Hacedores de Mundo: Marina Abramovic.

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atravesando lo humano y lo divino, con todo lo conceptual que pueda parecer. La performance se trata de un estado mental, desacelerar el cuerpo y la mente, un estado de vaciado. Materialmente es acoger un tiempo de existencia dada al presente. Se plantea este estado de concentración como un cruce a otra tendencia sensitiva, donde el artística es un guerrero emocional. En este estado, leer los rostros mediante una representación no puede resultar solo algo anecdótico de la capacidad, si no más bien algo nutritivo y energético en momentos de plena concentración. La entrega completa del ser, tiene como finalidad abrir la conciencia hacia



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En cuerpo y alma. Infografía. / Vida y obra de la artista.

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Los límites del cuerpo, las posibilidades de la mente. Nota principal. / El cuerpo como herramienta expresiva subordinada por un estado mental fuerte. Construir un espacio emocional propio. LA ELOCUENCIA POLÍTICA DEL CUERPO.

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Paratexto. / El cuerpo en la transformación social.

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Poesía y performance: una forma de conocer la realidad y la vida. Opinión. / El arte performático, como la poesía, sin límites.

Performance, un acto subjetivo. Opinión. / Implicancias psicológicas en la performance.

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Concentración real completa: sabiduría espiritual y estado mental. Nota principal. / Sensación de un sin fronteras eterno, enorme, energía pura.

MARINA ABRAMOVIĆ · Colección Hacedores de Mundo.

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En cuerpo y alma. Vida y obra de Marina Abramovic.

1946

1973

1975

Nace en Belgrado, hija de guerrilleros, en el seno de una familia en la que su abuelo, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Serbia fue proclamado santo, su padre héroe de la Segunda Guerra Mundial y su madre, comandante de la armada. Desde joven toma la performance como medio para rebelarse contra toda la miseria que deja la posguerra.

La serie “Rythm” realizada entre 1973 y 1974 fue de las más osadas y violentas de sus exhibiciones. “Rythm 0” consistió en la total entrega de su cuerpo al público, quien podía ordenarle qué hacer con un sinfín de objetos. “Rythm 2” tuvo como objetivo experimentar con la inconciencia y la total pérdida de control. Para ello, Marina tomó una droga prescrita para enfermos catatónicos.

Marina conoce a Ulay. Reflexiones acerca de la relación de pareja y las dialécticas que surgen en el trabajo conjunto, fueron las principales fuentes creativas. Juntos realizaron exhibiciones como “Breathing in/Breathing Out” de 1977, que consistía en la unión de las bocas de ambos para respirar el aire de los pulmones del otro, al límite de la asfixia.

1964

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Su padre deja la familia, abandonándolos, a sus 18 años de edad.

Obras con Ulay. ‘Relation un Space’ (1975) ‘Relation in Movement’ (1976) ‘Imponderabilia’ (1977) ‘Breathing In/Breathing Out’ (1977) ‘Rest Energy’ (1980)

Emociones exploradas en sus obras:

fortaleza.

confianza.

egoísmo.

tolerancia.


1988

1997

2010

Presentó “Balkan Baroque”, donde estuvo sobre una montaña de huesos varios días, cepillándoles la sangre, mientras proyectaban fotos de sus padres y de sí misma. Esta representación de la guerra de los Balcanes le valió el León de Oro a Mejor Artista.

Sus performances históricas fueron reinterpretadas por otros artistas en “The artist is present”, acercándolas al público.

En 1988, luego de varios años de tensa relación, Abramović y Ulay decidieron hacer un viaje espiritual el que daría fin a su relación. Ambos caminarían por la Gran Muralla China, comenzando en los extremos opuestos y encontrándose en el centro. Abramović concibió esta caminata en un sueño, y le dió lo que para ella era un fin apropiado y romántico a una relación llena de misticismo. En “Lovers - The Great Wall Walk”, escenificaron el desgaste de su relación, certificando su separación, luego de tres meses de caminata.

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La propuesta principal fue su propia presencia. Los tres meses estuvo sentada en una silla, inmóvil, en silencio, a lo largo de todo el horario del museo. Los visitantes se sentaban en la silla vacía, intercambiando miradas con la artista.

2012 | Documental “Marina Abramović, The Artist is Present”.

seguridad.

amor.

depresión.

paz.

calma.

fortaleza.

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Dirección: Matthew Akers.


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Los límites del cuerpo, las posibilidades de la mente.

Remover el interior. Nota principal. / El uso del cuerpo como principal materia expresiva. El cuerpo como herramienta subordinada por un estado mental fuerte.

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C

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ierra los ojos. Una persona se va, otra viene. Toma asiento. Ella abre los ojos al sentir o escuchar que alguien se acerca. Lo mira fijamente. Silencio. Las palabras no se necesitan con esa mirada enorme que es performance y es vida. Cambio de persona. Cierra los ojos en preparación para la próxima mirada. En su aclamada retrospectiva “Marina Abramovic - The Artist is Present”, Marina Abramovic repitió esa escena más de 700 horas que se sucedieron durante semanas, del 14 de marzo al 31 de mayo de 2010, en el horario regular del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). En esa muestra estrenó una performance con el mismo nombre, la más largo de su carrera. El tiempo ha transcurrido. Se avecina un encuentro. La computadora se enciende y el teléfono del Skype salta con urgencia. La imagen se hace. El director de la oficina de Marina, anuncia su llegada. “Ella es la mejor”, me dice bajito y se retira para darle espacio. La entrevista que podría ser pero no es performance, comienza. Hay espectadores y diversidad de conocedores que atan la performance a una acción efímera, espontánea, que tras producirse en vivo se torna mito a veces y objeto de la memoria y sus recreaciones. En ciertos casos, muy pocas fotos o material audiovisual quedan como testigos de aquel momento original que algunos presenciaron. Sin embargo, para artistas como Marina Abramovic, una de las hacedoras indispensables del panorama artístico internacional y pionera de este arte,

hay otro modo de aproximarse. En sus 40 años de actividad y obra provocadora, ha reescrito las reglas de juego. Las ganas de documentar un tiempo y espacio con su cuerpo como vehículo, enfrentándose al dolor y al riesgo delante de un público físico y otro digital que la ve y conoce por internet, parecen no conocer límites. Concede entrevistas, trabaja para materializar el espacio con el que promocionará la performance como su legado al arte, el “Marina Abramovic Institute” (MAI), se interpreta a sí misma en una ópera basada en su vida, “ The Life and Death of Marina Abramovic”, y protagonizó el documental “ The Artist is Present” (2012) de Matthew Akers y Jeff Dupre, que se enfocó en la mencionada retrospectiva. “Todo el mundo sabe todo de mi vida. No me guardo nada. El público es parte de mi vida”, manifiesta en seña de puertas abiertas. Como su trabajo, a través del cual forja discursos políticos, sociales y de narrativa personal mediante rituales y trabajos de larga duración, Marina siempre está presente. Y, a diferencia de otros artistas con sus filosofías o la naturaleza de su obra, no encuentra motivos para ser escurridiza (ni ella ni las múltiples Marina que asegura que viven en ella y que, de algún modo, matizan sus intervenciones y su seductora retórica). La conversación es eso, muchas Marinas que se concentran en la mujer nacida en Yugoslavia y que cumple 67 años en noviembre, aunque esa edad se sospeche. “Todo ser humano tiene tantas personalidades, pero no todos las aceptan. A veces tratamos de negarnos, especialmente las

partes que nos avergüenzan o no nos gustan. Es tan importante aceptar cada parte de uno mismo y compartir con otros aquello que no nos agrade de nosotros. Eso es tan humano”, expresa desde su oficina en Nueva York con su pelo recogido a un lado y su belleza natural que solo optó por un sutil delineador de ojos. Suspira, baja la vista. Desde la pantalla habla una persona magnética, en parte porque desde su control acoge sus aciertos y yerros como lo harían unos padres a sus hijos. “Hay tantas Marinas en mí”, dice sin remedio, alardeando su carisma, al barajar sus otras versiones; la espiritual, la sincera, la frágil, la llena de energía y la guerrera que se lanza a los proyectos y no cree en parar hasta cumplir sus objetivos, su misión, sus eternos sueños y sus racionales cometidos.“Hay tantas Marinas en mí”, dice sin remedio, alardeando su carisma, al barajar sus otras versiones; la espiritual, la sincera, la frágil, la llena de energía y la guerrera que se lanza a los proyectos y no cree en parar hasta cumplir sus objetivos, su misión, sus eternos sueños y sus racionales cometidos. “Cuando comencé mi trabajo como ‘performer’ en Yugoslavia, nadie pensaba en aquella época que esto fuera un arte. Un lenguaje completamente nuevo y un nuevo sistema de reglas tenían que ser creados”, afirmó. Sus primeras acciones estuvieron marcadas por la controversia: en las series ‘Ritmo 10’, ‘Ritmo 5’, ‘Ritmo 2’ y ‘Ritmo 0’, realizadas entre 1973 y 1974, Abramović exploró los límites de su cuerpo al dolor y la resistencia de la audiencia a lo que


Manifiesto

“a través del sufrimiento de un artista, trasciende el espíritu."

“LA ELOCUENCIA POLÍTICA DEL CUERPO”

por Juan Vicente Aliaga.

remover algo en su interior. Podría hacer suyas las palabras de Francesco Bonami, que sostiene que “el arte contemporáneo somos nosotros ahora, cómo nos vemos en el espejo del presente”. Y ese espejo de nuestro tiempo nos devuelve una imagen que, necesariamente, es fragmentaria y escurridiza, perturbadora y oscura.El acento marcado no se pierde en su hablar pausado, que contrasta con la mujer que llegó como un torrente, pidiendo excusas por llegar tarde por culpa de las tantas cosas que debe hacer.. “Esta mañana empecé mi vida a las 5:30, y he estado trabajando desde ese momento. Estoy terminando un libro, entrené, hago ejercicio, voy a clases de yoga, medito,... son días tan ajustados. Pero cuando hago arte, me tomo todo el tiempo que necesito”, plantea al subrayar que le brinda al arte todo el tiempo que por momentos no posee en su vida diaria,

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estaba viendo, algo que ya había probado Hermann Nitsch y otros integrantes del ‘Accionismo Vienés’. “Mi generación de artistas performativos dejaron de hacer performances al final de los setenta. Solo unos cuantos seguimos aquí. Este trabajo de es muy exigente emocional y psíquicamente y no es fácil continuar por un largo período de tiempo”. Como tributo a sus compañeros, en 2005 realizó ‘Seven Easy Pieces’, en la que durante siete noches seguidas recreó diferentes obras de pioneros del arte de acción como Bruce Nauman, Vito Acconci, Valie Export, Gina Pane, Joseph Beuys y ella misma. En 2009 creo para La Laboral de Gijón ‘The Kitchen. Homenaje a Santa Teresa’, en la que utilizaba la figura de la santa para mirar a su turbulenta infancia. A pesar del estatus alcanzado, sigue considerando que el arte deber perturbar, sacudir al espectador,

Desde el comienzo de los tiempos, el cuerpo humano ha desempeñado un papel fundamental en la Historia del Arte. Pero en el siempre particular y subjetivo devenir de nuestra fisicidad, el siglo XX supuso un cambio definitivo tras el que nada volvería a ser igual; nuestro cuerpo, tras diversas conquistas previas, pasaba de ser el objeto de la representación a convertirse en presencia viva y soporte de la creación. En el magma de los sesenta nacieron fenómenos de inci­dencia cultural y política local, que después adquirirían trascendencia internacional. En ese sentido, el accionismo vienés supuso una crítica a la colaboración de la población austríaca con el régimen nazi y a la amnesia posterior de una sociedad ultra-religiosa y represora. El cuerpo en acción se convirtió en un elemento artístico detonante de la transformación social, especialmente a la hora de transgre­dir algunos tabúes sexuales. El cuerpo desnudo fue un labo­ratorio en el que se descargaban las pulsiones. La violencia dirigida contra su propia integridad en el caso de la serbia Abramovic enfatizaba la importancia de poner en riesgo el cuerpo, sometido a veces a los deseos y veleidades del público como pudo verse en Rhythm O, 1974, en el Studio Morra de Nápoles en donde la gente dispuso de setenta y dos instrumentos (unos cortantes, otros no) para plasmar su grado de sadismo y de volición desideraliva. Siempre su objetivo era desafiar sus limitaciones físicas, explorando el campo de las posibilidades infinitas de la mente.


y parece una contradicción, pero es así. Estamos llenos de contradicciones.

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Obra de historia: entre la espiritualidad y la disciplina comunista Su historia personal es casi una ficción. Creció mirando a sus padres comunistas que vivieron por la causa por encima de todo, con sentido de sacrificio y estoicismo en un hogar sin religión. Sin embargo, el relato familiar incluye a la abuela devota que cuidaba de ella y un abuelo que se convirtió en un santo de la iglesia ortodoxa. Puras contradicciones que, irremediablemente, incidieron en la determinación y resistencia de sus acciones de energía. “Mirando atrás, pienso que mi trasfondo fue maravilloso porque estuvo tan lleno de dolor, problemas, dudas, confusión, pero eso también te hace muy fuerte, te brinda mucha disciplina”, explica. El carácter que asume sin reservas la transgresión, ha sido uno de los puntos cardinales de su obra si consideramos performances como “Rhythm 5” (1974) en el que, como desafío a sus limitaciones físicas, se acostó en el centro, se le quemaron el pelo y las uñas y perdió la conciencia; gente del público tuvo que rescatarla. Según Marina, en la vida pero también en su trabajo, lo que causa temor o lo difícil es “excelente”, porque cree que darse por vencido no es opción. “Cuando alguien me dice que no, eso es solo el comienzo porque nunca tomo eso como la respuesta final. Nunca. Esa es mi actitud para todo. Los seres humanos tenemos tanta energía que cualquier cosa que pongamos en nuestra mente puede ser

realidad”, afirma. La motivación cancela cualquier noción de cansancio para proceder a los extremos de su arte. El documental “The Artist is Present” captura esos instantes de dolor físico y cansancio que Marina derribaba en pos de su meta. Cuenta que de tanto tiempo estar sentada como parte de ese performance, al concluir casi no podía quitarse la ropa. “Tenía tanto dolor, pero eso no es importante porque no le pongo tanta importancia al cuerpo. El cuerpo es solo mi herramienta. Todo tiene que ver con la mente y si tienes al frente una meta, el cuerpo solo tiene que servirte”. Entre espejos: sentirse identificado En su obra, que tiene tantas lecturas en torno a la purificación de su ser y, por consiguiente del público testigo, comparte que al reconocer e identificar lo que quiere, consigue sus misiones con cada acción y en su vida para superar dolores y otras barreras. “Las personas pierden sus vidas dudando sobre lo que quieren, y eso es una pérdida de energía”, sostiene. “Rhythm 0” (1974), retrata hasta qué punto su determinación es una suerte de escudo para enfrentar todo lo que puede ocurrir. En ese trabajo, le propuso al espectador una mesa con más de 70 objetos como un cuchillo, tijeras, aceite de oliva, una rosa y una pistola para que los usara como quisiera. Así pasaron seis horas, ella en actitud pasiva y el público, aunque tímido al inicio, paulatinamente fue ganando agresividad. “Nunca he estado interesada en las reacciones del público sino

que me preocupo por entregar todo lo que necesito presentarles. Esto es mi regalo, y ellos deben tomarlo o dejarlo. Es como cuando le haces un obsequio a alguien, no sé qué hará; si lo aceptará, si lo abrirá, si lo disfrutará. Es más importante que mi regalo sea todo mi ser para entregar lo máximo”. Pero los humanos tememos muchas cosas y cuando se vive con el riesgo como consigna, ¿a qué le teme? “No es miedo, le tengo pánico a que no pueda lograr algo físicamente, que algo pasará, que fracasaré. Nada más. Cómo el público reaccionará no depende de mí, sino de ellos, de Dios. No es mi problema”, responde y suelta una carcajada bajita, quizás porque se sorprende a sí misma. Marina ha dialogado mucho de sus pasos para legitimar la performance como forma de arte desde temprano en la década de 1970 mientras enfrentaba a los que opinaban que debía recurrir a una institución mental. “¿Sabes cuán duro es trabajar cuando nadie cree en uno? Ahí es cuando ganas más fortaleza y generas cada gramo de energía para probarles que están equivocados”, manifiesta con su mano en la frente, inmersa en la reflexión de la fama de los últimos años en contraste con la soledad y las adversidades que relata que debió enfrentar. Repasar esas memorias le reafirman que no cambiaría nada. Al revisar su nombre, algunos seguidores la invocan como la “abuela del performance”. “Me llamé ‘abuela de la performance’ cuando era muy joven, y ahora odio ese término a medida que me pongo mayor. Me siento más como un soldado, como una guerrera que sobrevive. Soy una


guerrera del trabajo”, señala. Muestra alegría cuando conversa acerca de los jóvenes, tanto del público como los artistas que la siguen. Arte y transformación Para lograr transmisiones de energía y transformaciones puramente mentales de ella hacia el espectador (un método que Marina ha llamado “limpieza de la casa”), esta creadora asevera que se acerca a su arte, y a sus días, con “mucha preparación”. Una prueba de ese afán es el tiempo que pasó hace poco en Brasil, en la selva, para ver “lugares de poder” como cascadas, montañas y formaciones rocosas y para conocer chamanes que cuidan viejos rituales “y tantos aspectos que hemos perdido en situaciones urbanas”. De esa aventura queda un gran cuarzo en su oficina de enormes ventanas donde la luz

y la organización son eco de su identidad y su rigor. El proceso de aprendizaje no se le acaba porque considera que cada lección es materia para adaptar y trasladar a su trabajo que, por naturaleza, es inmaterial. “Si haces una pintura, pones el clavo en la pared y la cuelgas. Pero si presencias un performance, lo que sientes es energía y tantas sensaciones más que no puedes colgar en la pared, ni tener en tu mesa; tienes que sentirlo”, indica, fiel a su esencia de dínamo, su fortaleza inalcanzable. Marina ensambló un manifiesto en el que propone, entre otros puntos, que un artista debe evitar enamorarse de otro artista, que debe hacer espacio para la soledad y que debe abrirse al sacrificio y al dolor porque de ahí surge “el mejor trabajo”. Estos postulados, la narran a ella, pero con perspectivas para que cada cual cincele su propia identidad y evite repetirse.

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TIENES QUE SER COMO UNA MONTAÑA,

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El poeta como el accionista debe ser un hacedor de milagros, debe descubrir por medio de su arte aquello que no es advertido por los demás. La poesía, y la performance, son así, una manera de presenciar la realidad, en razón de lo cual hay que derogar todos los obstáculos y desafiar los valores establecidos para desplegar una moral poética-performática. “La poesía, dice Girondo, siempre es lo otro, aquello que todos ignoran hasta que lo descubre un verdadero poeta”. Hacer que acontezca lo extraordinario en lo habitual es poner al borde del colapso al universo. Lo cotidiano es una revelación admirable de lo absurdo. Cortar las ataduras lógicas implica la única posibilidad de aventura. La performance como la poesía no tiene límites, sabemos donde comienzan pero no dónde ni cuándo terminan. De tal forma, nos enfrentamos a una inmensa red de posibilidades que van desde los fríos monolitos del conceptual hasta la anarquía absoluta del pensamiento o los espectáculos multimedia, de la abstracción de imágenes a través del subconsciente, al pensamiento crítico conocedor o las teorías académicas; de la demencia a la gnosis, de la enfermedad a la salud. Una performance es energía

Opinión. / El arte performático, como la poesía, sin límites. / por Bruno Santois.

Poesía y performance: una forma de conocer la realidad y la vida.

adquirida en donde el creador la obtuvo por medio de él mismo, de los objetos y entorno donde se desarrolla la acción. El accionista debe imprimir en todo momento energía y esta debe ser por lo menos semejante a la que lo indujo a imaginar la performance. El accionista debe saber manejar esa energía tan única que es característica tan solo de la performance. Y manejar una tercera energía innegablemente distinta, que es la que proyecta el espectador ante ella. Como dice Charles Olson “…el poema mismo debe, en todo punto, ser una construcción de alta energía y, en todo punto, una descarga de energía.” Desde cuando comienza la performance el creador se expone, está sujeto a una serie de acontecimientos que sólo responden a la acción que está llevando a cabo. Si el creador sigue la energía que la acción le va dictando, entonces una performance puede llegar a ser. Fijar el punto que vincula el mundo cotidiano a la palabra poética, es descubrir las razones que nos llevan a cometer actos absurdos día a día., aparentemente sin ningún sentido (como la poesía y el arte) y que, sin embargo, componen nuestra vida entera. 13

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Brama Santos.

Brama Santois es un poeta, artista performático, y crítico de artes, además de haberse desempeñado como actor en varias obras nacionales, promotor cultural y director de una de las escuelas de artes escénicas más comprometidas del país. Es impulsor de diferentes formaciones multidisciplinares que enfatizan el papel creativo de los estudiantes. Es el creador de la compañía de música-espectáculo Las Reinas. Ha creado performances y ha colaborado en todo tipo de improvisaciones relacionadas con la danza, el teatro y la poesía, y participado en documentales, vídeos y largometrajes como actor y performer.


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Sería bueno poder establecer una definición única para ubicar a la performance en un punto específico del arte contemporáneo, sin embargo, ha resultado casi imposible hacerlo ante las aristas que este arte muestra cotidianamente. Es un arte que permite la experimentación y el error, pero que a su vez exige un rigor y un compromiso extenuante. Se trata, sin duda, de un arte vivo, donde la subjetividad es el propulsor de la obra. El cuerpo del artista es la materia prima, es invariablemente el lienzo donde se trazarán las ideas, y a través de acciones se escribirá una historia. La performance es un arte que te mueve por dentro, capaz de excitarte y hacerte pensar a veces en cosas que no te atrevías a pensar, pero sobre todo es un espacio de libertad, un campo de experimentación abierto y virgen para cada quien, cada vez. Encuentro sumamente interesante que a veces el arte performático permita abordar temas que regularmente no nos gustan, y desmenuzarlos hasta encontrar el punto exacto. En ocasiones los problemas, los duelos al perder un ser querido, los miedos y nuestras angustias se convierten en un campo de cultivo extremadamente fértil. La

Opinión. / Implicancias psicológicas en la performance. / por Franco López.

Performance, un acto subjetivo.

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tarea del artista tal vez sea llevar sus preocupaciones a un nivel elevado de síntesis y transformarlo a un acto en el que recurrentemente la catarsis y el desapego se vuelven el fin último de la acción. Con esto quiero decir que el arte performático otorga también la posibilidad no sólo de crear una pieza de arte, sino también da el espacio de hacer un paréntesis para la reflexión, donde se comparten los monstruos internos del ser humano, donde no sólo se puede desnudar el cuerpo, sino también el alma, donde se establece una conexión entre lo interno y lo externo. Cuando el artista se permite crear y tener un acceso a su mundo interno o externo lo hace gracias a las facultades psíquicas que posibilitan la dinámica del “Crear”. El cuerpo, como ese lienzo en blanco, se va llenando de trazos y líneas, letras y palabras que conforman un tema. La acción es el pincel que delinea el suceso y cada acto, cada simple movimiento reconstruye gestualmente sentimientos, emociones, recuerdos y anécdotas. Se trata de una traducción, de un traslado semántico de ideas a acciones. La performance es un gesto, es decir sin decir, es decir haciendo, incorporando la conciencia de la acción como una herramienta más.

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+ info www.chopo.unam.mx

Franco López.

Franco López es un artista no objetual, cuyo campo de trabajo es el performance, además de ser profesor universitario, promotor cultural y funcionario de uno de los museos universitarios más comprometido con las formas Pías (Performance, Instalación, Ambientación): el Museo del Chopo, de donde han nacido dos de las convocatorias más audaces y consistentes: el Encuentro Nacional de Performance, Performagia , y la pasarela de moda alternativa: .modales , complementadas con la edición del periódico Performance.


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CREAR CALMA EN MEDIO DEL INFIERNO.

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Concentración real completa: sabiduría espiritual y estado mental.

Arte al límite.

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Nota principal. / Marina es conexión, esa sensación de que no hay fronteras entre el cuerpo y lo que la rodea. Pura energía. Repaso de una historia de vida, que nunca se ha guardado nada.


70, quienes eligieron la performance como modo de expresión, Marina es decididamente la más activa actualmente Utilizando su propio cuerpo como medio y obra, la controvertida artista experimenta con el juego de la intervención corporal, la relación con el público y los códigos que rigen el sistema social. “Si te instalas frente a un público en situaciones de riesgo, automáticamente concentras con tu mente y cuerpo, la existencia en el presente, aquí y ahora. Lo mismo pasa con la gente que está presenciando tu actuación”, nos señala la artista. En efecto, muchas de sus presentaciones han sido tan desconcertantes y potentes, que la propia audiencia ha intervenido para ponerle fin al sufrimiento carnal. La sensación de peligro, por lo tanto, es compartida. Buscando el límite en el cual el público comprueba su resistencia a atestiguar el dolor y el sufrimiento, Abramovic crea un punto de ruptura, marcando radicalmente las sensaciones del presente del espectador. Ella ha dicho: “Estoy interesada en un arte que perturbe y rompa ese momento de peligro; por eso, el público tiene que estar mirando aquí y ahora. Deja que el peligro te concentre; esta es la idea, que te concentres en el ahora”. Marina Abramović entiende que su trabajo se enfrenta a la incomprensión de una parte del público e implica una serie de dificultades prácticas difíciles de vencer: “por su carácter inmaterial, la performance es un arte basado en el tiempo. Y debido a su naturaleza es tan difícil que sea entendido”. En Cuerpo y Alma La que en el pasado se autodenominó “Abuela del Arte de la Performance”, se denomina hoy “soldado del arte”. Abramovic parece haber heredado el coraje suficiente para establecer una guerra personal en contra de la represión. De este modo, cambió las armas por el arte, para perseguir un objetivo común: la resis-

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anguardista de oficio, la artista yugoslava empuja los límites mediante performances que ponen a prueba la resistencia del cuerpo y la mente. Su propia historia y la del mundo, son los materiales de exploración de esta mujer que realizó el año pasado, una gran retrospectiva que está viajando este año por toda Europa y América. Ha sido pionera en el uso de la performance como una forma de arte visual. El cuerpo ha sido siempre tanto el tema como el medio. Explorando sus propios límites físicos y mentales, ha experimentado dolor, agotamiento y riesgo en su busqueda de la transformación espiritual y emocional. Abramovic se interesa principalmente en la creación de obras que ritualicen las acciones cotidianas, como el tumbarse, sentarse, soñar, pensar, la manifestacion real de un estado mental único. Con treinta años de brutal carrera, Abramovic sigue cavando trincheras para servir en la primera línea del arte en vivo. “Traté de no ser influenciada por nada ni por nadie. Era muy importante para mí desarrollar un medio de expresión único y propio”, nos explicó en el grato encuentro que tuvimos con ella. Brutal, desconcertante, explosiva, fuerte, directa, intensa, extrema, valiente, potente, trascendental, sincera, fiel, transparente, espiritual, real, verdadera... cualquiera de estos adjetivos podría describir la obra de Marina Abramovic, pero ninguno se acerca lo suficiente a la experiencia de verla en vivo. Relatar cómo se ha entregado en las distintas situaciones que ha puesto en marcha, habiendo desde congelado su cuerpo, tomado drogas, perdido la conciencia o hasta rozado la muerte, apenas da una luz sobre la potencia que la yugoslava propone. Es por esto que es considerada uno de los máximos exponentes del arte performático. Abramovic se ha descripto a si misma como la “Abuela del Arte de la Performance”. De aquella generación de artistas de los


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Manifiesto

“Un artista tiene que entender el silencio, tiene que crear un espacio de silencio para entrar en su obra"

fuentes fundamentales de mi desarrollo artístico”, nos detalla. En “Balkan Baroque” de 1997, premiada con el León de Oro en la Bienal de Venecia, la artista se presenta en un escenario alumbrada solo por pantallas de video que exhiben imágenes de sus padres, mientras se dedica a limpiar lentamente los restos de carne de un montón de huesos de animales. Al mismo tiempo, narra la leyenda del lobo-rata, criatura que devora a los de su misma especie cuando tiene miedo. La alusión a la guerra de los Balcanes es totalmente evidente. En 2002, montó “The House with the Ocean View”, considerada por la propia artista como una de susperformances más importantes. En ella, construyó una casa compuesta por tres plataformas unidas al suelo por escaleras con peldaños de cuchillos. Durante 12 días, Abramovic permaneció ahí sin comer y sin hablar, demostrando su preocupación por la ritualización de lo cotidiano. En noviembre del 2004, la artista se unió con otro gigante de la performance, Jan Fabre, en “Virgin-Warrior, Warrior-Virgin”, realizado en el Palais de Tokyo de París. En esa ocasión, los dos se enfrentaron durante cuatro horas en una cápsula de vidrio en que ambos (protegidos por una armadura de metal en primera instancia, desnudos después) practicaron el culto al sacrificio y al perdón, hiriéndose mutuamente y comunicándose con el público mediante mensajes escritos con la propia sangre. La psicología transitoria de los mensajes El artista performer trabaja la capacidad psicológica perceptiva, y se prepara para crear desde ese “dentro-fuera” , estableciendo un sentido direccional que concuerda con la razón, percepción-representación. Durante la acción se da lugar a una re-narrativa de su secuencia vital a través de los momentos más significativos a

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tencia al poder. “Hay diferentes tipos de poder y generalmente no me gusta ninguno de ellos, ya que supone que hay control de uno sobre otro. El único poder con el que me relaciono es con aquel que emana de la energía positiva, aquel que permite crear, conectarse con uno mismo, estar aquí y ahora. Aquella energía que me permite crear mi propio espacio, y abrir lo emocional”. Ya desde joven, Marina adoptó la performance como medio para rebelarse contra la miseria de la posguerra. En sus inicios, Abramovic recuerda el purismo con que abordaba sus actuaciones, no permitiendo que se tomara registro de la obra. Con el tiempo, dicha postura cambiaría hasta incorporar la fotografía y el video, como elementos sustanciales de sus trabajos. En 1975 conoce a Ulay, artista que la acompañó por más de una década. Juntos realizaron exhibiciones como “Breathing in/ Breathing Out” de 1977, que consistía en la unión de las bocas de ambos para respirar el aire de los pulmones del otro. Al límite de la asfixia, los artistas intercambiaron oxígeno primero y luego dióxido de carbono, amplificando el sonido de sus gargantas mediante micrófonos. Reflexiones acerca de la relación de pareja y las dialécticas que surgen en el trabajo conjunto, fueron las principales fuentes creativas. “The Lovers”, en el 88, aborda el tema del desgaste físico al recorrer 2.000 Km. de Muralla China en sentidos opuestos, alcanzándose mutuamente luego de 3 meses de caminata. El hombre partió del desierto de Gobi y la mujer del Mar Amarillo, emulando una antigua leyenda china que hablaba del reencuentro entre dos amantes. Luego de eso, nunca más trabajaron juntos. Después de un breve paso por la instalación objetual, Abramovic retomó la performance como medio para purificar el pasado: “Siempre he estado interesada en los aspectos espirituales del arte. El budismo tibetano y la cultura de los aborígenes han sido


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nivel experiental, estos son reconsiderados y expuestos a la sazón de un segundo lector que puede diversificar su aporte de igual modo. Conceptos como “ self” dan fe, de esa secuencia narrativa de su persona, un cuerpo social despersonalizado como objetoque se deriva a “algún otro público”. Se trata de hallar consenso a través de una simbología colectiva o el traspaso a la carne de sus filtros de identidad o sus ritmos subjetivos. El “si mismo” es el elemento que aporta mediante estas interpretaciones simbólicas la estructura de la obra, y pasa a tener un sentido de coherencia e importancia para el propio sujeto que acciona, proyectado en el que mira. La mecánica de la emoción a través del control de su mismidad, percibe lo real y lo proyectan a través de los hilos expresos que permite la creatividad de la acción, no hablamos de imágenes, si no de secuencias en cuerpo presente sin poderlas remediar.Algo similar a presenciar una muerte ante la incapacidad de poder evitarla, solo que en este caso, existe una intencionalidad. Puede ser un foco que atraviesa e incrusta un mensaje por la vía sensorial directa, la capacidad de sentir desde un sentimiento orquestado. La preparación del artista Este estado, lleva consigo una intervención fuera de la lógica práctica. Se hace necesaria “esa entrada en el interior de su persona” a través de ejercicios de meditación, perdiendo la linea de la realidad tangible y afrontando otro presente más estático,donde los sentimientos afloran sin esfuerzo, pareciendo más interlocutores que la misma persona, aunque estén fuera de un contexto considerado racional. Es decir, florecen lagrimas sin motivo aparente, se extienden miradas perdidas, se perciben la sensación del agua en la piel más allá de las sensaciones particulares. Toda una contorsión de gra-

cia, atravesando lo humano y lo divino, con todo lo conceptual que pueda parecer. La performance se trata de un estado mental, desacelerar el cuerpo y la mente, un estado de vaciado. Materialmente es acoger un tiempo de existencia dada al presente 100%. Se plantea este estado de concentración como un cruce a otra tendencia sensitiva, donde el artística es un guerrero emocional. En este estado, leer los rostros mediante una representación no puede resultar solo algo anecdótico de la capacidad, si no más bien algo nutritivo y energético en momentos de plena concentración. “The artist is Present”, es la performance en la que se hace más evidente este estado de concentración pleno, esta preparación, este método: el método Abramovic. Proceso mental como forma de vida Concluyendo, es necesario remarcar que a pesar del estatus alcanzado, Marina sigue considerando que el arte deber perturbar, sacudir al espectador, remover algo en su interior. Muy bien podría hacer suyas las palabras de Francesco Bonami, que en su libro “Lo podría hacer incluso yo” (de la editorial Mondadori, 2007) sostiene que “el arte contemporáneo somos nosotros ahora, cómo nos vemos en el espejo del presente”. Y ese espejo de nuestro tiempo nos devuelve una imagen que, necesariamente, es fragmentaria y escurridiza, perturbadora y oscura, netamente sincera, y completamente real. El proceso completo que la artista realiza, y toma como medio de vida, de pensamiento, y hasta filosofía, apunta a la entrega completa del ser, tiene como finalidad “abrir la conciencia hacia las propias experiencias físicas y mentales”, para alcanzar un estado mental, o como ella dice, un enfoque emocional, de comprensión propia.


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COLECCIÓN HDM · Hacedores de Mundo

01. DAVID LYNCH 02. LÁSZLÓ MOHOLY NAGY 03. BATATO BAREA 04. DIEGO ARMANDO MARADONA 05. NELSON MANDELA 06. BJÖRK 07. HAYAO MIYAZAKI 08. JULIO CORTÁZAR 09. STEVE JOBS 10. RYÜICHI SAKAMOTO 11. MERCEDES SOSA 12. MARIE CURIE 13. FRIDA KAHLO 14. ALBERT HOFMANN 15. MICHEL FOUCAULT 16. RUDOLF STEINER 17. CHARLES DARWIN 18. MARINA ABRAMOVIC 19. ISAAC ASIMOV 20. SANTIAGO CALATRAVA 21. WERNER HERZOG


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