Fauna Iberica 02.El noble arte de la cetreria.Blanco y Negro.08.04.1967

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FAUNA IBÉRICA / II Por el Dr. Rodríguez de la Fuente

El NOBLE ARTE DEU CETRERÍA C

UANDO el h o m b r e de hoy, llevado por su a m o r a la naturaleza, p o r su pasión cinegética o por simple cur i o s i d a d , decide penetrar en el m u n d o fascinante de la Cetrería, encontrará una serie escalonada de sorpresas. En las páginas p o l v o r i e n t a s de los viejos tratados hallará la p r i m e r a : las reglas del arte le a s o m b r a r á n por su sencillez y sutileza, llenándole de a d m i r a c i ó n hacia los pacientes e incógnitos cetreros que f u e r o n capaces de a r r a n c a r a la naturaleza tan preciosos secretos. El día en que conozca a un auténtico m a e s t r o , cuando le vea d o m i n a r sus pájaros en vuelo, con una simple señal de su m a n o , cuando sorprenda el a m o r con que acaricia sus alas y la d u l z u r a que se refleja en los p r o f u n d o s ojos de sus halcones, habrá d e s c u b i e r t o algo no menos inesperado: la Cetrería, aureolada de e x o t i s m o y de m i s t e r i o para el p r o f a n o , en esencia, no es más que la l i b r e y v o l u n t a r i a asociación, en m u t u o b e n e f i c i o , de dos cazadores; el más poderoso cazador de la t i e r r a , e! h o m b r e , y el más acabado cazador del cielo, e! halcón.

En lo sucesivo, todas las experiencias y emociones que vaya atesorando el halconero a lo largo de muchas temporadas de caza, le d e m o s t r a r á n más y más que el halcón no es un esclavo. Es, quizá, el único animal a quien no se puede someter por la cadena o el látigo, es un comensal, un a.migo que c o m p a r t e la venturosa existencia del cazador. Llegado a esta etapa, quien haya a s i m i l a d o el verdadero e s p í r i t u de la Cetrería, no e n c o n t r a r á ninguna d i f i c u l t a d para explicarse un enigma que los historiadores y paleontólogos no han resuelto aún s a t i s f a c t o r i a m e n t e : el origen de la alianza entre el h o m b r e y el halcón. El p r i m e r t e s t i m o n i o h i s t ó r i c o de la caza con aves de presa aparece en las ruinas de Korsabad, en Persia, y representa a un h o m b r e con un halcón sobre el p u ñ o . Esta f i g u r a fue tallada, segur a m e n t e , hacia el año 1400 antes de Jesucristo. Pero piensan los especialistas que no fue Persia la cuna de la Cet r e r í a , ni ésta la fecha de su a p a r i c i ó n . La i r r a d i a c i ó n de 'la Cetrería hacia O r i e n t e , penetrando en la China y el Japón en los p r i m e r o s siglos de nuestra

Era; la expansión hacia el Sur, c e r t i f i cada p o r el b a j o r r e l i e v e de K o r s a b a d ; su p o s t e r i o r desplazamiento hacia Occidente — c o n las t r i b u s g e r m á n i c a s — , c i r c u n s c r i b e n una región situada al oeste de la cadena montañosa del A l t a i , e n t r e los ríos Ural e I r t y c h , y a^l n o r t e del m a r de A r a l , donde habitaban unas t r i b u s de pastores nómadas, que los griegos i n t r o d u j e r o n en la h i s t o r i a con el n o m b r e de escitas. Piensan los investigadores que estos h o m b r e s p u d i e r o n ser los p r i m e r o s d o m a d o r e s de caballos, los inventores del pastoreo t r a s h u mante y, t a m b i é n , los p r i m e r o s halconeros del m u n d o . El f o r m i d a b l e ciclo de la domesticación debió de ponerse en marcha en algún p u n t o de Asia a mediados del Neolítico. Y aquí se acaba el h i é t o d o del investigador para dar paso a la i n t u i c i ó n del halconero. En las inmensas estepas asiáticas recorridas p o r los nómadas escitas, la caza no debía ser f á c i l . Todos los animales de llanura están dotados de una vista penetrante y v i g i l a n incansablemente para d e s c u b r i r al cazador antes de que les tenga al alcance de sus armas. Entre todos los habitantes del a l t i p l a n i c i e , quizá ei más d i f í c i l de sorprender es la avutarda h u b a r a , ave apreciadísima, por su carne, p o r los cazadores asiáticos de todos los t i e m p o s . No es d i f í c i l i m a g i n a r a las hordas de cazadores escitas t r a t a n d o de poner a las avutardas a t i r o de sus venablos. Pero d i f í c i l m e n t e p o d r í a n conseguirlo. Toda la bandada levantaba el vuelo tan p r o n t o c o m o el v i e j o centinela daba el g r i t o de a l a r m a . Y las alas poderosas b u r l a b a n el esfuerzo de los cazadores. El más t e r r i b l e enemigo de la avutarda era el halcón Sacre que podía darles alcance en pleno cielo, desde cualquier distancia. C o n t r a el Sacre, las astutas aves ponían en práctica o t r a técnica de defensa. Tan p r o n t o c o m o le descubrían en el h o r i z o n t e , se tendían en t i e r r a e, i n m o v i l i z á n d o s e , desaparecían a favor de su p r o d i g i o s o mimet i s m o . La rapaz h a m b r i e n t a podía volar sobre la bandada sin d e s c u b r i r l a .

LA PRIMERA CAPERUZA QUE LLEVO UN HALCÓN Pero algunas veces debieron c o i n c i d i r en la caza los nómadas y el Sacre. El g r u p o de avutardas aplastado en el pedregal, siguiendo con m i r a d a atónita los círculos que describía en el cielo su enemigo alado, se vio o b l i g a d o a levantar el vuelo p o r la súbita a p a r i c i ó n de un g r u p o de jinetes. El halcón cayó c o m o un rayo, y una avutarda fue der r i b a d a en t i e r r a a corta distancia de los cazadores. Los nómadas no d i e r o n un paso más; habían observado que el Sacre saciaba su apetito con una tercera p a r t e de la presa. Si esperaban sin asustarle, podían recoger tres o c u a t r o kilos de la preciada carne. Y así se f u e r o n estrechando los lazos

FOTOGRAFÍAS EN COLOR DE PAUL RICKEMBACK - DIBUJOS DE JOSÉ ANTONIO LALANDA 18


El p o r t a d o r de halcones. I7fi7. Pintura del casliUo de U Fasancrlc

(Alemania!.


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LoK Alíele IJzLüjcs úp halcones, dvBcrilUS i'n IOH ttatüdorí medii^valL-Ti áe Cptn*ría.

I l a k ú n NFblL

Halcón Baharí-

I l a k ó n Atranrque-


Halcones Gerifaltes, en sus variedades blanca y ^ H .

Halc贸n Bami.

Halc贸n Tagarate

Italr贸n Sacre.


Estrechamiento de lazos entre hombre y halcón entre los h o m b r e s y los halcones. Los Sacres s o b r e v o l a r í a n cada mañana la marcha de los cazadores y de los rebaños, en espera de que éstos f u e r a n levantando las aves escondidas entre la hierba. Y los h o m b r e s respetarían siempre las reglas del juego: p r i m e r o , que coma el h a l c ó n , así p o d r e m o s aprovecharnos de sus restos. Un paso más fue la captura de un polluelo de halcón que se h a b i t u ó a v i v i r en las «haimas» y aprendió a cazar sobrevolando a los h o m b r e s , c o m o sus hermanos salvajes. Con la diferencia de que él no se iba de la avutarda d e r r i b a d a . Se le podía recoger sobre ella y, sin perm,itirle saciar el h a m b r e , se le lanzaba sobre una nueva presa. Para llamarle después de un vuelo fallido, se agitaba un ave m u e r t a , atada al e x t r e m o de un cordel,

para que el Sacre no p u d i e r a llevársela. Este r e c l a m o se c o n v i r t i ó más tarde en el señuelo. En una t r i b u desconocida apareció un día la c o s t u m b r e de c u b r i r la cabeza del halcón con una caperuza de cuero para que, al estar p r i v a d o t e m p o r a l m e n t e de la vista, no se debatiera en d i r e c c i ó n a las aves que surcaban el cielo, hasta el m o m e n t o adecuado. Y en estos elementos se ha basado la Cetrería de todos los t i e m p o s . Un halcón amansado que c a p t u r a las piezas levantadas p o r el h o m b r e ; un pedazo de carne y de plumas s u j e t o al e x t r e m o de un cordel para recoger al p á j a r o ; una caperuza para mantenerle i n m ó v i l cuando no se desea e m p l e a r l e en la caza. He cazado avutardas hubaras en Arabia con la m i s m a técnica con que pu-, d i e r o n hacerlo los nómadas escitas. Es más, la sencillez y fijeza de la Cetrería árabe me ha llevado a pensar que, a la vez que en Asia Central y, quizá, en o t r o s lugares del m u n d o , la Cetrería nació de una manera espontánea, t a m b i é n , en los desiertos de A r a b i a . En algunas regiones de la península arábica, los niños beduinos c o r r e n b a l o los co:'tados donde anidan ios halcones, e m i t i e n d o un g r i t o pe.::;;iiar: « ¡ H o o - h o o ! ¡Hoo-hoo! ¡Hoo-hoo!» En cuanto los halcones les oyen, planean sobre ellos, p o r q u e saben que los niños levantarán pájaros fáciles

de c a p t u r a r . Para m í , este juego i n f a n t i l encierra toda la mecánica del o r i g e n de la Cetrería, q u e , c o m o puede observarse, no tiene nada de m i s t e r i o s o .

UN DEPORTE DE REYES EN LA EUROPA FEUDAL En la Edad M e d i a , la Cetrería i n t r o ducida en Europa por los c o n q u i s t a d o res árabes, a través de España, y por los cruzados, desde T i e r r a Santa, alcanzó un esplendor inigualado. Dejó de ser un ingenioso y p r á c t i c o sistema cinegét i c o , creado para c a p t u r a r aves y pequeños m a m í f e r o s en las estepas, convirtiéndose en un c o m p l e j í s i m o d e p o r t e p r a c t i c a d o de manera exclusiva y exhaustiva p o r los reyes y magnates de toda la Europa f e u d a l . Los halconeros profesionales llegaron a c o n s t i t u i r una verdadera casta, cuyos secretos se t r a n s m i t í a n de padres a hijos y pasaban de unos países a o t r o s , al servicio de las más ricas cortes. Estos mercenarios, al satisfacer la pasión dep o r t i v a de sus señores, d i s f r u t a b a n de p r i v i l e g i o s inusitados para quien no fuera noble y, de hecho, muchos de ellos llegaron a alcanzar títulos n o b i l i a r i o s . En el seno de una profesión tan estimada surgieron verdaderos genios de la Cetrería que pusieron en práctica técni-

En los albores de la Cetrería, el halconero lanza su Sacre en persecución de una avoitarda. El «saluqui» corre en su ayuda.

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lllIJUIIIUUUIIIIII

Alcotán.

Ciaviliü'

Esmercján.

cas sorprendentes para la caza. Fueron capaces tíe enseñar a un halcón lan l i g e r o c o m o u n t o r z u e l o Bahan", q u e pesa apenas m e d i o Wilo^ a cazar la g r u lla, ascendiendo hasta lo a l i o del cíelo, para separar una de estas grandes aves — d e u n o s diez k i l o s de p e s o — del resto d e la b a n d a d a , rrayéndola a tierra^ sujeta por la cabeza, d o n d e ffegaba a rem a t a r l a «sin ayuda de a c o r r e d o r ni de c a n » . Las cacerías se t r a n s í o r m a r o n en a u t é n t i c o s desfiles a r í s i o c r á i i c o s , d o n d s los más ricos caballeros hacían osíenrac i ó n d e poseer los halcones m á i e x ó t i cos, procedentes de los hielos de Islandia V de los desiertos de C h i n a , Los aparejos de los p á j a r o s eran verdaderas j o y a s : to^ cascabeles d e p i a r a y o r o — a b o r d o n y p r i m a , para que hicieran buena melodía»-—: las caperuzas, erripenachadas. erraban adornadas con perlas V brillantes, los guanteleres r e p u j a dos m o s t r a b a n las a r m a s del halconero y el n o m b r e del h a l c ó n . Esre suntuoso d e p o r t e ^e ejiíendjó rápidamenre por t o d o el m u n d o c o n o c i d o . Los kanes de M o n g o l i a , los e m p e r a d o r e s de la China y del J a p ó n , los m a h a r a j á s d e la I n d i a , los j a r e s de Rusia v l ° * monarcas de Europa i n r e r c a m b i a b a n c o m o preciados regalos sus m e j o r e s p á j a r o s , y eran rnuchos los e m b a j a d o r e s que llevaban c o m o presente un d i m l n u f o Esmerejón o un blanco Gerifalte. Ciertos relatos h i s f ó r i c o s ponen bien de manífiesTo la valía de los halcones. Cuando el sultán BeyacBlo c a p t u r ó a la f l o r de la caballería francesa en la bata^ Ha de N i c ó p o l i s , no a d m i t i ó más rescate

p o r sus egregios p r i s i o n e r o s que doce Gerifaltes blancos. El m o n a r c a francés Felipe AugustOj q u e c a p i t a n e a b a la tercera cruzada, llevó a campaña sus mejores halcones, a pesar de la p o n t i f i c i a p r o h i b i c i ó n En el s i t i o de T o l e m a i d a , su G e r i f a l t e f a v o r i t o desobedeció al halconero, v o l a n d o hacia el i n f e r i o r del ba^ l u a r t e e n e m i g o . Un halconero Islámico c a p t u r ó el halcón, Y el M o n a r c a f r a n cés h u b o de pagar tal suma para su rescate que, al d e c i r de las c r ó n i c a s , hubiera bastado y aún sobrado para r e d i m i r a 500 cristianos p r i s i o n e r o s . En España, el gran San Francisco de B o r j a enalre-dó ta Cetrería, c u a n d o , para m o r t i f i c a r s e , se cubría los Ojos en el m o m e n r o s u p r e m o en que el halcón Iba a a c u c h i l l a r e n la garza, ^ o f r e c i e n d o t a n grande s a c r i f i c i o al Señor» Pero e5ie m u n d o fabuloso era m u y f r ñ g i l ; a l i m e n i a d o por la desmedida pasión que la nobleza sentía por la caza, sustentado en la sólida e s t r u c t u r a feud a l , se d e s m o r o n ó tan p r o n t o c o m o la r e v o l u c i ó n francesa y las guerras napoleónicas c o n m o v i e r o n a la sociedad europea y d i e r o n al t r a s t e con el feudal i s m o Los grandes establecimientos dedicados a la Cetrería c o m e n z a r o n a cer r a r sus puertas en el siglo X V l l l , Las corles f u e r o n s u p r i m i e n d o los cargos h o n o r í f i c o s y d e s p i d i e r o n a los halconeros profesionales. T o d o un arle milenar i o , cuyas más p u r a s sutilezas se transm i t í a n por t r a d i c i ó n o r a l , desapareció con los ú l t i m o s halconeros de eslErpe.

los t r a t a d o s clasicoSn c o m o el « L i b r o de la cazai^^ del p r i n c i p e don Juan M a n u e l , o el « L i b r o d e las aves de caza», del canciller Pero López de Ayala, se most r a r o n incapaces de reconocer las especies de halcones que estos nobles escritores describían en sus l i b r o s . Durante años, le llegó a pensar que eran variedades de especies comunes, debidas a la c a u t i v i d a d . Hoy, la Cetrería ha resurgido d e una manera d e p o r t i v a en el m u n d o entero. Los halcones medievales han sido perfectamente ¡deníiffcados con nuestras especies salvajes Y, por p r i mera ve? e n la h i s t o r i a d e la Cetrería española, se ha reunido en la sene d e fotografías en t o l o r que i l u s t r a n í'ste r e p o r t a j e un r e t r a t o de iodos y cada u n o d e los usiete p l u m a j e s o linajes d e f a l t o n e s ^ , con que el p r í n c i p e don Juan M a n u e l inicia su t r a t a d o de Cetrería. El halcón Neblí, el halcón Baharí, el halcón Sacre, al halcón G e r i f a l t e , el halcón Borní, el halcón Alfaneque y el halcón Tagarote

El o l v i d o del n o b l e arte fue tan absol u t o que c u a n d o los e r u d i t o s y caladores del siglo X I X c o m e n z a r o n a releer

LOS LINAJES O PLUMAJES DE LOS HALCONES MEDIEVALES Los halconeros medievales t u v i e r o n la oportunidad de reunir mayor número de h a k o n e s que el más a f o r t u n a d o orn i t ó l o g o m o d e r n o . Ello les p e r m i t i ó est u d i a r p e r f e c t a m e n t e las d i s t i n t a s características de eslaí. aves, hasta d i s t i n g u i r con certeza unas subespeclet de o t r a s , con t a n t o rigor c o m o pueda hacerlo ^1 más meticuloso t a i o n o m i s t a . Costó t r a b a i o ir idenTlficando los linajes 23


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EL HALCÓN BAHARÍ, OE RAZA MEDITERRÁNEA

Todo el mundo andan y cruzan con sus vuelos medievales con las subespecies o razas ercasiliflda? hoy * n las frsles de los libros de ornfiología, Pero ya no nos cebe ninguna duda respecto a fa e^aciirud de la clasificación antigua, q u * pasamos a describir.

EL HALCÓN NEBLL GE^T1L PEREGRINO

ben el sobrenombro de halconea zeharenos. La virtud más marcada de ios BahaM¿^ pequeño que el Nebü, sobre todo rles es la bravura. Fueran los pájaros mds corlo, más compacto de esíruciura, más codiciados para la ca;a de grandes el Baharí pertenece a las raías meditepresas, como grullas, garias o avutarrráneas del halcón peregrino. Anida en das. Pero este desmedido valor ha po los cantiles marítimos, en las cortadudjdo comprobarse que no es una esenras fluviales, en cualquier roca que docia específica del Baharí, Se trata simmine un buen territorio de cara Se de- plemente del resultado de !a inexperiencía en la Edad Media que los mejores cia. Casi todos ios Baharíes son captuBaharies eran los de España, y los hal- t rados muy ¡óvenes en los nidos, antes coneros modernos no^ han comunicado de que aprendan en la vida salvaje lo muchas veces que están de acuerdo con peligroso que resulta atacar a las aves el aserto de sus colegas medievales. de gran talla. Al enfrentarles con garbas o con grullas convenientemente inmoviLos Baharles suelen capturarse en los fiiadas o disn^inuidas, el halconero puenidoSr cuando todavía son pollualos inde enseñarles paulatinamente las técnicapaces de emprender el vuelo Entoncas de combate qua le dirán la victoria. ces se les da el nombre de halcones Un Baharí, convenientemente domado niegos. S¡ se quiere capturar un adulpara esla caza, acometerá sin tregua al to, deben rendársele trampas en la roca más fuerte barbón de avutarda, hasta donde duerme. Estos Baharies son más darle muerte o morir en la batalla. Quien fuertes y rápidos que los niegos y reci-

Los halcones Neblíes, considerados por el cancitfer Pero López de Ayala como principes de la^ aves de caza, corresponden a las subespecles nórdicas del halcón peregrino^ Ya en la Edad Media recibían ef nombre de peregrinos V don Pero López de Ayala nos legó, en bella prosa, el origen de osEa denominación; «Hámanlos peregrinos por comparación de los peregrinos o romeros que andan por todas las tierras v por iodo e¡ mundOn que asi son lo^ halcones genTiles o neblíes o peregrinos, que lodo el mundo andan y alfaviesan con su volar, partiendo de la tierra donde nacrerona, V ésta es la principal v i r t u d y gloria de los Neblíes. Su capacidad para volar de un modo incansable, para hacer un viaie anual de ida y vuelta desde la Tundra ártica hasta las llanuras def África Central. Los halcones peregrinas nórdicos anidan muy cerca da las colonias de palmípedas que constituyen sus presas, en todo el cimurón de llanuras que se extienden al sur del circulo polar ártico. Llegado el mp5 de septiembre emigran tras de las escuadras de patos, hacía eí Sur. Los halconeros los capturan con redes u otros mecanismos durante esta época, por lo que reciben en Cetrería el calíficaiivo de halconea pasajeros. Son pájaros de gran lalla. pesando entre un kilo y un kilo trecientos gramos Son vállenles, recios, acomeíedoras, nerviosos e intranquilos en el puno, delicados para la nutrición, incomparables para la caza de allaneria El halconero que llegue a poseer parecido tesoro debe cuidarlo mucho, pues no existe un ave que le aventaje para Ea ca;a de patos, sisones, alcaravanes, perdices y codornices. El halcón Neblí es, sin duda, el más rápido da todas las aves nobles en el picado. Bien se me rece el atributo que le dieron los cetreros medievales' la gloria de sus s'as K-itP Arnbnrln mi'cÜi-viil tlrmui-^tra que lik C<"tn*fíJi ni> i-sUlm rrftlcla m n rl amor. 20


El halcón español tiene fama de bravo

hay m u y largo c a m i n o p o r t i e r r a y p o r mar.» Bien codiciada debió de ser Ja belleza de los Gerifaltes para que se realizaran tan penosos viajes solamente para llevar su presencia y apostura hasta las cortes más exóticas. No en v a n o su virt u d más apreciada fue la a r m ó n i c a p r o p o r c i ó n de su c u e r p o y m i e m b r o s .

EL HALCÓN SACRE V I N O DEL DESIERTO c o n t e m p l e u n o de estos lances p o d r á sentirse orgulloso del pequeño halcón español, que fue f a m o s o en todo el m u n d o p o r su b r a v o c o r a z ó n .

EL HALCÓN GERIFALTE, MAS NOBLE Y VIGOROSO El más g r a n d e , el más vigoroso, el más bello y el más noble de todos los halcones, es el G e r i f a l t e á r t i c o . Pocos halconeros tienen lá v e n t u r a de poseer una de estas joyas aladasiporque anidan en tierras á r t i c a s , en lugares donde es d i f í c i l c a p t u r a r l o s y su salud resulta m u y q u e b r a n t a d a al a c l i m a t a r l o s en tierras más cálidas. Los Gerifaltes, de m u y variadas razas y libreas, pueden llegar a ser blancos c o m o una blanca p a l o m a . Los más grandes ejemplares alcanzan los dos kilos de peso, j u s t a m e n t e el doble que un halcón Neblí. Los halconeros modernos que han m a n e j a d o estos pájaros a f i r m a n que en un clima adecuado la rapidez y potencia de su vuelo son increíbles. Pueden ascender casi en v e r t i c a l , c o m o un « j e t » , en palabras textuales del g r a n . h a l c o n e r o inglés, experto en G e r i f a l t e s , Ronald Stevens, alcanzando a cualquier ave, p o r m u y alta que cruce en el cielo. En la Edad Media se o r g a n i z a r o n costosas expediciones para c a p t u r a r estas rapaces. La corte danesa surtía de Gerifaltes a los reyes de Francia y de España. En Flandes existía un f l o r e c i e n t e c o m e r c i o dedicado a la i m p o r t a c i ó n y e x p o r t a c i ó n de halcones árticos. Pese a que m o r í a n p r o n t o , m u chos eran enviados a los sultanes de Jerusalén y B a b i l o n i a , c o m o atestigua el Canciller en anecdótico pasaje de su o b r a : « Y o vi en París — e s c r i b e don Per o — un mercader genovés que decía que m o r a b a ' y tenía su casa y mercaderías en Damasco, que es del d i c h o Sultán de B a b i l o n i a , y tenía eii París entonces hombres de Alemania que llevaban Ger i f a l t e s para el S u l t á n : estaban los que yo vi en c u a t r o que ellos llaman cajas, y nosotros decimos acá varas, ochenta Gerifaltes que eran todos roqueses, y decíame que le habían m a n d a d o ya o t r o s tantos y, cuando allá llegaban, que tanto le daban y pagaban p o r el que moría en c a m i n o c o m o p o r el que llegaba v i v o . Y haría esto para que los mercaderes no dejasen de llevarle halcones, p o r q u e desde Noruega y la Alta Alemania, de donde los t r a í a n , a Damasco

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O r i g i n a r i o de los desiertos y estepas asiáticas, el Sacre es, sin d u d a , el más p r i m i t i v o y r ú s t i c o de todos ios halcones. Su p l u m a j e no tiene la belleza del G e r i f a l t e , su vuelo carece de la rajoidez y la elegancia del p e r e g r i n o , pero les supera a todos en resistencia física, en a g i l i d a d , en capacidad para desenvolverse y salir v i c t o r i o s o , t a n t o en el cielo c o m o en la t i e r r a . Es el ú n i c o halcón perfectamente capacitado para m a t a r aves o m a m í f e r o s . Y su inteligencia supera a m p l i a m e n t e a la del resto de las rapaces. En Arabia he v i s t o Sacres de diversas razas, los más preciados son los llamados Sacres blancos, p o r q u e , con la edad, llegan a ser casi tan claros c o m o Gerifaltes. Los emires del desierto no c a m b i a r í a n sus Sacres p o r n i n g ú n halcón del m u n d o . Y en aquel c l i m a n i n guna rapaz sería capaz de matar quince avutardas hubaras en un día, c o m o hizo un Sacre del e m i r A b d u l l a h Bin A b d u l Aziz. El Sacre fue seguramente el p r i m e r halcón adiestrado p o r el h o m b r e y tiene t a m b i é n el m é r i t o de haber d e r r i b a do las presas de m a y o r t a m a ñ o . En Persia f u e r o n adiestrados para d a r caza a las gacelas y a los onagros, asnos salvajes de más de 300 k i l o g r a m o s de peso. N a t u r a l m e n t e , esta hazaña solamente podían realizarla con la colaboración de los rápidos lebreles Saluquis. Pero, en tan desproporcionadas -luchas, se pone bien de m a n i f i e s t o la fuerza de la presa de este p á j a r o , p o r lo que en la Edad Media se e n a l t e c i e r o n , sobre t o d o , sus garras.

EL HALCÓN BORNÍ, DE VISTA DE LINCE M u y parecido al Sacre en e s t r u c t u r a y c o s t u m b r e s , de p l u m a j e más llamativo y m e n o r talla, el Borní es un halcón p r e d e s é r t i c o , que habita en Europa O r i e n t a l , y se identifica con las razas más norteñas del halcón l a ñ a r l o . Sus características no ofrecen ninguna part i c u l a r i d a d notable, salvo su salud a toda p r u e b a . En estado salvaje caza lagartos, ratones y hasta insectos. Estas capacidades digestivas le p e r m i t e n sop o r t a r las más pobres dietas, en cautiv i d a d , por lo que, en la Edad M e d i a , se decía que eran halcones m u y apropiados para los escuderos. Sin e m b a r g o .

están dotados de una vista m u y penet r a n t e , siendo utilizados c o m o atalayas, es decir, se les llevaba sin caperuza, para que d e s c u b r i e r a n una presa lejana, sobre Ja que, después, se lanzaba un Neblí o un G e r i f a l t e . De un halcón dotado de buena vista se decía que tenía o j o de B o r n í .

EL HALCÓN ALFANEQUE O DE PICO M U Y FUERTE A las razas africanas del halcón lanario, los halconeros medievales las englobaban en el l i n a j e de los Alfaneques, halcones m u y parecidos en t o d o a los Borníes, de los que son p r i m o s hermanos, y, c o m o ellos, r ú s t i c o s , buenos atalayas y comedores. T a n t o que pasaron a la fama p o r ia fuerza de su pico.

EL HALCÓN TAGAROTE, RÁPIDO Y A G I L Í S I M O En el norte de Á f r i c a habita una subespecie del halcón p e r e g r i n o que se distingue p o r su talla reducida, su vuelo r á p i d o y agilísimo, su a c o m e t i v i d a d , su color a r m ó n i c o y encendido y, t a m b i é n , p o r su salud delicada. Se llamaron Tagarotes p o r q u e a f i r m a b a n los halconeros africanos que se c a p t u r a b a n en las rocas de Tagaros. T o d o buen equipo de Cetrería medieval tenía algunos Tagarotes, más que p o r su eficacia, p o r su belleza, por su delicada gallardía. Eran p á j a r o s m u y apropiados para las damas y solían descansar, enjoyados, sobre el guante escarlata de una princesa. He v i s t o cazar en Cetrería a varios Tagarotes; vuelan m u y altos, atacan en picado con presteza, pero carecen de la velocidad de caída del N e b l í , por lo que muchas perdices escapan vivas, aun después de la cuchillada. Quizá el único defecto de estos halcones sea su pequeña talla, pues dada su f a c i l i d a d para g i r a r en pleno v u e l o , volverse sobre sí mismos y alcanzar p á j a r o s tan rápidos com o las t ó r t o l a s no hay halcón que les supere en agilidad y belleza del r i z o . Todos los halcones descritos son m u y parecidos en su e s t r u c t u r a anatómica / en sus c o s t u m b r e s , caracterizándose por la f a c i l i d a d para cazar en el cielo, en persecuciones prolongadas que, a veces, se pierden entre las nubes. Esta f a c u l tad ha o t o r g a d o s i e m p r e a los halcones la m á x i m a categoría entre las rapaces utilizadas en Cetrería y les ha valido el t í t u l o de aves de alto vuelo. No o b s t a n t e , cada linaje tiene, c o m o hemos v i s t o , su especial v i r t u d , plasmada en el famoso d i c h o m e d i e v a l : «Afas de N e b l í , corazón de B a h a r í , c u e r p o de G e r i f a l t e , o j o de B o r n í , pico de A l f a neque y riza de Tagarote.»

LOS PEOUEÑOS DOS RAZAS EN

HALCCfNES: MINIATURA

Semejantes en todo a sus grandes parientes, hay dos razas de halcones oue



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