El escenario planteado por la globalización reestructura la realidad produciendo cambios
significativos que, devenidos por los flujos de imágenes, bienes, información y capitales,
conciben una nueva dimensión del tiempo: la inmediatez e instantaneidad, y del espacio:
la fluidez. Esta situación repercute directamente en el quehacer disciplinar, desafiándolo
a responder nuevas problemáticas en relación a los modos de habitar la domesticidad.
En este contexto, situamos al hombre como el habitante que busca un refugio, desarrolla
su intimidad y privacidad, se conecta, se relaciona, realiza prácticas y se moviliza por
el mundo habitándolo de algún modo particular.
Frente a esta realidad arquitectónica, la cual se caracteriza por la frivolidad y banalidad,
De esta forma, la investigacion se centra en la atmósfera, como un sistema complejo, que alude
a la estética de lo construido, que otorga sentido al objeto arquitectónico, que permite
explorar y evidenciar la relación entre las partes y el todo.