su parte inferior. Quizá perteneció a alguno de los retablos barrocos que tenía antes el templo. En un taller especializado de Pamplona se le ha sometido a un tratamiento de conservación y restauración que ha consistido en la limpieza de la talla, la consolidación del soporte, el sentado de las capas de policromía, la reintegración cromática de lagunas y la aplicación de una capa final de protección. Es indudable que su tratamiento y recuperación significan garantizar la conservación de una hermosa talla barroca y propiciar el regreso de la devoción al santo esposo de la Virgen. 25


6.

Retablo barroco de la Vera Cruz Principio del siglo XVIII. Barroco. Madera dorada y policromada.

Fotos antiguas muestran este retablo de medianas dimensiones ocupando la parte más al norte, lado del evangelio, del muro de cierre de la cabecera románica. No era el único en este gran testero, pues las mismas fotos documentan una pareja de retablos de cuerpo único de columnas salomónicas ante los pilares en los que descansan los gran26

des arcos de medio punto que cierran la cabecera. Constituye un retablo barroco, del primer tercio del siglo XVIII, de cuerpo único flanqueado por columnas salomónicas, que se alza sobre banco y remata en una gran placa de follaje que acoge los símbolos pasionarios. Flanqueando al Crucificado están las tallas de Santa Elena, devota creyente que en el siglo IV buscó y encontró la Vera Cruz de Cristo, y su hijo Constantino, que la adoptó como signo, cambiando con su conversión al Cristianismo la historia de la humanidad. Esta devoción está presente en Ujué a través de este retablo. Este retablo fue desmontado a mediados del siglo XX y el Catálogo Monumental de Navarra lo vio almacenado en la casa parroquial de Ujué en los años ochenta. Su

reposición en el muro norte de la gran nave gótica significa, no sólo garantizar su mejor conservación y dar a un espacio medieval parte del brillo y suntuosidad que siempre ha buscado y tenido, sino devolverle su uso y su función, ponerlo al culto. Su estado de conservación era regular. Presentaba una importante falta, ya que había desaparecido una de las columnas torsas que articulan este mueble litúrgico y que ha sido reproducida según su pareja. El tratamiento de conservación y restauración aplicado en Taller especializado en Pamplona ha consistido en la limpieza y consolidación del soporte lignario, sentado de las capas de policromía, reintegración cromática de lagunas y aplicación de capa final de protección del retablo y frontal de

altar, así como la reproducción, dorado y policromado de la columna salomónica faltante.

7.

Púlpito y tornavoz barrocos Vicente Frías. Primera mitad del siglo XVIII. Barroco. Madera dorada y policromada.

Como pieza importante para transmitir la predicación, elemento fundamental en el culto cristiano, Ujué se dotó en la pri-


UJUÉ. EN LAS ENTRAÑAS DE LA HISTORIA DE NAVARRA. EL AJUAR MUEBLE

mera mitad del siglo XVIII de un púlpito y tornavoz barrocos. El estado que presentaban era regular, y la primera actuación ejecutada en ellos fue su retirada, ya que era necesario actuar en el muro en el que estaban empotrados. Tras su traslado a taller especializado en Dicastillo, el tratamiento consistió en la limpieza y reconstrucción de volúmenes perdidos, el rearmado del bien para dar consistencia a la madera que constituye su soporte y en la recuperación de la brillante policromía original rococó que había sido ocultada por una repolicromía moderna. En primavera de 2010 ambas piezas fueron repuestas en su lugar de origen en el muro sur de la gran nave gótica ujuetarra, construyéndose una nueva escalera de acceso al púlpito.

8.

Sillería de coro rococó Manuel Martín de Ontañón y Juan Antonio de Bescansa. 1774 Barroco rococó. Madera de nogal, roble y pino.

Aunque en las celebraciones de hoy en día no siempre es así, la música ha sido un elemento fundamental en el culto litúrgico. Uno de los instrumentos más completos y hermosos es la voz humana que bien pronto sonaba

agrupada en coros. Ello explica la presencia de sillerías corales no sólo en catedrales o abadías sino en parroquias y santuarios, ya que el mejor culto estaba siempre acompañado de música. Esta de Ujué sustituye a una anterior, que estaba muy deteriorada a finales del setecientos. La sillería de coro de Ujué, con 23 sitiales entre los que destaca el central, reservado al prior, es una notable pieza rococó, que sobresale por la riqueza de su ciclo iconográfico, al estar dedicada por entero a la Vida de la Virgen, hecho perfectamente coherente con el santuario mariano donde está. Este mueble litúrgico presentaba un buen estado de conservación, ya que había sido restaurado en 1999. En el marco de las últi-

mas obras llevadas a cabo en el interior de Ujué, y con motivo de la retirada del órgano de fachada neogótica, dado que el instrumento se encontraba en mal estado y fuera de uso, se hizo evidente el notable desplazamiento de la sillería respecto del eje central del coro alto. Se consideró necesario el desmontaje y traslado de la sillería para ser centrada con el óculo que actúa como fuente de luz a los pies del templo. Ello propició un nuevo tratamiento de conservación y restauración que ha consistido en su nuevo asentamiento y armado, limpieza superficial y protección final. El conjunto se completa con un gran facistol de la misma época, que ha recibido asimismo un tratamiento completo de conservación y restauración. 27


SANTA MARÍA LA REAL DE UJUÉ

Ujué, conjurando el vértigo TEXTO MAITE PÉREZ LARUMBE / FOTO LUIS PRIETO

E

N OCASIONES, LA distancia que separa el dicho del hecho es suficiente como para que quien tenga que ser testigo de su trazado sienta vértigo, un vuelco interior. Creo que esa es la sensación primera que asocio a Ujué: — Mira, ahí dentro está guardado el corazón de un rey. Una iglesia oscura, un querer ver y al mismo tiempo no querer hacerlo. Tendría unos seis años. Mientras me acercaba a la hornacina, resonaba la frase del cuento de Blancanieves conocida de memoria, la que el Espejo decía a la Madrastra: — El corazón que escondes debajo de tu vestido es el de un cordero que Arnaldo ha herido. Pero el turgente y rojo corazón que imaginaba dio paso a la víscera real y acartonada sobre la que los siglos habían cabalgado sin consuelo. Nunca hubiera dicho que aquello fuera un corazón. Me faltaban algunos años para leer la Elegía a la muerte de Ramón Sijé de Miguel Hernández, pero ambos conocimientos estaban llamados a fundirse en uno solo. El corazón del monarca era, ya y desde hace tiempo y para siempre, terciope28

lo ajado al que no cabría citar en ningún campo de almendros de nata a pesar de tenerlos tan cerca. También faltaba tiempo para asociar el nombre del monarca a la leyenda de Miluce y al relato de su trágica muerte. — ¿De qué rey era el corazón? — De Carlos II el Malo. —¿Era malo? — Para unos sí y para otros no. Fueron los franceses quienes le pusieron el sobrenombre de Malo. — ¿Por qué? — Seguramente porque unas veces se portaba como si fuera su amigo y otras no. Y eso no les gustó a los franceses. Una ambivalencia difícil de entender a esa edad: — ¿Le sacaron el corazón como al cordero del cuento? — Quiso que al morir pusieran su corazón junto a la Virgen. Y como era voluntad regia, así fue. En este caso, del dicho al hecho la distancia era recta y corta y las manos expertas de Samuel Trigo, el embalsamador, la recorrieron sin vacilación. El cuerpo del rey se quedó en la seo de Pamplona, el corazón marchó a Ujué y los intestinos a Roncesvalles. Una macabra peregrinación post-mortem muy del gusto de la época.

Cinco, seis o siete años después, el segundo vértigo tiene por escenario el exterior de la iglesia. Una excursión escolar. Finaliza el otoño y sopla un viento inclemente que barre las nubes y deja remolinos en el suelo. Ujué es un promontorio que se eleva sobre la sierra, sobreexpuesto. Al norte quedan los Pirineos, al sur, la ribera del Ebro y el perfil del Moncayo. La profesora explica: — Como veis, una espléndida atalaya desde donde se contempla un amplio espacio. De ahí el carácter defensivo de la localidad. Quienquiera que venga con buenas o malas intenciones, quienquiera que pretenda atacar será visto. Un pueblo como Ujué, nacido para la vigilancia, ha de hacer a sus habitantes necesariamente resistentes. Levantarse cada mañana con la certeza de que si hay una amenaza será percibida es una carga pesada que exige templanza y espíritu sosegado. ¿Era posible seguir allá, en lo alto, oteando el horizonte sin desfallecer con ese viento atroz, con nieve o de noche? ¿Y era posible no hacerlo sabiendo que la responsabilidad del aviso correspondía al pueblo? Me parecieron muy duras condiciones.

Para suavizarlas y fijar a la población, los reyes atendían puntualmente las peticiones de rebaja de tributos que efectuaban los ujuetarras, arguyendo la dificultad de laborear una tierra ruda con un clima violento que con demasiada frecuencia malograba las cosechas. También posiblemente para conjurar tantos vértigos, Ujué contó con una de las vírgenes más serenas y dulces del románico navarro, bajo cuya protección Carlos II abordó un ambicioso proyecto arquitectónico que aunaba usos residenciales, religiosos, educativos y asistenciales para dar lustre y empaque ante las gentes y asegurarse la protección de lo alto, de la que tan necesitado anduvo en su reinado. El esplendor de la fábrica gótica y la riqueza con que el monarca revistió a la Virgen tuvo rápida y numerosa respuesta y desde el siglo XIV se conocen romerías penitenciales a Ujué procedentes de Tafalla y los pueblos cercanos. A día de hoy, la imagen plástica de la hilera de romeros subiendo la ladera con sus túnicas negras y sus grandes cruces provoca una sensación de tiempo suspendido. Como si fuera noticia de ayer mismo la leyenda que atribuye el ori-


gen de Ujué al milagro vivido por un pastor que mientras cuidaba su rebaño, se fijó en una paloma que entraba y salía de un agujero. Al igual que en otros relatos de invenciones marianas, la paloma señalaba la presencia de una imagen de la Virgen. A raíz del hallazgo, las gentes de los poblados vecinos decidieron asentarse en el lugar de la aparición para así cuidar y honrar a la Virgen, dando lugar al nacimiento de Ujué. La leyenda, al parecer posterior al siglo XVI, abona la teoría extendida de que Ujué (Uxue) proviene del euskera usoa, paloma. Una curiosa coincidencia con la que los etimologistas, desde Campión a Salaberri y Belasko, discrepan. Si los vértigos, al menos algunos y a cierta edad, pueden elegirse, hay un deambulatorio tras los ábsides que es una definición de arquitectura, hay una galería-mirador que hace preguntarse para qué los esfuerzos guerreros, por qué empeñarse en conquistar aquello que puede disfrutarse con la vista. Hay una mezcla de ingenuidad y atrevimiento escultórico en un programa que comprende románico y gótico. Y espera por los siglos el corazón, ya terciopelo ajado, de un rey. 29


NUEVO ALBERGUE DE RONCESVALLES COLOFÓN DEL AÑO SANTO JACOBEO 2010

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En febrero de 2011 abrirá sus puertas el nuevo albergue, con capacidad para 183 peregrinos. Las obras de restauración y adecuación del edificio del antiguo Hospital concluyeron el pasado mes de diciembre tras dos años y medio de trabajo. Con esta intervención, se ha recuperado el

Roncesvalles PAMPLONA

valor histórico y arquitectónico del edificio. TEXTO HELENA SALAS FUENTES MEMORIA DE LA 2ª Y 3ª FASE DEL PROYECTO DE RESTAURACIÓN Y ADECUACIÓN DEL ALBERGUE DE PEREGRINOS FOTOS LUIS PRIETO

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Arriba: entrada al albergue desde Ibañeta (fachada este). Derecha arriba: ángulo sureste del albergue con la sala de transformadores y calderas en primer término. Derecha abajo: capilla del Sancti Spiritus o silo de Carlomagno (siglo XII).

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S

ituado a 923 metros de altitud, el singular conjunto monumental de Roncesvalles, de gran valor histórico, cultural, artístico y paisajístico, constituye un referente dentro del imaginario cultural europeo. La tradición sitúa en este emblemático enclave de la ruta compostelana el lugar donde se produjo la terrible batalla entre musulmanes y cristianos (778), con la histórica derrota de Carlomagno, en la que perdió la vida el mejor caballero de Francia, el mítico héroe Roland, dando origen al relato medieval de La Chanson de Roland. Paso natural del Pirineo desde los tiempos más remotos, en Roncesvalles se instaló y se desarrolló un importante centro asistencial para acoger a los peregrinos que cruzaban el puerto de Ibañeta provenientes de la capital bajonavarra, Saint Jean Pied de Port. En un impresionante paisaje rodeado por hayedos, abetales y


robledales, se alza majestuosa la Colegiata de Santa María de Roncesvalles, construida al abrigo del puerto de Ibañeta a finales del siglo XII y principios del XIII. La explanada de acceso al recinto conduce hacia la Casa Prioral y el Museo-Biblioteca. A través de un pequeño túnel abovedado se accede a las principales construcciones de este magnífico conjunto monumental. Destacan, entre ellas, la capilla del Sancti Spiritus o silo de Carlomagno (siglo XII), de estilo románico, que se asienta sobre una cripta con cubierta de cañón y es el edificio más antiguo, y la iglesia de Santiago, también llamada de los Peregrinos. La restaurada iglesia colegial de Santa María, consagrada en 1219, es de estilo gótico francés y cuenta con una torre defensiva del siglo XIV. La capilla de San Agustín alberga el sepulcro del rey Sancho VII el Fuerte, que exhibe en su cabecera las mazas y cadenas que, según la leyenda, el monarca navarro arrebató al moro Miramamolín durante la batalla de las Navas de Tolosa (1212). Entre los edificios civiles destaca el antiguo hospital de peregrinos, un gran bloque horizontal construido a principios del siglo

XIX. Es el primer edificio que divisan los peregrinos al llegar a Roncesvalles desde Ibañeta. Su estratégica ubicación en el extremo norte de la Real Colegiata lo convierte en puerta de acceso al conjunto arquitectónico para los caminantes que llegan desde Francia procedentes de toda Europa. Concebido desde que fue erigido para acoger a los peregrinos, el edificio, de estilo neoclásico, configura con su fachada oeste la plaza existente y completa con su fachada este el perfil de Roncesvalles. Al formar parte de un enclave tan emblemático, el proyecto de restauración y adecuación del edificio se ha llevado a cabo con especial cuidado, pues debía permanecer acorde con la estética del resto de las edificaciones. Por ello, uno de los criterios que se han tenido en cuenta es el mantenimiento de la unidad y la armonía en todos los edificios que forman el conjunto arquitectónico de Roncesvalles. Así, se han mantenido y restaurado la mayor parte de los elementos originales del edificio, como las puertas de acceso, los muros de piedra de la planta baja, las fachadas, con los huecos existentes, y la planta abovedada semisótano. El objetivo de la intervención, promovida por el Gobierno de Na-

Arriba: fachada principal del albergue (oeste). Abajo: plaza del albergue en obras.

varra a través de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra e incluida en el Plan Navarra 2012, era doble. Por un lado, trataba de mantener, recuperar y potenciar los valores históricos y arquitectónicos de este edificio de principios del siglo XIX y, por otro lado, quería dar respuesta a la necesidad de incrementar el número de plazas disponibles para poder atender a los numerosos peregrinos que realizan la ruta francesa, pernoctando en Roncesvalles. Utilizado en los últimos años como albergue juvenil, disponía de 76 plazas. Con la nueva estructuración y distribución interior, el 33


NUEVO ALBERGUE DE RONCESVALLES

edificio ha incrementado su capacidad en 107 nuevas plazas. Tres etapas: derribos, restauración y adecuación Aunque sufrió numerosas modificaciones formales y funcionales a lo largo del tiempo, el edificio conservó la volumetría original y gran parte de los muros originales en planta baja y planta bajo rasante. Respetando estos elemen-

tos del proyecto original, así como la composición y dimensiones originales de los huecos existentes, Leopoldo Gil Cornet, arquitecto del Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra, redactó el proyecto de restauración y adecuación del albergue juvenil como nuevo Albergue de Peregrinos de la Real Colegiata. Las obras se iniciaron en julio de

Edificio del hospital antes de la restauración.

Evolución histórica del edificio Diseñado en 1792 por el arquitecto José Poudez, el hospital de Roncesvalles se levantó entre 1802 y 1807 para acoger a los peregrinos de la ruta jacobea. La posición fronteriza y estratégica de Roncesvalles hizo que el ejército del general Ventura Caro lo utilizara como cuartel durante la Guerra de la Convención de 1793. El general exigió al Cabildo el desalojo de sus dependencias. Terminada la guerra, además de rehabilitar la Colegiata, el Cabildo se vio en la obligación de ayudar a la reconstrucción de las

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poblaciones cercanas, cuyas iglesias y casas dependían de ella. Con la nueva distribución de las rentas, se retomó el proyecto de construir un nuevo hospital para acoger a los peregrinos del Camino de Santiago, pero el proyecto de edificación se vio nuevamente interrumpido por la invasión napoleónica de 1808. En un plano general del conjunto de Roncesvalles realizado en 1792 por el propio Poudez, se puede observar el diseño inicial del hospital, situado al norte de la iglesia de Santa María. El edificio, construido bajo los criterios de

sobriedad característicos de la arquitectura neoclásica de principios del siglo XIX, tenía tres brazos que conformaban una plaza rectangular, llamada “plaza del hospital”, a modo de claustro en torno al alzado norte de la iglesia, dejando un paso interior continuo que conectaba con el resto del conjunto, haciéndolo transitable durante las épocas de intensas nevadas. Finalmente, sólo se construyó el ala este del hospital y el paso paralelo al muro norte de la iglesia y posteriormente se le añadió el ala norte.

2008 con el vaciado del edificio y el derribo de algunas construcciones situadas en los extremos, que habían distorsionado la concepción original del hospital. Se desmontaron las carpinterías, se derribaron las tabiquerías, se picaron los revestimientos, pavimentos y falsos techos y se desmontó la cubierta. Se mantuvieron los muros de fachada y parte de los muros de planta baja.

En el siglo XX, el hospital quedó abandonado y en estado cada vez más ruinoso. Únicamente el ala norte de la plaza, que estuvo habitada y donde todavía actualmente hay viviendas en alquiler, propiedad de la Colegiata, se conservó en buen estado. Por esta razón, en la década de los años cincuenta del pasado siglo se realizaron diferentes labores para su conservación: se colocó una nueva cubierta, una nueva estructura de forjado y pilares en las plantas primera y segunda, se consolidaron los muros de la planta baja y se reconstruyó la escalera principal. En unas excavaciones realizadas a finales del siglo XX se descubrieron en la parte oeste de la plaza restos de cimentación de una antigua construcción. Aunque no hay suficiente información al respecto, podrían formar parte de una edificación o un paso a cubierto que cerrara la plaza. En los años ochenta se diseñó un proyecto de hostal en el edificio del hospital y en el que albergaba las viviendas, pero finalmente no se llevó a cabo. Posteriormente, hasta el año 2008, el edificio pasó a formar parte de la red de Albergues Juveniles del Departamento de Asuntos Sociales, Familia, Juventud y Deporte del Gobierno de Navarra y fue utilizado como albergue destinado a entidades juveniles y deportivas y a peregrinos con credencial, hasta que comenzaron las obras de intervención.


La segunda fase, que se desarrolló en 2009, se centró en la restauración y sustitución de la estructura, con la adecuación de los muros de piedra existentes y la nueva cubierta formada por diez cerchas de madera laminada en el tramo central y limas y alfardas en los extremos. Esta cubierta sustituyó a la anterior, de los años cincuenta, formada por cerchas mixtas de hormigón prefabricado y tirantes de acero y con cobertura de chapa metálica ondulada. La cubierta anterior tenía una pendiente del 74%, claramente inferior a la del resto de las edificaciones de Roncesvalles y ha sido sustituida por otra con una pendiente del 94%, recubierta con lámina de plomo. De este modo, resulta más armónica dentro del conjunto monumental, con pendientes del 94 al 100%. La recuperación de los espacios que originariamente fueron del edificio pero que, con el paso del tiempo, pasaron a formar parte de los edificios colindantes ha sido uno de los principales objetivos

del proyecto. Al derribar el muro divisorio de la “casa del caritatero”, situada en el extremo norte del edificio y que dividía claramente el edificio en dos, se ha podido recuperar uno de los espacios más singulares de la planta baja, con los arcos y los huecos de paso de sillería labrada y el arranque de la escalera original con sus primeros cuatro peldaños de piedra. Se ha dejado totalmente libre este paso por si en un futuro se decide acometer una recuperación integral del paso a cubierto que antiguamente conectaba todos los edificios de la plaza, protegiendo de las inclemencias de la dura climatología del lugar. Se han mantenido las puertas principales de acceso al edificio. La puerta central de estilo clasicista del alzado que da a la plaza es el único elemento con ornamentación de todo el edificio. Se han restaurado las pilastras y el frontón que configuran el hueco de paso, ya que sus molduras y líneas de cornisa se encontraban muy deterioradas por la acción del viento y el agua.

Las otras dos puertas de acceso en planta baja son las situadas en el extremo norte del edificio. Ambas están enfrentadas; una en el alzado oeste y la otra en el este, creando el paso común desde la plaza. El proyecto ha recuperado esta función original de paso poniendo en valor esta conexión que en los últimos años se había perdido y convirtiéndola en la entrada principal al edificio. La última fase de las obras, el proyecto de adecuación del edificio como albergue de peregrinos, se prolongó durante 14 meses y concluyó el 2 de diciembre de 2010. Con una superficie construida de casi 3.000 m2 distribuidos en cinco plantas, el edificio se encontraba hasta ahora infrautilizado. Con la nueva distribución interior, se ha recuperado la continuidad espacial y funcional de los cuatro espacios abovedados de la planta semisótano, la más singular del edificio, que funciona como la principal zona de estar del albergue. También se ha habilitado la planta bajocubierta, que hasta

Izquierda: corredor de planta baja. Arriba derecha: escalera de hospitaleros. Abajo derecha: acceso al dormitorio de los hospitaleros.

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Arriba: dormitorio en planta bajocubierta. Arriba izquierda: cocina. Abajo izquierda: biblioteca. Abajo derecha: comedor.

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ahora resultaba inaccesible. En este espacio se ha mantenido vista la estructura de madera laminada de la cubierta y se ha habilitado un dormitorio para 39 personas. En la planta baja se distribuyen los servicios comunes: recepción, sala multimedia, aseos, botiquín, guardabotas, cocina, comedor y sala de estar, mientras que las plantas primera y segunda se destinan a dormitorios, con capaci-

dad de 72 plazas por planta. En ambas plantas se optó por eliminar y sustituir la estructura de hormigón realizada en los años cincuenta del siglo pasado. Tanto los forjados como la línea central de pilares no cumplían la normativa vigente de seguridad estructural y no tenían ningún valor arquitectónico. Las nuevas instalaciones de fontanería, saneamiento, electri-

cidad, calefacción por suelo radiante, sistema de renovación de aire, telefonía, televisión e internet, así como un ascensor apto para el uso de minusválidos, que permite el acceso a todas las plantas, completan las actuaciones en el interior del edificio. La intervención en el exterior se ha centrado, principalmente, en el entorno cercano de la fachada este, donde se ha creado una plataforma de llegada para los peregrinos. Los muros de mampostería se han revestido con mortero de cal y las carpinterías han sido sustituidas por otras de madera de roble pintada, manteniendo las particiones originales. También se han colocado ventanillos interiores y contraventanas, respetando la unidad y armonía en todos los edificios que forman el conjunto arquitectónico de Roncesvalles. Con esta restauración se ha dado respuesta a la solicitud de la


Izquierda: dormitorios en planta primera. Arriba derecha: lavandería.

Colegiata de Roncesvalles, que desde hace años venía reclamando mejoras ante la creciente afluencia de peregrinos. Además, la adecuación del albergue ha permitido liberar el edificio medieval de Itzandegia, que podrá adaptarse para usos culturales relacionados con el Camino de Santiago.

Servicios para 183 peregrinos El albergue cuenta con 183 plazas para peregrinos, distribuidas de la siguiente forma: 72 plazas en litera en la primera planta y otras tantas en la segunda, y un total de 39 camas en la bajocubierta. Además, dispone de dos apartamentos de 4 plazas para el personal encargado de atender a los peregrinos. En las dos primeras plantas, con idéntica distribución, hay dos grandes salas en la zona central que funcionan como dormitorios con una capacidad de 36 plazas cada uno. Cada peregrino dispone de una taquilla junto a su cama con sistema de cierre antirrobo. El extremo sur de cada una de las plantas está ocupado por el núcleo de comunicación vertical y los servicios higiénicos. En la planta bajocubierta se ha habilitado como dormitorio,

De izquierda a derecha, Javier Leache, de Construcciones Leache, el consejero Juan Ramón Corpas, e Inés Tabar, directora del Servicio de Patrimonio Histórico del departamento de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra, en la visita que tuvo lugar el 10 de diciembre de 2010 a las obras del nuevo albergue de peregrinos de Roncesvalles.

de casi 200 m2, para 39 personas. Es el único espacio en el que queda vista la estructura de madera laminada de la cubierta. También dispone de aseos, vestíbulos y almacén. En la planta baja se distribuyen los servicios comunes: espacio de recepción, sala multimedia, aseo, botiquín, guardabotas,

cocina, comedor y biblioteca. El espacio concebido como guardabotas se sitúa junto a la entrada principal y los peregrinos deberán dejar allí su calzado antes de acceder al resto del edificio. La planta semisótano es la más singular del edificio. Son cuatro grandes espacios abovedados conectados entre sí, de

gran valor espacial, que se han convertido en sala de estar del albergue. Además de esta gran sala, en esta planta se encuentran la lavandería y un almacén. Un ascensor, apto para el uso de personas con movilidad reducida, permite el acceso a todas las plantas del albergue.

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CIUDADELA DE PAMPLONA RESTAURACIÓN DEL CAMINO CUBIERTO, CONTRAESCARPA, CONTRAGUARDIA Y REVELLÍN DE SANTA CLARA

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La restauración de los lienzos de muralla del entorno de la nueva estación de autobuses y la

Pamplona

recuperación del revellín de Santa Lucía supuso el comienzo de la restauración de todas las defensas exteriores de la Ciudadela. Los primeros en ser intervenidos fueron el revellín, contraescarpa, contraguardia y camino cubierto de Santa Clara o de San Francisco Javier, proyecto que nos ocupa. Seguidamente se comenzó con la restauración de las defensas de Santa Isabel y se siguió con las de Santa Ana. TEXTO JOAQUÍN TORRES RAMO, VERÓNICA QUINTANILLA CRESPO Y TERESA ALZUGARAY LOS ARCOS FOTOS JESÚS GARZARÓN, JOAQUÍN TORRES RAMO, VERÓNICA QUINTANILLA CRESPO Y LUIS PRIETO (FOTO AÉREA)

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Vista aérea de la ciudadela de Pamplona.

L

os elementos defensivos de Santa Clara están formados por el revellín o media luna, la contraguardia, la contraescarpa y poterna, y el camino cubierto con sus respectivas traversas y plazas de armas. Estado previo El estado de conservación de este conjunto estaba muy deteriorado debido al crecimiento desmedido de la vegetación, principalmente en la coronación de los elementos defensivos. Las especies arbustivas habían conseguido enraizar en las juntas de la fábrica, y las

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especies leñosas habían crecido tan libremente que en su camino habían arrancado numerosos sillares. Los tocones eran muy numerosos y la maleza tapizaba los lienzos. Algunas zonas se habían desprendido y otras muchas estaban a punto de hacerlo. El mal estado de conservación había propiciado el expolio de las mejores piezas. De las garitas sólo conservábamos el arranque. La mayor parte de las tapas de remate de todos los lienzos estaban desaparecidas. Las grietas eran numerosas, y algunos perfiles sólo se intuían. Existían también numerosas fal-

tas de rejuntado y otras zonas recientemente reparadas con mortero de cemento. La suciedad que presentaba era la habitual del paso del tiempo, unido a las pinturas vandálicas. Las zonas más accesibles del camino cubierto habían sido reparadas con ladrillo. Pese al abandono, el revellín mantenía los niveles de tierra casi originales y conservaba el umbral y el primer sillar de las mochetas de la puerta de acceso. El escudo del virrey Enrique Benavides existente en una de las escarpas del revellín se encontraba bastante deteriorado. En la


Historia del revellín TERESA ALZUGARAY LOS ARCOS HISTORIADORA

Revellín o medialuna: obra exterior de fortificación semicircular o con dos caras en ángulo saliente, edificada delante de la cortina cuyas dos semigolas están constituidas por la contraescarpa. Permite proteger la cortina, los accesos y los flancos de un bastión 1. El revellín de San Francisco Javier o de Santa Clara (en la bibliografía consultada aparece con esta última denominación por primera vez en 1724) se construyó entre los baluartes del Real y de Santa María, y quedó concluido en 1646, junto con las otras cuatro medialunas de la ciudadela, aunque con material pobre y de pequeño tamaño. En realidad, en fechas anteriores al siglo XVII no estaba prevista la construcción de medialunas o revellines en la ciudadela de Pamplona, según se puede apreciar en los planos trazados por el ingeniero militar Giacomo Palearo más conocido con el sobrenombre de El Fratín 2. De hecho, en el año 1619, en el tratado de Gabriel Busca L’archittetura militare, hay una referencia expresa a la medialuna como una construcción de reciente creación 3. Enseguida se vio su importancia estratégica, al constituir un obstáculo de importancia para el acceso del enemigo a la construcción principal. Pronto hubo que acometer su ampliación, que llevó a cabo el ingeniero Juan de Ledesma. En su informe del 18 de enero de 1685, al referirse a la medialuna de San Francisco Javier, dice que está próxima a la mitad de su revestimiento. Y en el informe del 10 de marzo del mismo año comunica que todavía no se había co-

menzado la construcción de la gola y de la contraescarpa de dicha medialuna. Y es que por ser una zona muy expuesta al ataque, para obtener una mayor defensa se había planificado que además de construir las medialunas en esta zona se iban a construir contraguardias. En 1726 por delante del revellín de San Francisco Javier ya estaba construida la contraguardia de San Francisco Javier. En fechas anteriores, en 1694 y bajo la dirección del ingeniero Hércules Torelli, se efectuó la construcción de puentes de comunicación entre los revellines y la ciudadela. Posteriormente, en el informe que el 17 de agosto de 1756 el ingeniero Juan Martín Cermeño dirigió a Sebastián de Eslava sobre la ciudadela de Pamplona se describe cómo delan-

te de los dos revellines que dan al exterior (uno de ellos es el objeto de este estudio) hay contraguardias y quedan bordeados por un foso, por el camino cubierto con la plaza de armas y la explanada 4. Es importante además señalar que según la memoria militar de la Plaza de Pamplona, escrita hacia el año 1830, en las contraescarpas de los salientes del baluarte de Santa María y contraguardias colaterales, había tres galerías cuyo piso quedaba por debajo del nivel del foso, debiendo bajarse en cada una trece escalones 5. En la actualidad, en el revellín de San Francisco Javier se advierte la existencia de una rampa que debió de ser construida simultáneamente como medio de acceso a él, y quizás hubo una puerta.

Notas 1. Echarri Iribarren, V., Las murallas y la ciudadela de Pamplona, pág. 528. 2. Echarri Iribarren, V., ibid., pág. 224, nº 22. 3. Echarri Iribarren, V., ibid., pág. 224, nº27. 4. Martinena Ruiz, J. J., Documentos referentes..., pág. 487, nº 34. 5. Martinena Ruiz, J. J., ibid., pág. 505.

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CIUDADELA DE PAMPLONA

ANTES

zona de la corona del virrey había pérdidas volumétricas de los elementos más sobresalientes, tanto en la parte superior como en la inferior. Presentaba además bastante suciedad que se había ido acumulando en los recovecos de la labra de la piedra. La vegetación que rodeaba el escudo llegaba a ocultarlo en primavera. La zona peor conservada de las defensas exteriores de Santa Clara era la esquina oeste de la contraguardia. Todos los sillares que la formaban habían desaparecido y se veía la argamasa de cal y canto inferior. El peto de la plataforma superior del revellín y de la contraguardia sólo conservaba la primera hilada, el resto había desaparecido. Próximo al encuentro de los lienzos interiores de la contraescarpa existía una puerta de acceso a una de las galerías subterráneas que discurrían por debajo de los glacis. Desde hace varias décadas se encontraba tapiada con bloque de cemento pintado de color gris. El camino cubierto había sufrido numerosas intervenciones. Las traversas que lo acompañan se encontraban muy perdidas y una totalmente desaparecida. Intervención llevada a cabo La intervención comprendió desde la plaza de armas del camino cubierto de Santa Clara, recuperado con las recientes obras de 42

construcción de la nueva estación de autobuses, hasta la plaza de armas del baluarte de Santiago. En primer lugar, se acopiaron las piezas que se encontraban en el suelo o que corrían el riesgo de desprenderse, previa numeración y toma de datos gráficos. Posteriormente, se procedió al desbroce de la vegetación tanto en los muretes del camino cubierto como en todas las piezas de coronación. Simultáneamente se aplicó un biocida. Después se procedió a retirar todos los tocones y restos de vegetación existentes en los lienzos. Con toda la vegetación retirada se pudo comprobar el verdadero estado de conservación de la muralla, que era bastante peor de lo previsto. Todas las piezas de remate de los lienzos y petos y habían desaparecido. Se revisaron niveles, secciones y pendientes de todo el conjunto fortificado de Pamplona, así como los planos antiguos. A partir de estos datos se establecieron los niveles de remate de cada uno de lo elementos fortificados a restaurar. Se marcaron las dimensiones del peto del revellín y de la contraguardia en base a la hilada de cimentación encontrada, así como los pasillos de acceso a las garitas, totalmente cubiertos de tierra. Una vez claros los niveles de los paramentos, se procedió a consolidar con argamasa de cal las zonas que habían perdido su soporte, para a continuación proceder al

aporte de material pétreo, similar al existente. Hay que señalar que la construcción de estas defensas coincidió con una época de crisis económica que menguó la calidad de la piedra empleada, y en vez de colocar sillares, en muchas zonas emplearon un “aplacado” de piedra, es decir, piezas pétreas de 7cm. de espesor. La piedra empleada en los lienzos es calcarenita de la zona, y en el cordón y en las garitas, piedra arenisca tipo Artajona. Se completaron las faltas de piedra y se colocaron las tapas de remate de todo el conjunto. La tapa de coronación de la cara exterior de los petos llevaba un tratamiento de apiconado mientras que el resto de las tapas eran piezas de desdoble. Se trató de mantener las zonas de rejuntado original. Las faltas se rejuntaron con mortero de cal con arena lavada de río en la misma proporción y composición que el rejuntado que se está empleando en todo el conjunto amurallado de Pamplona, para dar unidad a todas las intervenciones. La limpieza se realizó con agua a baja presión, ya que la limpieza manual con cepillo en este caso no conseguía retirar la suciedad. En el revellín, gracias a la investigación histórica y a los datos encontrados, se recuperó la puerta de acceso, de la que sólo conservábamos el umbral y el primer sillar de cada una de las mochetas. Se re-


DESPUÉS

visó la planimetría existente y se dibujaron todas las puertas del recinto amurallado, empezando por el acceso a las casamatas de la Ciudadela y siguiendo por la puerta de acceso al Fortín de San Bartolomé, así como la puerta de acceso al Baluarte Labrit. Con esta información se sacaron las proporciones gracias a las cuales, más los datos que conservábamos, como el umbral y mochetas, y apoyados en una fotografía antigua, se logró dibujar la puerta completa. De las garitas se recuperaron las dos primeras hiladas. La falta de documentación histórica sobre la forma de rematarlas ha impedido que sean reconstruidas en su totalidad. La intervención sólo recupera el arranque de las mismas, pues era los únicos datos con lo

que contábamos. El resto de las garitas del conjunto fortificado es diferente a éstas. En la restauración del escudo del virrey Benavides, que se encuentra en uno de los lienzos de ataque del revellín, se atendió al criterio de intervención mínima. Se trató de una consolidación más que de una restauración pues no se consideró adecuada la reintegración volumétrica de los elementos perdidos (aristas y pequeños elementos ornamentales). En la contraescarpa se abrió el acceso a la galería subterránea. Era una galería abovedada, muy estrecha, donde a escasos metros de la puerta comenzaba las escaleras de bajada. El inicio de la galería estaba resuelto con sillares, continuando con ladrillo macizo.

En el camino cubierto se recuperaron los perfiles, gracias a los datos encontrados en los sillares que hacían de maestras para la ejecución del murete de piedra. También se restauraron las traversas que evitaban el fuego cruzado, y se recuperó una que estaba totalmente desaparecida pero que en las fotos aéreas de los vuelos de 1929 y 1956 se observaba perfectamente. La intervención concluyó con la siembra de césped en fosos y camino cubierto. Las zonas menos accesibles (revellín y contraguardia), fueron objeto de un estudio de revegetación. Se analizaron las especies autóctonas que componían la pradera natural existente y en base a estos datos y a unos requerimientos hídricos y de man-

tenimiento escaso se planteó un proyecto de revegetación con especies autóctonas, definiéndose las especies a emplear y su porcentaje, así como los primeros cortes hasta estabilizar la pradera y conseguir que el mantenimiento sea mínimo. La recuperación de la vegetación en todas las plataformas superiores de los elementos defensivos permite la correcta lectura del elemento fortificado pues da continuidad a la visión que se tiene al aproximarse, al incorporar los glacis como elemento defensivo. La defensa de la Ciudadela comenzaba en los glacis, continuaba en el camino cubierto, seguía por la contraguardia y el revellín para finalizar en el paseo de ronda. 43


La muralla antes y después de la restauración Superficie de muralla sobre la que se intervino: Camino cubierto Contraescarpa Contraguardia Revellín

1.174,78 m² 1.330,18 m² 2.648,56 m² 1.484,64 m²

Superficie de muralla restaurada

6.638,16 m²

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ENTREVISTA

Mª CONCEPCIÓN GARCÍA GAINZA Catedrática emérita de la Universidad de Navarra

“ Las murallas y la Ciudadela definen a Pamplona desde el punto de vista monumental TEXTO LUIS GARBAYO / FOTOS LUIS PRIETO Y ARCHIVO DIARIO DE NAVARRA

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ONCEPCIÓN GARCÍA GAÍNZA comenzó a dar clases de Historia del Arte, como ayudante, en el curso 1962-63, en la recién creada Universidad de Navarra. En 1968 defendió su tesis doctoral y en 1970 se presentó a las oposiciones de “agregaciones de cátedra” en las que obtuvo la plaza de la Universidad de Sevilla. En aquellos años había pocas mujeres historiadoras de arte, por lo que fue una verdadera pionera: la primera mujer en sacar esa oposición y la primera, también, en enseñar arte contemporáneo en la Universidad de Sevilla, aunque su especialidad era, y es, el arte español del Renacimiento y del Barroco. En Sevilla permaneció cinco años, antes de acceder a la cátedra en la Universidad de Murcia. Tras

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un año en la ciudad levantina se estableció definitivamente en la Universidad de Navarra, donde se jubiló en el curso 2008-09. Hoy es catedrática emérita de Historia del Arte y presidenta de la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro en dicha universidad. García Gaínza ha recibido distintos premios y distinciones a lo largo de su carrera; el último, el “Fiel Contraste”, que se concede a aquellas personas que han destacado en la publicación y estímulo de los estudios de platería en España, le fue otorgado por la Universidad de Murcia hace unos meses. Fue Premio Príncipe de Viana de la Cultura en 2000, es académica correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y de la Academia de Santa Isabel de Hun-

gría de Sevilla y es miembro de los consejos asesores de varias revistas especializadas. Como directora de investigación, ha dirigido una treintena de tesis doctorales y cerca de cincuenta trabajos de investigación, tesis de máster y tesinas. Ha organizado y comisariado diversas exposiciones y congresos, y ha publicado infinidad de artículos, monografías y una buena colección de libros. Pero hay una obra desarrollada por Mª Concepción García Gaínza que descolla sobre el resto; por su envergadura, por su relevancia científica y por ser la guía imprescindible para la restauración y recuperación del patrimonio artístico de Navarra. Nos referimos al Catálogo Monumental de Navarra, del que fue promotora, directora y coautora.


La colaboración institucional en la conservación y restauración del patrimonio de Navarra a lo largo de todos estos años ha sido ejemplar Mª Concepción García Gaínza en su despacho de la Universidad de Navarra con un volumen del Catálogo Monumental de Navarra, del que ella fue promotora, directora y coautora.

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¿Cómo nació esta obra fundamental para la conservación del patrimonio artístico de Navarra? Fue al año siguiente de mi vuelta a Pamplona, en 1977, cuando presenté el proyecto para realizar el Catálogo Monumental de Navarra. Una ley de 1900 ya ordenaba la elaboración del Catálogo Monumental de España. Esta empresa, sin embargo, era complicada, larga, difícil… Se comenzó en algunas provincias. En unas la labor cuajó, en otras no. Muchas veces la realizaban personas sin la suficiente preparación. En otras, sin embargo, participaron especialistas prestigiosos como Manuel Gómez Moreno que hizo el catálogo de Salamanca. Hubo algún caso en el que el catálogo se realizó desde Madrid, sin ni siquiera visitar la región. En Sevilla, varios especialistas comenzaron a elaborar un catálogo en la década de los 50; editaron cinco tomos pero la obra no se finalizó y el equipo se disolvió. Y no es el único caso: a lo largo del siglo XX muchos catálogos quedaron interrumpidos, incompletos. En Navarra, la Comisión de Monumentos ya había intentado poner en marcha una catalogación al amparo de esa ley, y después de la guerra civil la recién creada Institución Príncipe de Viana lo contemplaba como una necesidad. Su primer director, José Esteban Uranga, hizo un primer archivo fotográfico muy completo. Yo sabía que no era tarea fácil, porque empezar un catálogo de esta envergadura es relativamente sencillo, pero resistir el trabajo de estudio y catalogación, recorrer todos los pueblos realizando el trabajo de campo, reunir las piezas, consultar la documentación, la bibliografía, dibujar, fotografiar… en fin, completar esa tarea, eso ya es otra cuestión. Afortunadamente aquella iniciativa mía acabó bien con la colaboración de un equipo de especialistas. Fueron más de veinte años de trabajo y nueve tomos publicados: el primero apareció en 1980 y el último en 1998. Para mí, el mayor mérito de la elaboración del Catálogo Monumental de Navarra fue lograr su continuidad con las diferentes administraciones políticas y religiosas. Cambiaron los Gobiernos, los consejeros, los directores de la Institución Príncipe de Viana, los arzobispos, pero el catálogo siguió adelante. Otro mérito fue que se tratase de un catálogo completo, que contempla tanto la arquitectura religiosa como la civil. La clave del éxito estuvo a mi juicio en esa colaboración institucional, desde el principio, del Gobierno de Navarra, a través de la Institución Príncipe de Viana, del Arzobispado y de la Universidad de Navarra. En ese entendi48

miento una persona clave fue Jesús Omeñaca, delegado de Arte Sacro y director del Museo Catedralicio y Diocesano, que se vinculó desde el primer momento al proyecto. ¿Qué representó exactamente el Catálogo Monumental de Navarra? El Catálogo Monumental de Navarra supuso un verdadero avance para la restauración del patrimonio, primero porque en él se señalan los monumentos y se recoge su estado de conservación, y además porque en él se ha dado valor a monumentos que en otro tiempo no se reparaban y estaban en verdadero estado de ruina. Recuerdo el caso del actual Palacio del Marqués de Huarte de Tudela, la casa de los antiguos juzgados. En 1977, la escalera estaba en ruinas, pero nos llamó la atención porque era una escalera imperial, formidable, por lo que, a pesar de su estado, dibujamos la planta, los alzados, en definitiva, le dimos valor dentro del apartado de la arquitectura palacial. Después vino su restauración y la conversión del edificio en el archivo que es hoy. Seguramente, sin la existencia del Catálogo esa recuperación no hubiera sido posible. De ahí que para la Institución Príncipe de Viana el Catálogo sea un instrumento eficacísimo para determinar, por ejemplo, las ayudas que se solicitan a la Administración para la recuperación y restauración del patrimonio privado. El Catálogo representaba una primera aproximación para conocer el valor de un patrimonio para el que se solicitaba la ayuda de la Administración. ¿Cuál es a su juicio la situación del patrimonio artístico de Navarra? En Navarra contamos con un patrimonio artístico muy rico. Navarra fue un reino con una historia muy brillante, fue un cruce de caminos donde tuvo lugar una combinación de tendencias artísticas, todo ello patrocinado por una corte, primero real y luego virreinal, durante varios siglos. Y no sólo en la Edad Media. Navarra tiene un arte importante en el Renacimiento, en la época barroca, en el siglo XIX, compuesto por iglesias, palacios y casas, pero también por obras de arte mueble como retablos, esculturas, piezas de plata… Mantener todo eso en buen estado es casi imposible. El Marqués de Lozoya decía, refiriéndose a España, que éramos como una gran familia venida a menos, incapaz de mantener todo el patrimonio del pasado. Yo creo que esa situación la sufrimos todas las Comunidades Autónomas, pero Navarra no es, ni mucho menos, la que en peor situación está. Muy al contrario.

La preocupación por la conservación y restauración del patrimonio tiene en nosotros una tradición que arranca de la Comisión de Monumentos, a primeros de siglo, y de la Institución Príncipe de Viana, desde 1940. En otras regiones han tenido que improvisar sus institutos de patrimonio pero afortunadamente en Navarra la Institución Príncipe de Viana ha funcionado desde siempre. Con presupuestos siempre insuficientes, es verdad; pero, también hay que reconocerlo, muy bien administrados. Hay monumentos que quedan sin atender, claro. Pero eso es inevitable. La restauración requiere recursos muy importantes. Sí, pero lo que creo que es más importante es que todos nos sensibilicemos de la importancia de mantener el patrimonio monumental. Con el patrimonio artístico deberíamos alcanzar algo que ya ha ocurrido con el patrimonio natural, sobre cuyo mantenimiento existe un importante consenso social. Pero el patrimonio artístico en su medio natural, es decir, en su entorno. Precisamente para dar a conocer el valor de nuestro patrimonio artístico, para sensibilizar a la gente, creamos en la Universidad de Navarra la Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, que ha sido, por decirlo así, la siguiente fase del Catálogo Monumental de Navarra. Con la Cátedra pretendemos difundir el conocimiento directamente de los investigadores; se trata no tanto de una divulgación como de una difusión del conocimiento. Llevamos cinco años en ello. ¿Qué opina de los criterios de restauración aplicados en determinadas épocas? Cada época tiene sus criterios a la hora de la restauración, como ocurre en todas las disciplinas. De ahí que las restauraciones hay que juzgarlas de acuerdo con los criterios de la época en que se enmarca. Por ejemplo, la restauración de Olite, que algunos critican, tiene todo el sentido en una época en que el Gótico era el estilo máximo y la restauración seguía los criterios establecidos por Eugène Viollet Le Duc en Notre Dame de París o en Carsassone. En aquella época, buscar la unidad de estilo, completar incluso el monumento era lo propio. Pero no podemos olvidar que en Olite el gran bloque del castillo es original: las murallas, los exteriores hasta las cubiertas… ¿Qué restauraciones recientes destacaría? Aparte de importantes obras de restauración como el castillo de Marcilla, el conjunto de Ujué o San Pedro de la Rúa de Estella, me parece especialmente meritorio lo que se está haciendo


Mª Concepción García Gainza recibe el título del Premio Príncipe de Viana de la Cultura de manos del Príncipe de Asturias y de Viana el 29 de mayo de 2000 en la iglesia del monasterio de Leyre.

con ese conjunto monumental formidable formado por las murallas y la Ciudadela de Pamplona. Siempre he tenido una preocupación especial como vecina de Pamplona: la de que las murallas no eran verdaderamente apreciadas por los pamploneses. En parte porque no las ves cuando vives en Pamplona sino cuando te acercas a ella desde fuera. Y se trata de un conjunto extraordinario. La Ciudadela renacentista, única pieza europea, aunque perdiera dos de sus baluartes en el siglo XX es un edificio formidable. El congreso internacional sobre “Ciudades Amuralladas” que se celebró en Pamplona en 2005 fue un empeño mío muy especial que se llevó a cabo con la colaboración del Ayuntamiento de Pamplona. Vinieron italianos, holandeses, hispanoamericanos, y otros españoles. Yo creo que aquel congreso caló en la sensibilidad de los vecinos de Pamplona. Algo está cambiando y nos empezamos a sentir orgullosos de nuestras murallas. ¡Y es que no hay que ser de Ávila para estar orgulloso de tus murallas! Ahora, tanto la Ciudadela como las murallas se han convertido en lugares maravillosos para pasear, para ver arte, para disfrutar de la ciudad. Son verdaderos escenarios de vida ciudadana. Y un importante recurso turístico para la promoción de Pamplona. Claro, y está también el otro punto de vista, el

de la promoción de cara a los visitantes. Yo razonaba de la manera siguiente: Pamplona no tiene un patrimonio artístico deslumbrante; tenemos, por ejemplo, una catedral preciosa, pero no alcanza la categoría de la catedral de Burgos, de Toledo o de Sevilla… Sin embargo, tenemos una Ciudadela y unas murallas maravillosas que nos definen como ciudad. Ahí tenemos el slogan: “Pamplona, la ciudad amurallada”. ¿Cuál es a su juicio la labor de nuestros museos hoy? Habría que empezar por el Museo de Navarra, que nació de una iniciativa de la Institución Príncipe de Viana y cumple una función fundamental de custodia de un patrimonio artístico muy valioso. La visita al Museo de Navarra es obligatoria: esa colección de pintura gótica mural no la hay en otros sitios. Además están los mosaicos romanos, la arqueta de Leyre, los capiteles de la catedral románica de Pamplona, el retrato del Marqués de San Adrián y tantas obras. Pero la labor del Museo no sea ha limitado al cuidado y exhibición de todas esas piezas; la labor de investigación llevada a cabo en torno a ellas ha sido muy importante. Por otro lado, el Museo Catedralicio y Diocesano ha ido recogiendo piezas de pueblos que se iban quedando despoblados o que podían ser robadas o expoliadas. Sus colecciones de orfebrería y

de imaginería medieval son extraordinarias. Y respecto a los museos y centros de arte contemporáneo, claro, nos encontramos con el problema de su ubicación en el extrarradio, tanto en el caso del Museo Oteiza, que recoge un importante legado, como del Centro Huarte, cuya actividad es incipiente. Están también la colección de arte contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona y el futuro museo que acogerá la colección Huarte Beaumont en la Universidad de Navarra. El futuro museo de arte contemporáneo de la Universidad de Navarra enriquecerá la actual oferta cultural. Pero, aparte de eso, a mí me parece que el Museo de Navarra debería ampliarse, sin necesidad de acometer una gran infraestructura; es lo más factible, lo más razonable en estos momentos de crisis. Esa ampliación podría acoger la colección de arte contemporáneo del propio Museo y la del Ayuntamiento de Pamplona, por lo que se combinarían los autores navarros con otros autores; al fin y al cabo, el arte contemporáneo no sigue criterios históricos como el arte anterior, que responde a un reino, a una corte, al mecenazgo de un rey; el arte contemporáneo, por el contrario, es universal y no se ubica en un lugar concreto, tiene lugar a la vez en Nueva York, en Londres y en Pamplona. 49


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SAN MIGUEL DE CORELLA, ESPLENDOR BARROCO El 27 de marzo de 2010 la parroquia de San Miguel de Corella reabrió sus puertas al culto. Se ha llevado a cabo una intervención integral promovida por el Arzobispado de Pamplona, con la colaboración económica del Gobierno de Navarra a través de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, que ha logrado devolver PAMPLONA

su antiguo esplendor y riqueza ornamental a este templo, en el que el Barroco navarro Corella

TUDELA

alcanza su plenitud. TEXTO HELENA SALAS FUENTES LA PUBLICACIÓN SAN MIGUEL DE CORELLA. ARTE PARA LOS SENTIDOS Y EL GOZO DE CELEBRAR EDITADA POR LA FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE NAVARRA Y COORDINADA POR RICARDO FERNÁNDEZ GRACIA FOTOS FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE NAVARRA

V

ista desde el exterior, nada hace sospechar que la austera y compacta volumetría de piedra y ladrillo flanqueada por dos torres laterales, desde donde se divisan todas las tierras entre Yerga y el Moncayo, pueda albergar tal sun-

tuosidad en su interior. La iglesia de San Miguel de Corella es como un cofre que protege y custodia un exuberante tesoro artístico. Considerado como uno de los principales exponentes del Barroco en Navarra, el templo destaca

por su rica decoración escultórica y pictórica y por el conjunto de sus retablos, especialmente el retablo mayor. El 27 de marzo de 2010 fue la fecha tan esperada por los corellanos. La iglesia parroquial de San 51


SAN MIGUEL DE CORELLA, ESPLENDOR BARROCO

Fachada principal de la parroquia de San Miguel.

Miguel reabrió sus puertas y los vecinos de la ciudad del Alhama pudieron admirar su rico repertorio ornamental recién restaurado y disfrutar de nuevo de la imagen de San Miguel capitaneando una legión de ángeles desde la cúpula. La parroquia más antigua de Corella se remonta en sus orígenes a la Edad Media, pero sufrió sucesivos cambios y transformaciones hasta adquirir su actual configuración. No nos ha llegado ningún resto del primitivo templo erigido en tiempos de Alfonso el Batallador. El conjunto parroquial fue arrasado en 1429, cuando se produjo el incendio, saqueo y destrucción de la villa por parte de los caste-

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llanos. Inmediatamente, los corellanos se pusieron manos a la obra y reconstruyeron la fábrica parroquial. A mediados del siglo XV el templo fue objeto de una primera ampliación con las capillas de San Bartolomé y La Piedad y en el siglo XVI se construyen la torre y la sacristía. Con su característica bóveda estrellada, constituye el único testimonio que ha llegado hasta nosotros de esta época. Pero la parroquia de San Miguel adopta su verdadera fisonomía durante los siglos XVII y XVIII, cuando se suceden diversas ampliaciones y transformaciones conforme a los presupuestos estéticos del Barroco imperante.

En siglos posteriores se realizan nuevas intervenciones, como la reconstrucción de la cúpula por peligro de derrumbe en 1760, y la construcción, en el siglo XIX, de las dos grandes torres que conocemos actualmente. En 1912 se transformó de forma drástica el interior de la iglesia. Un grupo de artesanos locales encaló los paramentos y bóvedas, incluida la cornisa y los ángeles de la cúpula, y añadió diferentes motivos ornamentales. La parroquia adquirió así un carácter austero, muy alejado de su esplendor barroco, hasta que en 1948 se acometió una nueva remodelación, encomendada al artista Ceferino Cabañas, para tratar de recuperar su espíritu anterior.


El retablo mayor: una pieza excepcional Considerado como una pieza excepcional dentro del panorama del retablo barroco en Navarra, el retablo mayor de la parroquia de San Miguel, exuberante en su decoración y rico e imaginativo en sus estructuras, ha recuperado todo el esplendor de su policromía y dorado originales tras el proceso de restauración, dirigido por Patxi Roldán Marrodán, director de La Catedral C.S.P. (Conservación y Servicios para el Patrimonio). Realizado entre 1718 y 1722 bajo la dirección de Juan Antonio Gutiérrez, se trata de una pieza muy novedosa en Navarra tanto por su esquema como por su repertorio decorativo. Gutiérrez fue un retablista consagrado y al día de las novedades de su época, similares a las que utilizó su coetáneo José Benito Churriguera.

El retablo mayor presentaba un aspecto mate y turbio, cubierto por una gruesa capa de suciedad, manchas cerosas y de humo, salpicado de gotas de yeso y de pintura y con varias capas de barniz oxidado y oscurecido que habían provocado cambios sustanciales en el cromatismo original. La estructura no registraba graves problemas de estabilidad, pero sí desajustes y grietas y ataques puntuales de carcoma. Tras realizar un estudio pormenorizado y un minucioso análisis de los diferentes materiales que componen la pieza, los restauradores se pusieron manos a la obra, aplicando el criterio de mínima intervención, pero con respeto a los efectos propios del paso del tiempo, para recuperar la policromía original que se hallaba enmascarada por policro-

mías y repintes más modernos y de peor calidad. A la vista de los análisis, se afianzaron piezas y policromías debilitadas con peligro de desprendimiento, se eliminaron elementos añadidos como clavos, cuerdas, cableados y sistemas eléctricos, y se hizo una primera limpieza superficial con brochas de pelo suave y aspiración controlada. Se realizaron catas de limpieza para determinar la forma más adecuada para eliminar depósitos de polvo, restos cerosos, humos grasos, deposiciones de insectos, barnices oxidados, así como repintes y repolicromías que distorsionaban la visión de conjunto. En la actuación sobre el soporte, se aplicó un tratamiento para xilófagos y consolidación química en zonas puntuales de

la madera, se adhirieron piezas sueltas o fracturadas y se reconstruyeron los volúmenes y elementos faltantes que distorsionaban la correcta lectura del conjunto. La última fase de reintegración cromática y estucado siguió el mismo criterio, actuando únicamente en aquellas lagunas que afectaban estéticamente y de forma significativa al conjunto. La restauración de la pieza ha puesto de manifiesto las extraordinarias técnicas utilizadas por el equipo dirigido por Juan Antonio Gutiérrez. La contemplación del retablo dorado y policromado, que contribuye sobremanera a la atmósfera teatral del conjunto, nos sitúa ante uno de los grandes hitos de la historia del arte navarro del siglo XVIII.

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Restauración integral La intervención en el conjunto arquitectónico, dirigida por el arquitecto José Joaquín Garralda, se inició en 2002. Promovida por el arzobispado de Pamplona, el Gobierno de Navarra a través de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra intervino, tras la firma de un convenio, en la financiación de la última fase. Al pésimo estado del edificio, se unía el problema del revestimiento pictórico, de indudable calidad aunque muy deteriorado, realizado a mediados del siglo pasado por Ceferino Cabañas, que convivía con la decoración barroca anterior. Tras valorar detenidamente el asunto, los técnicos optaron por conservar estas pinturas que cubren las superficies de muros y cubiertas. Los trabajos de la primera fase se iniciaron en enero de 2004 y se prolongaron hasta agosto de 2006. Se desarrollaron en el exterior de la parroquia con la restauración de las cubiertas, que sufrían un deterioro muy acentuado, debido principalmente a las filtraciones de agua, con piezas rotas, hundimiento de bovedillas y solivos, tejas rotas o desplazadas, ataques de xilófagos y las consecuencias negativas derivadas de la acción de cigüeñas y palomas. También

Colateral de Santiago.

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se intervino en las torres, la fachada principal y en la fábrica del edificio, que estaba bastante bien conservada, salvo en cornisas y elementos moldurados. La intervención en el interior de la iglesia parroquial comenzó en noviembre de 2007 y concluyó a principios de 2010, acometiéndose los trabajos de saneamiento del suelo, reforma de la instalación de calefacción, recalces puntuales de cimentación en la zona norte y consolidación de la bóveda de la sacristía vieja. En marzo de 2008, comienza una segunda etapa en la obra una vez que quedó finalizada la nueva solera en la nave. Durante ese año los trabajos se centraron en la rehabilitación de las bóvedas y el entablamento. En 2009 se intervino sobre el control de aguas de escorrentía y sobre las humedades en paramentos y pilares. Aunque los daños eran más intensos en la nave late-

Multitudinaria reapertura del templo La iglesia de San Miguel reabrió sus puertas el 27 de marzo de 2010 con la asistencia de cientos de corellanos. Después del desfile del cortejo de autoridades, desde el ayuntamiento de Corella hasta la iglesia de San Miguel, tuvo lugar el acto inaugural seguido de una

celebración eucarística en la que se consagró el nuevo altar, oficiada por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez González, acompañado por una veintena de sacerdotes. El apartado musical corrió a cargo del Orfeón Virgen del Villar y participaron tam-

bién la banda de música y el Ensemble de Chirimías Miguel de Arrózpide, de Pamplona. La representación civil en la reapertura oficial de la iglesia parroquial corrió a cargo del presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, y del alcalde de Corella, Javier Navarro. Entre los asistentes se encontraban también la presidenta del Parlamento, Elena Torres, el consejero de Cultura, Juan Ramón Corpas, el consejero de Relaciones

SAN MIGUEL DE CORELLA, ESPLENDOR BARROCO

Retablo del Santo Cristo erigido por la Hermandad del Descendimiento.

Institucionales, Alberto Catalán, así como la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y diversos concejales de la localidad. El presidente Miguel Sanz calificó el templo de su localidad natal como “joya del Barroco” y señaló que es un magnífico exponente de una labor amplia y diversa que el Gobierno de Navarra está realizando en la restauración de conjuntos y elementos monumentales en distintos lugares de la Comunidad.

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SAN MIGUEL DE CORELLA, ESPLENDOR BARROCO

El ejército arcangélico de la cúpula Es uno de los elementos más singulares de la parroquia de San Miguel, donde la escenografía barroca alcanza su punto culminante, aunando en un único plano cielo y tierra, al escenificar ante los fieles el conocido pasaje del Apocalipsis. Desde la cúpula, una legión integrada por dieciséis soldados

alados, pertrechados con armas de todo tipo, y bajo las órdenes de San Miguel, abate al demonio y otras figuras monstruosas que, a los pies del Arcángel, se precipitan al abismo. El arcángel San Miguel, que luce rica vestimenta militar al estilo romano, se erige en protagonista de la batalla al asestar el golpe final con el que Satanás es arrojado al infierno. Aunque las referencias documentales no determinan a ciencia cierta en qué momento se ejecutó el conjunto, lo más llamati-

vo del ejército celestial corellano es su sorprendente armamento que, además de espadas y lanzas, incluye diversas armas de fuego como arcabuces y trabucos, una iconografía poco habitual en la tradición artística occidental. Los ángeles están ejecutados en madera y las figuras portan telas encoladas en las vestimentas para crear sensación de movimiento, mientras que las figuras infernales del anillo de la cúpula son huecas, realizadas en cartón piedra, con telas y arpilleras encoladas.

ral norte, se extendían por todo el edificio. El control de la humedad, que era la principal causante del deterioro en el templo, permitió proseguir los trabajos de restauración de las pinturas murales así como la consolidación y tratamiento de los zócalos de piedra existentes y la pavimentación. Se recuperó el sistema de calefacción preexistente y se renovaron por completo las instalaciones de electricidad, megafonía e iluminación, con luminarias elegidas para favorecer la lectura del espacio interior y fundamentalmente del retablo mayor, dado su valor artístico dentro del conjunto. En esta última fase se restauró la vidriera de la Resurrección, devolviéndose además a su emplazamiento original, frente al retablo rococó de Santiago, la balaustrada que cerraba esta capilla. Finalmente, se restauraron el retablo mayor y los dos retablos colaterales de la cabecera. El trabajo ha sido especialmente visible en el grupo de San Miguel, que ha recuperado su vivacidad original. El arquitecto califica como “muy satisfactorio” el resultado final de la restauración del templo, que ha recuperado su atmósfera plenamente barroca.

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SAN NICOLÁS EL BURGO RECUPERA SU LUZ

La iglesia-fortaleza de San Nicolás de Pamplona ha recuperado su esplendor tras una minuciosa obra de restauración que comenzó en 2005. Ahora, sus fachadas medievales vuelven a exhibir su belleza original. La gran novedad: el rosetón completamente recuperado en la fachada de la calle San Miguel. La iglesia ya había sido sometida a una rehabilitación integral del interior del templo y de sus dependencias. La reciente restauración representa un buen colofón a la obra de peatonalización llevada a cabo en la plaza y el burgo de San Nicolás. TEXTO JAVIER MUÑOZ FOTOS LUIS PRIETO Y LARRIÓN / PIMOULIER

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Pamplona


L

a historia de Pamplona es una historia marcada por las luchas fratricidas y los reencuentros. A finales del siglo XI, y por el cauce del Camino de Santiago, nuevos habitantes se asientan en la capital. Junto a los antiguos pobladores de la Navarrería, en el año 1090 llega el primer grupo de francos que se instala en el burgo de San Cernin y en el año 1110 surge el llamado ‘Burgo nuevo’, la futura población de San Nicolás, también de origen franco. Pronto las rencillas y la rivalidades comerciales enemistan a los habitantes de las tres poblaciones, que deciden amurallar sus espacios y crear torres de vigilancia para prevenir posibles ataques. La iglesia-fortaleza fue la construcción elegida para tales menesteres. La guerra civil había comenzado. Función religiosa y bastión defensivo. Con este doble cometido se construyó en el siglo XII y en estilo románico la iglesia-fortaleza de San Nicolás. Aquel primer referente arquitectónico del burgo de San Nicolás quedó reducido a cenizas cuando en el año 1222 los vecinos de San Cernin asaltaron e incendiaron la iglesia. En este ataque murieron varios parroquianos. Con la rapidez que manda la urgencia, en el año 1231 se consagra la actual iglesia de San Nicolás, la que aún hoy podemos ver enmar59


SAN NICOLÁS EL BURGO RECUPERA SU LUZ

Fachada de la iglesia al Paseo de Sarasate, proyectado por Ángel Goicoechea en 1882.

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cada en el centro neurálgico de la ciudad. Su misión principal consistió en la defensa del burgo, de ahí sus gruesos muros, verjas y sus torres de vigilancia. Con el transcurrir de los siglos, la iglesia fue presentando diferentes añadidos. Ángel Goicoechea fue el artífice en el año 1882 del atrio, la casa parroquial y la fachada del paseo de Sarasate; y José Martínez de Ubago levantó en el año 1924 la torre de vigilancia en recuerdo de las tres que mantuvo la iglesia hasta que en 1512 fueran derruidas por las tropas castellanas. Ubicada en el Casco Antiguo, entre la plaza de San Nicolás, la calle del Rincón de San Nicolás, la calle San Miguel y el paseo de Sarasate, la iglesia-fortaleza de San Nicolás ha visto pasar la vida de todas las personas que alguna vez han vivido en Pamplona. En sus

registros bautismales aparecen nombres de pamploneses ilustres, como el de Martín Melitón Sarasate y Navascués, bautizado en la iglesia el 10 de marzo de 1844. Y por ella, poco a poco, también ha ido pasando el tiempo. Un tiempo visible en unos muros que hasta ahora arrojaban melancólicas historias medievales. En el año 2003, el arquitecto Xavier Chérrez Bermejo recibe el encargo de restaurar la iglesia de San Nicolás; un trabajo cuyo objetivo era redescubrir el monumento y ponerlo en valor. “Fijar, limpiar y dar esplendor”, con estas cinco palabras el arquitecto resume sus siete años de esfuerzo por mantener la personalidad del edificio y adecuarlo a las necesidades del siglo XXI. Un esfuerzo compartido con Raquel Cantera, arquitecta y colaboradora.

Con el apoyo económico del Gobierno a través de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, el Ayuntamiento de Pamplona y la parroquia de San Nicolás, la restauración exterior ha consistido en limpiar, ordenar y consolidar la fábrica exterior. En el interior, en derribar los añadidos obsoletos y dar forma al espacio resultante. En definitiva, se buscaba devolver al edificio el carácter que le hizo valedor de la defensa del burgo. Las obras de restauración comenzaron en el año 2005 por la fachada del paseo de Sarasate, prosiguieron circundado el edificio por la fachada de la calle del Rincón de San Nicolás, la fachada de la plaza de San Nicolás, la torre de San Nicolás y concluyeron en la fachada de la calle San Miguel.


El rosetón, recuperado Piedra a piedra, el monumento fue recuperando su luz original y reafirmando su propia historia. Adaptándose a los nuevos tiempos, se suprimió la caldera de gasóleo por otra nueva de gas. Con este lógico cambio se eliminó de un plumazo el hollín, esas pequeñas partículas de carbono que ennegrecían y devoraban los muros del edificio. Desde la calle Lindatxikia la fotografía ha cambiado. Se tiene una vista excepcional de la iglesia de San Nicolás, tal y como fue construida siglos atrás, ahora sin chimenea de gasóleo. “Se salvaron las piedras chamuscadas picándolas una a una. Es un orgullo liberar al

Arriba: fachada norte con la torre de vigilancia levantada en 1924 por José Martínez de Ubago en recuerdo de las torres medievales derribadas en 1512. Abajo: el rosetón recuperado en la fachada de la calle San Miguel.

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SAN NICOLÁS EL BURGO RECUPERA SU LUZ

Arriba: fachada del rincón de San Nicolás. Abajo: la cúpula gótica recuperada con el espejo que la “reconstruye” ópticamente.

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ábside gótico de la iglesia de San Nicolás de su añadida chimenea de ladrillo”, afirma Xavier Chérrez con una amplia sonrisa. Una auténtica limpieza visual. Precisamente en el Rincón de San Nicolás, la iglesia guardaba secretos que nadie había conseguido desvelar. En la fachada se creó una puerta que da acceso desde el exterior a la sala de Juan Pablo II. Las obras que se hicieron en esta parte del interior de la iglesia ofrecieron dos impresionantes hallazgos. El primero fue el arranque del ábside románico de la iglesia que fue incendiada. El segundo la cúpula gótica que apareció tras tres falsos techos y que no se encontraba detallada en ningún plano. La cúpula quedó destruida al construirse la capilla neoclásica. La mitad que ha quedado se ha recuperado, se ha reconstruido y se ha recreado. Chérrez lo explica: “Propuse la reconstrucción virtual de la mitad que faltaba colocando un espejo. Se ha creado una ilusión óptica de lo que fue esta magnífica cúpula. Hemos ‘construido’ la última cúpula gótica de la historia”.


Pórtico de la fachada norte protegido por el atrio obra de José Martínez de Ubago en 1882.

Visita a San Nicolás El consejero de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra, Juan Ramón Corpas, acompañado por el párroco, Santiago Cañardo, y por el director general de Cultura, Pedro Luis Lozano (de espaldas), en la visita a las obras de restauración de la iglesia de San Nicolás realizada en octubre de 2010.

A partir del año 2007 comienza la restauración exterior del templo en su totalidad. La primera fase fue la parte de la iglesia que da a la plaza de San Nicolás. De nuevo los trabajos consistieron en consolidar, limpiar y colocar nuevas piedras. El óculo de la fachada norte se reconstruyó y se enfoscó. Con la llegada del dinero de la Fundación se pudo continuar con la restauración de la fachada oeste y con la consolidación de la torre y del reloj. Desde la esquina de la calle San Gregorio se tiene uno de los puntos de vista más característicos de la iglesia de San Nicolás: su torre, el pórtico y la fachada de la calle San Miguel. Aquí se ha seguido consolidando y limpiando la fachada, además de eliminar las chimeneas que aún existían de otros periodos y que ya no tenían uso. Incluso se han recuperado para la vista los dos escudos en la esquina con el paseo de Sarasate que estaban totalmente oscurecidos. Pero, sin duda, la gran novedad es el rosetón de la fachada de la calle San Miguel, que ha sido reconstruido en su totalidad. “Desde el interior no se puede ver, ya que se encuentra el órgano, y al exterior éste es el único lugar desde el cual se puede apreciar en toda su dimensión. Se le devolvió la forma al rosetón, que con el tiempo la había perdido. Es un trabajo que llena de satisfacción”, reconoce el arquitecto. Y de nuevo volvemos al paseo de Sarasate, donde la iglesia de San Nicolás se ve en todo su esplendor. La iglesia aún necesita una pequeña intervención (en el pórtico, en la absorción de aguas subterráneas y en el interior de la torre), pero la nueva luz que desprende permite apreciar pequeños detalles que hasta ahora habían pasado desapercibidos. Sólo hay que ir y mirar.

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RESTAURACIÓN DEL CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE FITERO El claustro renacentista del monasterio de Fitero, edificado en el siglo XVI, se hallaba en un estado de serio deterioro, con peligro de derrumbe en algunos tramos. En 2008 se iniciaron los trabajos para su restauración integral, un ambicioso y complejo proyecto promovido por la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra y el Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana, que se prolongará durante varios años. TEXTO HELENA SALAS FUENTES FITERO: EL LEGADO DE UN MONASTERIO, EDITADO POR LA FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE NAVARRA / MEMORIAS DE LA 1ª Y 2ª FASE DEL PROYECTO DE RESTAURACIÓN REDACTADAS POR EL ARQUITECTO JAVIER SANCHO FOTOS JAVIER SANCHO Y CONSTRUCCIONES ZUBILLAGA

E

l monasterio de Fitero, el primero de la orden del Císter en la península, es uno de los principales conjuntos monumentales de Navarra. Con diversas edificaciones, levantadas entre los siglos XII y XVIII, requiere numerosas tareas de restauración y reparación.

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Por ser la edificación más deteriorada, la intervención se ha iniciado en el claustro. Adosado a la nave meridional de la iglesia abacial, el claustro del monasterio, de dos pisos y planta cuadrada, fue edificado en el siglo XVI, aunque los muros perimetra-

les son anteriores. Considerado como uno de los edificios más relevantes de la arquitectura renacentista navarra, se encontraba en muy mal estado, con bóvedas y tramos de los alzados hundidos, desplomes en las arcadas altas, agrietamientos en las bóvedas bajas y


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RESTAURACIÓN DEL CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE FITERO

Apeo de bóveda del claustro bajo.

Arriba: foto antigua del claustro. Abajo: estado del claustro antes de iniciarse las obras de restauración. Arriba derecha: apeos de la crujía oriental del claustro. Abajo derecha: ángulo noreste del claustro.

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altas, caída de piezas de nervaduras, deterioro de la fábrica de piedra y de la ornamentación esculpida, roturas, pérdida de revestimientos y suciedad generalizada. A la deficiente calidad de la piedra arenisca empleada para su construcción, se unieron, a lo largo de sus más de 400 años de existencia, otros factores que llevaron a que peligrara la integridad física del edificio: empujes de las bóvedas, de los arcos y de las cubiertas, deficiente evacuación del agua de lluvia, humedad de capilaridad, abandono y deficiente mantenimiento desde la desamortización del siglo XIX, transformaciones de las edificaciones perimetrales y hundimiento de piezas anejas.


En 1893 se produjo un suceso especialmente relevante. Debido a la mala construcción de los muros exteriores del sobreclaustro, se derrumbó uno de los lienzos en la esquina sureste, ocasionando la pérdida de varios tramos de bóvedas y de varios arcos, tanto en el claustro alto como en el bajo. Más recientemente, durante unas obras de recalce en 1997, se hundió la biblioteca y la crujía meridional del claustro resultó afectada, con grietas, cesión del pavimento y caída de piezas de los arcos, lo que llevó a cerrar el claustro al público. El pésimo estado del claustro llevó a la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra y al Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana a tomar cartas en el asunto para recuperar este conjunto monumental, propiedad del Arzobispado de Pamplona, continuando con las acciones emprendidas a lo largo del último medio siglo, tanto por parte del Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana como del Ayuntamiento de Fitero, encaminadas a reparar y restaurar diferentes edificaciones del monasterio. Javier Sancho Domingo, arquitecto de la Sección de Patrimonio Arquitectónico del Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana, es el responsable del proyecto de restauración del claustro, incluido en el Plan Navarra 2012 del Gobierno foral. “Se trata de una obra clásica de restauración, muy complicada, y con un orden necesariamente lento, que debe abordarse por fases. Antes de la intervención, ha sido necesario realizar diversos estudios de las características geológicas, mecánicas, hidrológicas y geotécnicas del terreno, así como de los materiales pétreos y de los revestimientos pictóricos, para evaluar los daños y sus causas y poder determinar las mejores soluciones para su restauración”, aseguró a LEGADOS DE UN REYNO.

Una joya del arte renacentista El claustro del monasterio de Fitero es una de las obras arquitectónicas más relevantes del arte navarro del siglo XVI. Se erigió sobre el espacio ocupado hasta ese momento por el claustro medieval, parte de cuyo material pétreo fue reaprovechado en la nueva construcción. Se empleó también piedra arenisca de la zona, fácilmente erosionable por la acción de la humedad, lo que ha determinado el importante deterioro que presentaba el claustro antes de su restauración. La edificación del claustro se inició por la crujía oriental (1530-1545) bajo la dirección del cantero guipuzcoano Luis de Garmendia y del maestro francés Baltasar de Arrás en la obra De piedra, maçoneria y bultos. Las otras tres galerías, encomen-

dadas al cantero Pedro de Arteaga, fueron erigidas entre los años 1561 y 1572. Las bóvedas son particularmente interesantes, tanto por su riqueza de diseño como por su decoración, desde la modalidad de tercelete a otras cubriciones estrelladas más complejas, con combados cóncavos y convexos de diferente trazado. Los pilares varían a lo largo de las cuatro crujías y marcan una evolución que va desde esquemas tardogóticos a otros de tipo clasicista ubicados en la galería norte. La rica decoración ornamental esculpida en las diferentes crujías del claustro muestra una evolución de estilo y factura propia de la arquitectura renacentista española. En los capiteles, ménsulas y claves de las bóvedas de la galería este se puede apreciar el influjo de las novedades importadas del renacimiento italiano, especialmente el grutesco, formado por elementos vegetales, humanos y animales

que se metamorfosean, con finas decoraciones a base de guirnaldas, máscaras, cabezas de ángeles, monstruos y animales fantásticos. En las otras tres crujías, el lenguaje ornamental evoluciona hacia el “manierismo fantástico” inspirado en Rafael y Miguel Ángel, con calaveras, telas colgantes y cartelas correiformes, alternando con escenas de carácter religioso como los capiteles dedicados a La Creación. Este rico programa decorativo contrasta con la austera severidad del sobreclaustro, levantado entre 1590 y 1613 en el más puro estilo clasicista. Fueron sus artífices Juan de Nates Naveda, Juan de Naveda y Juan González de Sisniega, influidos por el estilo herreriano de su época. A lo largo de las cuatro galerías se despliegan arcos de medio punto articulados por pilastras adosadas, imponiéndose la geometría frente a la decoración, que está totalmente proscrita.

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RESTAURACIÓN DEL CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE FITERO

Las dos primeras fases 2008-2010 En 2008 comenzaron los primeros trabajos centrados en la sustitución de la cubierta de la crujía oriental del claustro y de sus dependencias anejas. Con estas obras, que concluyeron en agosto de 2009, se repusieron las cubiertas de la crujía oriental con estructura de madera de abeto y se recuperó la configuración original de la cubierta

Dos abades para un claustro El claustro que conocemos sustituyó en el siglo XVI al claustro medieval, del que apenas han quedado restos. La construcción de las cuatro crujías obedeció al empeñó de los abades fray Martín de Egüés I (1503-1540) y su sobrino fray Martín de Egüés II (1540-1580). Tío y sobrino rigieron los destinos de la abadía durante buena parte del siglo XVI. Al primero se debe el primitivo organigrama administrativo de Fitero, con la redacción de las primeras ordenanzas municipales y la concesión de solares a sus pobladores. En 1512 donó los diezmos y primicias que le correspondían como abad para afrontar el coste de la construcción del claustro, que se inició con la crujía oriental. Le sucedió su sobrino, fray Martín de Egüés II, quien llegó al cargo de abad muy joven. Gastaba alegremente las rentas, por lo que en 1566 se optó por dividirlas en tres partes: una para el abad, otra para los monjes y la tercera para la fábrica. Bajo su gobierno se construyeron las otras tres crujías del claustro.

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del dormitorio antiguo y su sistema constructivo, con zapatas y vigas de madera de abeto. Tras la intervención en las cubiertas del ala este y de las dependencias contiguas, se iniciaron las labores de consolidación estructural. Entre septiembre de 2009 y junio de 2010, se centró en la consolidación estructural de la crujía oriental, sin variación de sus características originales. En primer lugar, se consolidó la cimentación del muro perimetral sur en el ángulo sureste, que resultó afectado por el hundimiento de

la biblioteca. La consolidación se realizó rellenando el túnel que conectaba la bodega abierta bajo el dormitorio viejo con el sótano situado bajo el antiguo refectorio. Especialmente complejo resultó el desmontado de los contrafuertes, el banco y la imposta intermedia de esta crujía del claustro, que se encontraban en mal estado porque la piedra estaba muy degradada. “Evidentemente, el edificio tiene que seguir sosteniéndose. Tuvimos que colocar apeos bajo las arcadas y los perpiaños de las bóvedas


Izquierda: ángulo del dormitorio viejo y encuentro con el nuevo. Arriba: cubierta del dormitorio nuevo.

Visita institucional del consejero, miembros del Parlamento de Navarra, autoridades, técnicos y especialistas del Gobierno de Navarra y de la Universidad de Navarra.

Concluyen las obras del ala este del claustro Después de 9 meses de trabajo y 664.000 euros de inversión, las obras de rehabilitación del ala este del claustro de Fitero ya han concluido. En octubre de 2010 se iniciaron los traba-

jos para acometer la recuperación de la zona norte del claustro, una de las más castigadas y para la que se prevé una inversión de 700.000 euros que se desarrollará a lo largo de 2011.

del piso bajo para poder quitar los contrafuertes; suplir su papel para poderlos sustituir y poder hacer las reparaciones necesarias en los pilares, las bóvedas y los sillares”, explicó el arquitecto. Para su reposición, con la misma configuración arquitectónica, dimensiones, materiales y sistema constructivo que el original, se utilizó una piedra arenisca de la zona media de Navarra, de características petrográficas análogas a la empleada en la construcción del claustro, pero de mejores condiciones petrofísicas. Actualmente, está en proceso de redacción el proyecto de la tercera fase, que se desarrollará a lo largo de 2011 con el objetivo de consolidar la estructura de la crujía norte. La obra se prevé complicada “pues toda la galería norte alta quedará apedada y suspendida”. Posteriormente se abordará la consolidación estructural de las

dos alas restantes: las crujías oeste y sur. Según explicó el arquitecto“cada crujía presenta problemas estructurales diferentes, con hundimientos, piedra deteriorada, problemas de humedades, del terreno, etc.” Cuando concluyan los trabajos de consolidación estructural del claustro, se abordará la restauración final de paramentos verticales y bóvedas, con ornamentación pictórica y elementos de yeso tallado, la limpieza y reparación de los demás elementos de piedra con labra ornamental (capiteles, repisas, claves y entablamentos), el drenaje, recogida y evacuación de aguas, la solución de la humedad de capilaridad en el claustro bajo, la reposición de los pavimentos, la restauración de las carpinterías, la instalación de iluminación, la señalización y el ajardinamiento del patio. 69


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FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE NAVARRA ACTIVIDAD 2009-2010

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ÍNDICE DE CONTENIDOS FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE NAVARRA ACTIVIDAD 2009-2010 RESTAURACIÓN DE PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO Santuario de Santa María la Real de Ujué

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Albergue de peregrinos de la Real Colegiata de Roncesvalles

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Iglesia de San Nicolás de Pamplona

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Ciudadela de Pamplona

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Claustro del monasterio de Fitero

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Iglesia de San Miguel de Corella

75

En la página anterior: imagen del sotocoro de Santa María la Real de Ujué que alberga la pila bautismal románica de la desaparecida iglesia de Benegorri (Valdorba). Derecha: contrafuerte del pórtico norte de la iglesia de Santa María la Real de Ujué.

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RESTAURACIÓN DE PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

SANTUARIO DE SANTA MARÍA LA REAL DE UJUÉ

cera y nave, con la nave, sotacoro y

judicatarias, durante el año 2009, pro-

Interior iglesia

cancela al mismo nivel–. La ausencia

longándose hasta junio de 2010. El im-

de escalones y barandillas permite

porte total ha ascendido a 180.000,00 €

Fecha de contratación 16 de febrero de 2009

La iglesia-fortaleza de Santa María de

ahora disfrutar mejor el espacio inte-

Ujué fue declarada Bien de Interés Cul-

rior del templo, que con un solo nivel

Casa parroquial

tural en 1936. En pleno celebrado en

no tiene barreras arquitectónicas y es

Se va a dar respuesta a tres necesidades

enero de 2001, la Fundación para la

más adecuado a su función. Se han re-

que Ujué tenía: mejorar las dotaciones

Conservación del Patrimonio Histórico

cuperado las pinturas de fondo de las

destinadas a casa parroquial, disponer

de Navarra decidió acometer las obras

paredes de la nave. La iluminación

de un punto de acogida para visitantes

necesarias para preservar el templo y

consta de cuatro luminarias, dos por

y facilitar el acceso a la iglesia y al res-

detener el deterioro sufrido en las últi-

tramo, y varios proyectores que ilumi-

to del conjunto a personas con movili-

mas décadas.

nan los capiteles del sotocoro desde

dad reducida mediante la instalación de

A lo largo de 2010 se ha finalizado la

el suelo. Se han restaurado las pintu-

un ascensor que comunique el nivel de

restauración del interior de la iglesia.

ras murales situadas detrás del órga-

la plaza con el del atrio de la iglesia.

Ha su vez ha continuado la compleja ac-

no y las del antepecho de piedra po-

tuación en la Casa Abacial, que acaba-

licromada. La sillería del coro queda

rá en 2011.

centrada en la nave gótica.

• Planta baja. Se destina a albergar el punto de acogida turística. El volumen adosado contiene el ascensor que co-

Interior iglesia

Además, en el marco de la intervención

munica con la planta 1ª y 2ª hasta lle-

El interior de la iglesia fue inaugurado

integral en el santuario de Santa María

gar al nivel del atrio de la iglesia.

en abril de 2010. Las obras se realizaron

la Real de Ujué, dentro de esta fase co-

• Planta primera. Destinado a sala de ex-

con los objetivos de eliminar barreras ar-

rrespondiente a la restauración del in-

posiciones y puede estar funcional-

quitectónicas, recuperar la disposición

terior de la iglesia, se han restaurado los

mente vinculada al punto de acogida

y materiales que tenía el edificio e incor-

siguientes bienes muebles que compo-

porar una iluminación adecuada para su

nen su ajuar litúrgico:

uso, circulación y emergencia. Estas fueron las intervenciones realizadas: • Cabecera románica. Se remodeló el presbiterio para adecuarlo a la liturgia actual: capilla del Santísimo, altar sede, pila bautismal, imagen de la Vir-

Inversión 1.064.223,76 € Bienes Muebles Adjudicatario Talleres Artres, S.L. y Sagarte, S.L. Inversión 180.000,00 € Casa parroquial Fecha de contratación 30 de octubre de 2009 Adjudicatario Construcciones Aranguren, S.A. Inversión 1.776.533,98 €

para visitantes. • Planta segunda. Es completamente independiente de las inferiores. Se ac-

• Talla románica de Santa María la Real de Ujué • Cofre gótico del corazón de Carlos II y fragmento de reja románica • Retablo renacentista de la Virgen del Rosario

cede a ella por su alzado norte, al nivel del atrio de la iglesia, y contiene la escalera de acceso a la planta tercera y la bajocubierta. La planta del volumen principal está compuesta por dos amplios espacios articulados por

gen, etc. Se picaron todas las juntas

• Rejas del presbiterio del siglo XVI

una caja central que los divide. El es-

de cemento en paredes y bóvedas y

• Talla barroca de San José

pacio resultante en la parte norte de

se repusieron con mortero de cal. En

• Retablo barroco de la Vera Cruz

la planta es el zaguán y el de la par-

el presbiterio se realizó sólo la preins-

• Púlpito y tornavoz barrocos

te sur, el salón parroquial, en donde

talación de calefacción por suelo ra-

• Sillería de coro y facistol rococó

destaca el frente sur en el que están

diante ya que la sala de calderas, que

• Cancela barroca de la puerta sur

las dos ventanas balconeras que dan

se ubicará en el anexo a la Casa Aba-

• Vía Crucis, puerta del coro, armario y

acceso al balcón, uno de los elemen-

cial, se realizará cuando se finalice ese

Adjudicatario Construcciones Aranguren, S.A.

ambón.

edificio. También se llevó a cabo la ins-

tos arquitectónicos más singulares del edificio.

talación de iluminación, megafonía,

Los trabajos han sido dirigidos por la téc-

• Planta tercera. Se han realizado dos

alarmas y todo el mobiliario litúrgico

nico superior restauradora de la Sección

viviendas, una para el párroco y otra

del presbiterio.

de Bienes Muebles y Registro del Patri-

para invitados.

• Nave gótica. Los cuatro niveles exis-

monio del Servicio de Patrimonio Histó-

tentes: cabecera, nave, sotacoro y

rico. Se han desarrollado tanto in situ

cancela, se han reducido a dos –cabe-

como en los talleres de las empresas ad-

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ALBERGUE DE PEREGRINOS DE LA REAL COLEGIATA DE RONCESVALLES

• Tercera fase. Se encuentra actualmente en ejecución. Estará finalizada en febrero de 2010 y comprende las actuaciones necesarias para la adecua-

Construida en el siglo XII, se erige

El edificio fue concebido entre finales del

da finalización de las obras. En el ex-

como la iglesia fortaleza del burgo nue-

siglo XVIII y principios del siglo XIX como

terior del edificio, se han revestido los

vo de San Nicolás, en la Pamplona me-

Nuevo Hospital. Se trata de un edificio

muros de mampostería con mortero

dieval. De estilo gótico, su exterior se

que ha sufrido numerosas modificacio-

de cal. Se ha instalado la carpintería.

encuentra en la actualidad enmascara-

nes formales y funcionales a lo largo del

En el interior, se ha compartimenta-

do por reformas del siglo XIX. Mantie-

tiempo. Ha llegado hasta nuestros días

do el espacio por medio de tabique-

ne una de sus torres medievales, muy

manteniendo la volumetría original y

ría. Dentro del capítulo de acabados,

reformada, la portada gótica del muro

gran parte de los muros originales, en

se ha realizado la pavimentación,

hastial con cinco arquivoltas y la porta-

planta baja y planta bajo rasante. Toman-

enlosados, pintado de paramentos,

da norte, también gótica, junto a la que

do como base y respetando estos ele-

etc.

se aprecian todavía los muros medie-

mentos del proyecto original, se ha re-

Así mismo, dentro de esta fase se ha

vales. Fue declarada Bien de Interés Cul-

alizado el proyecto de restauración y

ejecutado las instalaciones (eléctrica,

tural por Decreto Foral en 2006.

rehabilitación del edificio como nuevo

calefacción, fontanería y saneamien-

En el año 2007 iniciaron los trabajos

Albergue de Peregrinos de la Real Cole-

to, etc.) así como el equipamiento con

para la restauración de las fachadas ex-

giata.

los elementos de mobiliario de carác-

teriores de la iglesia. Las obras han sido

ter arquitectónico, la cocina y los

realizadas gracias a sucesivos convenios

aseos, y máquinas expendedoras.

firmados por la Fundación para la Con-

El proyecto tiene dos objetivos fundamentales: incrementar el número de plazas disponibles y mantener, recuperar y

servación del Patrimonio Histórico de

potenciar los valores históricos y arqui-

Estructuras

Navarra con la parroquia de San Nico-

tectónicos del edificio.

Fecha de contratación 29 de enero de 2009

lás. Además ha colaborado el Ayunta-

• Primera fase (2008-2009). Se procedió al derribo de todas las partes inservibles en el nuevo proyecto. • Segunda fase (2009-2010). Ha comprendido la construcción de las nuevas estructuras. Se diferencian claramente dos partes en el proceso: estructura de hormigón y adecuación de los muros de piedra existentes, y estructura de cubierta de madera laminada formada por diez cerchas de madera laminada en el tramo central y limas y alfardas en los extremos. cuatro aguas con una pendiente del 94% cubierta con una lámina de plomo. Gracias al incremento de la pendiente el espacio resultante es habitable en su mayoría y su volumetría permite albergar parte importante del programa del albergue de peregrinos. Se ha realizado una plataforma de llegada junto a la puerta de acceso principal de la planta baja que pretende enfatizar el acceso al edificio y crear un espacio de reposo en el que los peregrinos puedan descansar sentándose y puedan limpiarse las botas en unas gradas pensadas para este uso.

miento de Pamplona. Durante la quinta fase se han restau-

Adjudicatario Construcciones Leache

rado las fachadas del Rincón de San Ni-

Inversión 2.506.549,01 €

Con esta labor, queda completada la

Adecuación Fecha de contratación 22 de septiembre de 2009 Adjudicatario Construcciones Leache Inversión 2.881.738,14 €

Todas ellas forman una cubierta a

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IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE PAMPLONA

Amueblamiento Inversión 117.032,60 €

colás, esto es, los exteriores del ábside. restauración de los exteriores de la iglesia de San Nicolás. Fachada Rincón de San Nicolás Fecha de la firma del convenio 29 de junio de 2010 Adjudicatario Construcciones Zubillaga, S.A. Aportación de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra a esta fase 96.067,22 € Aportación de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra al total de las obras 353.252,13 €


CIUDADELA DE PAMPLONA

CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE FITERO

IGLESIA DE SAN MIGUEL DE CORELLA

La Ciudadela de Pamplona se declaró

El de Fitero es un extraordinario com-

La intervención integral sobre la parro-

monumento histórico artístico por de-

plejo monástico. Fue declarado Monu-

quia de San Miguel de Corella se ha re-

creto 332/1973, siendo uno de los más

mento Histórico-Artístico en 1931. La

alizado en varias fases. Se han firmado

importantes bienes del patrimonio cul-

Fundación, consciente del valor histó-

sucesivos convenios para las obras. Du-

tural de la capital navarra y un ejemplo

rico y artístico del conjunto del monas-

rante 2009 se intervino tanto sobre el

de primer orden de arquitectura defen-

terio de Santa María la Real de Fitero y

control de aguas de escorrentía, como

siva.

de la necesidad de su adecuada conser-

sobre la humedad en paramentos y pi-

En 2009 se realizó la restauración del

vación, promueve la restauración del

lares. El control de la humedad permi-

camino cubierto, la contraescarpa, la

conjunto comenzando por el deterio-

tió proseguir los trabajos de restaura-

contraguardia y el revellín de Santa Cla-

rado claustro que presenta un estado

ción de las pinturas murales así como

ra, también llamado de San Francisco

ruinoso con peligro de derrumbe.

la consolidación y tratamiento de los

Javier. Tras esta, en julio de 2010, se fir-

• La intervención comenzó en 2008

zócalos de piedra existentes y la pavi-

mó un convenio con el Ayuntamiento

con la realización de diversos estu-

de Pamplona para la financiación de los

dios. Además, en dicho año se susti-

Se puso en funcionamiento la cale-

mismos espacios en la zona que se en-

tuyó la cubierta de la crujía oriental

facción y se renovaron por completo las

cuentra a continuación, el revellín de

del claustro, del dormitorio viejo, de

instalaciones de electricidad, megafo-

Santa Isabel. Posteriormente, en octu-

la galería oriental y del encuentro del

nía e iluminación, con luminarias ele-

bre de 2010 se firmó otro para actuar

dormitorio antiguo con el dormitorio

gidas para favorecer la lectura del es-

de igual modo con el de Santa Ana, ad-

nuevo.

pacio interior y fundamentalmente del

yacente al de Santa Isabel. Estas obras se incluyen en el Plan Na-

• Consolidación estructural de la crujía oriental.

mentación.

retablo, dado su valor artístico dentro del conjunto, sin olvidar las necesida-

varra 2012. Además, con la restauración

• En 2009 y hasta agosto de 2010 se pro-

del revellín de Santa Ana se completan

cedió a la consolidación y restauración

los trabajos en el recinto exterior de la

estructural de la crujía oriental, con

Por último, se ha llevado a cabo la

Ciudadela.

la sustitución de parte de los contra-

restauración del retablo mayor y los

des litúrgicas. Las vidrieras se restauraron y limpiaron.

fuertes, columnas, pilastras, el recal-

dos laterales de la cabecera, reponien-

Sector de Santa Isabel

ce de la cimentación, y reparaciones

do la balaustrada original en uno de

Fecha de la firma del convenio 5 de julio de 2010

o sustitución de nervios y bóvedas, la-

ellos. El trabajo ha sido especialmente

bores estas de considerable comple-

visible en el grupo de San Miguel y la

jidad técnica. Además, para poder re-

Asunción, que han recuperado su vivaz

alizarlas fue preciso el cimbrado,

policromía original.

Adjudicatario Construcciones Zubillaga, S.A. Aportación de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra 2.287.226,52 € Sector de Santa Ana Fecha de la firma del convenio 6 de octubre de 2010 Adjudicatario U.T.E. Santa Ana ALZ (Aranguren, Leache y Zubillaga) Aportación de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra 1.828.590,60 €

apeo y apuntalamiento de las zonas en las que se trabajó.

Una vez finalizados estos trabajos, y a la espera de realizar pequeñas actuaciones en otros bienes muebles, la igle-

Dormitorio viejo

sia se reabrió el 27 de marzo de 2010.

Fecha contratación 12 de agosto de 2008

Intervención interior

Adjudicatario Construcciones Zubillaga S.A. Inversión 664.070,52 € Ala este del claustro Fecha contratación 14 de agosto de 2009

Fecha de la firma del convenio 15 de enero de 2009, 14 de septiembre de 2009 y 6 de marzo de 2010 Aportación total de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra 950.000,00 €

Adjudicatario Construcciones Zubillaga S.A. Inversión 697.939,32 €

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Otras actuaciones en Navarra

78-85. San Pedro de la RĂşa, Estella 86-87. Dos VĂ­rgenes en el Camino


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R E S TAU R A C I Ó N D E C U B I E RTA S, FA C H A DA S Y P O RTA DA

San Pedro de la Rúa, Estella TEXTO LUIS GARBAYO Y JOSÉ LUIS FRANCHEZ APECECHEA (ARQUITECTO DIRECTOR DE LAS OBRAS) FOTOS JOSÉ LUIS FRANCHEZ

Q

E

l templo de San Pedro de la Rúa está construido bajo la peña sobre la que se encaramaba uno de los castillos medievales de defensa de la ciudad, el de Zalatambor. La iglesia matriz de Estella, cuya torre le confiere un aspecto defensivo, se levantó a partir de la segunda mitad del siglo XII, al final de la rúa de las Tiendas, en el barrio de los francos, frente a la plaza de San Martín. Desde 1256 tiene rango de Iglesia Mayor de Estella y allí juraron los fueros y pri-

vilegios de la ciudad doña Catalina y don Juan en 1496, el emperador Carlos en 1523 y Felipe II en 1592. Un cambio sobre la marcha En su origen, el templo se ideó de una sola nave pero hubo un cambio durante la ejecución de las obras y se decidió modificar la idea inicial y levantar un templo de tres naves. Conviene tener en cuenta que en aquel momento se estaba construyendo, en la otra orilla del río Ega, un templo de tres naves, el de San Miguel, y a

pocos kilómetros, una iglesia con triple cabecera, Estella la de Santa María de Irache. Esta “competencia” entre burgos fue probablemente la causa por la que se decidió trasdosar dos ábsides laterales a ambos lados del ábside mayor ya construido. Esto, y lo abrupto del terreno en el que se asienta, explican algunas de las irregularidades arquitectónicas PAMPLONA

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del templo: el gran tamaño de la capilla mayor en relación con las capillas laterales que configuran la triple cabecera, el aspecto irregular —trapezoidal y achaflanado en su último tramo— de la nave lateral norte; o las diferentes anchuras de las dos naves laterales. El ábside central de San Pedro de la Rúa posee además singularidades tipológicas, ya que presenta soluciones ajenas al Románico navarro. Por ejemplo, los tres absidiolos de la capilla principal, que denotan la influencia, si no la autoría, de maestros canteros de Cahors y Souillac, en el Midi francés, algo que se explicaría por el origen francés de muchos de los habitantes del burgo de San Martín, asentado en la orilla derecha del río Ega.

Página anterior: vista de la iglesia de San Pedro de la Rúa desde el este. A la izquierda, el convento de Santa Clara y al fondo el monte Belastegui y la sierra de Lóquiz. Arriba: vista de la iglesia antes de su restauración. Derecha: en el lado sur de la torre se aprecia el arco ojivo que define la altura de la nave gótica original, desmontada en 1609.

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Problemas estructurales La construcción primigenia fue la de un templo con una nave central gótica muy alta y esbelta, como se puede apreciar en el arco ojival primitivo que queda en el costado sur de la torre. En origen, se trataba de un templo muy luminoso ya que tenía ventanales en las cuatro fachadas de su nave central, tal como se ha comprobado durante las obras de restauración. Sin embargo, esa altura se había conseguido llevando la solución estructural de contrarrestos al límite, y los problemas debieron de aflorar desde el primer momento. En 1557, con motivo de la muerte del entonces Mariscal del Reyno, don Pedro III de Navarra, su hermano y arzobispo de Valencia, don Francisco de Navarra, a la vista del mal estado del templo encargó un peritaje que concluyó que lo más aconsejable era derribarlo, dado su deterioro tan acusado, y construir otro nuevo en la zona del Arenal (Los Llanos). Pero los parroquianos se negaron y dio comienzo un largo pleito que no se resolvió hasta 1650. Como es evidente, aquella propuesta de demolición y nueva construcción no prosperó. Previamente, en 1609, se había desmontado la bóveda gótica de la nave


central. Durante más de cien años el templo permaneció sin bóveda, protegido únicamente con una cubierta de madera y teja que quedaba a la vista desde el interior. Fue en 1734 cuando se construyó la actual bóveda de la nave central, de ladrillo.

Arriba: vista de la cabecera, con las nuevas cubiertas de sillar, y de las cubiertas de la nave central y lateral sur tras su restauración. Se puede apreciar (comparar con la foto de la página izquierda) como se ha sobreelevado ligeramente el muro perimetral de la fachada de la nave central para independizarla volumétricamente de los laterales. Abajo: detalles de la construcción de la estructura de la cubierta de la nave central.

Restauración de las cubiertas Antes de las obras de restauración, tanto la cubierta de teja del templo como la estructura de madera que la sustentaba estaban en mal estado, con problemas de filtraciones del agua de lluvia. Además, la cubierta enmascaraba la volumetría escalonada original con tres faldones de cubierta en tres niveles distintos. Lo mismo ocurría con la cubierta de los tres ábsides y la sacristía. En el transcurso de las obras, se descubrieron en la cabecera principal, bajo la teja, restos de la primitiva cubierta de sillar. Este dato, que ya se conocía, confirmó la propuesta del proyecto para re-

construir una cubierta de sillar de piedra que recuperara la solución constructiva original, al igual que se había resuelto años atrás en la cercana iglesia de Santa María Jus del Castillo o en Santa María de Irache. La piedra de los sillares trapezoidales de las nuevas cubiertas de los ábsides y el resto de piedra caliza utilizada para la reposición de sillares se ha extraído de la cantera de Azcona, la misma con la que se construyó la mayor parte del templo. En la restauración, se ha desmontado la estructura de madera de la cubierta de la nave central, muy deteriorada y reparada en varias ocasiones, y se ha sustituido por otra nueva de madera laminada. La estructura desmontada ocultaba los capiteles de las pilastras góticas de la nave original así como pinturas, también góticas, que se han limpiado y consolidado. El muro perimetral de fachada de la nave central se ha sobreelevado en torno a un metro 81


Arriba: detalle de las obras de restauración de la sacristía. Abajo: linterna que remata la capilla de San Andrés. Derecha: vista de la iglesia desde el sudeste después de la restauración.

para independizar la cubierta central respecto de los laterales y permitir una mejor visión de los restos góticos (ventanales, pilastras, capiteles y pinturas murales) que quedan sobre la bóveda y bajo la nueva estructura de madera de la nave central. Asimismo, la reconstrucción de la cubierta de la nave lateral sur ha permitido recuperar parcialmente los ventanales góticos de la nave principal localizados bajo esta cubierta. 82

Sacristía La cubierta de la sacristía había sido reconstruida hace 60 años con viguetas y capas de hormigón armado. En aquel momento se había repuesto un único faldón que cubría no sólo la sacristía sino también el ábside lateral sur y la capilla mayor. Como resultado de la restauración, la cubierta de la sacristía, a tres aguas, es independiente de las cubiertas de la triple cabecera románica.

Capilla de San Andrés La cubierta de la capilla mostraba serios problemas de conservación, tanto en la propia cubierta como en la linterna que la remata. Desde siempre, éste era uno de los puntos débiles de las cubiertas del templo ya que se producían filtraciones por agua de lluvia. Se ha construido una nueva cubierta de madera y teja, que en la linterna se remata en zinc. Además, los muros de la linterna han


SAN PEDRO DE LA RÚA, ESTELLA

Izquierda: vista sur de la torre con dos de sus campanas con sus nuevos yugos de madera, y las cubiertas de las naves central y lateral sur tras su restauración. Abajo: la campana mayor con su nuevo yugo de madera antes de su montaje, y vista del interior del piso de campanas.

requerido de una restauración en profundidad. Bajo la cubierta de la capilla se ha limpiado y reparado el ventanal gótico que traslucirá luz por la nueva vidriera situada sobre el arco de ingreso a la capilla, en el interior del templo. Torre La torre debió alcanzar una altura importante, lo que acentuaría, aún más si cabe, su aspecto de elemento defensivo. Claro que la nave cen-

tral original también era más alta que la actual, que, como ya se ha dicho, se cubre por una bóveda de ladrillo construida en el siglo XVIII. La torre que hoy vemos muestra una clara disminución de su altura inicial, perceptible en el remate de ladrillo de época barroca, a raíz de la decisión del cardenal Cisneros de eliminar los enclaves defensivos de Navarra. Esta coronación, que no se ha modificado, se ha limpiado, reparado y rejuntado.

Se ha vaciado el interior de la torre y se han recuperado los forjados de madera. Asimismo, se ha sustituido la cubierta y se han consolidado y limpiado las fachadas. El piso de campanas ha requerido de una intervención especial. Además de sustituir el forjado de madera de este piso, se han limpiado y reparado las siete campanas, que han recuperado sus yugos de madera —a mediados del siglo XX se sustituyeron por unos

metálicos, que aumentaban la vibración reduciendo su vida útil y perjudicando su acústica—. Asimismo, se ha recuperado el piso intermedio interior de la torre que se demolió hace décadas. Portada La portada románica de San Pedro construida, en el primer cuarto del siglo XIII, comparte la solución de arco polilobulado, de influencia islámica, con las de San 83


Román de Cirauqui y Santiago de Puente la Reina. Está orientada al norte y antes de su restauración sufría numerosos daños. La restauración ha consistido principalmente en la eliminación de antiguas reconstrucciones de mortero de cemento que dañaban la piedra, la reparación de deplacaciones, pequeñas lascas y pérdidas volumétricas de la piedra, y la eliminación de la colonización biológica, de la costra negra y de la oxidación producida por elementos metálicos. Para ello se han llevado a cabo tratamientos con pasta de celulosa para eliminar y equilibrar las eflorescencias salinas, de limpieza con láser y torno eléctrico de punta fina, de consolidación con técnicas de nanoparticulas, además de otras técnicas específicas de restauración. Por último, se ha colocado un nuevo alero de madera para proteger la portada y resolver correctamente la evacuación de las aguas de lluvia. Este alero pretende, además, enmarcar visualmente la portada en el conjunto de la fachada norte del templo. Arriba: restauración de la portada. Abajo: la portada antes de su restauración. Y a la derecha, proceso de restauración de las columnas de la portada.

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Restauración integral

El consejero de Cultura y Turismo, Juan Ramón Corpas, en la visita que realizó con los miembros del comité científico de la Semana de Estudios Medievales de Estella.

Las obras de restauración integral de la iglesia de San Pedro de la Rúa de Estella, financiadas por el Gobierno de Navarra con un presupuesto global de 5 millones de euros e incluidas en el Plan Navarra 2012, se iniciaron en 2009 con la reparación de las cubiertas y las fachadas, paso previo a la actuación en el interior del templo. En el interior, se ha realizado la excavación arqueológica, a la que seguirá la reposición de pavimentos y la limpieza y reparación de muros y bóvedas. La actuación en el interior también prevé la renovación de las instalaciones de calefacción, electricidad e iluminación.

Restauración del exterior del templo. Comienzo de la obra en enero de 2009. Los trabajos en el exterior se terminan en septiembre de 2010. Restauración del interior del templo. A comienzos de 2010 se comienzan los trabajos en el interior: desmonte de los bienes muebles para su restauración. Las obras en el interior consistirán en: instalación de calefacción e iluminación, reparación de bóvedas y paramentos verticales, además de la restauración de los bienes muebles. Se prevé que el templo vuelva a abrirse al culto en el primer semestre de 2012.

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Dos Vírgenes en el Camino TEXTO SECCIÓN DE BIENES MUEBLES Y REGISTRO DEL PATRIMONIO / FOTOS MERCEDES JOVER Y LUIS PRIETO

CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL AÑO JACOBEO 2010, EL DEPARTAMENTO DE CULTURA Y TURISMO-INSTITUCIÓN PRÍNCIPE DE VIANA DEL GOBIERNO DE NAVARRA ACOMETIÓ LA RESTAURACIÓN DE DOS VÍRGENES GÓTICAS VENERADAS POR MUCHOS PEREGRINOS: LA DE RONCESVALLES Y LA DE LA VIRGEN DE LA O DE PAMPLONA

SANTA MARÍA LA REAL DE RONCESVALLES Realizada en Toulouse (Francia). Mediados del siglo XIV. Madera de nogal tallada y policromada, con forro de plata en su color y parcialmente dorado, enriquecido con filigrana de plata, piedras preciosas y semipreciosas y cristal coloreado en cabujón. La corona es de 1960. 90 cm El Año Jacobeo 2010 ha dejado una huella especial en la exquisita talla de Santa María la Real de Roncesvalles, ya que con este motivo y tras la alerta de sus más cercanos cuidadores en la Real Colegiata, ha sido objeto de un respetuoso tratamiento de conservación que han ejecutado las restauradoras de la Dirección General de Cultura, Alicia Ancho Villanueva y Berta Baldúz Azcárate. La talla de la Virgen de Roncesvalles es una estupenda escultura gótica de madera forrada de plata ejecutada en la ciudad francesa de Toulouse, según documenta la inscripción parcialmente conservada en la parte posterior de la imagen, a mediados del siglo XIV. Constituye una imagen sedente, en la que María y el Niño establecen entre ellos una entrañable comunicación. La Virgen, sentada con naturalidad en una suntuosa banqueta y cojín, gira con suavidad la cabeza hacia su hijo cruzándose entre ambos una tierna mirada. La postura del Niño es asimismo novedosa, presentando un cierto movimiento, ya que, entre erguido y arrodillado, acaricia el pecho de su 86

madre. A la hermosa y elegante concepción y realización de las figuras se une el dulce tratamiento de los rostros, que muestran sonrisa gótica y ojos almendrados. La plata que recubre la imagen realza el rico atuendo en el que se recurre a la filigrana con pedrería para cinturones y cuellos. El asiento está profusamente decorado con elementos arquitectónicos que acogen a ángeles ceroferarios y a San Miguel alanceando al dragón entre San Pedro y San Pablo. La placa correspondiente a San Miguel actúa como una portezuela con orificio para llave, lo que ha originado la hipótesis sobre una función bien de relicario, bien de sagrario, funciones que convivían en la Edad Media. La intervención en esta pieza señera dentro del arte y la devoción mariana en Navarra ha consistido en el engasado y fijación de policromías, la limpieza superficial y el estucado y reintegración de pequeñas lagunas en rostros y manos. Se ha realizado un análisis químico de la policromía, conociéndose la existencia de dos carnaciones superpuestas. El tratamiento aplicado ha buscado frenar los daños que presentaban las carnaciones, con puntuales riesgos de desprendimiento de capas de policromía, procediéndose asimismo a una suave limpieza que ha potenciado su belleza y el brillo de los metales que la enriquecen. La mirada especializada de quienes la han tratado ha permitido a Alicia Ancho descubrir que el

soporte en el que está tallada no es el cedro del que habla la tradición, sino nogal y que su exquisita factura se enriquecía con un acabado policromo sobre la plata, del que nos han llegado unos diminutos restos en los bordes de las ves-

tiduras de la Virgen, tanto en el velo, como en el manto. Su interés no sólo radica en un mejor conocimiento del bien, sino que es mayor debido a la escasez de este tipo de decoraciones, que dada su fragilidad no han perdurado.


VIRGEN DE LA O DE PAMPLONA Segundo cuarto del siglo XIV. Gótico de influencia francesa. Piedra caliza tallada y policromada. 186 cm Imponente Virgen con el Niño en estado de buena esperanza, de ahí su advocación como Virgen de la O, concebida para vista de frente, ya que muestra sin tallar su trasera, que preside, maternal y sonriente, la basílica de la Virgen de la O en la pamplonesa plaza del mismo nombre, junto al Camino de Santiago a su paso por la capital del viejo Reyno. De estilo gótico con influencia francesa, es una de las pocas vírgenes erguidas en piedra que se conservan en Navarra. Se pone en relación con la Virgen del Amparo del claustro de la catedral de Pamplona aunque no se las considera de la misma mano María tiene al Niño con su brazo izquierdo, cubriendo la desnudez infantil con su propio manto. En la mano derecha porta un cetro sobre el que apoya una blanca paloma. Jesús mira a su madre y acaricia su mentón con la mano derecha, mientras con la izquierda toca el ala de la paloma (el brazo es posterior) Este tierno gesto es el mismo ademán de Nuestra Señora la Blanca de la catedral de Toledo; también es una prenda mariana la que envuelve al Niño del tímpano de la catedral de Huesca, si bien allí es el velo de la Virgen. María viste larga túnica que cae en grandes pliegues de suaves formas redondeadas, manto que se abre por delante (y constituye el atavío del Niño) y velo que enmarca un rostro de bellas proporciones, mentón pronunciado, nariz recta y orejas algo grandes y despegadas de la cabeza, en el que se dibuja una suave sonrisa gótica. También sonríe el Niño. La talla ofrecía un regular estado de conservación, sobre todo en

lo referente a su acabado pictórico, que corresponde a una repolicromía del XVIII, que presentaba mala adherencia y pérdidas de color. Los análisis químicos realizados han puesto de manifiesto que la talla ha sido sometida a numerosas intervenciones quedando muy escasos restos de su policromía original. También presentaba roturas antiguas, que habían sido repuestas en anteriores intervenciones. El brazo izquierdo del Niño y las coronas de metal (modernas) son añadidos, así como la aureola de estrellas de la Virgen y los largos pendientes que la barroquizaban. La intervención, propiciada por la Dirección General de Cultura y ejecutada in situ por un taller es-

pecializado en la conservación y restauración de bienes culturales, ha consistido en limpieza superficial, retirada del cableado eléctrico que rodeaba la imagen, fijación, sentado y limpieza de la policromía, desmontaje y limpieza de las coronas, estucado y nivelado de lagunas, reintegración cromática y protección final. La ocasión ha permitido a los expertos inspeccionar detenidamente y muy de cerca la talla y descubrir que se trata de una imagen de parteluz. Parece necesario profundizar sobre su origen, asociado al hospital de Santa María de la Cofradía de Labradores de San Cernin de Pamplona, sito en el mismo lugar donde se alzó esta ermita al desaparecer aquel. 87



Otros Legados

La capilla del Obispo: una intervenci贸n integral (2005-2009)


Fachada principal. Plaza de la Paja, Madrid.

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LA CAPILLA DEL OBISPO: UNA INTERVENCIÓN INTEGRAL (2005-2009) En el centro de Madrid se sitúa el conjunto monumental de San Andrés, formado por la iglesia parroquial, la capilla funeraria de San Isidro y la capilla del Obispo. Ésta, junto a la sala capitular, el claustro y otras dependencias han sido objeto de una intervención integral entre 2005 y 2009. TEXTO DIRECCIÓN GENERAL DE PATRIMONIO HISTÓRICO DE LA COMUNIDAD DE MADRID FOTOS ÁREA DE PROMOCIÓN Y DIFUSIÓN

En el centro de la ciudad de Madrid se sitúa el conjunto monumental de San Andrés, entre la plaza de los Carros, la plaza de la Paja y la costanilla de San Andrés, sobre el antiguo Cerrillo del mismo nombre. La mitad sur del conjunto está formada por la iglesia de San Andrés y la capilla de San Isidro, la mitad norte por la capilla del Obispo, el claustro y la sala capitular con sus dependencias anexas. A esta mitad norte y a la intervención que la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid ha realizado en ella es a la que dedicamos este artículo. El conjunto de San Andrés tiene su origen en una modesta iglesia parroquial de la que fue feli-

grés San Isidro Labrador. Probablemente se trate de una antigua mezquita adaptada al culto cristiano tras la conquista de Mayrit a finales del siglo XI. En el siglo XV se construye la iglesia parroquial de San Andrés sobre la primitiva edificación, y a ella se adosa la capilla del Obispo en el siglo XVI y la capilla funeraria de San Isidro en el siglo XVII. La capilla del Obispo fue fundada por Francisco de Vargas y Medina, privado de los Reyes Católicos y del emperador Carlos I, y perteneciente a una de las familias más antiguas de Madrid, la misma cuyo antepasado Iván de Vargas diera empleo a San Isidro Labrador. Para albergar los restos del santo inició don Francisco la

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construcción de la capilla, sobre un solar perteneciente a la familia Vargas, hacia 1520. Tras la muerte de don Francisco en 1524, se hizo cargo de su finalización su hijo Gutierre de Carvajal y Vargas, obispo de Plasencia. Veinticuatro años permanecieron los restos del santo en la capilla, tras los cuales fueron trasladados a la parroquia de San Andrés, momento a partir del cual el obispo destina la capilla a panteón familiar, dándole la advocación de Santa María y San Juan de Letrán. Desde la plaza de la Paja, una monumental escalinata de dos tramos enfrentados da acceso al claustro de cuatro crujías construido en el siglo XVI y reformado en el siglo XVII que sirve como elemento de unión de todo el conjunto. En él, una bella puerta renacentista de madera labrada con ricos motivos da acceso al interior de la capilla, que se corresponde con un recinto funerario de planta sencilla, con una sola nave de tres tramos, cubierta con una bóveda estrellada y rematada por un ábside poligonal. A los pies de la Izquierda: claustro de comunicación entre capilla del Obispo y la iglesia de San Andrés. Derecha: puerta de bronce labrado que da acceso a la iglesia de San Andrés.

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nave, sobre el primer tramo de su planta, se yergue el coro, sostenido por unas rebajadísimas bóvedas. En el ábside, sobre una elevada gradería, destaca el hermoso retablo mayor de cuatro cuerpos. Flanqueándolo se encuentran dos sepulcros-hornacina pertenecientes a los fundadores Francisco de Vargas y Inés de Carvajal. En el lado de la Epístola, se sitúa majestuoso el sepulcro del obispo Carvajal, de excepcional calidad técnica e interesante iconografía, todo ello obra de Francisco Giralte. Este programa ornamental se completa con dos retablos menores del siglo XVII situados a los pies de la capilla. En 1895, según reza la inscripción que recorre el perímetro de la cornisa, los arquitectos Miguel de Olabarría y Ricardo García Guereta realizaron una restauración en la capilla introduciendo elementos neogóticos y las vidrieras, cuya traza fue obra de Arturo Mélida y Alinari. El 18 de julio de 1936 el conjunto monumental fue incendiado, quedando destruidas la iglesia de

San Andrés, la casa parroquial anexa y la capilla de San Isidro. La capilla del Obispo se libró del saqueo y de las llamas, pero no del abandono posterior.

Premio de restauración En 1955 se proyectó la restauración de la iglesia de San Andrés y de la capilla de San Isidro, atendiendo inicialmente a necesidades eclesiásticas y no a su recuperación histórica; por ello, se realizó la supresión de casi la totalidad de la nave dedicada a la liturgia transformándola en casa parroquial. Por otro lado, se cambió la orientación de la iglesia, que inicialmente se disponía perpendicular a la capilla de San Isidro, convirtiéndose de este modo en una prolongación de la misma. Fue en 1985 cuando se iniciaron los nuevos procesos de restauración en el conjunto monumental, ya bajo la dirección técnica del arquitecto Javier Vellés quien, junto con su equipo, presentó un proyecto que recuperaba la primitiva construcción, basándose en la documentación ateso-


LA CAPILLA DEL OBISPO: UNA INTERVENCIÓN INTEGRAL (2005-2009)

Vista de la bóveda nervada de la capilla desde el coro.

rada en los archivos, así como en fotografías antiguas y en algunos fragmentos originales conservados. Con las obras de restauración, llevadas a cabo entre 1986 y 1999 por la Comunidad de Madrid, el conjunto monumental cambió sustancialmente, recuperándose la capilla barroca de San Isidro, cerrada desde la Guerra Civil y convertida en presbiterio de la renovada iglesia parroquial de San Andrés. El excelente resultado alcanzado mereció el Premio de Restauración en 1990 del

Ayuntamiento de Madrid y la Medalla Europa Nostra en 1991.

Última fase La restauración de la capilla del Obispo es la última fase ejecutada de este largo proceso y permite que las dos partes que forman el conjunto (norte y sur) se comuniquen, se unan formando un todo. Se cierra con ella el ciclo que empezó recuperando la última construcción de la capilla barroca de San Isidro y termina documentando el muro norte de la primitiva parroquia de

San Andrés, del siglo XII, y su primer cementerio, como fruto de las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo durante todo el proceso. La capilla del Obispo fue declarada Monumento Histórico Artístico por decreto de 4 de junio de 1931, junto con la iglesia de San Andrés y la capilla de San Isidro. Constituye una de las escasas obras del siglo XVI que se conservan en Madrid, extremadamente singular por ser uno de los pocos ejemplos de gótico tardío, estilo Reyes Católicos. 93


La Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, en atención a la excepcionalidad de la capilla del Obispo, tanto por la elevada calidad artística de cada uno de los elementos

que la componen, como por ser la única capilla existente en la región madrileña con estas características e integrada a su vez en el Conjunto Monumental de San Andrés, emprende con el apoyo financiero de Caja Madrid, esta última fase de restauración en 2005. Se trataba de recuperar y poner de nuevo en valor la capilla, la sala capitular, el claustro y sus dependencias anexas y dotar la mitad norte del conjunto monumental de servicios e instalaciones suficientes para ampliar y mejorar su uso.

Los trabajos realizados en esta zona del conjunto monumental se centraron en la consolidación estructural de varios elementos clave, como son los muros de carga, los cerramientos de las fachadas, los forjados y las cubiertas; además se consolidó la cimentación en general. Intervenciones con las que se ha buscado mejorar la estabilidad de la construcción, su resistencia ante las inclemencias atmosféricas, su seguridad y también su accesibilidad, al dotar al edificio de un ascensor que comunica todos los niveles.

Las intervenciones en el claustro comenzaron con la recuperación de su pavimento empedrado y los revocos de sillería y granítico en los muros y pilastras. Se acristalaron sus cuatro pandas y en el patio interior se recolocaron las lápidas que existían anteriormente, rematándose este espacio

con un sencillo ajardinamiento. En el muro medianero con la iglesia de San Andrés se ha ubicado una puerta de bronce esculpido, recuperando así un antiguo paso, según atestiguan los restos de rosca que aparecieron en el muro. La sala capitular y dependencias anexas (sala de los escudos,

logias, etc.) se corresponden con una construcción adosada al muro norte de la capilla del Obispo, que cuenta con varias plantas comunicadas entre sí por una gran escalera que no alcanza la planta más alta. Las dos últimas plantas se comunican mediante una escalera interior que tam-

La restauración de la capilla del Obispo, sala capitular y dependencias anexas

Detalle de la policromía de las nervaduras de la bóveda.

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bién se ha reformado en el marco de esta actuación. Además, aprovechando la estructura de la sala capitular, se han habilitado vitrinas expositivas en sus nichos laterales. Bajo la sala capitular, a nivel de semisótano, se hallaba la cripta formada por dos naves abovedadas y conectadas entre sí a través de una arquería ciega en la que se ha abierto un vano de comunicación. En la nave septentrional se disponían siete arcosolios que, a manera de nichos, albergaban se-

pulcros y cuya estructura ha sido consolidada en esta intervención. Se ha abierto, además, un enlace a nivel entre la cripta y el semisótano existente bajo el claustro y se ha recuperado una antigua escalera de comunicación con la planta baja. Esta operación ha permitido mejorar sustancialmente la funcionalidad de la planta semisótano, al darle continuidad, y mejorar las condiciones de evacuación del conjunto a través del acceso a nivel desde la plaza de la Paja.

En la capilla, los muros presentaban graves problemas de humedad, especialmente en la base del medianero con la casa parroquial, donde ésta afloraba por encima del zócalo, afectando a las basas de las pilastras de piedra e incluso al sepulcro del Obispo. Para solucionarlas se superpusieron tres sistemas complementarios: una red de drenaje perimetral y nueva solera sobre encachado; un sistema electro-ósmosis pasivo y electro-fóresis; y una serie de botellas porosas para desecar por sifones-ósmosis.

LA CAPILLA DEL OBISPO: UNA INTERVENCIÓN INTEGRAL (2005-2009)

Izquierda: vidrieras del ábside. Arriba: detalle de la vidriera del coro alto. Abajo: detalle de la inscripción en la cornisa.

Se desmontaron los suelos de la capilla y las losas del zócalo y se excavó toda la superficie una profundidad de 50 cm. En el perímetro definido por los muros de la nave y el sotacoro se realizó una excavación escalonada hasta alcanzar la base de los muros. Sobre el encachado se dispuso la impermeabilización, una solera de 15 cm de espesor y una capa de aislamiento térmico, para colocar a continuación tuberías de calefacción y otras instalaciones, relleno de mortero pobre, capa de compresión y finalmente un nuevo solado de granito que ha sustituido al antiguo pavimento de tarima de madera, que se encontraba muy deteriorado. Por otra parte, el análisis de la construcción evidenció que los

muros exentos del coro carecían de la calidad, espesor y acabado que ofrecen los muros del resto de la capilla, adelgazándose las fábricas a partir de una determinada altura e interrumpiéndose bruscamente la imposta corrida, por lo que se optó por desdoblar las fábricas por el exterior, levantando muros de ladrillo macizo apoyados en los muros antiguos, más gruesos en las cotas inferiores. También la cubierta en este tramo, más moderna, carecía de las cualidades constructivas y técnicas de la parte antigua y se decidió completarla en pabellón, englobando el coro. Para esta operación, el arquitecto Javier Vellés ha seguido un original procedimiento similar al empleado por los

maestros calafates para ampliar embarcaciones de madera: aprovechar todas las cuadernas del barco, sin reformar ni la proa ni la popa, añadiendo nuevas cuadernas en la zona central. En el interior, el artesonado del coro ha sido restaurado. También la nervadura que cubre la bóveda ha sido restaurada y su policromía, junto con la de la cenefa que recorre la cornisa, ha sido recuperada. También se han reparado las vidrieras, consolidando su emplomado y reponiendo los vidrios perdidos, aportando con ellas luminosidad al espacio. En la fachada de la iglesia de San Andrés que da a la costanilla, quedaba la huella del pasadizo elevado que unía la casa que fue 95


Arriba: perspectiva de la capilla donde se muestra el retablo, los cenotafios y, en el suelo, la ventana arqueológica. Página derecha: detalle de calle central del retablo mayor.

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de los Lasso de Castilla y después de los Duques del Infantado, con el coro de la primitiva iglesia de San Andrés. Según la tradición, cuando a su paso por Madrid los Reyes Católicos se alojaban en la torre fortificada de esta casa, utilizaban este pasadizo para asistir a la misa que se celebraba en la iglesia de San Andrés. Sobre esa huella, se ha colocado un mural de azulejo que evoca cómo debió ser dicho paso elevado, según reflejan los antiguos grabados conservados.

Los bienes muebles de la capilla del Obispo y su restauración El retablo mayor La obra del retablo mayor de la capilla del Obispo se atribuye a Francisco Giralte, (Palencia?, 1500/1515-Madrid, 1576). El retablo estaba terminado en 1551, momento en el que dio comienzo el dorado y policromado

por el pintor Juan de Villoldo, que lo finalizó en 1553. Giralte confiere al retablo las características propias de su estilo, calificado de rico y complejo como consecuencia de la confluencia de distintas fuentes de inspiración, de tipo toledano en cuanto al empleo de columnas de fuste decorado, frisos con decoración figurada, veneras en las hornacinas, junto a sus peculiaridades, como son la correspondencia de nivel entre las cajas de los distintos cuerpos y las dobles entrecalles, lo que produce un efecto de uniformidad y equilibrio, a la vez que de monumentalidad, consiguiendo un retablo ponderado y opulento. El retablo, que se adapta a la forma poligonal del ábside, se organiza en sotabanco, sobre el que se asienta el banco, con cartelas y relieves. Sobre este basamento, el retablo se estructura en tres cuerpos y tres calles, más ancha la calle central, con dobles entrecalles flanqueando la del centro y sencillas limitando las laterales. Remata en un ático constituido por un encasamento flanqueado por dos entrecalles a cada lado y sobreático, con decoración de esculturas en bulto redondo y relieves. El sotabanco se decora con figuras masculinas desnudas, monstruos que sostienen escudos, y motivos decorativos “a candelieri”, con una técnica de realce muy plana. Encima se asienta un pequeño banco en el que se alternan cartelas con tarjetas de cueros recortados y cabezas de serafines alrededor, y relieves representando escenas del Antiguo Testamento: Daniel con los leones, Abraham y los tres ángeles y el sueño de Jacob. Sobre este basamento, los tres cuerpos y tres calles dan lugar a nueve encasamentos con escenas en relieve, las tres de la calle central casi de bulto redondo, referentes al ciclo de la Natividad y el de la Pasión. En las entrecalles se localizan las esculturas de bulto redondo de los Cuatro Evangelistas, los Doce Apóstoles y dos santas, de las cuales se puede identificar a Santa Catalina.


LA CAPILLA DEL OBISPO: UNA INTERVENCIÓN INTEGRAL (2005-2009)

Coronando el retablo se sitúa un gran ático con la representación del Calvario, los Padres de la Iglesia Occidental y cuatro virtudes junto a niños y figuras femeninas tenantes de escudos del obispo Carvajal y como culminación, la imagen del Padre Eterno. Una complicada decoración cubre los elementos arquitectónicos constituyendo una de las más bellas facetas de la obra. La variedad de motivos decorativos ocupa todo el espacio invadiendo guardapolvos, columnas, entablamentos, hornacinas y remates de los encasamentos. El estilo de Francisco Giralte se ve en todas las representaciones escultóricas; figuras de formas grandiosas y opulentas, impregnadas de miguelangelismo; composiciones, unas veces agitadas, con figuras gesticulantes que contribuyen a crear patetismo, sin exceder límites, mientras en otras tiende a reafirmar los valores estáticos mediante una cuadrícula de líneas. En él se puede constatar su técnica depurada, donde funde el movimiento de Berruguete y la expresividad de la escultura española, con una orientación hacia los valores plásticos y el concepto idealizado de la belleza de influencia italiana. 97


Arriba: cenotafio de alabastro de don Francisco de Vargas, padre del obispo. Abajo: cenotafio de alabastro de doña Inés de Carvajal, madre del obispo. Derecha: cenotafio de alabastro del obispo de Plasencia. A los pies, ventana arqueológica.

En 2008, se llevó a cabo la restauración del retablo mayor, tras un diagnóstico previo, con valoración de patologías y estudio de intervenciones anteriores y conforme a criterios de actuación determinados por la Dirección General de Patrimonio Histórico, en los que se priorizaba la mínima intervención, la conservación antes que la restauración y el que las integraciones tanto matéricas como cromáticas estuvieran orientadas a la correcta lectura e interpretación de la obra. La empresa restauradora estableció las propuestas de trabajo, dirigidas tanto a los elementos metálicos y anclajes como al tra98

tamiento de la madera, llevando a cabo reintegraciones volumétricas para los casos en que su pérdida había desvirtuado la composición del retablo. Se llevó a cabo el sellado de fisuras, la adhesión de piezas sueltas y la recolocación de otras en sus lugares originales, así como el tratamiento de dorados y policromías, siempre con técnicas reversibles. Previamente se había llevado a cabo la tarea de limpieza mecánica y química. Como última etapa, se aplicó una capa de protección final, conveniente para la protección de la obra y con la finalidad estética de proporcionar cierto brillo e intensidad a los colores.

Los sepulcros Los tres sepulcros que se encuentran en la capilla, correspondientes a Francisco de Vargas, Inés de Carvajal y Gutierre de Carvajal y Vargas, también han sido atribuidos a Francisco Giralte. Realizados en alabastro, responden a la tipología de sepulcros murales empotrados en la pared, elevados a una cierta altura y apoyados en ménsulas. Los sepulcros de los padres del obispo se sitúan a los lados del retablo mayor —en el lado del Evangelio el de Francisco de Vargas (+1524) y en el lado de la Epístola el de Inés de Carvajal (+1518)— adoptando una disposición de tríptico, de forma que los tres elementos están concebidos al mismo tiempo y siguiendo una misma traza, a fin de lograr una unidad en el conjunto. Ambos sepulcros presentan la misma traza equilibrada entre arquitectura y decoración: un nicho en arco de medio punto en el que se cobija la figura orante del difunto, flanqueado por columnas jónicas pareadas sobre pedestales con niños tenantes de escudo y cartela, que reposan sobre plinto y entablamento. Las columnas soportan un destacado entablamento en el que se sitúa el escudo de armas respectivo, sostenido por alegorías de virtudes, con coronamiento de florero; a los lados niños con calaveras y fruteros. En el interior del nicho se representan figuras y escenas religiosas en relieve. El sepulcro de Gutierre de Carvajal y Vargas (+1559), cuya ejecución debió de llevarse a cabo posteriormente, se sitúa en el muro de la Epístola. De traza similar, se organiza en dos cuerpos; en el inferior y de mayor tamaño se abre un gran nicho central y en el superior, a modo de ático escalonado, se ordenan tres hornacinas. El conjunto descansa sobre ménsulas con inscripciones. En el inferior, el cuerpo central, que acoge la figura orante de don Gutierre, está flanqueado por un friso de niños, cantores a un lado y en el otro tocando largas trompetas y en cu-


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Izquierda: detalle de la magnífica talla del cenotafio de alabastro del obispo. Abajo: detalle de figura portando los símbolos obispales.

yos extremos figura una matrona, escultura en mayor tamaño. El ático está formado por tres hornacinas con escultura, en el centro la figura del Ecce Homo y a los lados ángeles con mitra y cáliz; como coronamiento, en línea con los ángeles se sitúan tondos con bustos; la hornacina central flanqueada por pares de columnas es de mayor tamaño y sobre ella se dispone un tondo con inscripción.

La figura orante de don Gutierre, cuyo rostro es un retrato individualizado, está arrodillada; detrás, tres clérigos portan los atributos episcopales, mitra y báculo. Al fondo una interesante y magnífica representación de la Oración en el Huerto, considerada uno de los relieves más bellos del Renacimiento, en la que aparecen San Pedro y Santiago despiertos y alerta, y alejados el resto de los

Apóstoles conversando entre sí; a los lados del arcosolio la escena de las Vírgenes necias y prudentes y la Epifanía. En la base del sepulcro una gran cartela con la inscripción referente al nombre del obispo y la fecha de su muerte. Toda esta compleja estructura repleta de decoración en bulto redondo y en relieve, refleja el deseo de originalidad de Giralte, rompiendo los preceptos clásicos

y mostrando una libertad manierista que en este sepulcro llega a su culminación. Como construcción funeraria, la capilla del Obispo constituye el ejemplo de una de las manifestaciones sociales más características de su tiempo, la preocupación del hombre por alcanzar la vida eterna, la expresión de poder y el deseo de perpetuar el linaje al enterrar varios miembros de la fami99


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Puerta renacentista de madera de nogal de acceso a la capilla del Obispo.

lia. La profusión de escudos de armas, tanto en el retablo como en la capilla y puertas responde a la idea renacentista de identificar al hombre y al linaje y la afirmación de su pertenencia a una clase social elevada. Asimismo, la iconografía que muestra tanto el retablo mayor como el sepulcro de don Gutierre, es reflejo de la mentalidad trentina, donde se recoge el principio que otorga al hombre la posibilidad de salvarse mediante el arrepentimiento, el perdón y la redención. Los sepulcros de Francisco de Vargas e Inés de Carvajal, así como el del obispo Gutierre de Carvajal han sido objeto de un mismo proceso, tras el diagnóstico y valoración de patologías se propuso el tratamiento adecuado, siguiendo los mismos criterios que con el retablo mayor. Las ac-

tuaciones consistieron en la limpieza y sellado de juntas, la reubicación y tratamiento de la corrosión metálica en los anclajes de hierro forjado, la reintegración cromática en los escudos del cenotafio y en el sepulcro de Inés de Carvajal así como la unión de piezas sueltas. Las puertas La capilla conserva también dos magníficas puertas de madera con relieves. La situada a los pies de la capilla en comunicación con el claustro se encontraba, en origen, en el acceso a la sala capitular. La labor de ésta, talla renacentista en madera, destaca por la forma de tratar el grutesco que algunos autores ponen en relación con el sur de Francia y norte de Italia. Se compone de dos hojas y dividida en zonas recrea la Expulsión de

Adán y Eva del Paraíso junto a medallones con bustos, escudos de Gutierre de Carvajal, la Anunciación, escenas del Antiguo Testamento como la de Moisés orando en el monte, La batalla contra los amalecitas y La batalla de Josué contra los gabaonitas. Aunque no se conoce su autor, esta puerta ha sido objeto de estudio de varios investigadores, que la han atribuido a Francisco de Villalpando o Cristóbal de Robles, entre otros. Las puertas exteriores muestran una talla diferente, más en relación con el mundo de Francisco Giralte, por lo que quizá podrían ser obra de algún colaborador. Se dividen en dos hojas, que a su vez se dividen en dos cuerpos: el superior, en arco apuntado, se decora con relieves figurados, y el inferior con casetones rehundidos entre listones de madera con clavos de cabeza redonda. En ellas se representa la Anunciación e Isaac llevando la leña para su sacrificio, y medallones con los bustos de San Pedro y San Pablo y los escudos de don Gutierre de Carvajal. Los retablos menores A los pies de la capilla y bajo la advocación de san Francisco y de la Virgen de los Desamparados están situados dos retablos, obra de la primera mitad del siglo XVII; presentan, no obstante, una estética neoclásica debido al marmorizado actual, habiendo quedado oculto el estofado original. Los dos retablos son homogéneos en cuanto a estructura, ambos sobre mesa de altar, con predela, un cuerpo entre columnas y ático con aletones, rematado en frontón triangular. Este único cuerpo acoge los lienzos con la representación de los titulares, la Virgen de los Desamparados y Muerte de san Francisco asistido por los ángeles; las pinturas son obra barroca, en el caso de la de san Francisco se puede establecer autor y cronología (Eugenio Cajés, 1615), al constar en la parte inferior del lienzo. La predela y el ático acogen también pinturas al óleo con representaciones de santos.

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Ficha técnica Inversión 2005-2009 3.252.404,57 €, con la colaboración de la Fundación Caja Madrid Promotor Dirección General de Patrimonio Histórico. Vicepresidencia, Consejería de Cultura y Deporte y Portavocía del Gobierno. Comunidad de Madrid Dirección Facultativa Javier Vellés Montoya (arquitecto), José Alberto Alonso Campanero, (arquitecto técnico) Empresa constructora CABBSA Excavación arqueológica Victoria Peña Romo Restauración de Bienes Muebles ECRA Servicios Integrales de Arte S.L.

Los retablos menores de la Virgen de los Desamparados y san Francisco han sido a su vez objeto de restauración, y limpieza. Se realizaron las tareas de estucado y reintegración cromática de policromías y dorados, se trataron las tablas de la predela y en las mesas de altar se realizaron trampantojos, aplicándoles para finalizar una capa de protección. Además de estas obras de restauración acometidas en la capilla del Obispo, se ha instalado un retablo donado por el Ayuntamiento de Madrid en la iglesia de San Andrés.

La intervención arqueológica Los trabajos arqueológicos llevados a cabo por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid en la capilla del Obispo con motivo de su restauración, supusieron una

oportunidad única para investigar una parte importante de la historia de la ciudad. Ubicada sobre la segunda colina del Madrid medieval, las expectativas de que la excavación de su subsuelo despejase ciertas dudas sobre la naturaleza de su ocupación en época islámica eran tan evocadoras como el hecho de encontrarnos en un monumento creado como ampliación de la parroquia de San Andrés, lugar de oración y enterramiento de San Isidro Labrador, patrón de la ciudad. Estos trabajos de excavación, planteados en principio como una intervención preventiva para abordar las obras de rehabilitación del conjunto monumental de San Andrés, se han convertido en un proyecto de investigación en el que se está profundizando sobre aspectos en los que todavía es posible avanzar. Actualmente, se están haciendo estudios de cerámica, antropológicos y faunísticos.

Para poder contemplar parte de los restos arqueológicos encontrados durante las excavaciones del subsuelo de la capilla, se ha creado una ventana arqueológica situada en la esquina suroeste de la nave. La ventana consiste en un hueco rectangular con estructura de acero inoxidable y entrevigado de vidrio desde el que se puede observar el espesor del muro primitivo y restos de enterramientos. Para su exhibición, se han realizado trabajos de consolidación de muros y se ha instalado un extractor de ventilación, un sistema de iluminación y rejillas de ventilación, dejando uno de los paños practicable para su acceso y mantenimiento, a modo de trampilla. El pavimento se ha significado mediante el cambio de color de la traza siguiendo la línea del muro de la primitiva iglesia de San Andrés que llega hasta los pies de la capilla.

Escultor Joaquín Cruz Solís Seguimiento y control de obra Área de Conservación y Restauración. Rosario Fernández de las Heras. Seguimiento y control de la intervención arqueológica Área de Protección. Pilar Mena Muñoz Seguimiento y control de la intervención en los bienes muebles Área de Catalogación. Pilar Merino Muñoz Fotografías Área de Promoción y Difusión. Juan Carlos Martín Lera

Arriba, restos hallados en la campaña arqueológica.

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PRESENCIA INSTITUCIONAL DE LA FUNDACIÓN

Se celebra en Pamplona el primer simposio internacional de empresas de restauración del patrimonio histórico LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE EMPRESAS DE RESTAURACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO (ARESPA) HIZO PÚBLICO UN MANIFIESTO EN EL QUE REIVINDICA LA IMPORTANCIA DE LA LABOR DE SUS ASOCIADOS

De izquierda a derecha, Antonio Coronel, gerente de ARESPA, Javier Rivera, catedrático de la Universidad de Alcalá, Juan Ramón Corpas, consejero de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra, y Yolanda Barcina, alcaldesa de Pamplona.

Los pasados 23 y 24 de septiembre tuvo lugar en Pamplona el Primer Simposio Internacional de Empresas de Restauración del Patrimonio Histórico, que contó con la presencia de importantes personalidades nacionales e internacionales relacionadas con el patrimonio histórico, la construcción, la política y la comunicación. El Simposio trató sobre la figura del constructor restaurador en el marco nacional e internacional, una figura que muchas veces que102

da relegada a pesar de ser quien “hace las cosas”, uno de los lemas elegidos para esta reunión internacional. Se trató además el papel de la empresa de restauración y la importancia de ésta para la buena conservación del patrimonio histórico, de gran relevancia social, así como el papel que las empresas de restauración del patrimonio histórico cumplen frente a otras figuras relacionadas. Otro aspecto importante estudiado fue el análisis sobre la for-

mación de los profesionales relacionados con la restauración, así como las últimas técnicas y la inversión en I+D+I. Por otra parte, destacados profesionales de la comunicación trataron sobre el punto de vista de los medios en cuanto a la difusión del trabajo del restaurador y la visión de los medios del trabajo de las empresas de restauración. El Simposio culminó con la publicación, por parte de ARESPA, de un manifiesto. En su intervención, el conseje-

ro de Cultura y Turismo del Gobierno de Navarra, Juan Ramón Corpas, destacó el valor del patrimonio y la responsabilidad de todos en su conservación, desde los ciudadanos que deben ser conscientes de su valor hasta las administraciones, que deben recoger las sensibilidades de la ciudadanía y articularlas para la mejor conservación, pasando por las empresas y los técnicos, que son quienes al final recuperan el valor de los monumentos y los bienes materiales e inmateriales. El consejero puso en valor el trabajo desarrollado en la última década en Navarra con la recuperación de monumentos de alto valor como el cerco de Artajona, el monasterio de Fitero, la Villa de las Musas, las murallas de Pamplona o la Colegiata de Roncesvalles entre otros, obras que no podrían realizarse sin la cualificación de las empresas de restauración y sus técnicos. La alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, destacó que “los que hacen las cosas” deben trabajar en difundir sus trabajos y oficios para dar valor a unas obras que conservan la memoria de los ciudadanos y señaló algunas de las obras emblemáticas que se han desarrollado en Pamplona en los últimos años, como el palacio del Condestable, la Ciudadela de Pamplona o la restauración de la fachada principal de la catedral de Pamplona, financiada por la Fundación Caja Madrid, un ejemplo


de cómo deben hacerse las cosas en un contexto de crisis económica que afecta a las obras de restauración del patrimonio, que pueden verse en cierta medida ralentizadas. La conferencia inaugural estuvo a cargo de Javier Rivera Blanco, catedrático de Teoría e Historia de la Arquitectura y de la Restauración de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura - Universidad de Alcalá (Madrid) y presidente de la comisión encargada de elaborar el anteproyecto de la Ley de Patrimonio, quien hizo un recorrido por la sensibilidad que ha llevado a la conservación del patrimonio, concretada por primera vez en la Revolución Francesa, cuya Convención dejó escrito que “los hombres libres aman y protegen las artes, los salvajes las destruyen”. Rivera destacó que desde entonces se ha ido ampliando el concepto de patrimonio, incluyendo no sólo monumentos, sino también el patrimonio menor, de donde ha venido la conservación de cascos históricos y pequeños edificios e incluso, desde 2006, el patrimonio inmaterial. Para Rivera, aparte de las crisis coyunturales, la verdadera crisis del patrimonio en España viene, a pesar de los avances de las últimas décadas, de la falta de sensibilidad de las instituciones que invierten menos de la mitad que en otros países del contexto europeo como Francia, Italia o Alemania. Rivera recordó que la Unión Europea basa sus instituciones en “el derecho, la democracia y el patrimonio colectivo y común” y que para la defensa de este patrimonio es fundamental que las empresas que se dedican a su restauración sean empresas especializadas en patrimonio histórico, siendo fundamental evitar el intrusismo de empresas no especializadas, algo que se está teniendo en cuenta en la redacción del anteproyecto de Ley del Patrimonio Histórico, cuya comisión preside y que en este momento está en fase de estudio.

Se destinan 800.000 euros para la excavación de Santa Criz de Eslava y la restauración del puente de Las Cabras en Lumbier ESTAS ACTUACIONES SE FINANCIARÁN A TRAVÉS DE LA CONCESIÓN DE LAS OBRAS DE CONSTRUCCIÓN DE LA AUTOVÍA DEL PIRINEO

La consejera de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones del Gobierno de Navarra, Laura Alba, el presidente del Patronato de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra, Juan Ramón Corpas, y el director general de la Sociedad Concesionaria Autovía del Pirineo S.A., Santos Sanz, firmaron el pasado 30 de noviembre un convenio para la financiación de las actuaciones en materia de carácter cultural vinculadas a la construcción de la Autovía del Pirineo A-21. Gracias a este convenio, se van a llevar a cabo las siguientes actuaciones: por un lado, la excavación arqueológica de la ciudad romana de Santa Criz de Eslava que cuenta con un presupuesto de 500.000 € y, por otro, la restauración del puente de Las Cabras, en Lumbier, con 299.043,84 €. El importe de estas dos actuaciones será aportado por la Sociedad Concesionaria de las obras de la Autovía del Pirineo, ya que, tal y como se recoge en el contrato de concesión, tiene el deber de financiar trabajos culturales y/o elementos ornamentales y artísticos en el entorno de la autovía por un importe igual a 1.099.043,84 €. Por otra parte, se prevé la firma de otro convenio posterior para financiar la instalación de iluminación en el acueducto de Noáin que se llevará a cabo con la cuantía restante (300.000 €).

De izquierda a derecha, Juan Ramón Corpas, consejero de Cultura y Turismo, Laura Alba, consejera de Obras Públicas, Transportes y Comunicaciones, y Santos Sanz, director general de la Sociedad Concesionaria Autovía del Pirineo.

Yacimiento de Santa Criz Desde 2006 se ha ido consolidando un programa de actuaciones en el yacimiento de Santa Criz de Eslava, con campañas de excavación de entre dos y cuatro meses anuales, así como trabajos de laboratorio y de gestión de materiales. Tras la elaboración de un plan director, elaborado en 2007, las campañas de trabajo llevadas a cabo y en curso desarrollan las líneas maestras planteadas en el plan, con intervenciones financiadas tanto por el Departamento de Cultura y Turismo, el Servicio Navarro de Empleo y el Ayuntamiento de Eslava. El proyecto de investigación actual tiene como objetivo prioritario el esclarecimiento del urba-

nismo del espacio forense de la civitas y, en concreto, del gran edificio que flanquea el centro público de la ciudad por el sur. Con el material recuperado, ya debidamente organizado, se procedió a las labores de limpieza, siglado e inventariado, así como al estudio y registro de todos aquellos datos que aportar a la posterior tarea de investigación. Se han practicado numerosas planimetrías sobre terreno que reflejan todo el espacio intervenido, las estructuras en él halladas y los restos constructivos y de otra índole dignos de ser documentados. Asimismo, se han realizado diversos exámenes sobre los restos materiales hallados y se han limpiado y acondicionado numerosas piezas arqueológicas. 103


FUNDACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO DE NAVARRA PUBLICACIONES 2010

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SAN MIGUEL DE CORELLA. ARTE PARA LOS SENTIDOS. EL ARTE DE CELEBRAR TEXTOS VARIOS AUTORES COORDINA RICARDO FERNÁNDEZ GARCÍA EDITA FCPHN 2010 PÁGINAS 280 TAMAÑO 22,5 x 31,5 CM

La parroquia de San Miguel de Corella es uno de los exponentes más notables del Barroco en Navarra. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, si bien sucesivas actuaciones han transformado por completo su aspecto hasta adquirir su actual configuración. Los trabajos de restauración, desarrollados a lo largo de siete años (20042010), han sido promovidos por el Arzobispado, con el proyecto de obra del arquitecto Joaquín Garralda, y han contado con la financiación del Gobierno de Navarra, a través de la Fundación para la Conservación del Patrimonio Histórico de Navarra. El libro recoge una serie de estudios dedicados al análisis de la relación de Corella con el arte barroco, la integración de las artes al servicio de la escenografía barroca, el retablo mayor de San Miguel, los gremios y cofradías de la parroquia, las torres, el archivo parroquial y el legado musical del archivo. Se recoge, además, la descripción de los trabajos de restauración realizados, tanto en el conjunto arquitectónico como en los retablos. Al final, en el capítulo “Piezas singulares”, se analizan las piezas más significativas con las que cuenta el templo: pinturas, esculturas, retablos, ornamentos sagrados, piezas de orfebrería y pinturas de las pechinas, de la cúpula y de las naves de la iglesia. El libro está ilustrado con abundantes fotografías en color. La tirada ha sido de 1.000 ejemplares y el precio de venta al público es de 25 euros.

PORTADA DE SANGÜESA

LEGADOS DE UN REYNO

TEXTOS ALICIA ANCHO VILLANUEVA Y CLARA FERNÁNDEZ-LADREDA AGUADÉ SERIE APROXIMACIONES, Nº 4 EDITA FCPHN 2010 PÁGINAS 188 TAMAÑO 20,5 x 24 CM

TEXTOS VARIOS AUTORES EDITA FCPHN 2010 PÁGINAS 90 TAMAÑO 24 x 28,7 CM

Las cualidades excepcionales de la portada románica de Santa María la Real de Sangüesa se han hecho más evidentes y han quedado realzadas gracias a la reciente restauración promovida y financiada por el Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra. En este nuevo número de la serie Aproximaciones, la experta en arte románico y profesora de la Universidad de Navarra, Clara Fernández-Ladreda, junto a la responsable de la restauración de la portada, Alicia Ancho, cuentan el proceso restaurador y aportan nuevos datos sobre cuestiones técnicas de la portada y su ejecución, que resultan particularmente novedosos e interesantes. Desde la óptica de la Historia del Arte, la restauración ha supuesto una oportunidad única para estudiar el monumento de cerca y en condiciones excepcionales, lo que ha permitido sacar a la luz nuevos datos. El estudio reafirma, en muchos casos, las identificaciones iconográficas planteadas con anterioridad, aunque, en algún caso, propone identificaciones nuevas. La publicación se organiza por medio de los siguientes capítulos: localización, organización y elementos; los temas; los artistas y el estilo; la datación; las técnicas y los materiales; la historia material; y Santa María de Sangüesa hoy. Se suma a ello un glosario y la bibliografía.

La revista recoge, por medio de reportajes ilustrados con abundantes fotografías, algunas de las actuaciones llevadas a cabo por la Fundación como la restauración del Cerco y de la iglesia de San Saturnino de Artajona (2003-2008), la señalización de la ciudad romana de Andelos, la restauración del importante conjunto de arquetas que constituyen el tesoro monástico del Monasterio de Fitero y la exposición posterior que tuvo lugar en el Museo de Navarra, la intervención integral en el santuario-fortaleza de Santa María la Real de Ujué y las obras de restauración y adecuación como albergue de peregrinos del antiguo hospital de Roncesvalles. Asimismo, en la actividad desarrollada en 2009-10 se recogen las actuaciones en la iglesia de San Nicolás de Pamplona, la Ciudadela de Pamplona, el claustro del Monasterio de Fitero y la iglesia de San Miguel de Corella. La revista tiene también un apartado, “Otras actuaciones en Navarra”, dedicado a la restauración de la portada de Santa María la Real de Sangüesa, llevada a cabo entre 2003 y 2009 por iniciativa del Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra. Por último, en el apartado “Otros legados”, se recoge la restauración del importante conjunto del antiguo obispado de Ègara formado por las iglesias de Sant Miquel y Santa María de Terrassa, llevada a cabo por el Servicio de Patrimonio Arquitectónico de la Generalitat de Cataluña.

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Derecha e izquierda: detalles de la portada sur de Santa María la Real de Ujué. Contraportada: pinturas murales del coro de Santa María la Real de Ujué.




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