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RECONVERSIÓN INMOBILIARIA / Nuria Marín
RECONVERSIÓN INMOBILIARIA
El edificio One Wall Street, en Nueva York, ha realizado la mayor reconversión inmobiliaria, pasando de ser la sede de importantes bancos a ofrecer lujosos condominios con valores que van desde 1,000,000 de dólares por un pequeño estudio hasta 12,000,000 de dólares por unidades de cuatro habitaciones, y se especula que la unidad más valiosa será el penthouse. Esta es una transición que hubiera sido impensable hace muy pocos años.
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De estilo Art Déco, y diseñado por Ralph Thomas Walker, el edificio original de 50 pisos se construyó en 1931 en el pleno corazón financiero de Manhattan, conocido coloquialmente como Wall Street.
Su prestigiosa ubicación la convirtió en una codiciada sede, por lo que sería la casa de una de las más prestigiosas empresas financieras del momento: el Irving Trust Commercial Bank, empresa que luego fue absorbida, y no muy amigablemente, por el Bank of New York, asumiendo su ocupación desde 1988. En el 2007, luego de una nueva fusión con la Mellon Financial Corporation, la edificación se conocería como el BNY Mellon.
Sorpresivamente, la propiedad fue vendida en 2014 a un consorcio liderado por Harry Macklowe, líder e ícono del sector inmobiliario, reconocido por múltiples edificaciones, como el rascacielos residencial Metropolitan Tower, o por convencer a Steve Jobs de ubicar su tienda en la Quinta Avenida en el sótano de uno de sus edificios, bajo el ya reconocido cubo de cristal.
Si antes de la pandemia el faltante de vivienda era una motivación para una reconversión como la mencionada, en la era pos-Covid-19 se suman nuevas motivaciones. Los cambios de hábitos y el teletrabajo significaron que muchas empresas optaran por la reducción de m2 de oficina, o el traslado de éstas a ubicaciones mucho más baratas o adaptables a las nuevas necesidades.
En Estados Unidos, el estado de Florida ha sido uno de los grandes ganadores, y el de Nueva York uno de los más afectados. Al igual que en Nueva York, en nuestros países centroamericanos se ha generado un excedente de oficinas vacías, para las que hay que idear nuevos usos. ¿Qué significa lo anterior? Como empresarios debemos responder y adaptarnos a estas nuevas realidades. Resistir el cambio es morir, es quedarnos obsoletos, así que la mejor vía es abrirnos a las nuevas realidades.
Es una luz de oportunidad para los gobiernos locales que deben pensar en mayor flexibilidad e incentivos a desarrolladores para que realicen adecuaciones como la del One Wall Street en un entorno con tránsito de oficinas, al que adicionará residentes y nuevos hábitos de consumo y experiencias, además de generar mayor ocupación y un nuevo valor comercial a áreas en centros urbanos que ya cuentan con infraestructura de servicios: un ganar-ganar.
NURIA MARÍN RAVENTÓS
PODER FEMENINO
Empresaria y analista
@Nuria_MarinR